terça-feira, 31 de agosto de 2010

The feast of the Assumption of our Lady into heaven, 15th August, saw the wonderful occasion of the final religious profession of Br. Martin Mary, F.SS.R. Most of his family were able to be present and his father and brothers sang in the schola. Here are some photos and video of that great day.



Brother is questioned by the superior who will receive his vows.


While the Veni Creator Spiritus is sung, brother prostrates himself on the floor and is covered with the pall, symbolising his death to the world.


The schola — Brother's father, Julian and his two brothers, Bill and Nick also sang.


Holy Mass — Suscipe Sancte Pater Omnipotens Æterne Deus.


Brother pronounces his holy vows of poverty, chastity and obedience as well as a vow and oath of perseverance.




The sacrifice is accomplished. Brother, having made his final vows, receives the biretta.


The community.


Brother with his family.


Brother's mother and father.
fonte:http://papastronsay.blogspot.com/2010/08/final-profession-of-papa-stronsay.html

Diocese de Raleigh, EE.UU., e seus seminaristas. As Dioceses que estão tomando uma orientação mais tradicional são as que têm mais vocações , como a de Raleigh que conta com 21 seminaristas



Please pray for all of our seminarians as we return to Saint Charles Borromeo for the new academic year.  This year, Raleigh is sending 8 new seminarians, which makes 21 in total.  The entering classes have been so big recently that the seminary had to renovate dorms that have not been used in decades.

fonte:http://philipgerardjohnson.blogspot.com/2010/08/new-semester.html

VENERÁVEL PIO XII : Antes de tudo exorta-nos a Igreja à meditação, que eleva a alma à contemplação das coisas celestes, guia-a para Deus e a faz viver numa atmosfera sobrenatural de pensamentos e afectos que constituem a melhor preparação e a mais frutuosa ação de graças à santa missa. A meditação, além disso, dispõe a alma a saborear e compreender as belezas da liturgia e fá-la contemplar as verdades eternas e os admiráveis exemplos e ensinamentos do evangelho. Ora, a isso deve estar continuamente atento o sacerdote, para reproduzir em si mesmo as virtudes do Redentor...assim o sacerdote não pode tender - como deve - à virtude, se não tiver aprofundado, pela meditação assídua e incessante, os mistérios do divino Redentor, supremo modelo da vida sacerdotal e inexaurível fonte de santidade.


EXORTAÇÃO APOSTÓLICA DO PAPA PIO XII

MENTI NOSTRAE

AO CLERO DO MUNDO CATÓLICO
SOBRE A SANTIDADE DA VIDA SACERDOTAL

A todo o clero,
em paz e comunhão com a Sé Apostólica
Acompanhar o ciclo litúrgico

42. Em nossa encíclica Mediator Dei, explicamos difusamente com que fim o ciclo litúrgico evoca e representa em ordem progressiva, durante o ano, os mistérios de nosso Senhor Jesus Cristo e celebra as festas da bem-aventurada Virgem e dos santos. Esses ensinamentos, que a todos ministramos, porque são para todos utilíssimos, devem ser meditados especialmente por vós, sacerdotes, que, com o sacrifício eucarístico e com o Ofício divino, tendes uma tão importante parte no desenvolvimento do ciclo litúrgico.
43. A fim de que progridam com crescente celeridade nas vias da santidade, recomenda vivamente a Igreja aos sacerdotes, além da celebração do sacrifício eucarístico e da recitação do Oficio divino, também outros exercícios de piedade. A respeito destes é de utilidade propor à vossa consideração algumas observações.
A contemplação das coisas celestes...
44. Antes de tudo exorta-nos a Igreja à meditação, que eleva a alma à contemplação das coisas celestes, guia-a para Deus e a faz viver numa atmosfera sobrenatural de pensamentos e afectos que constituem a melhor preparação e a mais frutuosa ação de graças à santa missa. A meditação, além disso, dispõe a alma a saborear e compreender as belezas da liturgia e fá-la contemplar as verdades eternas e os admiráveis exemplos e ensinamentos do evangelho.
...e dos mistérios da vida de Jesus
45. Ora, a isso deve estar continuamente atento o sacerdote, para reproduzir em si mesmo as virtudes do Redentor. Como, porém, o alimento material não alimenta a vida, não a sustenta, não a faz crescer, se não é convenientemente assimilado, assim o sacerdote não pode adquirir o domínio sobre si mesmo e os seus sentidos, nem purificar seu espírito, nem tender - como deve - à virtude, nem, afinal, cumprir com alegre fidelidade e frutuosamente os deveres do seu sagrado ministério, se não tiver aprofundado, pela meditação assídua e incessante, os mistérios do divino Redentor, supremo modelo da vida sacerdotal e inexaurível fonte de santidade.

Veneravel Pio XII : El divino Redentor quiso también que la vida sacerdotal iniciada por El en su cuerpo mortal con sus plegarias y su sacrificio, no cesase en el transcurso de los siglos en su Cuerpo místico, que es la Iglesia; y por esto instituyó un sacerdocio visible, para ofrecer en todas partes la oblación pura, a fin de que todos los hombres, del Oriente al Occidente, libres del pecado, sirviesen espontánea y voluntariamente a Dios, por deber de conciencia.La Iglesia, pues, fiel al mandato recibido de su Fundador, continúa el oficio sacerdotal de Jesucristo, sobre todo por medio de la Sagrada Liturgia. Esto lo hace en primer lugar en el Altar, donde es perpetuamente representado y renovado el Sacrificio de la Cruz, con la sola diferencia del modo de ofrecer; después con los Sacramentos, que son instrumentos especiales, por los cuales los hombres participan en la vida sobrenatural; y, por último, con el cotidiano tributo de alabanzas ofrecidas a Dios... Sin duda conocéis muy bien cómo esta Sede Apostólica ha cuidado en todo tiempo diligentemente de que el pueblo a ella confiado se educase en un sentido litúrgico verdadero y práctico; y que con no menos celo ha procurado que los sagrados ritos resplandezcan también al exterior con la debida dignidad.

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Elevation of the Host
"Mediator Dei"
Sobre la Sagrada Liturgia
20 de noviembre de 1947


A los Venerables Hermanos Patriarcas, Primados, Arzobispos, Obispos y demás Ordinarios en paz y comunión con la Sede Apostólica
Venerables Hermanos Salud y Bendición Apostólica.

B). CONTINUACIÓN EN LA IGLESIA
4. El divino Redentor quiso también que la vida sacerdotal iniciada por El en su cuerpo mortal con sus plegarias y su sacrificio, no cesase en el transcurso de los siglos en su Cuerpo místico, que es la Iglesia; y por esto instituyó un sacerdocio visible, para ofrecer en todas partes la oblación pura, a fin de que todos los hombres, del Oriente al Occidente, libres del pecado, sirviesen espontánea y voluntariamente a Dios, por deber de conciencia.

5. La Iglesia, pues, fiel al mandato recibido de su Fundador, continúa el oficio sacerdotal de Jesucristo, sobre todo por medio de la Sagrada Liturgia. Esto lo hace en primer lugar en el Altar, donde es perpetuamente representado y renovado el Sacrificio de la Cruz, con la sola diferencia del modo de ofrecer; después con los Sacramentos, que son instrumentos especiales, por los cuales los hombres participan en la vida sobrenatural; y, por último, con el cotidiano tributo de alabanzas ofrecidas a Dios Optimo Máximo.

6. «¡Qué gozoso espectáculo! -decía Nuestro predecesor Pío XI, de feliz memoria- ofrece al cielo y a la tierra la Iglesia orante, cuando continuamente, durante todos los días y todas las noches, se cantan en la tierra los Salmos escritos por inspiración divina: no quedando hora alguna del día, que no esté consagrada con una Liturgia propia; ni edad de la vida humana, que no tenga su puesto en la acción de gracias, en las alabanzas, en las preces, en las aspiraciones de esta plegaria común del Cuerpo místico de Cristo, que es la Iglesia» (1).

II. Ocasión de la Encíclica
A) RENOVACIÓN LITÚRGICA
7. Bien sabéis, Venerables Hermanos, que hacia finales del siglo pasado y comienzos del actual se despertó un singular entusiasmo por los estudios litúrgicos, bien por el esfuerzo de algunos particulares, bien, sobre todo, por la celosa y asidua diligencia de varios monasterios de la ínclita Orden benedictina; y así, no sólo en muchas regiones de Europa, sino también al otro lado del mar, se desarrolló un apostolado útil, digno de toda alabanza. Las saludables consecuencias de este intenso apostolado fueron visibles tanto en el terreno de las ciencias sagradas, donde los ritos litúrgicos de la Iglesia occidental y oriental fueron más amplia y profundamente estudiados y conocidos, como en la vida espiritual y privada de muchos cristianos.
  
8. Las augustas ceremonias del Sacrificio del Altar fueron mejor conocidas, comprendidas y estimadas; la participación en los Sacramentos, mayor y más frecuente; las plegarias litúrgicas, más suavemente gustadas; y el culto de la Sagrada Eucaristía considerado -como es en realidad- fuente y centro de la verdadera piedad cristiana. También ha llegado a entenderse más y más cómo todos los fieles constituyen un único y compacto cuerpo, cuya Cabeza es Cristo, así como el deber del pueblo cristiano de participar debidamente en los ritos litúrgicos.

B) ACTITUD DE LA SANTA SEDE FRENTE A LOS PROBLEMAS LITÚRGICOS

9. Sin duda conocéis muy bien cómo esta Sede Apostólica ha cuidado en todo tiempo diligentemente de que el pueblo a ella confiado se educase en un sentido litúrgico verdadero y práctico; y que con no menos celo ha procurado que los sagrados ritos resplandezcan también al exterior con la debida dignidad. Nos mismo, por esta razón, al dirigirnos, según costumbre, a los predicadores cuaresmales de esta Nuestra ciudad en el afeo 1943, les habíamos exhortado calurosamente a recomendar a sus oyentes que participasen -con creciente fervor en el Sacrificio eucarístico; y así recientemente hemos hecho traducir de nuevo al latín, del texto original, el libro de los Salmos, que tanta parte ocupa en las preces litúrgicas de la Iglesia Católica, a fin de que estas preces fueren más exactamente comprendidas, y su verdad y suavidad más fácilmente percibidas.

Venerable Pope Pius XII : The majestic ceremonies of the sacrifice of the altar became better known, understood and appreciated. With more widespread and more frequent reception of the sacraments, with the beauty of the liturgical prayers more fully savored, the worship of the Eucharist came to be regarded for what it really is: the fountain-head of genuine Christian devotion. Bolder relief was given likewise to the fact that all the faithful make up a single and very compact body with Christ for its Head, and that the Christian community is in duty bound to participate in the liturgical rites according to their station.

MEDIATOR DEI
ENCYCLICAL OF POPE PIUS XII
ON THE SACRED LITURGY
TO THE VENERABLE BRETHREN, THE PATRIARCHS, PRIMATES,
ARCHBISHOPS, BISHIOPS, AND OTHER ORDINARIES
IN PEACE AND COMMUNION WITH THE APOSTOLIC SEE


4. You are of course familiar with the fact, Venerable Brethren, that a remarkably widespread revival of scholarly interest in the sacred liturgy took place towards the end of the last century and has continued through the early years of this one. The movement owed its rise to commendable private initiative and more particularly to the zealous and persistent labor of several monasteries within the distinguished Order of Saint Benedict. Thus there developed in this field among many European nations, and in lands beyond the seas as well, a rivalry as welcome as it was productive of results. Indeed, the salutary fruits of this rivalry among the scholars were plain for all to see, both in the sphere of the sacred sciences, where the liturgical rites of the Western and Eastern Church were made the object of extensive research and profound study, and in the spiritual life of considerable numbers of individual Christians.

5. The majestic ceremonies of the sacrifice of the altar became better known, understood and appreciated. With more widespread and more frequent reception of the sacraments, with the beauty of the liturgical prayers more fully savored, the worship of the Eucharist came to be regarded for what it really is: the fountain-head of genuine Christian devotion. Bolder relief was given likewise to the fact that all the faithful make up a single and very compact body with Christ for its Head, and that the Christian community is in duty bound to participate in the liturgical rites according to their station.

6. You are surely well aware that this Apostolic See has always made careful provision for the schooling of the people committed to its charge in the correct spirit and practice of the liturgy; and that it has been no less careful to insist that the sacred rites should be performed with due external dignity. In this connection We ourselves, in the course of our traditional address to the Lenten preachers of this gracious city of Rome in 1943, urged them warmly to exhort their respective hearers to more faithful participation in the eucharistic sacrifice. Only a short while previously, with the design of rendering the prayers of the liturgy more correctly understood and their truth and unction more easy to perceive, We arranged to have the Book of Psalms, which forms such an important part of these prayers in the Catholic Church, translated again into Latin from their original text.[8]

7. But while We derive no little satisfaction from the wholesome results of the movement just described, duty obliges Us to give serious attention to this "revival" as it is advocated in some quarters, and to take proper steps to preserve it at the outset from excess or outright perversion.

S.PIO X : No entanto não basta impedir a leitura ou a venda de livros maus; cumpre, outrossim, impedir-lhes a impressão. Usem pois, os Bispos a maior severidade em conceder licença para impressão. E visto como é grande o número de livros que, segundo a Constituição Officiorum, hão mister da autorização do Ordinário, é costume em certas dioceses designar, em número conveniente, Censores, por ofício, para o exame dos manuscritos. Louvamos com efusão de ânimo essa instituição de censura; e não só exortamos, mas mandamos que se estenda a todas as dioceses. Haja, portanto, em todas as Cúrias episcopais censores para a revisão dos escritos em via de publicação.

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CARTA ENCÍCLICA
DO SUMO PONTÍFICE
PIO X
PASCENDI DOMINICI GREGIS
SOBRE
AS DOUTRINAS MODERNISTAS

IV. No entanto não basta impedir a leitura ou a venda de livros maus; cumpre, outrossim, impedir-lhes a impressão. Usem pois, os Bispos a maior severidade em conceder licença para impressão. E visto como é grande o número de livros que, segundo a Constituição Officiorum, hão mister da autorização do Ordinário, é costume em certas dioceses designar, em número conveniente, Censores, por ofício, para o exame dos manuscritos. Louvamos com efusão de ânimo essa instituição de censura; e não só exortamos, mas mandamos que se estenda a todas as dioceses. Haja, portanto, em todas as Cúrias episcopais censores para a revisão dos escritos em via de publicação. Sejam estes escolhidos no clero secular e regular, homens idosos, sábios e prudentes, que ao aprovar ou reprovar uma doutrina tomem um meio termo seguro. Terão eles o encargo de examinar tudo o que, segundo os artigos XLI e XLII da referida Constituição, precisar de licença para ser publicado. O Censor dará o seu parecer por escrito. Se for favorável, o Bispo permitirá a impressão com a palavra Imprimatur, que deverá ser precedida do Nihil obstat e do nome do Censor. Também na Cúria romana, como nas outras, serão estabelecidos Censores de Ofício. Serão estes designados pelo Mestre do Sagrado Palácio Apostólico, depois de consultar o Cardeal Vigário de Roma e obtido também o consentimento e aprovação do Sumo Pontífice. O mesmo determinará qual dos Censores deverá examinar cada escrito. A licença de impressão será concedida pelo referido Mestre juntamente com o Cardeal Vigário ou o seu Vice-gerente, antepondo-se, porém, como acima se disse, o Nihil obstat e o nome do Censor. Somente em circunstâncias extraordinárias e raríssimas, a prudente juízo do Bispo, poderá omitir-se a menção do Censor. Nunca se dará a conhecer ao autor o nome do Censor, antes que este tenha dado seu juízo favorável, afim de que o Censor não venha sofrer vexames, enquanto examinar os escritos ou depois que os tiver desaprovado. Nunca se escolham Censores entre as Ordens religiosas, sem primeiro pedir secretamente o parecer ao Superior provincial, ou, se se tratar de Roma, ao Geral; estes deverão em consciência dar atestado dos costumes, do saber, da integridade e das doutrinas do escolhido. Avisamos aos Superiores religiosos do gravíssimo dever que têm de nunca permitir que algum de seus súbditos publique alguma coisa, sem a prévia autorização juntamente com a do Ordinário. Declaramos em último lugar, que o título de Censor, com que alguém for honrado, nenhuma eficácia terá nem jamais poderá ser aduzido para corroborar as suas opiniões particulares.
Ditas estas coisas em geral, particularmente mandamos a mais rigorosa observância do que se prescreve no artigo XLII da citada Constituição Officiorum, a saber: «É proibido aos sacerdotes seculares tomarem a direcção de jornais ou periódicos, sem prévia autorização do Ordinário». Será privado desta licença quem, depois de ter recebido advertência, continuar a fazer mau uso dela. Como há certos sacerdotes, que, com o nome de correspondentes, ou colaboradores, escrevem nos jornais ou periódicos, artigos infectos de modernismo, tomem providências os Bispos para que tal não aconteça; e, acontecendo, advirtam-nos e proíbam-nos de escrever. Com toda a autoridade mandamos que os Superiores das Ordens religiosas façam o mesmo; e se estes se mostrarem descuidados neste ponto, façam-no os Bispos com autoridade delegada do Sumo Pontífice. Sempre que for possível tenham os jornais e periódicos publicados pelos católicos um determinado Censor. Será este obrigado à revisão de todas as folhas ou fascículos já impressos; e se encontrar alguma coisa perigosa, fará corrigi-la quanto antes. E se o Censor tiver deixado passar alguma coisa, o Bispo tem o direito de fazê-la corrigir.

V. Já nos referimos acima aos congressos, reuniões públicas, em que os modernistas se aplicam à pública defesa e propaganda das suas opiniões. Salvo raríssimas exceções, de ora em diante os Bispos não permitirão mais os congressos de sacerdotes. Se nalgum caso o permitirem, será sob condição de não tratarem de assuntos de competência dos Bispos ou da Santa Sé, de não fazerem propostas nem petições que envolvam usurpação de jurisdição, nem se faça menção alguma de tudo o que pareça modernismo, presbiterianismo ou laicismo. A essas reuniões que devem ser autorizadas, cada uma em particular e por escrito, e na época oportuna, não poderá comparecer sacerdote algum de outra diocese, sem as cartas de recomendação do próprio Bispo. Lembrem-se todos os sacerdotes do que por estas gravíssimas palavras, Leão XIII recomendou (Carta Enc. Nobilissima Gallorum 10/02/1884): «Seja intangível para os sacerdotes a autoridade dos próprios Bispos; persuadem-se de que se o ministério sacerdotal não se exercer debaixo da direção do Bispo, não será santo, nem proveitoso nem merecedor de respeito».

textos e livros digitais : Catecismo de la Santa Misa. ¿Qué es la Santa Misa? ¿Qué ocurre en ella? ¿Qué significado tiene? ¿Por quién y a quién se ofrece la Santa Misa? Cuáles son sus elementos litúrgicos y porqué son como son.

fonte:http://www.statveritas.com.ar/Libros/Libros-INDICE.htm





    

    Magisterio de la Iglesia y Doctrina:

    El Magisterio de la Iglesia. Enrique Dezinger. Manual de los símbolos, definiciones y declaraciones de la Iglesia en materia de fe y costumbres.
    El Magisterio de la Iglesia. Por Enrique Dezinger. Manual delos símbolos, definiciones y declaraciones de la Iglesia en materia de Fe y de costumbres. Versión directa de los textos originales.
    Catecismo mayor de San Pío X. Pontificado de San Pío X.

    Espiritualidad:

    San Juan de la Cruz. Obras completas.
    Santa Teresa de Jesús. Obras completas.
    Santa Teresita de Lisieux. Obras completas.
    San Juan de Ávila. Obras completas.
    San Ignacio de Loyola. Ejercicios espirituales.
    San Francisco de Asís. Escritos completos.
    Santa Clara de Asís. Escritos completos.
    Introducción a la vida devota. San Francisco de Sales.
    Tratado del amor de Dios. San Francisco de Sales.
    La imitación de Cristo. Tomás de Kempis.
    Amor a la Sabiduría Eterna. San Luis María Grignon de Montfort.
    Carta a los amigos de la Cruz. San Luis María Grignon de Montfort.
    WORD Formato: ZIP El Secreto admirable del Santísimo Rosario. San Luis María Grignon de Montfort.
    El gran medio de la oración. San Alfonso María de Ligorio.
    ZIP Preparación para la muerte. San Alfonso María de Ligorio.
    WORD ZIP Libro sobre el sacerdocio. San Juan Crisostomo.
    WORD ZIP Sobre las siete palabras pronunciadas por Cristo en la Cruz. San Roberto Belarmino.
    El abandono confiado a la Divina providencia. San Claudio de la Colombière.
    El Tesoro escondido de la Santa Misa. San Leonardo de Porto-Maurizio.

    El Santo abandono. Dom Vital Lehodey. Extraído de la interesante biblioteca de espiritualidad.

    Mariología:

    WORD ZIP Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen María. San Luis María Grignion de Montfort. El libro fundamental de la verdadera devoción mariana.
    Formato: ZIP Fundamentos y práctica de la vida Mariana. J. Mª Hupperts S.M.M. El R. P. J. Mª Hupperts S.M.M. es un padre de la Congregación de San Luis María Grignion de Montfort, que hace un comentario de la naturaleza y exigencias de la vida mariana tal como la enseña el santo. Éste pequeño libro no está editado pero lo ponemos a disposición de los lectores en formato WORD para su difusión y uso personal. Una joya de la espiritualidad mariana. Traducción R. P. José María Mestre Roc.

    Teología:

    Formato: ZIP De los nombres de Cristo. Fray Luis de León.
    El Credo comentado. Santo Tomás de Aquino.
    Los Mandamientos comentados. Santo Tomás de Aquino.
    El Padre Nuestro comentado. El Ave María comentado. Santo Tomás de Aquino.
    Summa. Suma Teológica 1ª y parte. Santo Tomás de Aquino. Versión de B.A.C. 1988.
    Summa. Suma Teológica 3ª parte. Santo Tomás de Aquino. Versión de B.A.C. 1988.
    Catecismo de la Suma Teológica. Tomás Pègues O.P.
    Del Gobierno de los Príncipes. Santo Tomás de Aquino.
    Teología Ascética y Mística. Tanquerey.
    El drama del fin de los tiempos. Padre Emmanuel André.

    Formato: ZIP Is Christ ever coming back?. Para aquellos que deseen dar conocimiento del padre Castellani a algún amigo de habla inglesa, ofrecemos una traducción de “Cristo ¿Vuelve o no vuelve?”. Agradecemos a Sebastián Randle por la traducción al inglés. “Is Christ ever coming back?”.

    El Judío en el misterio de la historia. P. Julio Meinvielle.

    Romano Amerio

    Romano Amerio, autor de la exelente obra "Iota Unum". Obra que descubre y pone a la luz, en un claro y certero discernimiento teológico y filosófico, las transformaciones que sufre la Iglesia Católica en el Siglo XX. Fué escrita en 1984 y sigue teniendo una vigencia asombrosa debido a que, después de 20 años del Concilio Vaticano II, lamentablemente, las tranformaciones doctrinales y el modernismo siguen atacando a la Santa Madre Iglesia.

    Formato: ZIP Iota Unum. Estudio sobre las transformaciones de la Iglesia en el Siglo XX. Romano Amerio. Milán-Nápoles 1985.

    PDF La inmutabilidad de la Tradición contra la moderna herejía evolucionista. Por el Cardenal Luis Billot (S. J.). Versión castellana publicada en la revista argentina “Moenia”, y preparada por Octavio Agustín Sequeiros y María Delia Buiset, revisada por Elsa Solari de Falcionelli, traducción de la cuarta edición de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (1929), cuyo título original es: “DE INMUTABILITATE TRADITIONIS CONTRA MODERNAM HAERESIM EVOLUTIONISMI”.

    Catecismo para adultos: tapa de la primera edición

    Catecismo para adultos: 16 lecciones sobre el Verbo Encarnado. R. P. Leonardo Castellani. Publicamos, de manera digital y para que no se pierda en el tiempo, una serie de conferencias dictadas por el Padre Leonardo Castellani tituladas “Catecismo para adultos”. Expuestas en el año 1979, en el centro conferencias “Patria Grande” de Buenos Aires.

    Catecismo de la Santa Misa. ¿Qué es la Santa Misa? ¿Qué ocurre en ella? ¿Qué significado tiene? ¿Por quién y a quién se ofrece la Santa Misa? Cuáles son sus elementos litúrgicos y porqué son como son.

    Filosofía:

    Formato: ZIP El protestantismo comparado con el catolicismo. Jaime Balmes. España, 1842. Versión en cinco tomos.

    De Lamennais a Maritain. P. Julio Meinvielle.
    Formato: ZIP Concepción católica de la economía. P. Julio Meinvielle. Edición de los Cursos de Cultura Católica. Impreso por Francisco A. Colombo, 19 de septiembre de 1936.
    Concepción católica de la política. P. Julio Meinvielle.
    Mito y política. por Nimio de Anquín. (Texto completo). Nimio de Anquín, cumple, a nuestro juicio, un papel principal dentro de nuestra incipiente historia, vigoriza el espíritu frente a una "conciencia desdichada pasiva" y posibilita la adquisición de la necesaria conciencia histórica en el proceso de la creación de la Comunidad Política. Sus obras no son muchas, pues no es afecto a la publicidad; él mismo declara ser un "buen contemplante de esencias" y "un aprendiz constante".
    Comentario y advertencia sobre el autor: Sobre el libro “Mito y Política”, el P. Castellani ha escrito en "Vea y Lea", del 12 de octubre de 1962, el siguiente comentario: "… el precioso opúsculo MITO Y POLÍTICA, hoy agotado, [es] mucho menos conocido de lo que merece… Entre nosotros, este folleto, que no excede las 80 páginas, es una verdadera creación: el autor se pone delante el cuadro real y concreto de la política en la Argentina y lo trata filosóficamente; en una serie numerada de proposiciones escuetas, primero generales, después aplicadas, con su prueba adjunta; o el guiño hacia la prueba. El resultado es una exposición de verdadero rigor filosófico y al mismo tiempo legible, comprensible y aplicable para todos. El librito condecora a De Anquín con la insignia de genuino filósofo. La presencia de De Anquín es una afirmación rotunda de la posibilidad de la filosofía en y desde la Argentina. Bien dice él que estamos aquí en la etapa presocrática, dejando a un lado los libros que son meras imitaciones o vulgarizaciones de sistemas antiguos o sistemas a la moda. Que haya un solo filósofo y un solo libro de ori­ginal genuina filosofía en nuestro país, poco importa: hasta para semilla y piedra de toque. Hay más de uno; aunque no muchos, ni muy voceados. Nimio .de Anquín vive en su casita de Córdoba, lee y medita. Enseña en la Universidad Católica de Santa Fe, para lo cual viaja 30 horas en tren cada semana, aberra­ción manifiesta, existiendo Facultades de Filosofía en Córdoba. Sus otros ensayos o notas no incluidos en este volumen (como Nota sobre filosofía medieval , Génesis interna de las tres escolásticas , dos comentarios filosófi­cos a sendos poemas de Goethe y Hölderlin, y algunas recensiones de obras) darían otro volumen provechoso y delectable. Vaya al recogido y laborioso solitario de Córdoba, al pensador a la vez tradicional y actual, este homenaje periodístico; no sólo empero del periodismo sano, sino también en nombre de otra entidad invisible y tras­cendente, que —llámesela como se quiera — los lectores conocen y yo también. La hora de una mediana justicia ha llegado para De Anquín". Texto tomado de la Biblioteca del Pensamiento Nacionalista Argentino, vol. VIII, "Leonardo Castellani, Lugones, Esencia del liberalismo, Nueva Crítica Literaria", pág. 415/416, Ediciones Dictio.
    SIN EMBARGO, debe tenerse en cuenta una advertencia del Profesor Rubén Calderón Bouchet en un artículo inédito suyo, titulado "DE LOS FILÓSOFOS Y LA FILOSOFÍA", en el que textualmente dice: "Dos maestros míos: Nimio de Anquín y el Padre Sepich fueron seducidos, casi al final de sus vidas, por los atractivos de la gnosis Hegeliana. Habían penetrado mucho en los recursos verbales de la lengua alemana y no pudieron resistirse al influjo de dar, ellos también, una interpretación original del gran pensador teutón… desgraciadamente Nimio escribía bien y sus obras corren el riesgo de seguir siendo leídas… Sé de buena fuente, que Nimio antes de morir se confesó y quiero creer que arrepentido de sus incursiones en tierra de infieles, no se haya presentado con los últimos libros que escribió… "

    Modernismo y liberalismo:

    El liberalismo es pecado. Félix Sardá y Salvany. "El liberalismo es pecado" es su obra más popular. Sardá y Salvany sometió el manuscrito de su libro a la censura de ilustres teólogos, entre otros, el célebre P. Valentín Casajuana, S. I., profesor en Roma.
    Publicada a fines de 1884, a los pocos meses ya se habían vendido ocho ediciones, siendo incontables las tiradas posteriores.
    Ha sido traducida al catalán, al vascuence y a la mayoría de los idiomas europeos (al francés, en 1885, por la marquesa Tristany).
    Por suscripción nacional, se imprimió una edición poliglota en ocho lenguas -incluídos latín y castellano- estando las versiones, excepto la catalana, a cargo de sacerdotes jesuítas.
    Los liberales de su época denunciaron la obra a la Sagrada Congregación Romana del índice. Tras "maduro examen", esa Congregación alabó a su autor, "porque con argumentos sólidos, clara y ordenadamente expuestos, propone y defiende la sana doctrina en la materia que trata, sin ofensa de ninguna persona" y, al mismo tiempo, desautorizó un folleto del canónigo de Vich, D. de Pazos, que pretendía refutar esta obra inmortal.
    El Papa León XIII en persona leyó la versión italiana y la dio también a leer a su hermano, el Cardenal Pecci, emitiendo ambos un juicio muy favorable.
    Los obispos del Ecuador hicieron suya la doctrina de esta obra, en una Pastoral colectiva el 15 de julio de 1885, que figura en varias de sus ediciones.
    Esta pequeña joya doctrinal merece convertirse en un libro de cabecerade todo auténtico tradicionalista, porque -al decir de un gran contrarrevolucionario- es un "librito de oro, porque da las normas de conducta práctica del cristiano".

    El error del liberalismo. Cardenal Louis Billot.
    La ilusión liberal. Louis Veuillot. Versión digitalizada de la edición en español realizada por Editorial Nuevo Orden, Bs. Aires, año 1965.

    La intolerancia doctrinal. Por el Cardenal Pie. Sermón predicado por el Cardenal Pie en la Catedral de Chartres, publicado en “Obras Sacerdotales del Cardenal Pie”, editorial religiosa H. Oudin, 1901, Tomo I pág. 356-377, y en español por ediciones Río Reconquista, año 2006. FSSPX.

    Formato: ZIP Carta abierta a los católicos perplejos. S. E. R. Arzobispo Monseñor Marcel Lefebvre. “Los cristianos de hoy —decía Juan Pablo II en 1981— se sienten, en gran medida, perdidos, confusos, perplejos, y hasta decepcionados.” Esta perplejidad se manifiesta en las conversaciones, los escritos y el comportamiento de los católicos.
    A qué se debe esta situación, se pregunta Monse­ñor Lefebvre, obispo de Toulle en Francia, y afirma que la fe se establecía sobre certitudes, que al ser quebrantadas, han sembrado la perplejidad. Los católicos han visto transformarse el fondo y la forma de las prácticas religiosas. Nueva misa, nueva teología de los sacramentos, nuevo catecismo, nuevo derecho canónico... ¿a dónde conduce todo esto? ¿Se trata acaso de una nueva religión?
    Monseñor Lefebvre responde a estas preguntas con un criterio personal, apoyándose en la enseñanza constante de la Iglesia, que no pertenece al pasado ni está perimida, porque “la Verdad es de todos los tiempos, es eterna”. Éste es un libro polémico, pero también honesto y sincero, sobre un problema siempre actual, universal.
    Carta aberta aos católicos perplexos. Carta abierta a los católicos perplejos, en portugués. Monseñor Marcel Lefebvre. Del sitio Permanência internet.
    Open Letter To Confused Catholics. Archbishop Marcel Lefebvre. Versión de la "Carta abierta..." en inglés.
    Actas del Magisterio. Monseñor Marcel Lefebvre. Desde el principio de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, Mons. Lefebvre instituyó, para la formación impartida a los seminaristas, un curso muy especial que recibían durante su primer año, titulado Actas del Magisterio. Este curso expone las grandes encíclicas de los Sumos Pontífices y los documentos pontificios que tratan sobre el orden social cristiano y la realeza social de Nuestro Señor. Tiene como finalidad colocar a los jóvenes aspirantes al sacerdocio en el contexto concreto de la situación de la Iglesia actual y poscristiana, marco de su futuro apostolado y santificación.
    Durante los años 1979-1982, S. Ex. Mons. Marcel Lefebvre enseñó personalmente esta materia en el seminario de Ecône, mostrando así la importancia capital de nuestra lucha contra los errores modernos, especialmente el liberalismo, el modernismo y el comunismo y sus propagadores, en particular la Masonería. Así mostraba también su adhesión filial e indefectible a las enseñanzas de los Sumos Pontífices, al Magisterio de la Iglesia y a la Roma eterna.
    El gran dolor de su vida fue ver a la Iglesia invadida por todos los errores del Concilio Vaticano II —al que muchas veces llamaba su “tercera guerra mundial”—, sus puestos principales ocupados por los enemigos, y que los Papas conciliares y posconciliares se apartaban de las enseñanzas de sus predecesores. Fue también para él una gran tristeza ver en ruinas el sacerdocio católico, cómo se difundía la libertad religiosa y cómo los estados católicos se iban secularizando en nombre de esta misma libertad proclamada por el Concilio. Aquí transcribimos, gracias al trabajo del señor André Cagnon y su esposa, el curso que dio en 1980-1981, aunque con ciertos retoques tomados del curso de 1979-1980 sobre Quanta cura y el Syllabus.
    Le Destronaron. Del liberalismo a la apostasía, la tragedia conciliar. Monseñor Marcel Lefebvre. Los católicos liberales introducen los errores liberales en el interior de la Iglesia y en las sociedades todavía poco católicas. Es muy instructivo releer las enseñanzas de los Papas al respecto y comprobar el vigor de sus condenaciones.
    Cartas pastorales y escritos. Colección de cartas pastorales por Monseñor Marcel Lefebvre.

    PDF El triunfo del Modernismo sobre la exégesis católica. Por Monseñor Francesco Spadafora.

    Del ecumenismo a la apostasía silenciosa. Carta con motivo de los 25 años de la eleccion de Juan Pablo II. Analisis documentado sobre el ecumenismo. Texto oficial de la Hermandad de San Pío X presentado a las autoridades romanas.

    Formato: ZIP Complot contra la Iglesia. Maurice Pinay.

    Masonería:

    El Misterio de la Masonería. Cardenal José María Caro rodríguez, Cardenal Arzobispo de Santiago de Chile.
    La Masonería según sus propios documentos. Fray F. de Guadalupe O. P. D. G.

    Reforma litúrgica:

    La causa de nuestro combate, la Misa Católica. Paul Aulagnier.
    Breve exámen crítico del Novus Ordo Missae. Alfredo Cardenal Ottaviani, Antonio Cardenal Bacci. Texto completo.
    La Reforma litúrgica, "actualización del Misterio Pascual". Notas al margen de la obra póstuma de Annibale Bugnini. Padre Jesús María Mestre Roc.

    La Nueva Misa: Louis Salleron

    La Nueva Misa. Louis Salleron. Edición original de "Iction", Buenos Aires, 1978. Edición digital de Stat Veritas, año 2008.

    La reforma litúrgica introducida por Su Santidad Pablo VI, que afecta casi en lo más profundo la “estructura” de la Santa Misa –que es el corazón de la Iglesia, el centro de la Cristiandad, la vida de los creyentes, Cristo presente en la Tierra y en la historia, la Misa que lo es todo– inaugura un período de evolución. El Novus Ordo Missae es el primer paso de un movimiento más o menos indeterminado, subjetivo y posiblemente ingobernable. Se consagra así el fatídico “aggiornamiento”, en lo que respecta a la Santa Misa, que, para decirlo definitivamente, se protestantiza a partir del momento en que se disimula o se disuelve su esencia sacrificial.
    Una situación semejante derivará de modo ineludible hacia cualquier herejía hasta enmarcarse en la herejía total, el modernismo.
    Los errores se multiplican a cada momento en la liturgia innovada. Todo este libro está destinado a probarlos y a prevenirnos. Por lo demás no es un esfuerzo aislado; viene a completar una ya rica literatura que, curiosamente y con una sola excepción, no ha obtenido respuesta por parte de los defensores de la Nueva Misa.
    Esta edición se completa con la respuesta de Salleron a Dom Oury, la excepción en el silencio y con otra respuesta de dos argentinos –el ing. H. Lafuente y el Dr. G. Alfaro– a la revista “Criterio”.

    El Concilio del Papa Juan - Michael davies

    El Concilio del Papa Juan. Juan Michael Davies.

    Michael Davies desarrolla en éste libro, con claridad, y la objetividad de un “scholar” y basado en la impecable evidencia de los hechos, su tesis sobre la responsabilidad del último Concilio en la actual “autodestrucción” y desintegración de la Iglesia Católica.
    Las fuentes citadas –católico liberales y protestantes en su mayoría– ofrecen un inequívoco consenso que avala su posición respecto a muchos hechos claves.
    Por su seriedad y su extraordinaria documentación de primera agua, “El Concilio del Papa Juan”, con cuatro ediciones en Inglaterra y otras tantas en los Estados Unidos, es ya una obra indispensable en toda la bibliografía de base sobre el Concilio Vaticano II.
    En sus diversos artículos y obras sobre la Iglesia luego del Concilio Vaticano II, se encuentra publicado otras dos obras de documentación sobre la “Revolución litúrgica”: “El ordo divino de Cranmer” y “La Nueva Misa del Papa Pablo”.

    Historia:

    UN PAPA EXCOMULGADO, por Maurice Pinay

    Formato: ZIP Un Papa excomulgado. La definición doctrinal vigente del Papa San León II y del VI Concilio ecuménico, IV de Constantinopla. Con una documentada relación histórica de la tremenda excomunión, y de su vigencia posterior. Por Maurice Pinay.

    Entre la Iglesia y el Reich. R. P. Julio Meinvielle.

    Apologética:

    Formato: ZIP Contestando a los Testigos de Jehová. Fray Antonio de Monterosso, O. F. M.

    La Sábana Santa. Jorge Loring, S.I.

    Liturgia:

    ZIP PDF Reglas para ayudar a Misa. Breve explicación de las funciones de los acólitos en la Misa, Misa con dos acólitos y Misa cantada, con algunas imágenes. En Español.
    ZIP PDF The Mass of Western rites. Dom Fernand Cabrol (texto en inglés).

    Cultura:

    ZIP PDF El triunfo de la Cruz. La Pasión de Cristo, de Mel Gibson. Por Flavio Mateos.

    Devoción:

    Devocionario. (1931).

    Familia:

    Noviazgo y Felicidad. P. Pablo Eugenio Charbonneau. Próximamente, nueva edición.
    PDF El buen amor. Fray Petit de Murat O.P. Serie de conferencias del padre Petit de Murat sobre el noviazgo cristiano.
fonte:stat veritas

A SANTA MISSA É O MAIS SUBLIME SACRIFÍCIO DE LOUVOR Para que, porém, o nosso louvor seja um tributo digno de ser recebido pela imensa Majestade de Deus, Jesus Cristo, conhecendo a fraqueza humana, instituiu a santa Missa, o “sacrifício de louvor” por excelência, oferecido ao Senhor todos os dias e a toda hora. “A Santa Igreja, pela Carne e pelo Sangue de Jesus Cristo, oferece um sacrifício de louvor”, diz Santo Agostinho. E São Lourenço Justiniano escreve: “É certo que Deus não poderia ser mais louvado do que pelo Sacrifício da Missa, instituído para esse fim pelo Salvador”. Ele repara as blasfêmias, os insultos que os homens insensatos proferem diariamente. Sem este augusto sacrifício de louvor, o mundo não subsistiria. A santa Missa retém o braço de Deus; opõe aos ultrajes dos ímpios as homenagens dignas de sua divina Majestade.

A SANTA MISSA É O MAIS SUBLIME SACRIFÍCIO DE LOUVOR.
         Deus é inefável. Não há criatura que possa exprimir-lhe a santidade e a glória. É a mais rigorosa justiça, a mais doce misericórdia, a beleza personificada, em uma palavra, é o conjunto de todas as perfeições.
         Bem que os Anjos e os Santos o amem de todo o coração, tremem em presença de sua sublime Majestade e adoram-no prostrados com o mais profundo respeito. Louvam, exaltam e bendizem-lhe as infinitas perfeições sem jamais poderem saciar-se.
         O sol, a lua, as estrelas imitam-nos. Todas as outras criaturas: os animais, as árvores das florestas, os metais e as pedras, bendizem ao Senhor, conforme a espécie e os meios, e contribuem assim para sua maior glória.
         Se, pois, todos os seres devem louvar ao Senhor, quanto mais o homem, que foi criado para este fim com uma alma racional.
         David, rei e profeta, cumpriu, excelentemente, este dever. Convidou a terra e o céu, os seres animados e inanimados, para com ele bendizerem ao Senhor, a fim de que as gerações futuras continuassem a celebrar a glória de seu nome.
         Mais estritamente que o povo judeu, somos obrigados para com Deus, a quem “predestinou sermos seus filhos adotivos por Jesus Cristo, segundo o propósito de sua vontade, para louvor e glória da sua graça” (Ef. 1, 5-8).
         Em outros termos, Deus adotou os cristãos para que louvassem e bendizessem a magnificência de sua graça. Eis o dever sagrado ao qual não nos poderemos subtrair sem pecado grave. Para cumprir este dever, imperadores, reis, príncipes piedosos edificaram magníficos templos e fundaram mosteiros, onde os louvores ao Senhor deviam seguir-se noite e dia, pelo canto das horas canônicas.
         É por essa razão que a Igreja obriga seus clérigos, desde que recebem o subdiaconato, à recitação quotidiana do breviário, obrigação que estende sobre a maior parte das Ordens religiosas de um e de outro sexo. Todos se conformam com isto alegremente e “elevam a glória do Senhor tão alto quanto podem, e elevam sua grandeza quanto possível, porque ele está acima de todo louvor”.
         Para que, porém, o nosso louvor seja um tributo digno de ser recebido pela imensa Majestade de Deus, Jesus Cristo, conhecendo a fraqueza humana, instituiu a santa Missa, o “sacrifício de louvor” por excelência, oferecido ao Senhor todos os dias e a toda hora.
         Recordai, sob este ponto de vista, as diferentes partes da santa Missa. Que hino magnífico o “Glória in excelsis; ‘laudamus te’, nós Vos louvarmos; ‘benedicimus te’, nós Vos bendizemos; ‘adoramus te’, nós Vos adoramos; ‘gloricamus te’, nós Vos glorificamos!”
         Que cântico ardente o “Sanctus”: “Santo, Santo, Santo, é o Senhor Deus dos exércitos; Vossa glória enche os céus e a terra. Hosana nas alturas, bendito seja quem vem em nome do Senhor!”
         O profeta Isaías, em um êxtasis, ouviu os coros dos Anjos que cantavam, alternadamente, este cântico, e o hosana de alegria partia do coração dos judeus, quando Jesus entrou em Jerusalém, seis dias antes de sua Paixão. Unindo, na santa Missa, nossas fracas vozes e essas melodias celestes, rendemos a mais pura glória que possa ser rendida a Deus no céu e na terra.
         “A Santa Igreja, pela Carne e pelo Sangue de Jesus Cristo, oferece um sacrifício de louvor”, diz Santo Agostinho. E São Lourenço Justiniano escreve: “É certo que Deus não poderia ser mais louvado do que pelo Sacrifício da Missa, instituído para esse fim pelo Salvador”.
         Na Missa, o Filho de Deus oferece-se a seu Pai e rende-lhe toda a honra, toda a glória que lhe rendia sobre a terra. Desta sorte e assim unicamente, o Pai é glorificado de maneira digna dele: eis porque Deus recebe, de uma só Missa, mais honra e glória do que poderiam proporcionar-lhe todos os Anjos e Santos.
         Se, em honra da Santíssima Trindade, o céu inteiro organizasse uma procissão, à frente da qual marchasse a Mãe de Deus, seguida dos nove coros dos Anjos e do exército inumerável dos Santos e bem-aventurados, Deus seria certamente muito honrado por ela. Mas, se enviasse a Igreja militante um só de seus sacerdotes para rematar esta augusta procissão pelo santo Sacrifício da Missa, verdadeiramente, este pobre sacerdote, pela única Missa que celebrasse, renderia a Deus uma homenagem infinitamente maior do que a que resultaria de uma tão tocante cerimônia; homenagem tão elevada acima da primeira, como o Filho de Deus está elevado sobre todas as criaturas.
         “Quando, um dia, assistia à Missa, conta-nos Santa Brígida, pareceu-me, no momento da consagração, o sol, a lua, as estrelas, todo o firmamento e suas evoluções cantarem as mais doces e penetrantes harmonias. Unia-se-lhes uma multidão de cantores celestes, cujos acentos eram tão melodiosos que nem se pode imaginar. Os coros angélicos contemplavam o sacerdote e inclinavam-se diante dele com o mais profundo respeito, enquanto os demônios fugiam, tremendo de espanto. Logo que as palavras sacramentais foram pronunciadas sobre o pão, percebi um cordeirinho em lugar da hóstia; tinha a figura de Jesus; os Anjos o adoravam e o serviam. Uma infinidade de almas santas louvavam também, com os Anjos, o Altíssimo e o Cordeiro imaculado” (Lib. 8, c. 56).
         Caro leitor, estás no meio desta assembléia celeste, quando assistes à santa Missa e ajudas a louvar ao Senhor. Ele repara as blasfêmias, os insultos que os homens insensatos proferem diariamente. Sem este augusto sacrifício de louvor, o mundo não subsistiria. A santa Missa retém o braço de Deus; opõe aos ultrajes dos ímpios as homenagens dignas de sua divina Majestade.
         Agradece, pois, sem cessar, a nosso bom Mestre a instituição da santa Missa e aproveita, cada vez mais, deste meio eficacíssimo de louvar ao Senhor.
Fonte: http://www.derradeirasgracas.com/

Avvenire: "Europa islamica nel 2050? Previsione non campata in aria." avverte p. Samil Khalil S.I., "Dobbiamo svegliarci!" "I demografi prevedono che entro il 2050 un quarto della popolazione europea sarà islamica. Se il trend non cambia l’Europa un giorno si ritroverà abitata in maggioranza da musulmani. E di fatto, se la Turchia entrerà nella Ue, ciò significherà che un grosso pezzo del mondo islamico, almeno a livello sociologico, farà parte dell’Europa. C’è poi il fattore culturale: nel nostro continente diminuisce progressivamente la pratica cristiana, dilaga l’indifferentismo religioso ed il cristianesimo viene spesso deriso e osteggiato mentre l’islam diventa sempre più propagandistico e intollerante."

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Ma il "pezzo" più significativo che vogliamo segnalare è questa intervista che, con l'autorevolezza del professore p. Khalil Samir, S.I.
Egiziano, famoso islamologo, riporta la giusta attenzione su quelle affermazioni di Gheddafi che, davvero troppo provocatorie, son troppo sottovalutate. "Vanno prese sul serio", avverte, "non son campate in aria".
Il padre gesuita è serio, lancia un allarme a tutti i cristiani di buona volontà e un monito ai governanti!
Le sue considerazioni sono gravi e fanno riflettere anche sull'eventuale (e da noi temuta) ingresso della Turchia in Europa: "I demografi prevedono che entro il 2050 un quarto della popolazione europea sarà islamica. Se il trend non cambia l’Europa un giorno si ritroverà abitata in maggioranza da musulmani. E di fatto, se la Turchia entrerà nella Ue, ciò significherà che un grosso pezzo del mondo islamico, almeno a livello sociologico, farà parte dell’Europa. C’è poi il fattore culturale: nel nostro continente diminuisce progressivamente la pratica cristiana, dilaga l’indifferentismo religioso ed il cristianesimo viene spesso deriso e osteggiato mentre l’islam diventa sempre più propagandistico e intollerante." (confermando la terribile previsione diffusa col video al nostro post).
La sua origine egiziana, e la sua appartenenza alla Compagnia (non certo tradizionalisa nè chiusa al dialogo interreligioso) liberano la figura autorevole di p. Khalil Samir da ogni eventuale pregiudizio nei suoi confronti.
E questo rende più convincenti e pesanti le sue considerazioni. E il suo grido: "Dobbiamo svegliarci: quale Europa vogliamo?"
[il sottolineato e il grassetto son nostri.]
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Avvenire - 31 agosto 2010
IL RAIS A ROMA di Luigi Geninazzi. (link)
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«Gheddafi e Islam? Va preso sul serio»

[...] «Lo spettacolo sarà anche un po’ ridicolo ma quel che ha detto Gheddafi a proposito di una futura Europa musulmana va preso terribilmente sul serio». È l’opinione di Samir Khalil Samir, islamologo di fama internazionale. Gesuita di origini egiziane, padre Samir è docente al Pontificio Istituto Orientale di Roma, alla Cattolica di Milano e all’università di Beirut, impegnato nel dialogo interreligioso e consulente del Vaticano. E sul presidente della Jiamahiria ha un giudizio molto chiaro.

Gheddafi arriva a Roma e dice che l’islam, prima o poi, sarà la religione d’Europa. Se uno andasse a Tripoli e invitasse i cittadini libici ad abbracciare il cristianesimo cosa succederebbe?
"Scoppierebbe il finimondo ed il malcapitato predicatore verrebbe immediatamente arrestato e condannato per il reato di proselitismo. In Libia, così come in ogni altro Paese islamico, non ci puoi neanche metter piede se sei sospettato di voler esercitare un’attività missionaria. Ma quel che è vietato ai cristiani è un dovere per i musulmani. Non soltanto per i singoli credenti ma anche per gli Stati. [...]"

Qualcuno la considera una buffonata, qualche altro una provocazione. Lei come la vede?
"Iniziamo col dire che Gheddafi è abituato a tenere simili discorsi. L’ultima volta l’ha fatto davanti all’Assemblea generale delle Nazioni Unite il 23 settembre dello scorso anno. [...] i popoli musulmani lo ammirano perchè predica il Corano a tutto il mondo.[...] Nei suoi incontri romani ha affermato che l’islam è l’ultima religione rivelata e che per questo ha cancellato il giudaismo e il cristianesimo. Nessun musulmano lo può contraddire."

Ma ha pure aggiunto che l’Europa è destinata a diventare islamica. Va preso sul serio?
"Diciamo che si tratta di una previsione non certo campata in aria. Ed io starei attento a liquidarla come una boutade di poco conto. Guardiamo ai fatti. Gli europei hanno un tasso di natalità molto basso, in media l’1,38%, vale a dire la metà di quello degli immigrati di provenienza extracomunitaria, in gran parte musulmani.
I demografi prevedono che entro il 2050 un quarto della popolazione europea sarà islamica. Se il trend non cambia l’Europa un giorno si ritroverà abitata in maggioranza da musulmani. E di fatto, se la Turchia entrerà nella Ue, ciò significherà che un grosso pezzo del mondo islamico, almeno a livello sociologico, farà parte dell’Europa. C’è poi il fattore culturale: nel nostro continente diminuisce progressivamente la pratica cristiana, dilaga l’indifferentismo religioso ed il cristianesimo viene spesso deriso e osteggiato mentre l’islam diventa sempre più propagandistico e intollerante."

Mentre noi, permettendo a Gheddafi di tenere il suo discorso a Roma, abbiamo dato una bella dimostrazione di tolleranza...
"È così, e lo dico senza alcuna ironia. Anche se mi permetto di notare che Roma non è Hyde Park ma la capitale del cattolicesimo. Io penso che dobbiamo fare i conti con la provocazione lanciata da Gheddafi. Dobbiamo svegliarci: qual è l’Europa che vogliamo? Ha un valore e un’influenza solo economica?"

Forse è proprio per questo che Gheddafi a Roma può dire quel che vuole sull’islam: la Libia è un importante partner economico dell’Italia, meglio non contrariarla...
"Capisco queste considerazioni, ma dobbiamo agire con coerenza. Non possiamo riempirci continuamente la bocca di belle parole sui diritti umani quando ci rivolgiamo all’interno dell’Europa, e poi far finta di niente con un capo di Stato straniero che è al potere da 41 anni e spesso ha mostrato disprezzo per i dirtti fondamentali della persona umana. Lo ha dimostrato anche recentemente con centinaia di eritrei rinchiusi nei campi di detenzione. Lui non parla solo di affari, si atteggia a predicatore dell’islam. Qualcuno gli faccia notare che per noi gli affari non sono tutto."
Luigi Geninazzi - Copyright 2010 © Avvenire
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"Cristiani, reagite alla sfida dell'islam!"; è il grido di allarme echeggiato al Sinodo Europeo dei Vescovo tenuto in Vaticano nell'ottobre del 1999.
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Sullo stesso delicato e serio argomento, si porta all'attenzione dei lettori anche quest'altra intervista del 2004 a p. Samil Khalil, e quelle collegate, sul sito di CulturaCattolica.it fonte Avvenire.
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Per un'analisi del fenomeno rapporto Islam-Cristianesimo si legga qui, con buona pace dei sostenitori del dialogo forzato e impossibile, in nome dello "stesso" Dio (che stesso non è affatto!). "Non dialogo, ma rispetto" dice Benedetto XVI.
fonte:messainlatino.it

segunda-feira, 30 de agosto de 2010

Video sobre a Missa Gregoriana



 


AUDIOVISUALES ON LINE

Benedetto XV : non possiamo deplorare abbastanza la cecità di tante donne di ogni età e condizione, le quali, infatuate dall’ambizione di piacere non vedono quanto sia stolta certa foggia di vestire, con cui non solo suscitano la disapprovazione degli onesti, ma, ciò che è più grave, recano offesa a Dio.


[...] non possiamo deplorare abbastanza la cecità di tante donne di ogni età e condizione, le quali, infatuate dall’ambizione di piacere non vedono quanto sia stolta certa foggia di vestire, con cui non solo suscitano la disapprovazione degli onesti, ma, ciò che è più grave, recano offesa a Dio. E in tale abbigliamento — che esse stesse in passato avrebbero respinto con orrore come troppo disdicevole alla modestia cristiana — non si limitano a presentarsi soltanto in pubblico, ma neppure si vergognano di entrare così indecentemente nelle chiese, di assistere alle sacre funzioni e di recare persino alla stessa mensa Eucaristica (nella quale si va a ricevere il divino Autore della purezza) i lenocini delle turpi passioni. Tralasciamo poi di parlare di quei balli esotici e barbari, uno peggiore dell’altro, venuti ora di moda nel gran mondo elegante; non si potrebbe trovare un mezzo più adatto per togliere ogni resto di pudore.

[Brano tratto dall'enciclica "Sacra Propediem" di Papa Benedetto XV]

fonte:Cordialiter.it

La Messa Solenne di Padre Berg a San Simeon : Grande affluenza di gioventù a San Simeon Piccolo in Venezia per la Messa Celebrata del Reverendo John Berg, Superiore della Fraternità Sacerdotale San Pietro. Il Rito, con un fuori programma, sì e svolto nella forma Solenne, "in Terzo".

 
 
 
 

 
 

Nei prossimi giorni, sul Blog della Cappellania, compariranno altri scatti della bella Celebrazione. 
fonte:http://sacrissolemniis.blogspot.com/2010/08/la-messa-solenne-di-padre-berg-san.html

Modas indecentes cada vez mais em uso. Estaremos presenciando a morte da modéstia? “Estou de luto pela morte da modéstia, doente por ver mulheres 'se exibindo' onde quer que eu vá. Isso é tão inevitável quanto lamentável. Entristece-me a sorte dos homens de hoje -- pelo menos dos que procuram agir como cavalheiros. Mal podem eles erguer os olhos acima de seus sapatos, sem serem confrontados com mulheres seminuas. Mais do que falta de consideração, isso é irresponsável, desrespeitoso; e se você quiser saber mais, provavelmente pecaminoso. Mulheres expõem suas prendas em roupas colantes e curtas, que exibem mais do que escondem, mas se mostram ofendidas quando não são prestigiadas pelas suas habilidades e inteligência. Vendem-se como objeto sexual, mas se mostram chocadas quando tratadas como tal.


 

Roupas modestas (moças)

 




 
Sob o título acima, a revista americana “Catholique Online” publica artigo de Jennifer Hartline, católica combativa, esposa e dona-de-casa, mãe de três filhos preciosos. A senhora Hartline faz uma descrição das modas femininas atuais, que dispensa comentários e deixa claro por que Nossa Senhora chora. Traduzimos abaixo tópicos desse importante artigo.


“Estou de luto pela morte da modéstia, doente por ver mulheres 'se exibindo' onde quer que eu vá. Isso é tão inevitável quanto lamentável. Entristece-me a sorte dos homens de hoje -- pelo menos dos que procuram agir como cavalheiros. Mal podem eles erguer os olhos acima de seus sapatos, sem serem confrontados com mulheres seminuas. Mais do que falta de consideração, isso é irresponsável, desrespeitoso; e se você quiser saber mais, provavelmente pecaminoso.

Mulheres expõem suas prendas em roupas colantes e curtas, que exibem mais do que escondem, mas se mostram ofendidas quando não são prestigiadas pelas suas habilidades e inteligência. Vendem-se como objeto sexual, mas se mostram chocadas quando tratadas como tal.

E não se enganem, moças, quando vocês andam por aí com a metade dos seios para fora da blusa, ou com sutiãs estreitos e pequenos, com blusas sem a parte de trás, com mini-saias, jeans apertados e saltos altos -- vocês estão se oferecendo como objeto sexual, queiram ou não. [...]

Já é péssimo que a moda feminina adulta esteja voltada para aspectos sexuais, mas o mais lamentável é que isso se tenha estendido às mocinhas. É chocante ver o que se tornou aceitável na moda das jovens. Não se passa um dia sem que eu veja meninas vestidas com roupas que expõem os ombros e os braços, além do umbigo. Roupas que, na minha infância, não me teria sido permitido usar sequer ao sair do banheiro.

Mães protejam a inocência de suas filhas e sua pureza, vestindo-as com modéstia

É doloroso e triste constatar que os pais e mães de hoje não protegem a inocência de suas filhas e sua pureza, vestindo-as com modéstia. As meninas estão aprendendo, em idade ainda muito jovem, que nada há de errado em que seu corpo seja publicamente objeto de consumo, e que sua auto-estima e auto-imagem sejam baseadas na sua capacidade de atração sexual.

Desde tenra idade as sementes da promiscuidade são plantadas, e a partir delas crescem a prática sexual entre não casados, doenças sexualmente transmissíveis, idéias aberrantes sobre sexo, gravidez indesejada, conceitos mórbidos sobre o corpo, relacionamentos destrutivos, corações partidos; e, o pior de tudo, bebês mortos por aborto. Retrocedendo passo a passo, pode-se ver que tudo começa com a falta de modéstia...

Tive recentemente uma troca de e-mails com o presidente de uma empresa de roupas infantis, depois de ficar chocada com o que vi no seu catálogo na internet, onde um maiô para meninas (abaixo de três anos de idade) consistia em apenas dois pedacinhos de tecido imitando joaninhas, presos aos ombros por fios. Muito adequado para exibicionistas do nudismo.

Estamos vivendo numa cultura saturada de sexo e perversões sexuais. Basta um pouco de bom senso para perceber que nossas filhas não devem ficar seminuas em público, mesmo se tiverem apenas dois anos de idade. Um maiô como esse é o sonho de um pedófilo, coisa que não me parece difícil de entender.

A educação de nossas crianças para a abstinência fará reviver com êxito na juventude feminina a modéstia no vestir. Ensinando à menina que seu corpo é sagrado e deve ser tratado com respeito, mostrando-lhe como fazer isso através das roupas que ela veste, será muito menos provável ela tornar-se vítima da impureza.
Vistam-se com dignidade, meninas, e mostrem a si mesmas o respeito que vocês merecem. Quem é cavalheiro compreenderá sua conduta”.(*)
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(*) http://www.catholic.org/national/national_story.php?id=35399

www.catolicismo.com.br 
visto em:http://frateramicus.blogspot.com/

Summorum Pontificum no Brasil: fotos da Santa Missa celebrada em Franca (SP), com assistência de bispo diocesano.

Entrada do revmo. Pe. Michel.
Entrada do revmo. Pe. Michel.
O altar da Catedral.
O altar da Catedral.
A presença de Sua Excelência Reverendíssima Dom Pedro Luiz 
Stringhini, bispo de Franca.
A presença de Sua Excelência Reverendíssima Dom Pedro Luiz Stringhini, bispo de Franca.
A consagração.
A consagração.
visto em:fratres in unum

"Benedict XVI has dared to do it." | The Preface to The Old Mass and The New: Explaining the Motu Proprio Summorum Pontificum of Pope Benedict XVI | Bishop Marc Aillet | Ignatius Insight




 
 

Benedict XVI has dared to do it. Announced as forthcoming for months, awaited by some with frantic impatience, dreaded by others with some anxiety, the motu proprio was finally published on July 7, 2007, with the title of Summorum Pontificum. It was accompanied by a personal letter from the Pope to the bishops, to explain the reasons for his decision. [1]

The press, whether ill-informed or ill-intentioned, denounced the victory of traditionalist pressure groups, considerably overestimating their influence on the Pope, who is said to be "conservative". It said nothing, on the other hand, about the pressure that may have been brought to bear on him to try to modify his decision: people had even brandished the politico-religious specter of the encouragement that would supposedly be given to the extreme right, since the sociological context of our country was so far beyond the insight of the Roman Curia. [2] In any case, it was the first time in thirty years that some fear for the authority of the bishops where liturgy was concerned [3] and that some objected to the risk of "subjectivism" in the way it was celebrated. And then it was necessary to reassure the directors of the reform, whose goodwill can rightly be acknowledged but who had been sent to work with so little liturgical formation.

The Pope felt quite free to take his time. After "much reflection [and] numerous consultations" and not without having "invoked the Holy Spirit and trusting in the help of God", he made his decision: the old and new Missals are called to coexist in the Church, the first as the extraordinary form, and the second as the ordinary form, of the single Roman rite. People got upset, and certain bishops even gave warm expression to their "perplexity" . Yet after a few weeks the excitement subsided, and everyone agreed to respect a desire for communion that cannot be rejected. In any case, for the moment, no one has been inundated with requests.

For some, the motu proprio is a victory; for others, a non-event. There is no doubt it is in the first place a gesture toward "coming to an interior reconciliation in the heart of the Church", made in the direction of some of the faithful who have great difficulty in living their communion in practice. Might not this kind of disciplinary measure, which assuredly has a highly symbolic value, nonetheless have the salutary effect of drawing the attention of both pastors and faithful toward taking more trouble about the dignity and the sacral nature of liturgical celebration? Might not this motu proprio quite simply have the purpose of relaunching the liturgical movement, which, as we certainly have to admit, had become somewhat bogged down in the marshy meanderings of unbridled creativity and arbitrary distortions? That is the view I shall take in these pages.


fonte:http://ignatiusinsight.com/features2010/aillet_prefaceoldandnew_aug2010.asp

Letter of Pope Benedict XVI to the Bishops of the World to Present the "Motu Proprio" on the Use of the Roman Liturgy prior to the Reforms of 1970. Apostolic Letter "Summorum Pontificum" issued Motu Proprio Benedict XVI

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My dear Brother Bishops,

With great trust and hope, I am consigning to you as Pastors the text of a new Apostolic Letter "Motu Proprio data" on the use of the Roman liturgy prior to the reform of 1970. The document is the fruit of much reflection, numerous consultations and prayer.

News reports and judgments made without sufficient information have created no little confusion. There have been very divergent reactions ranging from joyful acceptance to harsh opposition, about a plan whose contents were in reality unknown.

This document was most directly opposed on account of two fears, which I would like to address somewhat more closely in this letter.

In the first place, there is the fear that the document detracts from the authority of the Second Vatican Council, one of whose essential decisions – the liturgical reform – is being called into question. This fear is unfounded. In this regard, it must first be said that the Missal published by Paul VI and then republished in two subsequent editions by John Paul II, obviously is and continues to be the normal Form – the Forma ordinaria – of the Eucharistic Liturgy. The last version of the Missale Romanum prior to the Council, which was published with the authority of Pope John XXIII in 1962 and used during the Council, will now be able to be used as a Forma extraordinaria of the liturgical celebration. It is not appropriate to speak of these two versions of the Roman Missal as if they were "two Rites". Rather, it is a matter of a twofold use of one and the same rite.



As for the use of the 1962 Missal as a Forma extraordinaria of the liturgy of the Mass, I would like to draw attention to the fact that this Missal was never juridically abrogated and, consequently, in principle, was always permitted. At the time of the introduction of the new Missal, it did not seem necessary to issue specific norms for the possible use of the earlier Missal. Probably it was thought that it would be a matter of a few individual cases which would be resolved, case by case, on the local level. Afterwards, however, it soon became apparent that a good number of people remained strongly attached to this usage of the Roman Rite, which had been familiar to them from childhood. This was especially the case in countries where the liturgical movement had provided many people with a notable liturgical formation and a deep, personal familiarity with the earlier Form of the liturgical celebration. We all know that, in the movement led by Archbishop Lefebvre, fidelity to the old Missal became an external mark of identity; the reasons for the break which arose over this, however, were at a deeper level. Many people who clearly accepted the binding character of the Second Vatican Council, and were faithful to the Pope and the Bishops, nonetheless also desired to recover the form of the sacred liturgy that was dear to them. This occurred above all because in many places celebrations were not faithful to the prescriptions of the new Missal, but the latter actually was understood as authorizing or even requiring creativity, which frequently led to deformations of the liturgy which were hard to bear. I am speaking from experience, since I too lived through that period with all its hopes and its confusion. And I have seen how arbitrary deformations of the liturgy caused deep pain to individuals totally rooted in the faith of the Church.

Pope John Paul II thus felt obliged to provide, in his Motu Proprio Ecclesia Dei (2 July 1988), guidelines for the use of the 1962 Missal; that document, however, did not contain detailed prescriptions but appealed in a general way to the generous response of Bishops towards the "legitimate aspirations" of those members of the faithful who requested this usage of the Roman Rite. At the time, the Pope primarily wanted to assist the Society of Saint Pius X to recover full unity with the Successor of Peter, and sought to heal a wound experienced ever more painfully. Unfortunately this reconciliation has not yet come about. Nonetheless, a number of communities have gratefully made use of the possibilities provided by the Motu Proprio. On the other hand, difficulties remain concerning the use of the 1962 Missal outside of these groups, because of the lack of precise juridical norms, particularly because Bishops, in such cases, frequently feared that the authority of the Council would be called into question. Immediately after the Second Vatican Council it was presumed that requests for the use of the 1962 Missal would be limited to the older generation which had grown up with it, but in the meantime it has clearly been demonstrated that young persons too have discovered this liturgical form, felt its attraction and found in it a form of encounter with the Mystery of the Most Holy Eucharist, particularly suited to them. Thus the need has arisen for a clearer juridical regulation which had not been foreseen at the time of the 1988 Motu Proprio. The present Norms are also meant to free Bishops from constantly having to evaluate anew how they are to respond to various situations.

In the second place, the fear was expressed in discussions about the awaited Motu Proprio, that the possibility of a wider use of the 1962 Missal would lead to disarray or even divisions within parish communities. This fear also strikes me as quite unfounded. The use of the old Missal presupposes a certain degree of liturgical formation and some knowledge of the Latin language; neither of these is found very often. Already from these concrete presuppositions, it is clearly seen that the new Missal will certainly remain the ordinary Form of the Roman Rite, not only on account of the juridical norms, but also because of the actual situation of the communities of the faithful.

It is true that there have been exaggerations and at times social aspects unduly linked to the attitude of the faithful attached to the ancient Latin liturgical tradition. Your charity and pastoral prudence will be an incentive and guide for improving these. For that matter, the two Forms of the usage of the Roman Rite can be mutually enriching: new Saints and some of the new Prefaces can and should be inserted in the old Missal. The "Ecclesia Dei" Commission, in contact with various bodies devoted to the usus antiquior, will study the practical possibilities in this regard. The celebration of the Mass according to the Missal of Paul VI will be able to demonstrate, more powerfully than has been the case hitherto, the sacrality which attracts many people to the former usage. The most sure guarantee that the Missal of Paul VI can unite parish communities and be loved by them consists in its being celebrated with great reverence in harmony with the liturgical directives. This will bring out the spiritual richness and the theological depth of this Missal.

I now come to the positive reason which motivated my decision to issue this Motu Proprio updating that of 1988. It is a matter of coming to an interior reconciliation in the heart of the Church. Looking back over the past, to the divisions which in the course of the centuries have rent the Body of Christ, one continually has the impression that, at critical moments when divisions were coming about, not enough was done by the Church’s leaders to maintain or regain reconciliation and unity. One has the impression that omissions on the part of the Church have had their share of blame for the fact that these divisions were able to harden. This glance at the past imposes an obligation on us today: to make every effort to unable for all those who truly desire unity to remain in that unity or to attain it anew. I think of a sentence in the Second Letter to the Corinthians, where Paul writes: "Our mouth is open to you, Corinthians; our heart is wide. You are not restricted by us, but you are restricted in your own affections. In return … widen your hearts also!" (2 Cor 6:11-13). Paul was certainly speaking in another context, but his exhortation can and must touch us too, precisely on this subject. Let us generously open our hearts and make room for everything that the faith itself allows.

There is no contradiction between the two editions of the Roman Missal. In the history of the liturgy there is growth and progress, but no rupture. What earlier generations held as sacred, remains sacred and great for us too, and it cannot be all of a sudden entirely forbidden or even considered harmful. It behooves all of us to preserve the riches which have developed in the Church’s faith and prayer, and to give them their proper place. Needless to say, in order to experience full communion, the priests of the communities adhering to the former usage cannot, as a matter of principle, exclude celebrating according to the new books. The total exclusion of the new rite would not in fact be consistent with the recognition of its value and holiness.

In conclusion, dear Brothers, I very much wish to stress that these new norms do not in any way lessen your own authority and responsibility, either for the liturgy or for the pastoral care of your faithful. Each Bishop, in fact, is the moderator of the liturgy in his own Diocese (cf. Sacrosanctum Concilium, 22: "Sacrae Liturgiae moderatio ab Ecclesiae auctoritate unice pendet quae quidem est apud Apostolicam Sedem et, ad normam iuris, apud Episcopum").

Nothing is taken away, then, from the authority of the Bishop, whose role remains that of being watchful that all is done in peace and serenity. Should some problem arise which the parish priest cannot resolve, the local Ordinary will always be able to intervene, in full harmony, however, with all that has been laid down by the new norms of the Motu Proprio.


Furthermore, I invite you, dear Brothers, to send to the Holy See an account of your experiences, three years after this Motu Proprio has taken effect. If truly serious difficulties come to light, ways to remedy them can be sought.

Dear Brothers, with gratitude and trust, I entrust to your hearts as Pastors these pages and the norms of the Motu Proprio. Let us always be mindful of the words of the Apostle Paul addressed to the presbyters of Ephesus: "Take heed to yourselves and to all the flock, in which the Holy Spirit has made you overseers, to care for the Church of God which he obtained with the blood of his own Son" (Acts 20:28).

I entrust these norms to the powerful intercession of Mary, Mother of the Church, and I cordially impart my Apostolic Blessing to you, dear Brothers, to the parish priests of your dioceses, and to all the priests, your co-workers, as well as to all your faithful.

Given at Saint Peter’s, 7 July 2007

Apostolic Letter "Summorum Pontificum" issued Motu Proprio
Benedict XVI

On Saturday 7 July 2007 Pope Benedict XVI issued an Apostolic Letter on the celebration of the Roman Rite according to the Missal of 1962. The following text is the unofficial Vatican Information Service translation of the official Latin text.

Up to our own times, it has been the constant concern of supreme pontiffs to ensure that the Church of Christ offers a worthy ritual to the Divine Majesty, 'to the praise and glory of His name,' and 'to the benefit of all His Holy Church.'
Since time immemorial it has been necessary - as it is also for the future - to maintain the principle according to which 'each particular Church must concur with the universal Church, not only as regards the doctrine of the faith and the sacramental signs, but also as regards the usages universally accepted by uninterrupted apostolic tradition, which must be observed not only to avoid errors but also to transmit the integrity of the faith, because the Church's law of prayer corresponds to her law of faith.' (1)
Among the pontiffs who showed that requisite concern, particularly outstanding is the name of St. Gregory the Great, who made every effort to ensure that the new peoples of Europe received both the Catholic faith and the treasures of worship and culture that had been accumulated by the Romans in preceding centuries. He commanded that the form of the sacred liturgy as celebrated in Rome (concerning both the Sacrifice of Mass and the Divine Office) be conserved. He took great concern to ensure the dissemination of monks and nuns who, following the Rule of St. Benedict, together with the announcement of the Gospel illustrated with their lives the wise provision of their Rule that 'nothing should be placed before the work of God.' In this way the sacred liturgy, celebrated according to the Roman use, enriched not only the faith and piety but also the culture of many peoples. It is known, in fact, that the Latin liturgy of the Church in its various forms, in each century of the Christian era, has been a spur to the spiritual life of many saints, has reinforced many peoples in the virtue of religion and fecundated their piety.
Many other Roman pontiffs, in the course of the centuries, showed particular solicitude in ensuring that the sacred liturgy accomplished this task more effectively. Outstanding among them is St. Pius V who, sustained by great pastoral zeal and following the exhortations of the Council of Trent, renewed the entire liturgy of the Church, oversaw the publication of liturgical books amended and 'renewed in accordance with the norms of the Fathers,' and provided them for the use of the Latin Church.
One of the liturgical books of the Roman rite is the Roman Missal, which developed in the city of Rome and, with the passing of the centuries, little by little took forms very similar to that it has had in recent times.
"It was towards this same goal that succeeding Roman Pontiffs directed their energies during the subsequent centuries in order to ensure that the rites and liturgical books were brought up to date and when necessary clarified. From the beginning of this century they undertook a more general reform.' (2) Thus our predecessors Clement VIII, Urban VIII, St. Pius X (3), Benedict XV, Pius XII and Blessed John XXIII all played a part.
In more recent times, Vatican Council II expressed a desire that the respectful reverence due to divine worship should be renewed and adapted to the needs of our time. Moved by this desire our predecessor, the Supreme Pontiff Paul VI, approved, in 1970, reformed and partly renewed liturgical books for the Latin Church. These, translated into the various languages of the world, were willingly accepted by bishops, priests and faithful. John Paul II amended the third typical edition of the Roman Missal. Thus Roman pontiffs have operated to ensure that 'this kind of liturgical edifice ... should again appear resplendent for its dignity and harmony.' (4)
But in some regions, no small numbers of faithful adhered and continue to adhere with great love and affection to the earlier liturgical forms. These had so deeply marked their culture and their spirit that in 1984 the Supreme Pontiff John Paul II, moved by a concern for the pastoral care of these faithful, with the special indult 'Quattuor abhinc anno," issued by the Congregation for Divine Worship, granted permission to use the Roman Missal published by Blessed John XXIII in the year 1962. Later, in the year 1988, John Paul II with the Apostolic Letter given as Motu Proprio, 'Ecclesia Dei,' exhorted bishops to make generous use of this power in favor of all the faithful who so desired.
Following the insistent prayers of these faithful, long deliberated upon by our predecessor John Paul II, and after having listened to the views of the Cardinal Fathers of the Consistory of 22 March 2006, having reflected deeply upon all aspects of the question, invoked the Holy Spirit and trusting in the help of God, with these Apostolic Letters we establish the following:

Art 1. The Roman Missal promulgated by Paul VI is the ordinary expression of the 'Lex orandi' (Law of prayer) of the Catholic Church of the Latin rite. Nonetheless, the Roman Missal promulgated by St. Pius V and reissued by Bl. John XXIII is to be considered as an extraordinary expression of that same 'Lex orandi,' and must be given due honour for its venerable and ancient usage. These two expressions of the Church's Lex orandi will in no any way lead to a division in the Church's 'Lex credendi' (Law of belief). They are, in fact two usages of the one Roman rite.

It is, therefore, permissible to celebrate the Sacrifice of the Mass following the typical edition of the Roman Missal promulgated by Bl. John XXIII in 1962 and never abrogated, as an extraordinary form of the Liturgy of the Church. The conditions for the use of this Missal as laid down by earlier documents 'Quattuor abhinc annis' and 'Ecclesia Dei,' are substituted as follows:

Art. 2. In Masses celebrated without the people, each Catholic priest of the Latin rite, whether secular or regular, may use the Roman Missal published by Bl. Pope John XXIII in 1962, or the Roman Missal promulgated by Pope Paul VI in 1970, and may do so on any day with the exception of the Easter Triduum. For such celebrations, with either one Missal or the other, the priest has no need for permission from the Apostolic See or from his Ordinary.

Art. 3. Communities of Institutes of consecrated life and of Societies of apostolic life, of either pontifical or diocesan right, wishing to celebrate Mass in accordance with the edition of the Roman Missal promulgated in 1962, for conventual or "community" celebration in their oratories, may do so. If an individual community or an entire Institute or Society wishes to undertake such celebrations often, habitually or permanently, the decision must be taken by the Superiors Major, in accordance with the law and following their own specific decrees and statues.

Art. 4. Celebrations of Mass as mentioned above in art. 2 may - observing all the norms of law - also be attended by faithful who, of their own free will, ask to be admitted.

Art. 5. § 1 In parishes, where there is a stable group of faithful who adhere to the earlier liturgical tradition, the pastor should willingly accept their requests to celebrate the Mass according to the rite of the Roman Missal published in 1962, and ensure that the welfare of these faithful harmonises with the ordinary pastoral care of the parish, under the guidance of the bishop in accordance with canon 392, avoiding discord and favouring the unity of the whole Church.
§ 2 Celebration in accordance with the Missal of Bl. John XXIII may take place on working days; while on Sundays and feast days one such celebration may also be held.
§ 3 For faithful and priests who request it, the pastor should also allow celebrations in this extraordinary form for special circumstances such as marriages, funerals or occasional celebrations, e.g. pilgrimages.
§ 4 Priests who use the Missal of Bl. John XXIII must be qualified to do so and not juridically impeded.
§ 5 In churches that are not parish or conventual churches, it is the duty of the Rector of the church to grant the above permission.

Art. 6. In Masses celebrated in the presence of the people in accordance with the Missal of Bl. John XXIII, the readings may be given in the vernacular, using editions recognised by the Apostolic See.

Art. 7. If a group of lay faithful, as mentioned in art. 5 õ 1, has not obtained satisfaction to their requests from the pastor, they should inform the diocesan bishop. The bishop is strongly requested to satisfy their wishes. If he cannot arrange for such celebration to take place, the matter should be referred to the Pontifical Commission "Ecclesia Dei".

Art. 8. A bishop who, desirous of satisfying such requests, but who for various reasons is unable to do so, may refer the problem to the Commission "Ecclesia Dei" to obtain counsel and assistance.

Art. 9. § 1 The pastor, having attentively examined all aspects, may also grant permission to use the earlier ritual for the administration of the Sacraments of Baptism, Marriage, Penance, and the Anointing of the Sick, if the good of souls would seem to require it.
§ 2 Ordinaries are given the right to celebrate the Sacrament of Confirmation using the earlier Roman Pontifical, if the good of souls would seem to require it.
§ 3 Clerics ordained "in sacris constitutis" may use the Roman Breviary promulgated by Bl. John XXIII in 1962.

Art. 10. The ordinary of a particular place, if he feels it appropriate, may erect a personal parish in accordance with can. 518 for celebrations following the ancient form of the Roman rite, or appoint a chaplain, while observing all the norms of law.

Art. 11. The Pontifical Commission "Ecclesia Dei", erected by John Paul II in 1988 (5), continues to exercise its function. Said Commission will have the form, duties and norms that the Roman Pontiff wishes to assign it.

Art. 12. This Commission, apart from the powers it enjoys, will exercise the authority of the Holy See, supervising the observance and application of these dispositions.

We order that everything We have established with these Apostolic Letters issued as Motu Proprio be considered as "established and decreed", and to be observed from 14 September of this year, Feast of the Exaltation of the Cross, whatever there may be to the contrary.

From Rome, at St. Peter's, 7 July 2007, third year of Our Pontificate.
Pope Benedict XVI

(1) General Instruction of the Roman Missal, 3rd ed., 2002, no. 397.    [back to text]
(2) John Paul II, Apostolic Letter "Vicesimus quintus annus," 4 December 1988, 3: AAS 81 (1989), 899.    [back to text]

(3) Ibid.    [back to text]
(4) St. Pius X, Apostolic Letter Motu propio data, "Abhinc duos annos," 23 October 1913: AAS 5 (1913), 449-450; cf John Paul II, Apostolic Letter "Vicesimus quintus annus," no. 3: AAS 81 (1989), 899.    [back to text]
(5) Cf John Paul II, Apostolic Letter Motu proprio data "Ecclesia Dei," 2 July 1988, 6: AAS 80 (1988), 1498.    [back to text]