terça-feira, 10 de fevereiro de 2009
FILÓSOFO ALEMÃO ROBERT SPAEMANN APOIA O PAPA BENTO XVI
Spaemann lamenta los juicios sobre Benedicto XVI y su Magisterio
El filósofo alemán Robert Spaemann ha calificado la repercusión mediática del levantamiento de la excomunión a los lefevbrianos de “histeria colectiva” y ha afirmado que "es absurdo" dudar de la postura del Papa sobre los conflictos que suceden en el mundo hebreo o de su radical condena hacia el antisemitismo.
Benedicto XVI, un Papa que propone la Doctrina de la Iglesia
En una entrevista publicada en el diario Avvenire, Spaemann, uno de los más importantes filósofos alemanes contemporáneos y profesor emérito de Filosofía en la Universidad Ludwig-Maximilians de Mónaco, reconoció "sentirse mal" por los "increíbles juicios sobre la figura de Benedicto XVI y sobre su Magisterio" y afirmó que “es absurdo” dudar de la postura del Papa sobre los conflictos que suceden en el mundo hebreo o de su radical condena hacia el antisemitismo.
Según explicó, los motivos de tanta “histeria” son dos. El primero se debe a que los medios alemanes ha tratado a Benedicto XVI de “oscuro dogmático” y el Papa no ha entrado en “ese juego”, por lo que muchos periodistas han ido acumulando “mucha frustración”. El segundo, a que “hay una gran oposición a una reconciliación de la Iglesia con el mundo tradicional”. Así, destacó que la entrevista del obispo lefebvriano Williamson ha sido vista como una ocasión formidable para tratar de ahondar en este proceso.
Spaemann aseguró que en la prensa alemana no se han explicado los términos exactos del levantamiento de la excomunión y que muchas cosas se han omitido. Así, recordó que el Papa, por ejemplo, ha levantado la excomunión latae sententiae también a los obispos chinos ordenados de manera ilícita –los llamados de la iglesia patriótica- y que, en algunos casos, han continuado ejerciendo. “Ahí nadie protestó”, advirtió.
A su juicio, el levantamiento se debe a que Benedicto XVI quiso ser padre y pastor frente a lo que definió de “gran dolor”. Estos cuatro obispos pueden ahora de nuevo confesarse, obtener la absolución de sus propios pecados, tomar la comunión y morir con los Sacramentos. Y non han sido reconfirmados como los obispos chinos.
Para Spaemann, más que una falta de comprensión hacia el Pontificado de Benedicto XVI, “se trata de la dificultad de aceptar un Pontificado que huye de las cosas falsas. Un Papa que, simplemente, propone la Doctrina de la Iglesia y lo hace sin aquella dureza que muchos se esperaban pero con gran dulzura y calma”.