Jamás podremos corresponder dignamente
a los favores y gracias que nos has hecho
al darnos tu santo Escapulario.
Acepta nuestro sencillo agradecimiento
y, ya que nada te podemos dar que sea digno de Ti,
ofrecemos nuestro corazón, con todo su amor,
y toda nuestra vida.
Madre de los sacerdotes, Virgen del Carmen,
protegelos a todos bajo tu manto
para que se vean libres de todo aquello
que pueda dañar su vocáción.
Hazlos santos, grandes amantes de tu Santo Escapulario,
que conduzcan a todas las almas
hacia Cristo, monte de la salvación.
Amen.