sábado, 6 de fevereiro de 2010

Card. Darío Castrillón:Con el motu proprio Summorum Pontificum quedó permitida, o más que permitida ofrecida, a todos los sacerdotes del mundo la misa


*Declaraciones de Su Eminencia Reverendísima a RCN Radio de Colombia:

“ Con el motu proprio Summorum Pontificum quedó permitida, o más que permitida ofrecida, a todos los sacerdotes del mundo la misa del rito anterior. Todo sacerdote tiene derecho; el obispo no puede impedir que los sacerdotes celebren en el rito antiguo, y en las casas religiosas no se puede impedir. Y a petición de un grupo de fieles se debe ofrecer la misa.”
Publicado por Fraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina

La Santa Misa Dom Gaspar Lefébvre O.S.B

La Misa es un Sacrificio.

Lo primero que jamás se ha de olvidar es que la Misa es un Sacrificio, un acto por el cual la Iglesia tributa oficialmente a Dios en nombre de todos, un culto supremo de adoración o de latría, que sólo a Él es debido en virtud de la excelencia incomparable de su divino Ser, de quien todo dimana, y a quien todo finalmente va a parar. Y así la Misa se ofrece tan sólo a las Tres personas de la Santísima Trinidad.

Sus Cuatro Fines.

Y precisamente el sacerdote, para reconocer el soberano dominio de Dios sobre las criaturas, ofrece a Dios a nuestro Señor Jesucristo mismo, el cual, al ser inmolado en la cruz, rindió al Padre un culto infinito de adoración y de gracias, de expiación y de impetración. El Sacrificio de la Misa, al poner en el altar la Víctima del Calvario, nos permite adorar por medio de ella y cual conviene a Dios, darle gracias dignamente por todos sus beneficios, aplacarle plenamente mediante la oblación de la Sangre de Jesús y pedirle favores, con la certeza de ser siempre atendidos, porque esas peticiones van hechas en nombre de Aquél que, con sólo mostrar al Padre sus gloriosas llagas, intercede por nosotros sin cesar en el cielo y en la Eucaristía.

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La Misa y los Tiempos Litúrgicos.

Y como quiera que todos los misterios de la vida del Salvador cooperaron en unión con el del Calvario en nuestra salvación, la Iglesia celebra su aniversario en el Sacrificio de la Misa en las diferentes festividades del Ciclo Temporal, o Ciclo de Cristo. En Navidad, por ejemplo, se ofrece a Dios el divino Infante del pesebre con todo aquello en que más gloria dio Cristo al Padre, especialmente durante los años de su santa infancia. La Misa, pues, en todo ese tiempo, nos aplica de un modo muy especial las gracias particulares que Jesús entonces nos mereció, y que nos ayudarán a practicar cada año mejor las excelsas virtudes de que Jesús y María nos dieron ejemplo.

La Misa en Honor de los Santos.

La Misa se ofrece también en honor de los Santos, como lo demuestra el Ciclo Santoral; con lo cual se afirma que precisamente, merced a la Eucaristía - Sacrificio al par que Sacramento - llovió del cielo sobre los Santos tal torrente de gracias. Honrando a los Santos glorificamos la obra del Altísimo en ellos, que son sus obras maestras. También resulta un hermoso tributo de homenaje para los Santos el que unamos en el altar su memoria a la de Jesús; lo cual se hace siempre que celebramos el aniversario de su tránsito, y aun todos los días en el Canon de la Misa. Miembros como son del cuerpo místico de Cristo, es conveniente se les asocie al sacrificio de su Cabeza, ya que por sus trabajos y aun por su martirio, mezclaron su sangre con la de la Víctima divina. Por eso la Iglesia incrusta en el ara misma del altar las reliquias de los Santos y muy en especial de los Mártires en el sitio mismo en que se coloca la Sagrada Hostia. Dice a este propósito San Agustín, que toda la asamblea redimida, o sea, toda la sociedad de los Santos es el sacrificio universal, siendo ofrecida a Dios por el gran sacerdote que por nosotros se ofreció en su Pasión.

Es también para los Santos un gran honor, el mayor que dárseles pueda, el ofrecer a Dios en su nombre la Sangre de Jesucristo para adorar al Altísimo y para darle gracias por medio de Cristo, por las larguezas que con ellos usó. La eficacia de sus pasados méritos y de su oración actual suben de quilates cuando se presentan a Dios en unión con los méritos y plegarias de Jesús, Medianero universal; lo cual tiene lugar muy especialmente cuando el día de su fiesta se celebra la Misa en honor de los Santos. Parece como que Dios se complace más en la oblación de la Sangre de Jesús, cuando se pone a los Santos por medianeros. Así que, cuando asistimos a Misa, es preciso hagamos estas tres cosas:

1 - Recomponer el Cuadro Histórico del acontecimiento de la vida de Cristo o de alguno de sus Santos, acontecimiento cuyo aniversario se celebra. A eso tiende la Misa de los Catecúmenos, con los múltiples elementos que la integran: Ornamentos, Cantos, Introito, Epístola, Evangelio, etc.

2 - Ofrecer a Dios para su mayor honra y gloria el Misterio del Salvador o los actos de virtud practicados por el Santo que se festeja. (Canon de la Misa). No conviene - fuera del caso de necesidad - comulgar antes de haber hecho esa ofrenda, que a más de aplacar al Altísimo, nos garantiza los divinos favores.

3 - Pedir a Dios (en el Padrenuestro) y recibir por los méritos e intercesión de Jesús y de sus Santos las gracias que ellos recibieron cuando acá abajo vivían (lo cual es fruto de la Comunión y de la Poscomunión).

Si a este método, que es el método del Misal, se añade el canto del pueblo fiel, especialmente el Canto Gregoriano, en las misas cantadas solemnes, entonces será completa la participación activa en los sacrosantos Misterios; entonces sí que beberemos en ellos el genuino espíritu cristiano en su fuente primera e indispensable, conforme a los vivos anhelos de San Pío X.

Se puede decir que, en general, la mejor participación, el mejor modo de asistir al Santo Sacrificio consistirá en hacer nuestras las fórmulas que el mismo sacerdote reza, no tanto repitiéndolas maquinalmente, sino sacando de ellas reflexiones serias y piadosas que correspondan a los pensamientos expresados por las oraciones de la Misa.

Tal manera de asistir a la Santa Misa, al Santo Sacrificio parece ser la preparación ideal a la Santa Comunión, por ser la misma que la Iglesia impone al Papa, a los Obispos y a todos los Sacerdotes cuando celebran. Es además muy apta para desarrollar dentro del alma los sentimientos de contrición (desde el Introito hasta las oraciones); de fe (desde las oraciones hasta el Credo); de amor (en la Comunión), y de gratitud (desde las últimas oraciones hasta el fin); sentimientos todos indispensables para recibir con fruto la Eucaristía. La participación más cumplida en la Santa Misa, que es la Comunión, alcanza por ahí todos sus frutos, por ser ella una de las aplicaciones más perfectas de las condiciones requeridas por el Decreto de Su Santidad San Pío X para "cosechar más copiosos frutos de la Comunión. Esas condiciones son: una preparación más esmerada y una acción de gracias conveniente a la recepción del divino Sacramento"


LA SANTA MISA
Dom Gaspar Lefebvre O.S.B.

La Misa es un Sacrificio. La primera cosa que jamás se ha de olvidar es que la Misa es un Sacrificio, un acto por el cual la Iglesia tributa oficialmente a Dios en nombre de todos, un culto supremo de adoración o de latría, que sólo a Él es debido en virtud de la excelencia incomparable de su divino Ser, de quien todo dimana, y a quien todo finalmente va a parar. Y así la Misa se ofrece tan sólo a las Tres personas de la Santísima Trinidad.

Sus Cuatro Fines. Y precisamente el sacerdote, para reconocer el soberano dominio de Dios sobre las creaturas, ofrece a Dios a nuestro Señor Jesucristo mismo, el cual, al ser inmolado en la cruz, rindió al Padre un culto infinito de adoración y de gracias, de expiación y de impenetración. El Sacrificio de la Misa, al poner en el altar la Víctima del Calvario, nos permite adorar por medio de ella y cual conviene a Dios, darle gracias dignamente por todos sus beneficios, aplacarle plenamente mediante la oblación de la Sangre de Jesús y pedirle favores, con la certeza de ser siempre atendidos, porque esas peticiones van hechas en nombre de Aquél que, con sólo mostrar al Padre sus gloriosas llagas, intercede por nosotros sin cesar en el cielo y en la Eucaristía.

La Misa y los Tiempos Litúrgicos. Y como quiera que todos los misterios de la vida del Salvador cooperaron en unión con el del Calvario en nuestra salvación, la Iglesia celebra su aniversario en el Sacrificio de la Misa en las diferentes festividades del Ciclo Temporal, o Ciclo de Cristo. En Navidad, por ejemplo, se ofrece a Dios el divino Infante del pesebre con todo aquello en que más gloria dio Cristo al Padre, especialmente durante los años de su santa infancia. Pues la Misa, en todo ese tiempo, nos aplica de un modo muy especial las gracias particulares que Jesús entonces nos mereció, y que nos ayudarán a practicar cada año mejor las excelsas virtudes de que Jesús y María nos dieron ejemplo.

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La Misa en Honor de los Santos. Pero la Misa se ofrece también en honor de los Santos, como lo demuestra el Ciclo Santoral; con lo cual se afirma que precisamente, merced a la Eucaristía - Sacrificio al par que Sacramento - llovió del cielo sobre los Santos tal torrente de gracias. De manera que cede en honra de los Santos el que glorifiquemos así la obra del Altísimo en ellos, que son sus obras maestras. También resulta un hermoso tributo de homenaje para los Santos el que unamos en el altar su memoria a la de Jesús; lo cual se hace siempre que celebramos el aniversario de su tránsito, y aun todos los días en el Canon de la Misa. Miembros como son del cuerpo místico de Cristo, es conveniente se les asocie al sacrificio de su Cabeza, ya que por sus trabajos y aun por su martirio, mezclaron su sangre con la de la Víctima divina. Por eso la Iglesia incrusta en el ara misma del altar las reliquias de los Santos y muy en especial de los Mártires en el sitio mismo en que se coloca la Sagrada Hostia. Dice a este propósito San Agustín, que toda la asamblea redimida, o sea, toda la sociedad de los Santos es el sacrificio universal, siendo ofrecida a Dios por el gran sacerdote que por nosotros se ofreció en su Pasión.

Es también para los Santos un gran honor, el mayor que dárseles pueda, el ofrecer a Dios en su nombre la Sangre de Jesucristo para adorar al Altísimo y para darle gracias por medio de Cristo, por las larguezas que con ellos usó. La eficacia de sus pasados méritos y de su oración actual suben de quilates cuando se presentan a Dios en unión con los méritos y plegarias de Jesús, Medianero universal; lo cual tiene lugar muy especialmente cuando el día de su fiesta se celebra la Misa en honor de los Santos. Parece como que Dios se complace más en la oblación de la Sangre de Jesús, cuando se pone a los Santos por medianeros. Así que, cuando asistimos a Misa, es preciso hagamos estas tres cosas:

  1. Recomponer el Cuadro Histórico del acontecimiento de la vida de Cristo o de alguno de sus Santos, acontecimiento cuyo aniversario se celebra. A eso tiende la Misa de los Catecúmenos, con los múltiples elementos que la integran: Ornamentos, Cantos, Introito, Epístola, Evangelio, etc.

  2. Ofrecer a Dios para su mayor honra y gloria el Misterio del Salvador o los actos de virtud practicados por el Santo que se festeja. (Canon de la Misa). No conviene - fuera del caso de necesidad - comulgar antes de haber hecho esa ofrenda, que a más de aplacar al Altísimo, nos garantiza los divinos favores.

  3. Pedir a Dios (en el Padrenuestro) y recibir por los méritos e intercesión de Jesús y de sus Santos las gracias que ellos recibieron cuando acá abajo vivían (lo cual es fruto de la Comunión y de la Poscomunión).

  4. Si a este método, que es el método del Misal, se añade el canto colectivo del pueblo fiel, especialmente el Canto Gregoriano, en las misas cantadas solemnes, entonces será completa la participación activa en los sacrosantos Misterios; entonces sí que beberemos en ellos el genuino espíritu cristiano en su fuente primera e indispensable, conforme a los vivos anhelos de (San) Pío X.
  5. Se puede decir que, en general, la mejor participación, el mejor modo de asistir al Santo Sacrificio consistirá en hacer nuestras las fórmulas que el mismo sacerdote reza, no tanto repitiéndolas maquinalmente, sino sacando de ellas reflexiones serias y piadosas que correspondan a los pensamientos expresados por las oraciones de la Misa.
  6. Tal manera de asistir a la Santa Misa, al Santo Sacrificio parece ser la preparación ideal a la Santa Comunión, por ser la misma que la Iglesia impone al Papa, a los Obispos y a todos los Sacerdotes cuando celebran. Es además muy apta para desarrollar dentro del alma los sentimientos de contrición (desde el Introito hasta las oraciones); de fe (desde las oraciones hasta el Credo); de amor (en la Comunión), y de gratitud (desde las últimas oraciones hasta el fin); sentimientos todos indispensables para recibir con fruto la Eucaristía. La participación más cumplida en la Santa Misa, que es la Comunión, alcanza por ahí todos sus frutos, por ser ella una de las aplicaciones más perfectas de las condiciones requeridas por el Decreto de Su Santidad (San) Pío X para "cosechar más copiosos frutos de la Comunión. Esas condiciones son: una preparación más esmerada y una acción de gracias conveniente a la recepción del divino Sacramento"
fonte:http://misa_tridentina.t35.com/

LE DIMANCHE DE LA SEXAGESIME.


DANS le cours de la semaine qui commence aujourd'hui, la sainte Eglise présente à notre attention l'histoire de Noé et du déluge universel. Malgré la sévérité de ses avertissements, Dieu n'a pu obtenir la fidélité et la soumission de la race humaine. Il est contraint d'employer un châtiment terrible contre ce nouvel ennemi. Toutefois, il a trouvé un homme juste, et, dans sa personne, il fera encore alliance avec nous. Mais auparavant il veut faire sentir qu'il est le souverain Maître, et que tout aussitôt qu'il lui plaira, l'homme si fier d'un être emprunté s'abîmera sous les ruines de sa demeure terrestre.

Nous placerons d'abord ici, comme base des enseignements de cette semaine, quelques lignes du Livre de la Genèse empruntées à l'Office des Matines d'aujourd'hui.

Du Livre de la Genèse. Chap. VI.

Dieu voyant que la malice des Hommes était extrême sur la terre, et que toutes les pensées de leur cœur se tournaient continuellement vers le mal, il se repentit d'avoir fait l'homme sur la terre. Et, étant touché de douleur jusqu'au fond du cœur, il dit: J'exterminerai de dessus la terre l'homme que j'ai créé ; je les détruirai tous, depuis l'homme jusqu'aux animaux, depuis ceux qui rampent sur la terre jusqu'aux oiseaux du ciel ; car je me repens de les avoir faits. Mais Noé trouva grâce devant le Seigneur.

Voici les enfants qu'engendra Noé : Noé, homme juste et parfait dans toute la conduite de sa vie, marcha avec Dieu, et engendra trois fils, Sem, Cham et Japheth. Or la terre était corrompue devant Dieu, et remplie d'iniquité. Dieu, voyant donc cette corruption de la terre (car toute chair avait corrompu sa voie sur la terre), dit à Noé : J'ai résolu de faire périr tous les hommes ; ils ont rempli la terre d'iniquité; je les exterminerai avec la terre.

La catastrophe qui fondit alors sur l'espèce humaine fut encore le fruit du péché ; mais du moins un homme juste s'était rencontré,et le monde fut sauvé d'une ruine totale par lui et par sa famille. Après avoir daigné renouveler son alliance, Dieu permit que la terre se repeuplât, et que les trois enfants de Noé devinssent les pères des trois grandes races qui l'habitent.

Tel est le mystère de l'Office durant cette semaine. Celui de la Messe, qui est figuré par le précédent, est plus important encore. Dans le sens moral, la terre n'est- elle pas submergée sous

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un déluge de vices et d'erreurs ? Il faut qu'elle se peuple d'hommes craignant Dieu, comme Noé. Cette génération nouvelle, c'est la Parole de Dieu, semence de vie, qui la suscite. C'est elle qui produit ces heureux enfants dont parle le Disciple bien-aimé, « qui ne sont point nés du sang, ni de la volonté de la chair, ni de la volonté de l'homme, mais de Dieu même (1). » Efforçons-nous d'entrer dans cette famille, et, si nous en sommes déjà membres, gardons chèrement notre bonheur. Il s'agit, dans ces jours, d'échapper aux flots du déluge, de chercher un abri dans l'arche du salut ; il s'agit de devenir cette bonne terre dans laquelle la semence fructifie au centuple. Songeons à fuir la colère à venir, pour ne pas périr avec les pécheurs, et montrons-nous avides de la Parole de Dieu qui éclaire et convertit les âmes (2).

Chez les Grecs, ce Dimanche est le septième jour de la semaine qu'ils appellent Apocreos, laquelle commence dès le lundi qui suit notre Dimanche de la Septuagésime. Cette semaine est ainsi nommée dans l’Église grecque, parce qu'elle annonce et précède immédiatement celle où l'on suspend déjà l'usage de la viande, jusqu'à la fête de Pâques.

1. JOHAN. I, 13. — 2. Psalm. XVIII.

fonte:http://www.abbaye-saint-benoit.ch/gueranger/anneliturgique/septuagesime

A santidade é simples



A santidade é simples-Parte I

«Todos os caminhos do Senhor são misericórdia e verdade, graça e fidelidade» Sl 24, 10

Sede perfeitos, sede santos, nos diz a todos sem exceção o Senhor. Sabia bem Deus a quem dava este preceito, pois somos suas criaturas, obra de suas mãos: ‘Tuas mãos me fizeram e me plasmaram’ (Jó 10, 8). Embora as condições humanas sejam tão diversas, Deus não faz nenhuma exceção e nos diz a todos igualmente: Sede santos. Se em meio a tão diversas situações como nos encontramos, Deus, Sabedoria por essência, nos manda a todos ser santos sem fazer distinção, não há de ser a santidade tão difícil como à primeira vista parece.

Se os santos são poucos é porque a maior parte dos cristãos não tem um conhecimento exato da santidade. ‘As vias do Senhor são todas misericórdia e verdade’ (Sl 24, 10). Somente por falta de uma segura convicção de que são estes unicamente os caminhos de Deus, é que muitas almas não chegam à santidade.

As misericórdias do Senhor são sem número e Ele as derramou sem medida nos caminhos por onde Ele mesmo nos manda caminhar para ir até Ele.

Deus é Verdade. Seu Reino está fundado na verdade, só pode reinar nas almas que andam em verdade. Andar em verdade quer dizer estimar a santidade pelo que ela é e não pelo que imaginamos que seja. Assim não pareceria a muitos tão difícil alcançá-la.

Estejamos certos de que nesses formosos caminhos de santidade, traçados pelas paternais mãos de Deus, cheios todos de luz, de misericórdia e de verdade, não há as dificuldades que parece haver. Somos nós que os fazemos difíceis por não conhecê-los bem. Se se conhecesse com todos os seus atrativos, então os santos seriam coisa comum. Especialmente entre religiosos que vivem em um estado mais propício à santidade e também entre os leigos que não vivem segundo as máximas do mundo, senão que colocam acima de tudo os seus interesses eternos, buscando a Deus e sua justiça.

Por que não é assim? Por que são tão poucas as pessoas cheias do Espírito de Deus, junto às quais se respira santidade? O que falta a tantas almas boas para que exalem esse perfume celestial e atraiam a todos os que se aproximam, levando-os a Deus? O que lhes falta se são tão boas que não se sabe o que mais desejar nelas? O que lhes falta é que o Senhor as tenha feito gostar das ternuras de seu amor, que as tenha admitido às intimidades ocultas, inexplicáveis, que transformam e divinizam a pobre criatura que, ao ver-se tão amada por Deus, não lhe sobra mais que a admiração e o silêncio, desejo ardente de que todos provem estas divinas delícias, uma vez que depois já não lhe apetecem outras coisas e logo perde o gosto por tudo o mais.

Almas boas, almas santas!...Todas as que sentem ânsias de Deus, da perfeição, de ir adiante nos caminhos do Senhor. Almas santas sois pois por tais os tem o Coração de Jesus. Mas Ele sofre por não poder estreitá-los contra seu peito, fazê-los experimentar seus abraços divinos. E não pode. Se encontra detido por vossa pusilanimidade.

Deste Fogo Divino está encarregada a Virgem Maria de distribuí-lo e comunicá-lo às almas. Quanto não deverá sofrer esta Mãe de amor e misericórdia ao ver quão pouco é o que impede a tantas almas o ser incendiadas e por esse Fogo abrasadas e transformadas em Jesus, seu Divino Filho?

Senhor, permita que, em união com Maria, me compadeça de tua dor na sede de amor que te consome! Quanto sofres pelas almas! E só pelas más, mas também pelas boas, pelas que são teu povo escolhido.


A santidade é simples-Parte II


O QUE PEDE O SENHOR

O que pede Jesus às almas? Amor! ‘Se alguém me ama, meu Pai o amará e viremos a ele e nele faremos nossa morada’ (Jo 14, 23).

Se me amas... Eis aqui a única condição que nos pede o Senhor para sermos amados e visitados por Ele, para vir a nossa alma e estabelecer nela a sua morada. Isso é a verdadeira santidade: união com Deus. E esta união só se realiza amando. Amor é a única coisa que o Senhor nos pede para poder realizá-la.

A maior parte das pessoas boas e também dos religiosos, se fixam mais no acidental da santidade que no essencial, que é esta união da alma com Deus. Bem entendida esta verdade, se simplifica sumamente e se faz mais fácil o trabalho da própria santificação. Quanto trabalha e que pouco se adianta quem que não dá a esta verdade a importância que merece e se dedica a obras exteriores, trabalhos, fadigas e penas. Esses meios nem sempre são necessários para se chegar ao fim que se busca: a santidade.

Na teoria, todos sabem e dizem que é assim. Mas na prática, são muito poucos os que conhecem e entendem que a santidade é coisa tão íntima e secreta que alguém pode ser santo e muito santo sem que nada apareça de extraordinário em seu exterior.

A maioria das pessoas, embora piedosas, quando ouvem falar que alguém é ‘um santo’, se sentem movidas pelo desejo de vê-lo, e o observam para comprovar se, como os demais, come, dorme e fala. Que mentirosos são os homens em seus louvores! ‘Como um sopro são os homens; uma mentira os filhos dos homens’ (Sl 61, 10). Coisa boa é ver e desejar, conhecer e viver com pessoas santas. Mas a maior parte que tem este desejo, o tem por carecer de um conhecimento exato do que é a santidade. É uma curiosidade inútil pois de nada lhes servirá; e bem o demonstram as suas obras depois de satisfeito seu desejo.

Se estivéssemos convencidos de que a santidade é algo espiritual, interior, íntimo, como é a união de nossa alma com Deus, não haveria tanto afã como há por estas exterioridades e por querer medir, segundo estas, a maior ou menor santidade.

Quão bom e necessário é pedir a miúdo ao Senhor que nos mostre seus caminhos e nos ensine os meios que a ele conduzem: ‘Mostra-me, Senhor, os teus caminhos; adestra-me em tuas sendas’ (Sl 24, 4). Quantos poderiam voar pela via do amor e ser logo admitidos às intimidades do Senhor, se se despojassem dessas idéias errôneas. Quão bom e quão agradável seria a Deus que todos disséssemos frequentemente, do mais fundo do coração: Senhor, me bastam vossos divinos ensinamentos, os exemplos que por Vós mesmo e por vossos santos me haveis dado para conhecer o caminho que hei de seguir para santificar-me. Bastam-me os infinitos prodígios que fizestes para atrair-me ao vosso amor. Permanecestes escondido sob a cortina da fé nas humilhações de vossa Paixão e Morte no Sacramento do altar, nas ocultas operações de vossa graça na santificação das almas.

Já fizestes bastante, já nos destes provas suficientes de vosso amor que nos obriguem a amá-Lo.

Já creio, Jesus meu, creio em vosso amor por mim e vos amo com todo o meu coração. Eu vos amo e quero amar-vos, servir-vos e adorar-vos em ‘espírito e verdade’, tomando por guia vosso Santo Evangelho e por companheiros de meu caminho a Fé e o Amor.

A Fé e o Amor descobrirão então grandes prodígios, sem necessidade de ir buscá-los longe. Assistindo a Missa, em menos de meia hora, se realizarão ante nossos olhos os mais estupendos prodígios que possa fazer um Deus. À voz de uma pobre criatura, descerá o Verbo Eterno do mais alto dos céus para morrer misticamente outra vez, como sobre o Calvário, Vítima de nossos pecados, para fazer-se nosso alimento e permanecer em sua prisão de amor, e ser nosso companheiro, nosso guia, nossa luz no difícil caminho da vida.


A santidade é simples - Parte III



A santidade é simples-Parte III


DISPONHAMOS A ALMA

Quando deixar a matéria do corpo, nosso espírito, livre de erro e mentira, conhecerá tal como é em Deus em verdade; então, veremos quanto nos equivocamos em julgar segundo as aparências ou conforme o sentir humano. Conheceremos então, quanta diferença haverá no grau de santidade entre aqueles a quem vimos praticar o que todos praticam, entre aqueles que levaram uma vida de sacrifícios, que moraram na mesma casa ou na mesma religião.

Abramos os olhos porque, todavia, ainda há tempo; mas esse tempo é curto. A graça não nos falta e não falta a ninguém. Está em nossas mãos se quisermos. Que não se diga de nós o que disse o Apóstolo São João: ‘A luz resplandece em meio às trevas e as trevas não Lhe receberam’ (Jo 1, 5). Todos os que andam em erro andam em trevas. Deus manda sua Luz não para iluminar somente alguns, mas para todo homem que vem a este mundo. Recebamo-la, pelo menos nós, seu povo escolhido. Que não se aplique a nós essa amarga repreensão do Apóstolo: ‘veio a sua própria casa e os seus não o receberam’(Jo 1, 11).

Receber ao Senhor é abrir os olhos e aceitar a verdade. Uma vez recebida a verdade, Deus está em sua casa. As coisas espirituais se hão de julgar segundo o espírito e não segundo os sentidos. A fé nos levará até Deus. E Ele, que nada deseja tanto quanto revelar-nos estes mistérios de amor e de verdade, logo dirá com sua voz criadora às trevas que obscurecem nossa alma: ‘Faça-se a Luz’ (Gn 1, 3). E tudo ficará iluminado ante nossos olhos e se nos apresentarão em seguida as coisas sob um aspecto muito
diferente.

O que a nós pertence no trabalho de nossa santificação é dispor nossa alma para a união com Deus. Este trabalho não é tão difícil como parece, se se entende bem. A muitos parece muito difícil por acreditarem que é preciso fazer muito, e por isso desanimam e não conseguem entregar-se a ele com a generosidade necessária. Mas não é assim. Em vez de ter que acrescentar ao que fazíamos, tem que ir tirando os impedimentos para que Deus possa fazer o que fazíamos. Pois aqui se fala daqueles que já praticam obras boas e daqueles em que não há nada grave que se tire.

Não tenhamos medo. Jesus é Bom, quer amor e deixa cada um seguir as suas inclinações, suas tendências e atrativos naturais e adquiridos.

Suave é o Senhor em sua obra. Em nada violentará a nossa vontade. Embora nos queira todos para si, o fará com uma suavidade tal que apenas nos daremos conta de que é a sua mão divina que opera em nós.

O que Ele quer é que em tudo o que façamos vamos pouco a pouco suprimindo o defeituoso, o imperfeito; e isso o Espírito do Senhor nos irá mostrando à medida que façamos a nossa parte.


J. Pastor
“La Santidad es amor”
Libro I, pp. 21-24
Eds.Anaya, Salamanca, 1973

fonte:A Voz do Silêncio

Monastic SImplicity and Beauty: A Visual Meditation and Sights from Candlemas from Mater Ecclesiae, Berlin, New Jersey


The Cistercian Abbey of Notre-Dame de Senanque in Provence, France
(Found via Sub Tuum)



The Altar of the Benedictine Abbey of Sainte-Madeleine du Barroux




Fr. James Bartoloma



fonte:new liturgical movement

Liturgie tridentine - Cardinal Ratzinger dixit











Les jugements du Cardinal Ratzinger sur la liturgie
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ImageL’effrayant appauvrissement qui se manifeste là où l’on chasse la beauté et où l’on s’assujettit seulement à « l’utile », est devenu de plus en plus évident. L’expérience a montré que le fait de s’en tenir à la seule notion de « Inaccessible à tous » n’a pas rendu les liturgies véritablement plus compréhensibles ou plus ouvertes, mais seulement plus indigentes. Liturgie « simple » ne signifie pas misérable ou à bon marché : il y a une simplicité qui vient du banal, et une autre qui découle de la richesse spirituelle, culturelle et historique... Là encore, poursuit-il, on a banni la grande musique de l’Église au nom de la « participation active » : mais cette « participation » ne peut-elle pas signifier aussi perception par l’esprit et par les sens ?

Cardinal Joseph Ratzinger, Entretien sur la foi, Fayard 1985

La liturgie devient enseignement, son critère est : se faire comprendre – ce qui aboutit bien souvent à la banalisation du mystère, à la prévalence de nos paroles, à la répétition de phraséologies qui semblent plus accessibles et plus agréables aux gens. Mais il s’agit d’une erreur non seulement théologique, mais aussi psychologique et pastorale. La vague d’ésotérisme, la diffusion des techniques asiatiques de relaxation et de vide mental montrent qu’il manque quelque chose dans nos liturgies. C’est justement dans notre monde d’aujourd’hui que nous avons besoin du silence, du mystère supra-individuel, de la beauté.

Cardinal Joseph Ratzinger, discours pour le jubilé des catéchistes, 10 décembre 2000, Rome



Bien des choses que le Concile a décidées avaient depuis longtemps déjà trouvé là leur anticipation. D’ailleurs, Pie XII avait lui aussi déjà réalisé une partie de la réforme liturgique : pensez à la restauration de la Vigile pascale. Cependant, je vous accor­de qu’ensuite on a agi de façon trop abrupte, si bien que, pour beaucoup de fidèles, l’unité interne avec ce qui précé­dait n’a plus été reconnaissable. Ici aussi, le Concile a été tout simplement dépassé, lui qui, par exemple, avait dit que la langue du rite latin restait le latin, mais qu’il fallait accor­der aux langues nationales la place qui convenait.

Cardinal Joseph Ratzinger, La célébration de la foi, 1981



Bien qu’il y ait de nombreux motifs qui peuvent avoir poussé un grand nombre de fidèles à trouver refuge dans la liturgie traditionnelle, le plus important d’entre eux est qu’ils y trouvent préservée la dignité du sacré. Après le concile de nombreux prêtres ont délibérément érigé la désacralisation au niveau d’un programme d’action, en arguant que le nouveau testament a aboli le culte du temple ; le voile du temple, qui a été déchiré de haut en bas au moment de la mort du Christ sur la croix, serait, pour certains, le signe de la fin du sacré. La mort de Jésus, hors des murs de la ville, ce qui signifie, dans le monde profane, est maintenant la vraie religion. La religion, si elle a jamais eu une existence, doit la trouver dans le caractère non sacré de la vie quotidienne, dans l’amour qui est vécu. Animés par de telles idées, ils ont rejeté les vêtements sacrés ; autant qu’ils l’ont pu, ils ont dépouillé les églises de leurs splendeurs qui rappellent le sacré ; et ils ont réduit la liturgie au langage et aux gestes de la vie de tous les jours, par le moyen de salutations, de signes d’amitié et autres éléments.

Cardinal Joseph Ratzinger, conférence aux évêques Chiliens, Santiago, 13 juillet 1988



Certainement, dans l’histoire de l’après-Concile, la Constitution sur la Liturgie ne fut plus comprise à partir de ce primat fondamental de l’adoration, mais plutôt comme un livre de recettes sur ce que nous pouvons faire avec la liturgie. Entre-temps, il semble qu’il soit sorti de l’esprit des créateurs de la liturgie, occupés qu’ils sont de manière toujours plus pressante à réfléchir sur la manière dont on peut présenter la liturgie d’une manière toujours plus attrayante, et plus communicative, en impliquant activement toujours plus de gens, que, en réalité, la liturgie est « faite » pour Dieu et non pour nous-mêmes. Mais plus nous la faisons pour nous-mêmes, moins elle est attirante, et cela parce que tous ressentent clairement que l’essentiel est toujours davantage perdu.

Cardinal Joseph Ratzinger, L’ecclésiologie de la Constitution conciliaire Lumen gentium, Congrès d’études sur le Concile Vatican II, 22 au 22 février 2000



Aujour­d’hui, on peut se demander si, après tout, il y a encore un rite latin ; la conscience de ce rite n’existe certainement plus guère. Aux yeux de la plupart, la liturgie apparaît plutôt comme une chose à réaliser par chaque communauté, tâche en vue de laquelle les groupes concernés bricolent de semai­ne en semaine leurs « liturgies » propres avec un zèle aussi admirable que déplacé. Cette rupture dans la conscience liturgique fondamentale me paraît être ce qu’il y a ici de véritablement funeste. Les frontières entre liturgie et réunions estudiantines, entre liturgie et convivialité dispa­raissent insensiblement ; on s’en aperçoit aussi, par exemple, au fait que des prêtres croient, conformément aux usages de la civilité bourgeoise, ne pouvoir communier eux-mêmes qu’après avoir distribué la communion aux autres ; au fait qu’ils n’osent plus dire « je vous bénis », rompant ainsi le face à face liturgique fondamental ; et encore aux saluta­tions souvent insupportables avec leurs séries de banalités, que certaines communautés attendent pourtant maintenant comme une politesse indispensable, et qui sont devenues ici monnaie courante. À l’époque où le nouveau missel n’avait pas encore paru, mais où l’ancien était déjà traité d’« ancien », on n’eut plus conscience qu’il y a un « rite », c’est-à-dire une forme liturgique préétablie, et que la liturgie n’est elle-même que parce que ceux qui célèbrent ne peuvent en disposer à leur guise. Même les nouveaux livres officiels, si bons soient-ils par bien des côtés, laissent ici et là trop appa­raître une planification professorale délibérée, et renforcent l’idée qu’un livre liturgique peut être « fait », comme n’im­porte quel autre livre.

Cardinal Joseph Ratzinger, La célébration de la foi, 1981



Un jeune prêtre me disait récemment : « II nous faudrait au­jourd’hui un nouveau mouvement liturgique. » C’était là l’ex­pression d’un souci que, de nos jours, seuls des esprits volontai­rement superficiels pourraient écarter. Ce qui importait à ce prêtre, ce n’était pas de conquérir de nouvelles et audacieuses libertés : quelle liberté ne s’est-on pas déjà arrogée ? Il sentait que nous avions besoin d’un nouveau commencement issu de l’intime de la liturgie, comme l’avait voulu le mouvement li­turgique lorsqu’il était à l’apogée de sa véritable nature, lorsqu’il ne s’agissait pas de fabriquer des textes, d’inventer des actions et des formes, mais de redécouvrir le centre vivant, de pénétrer dans le tissu proprement dit de la liturgie, pour que l’accomplissement de celle-ci soit issu de sa substance même. La réforme liturgique, dans sa réalisation concrète, s’est éloi­gnée toujours davantage de cette origine. Le résultat n’a pas été une réanimation mais une dévastation. D’un côté, on a une li­turgie dégénérée en « show », où l’on essaie de rendre la religion intéressante à l’aide de bêtises à la mode et de maximes mo­rales aguichantes, avec des succès momentanés dans le groupe des fabricants liturgiques, et une attitude de recul d’autant plus prononcée chez ceux qui cherchent dans la liturgie non pas le « showmaster » spirituel, mais la rencontre avec le Dieu vivant devant qui tout « faire » devient insignifiant, seule cette ren­contre étant capable de nous faire accéder aux vraies richesses de l’être.
Cardinal Joseph Ratzinger, Simandron der Wachklopfer. Gedenkschrift für Klaus Gamber, Luthe -Verlag, Köln 1989


Mes Révérends Pères, répondant à votre demande, je présente volontiers la réédition du Missel Romain en vigueur en 1962. Cette liturgie dont le Pape Jean‑Paul Il a bien voulu concéder l’usage à tous ceux qui y sont attachés, fait partie intégrante de « la richesse que représente pour l’Église la diversité des charismes et des traditions de spiritualité et d’apostolat ». (Cf. Motu proprio Ecclesia Dei du 2 juillet 1988). Il est bon que soient mis à la disposition des fidèles le texte latin et la traduction française de ce Missel, où, comme le disait le Pape Paul VI, « d’innombrables saints ont abon­damment nourri leur piété envers Dieu, par ses lectures des saintes Écritures ou par ses prières, dont l’ordonnance générale remonte pour l’essentiel à saint Grégoire le Grand. » (Constitution Apostolique Missale Romanum du 3 avril 1969).
J’espère donc que cette réédition répondra à l’attente de ces fidèles et les aidera à participer activement à la célébration de la sainte Messe. Ainsi elle contribuera à sa manière au renouveau liturgique demandé par le concile Vatican II et mettra en évidence « la beauté de l’unité dans la variété ». (Motu proprio Ecclesia Dei).
Cardinal Joseph Ratzinger, préface à la réédition du missel traditionnel des fidèles par l’abbaye du Barroux, 18 juillet 1990

Q : Est-il inconcevable, pour lutter contre cette manie de tout niveler et ce désenchantement, de remettre en vigueur l’ancien rite ?
R : Cela seul ne serait pas une solution. Je suis certes d’avis que l’on devrait accorder beaucoup plus généreusement à tous ceux qui le souhaitent le droit de conserver l’ancien rite. On ne voit d’ailleurs pas ce que cela aurait de dange­reux ou d’inacceptable. Une communauté qui déclare sou­dain strictement interdit ce qui était jusqu’alors pour elle tout ce qu’il y a de plus sacré et de plus haut, et à qui l’on présente comme inconvenant le regret qu’elle en a, se met elle-même en question. Comment la croirait-on encore ? Ne va-t-elle pas interdire demain ce qu’elle prescrite aujour­d’hui ? [...] Des centres où la liturgie est célébrée sans affectation, mais avec respect et grandeur, attirent, même si l’on ne comprend pas chaque mot. C’est de tels centres, qui peu­vent servir de critères, que nous avons besoin. Malheureusement, la tolérance envers des fantaisies aven­tureuses est chez nous presque illimitée, mais elle est pra­tiquement inexistante envers l’ancienne liturgie. On est sûrement ainsi sur le mauvais chemin.
Cardinal Joseph Ratzinger, Le sel de la terre,Cerf, 1997



Il faut que de telles anxiétés et peurs cessent enfin ! Si, dans les deux formes de célébration, l’unité de la foi et l’unicité du mystère apparaissent clairement, cela ne peut qu’être pour tous une raison de se réjouir et de remercier Dieu. Dans la mesure où nous tous croyons, vivons et agissons selon ces motivations, nous pourrons ainsi persuader les évêques que la présence de l’ancienne liturgie ne dérange ni ne brise l’unité de leur diocèse, mais qu’elle est plutôt un don destiné à construire le Corps du Christ dont nous sommes tous les serviteurs.
Ainsi, chers amis, je voudrais vous encourager à ne pas perdre patience, à conserver la confiance, et à puiser dans la liturgie la force nécessaire pour donner notre témoignage pour le Seigneur en notre temps.

Cardinal Joseph Ratzinger, conférence pour les dix ans du Motu proprio Ecclesia Dei, Rome, 24 octobre 1998



Le deuxième grand événement au début de mes années à Ratisbonne fut la publication du Missel de Paul VI, assortie de l’interdiction quasi totale du missel traditionnel, après une phase de transition de six mois seulement. Il était heureux d’avoir un texte liturgique normatif après une période d’expérimentation qui avait souvent profondément défiguré la liturgie. Mais j’étais consterné de l’interdiction de l’ancien missel, car cela ne s’était jamais vu dans toute l’histoire de la liturgie. Bien sûr, on fit croire que c’était tout à fait normal. Le missel précédent avait été conçu par Pie V en 1570 à la suite du Concile de Trente. Il était donc normal qu’après quatre cents ans et un nouveau concile, un nouveau pape présente un nouveau missel. Mais la vérité historique est tout autre : Pie V s’était contenté de réviser le missel romain en usage à l’époque, comme cela se fait normalement dans une histoire qui évolue. [...] Le décret d’interdiction de ce missel, qui n’avait cessé d’évoluer au cours des siècles depuis les sacramentaires de l’Église de toujours, a opéré une rupture dans l’histoire liturgique, dont les conséquences ne pouvaient qu’être tragiques. [...] les choses allèrent plus loin que prévu : on démolit le vieil édifice pour en construire un autre, certes en utilisant largement le matériau et les plans de l’ancienne construction. [...] Je suis convaincu que la crise de l’Église que nous vivons aujourd’hui repose largement sur la désintégration de la liturgie, qui est parfois même conçue de telle manière – et si Deus non daretur – que son propos n’est plus du tout de signifier que Dieu existe, qu’Il s’adresse à nous et nous écoute.

Cardinal Joseph Ratzinger, Ma vie mes souvenirs, Fayard 1998



Catholicité ne veut pas dire uniformité. Ce n’est pas sans raison que la Constitution liturgique du concile Vati­can II a souligné la fonction particulière de l’église cathé­drale. La cathédrale peut et doit montrer plus d’exigence dans la solennité et la beauté du culte divin que ne peut normalement le faire l’église paroissiale et, ici aussi, le recours à l’art se situera à des niveaux différents suivant le motif et les circonstances. Personne n’est obligé d’être tout à lui tout seul ; ce n’est que tous ensemble que nous consti­tuons un tout. Curieusement, le pluralisme postconciliaire s’est montré, au moins sur un point, favorable à l’uniformi­sation : il ne veut plus permettre une certaine hauteur d’ex­pression. Or, bien au contraire, il faut que, dans l’unité de la liturgie catholique, la diversité des possibilités retrouve droit de cité.

Cardinal Joseph Ratzinger, La célébration de la foi, 1981



Avant le Concile de Trente, l’Église admettait en son sein une diversité de rites et de liturgies. Les Pères tridentins prescrivirent à toute l’Église la liturgie de la ville de Rome en sauvegardant, parmi les liturgies occidentales, uniquement celles qui avaient plus de deux siècles d’exis­tence. C’était le cas, par exemple, du rite ambrosien du diocèse de Milan. Si cela pouvait servir à nourrir la religiosité de certains croyants, à respecter la pietas de certains sec­teurs catholiques, je serais personnellement favorable à un retour à la situation ancienne, c’est-à-dire à un certain pluralisme liturgique ; pourvu naturellement que soit reconfirmé le caractère légitime des rites réformés, et que soient clairement circonscrites le cadre et le mode des quelques cas extraordinaires où l’on aura concédé la liturgie pré-conciliaire.

Cardinal Joseph Ratzinger, Entretien sur la foi, Fayard, 1985



Il faut encore examiner l’autre argument qui prétend que l’existence de deux rites peut briser l’unité. Là, il faut faire une distinction entre le côté théologique et le côté pratique de la question. Pour ce qui est du côté théorique et fondamental, il faut constater que plusieurs formes du rite latin ont toujours existé et qu’ils se sont retirés seulement lentement, suite à l’unification de l’espace de vie en Europe. Jusqu’au Concile existaient, à côté du rite romain, le rite ambrosien, le rite mozarabe de Tolède, le rite de Braga, le rite des Chartreux et des Carmes et le plus connu, le rite des dominicains, – et peut-être d’autres rites encore que je ne connais pas. Personne ne s’est jamais scandalisé du fait que les dominicains, souvent présents dans nos paroisses, ne célébraient pas comme les curés, mais avaient leur rite propre. Nous n’avions aucun doute que leur rite fût catholique autant que le rite romain, et nous étions fiers de cette richesse d’avoir plusieurs traditions diverses.

Cardinal Joseph Ratzinger, conférence pour les dix ans du Motu proprio Ecclesia Dei, Rome, 24 octobre 1998

fonte:una voce France

A Missa Tridentina celebra-se cada vez mais em Espanha como nos relata "Una Voce Sevilla"


A raíz de la publicación del Motu Proprio "Summorum Pontificum" de Benedicto XVI, la Asociación Una Voce Sevilla se ofrece a ayudar a fieles y sacerdotes a llevarlo a efecto en sus diócesis y parroquias de España, aportando nuestra experiencia, y las de otras asociaciones hermanas que llevan años trabajando en favor de la vieja Misa latina. Asimismo nos ofrecemos a las distintas diócesis a facilitarles información y poner a su servicio nuestros conocimientos. Quienes quieran consultarnos cualquier asunto pueden ponerse en contacto con la asociación escribiendo al siguiente correo electrónico: asociacion@unavocesevilla.info. También puede visitar los siguientes enlaces:
¿Quieres asistir a Misa Tradicional en tu diócesis?
¿Quiere aprender a oficiar la Misa Tradicional?


EN BREVE - ÚLTIMAS NOTICIAS

¡¡¡Misa Tradicional en Córdoba!!!

El domingo 10 de enero de 2010, Fiesta de la Sagrada Familia, la Santa Misa Gregoriana volvió a celebrarse en la ciudad de Córdoba. La Misa, solicitada por Una Voce Córdoba, se celebrará todos los primeros domingos de mes a las 10,00 horas, fue oficiada en la iglesia de San Pedro de Alcántara por el Canónigo Penitenciario y Presidente del Cabildo de la SIC de Córdoba, M.I. Sr. D. Manuel Pérez Moya, que es también Párroco del Sagrario de la Catedral. La Misa fue armonizada con música de órgano, desempeñando las funciones de acólito el Presidente de la Asociación herrmana Una Voce Córdoba. Una representación de Una Voce Sevilla estuvo presente en esta primera Misa. La próxima celebración tendrá lugar en el mismo templo el próximo domingo 7 de febrero de 2010 a las 10,00 horas. Desde aquí felicitamos efusivamente a nuestros hermanos cordobeses.

Aquí, algunas imágenes de la celebración:



Horarios Cádiz, Córdoba y Gijón

-La Santa Misa que se celebra en la Real Capilla de Nuestra Señora del Pópulo en Cádiz ha cambiado su horario. Todos los domingos, la Misa Gregoriana en Cádiz tendrá lugar, en el mismo templo, a las 13:00 horas.

-En Córdoba, la Misa Gregoriana tendrá lugar los primeros domingos de mes a las 10:00 horas.

-Por otro lado, el horario de las Misas en la Parroquia de Santo Tomás de Granda ha cambiado a las 10:00 horas, todos los domingos y fiestas de precepto.

Pueden consultar los horarios de las Misas según la Forma Extraordinaria en España, PINCHANDO AQUÍ


Fallece el Padre Mariné

El el reverendo padre D. José Mariné, de Barcelona, ha fallecido recientemente. Entre otros muchos méritos fue siempre un gran defensor del venerable rito de la Tradición, en el cual había sido ordenado, siendo además de los pocos sacerdotes que sostuvo que Pablo VI al promulgar su Novus Ordo no prohibió la misa llamada tridentina y actuó en consecuencia. No dejó de celebrar ésta, pero tampoco se negó a celebrar aquél. En su parroquia de San Félix Africano siempre convivieron las dos formas del rito romano: la tradicional y el Novus Ordo. Por supuesto, el segundo se llevó a cabo siempre con gran dignidad y perfecto respeto de las rúbricas, en lo que hoy llamaríamos “hermenéutica de la continuidad”. Descanse en Paz este fiel sacerdote de Cristo.

Recomendamos efusivamente la lectura del Blog de Una Voce Málaga, en ESTE ENLACE, donde El Rvdo. D. Jose Apeles Santolaria de Puey, último sacerdote que lo vió en vida, habla sobre el finado.


Nuevas incorporaciones a Ecclesia Dei

La Web Messa in Latino ha anunciado que la

Pontificia Comisión Ecclesia Dei contará

próximamente con la incorporación de los

padres Almiro de Andrade, FSSP, y

Vincenzo Nuara, OP, -al que nos

honramos en tener como amigo

de nuestra asociación e impulsor

de las organizaciones Giovani e

Tradizione/Amicizia Sacerdotale

Summorum Pontificum así como de

los congresos celebrados en Roma sobre

el Motu Proprio del Papa en los aniversarios

de su publicación-. Estos dos sacerdotes

(que aparecen en la izquierda y centro

de la fotografía), muy ligados a la liturgia

tradicional, servirán para reforzar la

Pontificia Comisión, que recibe consultas

y peticiones, en número cada vez más

creciente, de todas las partes del mundo.

****LUGARES DE CULTO****

SEVILLA:

-Domingos y festivos a las 10:00.
PARROQUIA DE SAN BERNARDO.
C/ Santo Rey. 41018 SEVILLA.
Sacerdotes diocesanos.
ORGANIZA: UNA VOCE SEVILLA

CÁDIZ:

-Domingos a las 13:00.
CAPILLA DEL PÓPULO.
Barrio del Pópulo (Arco del Pópulo) 11004, CÁDIZ.
Sacerdote diocesano.
ORGANIZA: UNA VOCE CÁDIZ

CÓRDOBA:

-Primeros domingos del mes a las 10:00.
Iglesia de San Pedro de Alcántara
Plaza del Cardenal Salazar (frente a la Facultad de Filosofía y Letras).
Sacerdote diocesano.
ORGANIZA: UNA VOCE CÓRDOBA

MADRID:

Iglesia del Tercer Monasterio de la Visitación
(Pº de San Francisco de Sales, 48)
De Lunes a viernes a las 08:00 hrs (rezada)
Sábados, a las 09:00 (rezada)

Domingos y Festivos a las 11:00 hrs (cantada)

Oratorio San Felipe Neri
c/ Antonio Arias, 17-bajo
(Metro L6 y L9 Sáinz de Baranda / Bus 15 - 215 - 202 - 30 - 56)
Domingos y fiestas de precepto a las 19:00 hrs.

-A las 20:00 cada día
CASA SANTA TERESA DE JESÚS -
Avenida de America, 46 - 2°D -
Sacerdotes del Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote

Tél/Fax : [0034].91.361.53.13 - correo-e: p.olazabal@cristorey.eu
http://www.cristorey.eu

BARCELONA:

-Domingos a las 9:00 y a las 12:00
Lunes a las 7:45 y a las 18:30
Martes a sábados a las 7:45 y a las 19:00
CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED Y SAN PEDRO APÓSTOL
Calle Laforja, 21 (Entre las calles Balmes y Alfonso XII. Paralela a Travesera de Gracia)
08006 - Barcelona
Tlfno: 934 494 148
http://www.misalatinbcn.com

-MONASTERIO DEL OASIS DE JESÚS SACERDOTE
Calle Oasis de Jesús Sacerdote, s/n
08310 - Argentona (Barcelona)
Tlfno: 93 791 92 35
Laborables 7:00
Festivos 11:00

http://www.oasis jesus sacerdote.es/


-PARROQUIA DE SAN JUAN MARÍA VIANNEY (Barrio de Sants)
Carrer Melcior de Palau, 56
08028 - Barcelona
Domingos a las 8:30 horas

TOLEDO:

IGLESIA DEL SALVADOR
Plaza del Salvador, s/n, 45002 Toledo.
Domingos y Festivos a las 10:30 h.

TENERIFE:

-Iglesia de El Salvador -Plaza de la Iglesia-
38370 La Matanza de Acentejo
Domingos a las 12.30
Sacerdote diocesano

NAVARRA- (Pamplona):

-IGLESIA DE LAS AGUSTINAS RECOLETAS
c/ Recoletas 1 (entrada en el casco por la Calle Mayor)
Domingos a las 13:00

(Sacerdotes del Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote)

PONTEVEDRA:

Fraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina
CASA DE ORACIÓN SANTA MARÍA REINA
Pazo de la Torre 12, 36191 Barro - Pontevedra

web: http://www3.planalfa.es/santamariareina/

-Lunes a las 20.00 h
-De martes a sábado a las 18.00 h
Se puede llamar antes para concretar al 619 011 226

LA CORUÑA

- Domingos y festivos a las 20:00 horas.
Parroquia de Santa Cruz de Mondoy (provincia de La Coruña)
Más información: http://unavocelacoruna.blogspot.com/

PALMA DE MALLORCA:

Suspendida.

MURCIA

Domingos y fiestas de precepto a las 13:00 horas
Primeros domingos de mes: Misa cantada

Parroquia de San Bartolomé
C/ Sánchez Madrigal, 11
30004 - MURCIA

GIJÓN

-Domingos y festivos. 10:00 horas
Iglesia parroquial de Santo Tomás de Granda
(Autobús urbano línea 16)
Sacerdote diocesano.

ALBACETE

-Suspendida por el momento-.

SALAMANCA

Primeros domingos de cada mes. 19:00 horas
Iglesia de San Benito (Plaza de San Benito C/ Compañía)

_________________________________________________________

***LUGARES DONDE HAY PERSONAS INTERESADAS

EN LA CELEBRACIÓN DE LA MISA***

(Anunciamos aquí los sitios donde Una Voce Sevilla tiene constancia

de personas interesadas en la celebración de la Misa, para ponerlas en

contacto con otras que pudieran tener el mismo interés en solicitar la

Misa y con sacerdotes dispuestos a aprenderla y celebrarla). Para

contactar con nosotros, dirija un correo electrónico a: asociacion@unavocesevilla.info

  1. MÁLAGA.
  2. CÓRDOBA, (PUENTE GENIL Y LUCENA).
  3. CÁDIZ, (Vejer de la Fra. La Línea de la Concepción. Jerez)
  4. GRANADA (Guadix)
  5. GRANADA (capital)
  6. MURCIA. (Lorca).
  7. ALICANTE (ORIHUELA).
  8. MADRID-SIERRA (ALPEDRETE)
  9. MADRID (ALCALÁ DE HENARES)
  10. LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
  11. GUIPÚZCOA (SAN SEBASTIÁN)
  12. ASTURIAS (GIJÓN)
  13. JAÉN
  14. SALAMANCA
  15. ZARAGOZA

  16. SANTIAGO DE COMPOSTELA (LA CORUÑA)

  17. HUESCA (HUESCA). Un grupo de fieles ya ha solicitado la Misa
  18. en ese lugar
  19. SEGOVIA

  20. CIUDAD REAL

  21. CASTELLÓN
  22. VALENCIA
  23. HUELVA




Misa Gregoriana en Málaga

El pasado 18 de diciembre, en la parroquia de los Santos Mártires, de la capital malagueña, se ofició la Santa Misa Tradicional, a la que asistieron una treintena de personas, por no haberse anunciado prácticamente. La Santa Misa, propia de la fiesta de la Expectación del Parto de la Santísima Virgen, fue oficiada por el párroco de los Santos Mártires, D. Federico Cortés, a petición de nuestros hermanos de Una Voce Málaga, y contó con la bendición del Sr. Obispo, D. Jesús Catalá. Felicitando a nuestros hermanos malagueños, esperamos que esta sea la primera de muchas, y que la Santa Misa en su Forma Extraordinaria se celebre pronto con regularidad en la diócesis vecina.


Entrevista radiofónica al presidente de Una Voce Cádiz

La semana pasada, el presidente de Una Voce Cádiz y secretario de Una Voce Hispania, D. Juan Antonio Segovia (en la foto), fue entrevistado por Radio La Isla. Recomendamos a nuestros visitantes oir la entrevista, pinchando en ESTE ENLACE o en la imagen d ela izquierda.


IUVENTUS: Formación en la Misa Tradicional para jóvenes en Barcelona

A partir de mañana, 21 de diciembre, festividad del Apóstol Santo Tomás, comenzarán en la parroquia barcelonesa de Santa María Reina (Pedralbes) un círculo de estudio dedicado a la forma extraodinaria del rito romano, particularmente por lo que se refiere a la liturgia de la misa. Dirigida preferentemente a laicos y sacerdotes jóvenes, esta iniciativa nace bajo el nombre de IVVENTVS. Esta interesante iniciativa se repetirá todos los terceros lunes de mes, a las 19 horas (7 de la tarde). Quienes se hallen interesados pueden escribir al siguiente correo electrónico:
palestraliturgica@gmail.com


Festividad de la Inmaculada en Sevilla

Ofrecemos aquí varias fotografías de la Misa que por la Festividad de la Purísima se ofició en la parroquia de San Bernardo de Sevilla el pasado 8 de diciembre de 2009. El oficiante fue el Rvdo. P. Don Alberto José González Chaves, que desarrolla su labor en la Congregación de los Obispos en Roma y que tuvo la deferencia de aceptar la invitación de Una Voce Sevilla para celebrar esta Misa. Durante la ceremonia, armonizada con motetes, se interpretaron diversas piezas sacras a cargo del tenor D. Manuel de Perea y con el órgano de D. Santiago Sampedro. Entre las piezas que se interpretaron estuvieron las famosas coplas de Miguel Cid "Todo el mundo en general", con música de Correa de Arauxo. Para ver las fotografías, pinchar en ESTE ENLACE o en la imagen de la izquierda.