RV- Se debe olvidar la ofensa recibida, no la herida de tu hermano, porque “aquel que te ha ofendido, ofendiéndote, se ha inferido a sí mismo una herida grabe, y tú ¿no tienes cuidado de la herida de tu hermano?” Citando estas palabras de san Agustín, el Papa Benedicto reflexionó sobre las lecturas de la liturgia del domingo, previo al rezo de la oración del Ángelus, este 4 de ...»