sexta-feira, 9 de novembro de 2012
La Eucaristía es sacramento porque Cristo se nos da como alimento para el alma, y es sacrificio porque se ofrece a Dios en oblación.
La Eucaristía como sacrificio
A pesar de que el sacramento y el sacrificio se llevan a cabo en la misma consagración, hay que distinguirlos. La Eucaristía es sacramento porque Cristo se nos da como alimento para el alma, y es sacrificio porque se ofrece a Dios en oblación.
En el sacramento la santificación del hombre es el fin, pues se le da como alimento y en el sacrificio el fin es darle gloria a Dios, es a Él a quien va dirigido. Así mismo, la Eucaristía es sacrificio de la Iglesia – Cuerpo Místico de Cristo – que se une a Él y se ofrece a Dios.
Desde el principio de la creación, el sacrificio es el principal acto de culto de las diferentes religiones, siempre se le han rendido a Dios homenajes. El sacrificio es un ofrecimiento a Dios, donde existe una cosa sensible que se inmola o se destruye (víctima), llevándolo a cabo un ministro legítimo, en reconocimiento del poder de Dios sobre todo lo creado.
El sacrificio de la Misa – La Misa es el mismo sacrificio de la cruz, con todo su valor infinito. En él se cumplen todas las características del sacrificio, el sacerdote, y la víctima son el mismo Cristo, quien se inmola con el fin de darle gloria de Dios. No es una representación, sino una renovación, del sacrificio de la cruz. En cada una se repite el sacrificio de la cruz, la única diferencia es que se realiza de forma incruenta, sin derramamiento de sangre. La Misa es el perfecto sacrificio porque la víctima es perfecta. leer...