ACCIÓN DE GRACIAS EN EL 27 ANIVERSARIO DE UN MISACANTANO
Cuando en mis manos, Rey eterno, os miro
y la cándida víctima levanto,
de mi atrevida indignidad me espanto
y la piedad de vuestro pecho admiro.
Tal vez el alma con temor retiro,
tal vez la doy al amoroso llanto,
que arrepentido de ofenderos tanto
con ansias temo y con dolor suspiro.
Volved los ojos a mirarme humanos,
que por las sendas de mi error siniestras
me despeñaron pensamientos vanos;
no sean tantas las miserias nuestras
que a quien os tuvo en sus indignas manos
Vos le dejéis de las divinas vuestras.
-Lope de Vega-
Cuando en mis manos, Rey eterno, os tengo,
os tengo y os obtengo con mi boca,
con mi boca y mi lengua que se apoca
de su ungido y novísimo abolengo;
cuando, trémulo, os alzo y os sostengo
-astro de paz manando agua de roca
sobre el ara del cielo-, ya no toca
mi barro, el barro adán de donde vengo.
Y por mis manos que atan y desatan,
por mis brazos, mi pecho, se dilatan,
revierten ondas y ondas remansando
cuando -Amor- os concreto y os obligo,
elevado en la música del trigo,
redonda alondra sin cesar cantando.
-Gerardo Diego-