1. Un par de semanas atrás, antes del Sínodo, nuestro escritor invitado y experto en asuntos de Roma, don Pío Pace advirtió: ” ¿nos encaminamos ahora al fracaso del pontificado de la «apertura» de Francisco? La Iglesia posconciliar parece ser intrínsecamente ingobernable”.
2. Este jueves 5 de noviembre, en el artículo de portada del periódico The Spectator, Damian Thompson describe lo que él denomina “guerra civil católica”. En la conclusión de Thompson queda claro quién es el culpable: “comienza a parecer que Jorge Bergoglio fue el hombre que heredó el papado y lo rompió.” (La portada de The Spectator ilustra muy bien este punto).
3. El mismo jueves, el analista religioso italiano Antonio Socci publicó un texto que apunta en la misma dirección del de Thompson: el colapso del pontificado en medio de una guerra civil iniciada por el mismo Papa. Socci lo profundiza: identifica al Partido de Bergoglio (el que causó la renuncia de Benedicto XVI y la elección del cardenal Bergoglio) como el centro de la crisis actual. Es muy importante recordar que fue la CURIA la que provocó las vejaciones que llevaron al debilitamiento del papa Ratzinger, y la Curia de Sodano y el Grupo de St-Gallen (conocido ahora como el Mafia Club), liderado por cardenales ultra-progresistas como Danneels y los herederos de Martini, quienes se aglutinaron alrededor de Bergoglio en el cónclave crucial de 2013.
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Ha comenzado la crisis del Partido Bergogliano (que dejará a la Iglesia devastada)…
Antonio Socci
“Libero”
5 de noviembre 2015
“Libero”
5 de noviembre 2015
Premisa personal: en 2012 escribí una especie de novela fantástica, “Los días de la tempestad” en la que narré la historia de un Papa extranjero que arribaba en el 2015, cerraba el IOR, albergaba cristianos perseguidos en los palacios del Vaticano y vivía en el suburbio obrero de Torpignattara, en Roma. Estaba entusiasmado con la idea de una renovación evangélica.
FRACASO
Por desgracia debemos reconocer que en tres años, el papa Bergoglio no ha hecho lo que esperábamos de él ni lo que dijo que iba a hacer. Ha intentado poner a punto la máquina curial y económica, pero al revés, arrojando resultados confusos y a veces contraproducentes.
Más aún, ha logrado que la Iglesia se derrumbe en una confusión doctrinal, cosa mucho más seria que cualquier escándalo financiero.
¿Es culpa de enemigos oscuros? Tonterías. Sólo en las dictaduras se adjudican al enemigo los fracasos del régimen. El Papa argentino ha dicho muchas veces que quería hacer lío, por considerarlo creativo: debiera sentirse satisfecho.
Sin embargo, el asunto Vallejo-Chaouqui no evoca ciertamente a los “conservadores del pasado” sino que parece el comienzo de la desintegración del “Partido Bergogliano”.
Los periódicos que hablan de una guerra entre el papa Bergoglio y la Curia, olvidan decir que fue precisamente el partido de la Curia el que “inventó” y eligió al papa Bergoglio. Hoy, este Partido se encuentra en la misma situación que el Partido Demócrata (el Partido Socialista de Italia). Se arrepiente amargamente de su elección; porque el papa Bergoglio no es “apto”. Inadecuado. No puede ignorarse…
El otro día, el periódico The New Yorker mencionó que hoy no conseguiría ni diez votos de parte de aquellos que lo eligieron en marzo 2013.
El Papa actual es un hijo de la cultura política peronista que llevó a la Argentina al colapso, es decir, un país riquísimo que fue a la quiebra. El mismo papa Bergoglio reconoció que en su juventud, su función como jefe de los jesuitas argentinos fue desastrosa.
Uno de los hombres de peso dentro de la Compañía declaró ante un periodista norteamericano, que en aquellos días “Bergoglio es una persona que ha causado muchos problemas”. Tenía cualidades notables, pero había a su alrededor una corte de leales Pasdaran (guardias), y el “culto a la personalidad … es extremadamente divisivo.” Además agregó “será una catástrofe para la Iglesia tener a alguien como él en la Sede Apostólica. Nos llevó dos décadas tratar de arreglar el caos que él dejó”.
EL CIRCO MEDIÁTICO
Los medios italianos viven en una burbuja de adoración papal, similar al de la obsesión idolátrica. Ven a Bergoglio como el Bien absoluto, y al que está en desacuerdo con él se lo pinta como emisario del Demonio o siniestro conspirador. En los periódicos no se encuentran noticias sobre Bergoglio, solo himnos, misas y genuflexiones.
Incluso aquellos que escriben libros con documentos confidenciales obtenidos de las oficinas del Vaticano, sienten la necesidad de aclarar que lo hacen para ayudar al Papa en su trabajo mesiánico de renovar la Iglesia, o en contra de los cardenales feos, sucios y malos que se le oponen.
De hecho, en estos días parecen atacar en los periódicos a los que se oponen abiertamente a la tesis Kasper-Bergoglio. ¿Qué deben hacer los medios masivos, controlar al poder de cerca, o cazar a los disidentes? Luego tenemos el absurdo comunicado del Vaticano que, en relación con los últimos hechos, salió a aclarar: “hay que evitar absolutamente el error de pensar que esto es una manera de ayudar a la misión del Papa”.
Esta es una aclaración surrealista que traiciona las preocupaciones de la “dirigencia Bergogliana”, es decir, al tratar de ayudar al “Gran Jefe” se le termina perjudicando.
Por otro lado, una vez que se dispara el mecanismo asesino del circo mediático como instrumento de poder – y el papa Bergoglio lo hizo sin escrúpulos, por ejemplo, utilizando a su amigo del alma Scalfari para revelar lo que piensa verdaderamente – lo que ocurre es que se pierde el control de esa misma máquina mediática. Entonces, si aparece una noticia incómoda se grita la palabra “conspiración”, como sucedió con la “salida del armario” de Monseñor Charamsa. Sin embargo, ¿qué lo motivó a hacerlo sino las ambigüedades y elecciones de Bergoglio sobre el tema de la homosexualidad? De hecho, Charamsa atacó a la Curia, a la que acusó de “homofóbica”. Además es entusiasta partidario de Bergoglio.
La crisis bergogliana – incluso luego de la doble derrota en los dos Sínodos – es evidente. Por supuesto, el “Marino del Vaticano” [nota: Ignazio Marino es el inepto alcalde de Roma que ha renunció recientemente] está sostenido por el apoyo de los medios seculares.
Desde hace meses estamos inundados con la exaltación del Papa en los periódicos y la televisión. El papa Bergoglio se avergüenza de ello: “no me gusta la mitología del papa Francisco” le confesó a De Bortoli. Sin embargo, luego parece gustarle, dado que utiliza el circo de adoración papal como medio para hacer presión dentro de la Iglesia, para obligarla a ceder ante la agenda scalfariana.
No obstante – como dije – no todo es siempre controlable en el negocio de la información. En las raras ocasiones en las que surge algo disonante respecto al coro uniforme del “Giornalista Collettivo” [“periodismo colectivo”, es decir, reporteros hablando a una sola voz] – (así lo apodó Giuliano Ferrara) – de Casa Santa Marta, los “bombarderos” comienzan a despegar.
UN TUMOR
Esto sucedió hace veinte días en el “Quotidiano Nazionale”, que publicó la noticia de un supuesto tumor en la cabeza del papa Bergoglio. La misma noche, más precisamente a la medianoche, el padre Lombardi, y de manera completamente anormal, armó un escándalo contra la noticia como si fuera un sacrilegio.
Su reacción levantó sospechas, dado que las enfermedades de los papas siempre dieron lugar a fantasías sin levantar reacciones virulentas como ésta del “otro lado del Tiber”. Obviamente, una noticia puede ser fabricada; accidentes del oficio. Sin embargo, una fabricación no es una conspiración. La única pregunta para hacer sobre esta noticia es: ¿es verdadera o falsa?
En cambio, el coro del “Giornalista Collettivo” enseguida utilizó el refrán Vaticano de la “conspiración contra el Papa”. Al final, después de días de caza de conspiradores, continuábamos a oscuras sobre la situación. Todos aceptaron las desmentidas y la cosa fue enterrada.
Aquí se encontraron algunas “perlas” en las desmentidas. El profesor Fukushima, entre otras cosas, dijo: “tal vez el equívoco nació de la operación al cerebro que hice a una persona de facciones y edad semejantes a la del Pontífice, con un nombre que sonaba parecido.” El neurocirujano, Gaetano Liberti, alumno de Fukushima, quien también trabaja en la clínica ‘San Rossore’ declaró entre otras cosas (en desmentida, por supuesto): “somos médicos y nunca habríamos violado la privacidad de ningún paciente, mucho menos de una personalidad tan influyente como el papa Francisco.”
Después de todo esto, el director del “Quotidiano Nazionale”, Andrea Cangini, reportero honesto y serio, cedió una entrevista al “Tempo”.
Pregunta: “¿De verdad tiene el papa Francisco un tumor benigno en el cerebro? Todos lo niegan, ¿usted lo confirma?” Respuesta: “Ciertamente. Lo que hemos escrito ha sido verificado. Pero le aseguro que no tenemos la intención de instigar una guerra civil en el Vaticano.”
Otra pregunta: “Usted dijo poseer una prueba documentada. ¿De qué tipo?” Respuesta: “Si le diera más elementos, pondría en riesgo a mi fuente. Es una prueba escrita.”
Ante semejante declaración, era natural esperar una invitación del padre Lombardi a que publicara dicha “prueba”. Desafortunadamente, el Vaticano tuvo el cuidado de no desafiar al “Quotidiano Nazionale”. Es extraño. Cangini es un profesional estimado y “QN” un periódico importante, frecuentemente alejado de pleitos temerarios. En cualquier país normal, se le habría pedido que muestre la documentación que prueba lo que ha reportado. En lugar de ello – nada. Quizás el haber dejado esa noticia en suspenso es la razón del debilitamiento del papa Bergoglio, y del caos en la Curia y en su “partido”. Sin embargo, uno tiene la impresión de que el caos acaba de comenzar.