Les invito a abrir sus corazones a la
bendición del Cielo para que cada uno de ustedes sea fiel al llamado del Señor.
El Señor me envía como
Protector de la Iglesia: a proteger a todos Sus hijos.
Por
eso, les invita a que se consagren al Inmaculado Corazón de María todos los
días y consagren sus familias. Porque el Inmaculado Corazón de María es el refugio
seguro contra las asechanzas y ataques del Enemigo.
Hijos Míos, les invito a ser siervos, a ser profetas, y a dar
testimonio de Jesucristo en estos Últimos Tiempos de apostasía, de pecado, de
desorden moral y espiritual. Sean verdaderos siervos de Jesucristo y
sean verdaderos hijos de María. Y mi Casto y Amante Corazón, así como cuidó a
Jesús y a María, cuidará a las almas que sean fieles al Evangelio y a la
enseñanza de Jesús. Gracias por acoger el llamado del Cielo. Les amo y les
bendigo.