quarta-feira, 29 de junho de 2016
Nosso Blog presta Homenagem a Sua Santidade Bento XVI no 65º Aniversário Sacerdotal
Tu es sacerdos in æternum Se cumple el 5 Aniversario de la ordenación sacerdotal del Santo Padre Benedicto XVI Como sencillo homenaje publicamos el video del histórico momento.
1951 - 29 de Junio - 2016
Jurávit Dóminus, et non poenitébit eum.
Tu es Sacérdos in ætérnum,
secúndum órdinem Melchisedech,
El Señor lo ha jurado, y no se arrepiente.
Tú eres Sacerdote para siempre,
según el orden de Melquisedec
Despliegue la entrada para ver el video de la ordenación del Santo Padre Benedicto XVI
El 29 de Junio de 1951, Fiesta de San Pedro y San Pablo, el legendario y ya anciano Cardenal Miguel Von Faulhaber, Arzobispo de Munich y Freising, ordenaba en la Cocatedral de Santa María de esta última ciudad, a Joseph Aloisio Ratzinger, marcándole en su frente el sello indeleble del sacerdocio católico.
Esto dijo el Papa Benedicto XVI al retornar al lugar de su ordenación:
"Queridos hermanos en el ministerio episcopal y sacerdotal;
queridos hermanos y hermanas:
Para mí este es un momento de alegría y de viva gratitud (…) en particular porque ahora, al final, he podido volver una vez más a la catedral de Freising. (…)
Ahora que me encuentro en esta catedral, me vienen a la memoria muchos recuerdos al ver a antiguos compañeros y a jóvenes sacerdotes que transmiten el mensaje, la antorcha de la fe.
Me vienen recuerdos de mi ordenación (…): cuando estaba yo postrado en tierra y en cierto modo envuelto por las letanías de todos los santos, por la intercesión de todos los santos, caí en la cuenta de que en este camino no estamos solos, sino que el gran ejército de los santos camina con nosotros, y los santos aún vivos, los fieles de hoy y de mañana, nos sostienen y nos acompañan.
Luego vino el momento de la imposición de las manos... y, por último, cuando el cardenal Faulhaber nos dijo: "Iam non dico vos servos, sed amicos", "Ya no os llamo siervos, sino amigos", experimenté la ordenación sacerdotal como inserción en la comunidad de los amigos de Jesús, llamados a estar con él y a anunciar su mensaje".
Recemos hoy, con más devoción que nunca, la oración que durante centurias ha pedido al Cielo por el vicario de Cristo:
Oremus pro Pontifice nostro Benedicto, Dominus conservet eum, et vivificet eum, et beatum faciat eum in terra, et non tradat eum in animam inimicorum eius. Amen.
Oremos por nuestro Pontífice Benedicto, que el Señor lo conserve y lo guarde, le dé larga vida, lo haga dichoso en la tierra, y no lo entregue en manos de sus enemigos. Amén.
Oremos por nuestro Pontífice Benedicto, que el Señor lo conserve y lo guarde, le dé larga vida, lo haga dichoso en la tierra, y no lo entregue en manos de sus enemigos. Amén.
Video de la ordenación del Santo Padre Benedicto XVI
Obsérvese a partir del minuto 4,50 y se verá al recién ordenado padre Ratzinger durante la procesión. Este momento se ha marcado en el video con una transición notable, se lo ha repetido en cámara lenta, y luego nuevamente a velocidad normal. La música no es original de la cinta (que era "muda"). Se trata del Dixit Dominus de Doménico Zipoli (1688-1726).
El Cardenal Faulhaber impone las manos
La Primera Bendición junto a su hermano George
Subdiácono en la Primera Misa de su amigo
Fr. Rupert Berger
1º de Julio de 1951
terça-feira, 28 de junho de 2016
Mensaje del Cielo para el Apostolado de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María
27 Junio 2016
Llamado de Amor y Conversión de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro:
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado es vuestro refugio; todas vuestras oraciones y súplicas háganlas también por intercesión de Mi Inmaculado Corazón. Mi Inmaculado Corazón es vuestro socorro y es perpetuo, porque Su intercesión nunca acabará, siempre Estoy intercediendo por todos Mis hijos, para que crean, para que se conviertan, para que vivan en paz. Bajo Mi Manto Inmaculado serán protegidos del mundo, el demonio y el pecado. Hijitos, invoquen siempre Mi ayuda; Yo Soy la Omnipotente Súplica que como Corredentora viene a socorrerlos de la maldad de los corazones que aún no ven la Luz de la Palabra de Mi Hijo; mas ustedes, pequeños, con Mi intercesión conviértanse en luz, en testimonio; sean la imagen de nuestros Dos Corazones para los demás; den testimonio con vuestras vidas y no tengan miedo de glorificar al Señor con vuestro testimonio y ejemplo, porque Yo socorreré a Mi hijos en cada una de sus necesidades, pero tengan fe, paciencia y fortaleza. Mi Hijo siempre actúa en sus vidas, pero en el momento adecuado según la Divina Voluntad de Mi Hijo. Oren, pidan fe; Yo estoy con ustedes y les prometo Mi auxilio durante vuestra vida terrena. Yo les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Mi Hijo Jesús, en sus brazos, los lleva a todos en su Sagrado Corazón; glorifiquen siempre al Señor.
27 Junio 2016
Llamado de Amor y Conversión de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro:
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado es vuestro refugio; todas vuestras oraciones y súplicas háganlas también por intercesión de Mi Inmaculado Corazón. Mi Inmaculado Corazón es vuestro socorro y es perpetuo, porque Su intercesión nunca acabará, siempre Estoy intercediendo por todos Mis hijos, para que crean, para que se conviertan, para que vivan en paz. Bajo Mi Manto Inmaculado serán protegidos del mundo, el demonio y el pecado. Hijitos, invoquen siempre Mi ayuda; Yo Soy la Omnipotente Súplica que como Corredentora viene a socorrerlos de la maldad de los corazones que aún no ven la Luz de la Palabra de Mi Hijo; mas ustedes, pequeños, con Mi intercesión conviértanse en luz, en testimonio; sean la imagen de nuestros Dos Corazones para los demás; den testimonio con vuestras vidas y no tengan miedo de glorificar al Señor con vuestro testimonio y ejemplo, porque Yo socorreré a Mi hijos en cada una de sus necesidades, pero tengan fe, paciencia y fortaleza. Mi Hijo siempre actúa en sus vidas, pero en el momento adecuado según la Divina Voluntad de Mi Hijo. Oren, pidan fe; Yo estoy con ustedes y les prometo Mi auxilio durante vuestra vida terrena. Yo les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Mi Hijo Jesús, en sus brazos, los lleva a todos en su Sagrado Corazón; glorifiquen siempre al Señor.
domingo, 26 de junho de 2016
liturgia como obra da Santíssima Trindade.
A liturgia desse último final de semana – Solenidade da Santíssima Trindade – nos inspira a retomar, no Catecismo da Igreja Católica, a liturgia como obra da Santíssima Trindade.
O Pai, fonte e fim da liturgia (1077-1083.1110). A Igreja reconhece que toda a obra de Deus,desde o início até à consumação dos tempos, desde o poema litúrgico da primeira criação (Gênesis) até aos cânticos da Jerusalém celeste (Apocalipse), é uma imensa bênção divina. Essa bênção é plenamente revelada e comunicada na liturgia da Igreja: “o Pai é reconhecido e adorado como a fonte e o fim de todas as bênçãos da criação e da salvação; no seu Verbo, encarnado, morto e ressuscitado por nós, ele nos cumula das suas bênçãos e, por ele, derrama em nossos corações o Dom que contém todos os dons: o Espírito Santo” (1082). Portanto, “na liturgia da Igreja, Deus Pai é bendito e adorado como fonte de todas as bênçãos da criação e da salvação, com que nos abençoou no seu Filho, para nos dar o Espírito da adoção filial” (1110). Expressivo, nesse sentido, é o hino que encontramos na Carta aos Efésios 1,3-14.
A obra de Cristo na Liturgia (1084-1090.1111). “A obra de Cristo na liturgia é sacramental, primeiramente porque o seu mistério de salvação se torna presente nela mediante o poder do seu Espírito Santo; depois, porque o seu corpo, que é a Igreja, é como que o sacramento (sinal e instrumento) no qual o Espírito Santo dispensa o mistério da salvação; e, enfim, porque, através das suas ações litúrgicas, a Igreja peregrina já participa, por antecipação, da liturgia celeste” (1111). A Sacrosanctum Concilium, n. 7, é o fundamente para essa compreensão. Para continuar na história a sua obra salvadora, Cristo está sempre presente em sua Igreja, especialmente na ação litúrgica. Está presente: no sacrifício da Missa, “quer na pessoa do ministro, [...] quer, sobretudo sob as espécies eucarísticas”; nos demais Sacramentos; na sua palavra anunciada pela leitura da Sagrada Escritura; na comunidade reunida (Mt 18,20). “Em tão grande obra, [...] Cristo associa sempre a si a Igreja, sua esposa muito amada”. Assim, “com razão se considera a Liturgia como o exercício da função sacerdotal de Cristo”.
O Espírito Santo e a Igreja na liturgia (1091-1109.1112). “Na liturgia, o Espírito Santo é o pedagogo da fé do povo de Deus. [...] O desejo e a obra do Espírito no coração da Igreja é que nós vivamos da vida de Cristo ressuscitado. Quando Ele encontra em nós a resposta da fé que ele mesmo suscitou, realiza-se uma verdadeira cooperação. E, por ela, a liturgia torna-se a obra comum do Espírito Santo e da Igreja. Nesta dispensação sacramental do mistério de Cristo, o Espírito Santo [...]: prepara a Igreja para o encontro com o seu Senhor; lembra e manifesta Cristo à fé da assembleia; torna presente e atualiza o mistério de Cristo pelo seu poder transformador; e finalmente, enquanto Espírito de comunhão, une a Igreja à vida e à missão de Cristo (1091-1092). Fruto do Espírito Santo na liturgia é, ao mesmo tempo e inseparavelmente, “a comunhão com a Santíssima Trindade e a comunhão fraterna entre os irmãos” (1108).
Eis um pouco da riqueza que o Catecismo (muitas vezes desprezado – !?) oferece a todos nós.
Glória ao Pai e ao Filho e ao Espírito Santo. Como era no princípio, agora e sempre. Amém!
+ Edmar Peron,
Bispo Auxiliar da Arquidiocese de São Paulo
Vigário Episcopal para a Região Belém
Bispo Auxiliar da Arquidiocese de São Paulo
Vigário Episcopal para a Região Belém
As visões Sobrenaturais reveladas ao Padre Reus e que acontece em cada Santa Missa.
As visões Sobrenaturais
reveladas ao Padre Reus e
que acontece em cada Santa Missa.
(Retiradas do seu diário.)
2585 – 21 de março de 1939. Dulcíssimo Coração de Jesus. O mesmo que no dia 1.1. Na santa Missa, três êxtases de amor: entre o beijo do altar e o Orate frates – Orai, irmãos, bastante longo, na Consagração e na Comunhão, muito curto. Já desde o início da santa Missa, via São Bento sobre o altar. Após a Consagração, formou-se em torno dele um forte clarão luminoso de que se destacava nitidamente a sua figura. Tenho que desenhar isso e fazer a anotação. Decididamente, é o que pede o Sagrado Coração de Jesus.2586 – 22 de março de 1939. Dulcíssimo Coração de Jesus. O mesmo que no dia 1.1. Na santa Missa, dois êxtases de amor: na Consagração e na Comunhão. Rezei a Missa ferial, única possível hoje, além da Missa pelos falecidos. Foi em honra da Santíssima Trindade.
Desde o início, eu via as Santas Pessoas sobre o altar, rodeadas de anjos a adejar em torno das mesmas, certamente, para indicar que também os anjos estão presentes ao santo sacrifício. No momento em que subia ao altar, rezando Aufer a nobis – Afastai de nós, as três Santas Pessoas me abraçaram. Escrevo, porque assim o quer o Sagrado Coração de Jesus. Por sua vontade, também faço o desenho.
Ademais, creio que a Santíssima Trindade concede esta demonstração de amor a todo sacerdote que se aproxima dignamente do altar, embora tal não se possa constatar. Impelido pelo Sagrado Coração de Jesus, preciso relatar uma amorosa prova de sua providência.
Ontem, quando ainda não terminara a celebração da santa Missa, entrou alguém na capela para celebrar, embora, ao que me consta, isso não seja vontade do Pe. Ministro. Ele deveria vir mais tarde. Tive a idéia de pedir ao Pe. Ministro que impedisse tal estorvo. Mas aí pensei comigo: Foi permissão do amável Salvador. Suporta-o com paciência por amor a Ele. Por isso, não falei.
Hoje de manhã, quando ia perturbar-me novamente com aquela presença, pus minha confiança no Sagrado Coração de Jesus. Spera in eo et ipse faciet – Espera nele e Ele providenciará. Ele o fará. Contra toda a expectativa, não sei por que razões, o coirmão não celebrou depois de mim. Parece que não ter importância. Para mim, porém, é uma prova real de que o amado Salvador repara em todas as minúcias, referentes àqueles que Ele ama, e lhes possibilita, por meio das circunstancias, a se convencerem do seu amor. Não tenho paz enquanto não tiver feito o desenho do amplexo recebido da Santíssima Trindade.
O amplexo foi tal que cada uma das três Pessoas me abraçaram simultaneamente. Não é possível descrever isso. Eu o desenho, porque assim o quer o Sagrado Coração de Jesus. Não me recordo ao certo se já estiveram presentes os santos Anjos, por isso os omiti.O abraço foi o sinal sensível do perdão que pedira. Só agora me dou conta do sentido do primeiro abraço, do dia 8 de abril de 1937. Foi o sinal sensível do perdão, pedido com as palavras: Ut indulgere digneris omnia peccata meã – Para que perdoeis todos os meus pecados. Logo, é um abraço dado a todo sacerdote que se aproxima do altar de coraç
ão sincero. Naquela ocasião, o amável Salvador sozinho me envolveu nos dois braços.
ão sincero. Naquela ocasião, o amável Salvador sozinho me envolveu nos dois braços.2589 – 25 de março de 1939. Dulcíssimo Coração de Jesus. O mesmo que no dia 1.1. Na santa Missa, dois breves êxtases de amor: na Consagração e na Comunhão. À noite, às 7h, bênção na capela da comunidade. No momento da exposição do Santíssimo, veio o êxtase. Flamas de amor cercavam o Santíssimo e lançavam-se em direção de toda a capela. No momento da bênção, vi como as chamas desciam sobre cada um dos jesuítas ajoelhados nos bancos. Tive que registrar e desenhar tudo.2593 – 29 de março de 1939. Dulcíssimo Coração de Jesus. O mesmo que no dia 1.1. No êxtase de amor, após a Consagração, vi o amado Salvador na cruz. Após a caridade incompreensível do dia 26 de março, quando me envolveu em seus santos braços, Ele mostra o máximo amor por mim, por todos os sacerdotes e por todos os homens, sacrificando sua vida por mim, da maneira mais cruel, na cruz, para merecer as graças que agora derrama sem medida sobre mim, sobre os sacerdotes e sobre toda a humanidade. E precisamente na Consagração torna a oferecer-se por mim, para que também eu me ofereça por Ele.
Ao segundo êxtase de amor, após a Comunhão, não quis dar atenção. Mas é impossível. O amado Salvador o quer. Eu desenhara a cruz vista de frente, mas tinha visto de lado. Julgava que diferença tão insignificante não merecia atenção. Mas o amável Salvador não me deu descanso até que desenhasse a cruz bem de acordo com a realidade, isto é, de pé, inclinada, bastante mal traçada. Mas que fazer? Sua Santíssima vontade seja cumprida. Ele não tolera inexatidão, muito menos inverdade.
2601 – 4 de abril de 1939. Dulcíssimo Coração de Jesus. O mesmo que no dia 1.1. Na santa Missa, dois êxtases de amor: na Consagração da santa Hóstia, vi esta e o cálice no centro de um sol. Quis deixar de mencionar isso. Mas o Sagrado Coração quer que o escreva e o desenhe.
2679 – 14 de junho de 1939. Dulcíssimo Coração de Jesus. O mesmo que no dia 1.1. Na santa Missa, cinco êxtases de amor: na Consagração, antes do Pai Nosso, durante o mesmo, na Comunhão e ao cobrir o cálice. Este foi o mais intenso.
De súbito, vi, através de uma densa camada de nuvens que se alargava em direção ao alto, o céu aberto. Quanto me lembro, vi, primeiro, os queridos Santos, depois a Santíssima Trindade, especialmente o Pai Celeste, que olhava para mim com indescritível bondade e amável agrado.
Esta visão perdurou até a bênção, ainda que um pouco menos intensa, depois que readquiri a liberdade de movimentos. A Santíssima Trindade deu a bênção ao mesmo tempo em que eu a dava, dizendo: In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti, que como no dia 1º de janeiro de 1939.
Tive que desenhar e escrever isso. Graças sejam dadas ao Sagrado Coração de Jesus. Ontem à noite, na bênção, vi-me dentro do Sagrado Coração de Jesus, de modo diverso das outras ocasiões. Pois vivo constantemente incluído neste Sagrado Coração de Jesus, de modo diverso das outras ocasiões. Pois vivo constantemente incluído neste Sagrado Coração. Bondade imensurável do Sagrado Coração. Tive que acrescentar posteriormente os queridos Santos.
2680 – 15 de junho de 1939. Dulcíssimo Coração de Jesus. O mesmo que no dia 1.1. Na Santa Missa, dois êxtases de amor: na Consagração e na Comunhão.
Ontem à noite, na bênção da novena, em preparação para a festa do Sagrado Coração de Jesus, de amanhã, estive em ardor desde o início. De repente, senti no peito um aperto terrível, de modo que me encolhi, abalado, e senti ser-me extraído o coração. Depois vi, primeiro menos, depois mais claramente, como o amável Salvador, que aparecia sobre o altar, implantava seu Coração no meu peito e punha no seu peito o meu coração. Não era possível qualquer duvida.
No momento, me senti muito envergonhado, prestes a derramar lágrimas. Sinto-me em total impossibilidade de corresponder a um tal amor. Então, repito o pedido íntimo:“Ajuda-me a amar-Te. Pede o que quiseres. Quero que tudo Te pertença. Ajuda-me apenas a Te agradecer”. Ignoro o que há de especial em meu coração para que seja favorecido com tamanha graça. Nisso, parece-me estar escutando o amável Salvador: “Se tenho prazer em agir assim, que te importa?” Por isso, confio na bondade do Sagrado Coração de Jesus. Ele fará tudo bem. Tive que fazer o desenho.
2689 – 24 de junho de 1939. Dulcíssimo Coração de Jesus. O mesmo que no dia 1.1. Na santa Missa, três êxtases de amor: na Consagração, durante o Pai Nosso e na Comunhão. Durante as orações do cânon, antes da Consagração, esteve presente São João Batista, rodeado de anjos, talvez por ter levado uma vida muito pura e ele próprio ser chamado anjo. Mais tarde, tornei a vê-lo, brevemente, de maneira imprecisa. Depois, não mais o vi. Tenho que escrever e desenhar isso. O Sagrado Coração de Jesus o quer.2692 – 27 de junho de 1939. Dulcíssimo Coração de Jesus. O mesmo que no dia 1.1. Na meditação, muitas lágrimas; também na santa Missa, sensação de lágrimas.
Na santa Missa, dois êxtases de amor: na Consagração e na Comunhão; neste último êxtase, me vi levantado do chão para o interior da Santíssima Trindade, de modo a encontrar-me entre o Pai Celeste e o amado Salvador, porém não na mesma altura. Esta é certamente uma prova extraordinária do amor da Santíssima Trindade para com o sacerdote, que tem acesso ao trono da Santíssima Majestade de Deus, e é elevado à participação no mais íntimo e confidencial amor. Si dederit bomo omnem substantiam domus suae pro dilectione, quasi nibil despiciet eam (Cant. 6,8). Se alguém oferecesse toda a fortuna de sua casa, em troca do amor, estaria disposto a suportar os maiores desprezos. Logo, sacrificar tudo. Devo escrever e desenhar isso. Toda a honra ao Sagrado Coração de Jesus.
Entretanto, a visão de hoje, com o do dia 25, significa, para a alma do sacerdote, o amor da Santíssima Trindade, ainda que de outra maneira. Aquela é a visualização da palavra Dilectus meus mibi – O meu amado é para mim, porque, no dia 25 de junho, a Santíssima Trindade havia se entregue de todo a mim, et ego illi – e eu a Ela. Hoje, Ela se dignou atrair-me inteiramente a si. Este é, provavelmente, o verdadeiro sentido, que aduzo porque o Sagrado Coração de Jesus não se contentou com a outra situação e me concedeu esta.
2695 – 30 de junho de 1939. Dulcíssimo Coração de Jesus. O mesmo que no dia 1.1. Na santa Missa, quatro êxtases de amor: na Consagração, na oração Nobis quoque, antes do Domine non sum dignus e na Comunhão.
Já ontem, parecia-me que a Santíssima Trindade se achav
a presente, sensivelmente, bem próxima ao altar. Nada escrevi a respeito, porque omito tudo o que posso evitar. Hoje, percebi, quanto posso lembrar-me, logo após a Consagração, a Santíssima Trindade.
a presente, sensivelmente, bem próxima ao altar. Nada escrevi a respeito, porque omito tudo o que posso evitar. Hoje, percebi, quanto posso lembrar-me, logo após a Consagração, a Santíssima Trindade.
As três Santas Pessoas eram maiores do que eu. Eu estava junto ao altar, entre as três Santas Pessoas. Isto é outra demonstração da grande dignidade do sacerdote, que tem acesso ao Santíssimo dos Céus, no altar, ao qual a Santíssima Trindade desce na hora do sacrifício. Demonstra, ainda, o íntimo amor da Santíssima Trindade ao sacerdote, que julga digno de permanecer em tão estreita proximidade da Santíssima Majestade de Deus e, é claro, mostra também a prontidão em atender benignamente seus pedidos.
O pensamento dessa bondade e condescendência sem limites desconcertou-me. Perturbado e incapaz de retribuir ou corresponder, ao menos de alguma forma, a um tal amor, pedi intimamente socorro. Todo o ardor experimentado a seguir, na Ação de Graças, pareceu-me ser nada, nada, nada.
Sentindo minha impotência, pedi ao Sagrado Coração que ele próprio realizasse seus propósitos, e pus-me ao seu inteiro dispor. Spera in eo et ipse faciet. Põe a tua esperança nEle e Ele providenciará.
Na Comunhão, pareceu-me que a Santíssima Trindade se unia, pequenina, à santa Hóstia, e que assim entrava no meu coração, onde permaneceu, embora um tanto menos nítida que antes.
2697 – 2 de julho de 1939. Dulcíssimo Coração de Jesus. O mesmo que no dia 1.1.Na santa Missa, seis êxtases de amor: no Glória, na coleta, na Consagração, na Comunhão, na purificação e ao cobrir o cálice.
O último foi intenso. Vi-me, de súbito, acima do altar, unido a Ele em amistoso abraço. Ele me abraçou, e eu a Ele. Inaudito. A seguir, na Ação de Graças, eu lhe disse: “Estou envergonhado diante de todo o Céu”. Quero, pois, pertencer totalmente ao seu Divino Coração. Que Ele disponha de mim como lhe aprouver. Tenho que escrever e desenhar isso.
Essa demonstração de amorosa amizade vale para todos os sacerdotes. É a realização das palavras: Iam nom dicam vos servos sed amicos meos – Já não vos chamo servos, mas amigos, que são repetidas, solenemente cantadas, na liturgia da ordenação sacerdotal.
Após a Consagração, esteve presente também a Santíssima Mãe de Deus, por alguns momentos.
2699 – 4 de julho de 1939. Dulcíssimo Coração de Jesus. O mesmo que no dia 1.1. Na santa Missa, dois êxtases de amor: na Consagração e na Comunhão.
Desde o início, vi, sobre o altar, o amado Salvador na cruz, em tamanho natural. Durante o Pai Nosso, vi-o envolvido em esplendor. Enquanto pronunciava as palavras Domine non sum dignus – Senhor, eu não sou digno, vi como o Salvador crucificado estendia as mãos para mim, para significar a sua infinita misericórdia para com o sacerdote.
Precisamente no instante em que o sacerdote reconhece ser indigno de receber o Senhor em seu coração, Ele precisamente por este gesto, em sua amorosa bondade, acha o coração tão bem preparado que tem verdadeiro desejo de nele entrar, para comunicar-lhe a liberalidade dos frutos de sua paixão.
Tive que fazer dois desenhos e anotar isso. Lamento não saber desenhar melhor. Na meditação: lágrimas.
2702 – 7 de julho de 1939. Dulcíssimo Coração de Jesus. O mesmo que no dia 1.1. Na santa Missa, dois êxtases de amor: na Consagração, após as palavras consecratórias, saíam chamas de fogo de dentro do cálice em direção da minha boca.
O significado evidente é que o primeiro pensamento de Jesus, no instante de sua presença sacramental sobre o altar, é a união íntima e cordial com o dileto sacerdote, que lhe doou a vida sacramental.
Logo no início da santa Missa, vi o amado Salvador sobre o altar, mostrando seu amoroso Coração, provavelmente por ser a primeira sexta-feira do mês.
O Sagrado Coração de Jesus exige que o escreva e desenhe.
2707 – 11 de julho de 1939. Dulcíssimo Coração de Jesus. O mesmo que no dia 1.1. Repetidas vezes, tenho lembrado as consoladoras palavras: “Unidos eternamente”, e tive a idéia de que elas valiam somente para mim. Isto tanto mais que, hoje de manhã, ao acordar, novamente vi essas palavras no alto.
Mas na santa Missa, rezada em honra do Sagrado Coração de Jesus, às palavras supra quae propitio – sobre as quais profecio, lá estavam de novo as palavras: “Eternamente unidos” a certa altura, envoltas em luz. Isso perdurou durante a oração Súplices – Suplicantes.
Portanto, essas palavras se referem a todos os sacerdotes, não incondicionalmente, mas como consoladora promessa.Porque o sacerdote se imola junto com o divino Cordeiro sobre o altar ao Pai Celeste. A ele se une no ósculo do altar às palavras: ut quotquot – para todos os que participam.
Por isso usufrui da consoladora promessa de que o ósculo do altar se estenda à união eterna na mais íntima comunhão de vida na contemplação de Deus: unidos eternamente.
Na santa Missa, dois êxtases de amor: na Consagração e na Comunhão.
Tive que escrever e desenhá-lo. Posteriormente fui obrigado a trocar a figura ereta em pé pela inclinada, porque desta forma é realçada de forma mais clara a união do sacerdote com o Cordeiro sacrifical por meio do beijo. Como Deus quiser.
O Salvador Desprende os Braços da Cruz
2710 – 14 de julho de 1939. Dulcíssimo Coração de Jesus. O mesmo que no dia 1.1. Na santa Missa, três êxtases de amor: na Consagração, antes do Agnus Dei e na Comunhão.
Durante a leitura do Evangelho da Missa de São Boaventura, vi, acima de mim, raios luminosos e, em seguida, um sol nas palavras Vos estis lux mundi – Vós sois a luz do mundo. O sacerdote é a luz do mundo por meio do anúncio da doutrina do Sagrado Coração de Jesus e por meio da sua vida, semelhante à dos Anjos no meio de um mundo depravado.
No êxtase após a Consagração, vi o amado Salvador abraçar-me com ambos os braços, desprendidos da cruz; também isso, provavelmente, vale para todos os sacerdotes. A Consagração é a morte sacrifical do Senhor.Importa que o sacerdote se ofereça a si mesmo em íntima união com o Cordeiro do sacrifício.
O abraço do Divino Salvador, a atrair a si o sacerdote, é prova de ilimitado amor; ilimitado amor a oferecer-se para ser abraçado e amado por ele, e ser ofertado ao Pai Celeste. O amado Salvador, em sua grande bondade, quis dar-me certeza sobre esta visão.
Ao meio-dia, tive de súbito a mesma visão durante o exame de consciência. O amado Salvador me abraçou com seus braços, desprendidos da Cruz, e eu o abracei; e desta vez o atraí a mim, para dentro do meu coração. E ele permitiu que o fizesse. A seguir, fiz o mesmo insistente pedido ao seu Divino coração: “Concede que Te ame sinceramente”.
2712 – 16 de julho de 1939. Dulcíssimo Coração de Jesus. O mesmo que no dia 1.1. Na santa Missa, dois êxtases de amor: na Consagração e na Comunhão.
Ontem, vi, na Consagração, o amado Salvador na cruz, em tamanho natural, bem à minha frente. Eu temia que fosse ilusão, porque a imagem parecia sem vida. Após muito hesitar, resolvi descrever a visão como julgo tê-la visto. Mas, quando me dispus a escrever, o amado Salvador não me permitiu que escrevesse sequer uma sílaba. Foi-me fisicamente impossível acrescentar qualquer coisa às poucas palavras de ontem. Conformei-me, e quanto me lembro, pensei: “Se a visão foi genuína, o amado Salvador a repetirá”.
E Ele o fez de modo totalmente inesperado, pois hoje, quanto me recordo, vi o amado Salvador pregado na cruz, diante de mim em tamanho natural, logo no início da Missa.Quanto pude perceber, ele pronunciava comigo as palavras da Missa. Vi-o, nitidamente, mover os lábios e, ao menos uma vez, dirigir os olhos para o alto, em oração. Isso durou por toda a Missa, embora não pudesse estar continuamente atento ao fato.
Desenhei precisamente o momento da oração Súplices te rogamos – Suplicantes Te rogamos, por ser mais fácil desenhá-lo.
Esta visão quer mostrar o fato de que a santa Missa é a maravilhosa renovação do sacrifício da cruz, e isto desde o começo até o fim, e que o amado Salvador faz suas as palavras do sacerdote.
O sacerdote goza do privilégio invejável de ser o representante visível do Divino Sacerdote. Ele, que na cruz se ofertou por nós, com infinito amor ao Pai Celeste, sobre o altar, faz o mesmo por meio do agraciado sacerdote, por Ele tão profundamente amado.
Tive que escrever e desenhá-lo.