Llamado de Amor y Conversión del Casto y Amante Corazón de San José
19 Abril 2017
19 Abril 2017
Queridos hijos, los invito a meditar, y a profundizar a través de la oración, y dirigir sus corazones hacia Nuestro Pequeño Refugio, en tierras de Egipto.
Cuando el Ángel Mensajero del Señor me fue enviado, nuevamente, para anunciarme que Herodes había muerto, y que el Niño no corría peligro, nuevamente, agradecimos con mi Esposa Virginal a Dios, por Sus Misericordias, cantamos himnos y salmos, de acción de gracias, a Nuestro Dios, porque había nuevamente renovado Sus Promesas, para con Nuestra Pequeña Familia.
Caminamos de regreso el desierto hasta Nazaret. Me entristecía el saber que Herodes hijo reinaba, pero confiaba en la Promesa del Señor que el peligro para el Niño ya había cesado. En Nazaret volvimos a Nuestro Hogar, a Nuestra Tierra, a Nuestra Fe, y construimos junto a la Madre Celestial un Hogar para el Señor, donde creciera en Edad, Santidad y Sabiduría.
Pequeños, recorran el desierto, y después de haberlo recorrido, purificando, en las tormentas, en la sequedad, en el fuego, sus corazones, regresen a Nazaret, guiados por Mí, su Protector.
Regresen a Nazaret y, con sus corazones dispuestos y abiertos, háganse miembros de Nuestra Sagrada Familia, viviendo en caridad, creciendo en caridad, amando al Amor que es Dios, amando al Dios que es Amor, y amando a vuestro prójimo con el corazón.
Yo les doy Mi Bendición Patriarcal: en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María
17 Abril 2017
Queridos hijos, les invito a que abran sus corazones a la alegría de la Pascua del Señor. Él ha resucitado, pero ya no de un sepulcro cavado en una roca, ha resucitado del sepulcro del mundo, de la muerte, del pecado, del dominio de la maldad.
Él, Jesús, resucita como vencedor de la muerte, del demonio, del pecado. Él resucita como un signo de amor por ustedes, para permanecer con ustedes.
Jesús resucita para dar Vida, Vida eterna, Vida abundante.
Dejen, queridos hijos, que la roca de los corazones sean removidas para que reciban la Luz de Jesús Resucitado. Que todos ustedes, queridos hijos, como Mis pequeños apóstoles, den testimonio del Amor de Dios que nunca muere, que nunca acaba, sino que es un Amor constante y eterno.
Demuestren con la oración y con las obras el Amor de Jesús que ha resucitado. Como Madre de la Pascua les doy Mi Bendición Maternal. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.