A lo largo de los siglos, la Iglesia, guiada por el Espíritu Santo, ha adornado la Misa con himnos, oraciones, y ceremonias santas. La Iglesia ha envuelto la celebración de este Sacrificio divino con un velo místico para llenar a los fieles de temor religioso y una reverencia profunda, instándolos a una contemplación seria y meditación piadosa. El Papa Inocencio I (~ 400 A.D.) afirma que la liturgia romana proviene de San Pedro y todos deben observar este rito. No sabemos cómo se desarrollará este ataque grave de Bergoglio y los modernistas contra la Misa (la fe católica y a Cristo mismo), pero tenemos que hacer reparación a nuestra capacidad. Acércate a la Misa como penitente. Ofrécete con Cristo y haz acción de gracias ferviente. Ganaras gracias especiales y gloria eterna al contemplar a Cristo en el Santísimo Sacramento, con gran amor y devoción.