Los Hermanos Ermitaños de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo son un Instituto Religioso de Derecho Diocesano nacido en 2002 en la diócesis de Bragança Paulista (Sao Paulo, Brasil). Su iniciador fue un ex-Carmelita Descalzo que en 2007 se integró al clero secular por no estar conforme con la adopción de la liturgia tradicional. Fray Tiago de San José, actual Prior, se quedó solo y tuvo que volver a empezar. La Virgen Santísima lo auxilió y pronto llegaron vocaciones. Después de la publicación del motu proprio Summorum Pontificum, adoptaron en 2009 el tradicional Rito Carmelitano de la Misa, así como el Oficio propio y el Ritual carmelitanos.
Esta nueva fundación constituye una restauración del original carisma monástico del Carmelo tal y como era hasta finales del s. XIII, antes de su incorporación a las Órdenes Mendicantes y por tanto con cierto apostolado. Siguen el propósito de Santa Teresa de Jesús de vivir sin mitigaciones la Santa Regla primitiva de San Alberto de Jerusalén, siendo sus Constituciones aquellas mismas que redactó en el s. XIX el Beato Francisco Palau para un Carmelo eremítico en España. Viven en soledad compartida en pequeñas ermitas entorno a un oratorio en el que se reúnen para la Santa Misa y el Oficio Divino. También disfrutan de las alegres recreaciones teresianas. Su liturgia está abierta a los fieles, dando magníficos frutos de apostolado entre la juventud y las familias.
Junto a los Hermanos han nacido las Hermanas Ermitañas de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, con idéntico carisma y espíritu.
* Hermanos Ermitaños (web)
* Hermanos Ermitaños (blog) - con fotografías de sus eremitorios, celdas, celebraciones litúrgicas...

inundado por um mistério de luz que é Deus e N´Ele vi e ouvi -A ponta da lança como chama que se desprende, toca o eixo da terra, – Ela estremece: montanhas, cidades, vilas e aldeias com os seus moradores são sepultados. - O mar, os rios e as nuvens saem dos seus limites, transbordam, inundam e arrastam consigo num redemoinho, moradias e gente em número que não se pode contar , é a purificação do mundo pelo pecado em que se mergulha. - O ódio, a ambição provocam a guerra destruidora! - Depois senti no palpitar acelerado do coração e no meu espírito o eco duma voz suave que dizia: – No tempo, uma só Fé, um só Batismo, uma só Igreja, Santa, Católica, Apostólica: - Na eternidade, o Céu! 