Pueblo de Sión, he aquí que el Señor vendrá a salvar las naciones y hará oír la gloria majestuosa de su voz con alegría de vuestro corazón. Oh Pastor de Israel, escuchadme; Vos que conducís a José como una oveja".
(Introito de la Santa Misa)
"Habiendo oído Juan, en la prisión, los prodigios que Cristo hacía, envió dos de sus discípulos a preguntarle: ¿Eres tú el Mesías que ha de venir, o hemos de esperar a otro? A lo que Jesús, respondiendo, les dijo: Id y contad a Juan lo que habéis oído y visto".
(Del Evangelio de este día, tomado de San Mateo)
Los mismos signos del reino de los que Jesús habla a los discípulos de Juan el Bautista, son los que obra también hoy en todos nosotros para manifestarnos que no hemos de esperar a ningún otro distinto de Él, pues no nos ha sido dado otro nombre que invocar bajo el cielo para poder salvarnos que el Nombre de Jesucristo, Señor nuestro.
¡Admiremos los signos que Dios realiza en nuestra vida y en nuestra alma!
Nosotros somos los ciegos que ahora podemos ver y descubrir el rostro y la presencia de Dios en nuestra vida.
Somos los cojos que andan, capaces de caminar y guiar nuestros pasos por las senda de la salvación, sanados y fortalecidos por la gracia de Dios.
Somos los leprosos, permanentemente limpiados de nuestros pecados por la gracia del perdón y de la reconciliación que es fruto de la misericordia infinita de Dios.
Somos los sordos que oyen, a quienen el Espíritu Santo instruye e ilumina guiándonos hacia el conocimiento de la verdad plena, y explicándonos el sentido de la Palabra de Vida y Salvación.
Somos los muertos que experimentamos la vida y la gracia de la resurrección de Cristo en nosotros, anticipo de lo que será el triunfo de nuestra resurrección final, victoria definitiva sobre l pecado y sobre la muerte.
Somos los pobres a quienes el Señor anuncia su Buena Nueva de perdón, de paz y de reconciliación.
¡Ven, Señor Jesús!...
PRIMEROS SÁBADOS REPARADORES EN TOLEDO
Todos los primeros sábado de mes los Hermanos de la Fraternidad celebran en la Iglesia del Salvador de Toledo los actos de Reparación al Corazón Inmaculado de María: Exposición del Santísimo Sacramento, Rezo y meditación del Santo Rosario, procesión mariana.
Gran Promesa del Inmaculado Corazón de María, revelada a Sor Lucía de Fátima el 10 de diciembre de 1925 en Pontevedra (España):
A todos aquellos que durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen cinco decenas del Rosario y me hagan quince minutos de compañía meditando sobre los quince misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para su salvación.