domingo, 28 de novembro de 2010

Benedict XV : “Our moral and spiritual stature can be measured by that, which we await, and that, in which we hope.” It’s “the beginning of Advent, when we are thinking about the unborn Christ Child, waiting for the birth of the Christ Child – to think of all these unborn children that are also at risk around the world, because unfortunately something like a third of all pregnancies end in abortion today.”

Pope Benedict XVI waves to the crowd at the end of the First Vespers on the occasion of the first week of Advent in Saint Peter's Basilica at the Vatican November 27, 2010.   
Pope Benedict XVI: awaiting in joyful hope for the coming of the Saviour


“Our moral and spiritual stature can be measured by that, which we await, and that, in which we hope.”

These were some of the words of Pope Benedict XVI at the Angelus prayer with the faithful gathered in St. Peter’s Square on the first Sunday of Advent.

Ushering in a new liturgical year, the Pope said that at this time we are to look at once to the first coming of the Son of God, when he was born of the Virgin Mary, and to His glorious return, when He comes ''to judge the living and the dead.”

Therefore, “The wait, and the act of waiting, is a dimension that runs through all of our personal, family and social life.” “You might say,” explained Pope Benedict, “that a man is alive so long as he awaits – as long as hope lives in his heart.” So it was for Mary: he said, “In her heart, the expectation of the Saviour was so great, her faith and hope so ardent, that He was able to find in her a worthy mother.”

“Let us learn from her,” exhorted Pope Benedict, “from the Woman of the Advent, to live our days in a new spirit of profound expectation, which only the coming of God can satisfy.”

After the Angelus, Pope Benedict greeted pilgrims in many languages, including English:

I offer a warm welcome to the English-speaking visitors gathered here today for this Angelus prayer. Today, Christians begin a new liturgical Year with the season of Advent, a time of preparation to celebrate the Mystery of the Incarnation. By the grace of God, may our prayer, penance and good works in this season make us truly ready to see the Lord face to face. Upon you and your families I invoke God’s gifts of wisdom, strength and peace!

Listen to Chris Altieri's report: RealAudioMP3

Pope to lead worldwide pro-life vigil


Pope Benedict XVI will be celebrating a special Vespers service Saturday evening in St. Peter’s Basilica marking the beginning of Advent, in which he has called for special prayers for the protection of all human life, especially the unborn.
The Holy Father has asked that parishes, religious communities, associations and movements join him for evening prayer, in churches throughout the world.
“It’s the first time in history the Holy Father has done this,” says Joseph Meaney, the director of international coordination for Human Life International.
“It’s a wonderful time to do it,” he told Vatican Radio. It’s “the beginning of Advent, when we are thinking about the unborn Christ Child, waiting for the birth of the Christ Child – to think of all these unborn children that are also at risk around the world, because unfortunately something like a third of all pregnancies end in abortion today.” Listen to Joseph Meaney's full interview with Charles Collins: RealAudioMP3

Benedicto XVI:"En este Adviento nos será dada, una vez más, la experiencia de la cercanía de Aquel que ha creado el mundo, que orienta la historia y que ha cuidado de nosotros llegando al culmen de su condescendencia al hacerse hombre." "Que la Madre de Dios nos ayude a salir al encuentro de Cristo, para que 'el futuro del mundo pueda ser la civilización del amor y de la vida'».

 Pope Benedict XVI, holding the cross, arrives for the celebration of  the first Vespers in the St. Peter's Basilica in  Vatican on November 27, 2010. Pope Benedict XVI called  for a new push towards nuclear disarmament, as he received the credentials of Japan's new ambassador to the Vatican, Hidekazu Yamaguchi.
Domingo, 28 nov (RV). En este día en que la Iglesia comienza un nuevo Año Litúrgico, Benedicto XVI hizo hincapié en el Tiempo del Adviento, de la espera de Nuestro Señor, deteniéndose en la característica, profundamente humana, en la que nuestra fe se vuelve una cosa sola con nuestra carne y nuestro corazón.


«Nuestra estatura moral y espiritual se puede medir sobre lo que esperamos», recordó el Santo Padre, que introdujo el rezo a la Madre de Dios de este I Domingo de Adviento, reiterando que «hay una misteriosa correspondencia entre la espera de Dios y la de María, la criatura ‘llena de gracia totalmente trasparente al diseño de amor del Altísimo».

Invitando a aprender «de María, Mujer del Adviento, a vivir nuestros gestos cotidianos con un espíritu nuevo, con el sentimiento de una espera profunda, que sólo la venida de Dios puede colmar», en sus palabras en polaco, Benedicto XVI destacó la celebración de ayer de las Vísperas con la Vigilia de oración por la vida naciente, con la que comenzó el Adviento, que nos prepara a la Navidad del Señor, alentando a perseverar en la oración, el Papa deseó que «el futuro del mundo pueda ser la civilización del amor y de la vida». Éstas eran las palabras de Benedicto XVI en nuestra lengua: RealAudioMP3

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española que participan en esta oración mariana, así como a quienes se unen a ella a través de la radio y la televisión. Al iniciar el santo tiempo de Adviento, invito a todos a intensificar la oración y la meditación de la Palabra de Dios, para que se avive el deseo de salir al encuentro de Cristo, cuya primera venida recordamos con gozo, mientras nos preparamos a su segunda venida, al final de los tiempos, con atenta vigilancia y ardiente caridad. Que a ello nos ayude la amorosa protección de María Santísima, Virgen y Madre. Feliz Domingo.




En las Vísperas de apertura del Tiempo de Adviento, Benedicto XVI exhorta a los protagonistas de la política, de la economía y de la comunicación social a hacer cuanto esté en sus posibilidades, “para promover una cultura cada vez más respetuosa de la vida humana"




Domingo, 28 nov (RV). El Santo Padre Benedicto XVI presidió la tarde del sábado 27 de noviembre en la Basílica de San Pedro la celebración de las Primeras Vísperas del Primer Domingo de Adviento, que este año se ha acompañado con una “Vigilia por la vida naciente” celebrada por toda la Iglesia católica, a la que se adhirieron las Iglesias particulares de todo el mundo en comunión de oración.

A las cinco y media de la tarde comenzó la celebración de esta “Vigilia por la vida naciente”, durante la cual se alternaron algunos textos del magisterio sobre el tema de la vida, con cantos típicos del Adviento y momentos de silencio y oración. De este modo se ha querido coronar el congreso internacional promovido por el Consejo Pontificio para la Familia, que preside el cardenal Ennio Antonelli, sobre el tema de la familia en el corazón de las acciones pastorales específicas.

Esta tradición de celebrar las Primeras Vísperas del Primer Domingo de Adviento -que ha comenzado con Benedicto XVI- se propone subrayar el inicio de un nuevo Año Litúrgico para la vida de la Iglesia, dado que precisamente con el tiempo de Adviento se pone en marcha un nuevo ciclo anual, en el que la Iglesia celebra todo el misterio de Cristo, desde su Encarnación hasta Pentecostés y la espera del retorno del Señor.

Con el canto del “Tu es Petrus” el Papa entró en procesión, esta tarde a las seis, en la Basílica de San Pedro. En su homilía Benedicto XVI comenzó diciendo que “con esta celebración vespertina, el Señor nos dona la gracia y la alegría para abrir el nuevo Año Litúrgico iniciando desde su primera etapa: el Adviento, el período que hace memoria de la venida de Dios entre nosotros. Y añadió: RealAudioMP3

"Cada inicio lleva consigo una gracia particular, porque es bendecido por el Señor. En este Adviento nos será dada, una vez más, la experiencia de la cercanía de Aquel que ha creado el mundo, que orienta la historia y que ha cuidado de nosotros llegando al culmen de su condescendencia al hacerse hombre."


Precisamente –prosiguió diciendo el Santo Padre– el misterio grande y fascinante del Dios con nosotros, es más, del Dios que se hace uno de nosotros, es lo que celebraremos en las próximas semanas caminando hacia la Santa Navidad. Y agregó que durante el tiempo de Adviento “sentiremos a la Iglesia que nos toma de la mano y, a imagen de María Santísima, expresa su maternidad haciéndonos experimentar la espera alegre de la venida del Señor, que nos abraza a todos en su amor, que salva y consuela”.

Benedicto XVI agregó que mientras nuestros corazones se predisponen hacia la celebración anual del nacimiento de Cristo, la liturgia de la Iglesia orienta nuestra mirada hacia la meta definitiva: el encuentro con el Señor que vendrá en el esplendor de la gloria: RealAudioMP3

"Por esto, nosotros, que en cada Eucaristía, “anunciamos su muerte, proclamamos su resurrección en la espera de su venida”, permanecemos en oración. La liturgia no se cansa de animarnos y sostenernos, poniendo sobre nuestros labios, en los días de Adviento, el grito con el cual se cierra toda la Sagrada Escritura, en la última página del Apocalipsis de San Juan: “¡Ven, Señor Jesús!” (22,20)."


Al recordar a los presentes que el encuentro de esta tarde para iniciar el camino de Adviento se enriquecía con otra importante motivación, la de celebrar solemnemente con toda la Iglesia una vigilia de oración por la vida naciente, el Pontífice expresó su agradecimiento a todos los que se han sumado a esta invitación y a cuantos se dedican, específicamente, a acoger y custodiar la vida humana en las distintas situaciones de fragilidad, en particular, en sus inicios y en sus primeros pasos: RealAudioMP3

"Es así como el inicio del Año Litúrgico nos hace vivir nuevamente la espera de Dios que se hace carne en el vientre de la Virgen María, de Dios que se hace pequeño, se hace niño; nos habla de la venida de un Dios cercano, que ha querido recorrer la vida del hombre, desde el inicio, y esto para salvarla totalmente, en plenitud. Y así el misterio de la Encarnación del Señor y el comienzo de la vida humana están íntima y armoniosamente ligados dentro del único designio salvífico de Dios, Señor de la vida de todos y cada uno. La Encarnación nos revela con intensa luz y de manera sorprendente, que cada vida humana tiene una dignidad altísima, incomparable."


Después de recordar que el hombre presenta una originalidad inconfundible respecto a todos los demás seres vivientes que pueblan la tierra, que se presenta como sujeto único y singular, dotado de inteligencia y voluntad libre, además de estar compuesto de una realidad material, que vive simultánea e inseparablemente en la dimensión espiritual y en la dimensión corpórea, Benedicto XVI añadió: RealAudioMP3

"Somos, entonces, espíritu, alma y cuerpo. Somos parte de este mundo, ligados a las posibilidades y a los límites de la condición material; al mismo tiempo estamos abiertos a un horizonte infinito, capaces de dialogar con Dios y de acogerlo en nosotros. Obramos en las realidades terrenas y a través de ellas podemos percibir la presencia de Dios y tender a Él, verdad, bondad y belleza absoluta. Saboreamos fragmentos de vida y de felicidad y anhelamos la plenitud total."

Tras recordar que Dios nos ama de manera profunda, total, sin distinciones; y que nos llama a la amistad con Él; nos hace partícipes de una realidad por encima de toda imaginación y de todo pensamiento y palabra, a saber: su misma vida divina; el Papa afirmó que “creer en Jesucristo comporta también el tener una mirada nueva sobre el hombre, una mirada de confianza y de esperanza. RealAudioMP3

El tiene derecho a no ser tratado como un objeto que se posee o como una cosa que se puede manipular a placer, a no ser reducido a un puro instrumento en beneficio de otros y de sus intereses. La persona es un bien en sí misma y siempre es necesario buscar su desarrollo integral. El amor hacia todos, y más si es sincero, tiende espontáneamente a convertirse en una atención preferencial por los más débiles y los más pobres. Sobre esta línea se coloca la preocupación de la Iglesia por la vida naciente, la más frágil, la más amenazada por el egoísmo de los adultos y por el oscurecimiento de las conciencias. La Iglesia continuamente reafirma cuanto ha declarado el Concilio Vaticano II contra el aborto y toda forma de violación de la vida naciente: “La vida, una vez concebida, debe ser protegida con al máxima atención” (ibid., n. 51).


Benedicto XVI también recordó que hay tendencias culturales que “buscan anestesiar las conciencias con pretextos”. Sobre el embrión en el vientre materno, la ciencia misma pone en evidencia la autonomía que lo hace capaz de interactuar con la madre, la coordinación de los procesos biológicos, la continuidad del desarrollo, la creciente complejidad del organismo. No se trata de un cúmulo de material biológico, sino de un nuevo ser vivo, dinámico y maravillosamente ordenado, un nuevo individuo de la especie humana. Así lo ha sido Jesús en el vientre de María; así lo ha sido cada uno de nosotros en el vientre de la madre”. Y agregó: RealAudioMP3

"Lamentablemente, incluso después del nacimiento, la vida de los niños continúa siendo expuesta al abandono, al hambre, a la miseria, a la enfermedad, a los abusos, a la violencia, a la explotación. Las múltiples violaciones de sus derechos que se cometen en el mundo hieren dolorosamente la conciencia de cada hombre de buena voluntad. Frente al triste panorama de las injusticias cometidas contra la vida del hombre, antes y después del nacimiento, hago mío el apasionado llamamiento del Papa Juan Pablo II a la responsabilidad de todos y cada uno de nosotros: “¡Respeta, defiende, ama y sirve a la vida, a toda la vida humana! ¡Sólo siguiendo este camino encontrarás justicia, desarrollo, libertad verdadera, paz y felicidad!” (Enc. Evangelium vitae, 5)."


Por esta razón, el Papa exhortó a los protagonistas de la política, de la economía y de la comunicación social a hacer cuanto esté en sus posibilidades, “para promover una cultura cada vez más respetuosa de la vida humana, para ofrecer condiciones favorables y redes de apoyo a la acogida y al desarrollo de la misma”. Mientras a la Virgen María -que ha acogido al Hijo de Dios hecho hombre con su fe, con su seno materno, con su atento cuidado, y con su acompañamiento solidario y vibrante de amor- encomendó la oración y el compromiso en favor de la vida naciente.

Al concluir la celebración de estas Vísperas, Benedicto XVI rezó una “Oración por la vida”, compuesta especialmente para esta ocasión.

Bento XVI : "se o amor para com todos é sincero tende espontaneamente a tornar-se atenção preferencial pelos mais débeis e pelos mais pobres. É nesta linha que se coloca a solicitude da Igreja pela vida nascente, a mais frágil, a mais ameaçada pelo egoísmo dos adultos e pelo obscurecimento das consciências ." “Poder-se-ia dizer que o homem está vivo na medida em que espera, se e enquanto no seu coração permanece viva a esperança. É pelas suas expectativas que se reconhece um homem: a nossa estatura moral e espiritual pode-se medir a partir daquilo que nós aguardamos, daquilo em que esperamos”.






“O homem vive na medida em que espera, na medida em que no seu coração está viva a esperança; é pelas suas expectativas que se reconhece um homem”: considerações de Bento XVI, na alocução do meio-dia, na Praça de São Pedro, neste primeiro domingo do Advento, início de um novo ano litúrgico. O Papa deteve-se a reflectir sobre o tema da “expectativa”, da “espera”. Trata-se – observou – de “um aspecto profundamente humano, em que a fé se torna, por assim dizer, uma só coisa com a nossa carne e o nosso coração”.
“A expectativa, o esperar é uma dimensão que atravessa toda a nossa existência pessoal, familiar e social. A espera está presente em mil situações, desde as mais pequenas e banais, até às mais importantes, que nos afectam totalmente, no mais profundo da nossa existência”. Caso, por exemplo, dos esposos que aguardam o nascimento de um filho; ou de um parente ou amigo que, de longe, nos vem visitar; ou de um jovem que aguarda os resultados de um exame decisivo, ou de um colóquio de trabalho; nas relações afectivas, o aguardar a pessoa amada, a resposta a uma carta, a aceitação de um pedido de perdão…
“Poder-se-ia dizer que o homem está vivo na medida em que espera, se e enquanto no seu coração permanece viva a esperança. É pelas suas expectativas que se reconhece um homem: a nossa estatura moral e espiritual pode-se medir a partir daquilo que nós aguardamos, daquilo em que esperamos”.

“Especialmente neste tempo do Advento, é o caso que cada um se interrogue: O que é que eu espero? Neste momento da minha vida, para onde é que está voltado o meu coração?” A mesma questão deveria ser formulada a nível de cada família, comunidade, nação. “O que é que, conjuntamente, nós esperamos? O que é que une as nossas aspirações, o que é que as irmana?”
No tempo que precedeu o nascimento de Jesus, era fortíssima em Israel a expectativa do Messias, isto é, de um Consagrado, descendente do rei David, que libertaria finalmente o povo de todas as escravidões morais e políticas, instaurando o Reino de Deus…
“Mas nunca teria mais imaginado que o Messias pudesse nascer de uma humilde jovem como Maria, noiva do justo José. Nem sequer ela própria o teria pensado, e contudo no seu coração a expectativa do Salvador era tão grande, a sua fé e esperança eram tão ardentes, que Ele pôde encontrar nela uma digna mãe.”
“Existe uma misteriosa correspondência entre a expectativa de Deus e a de Maria, a criatura cheia de graça, totalmente transparente ao desígnio de amor do Altíssimo. Aprendamos dela, Mulher do Advento, a viver os gestos de cada dia com um espírito novo, com o sentimento de uma profunda expectativa, que só a vinda de Deus pode satisfazer.”




Respeita, defende, ama e serve a vida, cada vida humana! Unicamente por esta estrada, encontrarás justiça, progresso, verdadeira liberdade, paz e felicidade! Bento XVI na vigília de oração pela vida nascente.





(27/11/2010) Por iniciativa de Bento XVI, a Igreja Católica celebrou neste sábado , em todo o mundo, uma vigília de oração pela “vida nascente”
O próprio Papa assinalou a data, na Basílica de São Pedro, com a celebração das I vésperas do início do Advento, tempo litúrgico que antecede o Natal.
Na homilia Bento XVI agradeceu antes de mais a todos aqueles que aderiram a este convite e a todos aqueles que se dedicam de maneira especial a acolher e guardar a vida humana nas varias situações de fragilidade, em particular no seu inicio e nos seus primeiros passos.
Acreditar em Jesus Cristo – salientou o Papa – exige também que se assuma uma olhar novo sobre o homem, um olhar de confiança, de esperança…O ser humano tem a exigência de ser reconhecido como valor em si mesmo e merece que o escutem sempre com respeito e com amor. Tem o direito de não ser tratado como um objecto que se deve possuir ou como uma coisa que se pode manipular á vontade, de não ser reduzido a simples instrumento em vantagem de outros e dos seus interesses.. A pessoa – acrescentou Bento XVI - é um bem em si mesma e é necessário procurar sempre o seu desenvolvimento integral. Depois – acrescentou o Papa – se o amor para com todos é sincero tende espontaneamente a tornar-se atenção preferencial pelos mais débeis e pelos mais pobres. É nesta linha que se coloca a solicitude da Igreja pela vida nascente, a mais frágil, a mais ameaçada pelo egoísmo dos adultos e pelo obscurecimento das consciências .
Na sua homilia durante a celebração das Primeiras Vésperas de Advento, na Basílica de S. Pedro o Papa salientou a existência de tendências culturais que procuram anestesiar as consciências com motivações pretestuosas. Acerca do embrião no seio materno, a própria ciência põe em evidencia a autonomia capaz de interacção com a mãe, a coordenação dos processos biológicos, a continuidade do desenvolvimento, a complexidade crescente do organismo. Não se trata – disse o Papa – de um cumulo de material biológico, mas sim de um novo ser vivo, dinâmico e maravilhosamente ordenado, um novo individuo da espécie humana.
Infelizmente – prosseguiu o Papa – também depois do nascimento, a vida das crianças continua a ser exposta ao abandono, á fome, á miséria, á doença, aos abusos, á violência, á exploração. Ás múltiplas violações dos seus direitos que se cometem no mundo ferem dolorosamente a consciência de cada homem de boa vontade. Perante o triste panorama das injustiças cometidas contra a vida do homem, antes e depois do nascimento faço meu - disse Bento XVI – o apelo apaixonado do Papa João Paulo II á responsabilidade de todos e de cada um:” respeita, defende, ama e serve a vida, cada vida humana! Unicamente por esta estrada, encontrarás justiça, progresso, verdadeira liberdade, paz e felicidade!
Exorto os protagonistas da politica, da economia e da comunicação social –disse a concluir – a fazerem tudo o que é possível para promover uma cultura sempre respeitosa da vida humana, para procurar condições favoráveis e redes de apoio ao seu acolhimento e desenvolvimento.

The grand conclusion of our Forty Hours Devotion at Saint John Cantius was held on Sunday, October 17 with a Solemn High Tridentine Latin Mass . The Mass was followed by a solemn procession with the Blessed Sacrament around the inside of the Church.

Forty Hours Devotion  - 2010 
The grand conclusion of our Forty Hours Devotion was held on Sunday, October 17 with a Solemn High Tridentine Latin Mass with the Resurrection Choir and Orchestra singing Schubert’s Mass in B Flat. The Mass which was the External Solemnity of our parish patron, Saint John Cantius, was celebrated by the Rev. C. Frank Phillips, C.R. The Mass was followed by a solemn procession with the Blessed Sacrament around the inside of the Church. Members of the Confraternity of the Blessed Sacrament, as well as various religious attended.
   
With the permission of::http://cantius.org/

Pope Benedict XVI : “The idea behind my current practice of having people kneel to receive Communion on the tongue was to send a signal and to underscore the Real Presence with an exclamation point. One important reason is that there is a great danger of superficiality precisely in the kinds of Mass events..."

Pope Benedict has said in a new book that he is not opposed to the practice of receiving Communion in the hand. However he goes on to explain that he wants to encourage the reception of Communion on the tongue,  kneeling, out of respect for the Real  Presence in the Sacrament.

In a long interview with German journalist Peter Seewald, which is being  published in a new book: ‘Light of the World’, out this Tuesday, the Holy Father says: “I am not opposed in principle to Communion in the hand; I have both administered and received Communion in this way myself.”

But, he explains: “The idea behind my current practice of having people kneel to receive Communion on the tongue was to send a signal and to underscore the Real Presence with an exclamation point. One important reason is that there is a great danger of superficiality precisely in the kinds of Mass events we hold at Saint Peter’s, both in the Basilica and in the Square. I have heard of people who, after receiving Communion, stick the Host in their wallet to take home as a kind of souvenir.

“In this context, where people think that everyone is just automatically supposed to receive Communion — everyone else is going up, so I will, too—I wanted to send a clear signal. I wanted it to be clear:  Something quite special is going on here! He is here, the  One before whom we fall on our knees! Pay attention!

“This is not just some social ritual in which we can take part if we want to.”


DE:http://www.indcatholicnews.com/

mons . Guido Marini : no hay que olvidar nunca que las celebraciones presididas por el Papa están llamadas a ser punto de referencia para toda la Iglesia. Es el Papa, el Sumo Pontífice, el gran licurgo de la Iglesia, aquel que, también a través de la celebración, ejerce un auténtico magisterio litúrgico al que todos deben mirar.

Entrando en el Adviento

*
3
*
En este primer domingo de Adviento, que marca el comienzo de un nuevo año litúrgico, presentamos una entrevista a monseñor Guido Marini, maestro de las celebraciones litúrgicas pontificias.
***
Monseñor Marini, ¿cuál es el significado del Adviento?

El Adviento es el tiempo de la espera. De la espera que hace referencia a una venida, la del Señor Jesús, el Hijo de Dios, el único Salvador del mundo. El pueblo cristiano, en este tiempo fuerte del año litúrgico, vive la propia fe renovando la conciencia gozosa de una triple venida del Señor, de la que hablan también los Padres de la Iglesia.
*
¿Qué significa?

Una primera venida, de la cual hacer grata memoria, es la del Hijo de Dios en la historia de los hombres, al momento de la Encarnación. Una segunda venida es la que se realiza en el hoy de la vida, y que es incesante. Ésta toma forma en una multiplicidad de modos, comenzando por la Eucaristía, presencia real del Señor en medio de los suyos, para continuar con los sacramentos, la palabra de la divina Escritura, los hermanos, sobre todo los pequeños y necesitados. Una tercera venida, para esperar en la esperanza, es la que se realizará al final de los tiempos cuando el Señor volverá en la gloria y todo será recapitulado en Él.
*
El Adviento tiene también una dimensión mariana…

En el tiempo del Adviento el pueblo cristiano está llamado a renovar la conciencia de que su vida está toda contenida en el misterio de Cristo, Aquel que era, que es y que viene. También por esto el Adviento es un tiempo marcadamente “mariano”. La Santísima Virgen es aquella que, de modo único e irrepetible, ha vivido la espera del Hijo de Dios, es aquella que de modo singular está toda contenida en el misterio de Cristo.
*
¿De qué modo los fieles y las comunidades cristianas pueden ayudarse a vivir mejor este momento fuerte del tiempo litúrgico de la Iglesia?
Entrando en este tiempo con la actitud interior de quien se prepara a vivir un período de conversión y de renovación, orientando con decisión la propia vida al Señor Jesús. La Iglesia, con el año litúrgico, nos ofrece periódicamente la gracia de vivir momentos espiritualmente fuertes, ocasiones propicias para reencontrar el impulso del camino hacia la santidad. En el Adviento, tal impulso tiene un tono singular, que es el de la alegría. La alegría por el pensamiento de que el Señor es nuestro contemporáneo y está cerca de nosotros hoy, en el presente de nuestra existencia, en la cotidianeidad sencilla de nuestras jornadas. La alegría ante el pensamiento de que el futuro no está envuelto en la oscuridad sino que brilla la luz del Cielo de Dios en Cristo. Todo esto se convierte en experiencia de vida también en virtud de un camino personal y comunitario de conversión, hecho de una más intensa y prolongada oración, de alguna forma penitencial y de separación de la mentalidad del siglo presente, de una caridad más generosa y auténticamente cristiana.
*
¿Cuáles son las características de las celebraciones en este período?

La Liturgia, a través de los ritos y de las oraciones, conduce a la participación activa del misterio celebrado. Por lo tanto, en la celebración del tiempo de Adviento, debe transmitir el sentido de la espera típico del Adviento. Lo debe hacer con sus oraciones, con su canto, con su silencio, con sus colores y con sus luces. En todo debe hacerse presente el misterio del Señor que viene, Él que es el Principio y el Fin de la historia; en todo debe mostrarse de qué modo es tangible la alegría verdadera y sobria de la fe; en todo debe transparentarse el compromiso por el cambio del corazón y de la mente para una pertenencia más radical a Dios.
*
¿Y cuáles son las particularidades de las liturgias pontificias?

Si bien en un contexto peculiar, como es el debido a la presencia del Santo Padre, las liturgias pontificias no pueden presentar sino las características típicas de este tiempo del año. Con una característica adicional: la ejemplaridad. Porque no hay que olvidar nunca que las celebraciones presididas por el Papa están llamadas a ser punto de referencia para toda la Iglesia. Es el Papa, el Sumo Pontífice, el gran licurgo de la Iglesia, aquel que, también a través de la celebración, ejerce un auténtico magisterio litúrgico al que todos deben mirar.
*
Este año en particular la liturgia de las primeras Vísperas de Adviento está insertada en una “Vigilia por la vida naciente”. ¿Cuál es el significado de esta particular “combinación”?

Se trata de una combinación que se está revelando feliz. La iniciativa de una “Vigilia por la vida naciente”, promovida por el Pontificio Consejo para la Familia, se inserta de este modo en la celebración de inicio del Adviento, un tiempo muy indicado para llamar la atención sobre el tema de la vida. El Adviento es el tiempo de la espera de María, que llevaba en su seno al Verbo de Dios hecho carne. El Adviento es la espera de la Vida verdadera, que se ha manifestado en el Hijo de Dios hecho hombre, plenitud y cumplimiento del designio de Dios sobre la humanidad. En aquella Vida, aparecida en Belén, ha encontrado un significado nuevo y definitivo la dignidad de toda vida humana. De este modo, realmente, rezar por la vida naciente, en el contexto de la celebración de las primeras Vísperas para el comienzo del año litúrgico, resulta significativo y providencial.
***

***

São Nicolau, Bispo e Confessor: o maravilhoso e a virtude heróica

São Nicolau sagrado bispo
Em 1993, uma equipe de arqueólogos descobriu na ilha de Gemile, Turquia, um centro de peregrinações composto de quatro igrejas, um caminho processional e uma quarentena de prédios em torno do primeiro túmulo de São Nicolau (+ 326).

O conjunto foi arrasado pelo furor maometano, mas as relíquias do santo foram salvas e levadas a Myra, e hoje se veneram em Bari (Itália).

A história do santo bispo, que numa noite de Natal lançou pela janela os dotes a três moças pobres, possibilitando assim seu casamento, está na origem da tradição dos presentes natalinos.

A deturpação hodierna de São Nicolau deu no Papai Noel mas não desqualifica em nada essa bela tradição.

Enquanto o Natal se aproxima é proveitoso conhecermos mais da vida desse santo que marcou tão a fundo os costumes cristãos.

O Bem-aventurado Jacques de Voragine, arcebispo de Genova, escreveu uma história do Santo cheia de unção poética. A festa é o 6 de dezembro.

O NOME Nicolau vem de nichos, que significa “vitória”, e leos, que quer dizer “povo”; por isso, Nicholaus é como que “vitória do povo”, isto é, sobre os vícios que são mais vulgares e mais vis; ou quer dizer vitória do povo porque, com a sua vida e a sua doutrina, ensinou muitos povos a vencer os vícios e os pecados. Ou Nuholaus vem de nichos, que é “vitó¬ria”, e laus, “louvor vitorioso”. Ou ainda, de nitor (brancura) e leos (povo), como se significasse “bran¬cura do povo”, pois teve em si tudo o que faz a bran¬cura e a limpeza. De facto, segundo Santo Ambrósio, a palavra divina limpa, a verdadeira confissão limpa, a santa meditação limpa e a boa obra limpa. A sua história foi escrita pelos doutores Argólicos; segundo Santo Isidoro, Argos é uma cidade da Grécia e, por isso, os Argólicos também se chamam gregos. Lê-se noutro lugar que o patriarca Metódio a escreveu em grego e só depois, João, o Diácono, a traduziu para latim, fazendo-lhe muitos acréscimos.


São Nicolau nasceu na cidade de Patras, de pais santos e ricos. O pai, Epifânio, e a mãe, Joana, geraram-no na primeira flor da juventude e viveram a partir de então em continência, levando uma vida de celibatários.

DIZ-SE QUE no primeiro dia em que o lavavam se pôs de pé na bacia; além disso, às quartas e sex¬tas-feiras só mamava uma vez. Chegando à juventude, evitava as lascívias dos outros jovens, preferindo entrar nas igrejas e decorar o que lá podia ouvir acerca da Sagrada Escritura. Quando seus pais morreram, começou a pensar em como haveria de gastar as suas enormes riquezas, não para os louvores dos homens, mas para a glória de Deus.

Então, certo nobre seu vizinho pensou prostituir as suas três filhas virgens por falta de recursos, para, com o infame comércio delas, se poder sustentar. Quando o santo homem soube, ficou horrorizado com o crime e atirou uma quantidade de ouro envolvida num pano através de uma das janelas da casa onde ele morava e regressou à sua às escondidas.

Sao Nicolau salva as moças numa noite de Natal, Lübeck, Annenmuseum
Quando chegou a manhã, o homem encontrou aquela quantidade de ouro e, dando graças a Deus, celebrou o casamento da filha mais velha. Não muito tempo depois, o servo de Deus voltou a realizar obra semelhante. Voltando a encontrar o ouro e dando muitas graças, aquele homem decidiu vigiar para saber quem socorria a sua miséria. Passados alguns dias, Nicolau atirou o dobro do ouro para a casa do vizinho, que acordou com o barulho e seguiu São Nicolau que fugia, dizendo-lhe em alta voz:

‒ Pára, por favor, e não escondas o teu rosto do meu!

E, correndo mais depressa que Nicolau, reconhe¬ceu-o. Logo se prostrou e queria beijar-lhe os pés, mas ele, evitando-o, exigiu que nunca tornasse público aquele fato.

DEPOIS DISTO, tendo morrido o bispo da cidade de Mira, combinaram os bispos nomeá-lo para aquela igreja. Havia entre eles um de grande autoridade de quem todos dependiam para aquela eleição. Depois de ter aconselhado todos a fazerem jejum e orarem, ouviu naquela noite uma voz a dizer-lhe que de manhã cedo observasse as portas da igreja e quando visse chegar o primeiro homem cujo nome fosse Nicolau, olhasse bem para ele, para consagrá-lo bispo.

Revelou isto aos outros, aconselhando-os a insistirem na oração enquanto ia observar as portas da igreja. Admirou-se muito ao ver que, àquela hora matinal, o homem enviado por Deus antes de todos os outros era Nicolau; chamando-o a si, o bispo disse-lhe:

‒ Como te chamas?

Ele, com uma simplicidade de pomba, respon¬deu de cabeça inclinada:

‒ Nicolau, servo de vossa santidade.

Levaram-no para a igreja e, embora ele a isso muito se opusesse, colocaram-no na cátedra episcopal.

MAS ELE em tudo continuava a observar a humildade e a seriedade da sua conduta anterior: passava as noites em oração, mortificava o corpo, fugia do convívio com mulheres; era humilde com quantos recebia, eficaz no falar, entusiasta no exortar e severo no corrigir. Também se conta como se lê numa crônica que São Nicolau participou no Concílio de Nicéia. 
 
DE:http://oracoesemilagresmedievais.blogspot.com/