31 de mayo de 2017
*Llamado de Amor y Conversión del Casto y Amante Corazón de San José*
Mi Castísimo Corazón, *Servidor de la Señora de todos los pueblos*, invita, a cada uno de ustedes, al *recogimiento interior, a la oración, a la contemplación, al silencio*. Hijos, porque sólo a través del silencio profundizarán en la oración, y sólo por medio de la oración podrán entender cuál es el camino que Dios está trazando, a través de Nuestros Sagrados Corazones.
Recuerden, hijos, que el ruido, que *el ruido de la mente, de los labios y del entorno, perturba, apaga, la silenciosa Voz de Dios*. En Nazaret, con Jesús y María, conocí el valor del silencio; porque el silencio marca el tiempo de la oración. Y cuando ustedes oren en silencio, aprenderán a vivir cada Mensaje, comprenderán *la importancia y la urgencia de cada Palabra* que trasmiten Nuestros Sagrados Corazones.
Están viviendo, hijos, *un tiempo de definición ¡URGENTÍSIMO!*, en el que se debe amar, amar completamente a Dios, o se debe ser totalmente frío. *¡PERO YA NO HAY TIEMPO! para ninguna tibieza*, porque el Cielo, a través de Nuestros Sagrados Corazones, *está reuniendo de todos los pueblos, a los apóstoles de los últimos tiempos*.
Hijos Míos, sólo a través de la oración y del ayuno, a través de la fe y del amor, santificarán sus vidas. Santifiquen sus vidas y déjense, permítanse a ustedes mismos, *¡ser amados de Dios!* Porque ustedes deciden si quieren sentir *la Caricia del Amor de Dios*, o no la quieren recibir. Dios quiere que todos se "sientan amados por Él".
Les doy la Bendición, como *Patriarca y el Protector de todos los pueblos, de toda la Iglesia*. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
- E senti o espírito inundado por um mistério de luz que é Deus e N´Ele vi e ouvi -A ponta da lança como chama que se desprende, toca o eixo da terra, – Ela estremece: montanhas, cidades, vilas e aldeias com os seus moradores são sepultados. - O mar, os rios e as nuvens saem dos seus limites, transbordam, inundam e arrastam consigo num redemoinho, moradias e gente em número que não se pode contar , é a purificação do mundo pelo pecado em que se mergulha. - O ódio, a ambição provocam a guerra destruidora! - Depois senti no palpitar acelerado do coração e no meu espírito o eco duma voz suave que dizia: – No tempo, uma só Fé, um só Batismo, uma só Igreja, Santa, Católica, Apostólica: - Na eternidade, o Céu! (escreve a irmã Lúcia a 3 de janeiro de 1944, em "O Meu Caminho," I, p. 158 – 160 – Carmelo de Coimbra)