12 pasos del obispo Schneider para sobrevivir como familia católica en un desierto herético
Mientras la batalla para el alma misma de la familia y de todos sus miembros se intensifica en todo el mundo con el empuje hacia la anarquía sexual enmascarada como “educación”, la demolición de lo que es verdaderamente masculino y femenino en nombre de los “derechos de género” y la destrucción del matrimonio enmascarada como “igualdad”, un pastor que ha sufrido bajo el terror de un régimen comunista ha expuesto un plan de supervivencia para los padres católicos que viven en un ambiente laicista, relativista y hostil y que simplemente quieren educar a sus hijos para que se conviertan en futuros ciudadanos del cielo.
El obispo Athanasius Schneider de Kazajistán, en una entrevista exclusiva dada a LifeSiteNews a principios de este mes [marzo], ha dicho que los padres católicos deben tomarse en serio su “primer deber” de educar a sus hijos en la fe para conseguir superar las influencias negativas e incluso hostiles y destructivas que aprietan por todos lados.
En una entrevista de gran alcance sobre su experiencia de niño católico crecido bajo el comunismo, sus pensamientos sobre lo que significa ser una familia católica hoy, la enseñanza, las malas parroquias y las diócesis dirigidas por sacerdotes y obispos progresistas, además de sus opiniones sobre los fieles laicos deben afrontar las preocupaciones sobre el Papa Francisco, el obispo ha indicado doce pasos que los padres católicos deben adoptar para salvaguardar a sus propias familias y a sus propios hijos.
Mons. Schneider ha dicho que para sobrevivir en un desierto herético, los padres católicos deben:
- Ver las persecuciones como una gracia de Dios para ser purificados y reforzados, no simplemente como algo negativo.
- Arraigarse en la fe católica a través del estudio del Catecismo.
- Proteger la integridad de su propia familia por encima de todas las cosas.
- Catequizar a sus propios hijos como primer deber.
- Rezar cada día con sus propios hijos las letanías y el Rosario.
- Transformar la casa en una iglesia doméstica.
- En ausencia de un sacerdote y de la Misa Dominical, hacer la comunión espiritual.
- Sacar a su propia familia de una parroquia que difunde errores y frecuentar una parroquia fiel, aunque se deba ir lejos.
- Sacar a sus hijos de la escuela si encuentran peligros de inmoralidad en la educación sexual.
- Si no es posible sacar a sus hijos, crear una coalición de padres que luchen por este derecho.
- Luchar por los derechos de los padres utilizando los instrumentos democráticos a disposición.
- Estar preparados para la persecución en la tarea de proteger a sus hijos (véase el primer punto).
El obispo ha dicho que ser una “familia” católica en el verdadero sentido de la palabra es la clave para la supervivencia. (...)
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Entrevista al obispo Athanasius Schneider en LifeSiteNews
LifeSiteNews: Las familias católicas están experimentando hoy un tipo de persecución. ¿Cómo hizo su familia para afrontar las persecuciones a pesar de vivir bajo un régimen comunista?
Obispo Athanasius Schneider: Diría que he tenido el privilegio de vivir en un tiempo de persecución de la fe y de la Iglesia, porque las persecuciones dan fundamento a toda la vida. Se trata de una gracia. Y por tanto, de algún modo, no querría caracterizar el tiempo de la persecución siempre negativamente. Dios se sirve de estas circunstancias de persecución en diversos grados para nuestro [bien], para purificar nuestra fe, para reforzarla. Es así que querría ver la persecución contra la familia proveniente de la sociedad moderna también como una posibilidad de purificación y de fortalecimiento.
Por mi experiencia en el tiempo de la persecución, fue de importancia fundamental la familia, la integridad de la familia, y el hecho de que ambos padres estén profundamente arraigados en la fe. Esto es más tarde transmitido a los hijos. Querría decir que los hijos deben recibir la fe como la leche de la madre. Y la primera tarea de los padres es la de transmitir a los hijos, de manera simple, la pureza, la belleza, la integridad de la fe católica.
Ante todo pienso que es importante que la madre o el padre impartan la primera catequesis a los hijos en la familia, en casa; no en la escuela o en la parroquia, sino en la familia. Esto no excluye naturalmente que se dé también ulteriormente -de otro modo- la catequesis en la parroquia. Pero en primer lugar en la familia. Y luego los padres deben rezar cada día en familia con sus hijos. Esta ha sido mi experiencia. Hemos rezado todos los días juntos. Por la mañana y por la noche, no mucho, pero al menos hemos rezado juntos.
LifeSiteNews: ¿Cuántos años tenía cuando sucedían estos hechos?
Obispo Athanasius Schneider: Alrededor de 12 años. El recuerdo es muy vivo. Por ejemplo, el Domingo, cuando no había sacerdotes -a veces pasaron años en los que no había sacerdotes, porque los sacerdotes estaban en la cárcel- venían a vernos en un gran secreto. Recuerdo estas visitas secretas de los sacerdotes. Era una gran fiesta. Pero teníamos que ser muy cautos porque estaba todo controlado por los servicios secretos. Por tanto, nuestros padres nos decían: “Calla, no rías, no llores, no grites”.
Cuando venía el sacerdote había un clima de gran reverencia. Ante todo estaba a disposición de las personas para la confesión, de todos, a veces incluso toda la noche. Y qué reverencia cuando había Santa Misa… Verdaderamente inolvidable. Recuerdo estos momentos.
Hemos visto en una sociedad en la que el ateísmo, bajo un régimen comunista, era difundido en la vida pública, en las escuelas. Pero gracias al hecho de que en la familia hemos estado arraigados en la oración y en la fe, eso no nos ha infectado. En la escuela, por ejemplo, teníamos una lección con el título “El ateísmo científico”. Nuestros padres, cuando éramos niños, nos decían: “Algunas palabras se oyen por una oreja y deben salir por la otra. No prestéis atención”. Y así, hemos obedecido a nuestros padres. A veces hemos tenido que tener cuidado de no ser provocadores sino prudentes.
Creo que esta sea hoy la principal tarea para las familias: establecer una cultura de iglesias domésticas.
El otro aspecto que mis padres me han enseñado es que los niños de fuera de nuestra casa, la gente, sabía que somos cristianos. [Mis padres habrían dicho] “Lo saben. Y por tanto, cuando estéis solos debéis comportaros mejor que los que no creen”. Debemos educar así hoy a nuestros hijos y jóvenes.
LifeSiteNews: ¿Cómo hizo su familia para afrontar el hecho de no poder participar en la Misa Dominical?
Obispo Athanasius Schneider: El Domingo nos reuníamos en una habitación, nos arrodillábamos -los padres y nosotros cuatro, los hijos- rezábamos oraciones simples como el Rosario, las letanías, y hacíamos la Comunión espiritual. Y estoy seguro de que el Señor ha visitado nuestras almas con las gracias de la Santa Comunión.
LifeSiteNews: Usted ha citado el papel de los padres en la educación de los hijos. Este es un tema importante para los padres en Occidente a causa del asalto de la educación sexual en las escuelas, que se impone a los niños, estén o no de acuerdo los padres. ¿Cómo deberían responder los padres?
Obispo Athanasius Schneider: Naturalmente [la educación] es el primer deber de los padres. Cuando la escuela imparte a sus hijos enseñanzas inmorales, deben sacarlos. Es su deber.
No se puede exponer a los hijos al peligro de la inmoralidad. Es imposible. Los padres católicos, al defender a sus propios hijos de esta inmoralidad, deben estar preparados a sufrir, sí, a soportar las consecuencias.
LifeSiteNews: ¿Qué deberían hacer los padres en los países donde es ilegal sacar a los hijos de la escuela?
Obispo Athanasius Schneider: Es una cuestión muy delicada, pero en este caso los padres católicos deben formar una especie de liga, una asociación -a nivel nacional- de manera que sean fuertes. [Deben] tener abogados y defenderse con cualquier medio democrático que esté a su disposición. Creo que es importante establecer una coalición de padres en este aspecto específico de la educación sexual para [garantizar] el derecho de sacar a sus hijos.
LifeSiteNews: ¿Qué deberían hacer los padres católicos cuando en una parroquia encuentran un sacerdote, o incluso un obispo, con un programa que difunde una enseñanza en contraste con la fe?
Obispo Athanasius Schneider: Los padres deben conocer muy bien su fe católica. Deben estudiar muy bien el Catecismo, porque el Catecismo es inmutable -es decir, en él encuentran la verdad. [Deben] estudiar el catecismo de sus padres y abuelos, que es muy simple y claro. Es la voz de Cristo y de la Iglesia de todos los tiempos. Deben estar arraigados con gran firmeza en la fe católica. Cuando los pastores o los miembros de la jerarquía contradigan la enseñanza de Cristo, la enseñanza del Magisterio perenne de la Iglesia, del Catecismo, se debe sacar a los hijos de estas iglesias y no frecuentarlas, aunque cueste recorrer 100 km [para frecuentar una iglesia fiel].
Cuando vivíamos en la Unión Soviética -cuando gracias a Dios nos hemos mudado a otro lugar en Estonia- teníamos allí una iglesia católica y un sacerdote en un radio de 100 km. Y nuestros padres han dicho: “¡Oh, qué afortunados somos! Está tan cerca. ¡Una iglesia a 100 km! Hemos estado muchos años sin sacerdote y sin Misa. ¡Ahora debemos ir sólo a 100 km! ¡Qué felicidad!”.
Pienso que en el mundo occidental, en los Estados Unidos, quizá es posible encontrar una iglesia a menos de 100 km en la cual haya un buen sacerdote. Por tanto, evítense las iglesias [en las que es predicado el error]. [Estos lugares] están destruyendo la fe de la gente. Estas iglesias están destruyendo. Debemos evitarlas. [Estas personas] son traidores de la fe, aunque tengan el título de sacerdote u obispo.
LifeSiteNews: Los fieles católicos, que aman al papa y no quieren dañar al papado, ¿podrían expresar preocupación por las declaraciones hechas por el Papa Francisco que no parecen en línea con la doctrina católica o sería mejor para ellos permanecer en silencio?
Obispo Athanasius Schneider: En la Iglesia no se vive en una dictadura. En una dictadura no se tiene el valor de contradecir al dictador. Pero cuando en la Iglesia se llega a una situación en la que los sacerdotes fieles y los obispos tienen miedo de hablar, como en una dictadura, esta no es la Iglesia. Esta no es la Iglesia del diálogo, de la colegialidad, de la familia. No. En una familia debe existir la posibilidad de intercambio de puntos de vista.
A veces también los buenos padres consienten expresarse a sus hijos que están creciendo. ¿Por qué no? Un buen padre acepta que un hijo suyo adulto diga “Padre, eso no es correcto”. A veces sucede.
Y así, el Santo Padre es nuestro padre. Y cuando dice a estos grupos: “No debéis hablar siempre de estas cosas” se puede decir con todo respeto: “Santo Padre, esta es una acusación injusta. Somos acusados injustamente. No vale la pena que usted vuelva cada vez, y siempre, a incidir en este punto. No hablamos siempre de esto. Hablamos del Evangelio, de la vida familiar, de la oración. Por tanto su juicio sobre nosotros es injusto. Su acusación es injusta. Y permítanos, de alguna manera, defendernos, y escuche nuestra voz”.
[Traducido por Marianus el Eremita. Artículo original.]
Fuente: adelantelafe.com/Hemos visto