Sandro Magister revela hoy en Chiesa On Line el motivo por el cual el Camino Neocatecumenal hizo una fuerte campaña propagandística a comienzos de 2012 por la cual afirmaba que sus liturgias iban a recibir aprobación pontificia: alguien, de antemano, los había convencido de ello. ¿De qué manera intervinó el Papa para evitarlo y cual es la situación presente?
Esa extraña misa que el papa no quiere
Es la misa según el rito del Camino neocatecumenal. Benedicto XVI ha ordenado a la congregación para la doctrina de la fe que lo examine a fondo. Su condena parece fijada
de Sandro Magister
ROMA, 11 de abril de 2012 – Con una carta autógrafa al cardenal William J. Levada, Benedicto XVI ha ordenado a la congregación para la doctrina de la fe que examine si las misas neocatecumenales son o no conforme a la doctrina y a la praxis litúrgica de la Iglesia católica.
Un "problema", éste, que el papa juzga "de gran urgencia" para toda la Iglesia.
Hace tiempo que Benedicto XVI está preocupado por las modalidades particulares con las que las comunidades del Camino neocatecumenal celebran sus misas, el sábado por la noche, en locales separados.
Su preocupación ha aumentado también por la trama urdida a sus espaldas en la curia el invierno pasado, sobre la que informó www.chiesa en los siguientes servicios:
> ¿"Plácet" o "Non plácet"? La apuesta de Carmen y Kiko (13.1.2012)
> Diario Vaticano / A los neocatecumanales el diploma. Pero no lo que esperaban (23.1.2012)
Lo que sucedió es que el pontificio consejo para los laicos, presidido por el cardenal Stanislaw Rylko, había preparado el texto de un decreto de aprobación global de todas las celebraciones litúrgicas y extralitúrgicas del Camino neocatecumenal, que tenía que hacerse público el 20 de enero en ocasión de un encuentro previsto del papa con el Camino.
El decreto había sido redactado por indicación de la congregación para el culto divino, presidida por el cardenal Antonio Cañizares Llovera. Los fundadores y líderes del Camino, Francisco "Kiko" Argüello y Carmen Hernández, fueron informados de ello y anticiparon felices a sus seguidores la inminente aprobación.
Todo sin el conocimiento del papa.
Benedicto XVI vino en conocimiento del texto del decreto pocos días antes del encuentro del 20 de enero.
Lo encontró inconexo y equivocado. Ordenó que se anulara y se volviera a escribir según sus indicaciones.
De hecho, el 20 de enero, el decreto que se hizo público se limitó a aprobar las ceremonias extralitúrgicas que marcan las etapas catequéticas del Camino.
El papa en su discursó subrayó que solo éstas habían sido convalidadas, mientras que acerca de la misa dio a los neocatecumenales una verdadera y propia lección - casi un ultimátum - sobre cómo celebrarla en plena fidelidad a las normas litúrgicas y en efectiva comunión con la Iglesia.
En esos mismos días Benedicto XVI recibió en audiencia al arzobispo de Berlín, Rainer Maria Woelki, hombre de su confianza, al que en breve habría hecho cardenal. Woelki le habló, entre otros, precisamente de las dificultades que los neocatecumenales creaban en su diócesis, con sus misas separadas del sábado por la noche, oficiadas por una treintena de sus sacerdotes.
El papa pidió a Woelki que le hiciera una nota escrita sobre este tema. El 31 de enero Woelki le envió una carta con información más detallada.
Días más tarde, el 11 de febrero, el papa envió una copia de esta carta a la congregación para la doctrina de la fe, junto a su petición de examinar cuanto antes la cuestión, que "no sólo concierne a la archidiócesis de Berlín".
Según las indicaciones del papa, la comisión de examen presidida por la congregación para la doctrina de la fe tenía que tener la colaboración de otros dos dicasterios vaticanos: la congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, y el pontificio consejo para los laicos.
Y así ha sido. El 26 de marzo, en el Palacio del Santo Oficio, bajo la presidencia del secretario de la congregación para la doctrina de la fe, el arzobispo Luis Francisco Ladaria Ferrer, jesuita, se han reunido para un primer examen de la cuestión los secretarios de los otros dos dicasterios – el arzobispo Augustine J. Di Noia, dominico, para el culto divino y el obispo Josef Clemens, para los laicos – y cuatro expertos por ellos designados. Un quinto experto, ausente, dom Cassiano Folsom, prior del monasterio de San Benedicto en Norcia, envió su opinión por escrito.
Los juicios expresados sobre las misas de los neocatecumenales han sido todos críticos. Muy severo ha sido también el que la misma congregación para la doctrina de la fe había pedido, antes de la reunión, al teólogo y cardenal Karl J. Becker, jesuita, profesor emérito de la Pontificia Universidad Gregoriana y consultor del dicasterio.
El dossier predispuesto para la reunión por la congregación para la doctrina de la fe incluía la carta del papa del 11 de febrero, la carta del cardenal Woelki al papa en el original alemán y en versión inglesa, el parecer del cardenal Becker y una guía a la discusión en la cual se ponía en duda de forma explícita la conformidad a la doctrina y a la praxis litúrgica de la Iglesia católica del art. 13 § 2 del estatuto de los neocatecumenales, ese con el que ellos justifican sus misas separadas del sábado por la noche.
En realidad, el peligro temido por Benedicto XVI y otros muchos obispos – como resulta por las numerosas denuncias llegadas al Vaticano – es que las modalidades particulares con que las comunidades neocatecumenales de todo el mundo celebran sus misas introduzcan de hecho en la liturgia latina un nuevo "rito", compuesto de forma artificial por los fundadores del Camino, ajeno a la tradición litúrgica, lleno de ambigüedades doctrinales y factor de división en la comunidad de los fieles.
El papa ha confiado a la comisión por él deseada la tarea de averiguar el fundamento de estos temores, en vista de las consiguientes decisiones.
Los juicios elaborados por la comisión serán examinados en una próxima reunión plenaria de la congregación para la doctrina de la fe, un miércoles – una "feria quarta" – de la segunda mitad de abril.
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