En Lourdes
Es durante el rezo del Santo Rosario cuando la Santísima Virgen se le aparece a Bernardita Soubirous, en Lourdes, y lo reza con ella.
La Santísima Virgen se le apareció por primera vez a Bernardita Soubirous, de 14 años, el 11 de Febrero de 1858. El hecho tuvo lugar en la gruta de Massabielle, a orillas del río Gave.
Nos cuenta la propia Bernardita:
-“… Al levantar la cabeza mirando a la gruta vi a una Señora toda vestida de blanco, con un cinturón azul y en cada pie una rosa amarilla del color de la cadena de su rosario; las cuentas de éste eran blancas”.
“…Entonces metí la mano en el bolsillo y saqué el rosario… La Señora tomó el rosario que tenía entre sus manos e hizo la señal de la cruz… Me arrodillé y recé el Rosario en presencia de la hermosa Señora… Ella pasaba las cuentas de su rosario entre sus dedos, pero sin mover los labios. Únicamente al final de cada decena repetía conmigo el Gloria”.
“… La segunda vez fue el domingo siguiente (14 de Febrero)… Llegadas allí, cogimos cada una el rosario y nos pusimos de rodillas para rezarlo. Apenas terminado el primer misterio, vi a la Señora…”
“…Llegada a la gruta (el 25 de Febrero) y después de rezar el Rosario, le pregunté su nombre de parte del Señor Párroco… Ella, con los brazos inclinados al suelo, levantó su mirada al cielo y me dijo entonces, juntando las manos a la altura del pecho:
-“Yo soy la Inmaculada Concepción”El Papa Pío IX había proclamado el dogma de la Concepción Inmaculada de María el 8 de Diciembre de 1854.
La Virgen se le apareció a Bernardita un total de 18 veces. La Virgen le habló a Bernardita en Patois (dialecto). Bernardita nació el 7 de Enero de 1844 y murió el 16 de Abril de 1879. Fue canonizada por Pío XI en 1933.
En las 6 apariciones de Fátima, la Virgen pidió el rezo diario del Rosario, y en la última se identificó como la Señora del Rosario.
En la primera aparición en Fátima, el 13 de Mayo de 1917, les dice la Virgen a los 3 pastorcitos:
-“Recen el Rosario cada día para obtener la paz en el mundo y el fin de la guerra”
En la 2a. aparición, el 13 de Junio del mismo año, le dice la Virgen a Lucía:
-“Quiero que reces el Rosario cada día”
En la 3a. aparición, el 13 de Julio, la Virgen le recomienda a Lucía:
-“Yo quiero que continúes rezando el Rosario cada día, en honor de Nuestra Señora del Rosario, para obtener la paz en el mundo y el fin de la guerra, porque sólo Ella puede ayudarte”
El 19 de Agosto, en la 4a. aparición, la Virgen le insiste:
-“Quiero que continúes rezando el Rosario todos los días”
En la 5a. aparición, el 13 de Septiembre:
-“Continúen rezando el Rosario para obtener el fin de la guerra” (la muchedumbre rezaba el Rosario mientras esperaba la aparición).
En la 6a. y última aparición a los 3 pastorcitos, el 13 de Octubre de 1917, les dice la Virgen María:
-“Yo soy la Señora del Rosario. Continúen siempre rezando el Rosario cada día. La guerra va a su fin y los soldados pronto regresarán a sus casas”.
En Akita - Japón
En el país castigado con 2 bombas atómicas, la Virgen habla del terrible castigo que nos aguarda, y del Rosario, como único remedio eficaz para evitarlo.
En 1973, una imagen de la Santísima Virgen que derramó "lágrimas humanas (101 veces)", le habló a la Hermana Agnes Sasagawa, religiosa del Instituto de las Siervas de la Eucaristía, en Akita, Japón. El 13 de Octubre, en el tercer mensaje, la voz procedente de la imagen "resplandeciente con una luz deslumbrante", le dijo:
-“Como ya lo había anunciado anteriormente, si los hombres no se convierten el Padre dejará caer sobre toda la raza humana un gran castigo. Sin duda alguna será un castigo terrible, como jamás se ha visto. El fuego caerá del cielo. Por este castigo una gran parte de la Humanidad será aniquilada. Morirán por igual los sacerdotes y los fieles. Los hombres que sean perdonados y exceptuados tendrán grandes sufrimientos y desolación tal que envidiarán a los que estén muertos. La única arma que queda es el Rosario, y el signo dejado por mi Hijo. Cada día recen el Rosario por el Papa, los Obispos y los sacerdotes”.
-“El demonio se filtra hasta en el interior de la Iglesia. Se levantarán Cardenales contra Cardenales, Obispos contra Obispos,… Recen mucho el Rosario. Sólo Yo puedo salvarlos de la desgracia anunciada. El que me presta su plena confianza será salvado”.