Queridos hijos, vuestros corazones son los sagrarios vivos de Jesús. Por
eso, hijos Míos, cuiden la presencia de Dios dentro de ustedes. Cuiden la
presencia del Espíritu Santo en ustedes.
Hijos Míos, oren por las intenciones de Nuestros Sagrados Corazones
Unidos. Que los Planes de Dios para el mundo se realicen en Divina
Voluntad. Hijitos Míos, oren
mucho, oren siempre. Nunca
el Señor los deja solos: Me envía a cuidar, a proteger, y a guiar a Sus
pequeñas almas fieles.
Hijos Míos, vivan conscientes de que el Espíritu Santo habita en cada
uno de ustedes. Desde el momento de su bautismo son templos del
Padre, son templos del Hijo, son templos del Espíritu Santo. Vivan en adoración constante y
no olviden que también Jesús está en el Sagrario esperándolos siempre. Recen siempre el Santo Rosario.
Conságrense a Mi Corazón Inmaculado.
Vivan
como niños dependiendo de vuestra Madre, que les ama y les bendice. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.