13 Septiembre 2016
Llamado de Amor y de Conversión del Sagrado Corazón de Jesús
"Una Pequeña Hostia"
El Instrumento: Jesús ha orado el Padrenuestro conmigo.
Jesús: Hijo de Mi Sagrado Corazón, deseo que te hagas pequeño ante Mí; una pequeñez en el amor y en el abandono total. Pequeño, en este abandono total caminarás al siguiente aposento de las virtudes y llegarás al santo aposento de la pobreza. Con el don de la pobreza espiritual reconocerás la miseria humana y verás con Mis Ojos tu pequeñez y pecaminosidad. Y te daré Mi Espíritu Santo para que recibas luz, paz, amor, y Mi Espíritu te purifique. Pequeño, al ser purificado, por Mi Espíritu, te convertirás en una pequeña hostia de amor. Esta pequeña hostia, en el Altar de Mi Santísima Cruz, será llevada ante Mi Padre como una ofrenda que se une a Mi Sacrificio Perpetuo, que clama por la Redención de los hombres. Hijo, esta generación actual precisa de oración, sacrificio, y penitencia, todo en reparación por los pecados de los hombres de hoy día, tan tibios y lejos de Mi Amor. Mientras que a ti y a todos los apóstoles de nuestros Sagrados Corazones les invito a ser una ofrenda de pequeñas hostias entregadas en sacrificio, sólo por amor. Te bendigo pequeña hostia. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
- E senti o espírito inundado por um mistério de luz que é Deus e N´Ele vi e ouvi -A ponta da lança como chama que se desprende, toca o eixo da terra, – Ela estremece: montanhas, cidades, vilas e aldeias com os seus moradores são sepultados. - O mar, os rios e as nuvens saem dos seus limites, transbordam, inundam e arrastam consigo num redemoinho, moradias e gente em número que não se pode contar , é a purificação do mundo pelo pecado em que se mergulha. - O ódio, a ambição provocam a guerra destruidora! - Depois senti no palpitar acelerado do coração e no meu espírito o eco duma voz suave que dizia: – No tempo, uma só Fé, um só Batismo, uma só Igreja, Santa, Católica, Apostólica: - Na eternidade, o Céu! (escreve a irmã Lúcia a 3 de janeiro de 1944, em "O Meu Caminho," I, p. 158 – 160 – Carmelo de Coimbra)