La Reforma Litúrgica del
Concilio Vaticano II tuvo muchos protagonistas. Veamos algunos de ellos, los más
importantes quizás, luego Pablo VI, el papa de triste
memoria.
1. El Consilium: Se trata del Consilium ad exsequendam Constitutionem de
Sacra Liturgia, un organismo creado el 24 de enero de 1964 por el papa Pablo
VI a fin de llevar a la práctica las prescripciones de la Sacrosanctum Concilium. Estaba presidido
por el cardenal Giacomo Lercaro, incapaz de desempañar un cargo de esta
naturaleza, según el cardenal Antonelli, y el secretario factótum era el P.
Annibale Bugnini. No fue un organismo fácil de ubicar porque asumía funciones
que era propias de la Sagrada Congregación de Ritos e, incluso, de la Doctrina
de la Fe. La Congregación de Ritos era una estructura tradicional que había sido
fundada por Sixto V en 1588, pero fue convenientemente neutralizada en su
previsible carácter reaccionario nombrando como prefecto al nefasto cardenal
Lercaro. En abril de 1970, se lograba la disolución de la congregación de Ritos,
dividiéndola en la Sagrada Congregación para el Culto Divino y la Sagrada
Congregación para la Causa de los Santos. Como secretario de esta última será
nombrado Mons. Antonelli y, de la primera, Mons. Bugnini.
2. Ferdinando cardenal
Antonelli: un capuchino que se desempeñó toda su vida en la Curia Romana,
participando fundamentalmente en temas litúrgicos. Fue el principal protagonista
de la reforma de la Semana Santa de Pío XII, el primer paso de la reforma total
del Vaticano II, y tan desastrosa como ésta. Es importante recordar que la
reforma piana fue un verdadero atentado contra los ritos tradicionales de Semana
Santa. Muchos consideran que el principal problema fue el cambio de horario de
las celebraciones. Yo creo que eso fue el único acierto. Celebrar la vigilia
pascual el sábado santo por la mañana no tenía mucho sentido, aunque algunos
amigos digan que sí. Entre otras cosas, se eliminó la misa de presantificados
del Viernes Santo, de antiquísimo uso, y muchísimos de los más bellos ritos de
la vigilia pascual.
El P. Antonelli también tuvo una
participación protagónica en la reforma obrada por el Consilium, del cual formaba parte. En
1969 escribía: “Mis impresiones sobre la reforma litúrgica son sustancialmente
buenas. El nuevo Ordo Missae, que
entró en vigor el 30 de noviembre de 1969, tiene muchos elementos positivos.
Podría ser mejor, como todas las cosas, pero la sustancia es buena. La Institutio generalis Missalis Romani es
más imperfecta. Pero la sustancia es buena. Con el tiempo se podrán equilibrar
algunas cosas”. Como vemos, Antonelli no era precisamente un tradicionalista.
Sin embargo, era honesto en sus juicios y actuaba de buena fe. Hacia el final de
los trabajos del Consilium escribía
en su diario: “Hice varias intervenciones en el Consilium y en la Sagrada Congregación
de Ritos cuando los textos (de la liturgia reformada) debían ser revisados por
nosotros, y he logrado eliminar, en varios puntos, expresiones e ideas que no
creía justas. Pero no obstante esto, el dolor permanece. El tiempo dirá si fue
un bien (la reforma), o un mal, o una cosa indiferente”.
3. Mons. Annibale Bugnini: Dedicado también toda su vida
al estudio de la liturgia y a accionar en la Cura Romana, participó de la
reforma de Pío XII y fue el gran protagonista de la reforma del Vaticano II. El
P. Antonelli escribe lo siguiente en su diario personal acerca de su colega: “Ha
sido nombrado Secretario de la nueva Congregación del Culto Divino el P.
Annibale Bugnini, C.M. Podría decir muchas cosas sobre este hombre. Debo agregar
que ha sido siempre sostenido por Pablo VI. No quisiera equivocarme , pero el
problema más notable del P. Bugnini es su falta de formación y de sensibilidad
teológica. Es una laguna y una falta grave, porque en la liturgia toda palabra y
todo gesto traducen una idea que es una idea teológica. Tengo la impresión de
que se ha concedido mucho, sobre todo en materia de sacramentos, a la mentalidad
protestante. No porque el P. Bugnini haya sido el artífice de tales concesiones;
él sólo se ha servido de mucha gente y, no sé por qué, ha introducido en el
trabajo a gente hábil pero de coloración teológica progresista. Y, o no se ha
dado cuenta, o no se ha resistido, porque no se podía resistir a ciertas
tendencias”. En manos de este personaje, nulo en teología, estuvo la reforma
litúrgica que hoy sufrimos. Y no olvidemos la afirmación de Antonelli: Pablo VI
siempre lo sostuvo.
Ferdinando Antonelli fue
reivindicado al final de sus días siendo elevado al cardenalato y ocupando la
prefectura de la Sagrada Congregación del Culto, y Annibale Bugnini fue
castigado y desterrado de Roma a Irak.
Te diste cuenta tarde,
Montini.
Fuente principal: Nicola
Gianpietro, Il
Card.Ferdinando Antonelli
e
gli sviluppi della riforma liturgica dal 1948 al
1970,
Studia Anselmiana, Roma, 1998.