14 de mayo de 2017
*Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María*
Los dos niños traen, cada uno, el Santo Rosario muy luminoso. Y Nuestra Señora dice:
*Queridos Hijos, les invito a comprender el Mensaje de Mi Corazón, es un Mensaje para la Salvación.* Pequeños, soy Madre Evangelizadora, porque Yo no vengo a agregar, ni a modificar, el Evangelio de Mi Hijo, sino que quiero, con Amor Maternal, con Paciencia de Madre, enseñarles, con Mis Llamados de Amor y Conversión, que vivan el Evangelio de Jesús.
Necesito, queridos hijos, que vivan Mis Mensajes. Vengo a evangelizar sus corazones: *quiero que reciban, con el corazón abierto, la Buena Nueva del Cielo.*
Pequeños, son ya cien años de Mi Mensaje en Fátima, pero han sido, hijos míos, *cien años de desobediencia, cien años de ignorancia, cien años de persecución y de rechazo*.
El vicio pecaminoso de destruir al profeta y sus mensajes, en muchos corazones, dentro de la Casa de Mi Hijo, no ha cesado.
Hijos Míos, reparen con sus oraciones, reparen con sus vidas santas, y consuelen Mi Corazón, como Francisco y Jacinta, que se entregaron hasta el final, para consolar Nuestros Corazones ofendidos por los pecados y el rechazo de Dios.
Hijitos Míos, pidan perdón, ofrezcan oraciones, y sus sufrimientos de cada día, por los que no han aceptado y ni han vivido Mis Mensajes.
Hijos, ábranse totalmente, ámenme de verdad, porque, con Mi Corazón Inmaculado, *quiero conducirlos al Cielo*. Escúchenme y cambien, porque Jesús *quiere la salvación eterna de cada una de sus almas*. Sean santos, en el amor, y en la fe, y en la misericordia.
Les doy Mi Bendición. Francisco y Jacinta ruegan por todos Mis apóstoles. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
- E senti o espírito inundado por um mistério de luz que é Deus e N´Ele vi e ouvi -A ponta da lança como chama que se desprende, toca o eixo da terra, – Ela estremece: montanhas, cidades, vilas e aldeias com os seus moradores são sepultados. - O mar, os rios e as nuvens saem dos seus limites, transbordam, inundam e arrastam consigo num redemoinho, moradias e gente em número que não se pode contar , é a purificação do mundo pelo pecado em que se mergulha. - O ódio, a ambição provocam a guerra destruidora! - Depois senti no palpitar acelerado do coração e no meu espírito o eco duma voz suave que dizia: – No tempo, uma só Fé, um só Batismo, uma só Igreja, Santa, Católica, Apostólica: - Na eternidade, o Céu! (escreve a irmã Lúcia a 3 de janeiro de 1944, em "O Meu Caminho," I, p. 158 – 160 – Carmelo de Coimbra)