sábado, 31 de dezembro de 2011

El año de Benedicto XVI

*
610x
*
En esta entrevista concedida a Radio Vaticana, el director de la Oficina de Prensa Vaticana traza un detallado balance del año que termina desde la perspectiva del ministerio del Papa y adelanta algunos puntos importantes del 2012, cuando Benedicto XVI cumplirá 85 años y comenzará el octavo año de su Pontificado.
***
También el 2011 ha sido un año muy intenso para Benedicto XVI. Con el Padre Federico Lombardi, director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, trazamos un primer balance de este año partiendo de los viajes internacionales.

Es oportuno, porque los viajes internacionales siempre son puntos de referencia en la agenda anual del Papa. Quisiera comenzar recordando los dos viajes centrales del año: a Alemania y a España. El viaje a Alemania, sobre todo porque muestra precisamente la preocupación del Papa de hablar de Dios y de hacer referencia al primado de Dios en la sociedad, también en el actual proceso de secularización, en el contexto europeo, en particular, en su país. Era un viaje esperado, muy intenso y extremadamente importante, y creo que el discurso del Papa al Parlamento en Berlín permanece como uno de los grandes discursos del Pontificado, haciendo entender a un auditorio muy amplio la importancia de la referencia a Dios como fundamento firme y punto de referencia de la convivencia humana, de los valores fundamentales de la convivencia y de la tutela de la dignidad del hombre. Este tema del primado de Dios ha dominado un poco el viaje a Alemania, en el contexto de la secularización.

Mientras que, en España, en la Jornada Mundial de la Juventud, que había precedido al viaje en Alemania, se ha vivido la gran experiencia de la vitalidad de la fe, de su futuro. El Papa ha releído con mucha profundidad este viaje a España en el último discurso que ha hecho a la Curia, poco antes de Navidad. Y ha indicado, en sus reflexiones, qué anunciar y cómo anunciar para un modo nuevo y vital de ser cristianos. Luego, a partir de la Jornada Mundial de la Juventud, el Papa ha dado indicaciones vivas para la nueva evangelización del mundo. Por lo tanto, mientras que Alemania me ha parecido un llamado a conservar los valores fundamentales de referencia en un tiempo y en un mundo que está en fase de secularización, la Jornada Mundial de la Juventud y España han indicado el lado positivo de la presencia viva de la Iglesia en el mundo de hoy.
*
Ha estado luego el viaje a Benín...

Sí, el viaje a Benín ha sido uno de los acontecimientos fundamentales de este año, también porque coincidía con la presentación al continente africano del documento final del Sínodo para África. Un documento que es bellísimo, claro y simple. Diversos comentadores – incluso no católicos – lo han indicado como uno de los más bellos documentos que existen, hoy, para el continente africano: tratando con amplitud de horizontes sus problemas, e indicando con confianza motivos de esperanza realista con los que ir al encuentro del futuro, reconociendo la dignidad de los africanos. Y éste ha sido también el clima en el que se ha desarrollado el viaje. El Papa ha quedado muy impresionado por la alegría, por la vitalidad de este pueblo que lo ha recibido. Un pueblo que vive dificultades, que es pobre, que ciertamente tiene sufrimientos y grandes problemas, pero que manifiesta una capacidad de mirar adelante y de gustar la alegría de vivir. Este viaje ha indicado muy eficazmente la capacidad de la Iglesia católica hoy de hablar al continente africano siendo parte de él, es decir, una Iglesia que no es ajena a África: no sólo que habla para África desde Europa, sino que habla a África en África y desde África. Este sentido de solidaridad, de acogida, de alegría, de participación, que el Papa ha vivido en medio de los africanos, ha expresado muy bien aquello que se manifiesta en el documento. Por lo tanto, diría que éste es uno de los signos de esperanza para el futuro de África y para el futuro de la Iglesia en África y de su servicio para el continente.
*
En Asís, el Papa ha relanzado con fuerza el tema del diálogo...

Sí, este encuentro de Asís era muy esperado. Sabemos que desde hace tiempo se dudaba si el Papa Benedicto XVI retomaría los mensajes de Asís de su predecesor, si no daría pasos atrás... En realidad, no ha sido una simple repetición de los encuentros pasados en Asís, sino que ha sido un paso adelante, la apertura de un nuevo horizonte, porque el Papa ha captado – según su método de volver a los puntos fundamentales – el tema de la búsqueda de la verdad como unificador, y con esto ha podido invitar a Asís no sólo a los representantes de las otras confesiones cristianas o de las otras religiones, sino también a sinceros buscadores de la verdad, incluso si no reconocen a Dios. Y esto ha sido un elemento muy importante, que ha hecho sentir la comunión que ya existe entre aquellos que se refieren a un Dios personal, pero también a su manera a aquellos que buscan – honestamente – la verdad. Y éste ha sido un mensaje extremadamente bello que se ha puesto en continuidad con el tema del “Patio de los gentiles” que el Papa había lanzado precedentemente y que es llevado adelante con empeño también en la Iglesia. Por lo tanto, si uno no mira sólo a los eventos del Papa sino a los eclesiales en general, el tema del “Patio de los gentiles” y sus ediciones ha sido uno de los puntos importantes de la vida de la Iglesia en este año. Hago notar que el Papa ha tenido también otros importantísimos momentos de carácter ecuménico e interreligioso: pensemos en los encuentros con los luteranos en Alemania, centrados en el primado de Dios; o pensemos en el gran discurso en Benín a las autoridades del país, en el cual el tema del diálogo interreligioso ha sido tocado con profundidad, muy directamente.
*
Entre los documentos del 2011 despunta el Motu Proprio “Porta Fidei”, con el cual el Papa ha convocado el Año de la Fe a partir de octubre de 2012: un tema que se vincula con la nueva evangelización. Aquí recodamos también la Misa por América Latina...

Sí, tenemos de hecho en este año conectores que ya nos hacen mirar hacia delante, hacia el próximo año. La Carta que convoca el Año de la Fe es uno de ellos: se vincula a este gran tema, que es uno de los temas del Pontificado – la nueva evangelización – y al Sínodo que tendrá lugar el año próximo y, por lo tanto, en este contexto más amplio que el Papa quiere crear con el tema del Año de la Fe. En tiempo breve tendremos el subsidio preparado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, de sugerencias pastorales para prepararse para el Año de la Fe. Por lo tanto, debemos ver un camino de preparación que tendrá un momento muy fuerte en el Sínodo del próximo otoño. También el otro evento que ha recordado – la Misa por el bicentenario de la independencia de los países de América Latina – ha sido vinculado por el Papa con su próximo viaje, con el anuncio esperado, y aún así extremadamente emocionante, de su deseo de viajar a Cuba y México en la primavera próxima; será ciertamente uno de los acontecimientos-clave de los próximos meses.
*
Entre las visitas significativas, en cambio, recordamos la reciente a la cárcel de Rebibbia...

Sí. En el tiempo de Navidad, cada año, el Papa realiza visitas de solidaridad, visitas de caridad. También en los años pasados, ha habido visitas a los enfermos terminales, a los niños internados, y así sucesivamente. Este año ha sido la visita a la cárcel, que ha sido extremadamente importante y emocionante, y también muy espontánea, con el diálogo entre el Papa y los detenidos, que ha impresionado mucho. Aquí se ve cómo la Iglesia, aún dejando a la sociedad civil todas las responsabilidades de carácter legislativo, organizativo, de problemas dramáticos como el de la justicia y de la cárcel, sin embargo puede dar un mensaje muy fuerte, muy vivo y profundo en el sentido de la reconciliación, en el sentido de la esperanza de una reinserción también de quien ha cometido una falta en la sociedad. Éste es un punto del cual creo que el mundo de hoy tiene una extrema necesidad: ser invitado a recordar que tampoco quien se ha equivocado debe ser marginado o eliminado de la sociedad, sino que la auténtica gran justicia se realiza cuando el mal es superado en la reconciliación, en el retorno pleno a la convivencia pacífica de todos aquellos que se han equivocado y que han sido excluidos de ella.
*
En el 2011 ha habido también un evento particular: la conexión con la Estación espacial internacional. El Papa ha hablado con los astronautas...

Sí, este es un evento en el que he participado con mucha intensidad porque he tenido una buena parte de la responsabilidad –también técnica – en su realización, y he quedado impresionado por cómo los astronautas estaban deseosos de este encuentro con el Papa. Ha sido prácticamente la única vez en que todos los astronautas han participado juntos – eran 12 – en una conexión audiovisual con la Tierra. Por lo general, habla uno con su presidente: esta vez, todos querían hablar con el Papa, verlo y escucharlo. Y ha sido una ocasión extraordinaria con la que el Papa ha demostrado con gran alegría y disponibilidad la amistad de la Iglesia por la investigación científica y la técnica puesta al servicio del bien de la humanidad: éste es el gran significado de este encuentro. Es decir, la Iglesia no tiene miedo de la investigación y del progreso de la ciencia y de la técnica sino que la ve con gran simpatía, recordando, sin embargo, precisamente, que ésta debe ser dirigida al bien de la humanidad. Y los astronautas lo entendían muy bien: sienten mucho también este mensaje. Y por lo tanto diría que ha sido un evento cuyo significado no debe ser minimizado.
*
El 1° de mayo pasado ha sido el gran acontecimiento de la beatificación de Juan Pablo II...

Los primeros meses del año han estado un poco centrados en la espera de este evento extremadamente importante, porque movilizaba a la Iglesia universal. Diría que ha sido un evento vivido con grandísima alegría, que ha expresado la fe de la Iglesia en la vida del Beato con nosotros, es decir, Juan Pablo II se manifiesta realmente una persona viva y presente en el camino de la Iglesia. Esto es sentido y vivido espontáneamente por una cantidad grandísima de fieles, que luego vienen a encontrarlo – simbólicamente – visitando su tumba en San Pedro, y esto es algo que continúa porque Juan Pablo II seguirá estando presente, es decir, la Beatificación no es un punto de llegada sino, en cierto sentido, una etapa de un camino: ¡muchos ya miran a la canonización, pensando naturalmente que llegará! Muchos, también independientemente de esto, sienten la relación con él como muy confortadora, orientadora, entusiasmante... Y aquí quisiera recordar que el Papa Benedicto nos invita siempre a sentir a los santos y a los beatos como nuestros compañeros de camino: por lo tanto, Juan Pablo II es uno un poco especial porque es conocido por todo el mundo. Pero todos los santos y los beatos que la Iglesia nos propone son nuestros compañeros en el camino de la vida en la fe hacia el Señor.
*
Finalmente, el Papa ha continuado desarrollando su tarea de catequista en los Angelus y en las audiencias generales, sin olvidar el segundo libro “Jesús de Nazaret”...

Benedicto XVI es una persona que vive profundamente su vocación de maestro, y de maestro no sólo teológico sino también espiritual. Yo siempre admiro inmensamente esta síntesis de doctrina y espiritualidad vivida, que se siente en sus palabras y se lee en sus escritos. Enseña con los Angelus, con las audiencias – ahora ha comenzado este ciclo sobre la oración que es muy útil también para nuestra vida espiritual -, enseña con homilías maravillosas en las grandes fiestas cristianas, y – para quien desea una profundización mayor – ha dado también un paso ulterior en la realización de esta gran obra sobre Jesús que él quiere dejarnos, un poco como testamento de su amor por Cristo, de su amor personal, de su búsqueda personal del rostro de Cristo. El libro de este año es el dedicado a la Pasión y a la Resurrección: evidentemente el volumen central de la obra. Pero seguimos esperando tener también el tercero, el de la infancia, para completar esta presentación extraordinaria, profunda, viva de Jesús para nosotros hoy.
*
Padre Lombardi, un balance muy intenso éste del 2011...

Sí, como todos los años de un Pontificado, evidentemente, porque la Iglesia vive, vive en los diversos continentes, con perspectivas amplísimas, afrontando problemas que la historia nos plantea... Diría que el Papa Benedicto XVI realmente nos ha acompañado y nos ha guiado en este año con grandísimos mensajes, con una intensidad de acción y también con serenidad. Diría que tal vez respecto a otros años precedentes, que han sido también un poco difíciles por fenómenos de crisis o de tensión, este año ha sido un año muy bello, positivo, de grandes mensajes que nos hacen mirar adelante.

***

***

It's a Wonderful Life *HD* - Part 1 of 1

On Christmas Eve 1946, George Bailey (James Stewart) is deeply depressed, even suicidal. Prayers for George are heard by the angels. Clarence Odbody (Henry Travers), an Angel Second Class, is sent to Earth to save him—and thereby earn his wings. Joseph, the head angel, reviews George's life with Clarence.fonte

# O Filho de Deus nasce ainda "hoje" Bento XVI refl... # No domingo, 26 de dezembro de 2010, Sua Eminência ... # Mons. Brunero Gherardini, “ANGLICANORUM CŒTIBUS”: ... # Una questione cruciale: il valore magisteriale del... # Gesù, Maria, Giuseppe… “Non c’era posto per loro”…... # Christmas in France . Usus Antiquior in India. Ch...

    O Filho de Deus nasce ainda "hoje" Bento XVI reflete sobre o mistério do Natal

    Pope Benedict XVI waves to the faithfuls gathered in Aula Paolo VI at the Vatican as he arrives for his weekly general audience on December 28, 2011.
    Queridos irmãos e irmãs,
    Tenho o prazer de recebê-los nessa Audiência Geral  a poucos dias da celebração do Natal do Senhor. A saudação frequente na boca de todos nesses dias é “Feliz Natal! Boas festas natalícias!”. Façamos isso de modo que, mesmo na sociedade de hoje, a troca de saudações não perca seu profundo significado religioso, e a festa não seja absorvida pelos aspectos exteriores, que essas toquem as cordas do coração. Certamente, os sinais externos são bonitos e importantes, desde que não nos afastem, mas ajudem-nos a viver o Natal no seu sentido verdadeiro, sagrado e cristão, de modo que também nossa alegria não seja superficial, mas profunda.
    Com a liturgia do Natal, a Igreja apresenta-nos o grande mistério da Encarnação. O Natal, de fato, não é simplesmente o aniversário do nascimento de Jesus, é isso também, e é mais do que isso, é a celebração de um Mistério que marcou e continua a marcar a história do homem - Deus veio habitar em meio a nós (cf. Jo 1,14), tornou-se um de nós;  um mistério que afeta a nossa fé e a nossa existência, um Mistério que vivemos concretamente nas celebrações litúrgicas, sobretudo na Santa Missa. 
    Qualquer um poderia se questionar: como poderia viver agora, este evento que aconteceu há tanto tempo? Como posso participar ativamente no nascimento do Filho de Deus que aconteceu há mais de mil anos atrás? Na Santa Missa de Natal, repetiremos no salmo responsorial: “Hoje nasceu para nós o Salvador”. Esse advérbio de tempo “hoje”, usado repetidamente em todas as celebrações de Natal, se refere ao evento do nascimento de Jesus e a salvação que a Encarnação do Filho de Deus traz.
    Na Liturgia, este evento ulrapassa os limites de espaço e de tempo e torna-se atual, presente e seu efeito é contínuo, mesmo com o passar dos dias, dos anos e dos séculos. Indicando que Jesus nasce "hoje", a Liturgia não usa uma frase sem sentido, mas destaca que este Nascimento entra e permeia toda a história, e continua ainda hoje, a ser uma realidade na qual podemos alcançar justamente pela liturgia. Para nós que acreditamos, a acelebração do Natal renova a certeza de que Deus está verdadeiramente presente em meio a nós, ainda "carne" e não distante: mesmo estando com o Pai, está perto de nós. Deus, naquele Menino nascido em Belém, se aproximou do homem: podemos encontrá-lo agora, em um "hoje" que não acabou.
    Gostaria de enfatizar esse ponto, porque o homem contemporâneo, o homem do "sensível", que experimenta empiricamente, tem cada vez mais dificuldade de abrir seus horizontes e entrar no mundo de Deus.
    A redenção da humanidade ocorre em um momento específico e identificado na história: no evento de Jesus de Nazaré, mas Jesus é o Filho de Deus, é o próprio Deus que não apenas falou ao homem, mostrou-o sinais admiráveis e guiou-o durante toda a história de salvação, mas se fez homem e permaneceu homem. O Eterno entrou nos limites de tempo e espaço, para permitir  “hoje” o encontro com Ele.
    Os textos litúrgicos natalinos nos ajudam a compreender que os acontecimentos de salvação realizados por Cristo são sempre atuais, interessa a cada homem e a todos os homens.
    Quando ouvimos ou pronunciamos, nas celebrações litúrgicas que “Hoje nasceu para nós o Salvador”, não estamos usando uma expressão convencional vazia, mas entendemos que Deus nos oferece "hoje", agora, para mim, para cada um de nós a oportunidade de reconhecê-lo e acolhê-lo, como fizeram os pastores em Belém, para que Ele possa nascer em nossas próprias vidas e as renove, ilumine, transforme-as com a sua Graça, com a sua Presença.
    O Natal portanto, comemora o nascimento de Jesus em carne, da Virgem Maria - e inúmeros textos litúrgicos fazem reviver aos nossos olhos este ou aquele episódio - é um evento eficaz para nós.
    O Papa São Leão Magno, demonstrando o profundo significado da festa do Natal, convidava seus fiéis com estas palavras: "Alegrai-vos no Senhor, meus queridos, e abramos nossos corações para a mais pura alegria, porque raiou o dia para nós e isso significa a nova redenção, a antiga preparação, a felicidade eterna. É renovada para nós o ciclo anual do alto mistério de nossa salvação, que, prometido no início e no final dos tempos, é destinado a não ter fim"(Sermão 22, In Nativitate Domini, 2.1:PL 54,193). E, ainda São Leão Magno, em outra grande homilia natalina, afirmava: “Hoje, o autor do mundo foi gerado do ventre de uma virgem: aquele que fez todas as coisas se fez filho de uma mulher que ele mesmo criou. Hoje, o Verbo de Deus apareceu revestido de carne, enquanto jamais foi visível ao olho humano, tornou-se também visível e palpável. Hoje, os pastores escutaram das vozes dos anjos que nasceu o Salvador, na substância do nosso corpo e da nossa alma "(Sermão 26, In Nativitate Domini, 6,1: Pl 54,213).
    Há outro aspecto que gostaria de mencionar brevemente: o evento de Belém deve ser considerado à luz do Mistério Pascal: um e o outro são partes da obra redentora de Cristo. A encarnação e o nascimento de Jesus nos convidam a voltar o olhar para a sua morte e ressurreição: o Natal e a Páscoa são da mesma maneira festas de redenção. A Páscoa celebra-a como vitória sobre o pecado e sobre a morte: marca o momento final, quando a glória do Homem-Deus brilha como a luz do dia. O Natal  celebra-a como a entrada de Deus na história fazendo-se homem para levar o homem a Deus: marca, por assim dizer, o momento inicial, quando se pode vislumbrar a luz da aurora. Mas, assim como a aurora precede a luz do dia, assim o Natal já anuncia a Cruz e a glória da Ressurreição. Assim como os dois períodos do ano no qual são colocados as duas grandes festas, pelo menos em algumas áreas do mundo, pode ajudar a compreender este aspecto. De fato, enquanto a Páscoa acontece no início da primavera, quando o sol vence o denso e frio nevoeiro e renova a face da terra, o Natal cai logo no início do inverno,quando a luz e o calor do sol não podem despertar a natureza; as vezes, cercado pelo frio, sob a coberta, mas a vida pulsa e começa novamente a vitória do sol e do calor.
    Os Padres da Igreja ligavam sempre o nascimento de Cristo à luz de toda a obra redentora, que encontra seu ponto mais alto no mistério Pascal. A Encarnação do Filho de Deus aparece não somente como princípio e condição da salvação, mas como a própria presença do Mistério da nossa salvação: Deus torna-se homem, nasce menino como nós, assume a nossa carne para vencer a morte e o pecado.
    Dois textos significativos de São Basílio ilustram-no bem. São Basílio dizia aos fiéis: "Deus assumiu a carne justamente para destruir a morte escondida nela. Assim como os antídotos de um veneno quando ingeridos eliminam seus efeitos, como a escuridão de uma casa se desfaz à luz do sol, assim a morte que dominava sobre a natureza humana foi destruída pela presença de Deus. Como o gelo, que permanece sólido na água durante a noite e reina a escuridão, logo se derrete ao calor do sol, assim a morte que reinou até a vinda de Cristo, apenas surge a graça de Deus Salvador, e levanta o sol da justiça, “foi tragada pela vitória”(1 Cor 15,54), não podendo coexistir com a Vida" (Homilia sobre o nascimento de Cristo, 2: Pg 31,1461). E ainda São Basílio, em outro texto,  convida : "Celebramos a salvação do mundo, o natal do gênero humano. Hoje foi apagada a culpa de Adão. Agora, já não devemos dizer: "és pó em pó te tornarás" (Gen 3,19), mas: unido àquele que veio do céu, será admitido no Céu "(Homilia sobre o nascimento de Cristo, 6: Pg 31,1473).
    No natal encontramos a ternura e o amor de Deus que se inclina sobre os nossos limites, sobre as nossas fraquezas, sobre os nossos pecados e se abaixa até nós. São Paulo afirma que Jesus Cristo “mesmo sendo homem na condição de Deus... esvaziou-se, assumindo a condição de servo, tornando-se semelhante ao homem” (Fil 2, 6-7).
    Olhemos a gruta de Belém: Deus se abaixa até ser colocado em uma manjedoura, que é já o prelúdio do abaixamento na hora de sua paixão. O ápice da história de amor entre Deus e o homem, passa pela manjedoura de Belém e o sepulcro de Jerusalém.
    Queridos irmãos e irmãs, vivamos com alegria o natal que se aproxima. Vivamos este maravilhoso evento: o Filho de Deus nasce ainda “hoje”, Deus está realmente próximo a cada um de nós e quer nos encontrar, quer nos conduzir a Ele. Ele é a verdadeira luz que remove e dissolve as trevas que envolvem nossa vida e a vida da humanidade. Vivamos o Natal do Senhor contemplando o caminho do amor imenso de Deus que nos eleva a Ele por meio do Mistério da Encarnação, Paixão, Morte e Ressurreição de Seu Filho, pois – como afirma Santo Agostinho – “em [Cristo] a divindade do Unigênito participa da nossa mortalidade, a fim que nós possamos participar de Sua imortalidade” (Epistola 187,6,20: PL 33,839-840).
    Sobretudo, contemplemos e vivamos este Mistério na celebração da Eucaristia, centro do Santo Natal; ali está presente de maneira real Jesus, verdadeiro Pão que desceu do Céu, verdadeiro Cordeiro sacrificado para nossa salvação.
    Desejo a todos vocês e as vossas famílias uma celebração de Natal realmente cristã, de modo que também todas as felicitações deste dia sejam expressões da alegria por saber que Deus está próximo a nós e quer percorrer conosco o caminho da vida. Obrigado.
    (Resumo em português)
    "Amados irmãos e irmãs,
    A celebração do Natal recorda-nos que, naquele Menino nascido em Belém, Deus Se aproximou de todos e cada um dos homens; e nós podemos encontrá-Lo agora, num «hoje» sem ocaso. É verdade que a redenção do homem se deu num período concreto da história, ou seja, na vida de Jesus de Nazaré. Mas, Jesus é o Filho eterno de Deus; o Eterno entrou no tempo e no espaço, para tornar possível o encontro com Ele «hoje». De fato, na liturgia, aquele acontecimento ultrapassa os confins do tempo e do espaço e torna-se presente hoje; o seu efeito perdura no decorrer dos dias, dos anos, dos séculos. Quando dizemos, na celebração litúrgica, «hoje nasceu o nosso Salvador», este termo «hoje» não é uma palavra vazia, mas significa que Deus nos dá a possibilidade de O reconhecer e acolher agora – como fizeram outrora os pastores em Belém –, para que nasça também na nossa vida e a renove, ilumine e transforme com a graça da sua presença.

    sexta-feira, 30 de dezembro de 2011

    No domingo, 26 de dezembro de 2010, Sua Eminência o Cardeal Raymond Leo Burke celebrou uma Missa Pontifical no Seminário dos Frades Franciscanos da Imaculada, em Roma. A Missa foi celebrada em honra do Padre Stefano Maria Manelli, sendo o seu dia de festa do padroeiro, e em ação de graças para a elevação de Sua Eminência ao cardinalato

     

    Texto e fotos de: New Liturgical Movement

     . A missa foi cantada pelos coros combinado dos frades franciscanos e Irmãs da Imaculada de vários conventos dos F.I na Itália, e foi conduzido pela Ir. Maria Cecília Manelli e Pe. Giovanni Maria Manelli - resultando em um excelente exemplo da magnificência da Missa. Os irmãos e irmãs também tiveram a honra de receber Sua Excelência Dom Gino Reali, bispo da diocese local de Porto-Santa Rufino, em Roma.

    Em sua homilia, o Cardeal Burke focou na necessidade de beleza e esplendor, na liturgia sagrada, ecoando o que Sua Santidade o Papa Bento XVI escreveu na carta que acompanha o seu Moto Proprio "Summorum Pontificum": "Não é apropriado falar destas duas versões do Missal Romano como se fossem «dois ritos». Pelo contrário, é uma questão de um duplo uso do único e mesmo Rito. "E" O que para as gerações anteriores era sagrado, permanece sagrado e grande também para nós, e não pode ser de improviso totalmente proibido ou mesmo prejudicial. Cabe a todos nós, para conservar as riquezas que foram crescendo na fé da Igreja e de oração, e dar-lhes seu devido lugar ... "

    Fotos aqui:






    ***
    Mais fotos clicando aqui.

    Mons. Brunero Gherardini, “ANGLICANORUM CŒTIBUS”: Conversione o Trasloco? Osservazioni postume.

    Ricevo con immensa gratitudine da parte di Mons. Gherardini e pubblico con grande interesse il seguente documento, inserendo, dal sito InternEtica, una serie di link utili ad una più proficua consultazione.

    Con un po’ di ritardo, consigliato dall’opportunità di non dar corpo alle prime impressioni, decido di metter a fuoco alcune zone d’ombra, e relativi problemi, della Costituzione Apostolica “Anglicanorum cœtibus”.(1)
    Oggi le zone d’ombra si sono sfumate, ma i problemi son rimasti: segno che non si trattava soltanto di prime impressioni. La conversione al cattolicesimo, quando di vera conversione si tratta, non lascia indifferenti i buoni cattolici, nei quali infonde una comprensibile gioia e dal cuore dei quali sprigiona la più viva gratitudine a Dio e sensi di fraterna accoglienza ai convertiti. Purtroppo, nella Costituzione in oggetto e nel caso che intende risolvere e regolamentare, gli elementi dottrinali e pratici della conversione son quasi del tutto assenti.
    Com’è ormai risaputo, la Costituzione tutela e disciplina il passaggio – la cui notizia scosse alcuni anni or sono l’opinione pubblica ed i mezzi della comunicazione sociale, ma alla quale oggi più nessuno sembra interessato – d’intere comunità dall’anglicanesimo al cattolicesimo. Tale passaggio ha le sue premesse, anche se non esclusivamente, nell’aperta ribellione d’oltre 200 vescovi della comunione anglicana, i quali disertarono la “Conferenza di Lambeth” riunitasi a Canterbury dal 16 luglio al 3 agosto 2006, a motivo dell’avvenuta ordinazione d’un vescovo dichiaratamente gay (Gene Robinson) e della predisposizione di riti speciali per la benedizione di coppie omosessuali. A Lambeth il vuoto dei “ribelli” non poteva certamente esser colmato dalla presenza di ben tre cardinali cattolici (W. Kasper, I. Dias e Murphy O’Connor), i quali avevan semplicemente e cortesemente risposto ad un invito ufficiale. E’ tuttavia probabile che la loro presenza abbia in qualche misura concorso a creare l’atmosfera d’un incontro in famiglia, con soddisfazione d’alcuni e disappunto d’altri. Certo è che l’assenza dei “ribelli” e le stesse discussioni di quei giorni misero in risalto una situazione di gravissima crisi all’interno della comunione anglicana, già scossa sia dal sacerdozio femminile e da un suo possibile accesso all’episcopato, sia dall’urto tra anglicani tradizionalisti e liberali. Non fa, perciò, meraviglia che non pochi anglicani abbian allora considerato il passaggio alla Chiesa di Roma come la soluzione migliore.

    I ripetuti incontri dell’arcivescovo di Canterbury, Rowan Williams, con il Santo Padre son certamente rapportabili alla crisi predetta, alle nuove difficoltà di dialogo e alla crescente domanda d’ingresso nella Chiesa cattolica. Nell’incontro del 23 novembre 2006, una “Dichiarazione comune” sottolineò, fra l’altro, “l’emergere di fattori ecclesiologici ed etici, che rendono più difficile ed arduo il cammino” comune. L’allusione alla crisi anglicana ed alle difficoltà pressoché insormontabili che alcune decisioni anglicane avevan creato all’interlocutore cattolico è evidente. Due anni dopo, sia pur non ricorrendo ad una nuova “Dichiarazione comune”, i cattolici da una parte e non pochi anglicani dall’altra vennero ancora scossi da un avvenimento inaudito: l’approvazione da parte del Sinodo Anglicano Inglese, in data 7 luglio 2008, di possibili candidature femminili all’episcopato. La reazione anglicana si concretò nell’aperta decisione di oltre 1300 pastori di passar al cattolicesimo; quella cattolica fu espressa dal Santo Padre, il 12 luglio 2008, in termini di prudenza e di rispetto, con l’auspicio che s’evitassero nuove scissioni e s’escogitasse una soluzione, attenta alle esigenze emergenti e fedele all’Evangelo.

    Queste, in estrema sintesi, le premesse da tener presenti per leggere capir e valutare la Costituzione Apostolica “Anglicanorum cœtibus”.

    Non tutte le sue affermazioni posson esser, qui, prese in esame: una breve nota, qual è quella che sto scrivendo, non è un’analisi critica. Ma anche questa breve nota intende esprimere valutazioni che discendono necessariamente da un’analisi pensata, se pur non ancora redatta. La Costituzione s’apre con affermazioni relative alla Chiesa, al suo mistero e alla sua struttura. Affermazioni sintetiche ma valide e quindi lodevoli. Non manca, peraltro, qualche motivo di perplessità, p. es. il non specificato concetto di “comunione visibile e piena”; l’unità allargata, introdotta dal discusso “subsistit in” di LG 8; l’allusione assolutamente acritica alla tradizione anglicana, ch’è quella d’una chiesa eterodossa e scismatica, la quale non può affatto “incorporarsi”, in quanto tale, nella Chiesa cattolica e magari con l’intento d’arricchirla.

     Assenza di senso critico è anche nelle parole relative alla questione di fondo. Si parla, infatti, della “petizione ripetuta ed insistente” di non pochi anglicani “ d’esser ricevuti (to be received) nella piena comunione cattolica individualmente ed in gruppo (corporately)”; poco dopo s’accenna sia al loro “desiderio d’entrare (to enter)” nella detta comunione, sia a coloro che vi “entrano (entering)”. In casi del genere c’è una parola sola da usare ed alla quale riferirsi: conversione. Non “si entra” né “si è ricevuti” se non sulla base d’un radicale cambiamento di rotta (metànoia), testimoniato da una pubblica abiura degli errori fin a quel momento condivisi con eretici e scismatici(2), o contenuto almeno implicitamente nell’atteggiamento del soggetto qualora, per gravi ed impellenti motivi, cioè in condizioni d’estrema necessità, si trovi impedito di star alla prassi di norma. Solo sulla base della metànoia, cioè del “peccatore convertito, si farà” un’immensa “festa (gioia) in cielo” (Lc 15,7) e ci sarà per lui l’abbraccio del padre commosso, la veste più bella, l’anello al dito, i sandali ai piedi ed il tripudio dell’intera famiglia (cf Lc 15,22-24). La Costituzione, però, non solo è reticente, come ho sopra osservato, sulla conversione, ma consente agli anglicani “ricevuti” dalla Chiesa cattolica il mantenimento della loro tradizione (“…the liturgical books proper to the Anglican tradition…so as to maintain the liturgical, spiritual and pastoral traditions of the Anglican Communion”), come se si trattasse di puri e semplici ospiti in casa cattolica e non di convertiti.

    Perché non si parli di conversione non è un mistero: l’ecumenismo non lo permette affatto. Da quando O. Cullmann, in perfetta sintonia con il Movimento Mondiale delle Chiese, sentenziò che l’ecumenismo non esige da nessuno il proprio “sacrificium fidei”, ognuno dovrà restare quello che è – cattolico, luterano, calvinista, anglicano e via di questo passo – pur facendo ecumenismo. L’eventuale conversione al cattolicesimo sconfesserebbe infatti la “ratio Ecclesiae” delle varie denominazioni cristiane acattoliche. Il card. Kasper n’era tanto convinto che, fin dall’inizio delle trattative, promise agli anglicani ogni possibile aiuto cattolico, purché essi non abbandonassero la loro religione.

    Qualche tempo dopo(3), il medesimo porporato ricordò che mai aveva esortato qualcuno a convertirsi e che, essendo l’entrata d’un gruppo d’anglicani nella Chiesa cattolica una loro libera decisione, la cosa né dipendeva da lui, né poteva da lui o da altri esser impedita. Perché il mantenimento della “tradizione anglicana” non sembri una promessa di marinaio o una frase di circostanza, generica, priva riferimenti oggettivi, la Costituzione s’affretta a segnalar in concreto gli strumenti che dovranno salvaguardarla.

    Il primo e di gran lunga il più importante è l’istituzione d’ “Ordinariati Personali(4)  per gli Anglicani che entreranno nella piena comunione con la Chiesa cattolica”; “ipso iure” vien assicurata a tali Ordinariati, da considerare giuridicamente come vere diocesi, la personalità pubblica e giuridica. Ad essi è demandata la facoltà di:
    • seguire, volendo, la propria liturgia; 
    • aprire propri seminari e stabilirne i programmi; mantenere nello stato matrimoniale preti e vescovi ammogliati; 
    • chieder al Papa, dopo un attento esame dei singoli casi, l’ammissione al presbiterato di candidati uxorati; 
    • erigere parrocchie personali d’accordo con la Santa Sede ed il vescovo del luogo; 
    • accoglier Istituti di vita consacrata di provenienza anglicana, o istituirne di nuovi; 
    • nominar un Consiglio direttivo d’almeno sei membri, con funzioni paragonabili a quelle dei consigli presbiterali cattolici; 
    • presentar al Papa una terna di candidati, scelti dal detto Consiglio direttivo, per la nomina d’un Ordinario. 
    Non ci vuol una grand’intelligenza per capire l’enorme confusione che verrà inevitabilmente determinata da tali facoltà, il cui compito sembra quello di legittimar un assurdo cattolicesimo anglicano o un non meno assurdo anglicanesimo cattolico: assurdo, perché la presenza e la salvaguardia della tradizione anglicana in casa cattolica, lungi da giustificazioni canoniche e teologiche, è il trionfo della logica (?) ecumenica e l’affossamento non solo della vera ininterrotta Tradizione cattolica, ma anche della retta ragione: le realtà contraddittorie né convivono né s’amalgamano, si rifiutan a vicenda. Si pensi allo scandalo che provocherà tra i fedeli cattolici la “relaxatio” del celibato ecclesiastico. Ma anche al possibile insorgere d’una loro diretta domanda di “relaxatio” per impedir il ricorso a “due pesi e due misure” . E ciò, senza contare le divergenze sul piano dottrinale. E’ vero che oggi non c’è più un anglicano pronto a sottoscrivere le invettive antiromane d’un Blakeney o d’un Palmer ; anche sotto questi ponti dell’acqua n’è passata parecchia. Eppure è tuttora abissale la divergenza fra la comunione anglicana e quella cattolica:
    • sul Primato di Pietro e dei suoi successori; 
    • sull’infallibilità del Romano Pontefice; 
    • sulle indulgenze; 
    • su alcuni aspetti della mariologia e su alcuni privilegi della Vergine Santa. 
    A quanto sopra occorre aggiungere “la ri-definizione dell’ufficio sacerdotale” in base al quale “il prete anglicano è un presbitero, ma non un prete sacrificante... La Chiesa anglicana, dal 1550, non intese più ordinare dei preti in senso romano e ciò dovrebb’esser candidamente ammesso da tutti”. Ma c’è di più: gli attuali sviluppi sembran riproporre quella Via media nella quale il grande Newman vedeva l’Anglicanesimo come qualche cosa a metà strada tra il cattolicesimo e la riforma luterana, una strada però da percorrere interamente per tornar in seno alla vera Chiesa, sostenendo contro il protestantesimo l’irrinunciabilità alla Tradizione e contro Roma la necessità di rinunciare a tutte le innovazioni e corruzioni medievali. Nessun dubbio sulla sincerità della proposta relativa alla Via media, nonché a quella riguardante la Branch Theory come passaggi obbligati per il ritorno degli anglicani a Roma, rimanendo nel pieno possesso delle loro peculiarità anglicane. Un bel sogno, ben presto cancellato da Leone XIII con la Bolla “Apostolicæ curæ et caritatis”, del 13 sett. 1896. Oggi quel sogno, almeno in alcuni dei suoi contenuti, ricompare nei rapporti tra anglicani e cattolici. È lecito chiedersi se, sul piano sostanziale, sia cambiato qualcosa e che cosa dal 1896 ad oggi.

    A breve distanza dalla beatificazione d’un grande convertito dall’anglicanesimo, l’appena citato John Henry Newman, riproduco alcuni brani d’una sua pagina sferzante quanto illuminante: “(La Chiesa anglicana) è un aspetto dello Stato, una forma del governo civile. Non è responsabile di nulla… La ragione per la quale non ha una sua identità…è la stessa per la quale la presente legislatura e le corti non discendono dalle precedenti... Il suo Prayer Book è un atto del parlamento di due secoli or sono, le sue cattedrali ed i suoi capitoli son semplici rimasugli di cattolicesimo... La stessa esistenza della Chiesa nazionale è un atto del Parlamento. Se lo Stato l’appoggia, resisterà all’eresia; ma non se lo Stato l’abbandona... Come la Nazione può cambiar la sua politica, così potrà cambiare la sua posizione religiosa; quelle medesime cause che introdussero il Bill della Riforma (1832), o la libertà del commercio, potranno interferire anche sull’ortodossia e la dottrina”. È la fotografia d’una Chiesa antitetica a quella cattolica. Guardando la fotografia nel suo insieme e nei suoi particolari, nasce la domanda: E’ possibile, e se possibile è anche giusto decretare la convivenza della comunione anglicana con quella cattolica?
    B. Gherardini
    NOTE
    1) 4 nov. 2009 – http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/apost_constitutions/documents/hf_ben-xvi_apc_20091104_anglicanorum-coetibus_it.html
    2) Cf VERMEERSCH A. “Periodica de re morali et canonica” 1929, 143.
    3) “L’Osservatore Romano” 15 nov. 2009, p. 1.
    4) Si tratta d’una figura giuridica non espressamente prevista dal CJC (a meno che non sia equiparata a quanto dispongono i can. 132/3 e 134/1 e 42), d’istituzione papale, e costituzionalmente vicina alla “Prelatura personale” come quella dell’Opus Dei, nonché ai vicariati o ordinariati castrensi.
     5) Qualcuno s’è affrettato a dire che non si tratta d’alcuna “relaxatio” e che “la Costituzione non altera il celibato nella Chiesa latina” (ZENIT 13/11/2009); certamente, la “relaxatio” non è voluta dalla Costituzione, ma questa non potrà in alcun modo impedire il confronto e lo sconcerto dei “due pesi e due misure”
    6) BLAKENEY R.P., Manual of the Romish (?) Controversy; being a complete refutation of the Creed of Pope Pius IX, Londra 1901 e Popery in its social aspect; being a complete exposure of the immorality and intollerance of Romanism, Londra 1902.
    7) PALMER J.R., Truth or Error, Londra 1907.
    8) HARRISON D.E W., The Book of Common Prayer with the additions and deviations proposed in 1928, Londra 1946, p.123.
    _____________________
    Vedi anche:
    [Istituito il primo Ordinariato cattolico]
    [Aggiornamenti di fine luglio 2010]
    [Rientrano gli Anglicani del Canada]
    [Rientrano gli Anglicani della Forward in Faith Australia]
    [Dichiarazione congiunta degli Arcivescovi di Westminster e di Canterbury]
    [Risposta del Primate della TAC (Traditional Anglican Communion)]
    [Costituzione Apostolica Anglicanorum Coetibus]
    [Dichiarazione comune 2006]
    http://chiesaepostconcilio.blogspot.com/

    Una questione cruciale: il valore magisteriale del Concilio Vaticano II...

    Il Seminario Cattolico di Econe

    UNA QUESTIONE CRUCIALE

     
    L’Osservatore Romano del 2 dicembre 2011 ha pubblicato uno studio di Mons. Fernando Ocáriz, uno dei quattro esperti che hanno rappresentato la Santa Sede negli ultimi colloqui dottrinali con la Fraternità San Pio X (da ottobre 2009 ad aprile 2011). In esso si affronta in tutta chiarezza (§1), ma in una maniera che rimane del tutto insufficiente (§2), la questione centrale del valore magisteriale del Concilio Vaticano II.

     
    1

    DEI PRINCIPI INCONTESTABILI

    Nella prima parte del suo studio, il prelato spagnolo ricapitola le nozioni fondamentali già ricordate da Pio XII nella Humani generis [1]: il fatto che un atto del magistero della Chiesa non sia garantito dal carisma dell’infallibilità, proprio delle definizioni solenni, non significa che esso possa essere considerato «fallibile», nel senso che trasmetterebbe una «dottrina provvisoria» o anche delle «autorevoli opinioni». In senso lato questo significa che, quando non dà delle definizioni solenni e infallibili, il magistero è sempre assistito da Dio, e questa assistenza è necessaria per assicurare la trasmissione indefettibile del deposito della fede. In questo senso anche il semplice magistero ordinario beneficia di un certo carisma di verità [2]. L’infallibilità del magistero deve dunque estendersi in senso analogo, cioè a gradi diversi [3].

    Ne deriva evidentemente che anche l’adesione dovuta alla verità proposta dal magistero si intende in modi diversi. Le definizioni solenni infallibili propongono ordinariamente, come tali, delle verità formalmente rivelate, alle quali è dovuto un assenso di fede teologale. Gli altri insegnamenti non definitori, per la verità proposta richiedono una adesione intellettuale indicata come assenso religioso interno, che comporta, oltre all’assenso nei confronti della verità propriamente detta, una certa parte di obbedienza nei confronti dell’autorità magisteriale. Infine, gli atti magisteriali possono contenere elementi che, non costituendo materia d’insegnamento propriamente detto, in quanto tali non esigono alcuna adesione.LEGGERE...

    Gesù, Maria, Giuseppe… “Non c’era posto per loro”… nella cattedrale di Antonio Socci

     
    Benedetto XVI, nella messa di mezzanotte di Natale, quest’anno, ha pronunciato un’omelia tutta incentrata su san Francesco per la sua meravigliosa “invenzione” del presepio, a Greccio, nell’anno 1223. Spiegando che quell’umile rappresentazione coglie il cuore del cristianesimo.
    Incredibilmente, proprio quest’anno, il vescovo di Rieti, che è il vescovo di Greccio – cioè del luogo dove Francesco inventò il presepio – ha deciso: niente più storico presepio nella cattedrale.
    Gesù bambino, la Madonna, san Giuseppe, con i pastori e i magi… Come a Betlemme duemila anni fa, “non c’era posto per loro” nella cattedrale di Rieti.LEGGERE...

    Christmas in France . Usus Antiquior in India. Christmas in America


    Christmas in France

    We now turn our attention to France beginning with the FSSP parish in Bordeaux (the first two photos are from the Midnight Mass and the remainder from one of the Masses of Christmas Day):








    * * *


    Next, the FSSP parish in Lyon:








    * * *


    The parish of St-Eugene in Paris:

    Usus Antiquior in India

    The website of Messainlatino.it have some interesting photos up of the usus antiquior celebrated in India. The first, coming from another blog, Te Igitur, shows the weekly Sunday Mass which takes place in the chapel of Saint Anthony School in Chennai, India. (Formerly Madras.)


    You'll note here the fact that the Indians remove their footwear within church. Note also how the men and women sit on separate sides of the church.


    * * *


    From the same sources, here are two images of a Mass in what used to be referred to as Bombay, and now Mumbai.



    Christmas in America



    St. Theresa's, Sugarland, Texas

    * * *




    Christ the King, Sarasota, FL

    * * *


    Pictures of the Traditional Solemn Mass at St. Cecilia's Church in Brooklyn


    These are pictures of the Solemn Mass at the Church of St. Cecilia in Greenpoint, Brooklyn. This Mass was to celebrate the 110th Anniversary of consecration. The Te Deum was sung at the end as an act of Thanksgiving. The consecration crosses were incensed (as they were when the church was consecrated) and the candles were beautifully decorated. The singing by the Sacred Ministers was wonderful. The sermon was very moving. There were about 200 people in attendance. There were 13 servers helping.  

    The pictures below were taken by a faithful in the congregation.
    *
    Incensation at the Introit (after the Asperges ceremonies and the prayers at the foot of the Altar were over)
    *
    The recitation of the Gloria by the Sacred Ministers
    *
    The reading of the Gospel by the Celebrant
    *
    The line-up for the Solemn singing of the Gospel

    *
    The Deacon (and Homilist) reads the Epistle in English
    *
    The Deacon (and Homilist) reads the Gospel in English. He also preached on the meaning of consecrated churches and on the beauty of the architecture of the Church of St. Cecilia
    *
    Everyone listens to the Gospel reading in English
    *
    The Lavabo ceremonies after the incensation of the Altar at the Offertory
    *
    The Deacon of the Mass incenses the consecration crosses (there are 12) on the walls. These crosses are incensed immediately after the Celebrant.
    *
    The Deacon of the Mass is incensed by the Thurifer
    *
    Consecration of the Chalice
    *
    The Deacon of the Mass sings the Ite, Missa est
    *
    The Celebrant reads the Last Gospel (of. St. John)
    *
    Everyone lines up for the recessional (after the Te Deum was sung)
     
    For more pictures of the same Solemn Mass, go here: http://sthughofcluny.org/2011/11/solemn-high-mass-at-st-cecilia-greenpoint-brooklyn.html. This link provides pictures taken by Stuart Chessman of the Society of St. Hugh of Cluny.http://traditionalcatholicism83.blogspot.com/