sábado, 2 de fevereiro de 2013

Saint padre Pio et Marie


 
Padre Pio, portrait par Solomenco Bogdan
Padre Pio, portrait par Solomenco Bogdan 2010, Wikimedia Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported license.
Sa dévotion à Marie était pleine de tendresse et de ferveur
Dans sa famille, on priait Marie. Sa dévotion était pleine de tendresse et de ferveur.
En effet, lorsqu’on parle de cette dévotion qui brûlait le cœur de celui que l’on a appelé le « crucifié du Gargano », on est contraint de se souvenir et de mettre en lumière la dévotion qu’il nourrissait pour la Vierge de son enfance, la Madone de la Libera que l’on vénérait dans l’église paroissiale de Pietrelcina, ainsi que sa dévotion à la Vierge de Pompéi sans oublier, bien évidemment, le tableau de Notre Dame des Grâces qui dominait l’autel de la petite église du couvent des capucins de San Giovanni Rotondo.
Et on trouve en lui, à l’évidence, les signes précis de son âme transformée et configurée à Marie et au Christ, par la lumière de l’Esprit-Saint …

La Vierge est comme un moule capable de modeler une âme en Dieu
Padre Pio est ainsi élevé jusqu’ à l’intimité avec la Trinité.
Saint Louis-Marie Grignion de Montfort - qui a si bien analysé les effets de l’union transformante en Marie - affirme que la Vierge communique son âme et son esprit à celui qui se confie à Elle et c’est ainsi qu’il se trouve aussi transformé en Jésus.
Saint Augustin, de son côté, avait présenté Marie comme « forma Dei », c’est-à-dire curieusement que la Vierge est comme un moule capable de modeler une âme en Dieu. Par conséquent, celui qui se jette dans ce moule divin se trouve bien vite modelé en Jésus et Jésus en lui. Il devient, pour ainsi dire, presque divinisé parce qu’il s’est jeté dans le même moule dans lequel le Christ-Jésus a été formé.

C’est aussi l’expérience de Padre Pio.

De l’union mystique avec Marie, à l’union mystique avec Jésus
L’union mystique avec Marie prélude à l’union mystique avec Jésus et, à travers Lui, nous montons jusqu’à l’union avec les Personnes de la Trinité : union, communion, communication : c’est donc un acte unique. Pratiquement, l’âme qui s’unit à Marie contemple le Père, le Verbe et l’Esprit Saint avec les yeux de Marie. L’âme contemple, elle jouit et elle s’épanouit avec Jésus vivant en Marie.

L’Esprit Saint a versé, en effet, dans ce cristal très pur qu’est le Cœur de Marie non seulement la pureté immaculée, mais aussi la grâce de la sanctification et de la divinisation. La Maternité divine l’a ensuite élevée encore davantage à ces célestes hauteurs.

Et le Christ communique à l’âme purifiée qui se donne à Marie, les flammes de son Esprit.

A ce point, le « mystique » se trouve immergé dans la « flamme d’amour » qui se répand dans son Cœur et qui enflamme même jusqu’à son corps. C’est ce phénomène qui produisait en Padre Pio les hyperthermies, des températures qui atteignaient 48° et jusqu’à 52° plusieurs fois enregistrées par les médecins même pendant son Service Militaire et qui faisaient toucher du doigt à quel point Dieu est un « feu dévorant ».



Saturday 02. of February 2013 Un glaive de douleur te transpercera l'âme

2 février - Présentation de Jésus au temple

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MARIE-JULIE JAHENNY (1850-1941)

MARIE-JULIE JAHENNY (1850-1941)

 
 

Marie-Julie Jahenny de La Fraudais, Francia.

Es quizá, la más grande mística en la historia de Francia. Nació el 12 de febrero de 1850, en un pequeño poblado de Bretaña, al oeste de Francia, llamado Blain. Fue la mayor de cinco hijos, educada por sus padres, sencillos aldeanos en esa Fe viva por la cual son conocidos los bretones. Nuestro Señor la bendijo con muchas gracias desde el tiempo de su primera Comunión, gracias a lo cual ella le correspondió con devoción creciente.
Marie-Julie ingresó a la Tercera Orden franciscana al principio de su segunda década de vida para ayudar al mundo a santificarse. En 1873 recibió del Cielo el más importante regalo místico: Los Estigmas de Cristo, desde los 23 años de edad hasta su muerte, 60 años más tarde, llevó en su cuerpo las Llagas de Nuestro Señor en el grado más visible que ninguna otra persona los ha llevado en la historia de la Iglesia.
A más de las Cinco Llagas en sus manos, pies y costado, Marie-Julie sufrió también, las heridas infringidas por la Corona de Espinas, y las marcas de los hombros que Jesucristo Nuestro Señor padeció por cargar la Santa Cruz. A todo esto, ella también padeció las heridas causadas por los azotes en la espalda de Cristo, así como otras más de un significado místico. Por consecuencia, Marie-Julie vivió una vida de sufrimiento continuo, como alma propiciatoria, en una pequeña cabaña de la aldea de La Faudrais, cerca de Blain.
Ella había sido elegida o designada por Nuestro Señor para hacer reparación por los pecados de Francia y del mundo. En compensación, Dios Nuestro Señor la favoreció con Sus frecuentes visitas de Él mismo y de la Santísima Virgen María, tanto como le dio las luces proféticas.
La verdad de las advertencias celestiales de las que ella fue solamente, su humilde mensajera, están garantizadas por su característica sencillez y honestidad, y por su ejemplar obediencia a sus superiores: su director espiritual, su obispo, y por supuesto, por la comprobación de todo lo profetizado durante su larga vida.
Con exactitud predijo las dos Guerras mundiales, la elección del papa San Pío X, varias persecuciones de la Iglesia, los castigos designados a Francia por su apostasía. Muchas de sus profecías han quedado sin publicarse. Sin embargo, sus advertencias para los Últimos Tiempos deben ser leídas por aquellos que “tengan oídos”. Marie-Julie tuvo el maravilloso don de poder distinguir el pan eucarístico del pan ordinario, los objetos benditos de los que no lo eran; sabía decir el lugar de donde venían las reliquias y finalmente, podía entender los cantos y oraciones sagradas de cualquier idioma.
Desde el 28 de diciembre de 1875 sobrevivió por cinco años con solo comer la Hostia Consagrada cada día. El Dr. Imbert-Gourbeyre comprobó que durante ese período de tiempo no tuvo ninguna excreción líquida o sólida. También, cuando estaba en éxtasis, no sentía ningún dolor ni era molestada por la intensidad de la luz. Algunos de estos éxtasis estaban acompañados de levitación y en ese momento su cuerpo no pesaba nada.
La vidente, hacia el fin de sus días quedó ciega, sorda, muda y tullida; subsistió milagrosamente con el Santísimo Sacramento en los últimos años de su vida.
Es una gracia de Dios que los lectores de esta biografía, no moriremos sin saber lo que Dios confió a ella para beneficio de nuestra desgraciada época. Marie-Julie subió al Cielo el 4 de marzo de 1941 con la admiración de numerosos científicos que la examinaban continuamente, también con el desprecio de los descreídos y de los orgullosos; con la devoción de sus amigos de toda la vida como Mon. Fourier, obispo de Nantes y del grupo de quienes difundían sus mensajes y sus penas a un mundo ingrato e indiferente.

PROFECÍAS

Una de las profecías más interesantes de Marie-Julie es la visión que tuvo del diálogo entre Nuestro Señor Jesucristo y Lucifer-Satanás, en el que éste amenazó de la siguiente manera: “Atacaré a la Iglesia. Derribaré la Cruz, diezmaré la población y depositaré una gran debilidad en los corazones. Propiciaré la negación de la Religión Católica. Por un tiempo seré el amo de todas las cosas en la tierra, todo estará bajo mi control, aún Tu Templo y Tus fieles”
Confirmando la visión anterior, en otra ocasión, oyó a San Miguel decir que Satanás tomará posesión de todas las cosas terrestres, por algún tiempo, y que reinaría completamente sobre todo; que toda benevolencia, Fe y Religión verdadera sería sepultada como en una tumba…..”, “Satanás y los suyos festejará su triunfo con fingida belleza y alegría.” “Todo lo aprobado por la Iglesia infalible dejará de existir como lo vemos hoy (hace cien años), por cierto tiempo. En esa desdichada y aniquilante época se verán aparecer en la tierra extraños signos. Por causa de los pecados y maldad de los hombres la Santa Iglesia será oscurecida, pues, Nuestro Señor enviará esta oscuridad para detener a los malos en la búsqueda de mayor maldad…..” Marie-Julie Jahenny sigue describiendo su visión: “Aparentemente, no quedará ningún vestigio del Santísimo Sacramento, ningún rastro de la Fe, por todos lados solamente habrá confusión….”
El arcángel San Miguel termina por decirle: “Después del triunfo satánico; Nuestro Señor Jesucristo congregará a Sus ovejas dispersas para reinar sobre el mal y sacará de su tumba a la oculta Iglesia y a la postrada Cruz….”

INVENTO DEL NUEVO RITUAL

El 27 de noviembre de 1902 y el 10 de mayo de 1904, Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María le anunciaron la conspiración del Nuevo Ritual de la Misa.“Te anunciamos la siguiente advertencia: Los discípulos que no son de Mi Evangelio están trabajando intensamente en estructurar, de acuerdo a sus propias ideas y bajo la influencia del enemigo de las almas, una nueva Misa que contenga conceptos odiosos a Mis designios.” “Cuando esta fatal hora llegue, la fe de mis sacerdotes se pondrá a prueba; estos textos serán celebrados en el

HABRÁ DOS PERIODOS:

PRIMER PERIODO
“EL PRIMER PERIODO será cuando mis sacerdotes existan sin Mí….”
Ya en junio de 1881, Marie-Julie había revelado que “muchos sacerdotes en su aberración, habían violado sus juramentos (de ordenación), El Libro de la Vida contiene sus nombres, decía…..”, “Por el poco respeto que el rebaño tiene a los apóstoles de Dios, crece descuidado y deja de observar las leyes. El sacerdote mismo es responsable por la falta de respeto que las ovejas le tienen, porque éste no respeta suficientemente su sagrado ministerio, y el lugar que ocupa en sus sagradas funciones. El rebaño sigue siempre las huellas de sus pastores…..”, “La clerecía será severamente castigada a cuenta de su inconcebible veleidad y gran cobardía incompatibles con sus funciones sagradas.”
“Un terrible castigo a sido preparado para esos que ascienden cada mañana las gradas del Santísimo Sacramento, porque Yo no vengo a sus altares para ser torturado. Yo sufro cientos de veces más por esos corazones que por ningún otro. Yo os absuelvo por vuestros grandes pecados, Mis hijos, pero Yo no garantizo algún perdón para esos sacerdotes.”
Marie- Julie Jahenny reveló que los que gobiernan el rebaño, serán los responsables de la crisis venidera. Aparentemente, el comunismo no podría triunfar si la Iglesia permaneciera en la Fe. También ella mencionó que la creciente libertad adquirida por los sacerdotes y Obispos la usarán malamente. Mencionó a un Papa venidero, que en el último momento, revertirá su política para hacer un llamado al clero. Pero, no será obedecido, al contrario, una Asamblea de Obispos le demandará aún mayor libertad, declarando que pronto no le obedecerían más. Marie Julie declaró que esa “revolución roja” lo derribará. Entonces una horrorosa religión remplazará a la religión Católica y vio a muchísimos obispos abrazando esa “sacrílega e infame religión.”

LAS PROFECÍAS DE MARIE-JULIE ACERCA DE LA NUEVA LITURGIA

SEGUNDO PERIODO
“EL SEGUNDO PERIODO será el de la persecución, cuando los ENEMIGOS de la Fe y de la Santa Religión impongan sus fórmulas en el libro de la nueva celebración….” “Estos espíritus infames son aquellos que Me crucificaron y esperan el reino del nuevo Mesías” (El Anticristo) El 27 de noviembre de 1902 (el 72 aniversario de la Aparición de la Medalla Milagrosa) y el 10 de mayo de 1904, Nuestro Señor advirtió acerca de la nueva liturgia que un día sería instituida.“Yo os lo advierto; los enemigos de la Fe y de la Santa Religión impondrán sus fórmulas en el libro de la Sagrada celebración. Algunos de mis santos sacerdotes rechazarán este libro sellado con las palabras del Abismo. Desafortunadamente, habrá muchos que lo aceptarán.
El 10 de mayo de 1904 Nuestra Señora la Virgen María describió la nueva clerecía y la nueva liturgia: “Ellos no se detendrán en su odioso y sacrílego camino, irán muy lejos para comprometer a todos, a un mismo tiempo, de un solo golpe: la Santa Iglesia, el Clero y la Fe de mis hijos.”
La Virgen María anunció “la dispersión de los pastores” por la propia Iglesia, de los verdaderos pastores remplazados por otros formados por Satán: ….”nuevos dispensadores de nuevos sacramentos, nuevos templos, nuevo bautismo, nuevas confraternidades.”
El 7 de julio de 1880 Jesús dijo a Marie-Julie “ La Iglesia será privada del supremo jefe que ahora la guía….. El Jefe Supremo de la Iglesia será ofendido brutalmente”.
En el éxtasis del 4 de noviembre de 1880, Marie-Julie nos describió el martirio del Papa: “La voz de la Iglesia bajo velada vista rompe mi alma el eco del sonido de su moribunda voz. El supremo Pontífice profiere su agonizante discurso hacia su pueblo, hacia sus hijos de quienes él es su Padre. Es una espada en mi alma….. veo unos pájaros blancos llevando en sus picos, jirones de su carne chorreando sangre, veo las manos de Pedro traspasadas por los clavos como lo fueron las de Dios. Veo sus vestidos de ceremonia hechos garras, veo la ropa que llevó con dignidad para hacer descender a Nuestro Señor sobre el altar. He visto todo eso. Oh ¡Cómo sufro!

LOS TRES DÍAS DE OSCURIDAD

Estos terribles días han sido profetizados a través de los siglos, pero las dos almas proféticas que se han ocupado de esto en los dos últimos siglos han sido Anna María Taigi “vendrá sobre la tierra una oscuridad intensa que durará tres días y tres noches, Nada será visible y el aire estará cargado de pestilencia. Esta situación hará que los enemigos de la Religión…. Sean muertos”
Marie-Julie Jahenny “La tierra se convertirá en un enorme cementerio; los cadáveres de los enemigos de Dios y de los justos cubrirán la tierra, para los que queden vivos vendrá el hambre…..
Los tres días de oscuridad han sido profetizados por muchos santos incluyendo a Anna María Taigi, al Padre Pío de Pietrelcina y a Marie-Julie Jahenny. Marie-Julie anunció tres días de oscuridad durante los cuales los poderes infernales serán soltados y ejecutarán a todos los enemigos de Nuestro Señor Jesucristo. “La crisis vendrá de repente, los castigos serán repartidos en todos y se sucederán uno tras otro sin interrupción……” 4 de enero de 1884. “Los tres días de oscuridad serán en JUEVES, VIERNES Y SÁBADO. Días del Sagrado Sacramento, de la Santa Cruz y de la Santísima Virgen……. Tres días menos
Una noche truenos y centellas herirán a los que no tienen Fe y, los que no confían en Mi Poder, morirán de miedo. “Durante estos tres días de terrorífica oscuridad, ninguna ventana deberá abrirse, porque nadie deberá ver la tierra y el horrible color del aire durante esos días pues serían muertos al instante” “El cielo se incendiará, la tierra se abrirá……durante estos tres días de oscuridad debéis encender las velas benditas para encender vuestras habitaciones, ninguna otra luz brillará….”“Nadie que esté fuera sin refugio sobrevivirá, la tierra se estremecerá y el miedo será grande. Si, Nosotros escucharemos a quieres recen por sus amigos y NINGUNO DE ELLOS PERECERÁ. Porque necesitaremos de ellos para proclamar la Gloria de la Cruz……” 8 de diciembre de 1882. “SOLAMENTE LAS VELAS DE CERA BENDITAS DARÁN LUZ durante esta horrorosa oscuridad. UNA SOLA VELA será suficiente para esas noches infernales… En las casas de los malos y los blasfemos aún estas velas benditas NO DARÁN LUZ” Y nuestra Señora asentó: “Todo se conmoverá excepto los muebles donde estén encendidas las velas benditas. Vosotros debéis portar el Crucifijo o estar junto a mi imagen bendita, esto os protegerá del terror….”
“Durante la oscuridad los demonios y los malos adquirirán las espantosas figuras…
Nubes color sangre recorrerán el firmamento. La tierra será golpeada por estruendos y los cielos se cubrirán de siniestras luces fuera de estación. La tierra será movida en sus cimientos. Los mares se levantarán e inmensas olas recorrerán los continentes…
“Toda la tierra parecerá un enorme cementerio. Los cuerpos de los malvados y los de los justos cubrirán los campos. Tres cuartas partes de la población del mundo serán destruidas….”

La Victoriosa Reina del mundo MENSAJES A LOS SACERDOTES

La Victoriosa Reina del mundo

Revelación a SOR MARÍA NATALIA MAGDOLNA




III

MENSAJES A LOS SACERDOTES


“Sacrifíquense y recen por las almas”


Una noche, Jesús me dijo lo siguiente, dirigiéndose a los sacerdotes: “Vine al mundo por el bien de las almas. Es su vocación y su deber salvarlas. Si ustedes permanecen en Mí y en mi amor, saldrán victoriosos”.

Luego se volteó hacia mí y me dijo: “Esposa mía, que padeces Conmigo, esta noche unos sacerdotes me van a ofender gravemente. Por los méritos de tu sacrificio libraré a algunos de ellos de sus pecados, pero ¿quién hará sacrificios por los otros? Moriría por ellos de nuevo, cada vez que ellos infieren sus heridas mortales a mi Corazón”.

Yo sufrí junto con Jesús por esas almas. Aceptaría todos los sufrimientos del mundo si pudiera evitar un pecado grave que ofendiera a mi Jesús. Le dije:

–Mi querido Jesús, estoy dispuesta a hacer cualquier sacrificio.

Él contestó:

–Flagélate hoy; así puedo librar a mis extraviados sacerdotes del pecado y acogerlos de nuevo en mi Corazón.

En ese tiempo mis superioras me dispensaron de la oración comunitaria a causa de las gracias extraordinarias que ellas veían tan claramente en mí, y así pude hacer en secreto lo que Jesús me pedía.


Jesús se queja de los sacerdotes


En 1944 el Señor me dijo: “Quiero enviar un mensaje al Santo Padre para que reafirme la práctica del ayuno del viernes, porque, debido a esto, muchos sacerdotes me ofenden. Ni los hombres ni las almas a Mí consagradas están dispensadas de la abnegación. Mi Iglesia debe saber que, al disminuir el espíritu de renuncia, aumentan los pecados”.

Después de la santa Comunión el Señor me mostró cómo un sacerdote cae en el pecado por falta de espíritu de mortificación. Vi a un sacerdote sentado a una rica mesa. El Señor le sugirió que no tomara el postre, puesto que ya había comido bastante. Él dudó un momento, luego rechazó la inspiración, con este pensamiento: “¿Abnegación, por qué?” El paso siguiente fue la pereza, luego vino la relajación, sus pensamientos se hicieron siempre más mundanos y el pecado entró a través de sus ojos. Entonces entró la muerte en su alma, y empezaron las dudas acerca de la presencia real en la Eucaristía. Finalmente dejó el sacerdocio y se volvió ateo. Fue especialmente doloroso para Jesús que por mucho tiempo ese sacerdote ofreciera indignamente el santo Sacrificio.

En otra ocasión, para consolarme, Jesús me dijo que es un gran placer para Él bajar al altar cuando un sacerdote lo llama con clara conciencia de sus actos. De estos sacerdotes santos me dijo: “Son mi deleite, mi orgullo, mi consuelo y mi esperanza”.


El amor a la cruz


El Señor me dijo:

–Hay solamente unas cuantas almas sacerdotales que aman la cruz. Muchos de ellos no quieren ni oír hablar del sufrimiento y la abnegación. Esto es porque ni siquiera Me piden tener amor por el sufrimiento. Los sacerdotes deben pedir diario el amor a la cruz para ellos mismos y también para las almas a ellos encomendadas. Si hicieran esto, se les daría la gracia del amor al sufrimiento, llegaría a serles agradable y podrían hacer actos heroicos. Yo aniquilaría en ellos todo lo que pudiera matar el amor y aumentaría en ellos el amor a la cruz. Les daría el don del amor pobre y humilde. Recibirían la gracia mística de poder enterarse de los secretos especiales de mi Corazón. Me gustaría darles a conocer esta gracia especial en este tiempo en que se aproximan los sufrimientos de mis escogidos.

En una ocasión Jesús me enseñó esta oración:

Señor mío, dame la gracia de amar

sufriendo como Tú lo hiciste.

Dame la gracia de llevar mi cruz

como Tú lo hiciste.

Señor mío, dame la gracia de poder siempre

reconocer y cumplir tu voluntad

y permanecer siempre unido a Ti,

glorificándote en todo lo que haga.

María, Madre de Jesús y Madre mía,

enséñame a amar sufriendo. Amén.
 
La Victoriosa Reina del mundo
Revelación a SOR MARÍA NATALIA MAGDOLNA
Sor María Natalia de las Hermanas de santa Ma. Magdalena nació en 1901 cerca de Pozsony, en la actual Eslovaquia. Sus padres eran artesanos de origen alemán. De joven aprendió el húngaro y el alemán, y más tarde el francés. Recibió los mensajes en húngaro. Su vida está llena de acontecimientos históricos y políticos ya que vivió casi todo este siglo. Murió el 24 de abril de 1992, en olor de santidad.
Desde temprana edad percibió claramente su vocación religiosa y a los diecisiete años entró al convento de Pozsony. A los treinta y tres, sus superioras la enviaron a Bélgica de donde volvió al poco tiempo porque se enfermó y la regresaron a Hungría, su patria, donde vivió en los conventos de Budapest y Keeskemet.
En Hungría empezó a tener locuciones interiores y visiones sobre el destino de Hungría y del mundo, aunque ya de niña había tenido fuertes experiencias místicas. Estos mensajes son un llamado a la reparación de los pecados, a la enmienda y a la devoción al Corazón Inmaculado de María como la Victoriosa Reina del Mundo. La mayoría de estos mensajes los escribió entre los años 1939 y 1943.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Sor Natalia aconsejó al Papa Pío XII que no fuera a Castelgandolfo, su residencia de verano, porque sería bombardeada, como de hecho lo fue.
Sor Natalia tuvo que transmitir unos mensajes muy duros a la jerarquía católica de Hungría: que repartieran sus riquezas a los pobres, que dejaran sus palacios y que comenzaran a hacer penitencia. Para muchos este llamado no sólo era una locura sino un absurdo. Sólo unos cuantos hicieron caso al llamado del “Apostolado de la Enmienda”. Sólo después de la guerra, cuando el cardenal Mindszenty en 1945 fue elegido Primado de Hungría, empezó el movimiento de reparación en forma seria. Él quiso la construcción de una capilla en Budapest y concedió el permiso para la fundación de una nueva orden de religiosas, cuya única finalidad sería el hacer reparación y penitencia por los pecados de la nación. Pero desgraciadamente era demasiado tarde y la capilla no se alcanzó a terminar. Las autoridades comunistas no sólo prohibieron la fundación de la nueva orden, sino que dispersaron aquellas ya existentes.
El terror contra el pueblo húngaro fue tres veces más severo que en los países satélites vecinos. El ejército rojo hizo mártires por miles, entre ellos el obispo Apor de Gyor, quien trató de defender a su rebaño, en su mayoría mujeres que buscaban refugio en las iglesias para evitar ser violadas.
Sin embargo el ejército rojo fue indulgente en comparación con los traidores comunistas húngaros, especialmente su líder Matías Rákosi. Esta figura cruel envió a miles de intelectuales al patíbulo y su furia se dirigió principalmente contra la Iglesia Católica. Confiscó todas sus escuelas, dispersó las órdenes religiosas y ocupó sus conventos y monasterios. Todo el mundo se enteró de la trágica suerte del Primado de Hungría, el cardenal Joseph Mindszenty, quien luchó valientemente contra la tiranía roja. Después de haber sido encarcelado durante la Segunda Guerra Mundial por los nazis alemanes por ayudar a los judíos, ahora los rojos lo arrestaron bajo falsas acusaciones y lo sometieron a las más humillantes torturas. Cuando su voluntad de hierro se dobló por as drogas que le administraban, lo sometieron a un juicio de burla. Su rebaño se asustó y se dispersó lentamente al ver vencido al pastor. Sor Natalia compartió la suerte de sus hermanas religiosas y tuvo que vivir escondida, pero su vida mística continuó y bajo la guía de su nuevo director espiritual, en 1981 comenzó a escribir de nuevo su diario.
Tenemos en nuestras manos un tesoro místico de incalculable valor, a la altura de cualquiera de los grandes tesoros de las místicas cristianas, santa Catalina de Siena, santa Gertrudis, santa Teresa de Jesús y santa Margarita María de Alacoque. Encontramos mensajes, enseñanzas y avisos dirigidos a todos y especialmente a los sacerdotes que estamos viviendo este final de siglo. Necesitamos esta guía en un tiempo en el que los pilares tradicionales están tambaleándose y hay confusión hasta entre los mismos consagrados.
Este libro se basa en el diario y otros mensajes que Sor Natalia ha dado a varias personas. Sor Natalia ofreció su vida por los sacerdotes cuando entró al convento. El Señor aceptó su ofrenda: ella ha soportado sufrimientos increíbles, tanto en su cuerpo como en su alma, pues Jesús ha compartido con ella su cruz, el dolor que Él siente por los sacerdotes tibios y también su gozo por los buenos y leales. Ella se identificó completamente con Jesús. Jesús se regocijó y sufrió en ella como él mismo dijo: “Por mis amados hijos sacerdotes”.
Stephen Foglein
INFORME OFICIAL DE UN PROFESOR DE TEOLOGÍA
(21 de enero de 1943)
El informe fue hecho por el padre Jeno Krasznay, STD, un renombrado teólogo europeo de esa época. El profesor Krasznay nació en 1909 en Esztergom, Hungría. Fue ordenado en 1932. Primero sirvió en la Diócesis de Veszprem. Entre 1936 y 1943 trabajó como maestro de religión en una escuela secundaria. Luego fue nombrado auxiliar del obispo Istvan Hasz. Junto a este obispo emigró a Suiza en 1945. Allí se dedicó a atender a los refugiados húngaros.
El padre Krasznay le dio dirección espiritual a Sor Natalia en 1939 y de nuevo en 1943. Después de un cuidadoso estudio, expuso un informe oficial a sus superiores. Citamos a continuación partes de dicho informe:
“Conocí a Sor Natalia durante un retiro que di en el convento de las Hermanas del Buen Pastor de santa Ma. Magdalena en Keeskemet. Con dudas y miedo de sí misma me habló de sus experiencias místicas, las que recibía con frecuencia durante sus oraciones y los sufrimientos que seguían a estas experiencias. Oyendo sus relatos, me pareció claro que ella estaba recibiendo unas gracias extraordinarias. Desde entonces –con el permiso de mis superiores- me mantuve en contacto con Sor Natalia por carta y visitándola una o dos veces al año para darle consejo espiritual.
En vista de sus miedos e inseguridad durante los últimos dos años me cuestionaba: ¿Son sus experiencias reales o no? ¿Está su vida realmente permeada por la actividad mística de Dios? ¿Vienen realmente de Dios las mortificaciones a las cuales se somete a sí misma, por ella y por los demás?
Para obtener una respuesta a mis preguntas, la he sometido a pruebas duras de obediencia. Ella siguió mis indicaciones con obediencia ciega. Bajo orden mía, ella trató de evitar las voces y las visiones. Usé los siguientes recursos para poder hacer un juicio apropiado sobre su vida de oración mística:
–Consulté con unos sacerdotes jesuitas.
–Leí literatura sobre el tema, especialmente la vida de santa Teresa de Jesús.
–Estudié cuidadosamente sus respuestas a mis preguntas y contrapreguntas.
–Consulté con sus superioras.
Estudié psicología anormal, especialmente Die Fulle der Gnaden (La plenitud de la gracia) de Poulain. Por medio de este cuidadoso estudio, la vida espiritual de Sor Natalia gradualmente se me aclaró. Observé las siguientes características en ella: era muy sensible y estaba luchando con dudas que se repetían cada cierto tiempo. Por mucho tiempo no comprendía este fenómeno, pues para mí era difícil relacionar esto con las gracias extraordinarias de las cuales ella hablaba. No obstante, descubrí que este fenómeno viene de la fragilidad humana que a menudo acompaña a las almas en el camino hacia la unión mística.
Más aún, noté que Sor Natalia ya había avanzado mucho en este camino. Noté las señales de virtudes heroicas en ella; entre las más destacadas estaba la voluntad de obedecer y una genuina sinceridad. Después de mi larga observación y cuidadoso estudio llegué a la conclusión de que las experiencias místicas que ella sinceramente me describía eran en verdad reales, que ella verdaderamente recibía esas visiones y mensajes. En el convento ha tenido que sufrir serias pruebas y aflicciones de parte de algunas de sus Hermanas. Ha soportado estas pruebas con una fe firme. Muchas de sus hermanas religiosas me dijeron que ellas no hubieran podido soportar las pruebas por las que pasó Sor Natalia.
Sor Natalia recibió su primera gran revelación después de ciertas experiencias introductorias, en noviembre de 1941, de acuerdo a sus notas escritas antes de agosto de 1942 y entregadas al padre Biro, jesuita, ya fallecido.
En una forma mística, Sor Natalia recibió información acerca de decisiones secretas y planes que solamente conocían unos cuantos hombres en Budapest en esa época.
Por tanto afirmo que ¡estoy totalmente convencido de que en el caso de Sor Natalia vemos la obra sobrenatural de Nuestro Señor Jesucristo!”
Índice del libro
 

Doctrine touchant au Saint Sacrifice de la Messe

Doctrine touchant au Saint Sacrifice de la Messe  


 
  

Concile de Trente
XXIIème SESSION
Qui est la sixième tenue sous Pie IV souverain pontife, le 17 septembre 1562. Exposition de la doctrine touchant le sacrifice de la messe
Le saint concile de Trente, œcuménique et général, légitimement assemblé sous la conduite du Saint-Esprit, les mêmes légats du Siège apostolique y présidant ; afin que dans la sainte Église catholique, la doctrine et la créance ancienne touchant le grand mystère de l'Eucharistie se maintienne entière et parfaite en toutes ses parties, et se conserve dans sa pureté, en bannissant toutes les erreurs et toutes les hérésies ; instruit par la lumière du Saint-Esprit, déclare, prononce et arrête ce qui suit , pour être enseigné aux fidèles au sujet de l'Eucharistie, considérée comme le véritable et unique sacrifice


CHAPITRE PREMIER : De l'institution du saint sacrifice de la messe
Parce que sous l'ancien Testament, selon le témoignage de l'apôtre saint Paul, il n'y avait rien de parfait ni d'accompli à cause de la faiblesse et de l'impuissance du sacerdoce lévitique, il a fallu. Dieu le Père des miséricordes l'ordonnant ainsi, qu'il se soit levé un autre prêtre selon l'ordre de Melchisédech, savoir Notre-Seigneur Jésus-Christ, lequel pût rendre accomplis et conduire à une parfaite justice tous ceux qui devaient être sanctifiés. Or quoique Notre-Seigneur Dieu dût une fois
s'offrir lui-même à Dieu son Père, en mourant sur l'autel de la croix pour y opérer la rédemption éternelle, néanmoins, parce que son sacerdoce ne devait pas être éteint par la mort, pour laisser à l'Église, sa chère épouse, un sacrifice visible tel que la nature des hommes le requérait, par lequel ce sacrifice sanglant, qui devait s'accomplir une fois en la croix, fût représenté, la mémoire en fût conservée jusqu'à la fin des siècles, et la vertu si salutaire en fût appliquée pour la rémission des péchés que nous commettons tous les jours ; dans la dernière cène, la nuit même qu'il fut livré, se déclarant prêtre établi pour l'éternité selon l'ordre de Melchisédech, il offrit à Dieu le Père son corps et son sang, sous les espèces du pain et du vin, et sous les symboles des mêmes choses, les donna à prendre à ses apôtres, qu'il établissait lors prêtres du nouveau Testament ; et par ces paroles : Faites ceci en mémoire de moi, leur ordonna, à eux et à leurs successeurs dans le sacerdoce, de les offrir, ainsi que l'Église catholique l'a toujours entendu et enseigné.

 Car après avoir célébré l'ancienne pâque, que l'assemblée des enfants d'Israël immolait en mémoire de la sortie d'Egypte, il établit la pâque nouvelle, se laissant lui-même pour être immolé par les prêtres au nom de l'Église, sous des signes visibles, en mémoire de son passage de ce monde à son Père, lorsqu'il nous racheta par l'effusion de son sang, nous arracha de la puissance des ténèbres, et nous transféra dans son royaume. C'est cette offrande pure, qui ne peut être souillée par l'indignité ni par la malice de ceux qui l'offrent, que le Seigneur a prédit par Malachie (cap. l) devoir être en tous lieux offerte toute pure à son nom, qui devait être grand parmi les nations. C'est la même que l'apôtre saint Paul, écrivant aux Corinthiens, a marquée assez clairement, quand il dit (Epist. l, c. 10) que ceux qui sont souillés par la participation de la table des démons, ne peuvent être participants de la table du Seigneur ; entendant en l'un et en l'autre lieu l'autel par le nom de table. C'est elle enfin qui, au temps de la nature et de la loi, était figurée et représentée par diverses sortes de sacrifices, comme renfermant tous les biens qui n'étaient que signifiés par les autres, dont elle était la perfection et l'accomplissement

CHAPITRE II : Que le sacrifice visible de la messe est propitiatoire pour les vivants et pour les morts
Et parce que le même Jésus-Christ qui s'est offert une fois lui-même sur l'autel de la croix avec effusion de son sang, est contenu et immolé sans effusion de sang dans ce divin sacrifice, qui s'accomplit à la messe : dit et déclare le saint concile que ce sacrifice est véritablement propitiatoire, et que par lui nous obtenons miséricorde et trouvons grâce et secours au besoin, si nous approchons de Dieu, contrits et pénitents, avec un cœur sincère, une foi droite, et dans un esprit de crainte et de respect. Car notre Seigneur, apaisé par cette offrande, et accordant la grâce et le don de pénitence, remet les crimes et les péchés, même les plus grands, puisque c'est la même et l'unique hostie, et que c'est le même qui s'offrit autrefois sur la croix qui s'offre encore à présent par le ministère des prêtres, n'y ayant de différence qu'en la manière d'offrir ; et c'est même par le moyen de cette oblation non sanglante que l'on reçoit avec abondance le fruit de celle qui s'est faite avec effusion de sang ; tant s'en faut que par elle on déroge en aucune façon à la première. C'est pourquoi, conformément à la tradition des apôtres, elle est offerte, non seulement pour les péchés, les peines, les satisfactions et les autres nécessités des fidèles qui sont encore vivants, mais aussi pour ceux qui sont morts en Jésus-Christ, et qui ne sont pas encore entièrement purifiés.


CHAPITRE III : Des messes qui se disent en l'honneur des saints
Quoique l'Église ait de coutume de célébrer quelques fois des messes en l'honneur et en la mémoire des saints, elle n'enseigne pourtant pas que le sacrifice leur soit offert, mais bien à Dieu seul qui les a couronnés ; aussi le prêtre ne dit-il pas : Pierre, ou Paul, je vous offre ce sacrifice ; mais, rendant grâce à Dieu de leurs victoires il implore leur protection, afin que pendant que nous faisons mémoire d'eux sur la terre, ils daignent intercéder pour nous dans le ciel.

CHAPITRE IV : Du canon de la messe
Et comme il est à propos que les choses saintes soient saintement administrées, et que de toutes les choses saintes ce sacrifice est le plus saint ; afin qu'il fût offert et reçu avec dignité et respect, l'Église catholique, depuis plusieurs siècles, a établi le saint canon si épuré et si exempt de toute erreur, qu'il n'y a rien dedans qui ne ressente tout à fait la sainteté et la piété, et qui n'élève à Dieu l'esprit de ceux qui offrent le sacrifice, n'étant composé que des paroles mêmes de Notre-Seigneur, des traditions des apôtres, et de pieuses institutions des saints papes.

CHAPITRE V : Des cérémonies de la messe
Or la nature de l'homme étant telle qu'il ne peut aisément et sans quelque secours extérieur s'élever à la méditation des choses divines, pour cela l'Église, comme une bonne mère, a établi certains usages, comme de prononcer à la messe des choses à basse voix, d'autres d'un ton plus haut, et à introduit des cérémonies, comme les bénédictions mystiques, les lumières, les encensements, les ornements, et plusieurs autres choses pareilles, suivant la discipline et la tradition des apôtres, et pour rendre par là plus recommandable la majesté d'un si grand sacrifice, et pour exciter-les esprits des fidèles par ces signes sensibles de piété et de religion à la contemplation des grandes choses qui sont cachées dans ce sacrifice.

CHAPITRE VI : Des messes auxquelles le prêtre seul communie
Le saint concile souhaiterait à la vérité qu'à chaque messe tous les fidèles qui y assisteraient communiassent non seulement spirituellement et par un sentiment intérieur de dévotion, mais aussi par la réception sacramentelle de l'Eucharistie, afin qu'ils participassent plus abondamment au fruit de ce très-saint sacrifice. Cependant, encore que cela ne se fasse pas toujours, il ne condamne pas pour cela comme illicites et à titre de particulières les messes auxquelles le prêtre seul communie sacramentellement ; mais il les approuve et les autorise même, puisque ces mêmes messes doivent être estimées véritablement communes, et parce que le peuple y communie spirituellement, et parce qu'elles sont célébrées par un ministre public de l'Eglise, non seulement pour lui, mais aussi pour tous les fidèles qui appartiennent au corps de Jésus-Christ.

CHAPITRE VII : De l'eau que l'on mêle avec le vin dans le calice
Le saint concile avertit aussi que l'Église a ordonné aux prêtres de mêler de l'eau au vin qui doit être offert dans le calice, tant parce qu'il est à croire que Notre-Seigneur Jésus-Christ en a usé de la sorte, que parce qu'il sortit de son côté de l'eau avec le sang ; et que par le mélange que l'on fait dans le calice, on renouvelle la mémoire de ce mystère ; outre que par là même on représente encore l'union du peuple fidèle avec Jésus-Christ qui en est le chef, les peuples étant signifiés par les eaux dans l'Apocalypse de saint Jean.

CHAPITRE VIII : En quelle langue la messe doit être célébrée.
Quoique la messe contienne de grandes instructions pour les fidèles, il n'a pourtant pas été jugé à propos par les anciens Pères qu'elle fût célébrée partout en langue vulgaire. C'est pourquoi chaque église retenant en chaque lieu l'ancien usage qu'elle a pratiqué, et qui a été approuvé par la sainte Église romaine, la mère et la maîtresse de toutes les églises ; afin pourtant que les brebis de Jésus-Christ ne souffrent pas de faim, et que les petits enfants ne demandent pas du pain sans trouver qui leur en rompe, le saint concile ordonne aux pasteurs, et à tous ceux qui ont charge d'âmes, que souvent au milieu de la célébration de la messe ils expliquent eux-mêmes, ou fassent expliquer par d'autres, quelque chose de ce qui se lit à la messe, et particulièrement qu'ils s'attachent à faire entendre quelque mystère de ce très-saint sacrifice, surtout les jours de dimanches et de fêtes.



CHAPITRE IX : Touchant les canons suivants
Or, d'autant que, contre cette ancienne créance, fondée et établie sur le saint Évangile, sur la tradition des apôtres et sur la doctrine des saints Pères, il s'est répandu en ce temps quantité d'erreurs, et que plusieurs se mêlent d'enseigner et de soutenir diverses choses contraires : le saint concile, après avoir mûrement et soigneusement agité et discuté toutes ces matières, a résolu, du consentement unanime de tous les Pères, de condamner, et de bannir de la sainte Église, par les canons suivants, tout ce qui est contraire à la pureté de cette créance, et de cette sainte doctrine.


DU SACRIFICE DE LA MESSE
CANON l
Si quelqu'un dit qu'à la messe on n'offre pas à Dieu un véritable et propre sacrifice, ou qu'être offert n'est autre chose que Jésus-Christ nous être donné à manger : Qu'il soit anathème.

CANON II
Si quelqu'un dit que par ces paroles (l Cor. Il, Luc. 22) : Faites ceci en mémoire de moi, Jésus-Christ n'a pas établi les apôtres prêtres, ou n'a pas ordonné qu'eux et les autres prêtres offrissent son corps et son sang : Qu'il soit anathème.

CANON III
Si quelqu'un dit que le sacrifice de la messe est seulement un sacrifice de louange et d'action de grâces, ou une simple mémoire du sacrifice qui a été accompli à la croix, et qu'il n'est pas propitiatoire, ou qu'il n'est profitable qu'à celui qui le reçoit, et qu'il ne doit point être offert pour les vivants et pour les morts, pour les péchés, les peines, les satisfactions, et pour toutes les autres nécessités : Qu'il soit anathème.

CANON IV
Si quelqu'un dit que par le sacrifice de la messe on commet un blasphème contre le très saint sacrifice de Jésus-Christ consommé en la croix, ou qu'on y déroge : Qu'il soit anathème.

CANON V
Si quelqu'un dit que c'est une imposture de célébrer des messes en l'honneur des saints, et pour obtenir leur entremise auprès de Dieu, comme c'est l'intention de l'Église : Qu'il soit anathème.

CANON VI
Si quelqu'un dit que le canon de la messe contient des erreurs, et que pour cela il en faut supprimer l'usage : Qu'il soit anathème.

CANON VII
Si quelqu'un dit que les cérémonies, les ornements et les signes extérieurs dont use l'Église catholique dans la célébration de la messe, sont plutôt des choses qui portent à l'impiété, que des devoirs de piété et de dévotion : Qu'il soit anathème.

CANON VIII
Si quelqu'un dit que les messes auxquelles le seul prêtre communie sacramentellement sont illicites, et que pour cela il en faut faire cesser l'usage : Qu'il soit anathème.

CANON IX
Si quelqu'un dit que l'usage de l'Église romaine de prononcer à basse voix une partie du canon et les paroles de la consécration doit être condamné ; ou que la messe ne doit être célébrée qu'en langue vulgaire ; ou qu'on ne doit point mêler d'eau avec le vin qui doit être offert dans le calice, parce que c'est contre l'institution de Jésus-Christ : Qu'il soit anathème.

DÉCRET touchant les choses qu'il faut observer et éviter dans la célébration de la messe
Il sera aisé à chacun de juger quel soin il faut apporter pour célébrer le très saint sacrifice de la messe avec tout le respect et toute la vénération dont on doit user dans les choses de religion, si on considère que celui qui fait l'œuvre de Dieu avec négligence est traité de maudit dans les saintes Lettres.
 Car, si nous sommes nécessairement obligés d'avouer que les fidèles ne peuvent exercer aucune œuvre si sainte ni si divine que ce mystère terrible dans lequel cette hostie vivifiante, par laquelle nous avons été réconciliés à Dieu le Père, est tous les jours immolée sur l'autel par les prêtres, il parait assez clairement qu'il faut mettre tout son soin et toute son application pour faire cette action avec la plus grande netteté et pureté intérieure du cœur, et la plus grande piété et dévotion extérieure qu'il est possible.
Mais comme il semble que, soit par relâchement des temps, soit par la corruption et la négligence des hommes, il se soit glissé plusieurs choses fort contraires à la dignité d'un si grand sacrifice, pour rétablir l'honneur et le culte qui lui est dû, à la gloire de Dieu et à l'édification des fidèles, le saint concile ordonne que les évêques ordinaires des lieux auront un soin très particulier, et seront tenus de défendre et abolir tout ce qui s'est introduit, ou par l'avarice, qui est une manière d'idolâtrie ; ou par l'irrévérence, qui est presque inséparable de l'impiété ; ou par la superstition, qui est une fausse imitatrice de la véritable piété. Et pour renfermer beaucoup de choses en peu de paroles: premièrement, pour ce qui .regarde l'avarice, ils défendront absolument toutes sortes de conditions et de pactes pour quelques récompenses et salaires que ce soit, et tout ce qui se donne quand il se dit des premières messes ; comme aussi ces demandes d'aumônes si pressantes et si mésséantes, qu'on les doit plutôt appeler des exactions ; et toutes autres choses pareilles qui sont peu éloignées de la simonie, ou qui sentent au moins un trafic sordide et honteux.

En second lieu, pour éviter l'irrévérence, ils défendront, chacun dans son diocèse, de laisser dire la messe à aucun prêtre vagabon et inconnu ; ils ne permettront non plus à aucun, qui soit publiquement et notoirement prévenu de crime, ni de servir au saint autel, ni d'être présent aux saints mystères ; et ne souffriront que le saint sacrifice soit offert par quelques prêtres que ce soit, séculiers ou réguliers dans des maisons particulières, ni aucunement hors de l'église et des chapelles dédiées uniquement au service divin, et qui seront pour cela désignées et visitées par les mêmes ordinaires ; et à condition encore que ceux qui y assisteront feront connaître, par leur modestie et leur maintien extérieur, qu'ils sont présents, non seulement de corps, mais aussi d'esprit et de cœur dans une sainte attention. Ils banniront aussi de leurs églises toutes sortes de musique, dans lesquelles, soit sur l'orgue ou dans le simple chant, il se mêle quelque chose de lascif ou d'impur, aussi bien que toutes les actions profanes, discours et entretiens vains et d'affaires du siècle, promenades, bruits, clameurs, afin que la maison de Dieu puisse paraître et être dite véritablement une maison d'oraison.

Enfin, pour ne laisser aucun lieu à la superstition, ils ordonneront, par mandement exprès et sous les peines qu'ils jugeront à propos, que les prêtres ne disent la messe qu'aux heures convenables, et qu'ils n'admettent dans la célébration de la messe aucunes autres pratiques, cérémonies ni prières que celles qui ont été approuvées par l'Église et reçues par un usage louable et fréquent. Ils aboliront aussi entièrement dans leurs églises l'observation d'un certain nombre de messes; et de lumières, qui a été inventée par une manière de superstition, plutôt que par un esprit de véritable piété ; et ils apprendront aux peuples quel est et d'où principalement procède le fruit si précieux et tout céleste de ce très-saint sacrifice ; et les avertiront aussi d'aller souvent à leurs paroisses, au moins les dimanches et jours de grandes fêtes.
Or, tout ce qui vient d'être sommairement touché doit être entendu proposé à tous les ordinaires des lieux, de telle manière que par la puissance qui leur est donnée par le saint concile, et même comme délégués du saint Siège apostolique, non seulement ils puissent défendre, ordonner, réformer et établir tout ce que dessus, mais aussi toutes les autres choses qui leur paraîtront y avoir relation, et obliger les fidèles à les observer inviolablement, par censures ecclésiastiques et autres peines qu'ils jugeront à propos d'établir, nonobstant tous privilèges, exemptions, coutumes et appellations quelconques.
fonte:Association Ad majorem Dei gloriam

Reginald Garrigou-Lagrange - on his life and his works on the web

Reginald Garrigou-Lagrange - on his life and his works on the web

Reginald (Gontran-Marie) Garrigou-Lagrange was born in France in 1877 and died in Rome in 1964.

He started to study medicine at the university of Bordeaux, but in 1897, under the impact of his deep conversion, he left the university and entered the Dominican order.

From 1909 to 1959 he taught fundamental theology and dogmatic in the Angelicum in Rome, and in 1917 he founded the first department of spiritual theology.

He has been considered the most important Thomist theologian of the 20th century. His achievement was particularly significant on the field of spiritual theology.

ON HIS LIFE ON THE WEB:

- Reginald Garrigou-Lagrange OP
- A Saint in Heaven
- The Last Battle of Garrigou-Lagrange
- Padre Gontran Garrigou-Lagrange
- Réginald Garrigou-Lagrange Il mostro sacro del Tomismo

BIBLIOGRAPHY:

- Bibliografie P. Reginalda Garrigou-Lagrange OP
- Reginald Garrigou-Lagrange
- Fonti bibliografiche su P. Réginald Garrigou-Lagrange
- Tutte le opere di p. Garrigou-Lagrange

HIS WORKS:

in English;
- THE THREE AGES OF THE INTERIOR LIFE.
- THE THREE WAYS OF THE SPIRITUAL LIFE.
- LIFE EVERLASTING.
- CHRIST THE SAVIOR.
- CHRIST THE SAVIOUR - A Commentary on the Third Part of St Thomas' Theological Summa
- REALITY—A Synthesis Of Thomistic Thought.
- PROVIDENCE.
- THE TRINITY AND GOD THE CREATOR.
- GRACE: Commentary on the Summa Theologica of St. Thomas.
- Commentaries on the Summa written by Pere Reginald Garrigou-Lagrange, O.P.
- THE ONE GOD - A Commentary on the First Part of St Thomas' Theological Summa
- PREDESTINATION
- The Priesthood and Perfection
- Excerpts from fr. Garrigou-Lagrange OP
- Excerpts from Garrigou-Lagrange's commentary on De Eucharistia
- The Mother of the Savior
- Where is the New Theology Leading Us?

en français
- Les Trois äges de la vie Intérieure
- La Mère du Sauveur et notre vie intérieure
- La Providence et la confiance en Dieu
- L'Éternelle vie et la profondeur de l'Âme
- Les trois conversions et les trois Voies
- Le sens commun
- La synthèse thomiste
- La Mère du Sauveur et notre vie intérieure
- Articles:
- La Royauté universelle du Christ
- L'unique personnalité du Christ
- Le sacerdoce du Christ
- Le Christ Chef mystique de l'Eglise
- Le Cœur eucharistique de Jésus et le don parfait de Lui-même
- La Sainte Trinité en nous
- La Sainte Trinité et le don de soi
- Les convenances de l'Incarnation et notre vie spirituelle
- Le progrès spirituel en Marie
- Du gouvernement royal
- La joie d’être enfant de Dieu
- La charité et les béatitude
- L'efficacité de la prière
- La Prééminence de saint Joseph sur tout autre saint
- Comment devons-nous nous abandonner à la Providence ?
- Le Discernement des esprits

en español
- Las tres edades de la vida interior
- La sintesis tomista

in italiano
- Sacerdote con Cristo
 Sacerdote e Vittima
 
http://hortuscarmeli-eng.blogspot.pt/2012/02/reginald-garrigou-lagranges-biography.htm

SPIRITUALITÉ DE LA MESSE

Spiritualité de la Messe

De Salve Regina.

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Liturgie
Salve Regina
La messe unit le ciel et la terre
Description : La messe et notre vie spirituelle
Thèmes similaires : Etudes sur la Messe ; Réforme des rites avant 1969 ; La réforme de 1969 ; Rituel des sacrements ; Les sacramentaux

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L’Eucharistie est le plus grand et le plus incomparable des sacrements : non seulement il nous donne la grâce, mais il contient la source de toute grâce, le Christ lui-même. L’Eucharistie se présente à nous sous un double aspect : elle est en même temps sacrement et sacrifice.

Comme sacrement, l’Eucharistie est à la fois la Présence réelle de Jésus-Christ, sous les apparences du pain et du vin, et l’union intime du Christ avec l’âme chrétienne dans la Communion.

Comme sacrifice, l’Eucharistie est l’unique et parfait sacrifice du culte catholique. Jésus a voulu que l’acte de culte par excellence des religions antiques, à savoir le sacrifice, fût remplacé par le seul sacrifice parfait et agréable à Dieu : celui de la Croix, renouvelé (rendu à nouveau présent) à chaque Messe. C’est pour cela que l’on parle du Saint Sacrifice de la Messe.

Selon St Jean Eudes, le Saint-Sacrifice de la Messe est quelque chose de si grand qu’il faudrait trois éternités pour l’offrir dignement : la première pour s’y préparer ; la seconde pour le célébrer ; la troisième pour rendre de justes actions de grâces…


La Messe

L'assistance à la Messe, source de vie spirituelle par le P. Garrigou-Lagrange, O.P. ♦♦
L'âme du Saint-Sacrifice de la Messe par le P. Garrigou-Lagrange, O.P. ♦♦
La Messe et la mort par le P. Garrigou-Lagrange, O.P. ♦♦
Le sacrifice eucharistique par le P. Emmanuel


La Communion

Les communions sans action de grâces par le P. Garrigou-Lagrange, O.P. ♦♦
La communion spirituelle (DTC) par H. Moureau ♦♦
La communion spirituelle (DS) par Mgr Louis de Bazelaire ♦♦
Communier avec fruit ; Préparation, action de grâce et bienfaits du rite tridentin par l'abbé Q. Sauvonnet ♦

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