sexta-feira, 30 de abril de 2010

Misa tradicional en Dublin (Irlanda)

 Quantcast

Dublin Latin Mass Chaplaincy informa que desde un 15 de septiembre de 2007 y por una ejemplar disposición del Arzobispo, Mons. Diarmuid Martin, se estableció una Capellanía en St. Kevin’s Church, Harrington St, Dublin 8, para la atención pastoral de los fieles que desean seguir los libros litúrgicos antiguos. Así, en dicha capellanía además de celebrarse la Santa Misa los días domingo y demás días de la semana, se celebran bautismos, bodas, funerales, y demás Sacramentos, según los libros litúrgicos de 1962.
fonte:una voce Córdoba

.CARTA ENCÍCLICA DO PAPA PIO XII MEDIATOR DEI e outras postagens recentes em "Missa Gregoriana em Portugal"

Prólogo del P. Malachi Martin al libro "EN LAS AGUAS TURBIAS DEL VATICANO II" de Atila Sinke Guimarães

 


EN LAS AGUAS TURBIAS DEL VATICANO II

¿Por qué esta obra?
El objetivo de la obra de 11 volúmenes Eli, Eli, lamma sabacthani? es el análisis del Concilio ecuménico Vaticano II respecto a la letra de los documentos conciliares, su espíritu, su pensamiento de fondo y sus frutos. El segundo objetivo es el estudio de la unidad que dichos elementos presentan entre sí.
Este análisis es hecho en base a la doctrina católica tradicional y el sensus fidelium (el sentido común en materia de fe y moral con que el Espíritu Santo asiste a los fieles).
El enfoque adoptado es una visión de conjunto del Concilio. Al estudiar los documentos conciliares, el autor notó la existencia de contradicciones en un cierto número de puntos con el magisterio perenne de la Iglesia y de puntos que contrariaban el sensus fidelium. Preguntándose cuál sería la unidad de fondo que explicaría tales puntos en conflicto, bien como los frutos conciliares que de ellos procedieron, el autor construyó un cuadro de conjunto que proyecta una luz sobre tales puntos.
Hay que destacar que este análisis del Concilio fue una iniciativa del prof. Plinio Corrêa de Oliveira, la cual surgió como un imperativo de conciencia y fue él quien invitó e incentivó al autor a realizar tal tarea.
El plan de esta obra es el siguiente:
1° El análisis de la letra de los documentos conciliares (volumen I).
2° El análisis del espíritu del Concilio (volúmenes II, III, IV y V).
3° El análisis de los frutos del Vaticano II (además de los tratados en los volúmenes anteriores, especialmente los volúmenes VI, VII, IX, X y XI).
Para un mayor conocimiento de este primer volumen recién editado es lengua española, ofrecemos a continuación el contenido del índice de En las Aguas Turbias del Concilio Vaticano II:

ÍNDICE

Prólogo especial del P. Malachi Martin, SJ…
Prólogo…

INTRODUCCIÓN GENERAL A LA COLECCIÓN ELI, ELI, LAMMA SABACTHANI?

Homenaje y Gratitud…
Información General…
Abreviaturas…
Notas sobre el estilo…
Introducción General a la Colección…

VOLUMEN I

EN LAS AGUAS TURBIAS DEL CONCILIO VATICANO II

Aclaraciones…
Introducción al Volumen I…

CAPÍTULOS

I. AMBIGÜEDAD EN LOS TEXTOS DE LOS DOCUMENTOS OFICIALES DEL VATICANO II
II. ¿POR QUÉ LA AMBIGÜEDAD?...
III. TESTIMONIOS AUTORIZADOS SOSTIENEN QUE EL LENGUAJE DEL VATICANO II ES AMBIGUO
IV. ESTRATEGIAS QUE PERMITIERON LA AMBIGÜEDAD DURANTE EL CONCILIO
1. La ambigüedad para conseguir la unanimidad…
2. La ambigüedad para preparar el futuro…
V. DESPUÉS DEL CONCILIO, LA AMBIGÜEDAD ESTIMULÓ A LOS PROGRESISTAS A EXTRAER DE ÉL CONSECUENCIAS INCLUSO MÁS RADICALES
VI. LA AMBIGÜEDAD: FRUTO DEL CHOQUE ENTRE DOS PENSAMIENTO OPUESTOS
1. Dos concepciones de la Iglesia chocan entre sí…
2. En las aguas turbias del Concilio Vaticano II, el encuentro de dos ríos…
3. Síntesis: el nombre dado a la ambigüedad para favorecer al progresismo…
4. ¿Concilio pastoral? ¿Concilio dogmático? Desencuentro de interpretaciones. ¿Quién se beneficia de la confusión?...
A. Calificación teológica del Vaticano II…
a) En la historia de los Concilios, las dos calificaciones – dogmático y pastoral – no se excluyen mutuamente…
b) Según el tema que trató, el Vaticano II es simultáneamente dogmático y pastoral…
c) Razones de conveniencia en calificar al Vaticano II como pastoral…
d) El énfasis dado por Juan XXIII y Paulo VI a los aspectos pastorales del Concilio no excluye su calificación teológica…
e) El tono dogmático es acentuado en la promulgación de los documentos…
f) La característica pastoral está enfatizada en las notas previas…
B. Una consideración práctica: la ambigüedad en la calificación teológica sirve como instrumento para la victoria progresista…
VII. ¿HAY UNA DOCTRINA SUBYACENTE EN LA AMBIGÜEDAD?...
1. Una teología vacilante sería normal…
2. Subyacente a la ambigüedad, la doctrina de la evolución universal…
3. Ecclesia sempre reformanda
VIII. OTRA FUENTE DE AMBIGÜEDAD: OMISIONES TENDENCIOSAS
1. Virginidad de la Santísima Virgen…
2. Pecado original…
3. Existencia del infierno…
4. Distinción entre la Iglesia militante y la Iglesia triunfante…
5. El carácter romano de la Iglesia…
6. Sobrevivencia de los patriarcados occidentales…
7. La posición del Concilio frente al psicoanálisis freudiano…
IX. UNA CONSECUENCIA DOCTRINARIA DE LA AMBIGÜEDAD: CONCESIONES A LAS FALSAS RELIGIONES Y AL MUNDO MODERNO
1. Concesiones a las otras religiones…
A. Ambigüedades en el lenguaje conciliar y post-conciliar relativos a la reforma litúrgica del Santo Sacrificio de la Misa…
a. Extractos de la Sacrosanctum Concilium que abren camino para cambios en la liturgia de la Misa…
b. Las modificaciones del Misal de 1969 y la remodelación de 1970…
c. Un ejemplo de la ambigüedad tendenciosa: el papel sacerdotal del pueblo…
d. Dos puntos extremadamente importantes…
e. Otros temas, que no son estudiados aquí, en la reforma de la Misa…
f. Las ambigüedades en los nuevos documentos contienen profundas afinidades con los ritos protestantes…
g. Conclusiones sobre la protestantización de la Iglesia a partir de la reforma litúrgica…
B. Múltiples concesiones a las falsas religiones…
2. Concesiones al mundo moderno…
A. Ambigüedad en el lenguaje conciliar en relación al concepto de mundo…
B. Adaptación de la Iglesia al mundo: consideraciones generales…
C. La Iglesia ya no debe influenciar y orientar el orden temporal, sino adaptarse a él…
D. En la adaptación de la Iglesia al mundo, los límites entre las esferas espiritual y temporal comienzan a diluirse…
E. Detrás del concepto de adaptación se vislumbra la noción de una divina revelación en el mundo y en la historia (…)…
F. (…) que exige una nueva teología…
G. Tal doctrina implica también la virtual destrucción de la Cristiandad (…)…
H. (…) y la predicación del socialismo…
X. OTRAS CONSECUENCIAS: LA AMBIGÜEDAD CONCILIAR PROVOCA UNA CRISIS DE DISCIPLINA, GENERANDO UNA CRISIS DE FE Y MORAL
1. Crisis de unidad en la Iglesia…
2. Impasse estratégico…
3. Moderados y radicales lamentan la aparición de la reacción conservadora…
4. Inconformidad de los radicales con la lentitud de los líderes moderados…
5. Entre los progresistas, la autoridad pierde credibilidad y es desafiada…
6. Crisis en el clero y en las órdenes religiosas…
A. Crisis en el clero secular…
a. Abandono del ministerio, descenso en el número de vocaciones, escasez de sacerdotes…
b. Oposición al celibato sacerdotal y el fenómeno de los sacerdotes casados…
c. El escándalo del concubinato eclesiástico…
d. Sacerdotes sucumben al vicio del alcoholismo
e. Homosexualidad en el clero…
B. Crisis de las órdenes religiosas…
a. Un ejemplo paradigmático: La Compañía de Jesús…
b. Crisis entre las religiosas…
7. Crisis de fe entre los fieles…
CONCLUSIÓN
APÉNDICE
BIBLIOGRAFÍA
ÍNDICE DE MATERIAS
ÍNDICE DE ANALÍTICO Y ONOMÁSTICO
PARA COMPRAR VARIAS ALTERNATIVAS

CARTA ENCÍCLICA DO PAPA PIO XII MEDIATOR DEI SOBRE A SAGRADA LITURGIA



Aos veneráveis irmãos Patriarcas, Primazes,
Arcebispos, Bispos e aos outros Ordinários locais
em paz e comunhão com a Sé Apostólica

INTRODUÇÃO

1. "O mediador entre Deus e os homens", (1) o grande pontífice que penetrou os céus, Jesus filho de Deus,(2) assumindo a obra de misericórdia com a qual enriqueceu o gênero humano de benefícios sobrenaturais, visou sem dúvida a restabelecer entre os homens e o Criador aquela ordem que o pecado tinha perturbado e a reconduzir ao Pai celeste, primeiro princípio e último fim, a mísera estirpe de Adão, infeccionada pelo pecado original. E por isso, durante a sua permanência na terra, não só anunciou o início da redenção e declarou inaugurado o reino de Deus, mas ainda cuidou de promover a salvação das almas pelo contínuo exercício da pregação e do sacrifício, até que, na cruz, se ofereceu a Deus qual vítima imaculada para "purificar a nossa consciência das obras mortas, para servir a Deus vivo".(3) Assim, todos os homens, felizmente chamados do caminho que os arrastava à ruína e à perdição, foram ordenados de novo a Deus, a fim de que, com sua pessoal colaboração na obra da própria santificação, fruto do sangue imaculado do Cordeiro, dessem a Deus a glória que lhe é devida.

Extraordinary Form Conference in Portugal(Fátima). Worhshop em Fátima de 8 a 11 de Setembro sobre a Missa Gregoriana


Extraordinary Form Conference in Portugal

 

Join the Canons Regular of St. John Cantius from September 8-11, 2010, in Fatima, Portugal, for a liturgical conference on the Extraordinary Form of the Roman Rite. Priests, deacons, seminarians are encouraged to attend. Conferences will also be open to religious brothers and sisters as well as the laity.
Conferences will explain the rubrics of the Traditional Latin Mass, the spirituality and history of this ancient form of the Roman Rite, a treasury of grace, which Pope Benedict XVI has restored to the entire Church. Translators will be provided at the conference.
If you are interested to attend this conference from Wednesday evening, September 8 through mid-day on Saturday, September 11, please email Fr. Scott Haynes at sanctamissa@sanctamissa.orgsanctamissa@sanctamissa.org. Those conversant in Portuguese may email sanctamissa.portugal@gmail.comsanctamissa.portugal@gmail.com.
For more information in Portuguese visit http://sanctamissaportugal.wordpress.com/
Promote Sancta Missa’s September 2010 Liturgical Conference in Portugal
1) Link to this webpage in English or in Portuguese
2) Attend this conference. Travel arrangements will be posted soon.
3) Download our poster (EnglishPortuguese) and share with others

fonte:http://www.canons-regular.org/go/news/read/extraordianary-form-conference-in-portugal/

 

Worhshop em Fátima de 8 a 11 de Setembro sobre a Missa Gregoriana













Nós, Cónegos Regulares de S. João Câncio (CRSJC), começamos este apostolado em Terras de Santa Maria, num ano de Graça para Portugal.  Ano em que o Sumo Pontífice, o Papa Bento XVI, peregrina ao Santuário de Nossa Senhora do Rosário de Fátima. Estar junto a Pedro é sempre uma experiência fortíssima de fé na catolicidade da Igreja Una e Santa.
É nosso desejo realizar as exigências do nosso Carisma - Instaurare sacra – também em Portugal. Por conseguinte, queremos ajudar a promover, na Igreja portuguesa, uma resposta ao apelo feito pelo Santo Padre com o Motu Proprio Summorum pontificum cura.
Para melhor podermos preparar o nosso apostolado, pedimos a colaboração de todos quantos gostavam de conhecer mais profundamente e mesmo aprender a celebrar a Santa Missa na forma extraordinária do Rito Romano – Sacerdotes (indicar Diocese), Diáconos (indicar Diocese), Seminaristas (indicar ano e Diocese), Consagrados (indicar congregação), Leigos (indicar Diocese). Desde modo, pode votar na sondagem (que surge no fim deste post) e validar o seu voto enviando-nos um e-mail para sanctamissa.portugal@gmail.com, com o seu nome (mais indicação pedida) e contacto . De modo a permitir-nos perceber a pertinência desta acção em Portugal.
Que tudo seja ad majorem Dei gloriam!

Participaria num Workshop sobre a Santa Missa na forma extraordinária do Rito Romano em Fátima?
Quantcast
Publicado em Abertura

fonte:http://sanctamissaportugal.wordpress.com/

Non ha senso parlare di abusi liturgici, quando il vero grande abuso é stata la riforma. Concilio di Trento SESSIONE XII (10 settembre 1551) Capitolo VII. Della preparazione necessaria per ricevere degnamente la santa eucarestia.

Intervista di Bruno Volpe a Don Davide Pagliarani

La chiesa cattolica ricorda la memoria di San Pio V, un Papa che ha lasciato il segno nella storia, un glorioso e luminoso Pontefice che la saggezza della Chiesa ha elevato alla gloria degli altari. Ricordiamo la figura di questo Papa e Santo con don Davide Pagliarani, Superiore della Fraternità Sacerdotale San Pio X. Don Davide, che cosa risalta maggiormente in San Pio V?: " ebbe molti meriti anche storici, ma quello che maggiormente mi preme evidenziare, fu la sua saggezza liturgica". In che cosa si concretizza?: " in verità lui non creò alcun messale,perché la messa non si scrive dal nulla, ma riordinò con cura anni di tradizione dando molta disciplina, ragion per cui sarebbe meglio definire il messale antico non come di San Pio V, ma gregoriano". Una messa che ha forgiato intere generazioni di fedeli: " il suo fu un bel libro liturgico che ha sfidato i secoli, ed é la messa di sempre, di ieri, di oggi e di domani. Lui non crea, ma restaura la tradizione, di questa resturazione abbiamo bisogno oggi, in tempi di assoluta anarchia teologica e liturgica".

Ritiene compatibile il vecchio messale con quello del Novus Ordo?: " le due liturgie sono del tutto incompatibili e non possono convivere nella stessa chiesa per una diversa concezione ecclesiologica che ne é alla base. La messa antica rispetta la fedeltà alla tradizione, quella del Novus Ordo, che ha fallito, é una messa creata chirugicamente a tavolino, con i dosaggi degli esperti, per non scontentare nessuno e la si può definire una messa protestante, non accettabile dal punto di vista cattolico. Per noi la sola messa valida é quella antica e su questo non esistono vie di mezzo".

Chi fu storicamente San Pio V?: " in tempi di relativismo e di finto dialogo, egli rappresentò il Papa della fermezza della fede, del Rosario. Il Papa di Lepanto che con la sua preghiera seppe salvare l ' Europa e il mondo occidentale, dalla catastrofe turca e quindi dall' Islam. Dobbiamo essere sempre grati a San Pio V".

Ultimamente un quotidiano nazionale ha pubblicato le finte confessioni di una giornalista che é andata in giro per Roma, dichiarandosi lesbica. Poi ha pubblicato le varie risposte dei preti: " un atto sacrilego, disdicevole e da condannare. Una vergogna e spero che i responsabili della Chiesa protestino e prendano una posizione chiara contro questa infamia". Detto questo, sorprendono le diversità dei sacerdoti nelle risposte: " la risposta era una sola: tu sei in peccato, perché la omosessualità al maschie o al femminile é un peccato che grida vendetta davanti a Dio. La assoluzione si può amministrare solo dietro la presenza di un reale e concreto pentimento, consistente nella volontà di cambiare vita".

Come spiega la posizioni diverse dei vari ministri?: " non mi meravigliano. Fa parte del relativismo della Chiesa di oggi nella quale manca una teologia ufficiale ed uniforme ed ognuno dice la sua. In questo clima rilassato e protestante, la forza del magistero unico e decretato dal papa, é svanita, stessa cosa che accade nella liturgia. Non ha senso parlare di abusi liturgici, quando il vero grande abuso é stata la riforma".

Le piace la cripta dove hanno traslato le spoglie mortali di Padre Pio?: " attenzione. La Chiesa ha sempre deicato alla glroria di Dio elegenza e decoro, anche solennità e ha fatto bene, anche se le chiese moderne non sempre rispecchiano questo concetto.Ma la cripta di Padre Pio mi pare di cattivo gusto,pacchiana e ricorda un tempio islamico od orientale".

meminisse iuvabit


Concilio di Trento
SESSIONE XII (10 settembre 1551)

Capitolo VII.
Della preparazione necessaria per ricevere degnamente la santa eucarestia.

Se non è lecito ad alcuno partecipare a qualsiasi sacra funzione, se non santamente, certo, quanto più il cristiano percepisce la santità e la divinità di questo celeste sacramento, tanto più diligentemente deve guardarsi dall’avvicinarsi a riceverlo senza una grande riverenza e santità, specie quando leggiamo presso l’apostolo quelle parole, piene di timore: Chi mangia e beve indegnamente, mangia e beve il proprio giudizio, non distinguendo il corpo del Signore (221).

Chi, quindi, intende comunicarsi, deve richiamare alla memoria il suo precetto: L’uomo esamini se stesso (225). E la consuetudine della chiesa dichiara che quell’esame è necessario così che nessuno, consapevole di peccato mortale, per quanto possa credere di esser contrito, debba accostarsi alla santa eucarestia senza aver premesso la confessione sacramentale.

Il santo sinodo stabilisce che questa norma si debba sempre osservare da tutti i cristiani, anche da quei sacerdoti che sono tenuti per il loro ufficio a celebrare, a meno che non manchino di un confessore. Se poi, per necessità, il sacerdote celebrasse senza essersi prima confessato, si confessi al più presto.

Capitolo VIII.
Dell’uso di questo ammirabile sacramento.

Quanto al retto e sapiente uso, i nostri padri distinsero tre modi di ricevere questo santo sacramento. Dissero, infatti, che alcuni lo ricevono solo sacramentalmente, come i peccatori. Altri solo spiritualmente, quelli, cioè che desiderando di mangiare quel pane celeste, loro proposto, con fede viva, che agisce per mezzo dell’amore (226), ne sentono il frutto e l’utilità. Gli altri lo ricevono sacramentalmente e spiritualmente insieme, e sono quelli che si esaminano e si preparano talmente prima, da avvicinarsi a questa divina mensa vestiti della veste nuziale (227).

Nel ricevere la comunione sacramentale fu sempre uso, nella chiesa di Dio, che i laici la ricevessero dai sacerdoti; e che i sacerdoti che celebrano si comunicassero da sé. Quest’uso, che deriva dalla tradizione apostolica, deve a buon diritto esser osservato.

Finalmente questo santo sinodo con affetto paterno esorta, prega e supplica, per la misericordia del nostro Dio (228), che tutti e singoli i cristiani convengano una buona volta e siano concordi in questo segno di unità, in questo legame di amore, in questo simbolo di concordia; e che, memori di tanta maestà e di così meraviglioso amore di Gesù Cristo, nostro signore, che sacrificò la sua vita diletta come prezzo della nostra salvezza, e ci diede la sua carne da mangiare (229), credano e venerino questi sacri misteri del suo corpo e del suo sangue con tale costanza e fermezza di fede, con tale devozione dell’anima, con tale pietà ed ossequio, da poter ricevere frequentemente quel pane supersostanziale (230), ed esso sia davvero per essi vita dell’anima e perpetua sanità della mente, cosicché, rafforzati dal suo vigore, da questo triste pellegrinaggio possano giungere alla patria celeste, dove potranno mangiare, senza alcun velo, quello stesso pane degli angeli (231), che ora mangiano sotto sacre specie.

Ma poiché non basta dire la verità, se non si scoprono e non si ribattono gli errori, è piaciuto al santo sinodo aggiungere questi canoni, di modo che tutti, conosciuta ormai la dottrina cattolica, sappiano anche da quali eresie devono guardarsi e devono evitare.

CANONI SUL SANTISSIMO SACRAMENTO DELL’EUCARESTIA

1. Se qualcuno negherà che nel santissimo sacramento dell’eucarestia è contenuto veramente, realmente, sostanzialmente il corpo e il sangue di nostro signore Gesù Cristo, con l’anima e la divinità, e, quindi, tutto il Cristo, ma dirà che esso vi è solo come in un simbolo o una figura, o solo con la sua potenza, sia anatema.

2. Se qualcuno dirà che nel santissimo sacramento dell’eucarestia assieme col corpo e col sangue di nostro signore Gesù Cristo rimane la sostanza del pane e del vino e negherà quella meravigliosa e singolare trasformazione di tutta la sostanza del pane nel corpo, e di tutta la sostanza del vino nel sangue, e che rimangono solamente le specie del pane e del vino, - trasformazione che la chiesa cattolica con termine appropriatissimo chiama transustanziazione, - sia anatema.

3. Se qualcuno dirà che nel venerabile sacramento dell’eucarestia, fatta la separazione, Cristo non è contenuto in ognuna delle due specie e in ognuna delle parti di ciascuna specie, sia anatema.

4. Se qualcuno dirà che, fatta la consacrazione, nel mirabile sacramento dell’eucarestia non vi è il corpo e il sangue del signore nostro Gesù Cristo, ma solo nell’uso, mentre si riceve, e non prima o dopo; e che nelle ostie o parti consacrate, che dopo la comunione vengono conservate e rimangono, non rimane il vero corpo del Signore, sia anatema.

5. Se qualcuno dirà che il frutto principale della santissima eucarestia è la remissione dei peccati, o che da essa non provengono altri effetti, sia anatema.

6. Se qualcuno dirà che nel santo sacramento dell’eucarestia Cristo, unigenito figlio di Dio, non debba essere adorato con culto di latria, anche esterno; e, quindi, che non debba neppure esser venerato con qualche particolare festività; ed esser portato solennemente nelle processioni, secondo il lodevole ed universale rito e consuetudine della santa chiesa; o che non debba essere esposto alla pubblica venerazione del popolo, perché sia adorato; e che i suoi adoratori sono degli idolatri, sia anatema.

7. Se qualcuno dirà che non è lecito conservare la santa eucarestia nel tabernacolo; ma che essa subito dopo la consacrazione debba distribuirsi agli astanti; o non esser lecita che essa venga portata solennemente agli ammalati, sia anatema.

8. Se qualcuno dirà che Cristo, dato nell’eucarestia, si mangia solo spiritualmente, e non anche sacramentalmente e realmente, sia anatema.

9. Se qualcuno negherà che tutti e singoli i fedeli cristiani dell’uno e dell’altro sesso, giunti all’età della ragione, sono tenuti ogni anno, almeno a Pasqua, a comunicarsi, secondo il precetto della santa madre chiesa, sia anatema.

10. Se qualcuno dirà che non è lecito al sacerdote che celebra comunicare se stesso, sia anatema.

11. Se qualcuno dirà che la fede è preparazione sufficiente per ricevere il sacramento della santissima eucarestia, sia anatema.

E perché un così grande sacramento non sia ricevuto indegnamente e, quindi, a morte e a condanna, lo stesso santo sinodo stabilisce e dichiara che quelli che hanno la consapevolezza di essere in peccato mortale, per quanto essi credano di essere contriti, se vi è un confessore, devono necessariamente premettere la confessione sacramentale.

Se poi qualcuno crederà di poter insegnare, predicare o affermare pertinacemente il contrario, o anche difenderlo in pubblica disputa, perciò stesso sia scomunicato.
 
fonte:una Fides

Visita del Santo Padre alla Pontificia Commissione "Ecclesia Dei" e pio transito del Card. Mayer

Il Card. Paul Augustin Mayer primo Presidente
della Pontificia Commissione "Ecclesia Dei"

VISITA DEL SANTO PADRE ALLA CONGREGAZIONE PER LA DOTTRINA DELLA FEDE E ALLA PONTIFICIA COMMISSIONE "ECCLESIA DEI"

Alle ore 18 di questo pomeriggio, il Santo Padre Benedetto XVI si è recato in visita alla Congregazione per la Dottrina della Fede.
Al suo arrivo nel Cortile interno del Palazzo del Santo Uffizio, il Papa è stato accolto dall’Em.mo Card. William Joseph Levada, Prefetto della Congregazione, da S.E. Mons. Luis Francisco Ladaria Ferrer, Segretario, e da Mons. Damiano Marzotto Caotorta, Sotto-Segretario.
Quindi il Santo Padre ha raggiunto la Cappella, dove è sostato in adorazione del Santissimo Sacramento. Dopo le parole di benvenuto del Card. William Joseph Levada, è seguita la Liturgia di Benedizione della Cappella, al termine dei lavori di restauro.
Accompagnato dai Superiori della Congregazione il Papa ha poi visitato i nuovi locali dell’Archivio e della Pontificia Commissione "Ecclesia Dei". Infine nella Sala delle Conferenze, l'incontro con gli Officiali della Congregazione.
Oggi inoltre è giunta la notizia della morte di Sua Eminenza il Cardinal Paul Agustin Mayer, Prefetto emerito della Congregazione per il Culto Divino e la Disciplina dei Sacramenti, Presidente emerito della Pontificia Commissione "Ecclesia Dei" (1988-1991).
 
fonte:una Fides

Letter from Cardinal Mayer to the Bishops of the United States :"My objective in addressing myself to you now is precisely to encourage you in the exercise of your pastoral mission to those who legitimately request the celebration of the Holy Mass according to the 1962 typical edition of the Roman Missal."

The following text is the Pontifical Commission “Ecclesia Dei”
undated letter No. 500/90,
signed by Augustin Cardinal Mayer, Prefect,
which was delivered to the National Conference of Catholic Bishops and which was further disseminated by a memorandum dated 19 April 1991,
from the Office of the General Secretary, National Conference of Catholic Bishops, to all the bishops in the United States.

____________________
Your Excellency:
I write to you as a brother in the episcopal college charged by the Holy Father to
carry out the provisions of his Apostolic Letter Ecclesia Dei of 2 July 1988. My
objective in addressing myself to you now is precisely to encourage you in the
exercise of your pastoral mission to those who legitimately request the celebration
of the Holy Mass according to the 1962 typical edition of the Roman Missal.
Perhaps a review of developments which led to the issuance of Ecclesia Dei would
be helpful in this regard.
1. On 3 October 1984, the Sacred Congregation for Divine Worship issued Quattour
abhinc annos in which the Holy Father granted to diocesan bishops “the possibility
of using an indult whereby priests and faithful . . . may be able to celebrate
Mass by using the Roman Missal according to the 1962 edition.”
The following conditions were stipulated:
a) that those requesting permission do not “call into question the legitimacy
and doctrinal exactitude of the Roman Missal promulgated by Pope Pius VI in 1970″;
b) that such celebrations take place only for groups requesting them, not in
parish churches (except with the bishop’s permission in extraordinary cases)
and under conditions laid down by the bishop;
c) that “these celebrations must be according to the 1962 Missal and in Latin”;
d) that there “be no interchanging of texts and rites of the two Missals”; and
e) that each bishop had to inform the Congregation “of the concessions granted
by him, and, at the end of a year from the granting of this indult, he must
report on the result of the application.”
2. A special “Commissio Cardinalitia ad hoc ipsum instituta” charged with
reviewing the use made of the indult met in December of 1986. At that time
the Cardinals unanimously agreed that the conditions laid down in Quattour
abhinc annos were too restrictive and should be relaxed.
3. As you well know, in response to the illicit ordination of bishops at
Econe on 30 June 1988 and wishing to uphold the principles which had been
established in the previous and unfortunately unfruitful dialogue with
Archbishop Marcel Lefebvre, the Holy Father issued Ecclesia Dei, motu
proprio, on 2 July 1988.
While insisting that the root of the schismatic act of Archbishop Lefebvre
lies in an “incomplete and contradictory notion of Tradition” which fails
to “take sufficiently into account the living character of Tradition” (no. 4),
he also maintained with equal firmness that “it is necessary that all the pastors
and the other faithful have a new awareness, not only of the lawfulness but
also of the richness for the Church of a diversity of charisms, traditions
of spirituality, and apostolate” (no. 5, a).
Consequently, addressing himself “to all those Catholic faithful who feel
attached to some previous liturgical and disciplinary forms of the Latin
tradition,” and not just to the former adherents of Archbishop Lefebvre,
he expressed his will “to guarantee respect for their rightful aspirations
(no. 5, c). In order to provide for these legitimate desires of the faithful
he established this Pontifical Commission and indicated his mind with regard
to its primary task, stating:
“. . . respect must everywhere be shown for the feelings of those who are
attached to the Latin liturgical tradition, by a wide and generous application
of the directives already issued some time ago by the Apostolic See for use of
the Roman Missal according to the 1962 typical edition (no. 6, c).”
Consequently, Your Excellency, we wish to encourage you to facilitate the
proper and reverent celebration of the liturgical rites according to the Roman
Miss of 1962 wherever there is a genuine desire for this on the part of the
priests and faithful. This should not be construed as a promotion of that Missal
in prejudice to the one promulgated eight years later, but simply a pastoral
provision to meet the “rightful aspirations” of those who wish to worship
according to the Latin liturgical tradition as celebrated for centuries.
In the light of the Holy Father’s motu proprio, then, we offer the following
guidelines and suggestions:
1. There is no reason now why the so-called “Tridentine” Mass cannot be celebrated
in a parish church where this would be a genuine pastoral service to the faithful
asking for it. Care should be taken, of course, for a harmonious integration
into the already existing parish liturgical schedule.
2. The regularity and frequency of the celebration of this liturgy, whether to
be celebrated on Sundays, Holydays, and/or weekdays, will depend on the needs of
the faithful. Our recommendation is that, in places where the faithful have made
a request for the regular celebration for the Mass according to the 1962 Roman Missal,
a weekly Sunday and Holyday Mass be scheduled in a central location and at a
convenient time on a trial basis for a period of several months. Afterwards
further evaluation and adjustment should be made.
3. Of course the celebrants of the “Tridentine” Mass should not fail in their
preaching and contacts with the faithful attending such Masses to emphasize
their own adherence to the legislation of the universal Church and their
acknowledgment of the doctrinal and juridical value of the liturgy as revised
after the Second Vatican Council. Under such conditions, it would seem unnecessary,
even unduly painful, to impose further restrictions upon those who wish to attend
such celebrations.
4. Although the Holy Father has given this Pontifical Commission the faculty to
grant the use of the 1962 typical edition of the Roman Missal to all those who
request it, while the Commission informs the appropriate Ordinary thereof, we
would much prefer that such faculties be granted by the Ordinary himself for the
sake of strengthening the bond of ecclesial communion between those priests and
faithful and their local Pastors.
5. Following upon the “wide and generous application” of the principles laid down
in Quattour abhinc annos and the directives of the Fathers of the Second Vatican
Council (cf. Sacrosanctum Concilium 51 & 54), the new Lectionary in the vernacular
could be used as a way of “providing a richer fare for the faithful at the table
of God’s Word” in Masses celebrated according to the 1962 Missal. However, we
believe that this usage should not be imposed on congregations who decidedly wish
to maintain the former liturgical tradition in its integrity according to the
provision of the motu proprio Ecclesia Dei. Such an imposition might also be less
likely to invite back to full communion with the Church at this time those who
have lapsed into schismatic worship.
6. Since a number of older and retired priests who have a deep appreciation of the
previous Latin liturgical tradition have approached their individual Ordinaries as
well as this Pontifical Commission to obtain the celebret for the use of the 1962
Missal, it would seem particularly suitable to utilize the services of such priests
where possible for the celebration of this Mass. It may well be discovered that even
retired priests who have not requested this faculty would nonetheless be willing to
provide this special form of pastoral care for those who request it.
Finally, Your Excellency, it is my sincere desire that this fraternal letter will
be for us who are members of the episcopal college an incentive to exercise that
manus episcopale described so beautifully in Lumen Gentium 23:
“Individual bishops, insofar as they are set over particular Churches, exercise
their pastoral office over the portion of the People of God assigned to them, not
over other Churches, nor the Church universal. But insofar as they are members of
the episcopal college and legitimate successors of the apostles, by Christ’s
arrangement and decree, each is bound to have such care and solicitude for the
whole Church which, though it not be exercised by an act of jurisdiction, does
for all that redound in an eminent degree to the advantage of the universal Church.
For all the bishops have the obligation of fostering and safeguarding the unity of
faith and of upholding the discipline which is common to the whole Church.”
“I am pleased to avail myself of this opportunity to extend my best wishes to you
in your shepherding of the flock entrusted to your care and to assure you of my
willing collaboration that, in all circumstances, God may be glorified in the
orship of His Holy Church.”
Augustin Card. Mayer, Prefect

fonte:una voce America

El cardenal Mayer fue un gran presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, sincera y personalmente involucrado en la cuestión de la misa y de la liturgia romana clásica en general. . Bajo su mandato se aprobó la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro (FSSP) como sociedad apostólica de derecho pontificio y fue erigido en abadía el monasterio benedictino de Santa María Magdalena del Barroux, la fundación de Dom Gerard Calvet, a quien el mismo presidente de Ecclesia Dei –monje benedictino– confirió la bendición abacial. En este período se hizo mucho por favorecer las concesiones de la celebración según el Misal Romano de 1962, llegando a afirmar el cardenal que “ahora los fieles tienen derecho a la misa tradicional” (Carta a la Sociedad Ecclesia Dei de Australia de 11 de mayo de 1990), puesto que aunque “ninguno ciertamente


 
Primeros pasos hacia la
liberalización de la liturgia clásica

 
La iniciativa del Dr. Eric de Saventhem de organizar un sondeo en Alemania sobre el “problema” de la misa tridentina desacreditó, como vimos, los resultados de la encuesta del cardenal Knox (foto), presentados por la Congregación para el Culto Divino, de acuerdo con los cuales se concluía de modo triunfalista que “la liturgia renovada [la de la reforma postconciliar] es apreciada en el mundo entero” y “si es verdad que existe una minoría, a menudo muy activa, que propaga sus ideas y busca imponer su propia práctica litúrgica, hay una enorme mayoría silenciosa satisfecha con la liturgia renovada”. De ahí que se afirmara que el problema no era de toda la Iglesia, como ya se dijo. Pero esto, al menos para Alemania quedaba demostrado que no era verdad. Pero tampoco para Francia, donde los lugares de culto tradicional se multiplicaban a ojos vista, ni para el Reino Unido, donde Pablo VI se había creído obligado a otorgar un indulto en 1971. Louis Salleron, amigo de la FIUV, escribió, por su parte, un análisis demoledor de lo publicado en Notitiae, que apareció –bajo el título de “L'enquête du cardinal Knox sur le latin et la messe tridentine”– en la revista Itinéraires (nº 252 de 1982).

Es interesante detenerse en unas cuentas consideraciones sobre lo aseverado por la Congregación para el Culto Divino. Que la liturgia renovada fuera “apreciada en el mundo entero” era algo de lo que cabía razonablemente dudar, dado que precisamente en muchos países había surgido espontáneamente una corriente en defensa del antiguo rito ante las novedades que incluso ya antes de la reforma se habían ido insinuando e introduciendo. Es muy significativo que de todas las reformas postconciliares fue justo la litúrgica la que más resistencia halló de parte de sacerdotes y fieles, la mayoría de los cuales fueron reducidos a su acatamiento bajo el chantaje de la obediencia. Se podía decir en todo caso, que la liturgia renovada se había impuesto en el mundo entero (y no ciertamente por una libre aceptación). Que existiera “una minoría muy activa” a favor de la misa tradicional es verdad, pero era una minoría que daba voz a muchos más católicos que no tenían la posibilidad, el coraje o el empuje para organizarse y se resignaban a obedecer.

No es cierto, por otra parte, que esa minoría activa buscase “imponer su propia práctica litúrgica”: por lo que a la FIUV y a otros grupos se refiere se trataba de salvar la práctica litúrgica antigua de la total desaparición. ¿Cómo se podía pretender imponer nada en un contexto en el que la simple celebración de la misa tridentina se hallaba prácticamente proscrita, era vista como un símbolo de rebeldía y duramente perseguida por parte de los obispos? Sólo una parte extremista de los defensores de la liturgia tradicional negaba la ortodoxia de la misa de Pablo VI y proponía su supresión. No era desde luego la postura de la FIUV (el Dr. de Saventhem siempre reclamó la igualdad de derechos), ni de Monseñor Lefebvre, quien en un sermón de 1970, acerca de la disyuntiva entre la misa tradicional y la nueva, afirmó: “Si no hay posibilidad de elección y el que celebra la misa según el Novus Ordo es un sacerdote digno y piadoso, no debe uno abstenerse de asistir a la misa” (lo que en 1984 repitió en Lima, en el curso de una conferencia organizada por el Dr. Julio Vargas-Prada y Peirano).

El boletín Notitiae decía que había “una enorme mayoría silenciosa satisfecha con la liturgia renovada”. Mayoría e inmensa sí, y también silenciosa, pero en modo alguno satisfecha. De hecho, la práctica religiosa (misa dominical y festiva, confesión y comunión) disminuyó abruptamente coincidiendo con la aplicación de la reforma postconciliar. Para muchos, pues, la liturgia renovada les era ya indiferente cuando no disgustosa. Otros quizás preferían la antigua, pero se plegaban a lo que se mandaba desde arriba. Otros, en fin, realmente se sentirían satisfechos de la reforma, pero no eran –ni mucho menos– la enorme mayoría. Y ello era así porque la nueva liturgia fue desde el principio un asunto llevado a nivel de expertos y de funcionarios, ajena al sentir y a las necesidades reales del Pueblo de Dios. La conclusión de que el de la misa tridentina y el latín “no era un problema de toda la Iglesia” era una falacia. El problema existía (porque de otra manera no habría habido necesidad de una encuesta dirigida a todos los obispos); otra cosa es que fuera percibido como tal problema. Pero un problema, aunque sea percibido sólo por una minoría o aun no sea percibido en absoluto, sigue siendo un problema, puede tener alcance universal y exige una solución.

Juan Pablo II era consciente, como vimos, de los innumerables abusos litúrgicos que se habían introducido por obra de esas “creatividades desentonadas” denunciadas por su predecesor Juan Pablo I en su homilía del 23 de septiembre de 1978 (pocos días antes de morir). A ellas atribuía el malestar de muchos católicos, que preferían acogerse a la seguridad del rito tradicional. Desde luego, la “encuesta Knox” no tuvo mucho valor para él cuando en 1984 aprobó el que es conocido como “indulto de las dos Teresas”: la carta Quattuor abhinc annos de la Congregación para el Culto Divino (dada el 3 de octubre, festividad de Santa Teresa de Lisieux, y publicada el 15 de octubre, festividad de Santa Teresa de Ávila). El propio texto, haciendo alusión al sondeo de 1980, admitía que el problema (que se suponía no era de toda la Iglesia) “persiste” y daba unas directivas a los presidentes de todas las conferencias episcopales para permitir la celebración de la misa tridentina bajo ciertas condiciones (muy restrictivas e injustas, por cierto). Se puede decir sin temor a exagerar que la inmediata reacción del Dr. de Saventhem y de la FIUV a la “encuesta Knox” influyó de alguna manera en el ánimo del papa Wojtyla cuando decidió la primera medida liberalizadora de la misa tridentina.

El indulto de 1984 fue un paso importante, aunque muy limitado, hacia la normalización de la liturgia romana clásica. La celebración de la misa según el Misal Romano de 1962 era presentada como un privilegio (es decir, una exención de la ley) que debía ser solicitado al obispo diocesano, el cual podía concederlo sólo a favor de los sacerdotes y grupos interesados (es decir, con exclusión de los demás fieles católicos) y fuera de las iglesias parroquiales (es decir, de la normal vida religiosa). El cardenal Paul Augustin Mayer, prefecto de la congregación para el Culto Divino (sucesor del cardenal Casoria, precedido por el cardenal Knox en el cargo), pidió en 1985 al Dr. de Saventhem que elaborara un informe sobre la aplicación de Quattuor abhinc annos en todo el mundo en el primer año de su vigencia (los obispos tenían que dar cuenta en ese plazo de las concesiones hechas por ellos). Este encargo al presidente internacional de UNA VOCE constituía un reconocimiento de esta organización, presente ya en muchos países y cuyo criterio se consideraba fiable. La tarea era ingente y requirió muchos meses recopilando y ordenando los datos proporcionados por las diferentes asociaciones nacionales, y obtenidos directamente de la abundante correspondencia que recibía de todo el mundo el Dr. de Saventhem, considerado como un importante dirigente tradicionalista.

Cuando el cardenal Mayer tuvo en sus manos el informe solicitado comprobó que el indulto tenía muy escasa efectividad y no por falta de peticiones por parte de sacerdotes y grupos de fieles, sino por la negativa de los obispos, que se mostraban draconianos a la hora de acogerlas. Pidió, pues, al Papa la convocatoria de una comisión cardenalicia ad hoc que evaluara la aplicación de la carta Quattuor abhinc annos y propusiera las enmiendas que se considerara oportunas para subsanar sus eventuales deficiencias. Juan Pablo II constituyó dicha comisión, de la que formaron parte ocho cardenales: el propio Paul Augustin Mayer, Agostino Casaroli, Bernardin Gantin, Joseph Ratzinger, William Wakefield Baum, Edouard Gagnon, Alfons Maria Stickler y Antonio Innocenti. Su existencia fue considerada por el Papa como un asunto reservado, sin duda para evitar polémicas que pudiesen interferir en el trabajo de sus miembros. El cardenal Mayer invitó a Eric de Saventhem a presentar propuestas de nuevas normas para regular el uso del Misal Romano de 1962, las cuales serían sometidas a la consideración de la comisión cardenalicia. El presidente de la FIUV insistió principalmente en el punto que siempre había defendido: la paridad de derecho del rito romano tradicional con los demás ritos legítimamente establecidos en la Iglesia.

En diciembre de 1986, los cardenales sometieron al Papa el fruto de su trabajo, en forma de una serie de normas que el Dr. de Saventhem consignaría más tarde en una carta al entonces monseñor (y futuro cardenal) Giovanni Battista Ré de fecha 24 de mayo de 1994 (dada a conocer públicamente sólo en 1998) y que se puede resumir de esta manera: en toda localidad importante del mundo católico debería celebrarse cada domingo por lo menos una misa en latín, teniendo el sacerdote la facultad de elegir libremente el rito tradicional (Misal Romano de 1962) o el Novus Ordo (Misal Romano de 1970), y teniendo especial cuidado en no mezclar los dos ritos. Este dictamen mostraba claramente cómo las aspiraciones de la FIUV habían sido tenidas en cuenta por la comisión cardenalicia. Sin embargo, las “normas de 1986” no tuvieron valor legislativo, sino sólo de referencia y orientativo de las futuras decisiones que el Santo Padre estaba pensando tomar para mejorar el indulto de 1984. Sin embargo, los acontecimientos se precipitaron en 1988, cuando, fracasando el intento de atraer a la plena legalidad canónica a la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X (considerada oficialmente como suprimida), Monseñor Lefebvre procedió a consagrar obispos sin mandato apostólico a cuatro de sus sacerdotes, lo que les valió la excomunión latae sententiae prevista para casos como éste.

El 2 de julio de 1988, Juan Pablo II instituía la Pontificia Comisión Ecclesia Dei en virtud del motu proprio homónimo, en el cual se instaba a los obispos a una “amplia y generosa aplicación” del indulto de 1984. Sin embargo, es de notar que el lenguaje empleado en el documento tenía connotaciones novedosas respecto de la carta de cuatro años atrás. Como más tarde señalaría el cardenal Mayer, el Papa hablaba en términos de auctoritas (legitimidad) y thesaurus (riqueza) al referirse a “la diversidad de carismas y tradiciones de espiritualidad y de apostolado” (por lo tanto, también del rito contenido en el Misal Romano de 1962). Asimismo se colegía de las palabras del Pontífice que el deseo de celebrar y asistir a la misa celebrada con ese misal era una “justa aspiración”. Presidente del nuevo dicasterio romano fue nombrado el propio cardenal Mayer, que dejó su cargo como prefecto de la Congregación para el Culto Divino (en el que fue sucedido por el cardenal Eduardo Martínez Somalo). Un prelado luxemburgués, monseñor Camille Perl, fue nombrado secretario y entre los consultores se encontraron el hoy cardenal secretario de Estado Tarsicio Bertone y monseñor Pere Tena Garriga, subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y antiguo colaborador de Annibale Bugnini, el artífice de la reforma litúrgica postconciliar.

La FIUV, a través de su presidente y de la esposa de éste, fue reconocida desde el principio por la Pontificia Comisión Ecclesia Dei como un interlocutor válido, que daba voz a una buena parte de “fieles católicos que se sienten vinculados a algunas precedentes formas litúrgicas y disciplinares de la tradición latina”, pero que nunca se habían apartado de la plena comunión eclesial (por lo que no tenían necesidad de volver a ella). UNA VOCE representaba y sigue representando la opción de la tradición dentro del contexto de la normal vida de la Iglesia. El matrimonio de Saventhem fue recibido en numerosas ocasiones por el presidente, los oficiales y asesores del dicasterio para tratar de los asuntos relacionados con la liturgia tradicional y la aplicación de las directivas papales referentes a la celebración según el Misal Romano de 1962. Es más, tuvieron también trato frecuente con los sucesivos prefectos de la Congregación para el Culto Divino. El cardenal Mayer siempre les manifestó una especial deferencia.

No se calibrará nunca en sus verdaderos alcances la lucha perseverante que mantuvieron a favor de la misa tridentina estos intrépidos esposos. Según el propio testimonio de Monseñor Tena (nada sospechoso de parcialidad a favor de la FIUV), nunca pudo reducirlos a aceptar el Novus Ordo en latín en substitución del rito precedente. El Dr. de Saventhem, acorde con la constitución conciliar sobre Sagrada Liturgia, siempre había defendido el aequo iure atque honore debido a todos los ritos legítimamente reconocidos en la Iglesia y el romano clásico era para él uno de ellos. Por otra parte, también fue un defensor de las “normas” de la comisión cardenalicia de 1986 (en parte sugeridas por él), que tuvo la satisfacción de ver puestas en práctica a través de los poderes dados personalmente por Juan Pablo II a la recién creada Pontificia Comisión Ecclesia Dei en audiencia al cardenal Mayer, el 18 de octubre de 1988. En efecto, la primera de las facultades otorgadas era: “Concedendi omnibus id petentibus usum Missalis Romani secundum editionem typica vim habentem anno 1962, et quidem iuxta normas iam a commissione Cardinalitia “ad hoc ipsum instituta” mense Decembri anno 1986 propositas, praemonito Episcopo dioecesano” (conceder a todos los que lo pidieren el uso del Misal Romano según la edición típica en vigor en 1962, y además según las normas propuestas en diciembre de 1986 por la comisión cardenalicia instituida ad hoc, siendo previamente advertido el obispo diocesano).

El cardenal Mayer (foto) fue un gran presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, sincera y personalmente involucrado en la cuestión de la misa y de la liturgia romana clásica en general. También fue –y sigue siendo a sus 98 años– un buen amigo de la FIUV. Bajo su mandato se aprobó la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro (FSSP) como sociedad apostólica de derecho pontificio y fue erigido en abadía el monasterio benedictino de Santa María Magdalena del Barroux, la fundación de Dom Gerard Calvet, a quien el mismo presidente de Ecclesia Dei –monje benedictino– confirió la bendición abacial. En este período se hizo mucho por favorecer las concesiones de la celebración según el Misal Romano de 1962, llegando a afirmar el cardenal que “ahora los fieles tienen derecho a la misa tradicional” (Carta a la Sociedad Ecclesia Dei de Australia de 11 de mayo de 1990), puesto que aunque “ninguno ciertamente tiene derecho de adquisición de un privilegio, una vez el privilegio es debidamente concedido, el sujeto tiene realmente el derecho de beneficiarse de él”. Pero en 1991, al cumplir los 80 años de edad, el cardenal Mayer hubo de retirarse por imperativo canónico, siendo sucedido en la presidencia de Ecclesia Dei por el cardenal Antonio Innocenti, de un talante muy diferente.

El cardenal Innocenti no estaba particularmente interesado en la liturgia tradicional, lo cual favorecía la tendencia de un sector de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei para el cual todo era cuestión de una progresiva asimilación por los tradicionalistas de la liturgia renovada, sin traumas y sin escándalos. Había, sí, que eliminar los abusos que hacían a ésta poco o nada atractiva para aquéllos, pero debía seguir siendo el ideal al cual tender. Podía concederse la celebración según el Misal Romano de 1962 como un modo de atraer a los remisos, pero debía írselos acostumbrando a aceptar paulatinamente la reforma litúrgica. Por eso se comenzó a proponer la adopción del Ordo de 1965 en lugar de la edición típica de 1962 del Misal Romano y la introducción de la lengua vernácula tal y como se había dispuesto en la Instrucción de 1967, pasos que, como se recordará, precedieron a la missa normativa presentada al Sínodo de los Obispos de 1967 y al Novus Ordo de Pablo VI. Se dio un auténtico frenazo a la política de apertura y comprensión del cardenal Mayer, al punto que el Dr. de Saventhem creyó necesario dirigir al Papa, el 13 de octubre de 1993, un escrito formal en el que le presentaba un cuidadoso análisis de las concesiones de la misa tradicional allí donde se la solicitaba (concesiones que continuaban siendo restrictivas y de las que se inhibía Ecclesia Dei) y le dirigía una petición para que se cumpliera cabalmente la letra y el espíritu del motu proprio de 1988. Fue su última intervención al frente de la FIUV, pues a finales de ese mismo año era sucedido en la presidencia por Michael Davies.

Los esposos de Saventhem con Michael Davies:
una sucesión natural
 
fonte:Roma Aeterna

Ha muerto el cardenal Mayer, primer presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei



Esta mañana, en Roma, ha muerto el cardenal benedictino Paul Augustin Mayer (foto), decano en edad del Sacro Colegio y que el próximo 23 de mayo iba a cumplir 99 años. Después del cardenal Alfons Maria Stickler (1910-2007), era el purpurado que más hizo por la causa de la liturgia romana clásica en los años más difíciles previos al motu proprio Summorum Pontificum, habiendo sido el primer presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, cargo desde el que trabajó con sincero empeño y espíritu de comprensión y apertura hacia los fieles vinculados a dicha liturgia. El cardenal Mayer era un buen amigo de la Federación Internacional UNA VOCE, que siempre se sintió apoyada y animada por él.

Hijo de un alto oficial del ejército, nació el 23 de mayo de 1911 en Alttöting (diócersis de Passau), en el entonces reino de Baviera. Esta localidad es el centro de la devoción mariana del pueblo bávaro, ya que en ella está situada la Gnadenkapelle o Capilla de la imagen milagrosa de la Virgen Negra, una de las más importantes metas alemanas de peregrinación. El actual papa Benedicto XVI solía acudir allí para venerar a Nuestra Señora durante sus años mozos. No es de extrañar, pues, que Paul Mayer fuera un gran devoto de la Madre de Dios.

Ingresó muy joven en la Orden Benedictina, siendo admitido en la abadía de Sankt Michaels de Metten (diócesis de Ratisbona), donde profesó el 17 de mayo de 1931, tomando el nombre de Augustin, que añadió al de bautizo. Realizó sus estudios en la Facultad Teológica de Salzburgo, concluyéndolos en Roma, en el Pontificio Ateneo de San Anselmo (Anselmianum), anejo a la abadía y basílica del mismo nombre sobre el monte Aventino. Fue ordenado sacerdote el 25 de agosto de 1935. Entre 1937 y 1939 fue docente en su abadía de Metten. En 1939 regresó a Roma como profesor en el Anselmianum, donde enseñó hasta 1966, siendo nombrado rector magnífico desde 1949. Entre 1957 y 1959 simultaneó su actividad académica con el cargo de visitador apostólico de los seminarios de Suiza, nombrado por el venerable Pío XII y ratificado por el beato Juan XXIII. Entre 1960 y 1962 participó activamente como secretario en la Comisión Preparatoria del Concilio Vaticano II. Más tarde sería secretario de las comisiones conciliar y postconciliar para las escuelas católicas y la formación sacerdotal.

En 1966 fue elegido abad de Sankt Michael de Metten. Recibió la bendición abacial del gran obispo de Ratisbona, Mons. Rudolf Graber (el cual fue uno de los primeros prelados en denunciar la crisis postconciliar). Fue, además, presidente de la Conferencia Abacial de Salzburgo en 1970-1971. El 8 de septiembre de 1971, el siervo de Dios Pablo VI lo nombró secretario de la Sagrada Congregación para Religiosos e Institutos Seculares, cargo que implicaba la consagración episcopal, la cual recibió el 13 de enero del año siguiente, en la Basílica de San Pedro, de manos del propio Papa, quien lo había preconizado arzobispo titular de Satrianum (provincia del Salernitano). Fueron co-consagrantes de Mons. Mayer los cardenales Bernardus Johannes Alfrink (1900-1987), arzobispo de Utrecht y primado de los Países Bajos, y William Conway (1913-1977), arzobispo de Armagh y primado de Irlanda.

El 8 de abril de 1984, el venerable Juan Pablo II lo designó como pro-prefecto de la Sagrada Congregación para el Culto Divino y la Sagrada Congregación para los Sacramentos. En este desempeño fue uno de los artífices del famoso “indulto de las dos Teresas” contenido en la Carta circular de la Sagrada Congregación para el Culto Divino Quattuor abhinc annos del 3 de octubre de 1984, por el cual se concedía a los obispos la facultad de permitir la celebración de la misa en el rito romano tradicional según el Misal Romano de 1962, aunque con grandes restricciones. La carta lleva justamente la firma de Mons. Mayer como pro-prefecto y de Mons. Virgilio Noè en calidad de secretario de dicha congregación. Hay que decir que en aquella época de dura proscripción de facto de la liturgia romana clásica, esta carta fue un indudable avance a pesar de sus limitaciones. Recordemos que la influencia del bugninismo era poderosísima por entonces (de hecho, la encuesta Knox de 1980 sobre la misa tradicional pretendió minimizar la cuestión y presentar a los adherentes a la liturgia clásica como un número exiguo de nostálgicos: “no es un problema de toda la Iglesia”). Mérito fue de Mons. Mayer lograr esta primera aunque tímida apertura.

El venerable Juan Pablo II lo creó cardenal diácono de San Anselmo en el Aventino (su alma máter) en el consistorio del 25 de mayo de 1985. Este año, pues, dentro de pocas semanas, habría sido su jubileo argénteo cardenalicio. El 27 de mayo del mismo año fue nombrado prefecto de la Sagrada Congregación para el Culto Divino y la Sagrada Congregación para los Sacramentos. Ambas fueron reunidas el 28 de junio de 1988, en virtud de la constitución apostólica Pastor Bonus, en un solo dicasterio: la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. De ésta fue Mayer cardenal prefecto tan sólo tres días, pues renunció el 1º de julio para hacerse cargo, al día siguiente, de la apenas creada Pontificia Comisión Ecclesia Dei, respuesta del papa Wojtyla a la crisis suscitada con motivo de las consagraciones episcopales sin mandato apostólico llevadas a cabo por Mons. Marcel Lefebvre en Ecône el 30 de junio.

El mandato del cardenal Mayer al frente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei duró exactamente tres años, desde el 2 de julio de 1988 hasta el 1º de julio de 1991. Fue relativamente breve, pero durante él, entre otros logros, se erigió la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro como instituto de derecho pontificio y el Monasterio del Barroux como abadía. Fue precisamente el cardenal presidente quien confirió la bendición abacial Dom Gérard Calvet, primer abad de Santa María Magdalena. En el campo de la liberalización de la liturgia romana clásica, el cardenal Mayer marcó hitos decisivos. Ya en 1986 había formado parte de la famosa comisión cardenalicia ad hoc reunida por el venerable Juan Pablo II para asesorarlo sobre este asunto y que dio un dictamen favorable (que sería recogido sólo en 2007 por Benedicto XVI en su motu proprio Summorum Pontificum). En una carta a los obispos norteamericanos, el cardenal declaraba que ciertamente nadie tiene derecho a gozar de un privilegio (refiriéndose a los indultos de 1984 y 1988), pero una vez concedido dicho privilegio los beneficiarios tienen derecho a gozar de él. Su marcha de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei significó un radical cambio de rumbo de ésta bajo las sucesivas presidencias de los cardenales Antonio Innocenti (1991-1995) y Angelo Felici (1995-2000). Durante un decenio este dicasterio se mantendría al margen de las expectativas de los fieles por cuyos intereses debía velar, hasta el nombramiento del cardenal Darío Castrillón Hoyos, que tanto hizo por la liberalización de la liturgia romana clásica y por promover nuevos institutos dedicados a ella.

El 29 de enero de 1996, optó por el orden cardenalicio de los presbíteros al ser elevada su diaconía de San Anselmo en el Aventino a título pro hac vice. Su vida una vez jubilado por edad fue de estudio y retiro, como buen benedictino que era. Desde él apoyaba a la Federación Internacional UNA VOCE. Una de sus últimas apariciones en público fue en 1998 para presidir unas vísperas pontificales en rito tradicional en la iglesia romana de Santo Spirito in Sassia con motivo de la celebración del X aniversario del motu proprio Ecclesia Dei adflicta. Quienes tuvimos el privilegio de verlo recordamos su diáfana, ascética y estilizada figura, que recordaba mucho la del gran Pío XII. De salud delicada en sus últimos años, ya no salía de su domicilio cerca de la Via de la Conciliazione. En él recibía amablemente a sus esporádicos y ocasionales visitantes, que le recordaban con gratitud por todo lo que hizo por la causa de la misa. En noviembre del año pasado, Leo Darroch, presidente de la FIUV, en el curso de la XIX Asamblea Estatutaria, pudo aún acudir a cumplimentarlo y expresarle el reconocimiento de la Federación por su amistad constante y sincera. El cardenal agradeció mucho el gesto, ya que, como alguna vez admitió, la soledad de los ancianos príncipes de la Iglesia es muy grande.

Paul Augustin Mayer se ha extinguido hoy como una candela que en su día dio mucha luz a su alrededor. Sus restos mortales son velados en la Basílica de San Pedro, cerca de la cátedra a la que siempre fue fidelísimo. Sus exequias tendrán lugar el próximo lunes 3 de mayo, presididas por el cardenal Angelo Sodano, anterior secretario de Estado de Su Santidad. El Servicio Vaticano de Informaciones añade que el Papa en persona pronunciará la oración fúnebre y el responso final. Un gran bávaro que despide a otro gran bávaro… Que la Virgen Negra de Alttöting haya acogido el alma de este siervo fiel y el Señor, en su Misericordia, lo recompense con la vida eterna. Eminencia: ¡hasta la eternidad! Descanse en paz.
R.I.P.
fonte:Roma Aeterna