terça-feira, 27 de abril de 2010

ÉXITO DEL PRIMER CONGRESO “SUMMORUM PONTIFICUM”

Tal y como estaba anunciado hoy se celebró en Madrid, con notable éxito de organización, el Primer Congreso Litúrgico sobre el Motu Proprio, “Summorum Pontificum”, en honor del Santo Padre Benedicto XVI, coincidiendo con el quinto aniversario del inicio del ejercicio de su ministerio petrino, organizado por el Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote. Su superior para España, el canónigo Raúl Olazábal, dio lectura a una carta de salutación y felicitación por la iniciativa, enviada desde Roma por el cardenal Cañizares, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
 A lo largo de la mañana se desarrollaron las brillantes ponencias de monseñor Ferrer, monseñor Nicola Bux (ambos en la fotografía junto al canónigo Olazábal), y el P. Díaz Patri, de las que daremos más detalles en nuevas entregas.
 Las sesiones concluyeron con la celebración de una solemne Misa cantada, con arreglo al Usus Antiquior, en la que actuó como celebrante el P. Olazábal, como diácono el P. Fréderic Goupil, y como subdiácono el P. Díaz Patri.
 A destacar la notable presencia de clérigos y laicos asistentes al encuentro, entre los que no faltó, tanto de unos como de otros, una adecuada representación del Principado de Asturias.

MÁS SOBRE EL CONGRESO DE MADRID

Como continuación de la información ya facilitada sobre el Congreso Litúrgico desarrollado en Madrid el pasado fin de semana, les ofrecemos nuestra síntesis personal sobre las tres ponencias desarrolladas en el mismo.
En su brillante exposición, que abrió la jornada, monseñor Juan Miguel Ferrer Grenesche, Subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, realizó un completo repaso a la evolución y reformas de la liturgia romana. Destacando como hasta la última reforma, todas las anteriores se habían realizado de forma pausada, como un desarrollo orgánico, y en ningún caso como fruto del trabajo de peritos o especialistas. Subrayó además como lo que se ve con preocupación no ha sido la reforma operada en si en los libros litúrgicos, sino la aplicación que de facto se ha hecho o se viene haciendo en muchos supuestos. A este respecto recordó que la creatividad no es una nota que pueda predicarse “per se” de la liturgia, la liturgia es un regalo o don de Dios, y con frase afortunada afirmó que “los regalos se acogen, no se los inventa uno”.
Monseñor Ferrer afirmó también que la reforma litúrgica operada tras el Vaticano II no está hoy por hoy cerrada en todas sus dimensiones. A este respecto destacó como el Motu “Summorum Pontificum” es un instrumento para la auténtica renovación litúrgica, no está destinado únicamente a superar divisiones dentro de la Iglesia, sino que con él el Papa quiere ofrecer a todos los católicos la posibilidad de acceder al tesoro de una liturgia que ha alimentado la vida de los fieles durante siglos, considerando que es buena y saludable la convivencia de formas nuevas y antiguas.
Monseñor Nicola Bux, consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe y de la Oficina de Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, explicó como él no era ningún nostálgico o tradicionalista. Había apoyado desde siempre la reforma litúrgica, y fue ordenado con arreglo al misal de Pablo VI en 1975, pero esto no le impide ver las lagunas o aspectos que deben mejorarse en una reforma litúrgica aún no cerrada.  Insistió en la idea de que el “ius liturgicum” es un “ius Divinum”, es de Derecho Divino, y por tanto los sacerdotes deben recobrar la noción de que no pueden modificar o variar a su antojo una liturgia que les es dada. Como ideas clave indicó la necesidad de profundizar en lo que significa realmente una participación activa (“actuosa participatio”) que no debemos asimilar con un exceso de actividad o trasiego en el altar; subrayó también la necesidad de recobrar los momentos de silencio en la Misa, sugiriendo la propuesta de que la plegaria eucarística fuese recitada “sumissa voce”, es decir a media voz y no necesariamente a viva voz. También defendió la conveniencia de recuperar la posición del sacerdote, “coram Deo”, durante el rezo de la plegaria eucarística. Por todo lo cual subrayó también el efecto positivo que la celebración de la Misa gregoriana (Usus Antiquior) estaba llamado a jugar sobre el Misal de Pablo VI. Destacó como estas mejoras deberían introducirse de forma pausada y paciente, con la paciencia del amor, como viene mostrando el Papa Benedicto XVI con los gestos y ejemplos de sus celebraciones litúrgicas.
Cerró el turno de intervenciones el P. Díaz Patri, capellán de los católicos de rito bizantino en París. D. Gabriel retomó la cuestión de la verdadera participación activa, “actuosa participatio”. Recordó como etimológicamente el verbo participar no significa actuar, como muchas veces se cree vulgarmente, sino sacar provecho de algo.  Por ello se llega a situaciones de confusión cuando la participación activa de los fieles se presenta más en términos de marketing, que de auténticos frutos espirituales. Y puso un ejemplo claro, que un fiel suba al altar a realizar una lectura o participe llevando las vinajeras en una procesión de las ofrendas, no implica necesariamente que saque mayor provecho espiritual de esa celebración, y desgraciadamente muchas veces la cuestión se ha planteado reduciéndola a esos aspectos puramente externos. También cuestionó la crítica que con frecuencia se realiza a la forma extraordinaria de poder caer  fácilmente en el simple “esteticismo”, cuando muchas veces quienes realizan esa crítica caen también en un mismo esteticismo, seguramente con parámetros y gustos diferentes, pero incurriendo muchas veces igualmente en el mismo error que dicen querer evitar.

fonte:hoc signo