sexta-feira, 8 de agosto de 2014

Los monjes David y Diego son monjes católicos bizantinos, y su monasterio está incardinado en la Iglesia Greco Católica Ucrania

 Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, Patriarca de la Iglesia Greco Católica Ucrania, con Higúmeno Hieromonje David Argibay Barbieri (izq. en la foto) y Párroco Hieromonje Diego Daniel Flamini (derecha), en el Monasterio Católico Bizantino de la Transfiguración - Pigüé, provincia de Buenos Aires, Argentina.
 
Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, Patriarca de la Iglesia Greco Católica Ucrania, con Higúmeno Hieromonje David Argibay Barbieri (izq. en la foto) y Párroco Hieromonje Diego Daniel Flamini (derecha), en el Monasterio Católico Bizantino de la Transfiguración - Pigüé, provincia de Buenos Aires, Argentina.

Monjes Bizantinos: más sobre el film documental - El Monacato Bizantino

Ya publicamos en Teóforos hace un año, un pequeño trailer sobre un documental filmado en el Monasterio de la Transfiguración de Cristo, ubicado en cercanías de la ciudad de Pigüé, pcia. de Buenos Aires, Argentina. La idea e iniciativa de este proyecto son del joven director de cine Fernando Boto. Cabe mencionar que "The Hushed Music" fue seleccionada en el 25º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, y además fue seleccionado entre otros siete proyectos internacionales por el Development Workshop of the PLAY DOC International Documentary Film Festival (España, Diciembre 2010). Aquí comparto con ustedes, una parte más extensa de 37 minutos, que publicó sobre este film.


The hushed music - La música callada:

Stage of production Production
Running time 70 min
Format DVCam/Mini-DV
Aspect ratio 4:3
Year 2011
More information Scene assemblage.

David and Diego are the only Byzantine Catholic monks in South America. Their days pass in this monastery, that was recently founded by them in a dry and isolated place in the province of Buenos Aires, and that is still under construction. David paints icons, Diego translates Christian texts from Greek and Russian into Spanish. They both belong to the Byzantine rite, akin to the tradition of early Christianity.

Nature, which every day draws their landscape is filtered through the windows of the cells, thus setting the timing for each activity and daily routine.
One day this routine is disrupted by the arrival of a visitor who – that due to a drought of months - ask them for an spiritual intercession.
Some time later, one night the chants of the monks and the congregation, they merge together with the sounds of the storm and the first raindrops start to fall.
The next morning, David and Diego leave the monastery to do a retreat in the hills.
There the landscape turns into silence and it is in silence where the lays the mystery made landscape. Each one speaks. Each one speaks what is kept silent. This is the sheet music for the hushed music.
(Sinopsis publicada por su director)





Los monjes David y Diego son monjes católicos bizantinos, y su monasterio está incardinado en la Iglesia Greco Católica Ucrania. Para dar a conocer un poco más acerca del monacato bizantino, comparto la siguiente información de una página ortodoxa. La IGCU es una Iglesia Ortodoxa unida a Roma, y el monacato por lo tanto es igual al de la Iglesia Ortodoxa. Si desean consultar algo más al respecto, pueden comunicarse con los monjes del Monasterio de la Transfiguración al siguiente e-mail: orientecristiano2000@yahoo.com.ar

Comunidad monástica de la Lavra de Univ, Ucrania. Estos monjes católicos bizantinos son hermanos de los monjes de Pigüé. En esta foto hay monjes estuditas de distintos grados monásticos. El más anciano, es el skemamonje Ananías, que hoy ya descansa en el Señor. (Esta foto es de un viaje a Ucrania que hizo el Higúmeno Hieromonje David de Pigüé, ubicado en la foto exactamente detrás del niño)
EL MONACATO BIZANTINO (1)

Antes de abordar el estudio del Monacato Bizantino, es conveniente destacar, sobre todo para los lectores de origen occidental, que dentro de las Iglesias Ortodoxas, ya sean de origen helénico o eslavo, no existen instituciones monásticas o religiosas equivalentes a las Órdenes o Congregaciones tan importantes en el Mundo Occidental. En la mentalidad de aquellos hombres y mujeres que abrazan la vida monástica en el seno de la Iglesia Ortodoxa, no se consideran más que como miembros de una gran Hermandad de ascetas. En los días del Monacato primigenio, no había grados intermedios entre el postulante y el monje profeso; la institución de dos grados de ascetismo anteriores al de “Plenamente Monje” cambió paulatinamente con el correr de los siglos el carácter de la Profesión monástica dentro de las Iglesias Ortodoxas, convirtiendo a esa simple acción de los comienzos, en una acción progresiva. En la actualidad, así como en los últimos siglos, el monje que avanza hacia el grado superior de la vida monástica lo hace, generalmente, avanzando grado por grado, hasta alcanzar el tercer nivel y convertirse en “Plenamente Monje” o perfecto monje al cabo de varios años. Los grados del monacato ortodoxo-bizantino son tres:

A- Rasoforo
B- Stavroforo
C- Megaloskemos (o skema monje/a).

Los antiguos ritos de profesión fueron modificándose poco a poco como consecuencia directa del carácter progresivo que fue adquiriendo con los siglos la Profesión monástica. Hay tres partes esenciales dentro del Rito:

A- la toma formal de los Votos
B- la realización de la Tonsura monástica
C- la entrega del Hábito

Sin embargo ninguno de los tres actos mencionados formaron parte de la esencia del monacato de los primeros siglos. En la Iglesia Ortodoxa, si bien los Votos son formales y explícitos, no existe una fórmula escrita de profesión a ser subscripta por el candidato a la admisión dentro de algunos de los tres grados del monacato. La fórmula de profesión escrita es peculiar de Occidente, y data de los tiempos de San Benito. -Regula, Cap. 58 -. Los Votos, los cuales en total son cuatro:

1- Estabilidad
2- Obediencia
3- Pobreza
4- Castidad

Son tomados al candidato a través de preguntas realizadas por el Higúmeno; las repuestas a dichas preguntas constituyen en sí mismos los Votos del monje. Este cuestionario es realizado antes de la admisión a los grados intermedios del monacato. El hombre o mujer que se presenta para ser admitido formalmente dentro del grado inferior de la vida monástica, debe en modo general aunque no invariablemente, declarar su firme determinación a perseverar en la vida de ascetismo ante el Higúmeno, sin embargo esta costumbre varía entre los distintos monasterios. En lo que refiere a la Tonsura, en vez de ser conferida ceremonialmente como en los primeros días del monacato cenobítico, es actualmente realizada con la admisión a cualquiera de los tres grados del monacato bizantino. El hábito monástico, consta de distintas partes, y solo pueden usar la totalidad del hábito los monjes o monjas del más alto rango, sin embargo, algunas partes de ese hábito son portadas por aquellos de menor jerarquía. Es evidente que a medida que un monje o monja vaya ascendiendo en los grados de la vida monástica, va a usar más partes del hábito completo. Es de destacar que muy pocos monjes llegan a alcanzar el hábito completo, ya que para ser merecedor de portarlo deberá atravesar muchos años de dura ascesis. Una de los detalles que a menudo llaman la atención de los occidentales, es que en el monacato oriental no hay diferencia entre el hábito del monje y el de la monja, con la excepción evidente de la toca de la monja. Por tal razón monjes y monjas usan la totalidad o partes de un mismo hábito monástico. En cuanto al término de prueba que es requerido para ser admitido dentro del grado intermedio o más alto del monacato, es de cómo mínimo tres años; y es de destacar que dentro de la vida monástica ortodoxa-bizantina no existe nada equivalente al noviciado de las Órdenes o Congregaciones Religiosas occidentales. El postulantado comúnmente dura unos pocos días o semanas y durante ese período el candidato vive junto a los monjes hasta que finalmente es admitido en el grado inferior del monacato. Un monje que ha pasado tres años de su vida dentro de la primera escala de la vida monástica tiene la opción de permanecer dentro de aquel grado por el resto de su vida, o por el contrario, seguir avanzando hacia la plenitud de su estado monástico.


Los tres grados de ascetismo monástico bizantino


En los primeros días del Monacato, no había sino un solo Grado de Monjes, una sola Tonsura, y un solo Hábito, en los numerosos Monasterios de Oriente. Las Novelas (*) de Justiniano del año 535, fueron las que codificaron las costumbres existentes, como ser la Novela V, la cual estipula que el término de postulantado deberá extenderse por un período de tres años, término durante el cual, el Postulante, deberá continuar llevando sus vestimentas laicales, y luego de este período, si es aceptado por el Higúmeno, el recibirá la Tonsura y el Hábito; pero la costumbre de que el postulante lleve puesta las ropas laicales no duraría mucho tiempo, porque poco tiempo después de la época de las Novelas de Justiniano, se hizo habitual en los Monasterios, que el Candidato, luego de un breve postulantado, comience a vestir una porción del Hábito propio de los Monjes Profesos. Esta nueva costumbre introdujo, en la práctica, un grado inferior dentro del Monacato Bizantino. El permiso dado a los Postulantes a usar el hábito monástico, fue entendido, como un tácita expresión de determinación a permanecer en la vida monástica de ascetismo, sujeto a la aprobación del Higúmeno.

Ceremonia de admisión de jóvenes postulantes a la vida monástica


El tercer grado a ser implantado, fue el grado intermedio, el cual se estima data de finales del siglo VIII , San Teodoro Studita en su Testamento habla ya del Pequeño Hábito, que no era otro que el que portaban el grado intermedio de monjes, señalándolo como de reciente introducción y prohibiendo a los Higúmenos otorgarlos a sus Monjes. En contrario a su desaprobación, sin embargo, la costumbre de conferir el Pequeño Hábito a un grado intermedio de monjes, continúa hasta los presentes días sin que nadie lo cuestione desde aquella época. Los monjes del grado inferior (Rasóforos) son considerados como verdaderos monjes, aunque de manera aún imperfecta. El Monje del grado más elevado (Skemamonje) es considerado - única y propiamente - como el Perfecto Monje (o Perfectamente Monje), es decir: aquel que alcanzó el más puro estado de la Vida Monástica; pese a esta consideración, el Monje de grado intermedio (Stavroforo) también es considerado muchas veces como Monje Perfecto, puesto a que como éste, también pasó el término canónico de prueba (3 años) y también al igual que un Skemamonje, ha tomado el compromiso público de sus Votos. Comparativamente muy pocos monjes alcanzan el más alto grado de la Vida Monástica, excepto en su lecho de muerte. Como mencionamos anteriormente, los Monjes del grado inferior del monacato son llamados Rasóforos entre los griegos (que se origina de la conjunción de dos palabras griegas Rasón o Túnica y Foros que significa portador, es decir que porta la Túnica) o Ryasonosets entre los eslavos, y es considerado como un Principiante en el ascetismo, hasta que él haya completado el término de tres años de prueba. Los Monjes del grado intermedio son conocidos como Stavroforos entre los griegos (que se origina también por la conjunción de dos palabras griegas Stavros = Crucifijo y Foros que significa portador, es decir que porta el Crucifijo) o Krestonosets entre los eslavos, puesto que llevan colgados sobre el Hábito una cruz de madera, también este grado de monjes son conocidos bajo el nombre de Microskemos (que se origina obviamente de la conjunción de dos palabras griegas Micros = Pequeño y Skemos = Hábito, es decir el que viste el Pequeño Hábito). El Monje del grado más alto de ascetismo, quién solo posee el derecho a vestir el Hábito completo, es decir el Gran y Angélico Hábito, o Skema, es conocido entre los griegos como Megaloskemos (que se origina de la unión de dos palabras griegas Megalo = Gran y Skemos = Hábito) pero los rusos se refieren a ellos como Skimnik, porque llevan el Gran Skemos.


Hacia una más completa clasificación de los monjes según su grado de ascetismo



1- RASOFORO: Si bien él es menos que el “Perfectamente Monje”, él es más que un Novicio en el sentido occidental del término después de haber pasado el término mínimo de prueba. El está sujeto, como al igual que los Monjes de los grados superiores, a observar las Reglas del Monasterio, por haber recibido la Tonsura Monástica, y una porción del Hábito Monástico; así como también su propia conciencia y la opinión pública bien le imponen a éste la obligación moral de continuar dentro de la Vida Monástica. El Archimandrita Meletios Sakellaropoulos dice que en los presentes días (esto lo decía a comienzos del siglo XX, pero aún hoy su comentario es válido) que los llamados Rasóforos al haber manifestado su acuerdo a continuar la vida dentro del Monasterio, y al haber recibido la Tonsura, son Monjes y están sujetos a las regulaciones propias del gobierno de su Monasterio, por tal motivo, si un Rasóforo dejara el Monasterio a fin de contraer matrimonio, el deberá ser excomulgado. Muchos Rasóforos, ya sean Monjes o Monjas, después de cumplir sus tres años de prueba, se contentan en permanecer de por vida en el más bajo grado de la Vida Monástica. Un detalle interesante de la Vida Monástica Ortodoxa femenina reside en que ni las Iglesias Helénicas, ni Eslavas, permiten a una mujer convertirse en Stavrofora o Megaloeskema (Skemamonja) hasta no haber alcanzado la edad de 40 años, sin embargo, ellas pueden recibir la Tonsura y asumir el Rasón o Rasa, antes de alcanzar esa edad; entre los monjes las cosas son bien distintas, puesto que uno puede toparse con Monjes Stavroforos tan jóvenes como de 25 años. Los candidatos a las Ordenes Sagradas, deberán o estar ya casados, o pertenecer al grado inferior de la Vida Monástica antes de su Ordenación al Subdiaconado. En el caso de la Ordenación de Monjes, habitualmente, se realizan luego de la admisión al grado de Rasóforos. Si bien la Ordenación es un impedimento para un posterior matrimonio, ello no implica que el Monje recién ordenado, se vea obligado a entrar en alguno de los grados superiores dentro de la escala de la Vida Monástica Bizantina si no lo desea. Un Rasóforo que detente el rango de Archimandrita, puede ser elegido como Higúmeno, o él puede ser nombrado Superior de un Monasterio que esté directamente bajo Jurisdicción Patriarcal. No es infrecuente que un Obispo sea elegido dentro del grado de los Rasóforos, sin embargo lo más común es que sea seleccionado dentro del grado de los Stavrosforos, y lo que efectivamente es muy raro es que un Obispo sea electo dentro del grado más elevado del Monacato como ser los Megaloeskemos o Skemamonjes. A los postulantes que viven dentro de una Institución Monástica, se le es permitido usar la Rasa y el Skouphos o Skufia (especie de gorro típico de los monjes) antes de ser formalmente admitidos dentro del grado de los Rasóforos.



2- STAVROFORO: (o Microskemo) Sus Votos ya fueron tomados públicamente antes de recibir la Tonsura y el Pequeño Hábito. Entrar dentro del grado intermedio de la Vida Monástica es, al menos en teoría, únicamente un paso o estadio en la carrera monástica, en la cual la verdadera meta es el ascetismo más estricto en una vida anacorética. Pero en este estadio intermedio de la Vida Monástica, el monje debe esforzarse por plasmar en si mismo los ideales más modernos del Monacato Cenobítico, introducidos por San Pacomio, San Basilio y San Teodoro Studita, ideales opuestos al ideal de austero ascetismo eremítico propiciado por San Antonio, y en los cuales están abocados los monjes del grado superior del Monacato Oriental (los Skemamonjes).



3- SKEMAMONJE: (o Megaloskemo) Se trata del Monje del Grado más elevado al que se puede aspirar dentro del Monacato Bizantino, también es llamado Skimnik en los Monasterios Eslavos. Estos monjes están exigidos a seguir estrictos ayunos, y a ocupar la mayor parte de su tiempo en oración, y a guardar mayor silencio que los Monjes de grados inferiores. El comer carne (roja) le está totalmente vedado, y únicamente le es permitido beber un poco de vino cuando visita el Monasterio los días Sábados y Domingos. Algunas veces estos monjes se abstienen incluso de comer pescado, pasando a tener una dieta estrictamente vegetariana. Ellos comen una comida al día, pero su ayuno es aún más estricto durante la Cuaresma y otras temporadas de ayunos especiales. Los días Lunes, Miércoles y Viernes suelen ser observados como días de ayuno, o sea que se privan de alimentos durante tres días a la semana. No es usual admitir a un Monje a este grado ascetismo y de estricta Vida Monástica, hasta que no haya vivido algunos años - treinta entre los rusos - en una estricta vida observancia en el ascetismo cenobítico como Monje Stavroforo. Existen, como es obvio, ocasionales excepciones a esta regla; por ejemplo: Un Rasóforo puede convertirse en un Skemamonje sin primero haber sido Stavroforo, si es que el Higúmeno y el Gerontas (padre confesor) o también llamado Starets entre los rusos, aprueban esa situación; y en ciertas ocasiones, realmente excepcionales, un Hermano Laico, quien haya sido considerado como postulante, en un sentido técnico, puede acceder directamente al más alto grado del Monacato y convertirse en un Skemanonje o Megaloskemos, sin primero haber sido Rasóforo, ni Stavroforo; si es que él prueba su aptitud e idoneidad para llevar una vida de estricto ascetismo por largos años de piedad y fidelidad en el Monasterio. El Megaloskemos o Skemamonje puede ocupar una celda en el Monasterio o Skita, pero tomando sus alimentos aparte y dejando rara vez la reclusión de su celda, excepto para ir a la Capilla Monástica, o para llevar una vida Semi-eremítica con otros monjes en una Kaliva o Kellion, o también para convertirse en un Hesicasta o Ermitaño. Cuando un Monje sacerdote, o Hieromonje, se convierte en Megaloskemos o Skemamonje, puede seguir celebrando la Divina Liturgia, pero si se trata de un Obispo, él no puede mantener el ejercicio de sus funciones Episcopales ni sacerdotales. Un Obispo que recibe el Gran Hábito, en la suposición de la aproximación de su pronto deceso, deberá resignar toda jurisdicción episcopal, y si aún él se recuperara, deberá seguir llevando la vida de un Anacoreta o Solitario por el resto que le quede de vida. También puede darse el caso inverso, en el que un Skemamonje pueda ser, en caso de una muy especial necesidad, ser tomado de su Vida Eremítica y ser consagrado al Oficio Episcopal, y por ende, detentar el gobierno de una Diócesis, sin embargo este caso es realmente excepcional y rara vez ocurre.
 
http://teoforos-orientecristiano.blogspot.pt/

quinta-feira, 7 de agosto de 2014

I cristiani perseguitati in Iraq : Dichiarazione del Direttore della Sala Stampa Vaticana a nome del Papa





Dichiarazione del Direttore della Sala Stampa a nome del Santo Padre, 7 agosto 2014

Il Santo Padre segue con viva preoccupazione le drammatiche notizie che giungono dal nord dell’Iraq e che interessano popolazioni inermi.
Particolarmente colpite sono le Comunità cristiane: è un Popolo in fuga dai propri villaggi a causa della violenza che in questi giorni sta imperversando e sconvolgendo la regione.
Durante la preghiera dell’Angelus, lo scorso 20 luglio, Papa Francesco aveva esclamato con dolore: " i nostri fratelli sono perseguitati, sono cacciati via, devono lasciare le loro case senza avere la possibilità di portare niente con loro.
A queste famiglie e a queste persone voglio esprimere la mia vicinanza e la mia costante preghiera.
Carissimi fratelli e sorelle tanto perseguitati, io so quanto soffrite, io so che siete spogliati di tutto. Sono con voi nella fede in Colui che ha vinto il male! ".
Alla luce degli angosciosi eventi, il Santo Padre rinnova la sua vicinanza spirituale a quanti stanno attraversando questa dolorosissima prova e si unisce agli appelli accorati dei Vescovi locali, chiedendo, insieme a loro e per le loro Comunità tribolate, che salga incessante da tutta la Chiesa una preghiera corale per invocare dallo Spirito Santo il dono della pace.
Sua Santità rivolge inoltre il suo pressante appello alla Comunità Internazionale, affinché, attivandosi per porre fine al dramma umanitario in atto, ci si adoperi per proteggere quanti sono interessati o minacciati dalla violenza e per assicurare gli aiuti necessari, soprattutto quelli più urgenti, a così tanti sfollati, la cui sorte dipende dalla solidarietà altrui.
Il Papa fa appello alla coscienza di tutti e ad ogni credente egli ripete:
"Il Dio della pace susciti in tutti un autentico desiderio di dialogo e di riconciliazione.
La violenza non si vince con la violenza.
La violenza si vince con la pace!
Preghiamo in silenzio, chiedendo la pace; tutti, in silenzio….
Maria Regina della pace, prega per noi ! "
(Angelus del 20 luglio 2014).

Valore "magisteriale" del Concilio Ecumenico Vaticano II di Brunero Gherardini

Valore "magisteriale" del Concilio Ecumenico Vaticano II
di Brunero Gherardini

 

Ferve da tempo, con maggiore apertura e condivisione negli ultimi anni, il dibattito teologico intorno ai documenti del Concilio Vaticano II, alla loro redazione, alla loro interpretazione, alla loro ricezione nella vita della Chiesa; le discussioni intorno a questa pagina della storia della Chiesa si pongono su posizioni diverse, a volte purtroppo anche ideologiche rendendo sterile il dibattito e vanificando il confronto tra studiosi. Tuttavia, oggi, l’amore della Verità e della Chiesa spinge ad un rinnovato impegno e ad una franchezza d’espressione che hanno qualcosa di evangelico. Tra i documenti posti via via a fondamento delle nostre riflessioni e approfondimenti inserisco questo di mons. Gheradini sul valore magisteriale del Concilio Vaticano II
........................................................




M'è stato chiesto se il Concilio Ecumenico Vaticano II abbia valore magisteriale. La domanda è mal posta. Un Concilio – qualunque sia la sua indole ed a qualunque finalità o necessità contingente intenda rispondere – è sempre Supremo Magistero della Chiesa. Il più solenne, al livello più alto. Sotto questo profilo e prescindendo dalla materia presa in esame, ogni suo pronunciamento è sempre magisteriale. E magisteriale nel senso più proprio e più nobile del termine.
Ciò non significa che sia in assoluto vincolante. Dogmaticamente, intendo, e sul piano dei comportamenti etici. Magisteriale, infatti, non necessariamente allude al dogma o all'ambito della dottrina morale, limitandosi a qualificare un asserto o un documento o una serie di documenti provenienti dal Magistero, supremo o no. Ho escluso che sia vincolante in assoluto, perché non in assoluto lo è sempre. Il fatto stesso che anche una semplice esortazione provenga da una cattedra di tale e tanta autorevolezza, crea certamente un vincolo. Non quello che esige l'assenso incondizionato di tutti (vescovi, preti, popolo di Dio) e ne impegna la fede; ma quello che a tutti richiede un religioso ossequio interno ed esterno.
Perché insorga l'esigenza dell'assenso incondizionato e della sua traduzione in comportamenti coerenti occorre che intervengano alcune circostanze, mancando le quali un pronunciamento conciliare, indubbiamente magisteriale, resta privo della capacità giuridica e morale di vincolare la libertà della Chiesa e dei suoi singoli membri. Nel tal caso, ovviamente, la richiesta dell'attenzione, dell'ossequio, del rispetto non solo in pubblico ma anche in privato, tocca la responsabilità d'ogni singolo cristiano-cattolico.
Quali sian le dette circostanze, è risaputo da tutti, immagino anche da coloro che non ne tengono conto. Poiché non vorrei che qualcuno le considerasse idee mie, le prendo dalle labbra d'una personalità non discutibile sia per i meriti ad essa universalmente riconosciuti, sia per l'ufficio ricoperto e per il compito che stava allora svolgendo, quando le manifestò pubblicamente ed ufficialmente: 16 nov. 1964, in pieno svolgimento del Vaticano II ed a chiarimento del suo valore conciliare. In risposta a reiterate domande, il Segretario del Concilio, S. E. Rev.ma Mons. Pericle Felici disse che "il testo dovrà sempre interpretarsi alla luce delle regole generali, da tutti conosciute". Secondo tali regole, tutta la Chiesa senz'eccezioni "è tenuta a professare le cose riguardanti la fede ed i costumi che il Concilio abbia apertamente dichiarato". Trattandosi però d'un Concilio pastorale, senz'escludere ch'esso potesse riesumare qualche enunciato dogmatico tra quelli da altri Concili ed in altre circostanze definiti, l'Ecc.mo Mons. Felici precisò che anche gl'indirizzi pastorali son dal Vaticano II proposti "come dottrina del Magistero Supremo della Chiesa" ed in quanto tali essi "vanno accettati ed abbracciati in conformità alla mente dello stesso Santo Sinodo; la quale mente, secondo le norme dell'ermeneutica teologica, è resa manifesta sia dalla dottrina trattata, sia dal tenore dell'espressione usata"[1].
Come si vede, per indicare quale e di che natura fosse il valore stringente del Vaticano II, il Segretario del Concilio fece appello a diversi fattori. Parlando della sua pastoralità, richiamò:
  • i limiti imposti al Concilio da Giovanni XXIII, in apertura del medesimo: non la condanna degli errori né la formulazione di nuovi dogmi, ma l'adeguamento della verità rivelata "al mondo contemporaneo, alla sua mentalità e cultura"[2];
  • l'ermeneutica teologica, vale a dire l'analisi dei problemi emergenti, alla luce del dato rivelato e della Tradizione ecclesiastica;
  • il tenore delle espressioni usate.
Le prime due condizioni non abbisognan di molte spiegazioni; la terza si riferisce a moduli tecnici dai quali trasparisce l'intento o di dogmatizzare o più semplicemente d'esortare. E' da notare che un dogma insorge non perché un Concilio (anche il Vaticano II fece altrettanto) ricorre a moduli come questi: "Haec Sancta Synodus docet...Nos docemus et declaramus...definimus", o simili, ma perché il contenuto dottrinale d'un intero capitolo o dei suoi articoli vien sintetizzato in un "canone" che affermi il dogma e condanni l'errore contrario. Il tenore dell'espressione verbale è dunque formalmente decisivo. Si può serenamente asserire che un Concilio è o no dogmatico soprattutto in base alla sua "voluntas definiendi", chiaramente manifestata attraverso il suddetto tenore.
Il Vaticano II mai manifestò tale "voluntas", come si rileva facilmente dal tenore dei suoi moduli e delle sue formulazioni: mai un "canone", mai una condanna, mai una nuova definizione, ma, tutt'al più, il richiamo a qualche definizione del passato. La conclusione che se ne trae è ovvia: si tratta d'un Concilio che, per principio, escluse la formulazione di nuove dottrine dogmatiche; queste, se pure di per sé non dogmatiche, avrebbero potuto assurgere a valore di dogma solo se la materia fosse stata definita in altri Concili ed ora riesumata. In ogni altro caso, le eventuali novità non son che tentativi di rispondere alle istanze del momento e sarebbe teologicamente scorretto, anzi privo d'effetti, l'innalzarle a validità dogmatica senza il supporto dell'accennata "voluntas definiendi". Ne consegue che un siffatto innalzamento equivarrebbe ad una forzatura del Vaticano II, il cui insegnamento potrà dirsi infallibile ed irreformabile solo là dove è un insegnamento precedentemente definito.
In base ai principi ermeneutici di S. E. Mons Felici, ciò non comporta per nessuno – né per un vescovo, né per un prete o un teologo, né per il popolo di Dio - la libertà di "snobbare" gl'insegnamenti del Vaticano II. Provenendo essi dal Supremo Magistero, godono tutti d'una non comune dignità ed autorevolezza. Nessuno potrà impedire allo studioso di verificarne il fondamento - lo esige anzi l'invocata ermeneutica teologica – ma nessuno dovrebbe mai osare di negar loro religiosa attenzione interna ed esterna.
C'è tuttavia un "ma" ed un "se". Facciamo l'ipotesi che in qualcuno dei sedici documenti del Vaticano II, o addirittura in tutti, si rilevino errori. In astratto, è possibile: si è sempre discusso se un Concilio possa venir meno alle sue dichiarate intenzioni e finalità, o se possa addirittura cader in eresia. Il mio sommesso parere è che ciò non sia da escludere, attesa la fragilità o la malizia del cuore umano; ritengo tuttavia che, ove ciò si verificasse, un Concilio cesserebbe d'esser tale. Quanto al Vaticano II, da circa cinquant'anni l'attenzione critica s'è come assopita dinanzi ad esso, soffocata dal continuo osanna che l'ha circondato. Eppure i problemi non mancano, ed estremamente seri. Non parlo ovviamente d'eresia, ma di spunti dottrinali non in linea con la Tradizione di sempre e quindi non facilmente riconducibili al "quod semper, quod ubique, quod ab omnibus" del Lerinense, mancando a tali spunti la continuità dell' "eodem sensu eademque sententia" del suo "Commonitorium". Per esempio, un "subsistit in" non può esser accolto a cuor leggero, se non si dimostri, attraverso la ricerca e la discussione critica - intendo ad alto livello scientifico - che tutto sommato può esser interpretato in maniera ortodossa: il che, a mio avviso, dovrebbe escludere il decantato allargamento della "cattolicità" e della capacità salvifica alle denominazioni cristiane non cattoliche. Se poi si consideri la "Dignitatis hnumanae" come l'antisillabo rispetto al famoso documento del beato Pio IX (1864), la continuità con la Tradizione viene infranta ancor prima di porne il problema. Ed infine, se si dichiara tradizionale la dottrina dei due titolari della suprema piena ed universale potestà di governo nella Chiesa – il Papa e il Collegio dei vescovi, con il Papa e sotto il Papa, mai senza né sopra - giustificandola con "la relazione reale inadeguata", s'afferma un nonsenso ancor prima d'un errore storico e teologico.
C'è poi da tener presente un'altra circostanza, in base alla quale il valore dei documenti, pur se tutti conciliari e quindi magisteriali, non è sempre il medesimo: altro è una Costituzione, altro un Decreto ed altro ancora una Dichiarazione. C'è una validità decrescente da documento a documento. Ed anche se risultasse con ogni evidenza un eventuale errore del Vaticano II, la sua gravità varierebbe in base alla sua collocazione in una delle tre diverse tipologie di documenti.
Riassumendo, dunque, direi:
  • il Concilio Ecumenico Vaticano II è indubbiamente magisteriale;
  • altrettanto indubbiamente non è dogmatico, bensì pastorale essendosi sempre come tale presentato;
  • le sue dottrine son infallibili ed irreformabili solo se e là dove son desunte da pronunciamenti dogmatici;
  • quelle che non godono di supporti tradizionali costituiscono, nel loro complesso, un insegnamento autenticamente conciliare e quindi magisteriale, se pur non dogmatico, ingenerando così l'obbligo non della fede, ma d'un'accoglienza attenta e rispettosa, nella linea d'una leale e riverente adesione;
  • quelle, infine, la cui novità appare o inconciliabile con la Tradizione, o ad essa contrapposta, potranno e dovranno esser seriamente sottoposte ad esame critico sulla base della più rigorosa ermeneutica teologica.
Salvo ovviamente "meliore iudicio".
[1] Sacrosanctum Oecumenicum Concilium Vaticanum II, Constitutiones, Decreta, Declarationes, Poliglotta Vaticana 1966, p. 214-215.
[2] Ibid. p. 865-866
....................................................
[Fonte: Disputationes Theologicae]

..........................................
Mons. Brunero Gherardini, l'ultimo grande teologo della cosiddetta Scuola Romana è l'erede di una tradizione teologica che ha illustrato l’Urbe con nomi d’eccezione quali furono, a mero titolo d’esempio, i suoi maestri e poi colleghi Antonio Piolanti e Pietro Parente.
Nato nel 1925, ordinato sacerdote nel 1948, ha insegnato per anni alla Pontificia Università Lateranense, divenendone Decano della Facoltà di Teologia. Canonico di S. Pietro in Vaticano fin dal 1994, dirige la nota rivista di studi teologici “Divinitas” dal 2000; autore di circa ottanta volumi e di innumerevoli articoli su riviste specialistiche, si è sempre distinto, duce S. Tommaso, per la chiarezza dell’esposizione e per la limpidezza delle sue tesi e dei suoi studi coraggiosi. Recentissima è la sua documentata pubblicazione sul dialogo interreligioso dal titolo “Quale accordo fra Cristo e Beliar?”, per i tipi di Fede e Cultura. Più recentemente, ha arricchito il dibattito sul Concilio di due autorevoli opere: "Concilio Ecumenico Vaticano II. Un discorso da fare", Casa Mariana Editrice, Frigento 2009 e "Quod et tradidi vobis" - La Tradizione vita e giovinezza della Chiesa", uscito sulla Rivista Divinitas ed ora pubblicato dala Casa Mariana Editrice, Frigento 2010. Ora si sono aggiunti altri due testi: "Quecumque dixero vobis" e "Il discorso mancato", Editi dalla Lindau, 2010

LA SUPRESIÓN DEL SACRIFICIO PERPETUO. LOS ENEMIGOS DEL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA

 

LA SUPRESIÓN DEL SACRIFICIO PERPETUO

El culto de Dios dejará de ser celebrado, al menos públicamente… En una palabra: El Sacrificio de nuestros altares será proscrito, en esos terribles días; en todas partes será prohibido, salvo lo que se pueda hacer en la sombra subterránea de las catacumbas… O sea, algo similar a lo que les sucedía a los primeros cristianos en tiempo de persecuciones… (Cardenal Billot en “La Parusía”)
VISTO EM
“SATANÁS LOGRÓ QUE QUEDARA SUPRIMIDO LEGALMENTE EL SANTO SACRIFICO PERPETUO” (cita del autor del artículo)
Artículo de FIRMES EN LA FE
Firmado por Tomás Tello. Visto en el blog MISSA GREGORIANA EN PORTUGAL.
Pretendo al ofrecer esta lectura que ayude a aumentar nuestro conocimiento sobre la materia. Sin que esto signifique, tanto al leerlo como al publicarlo, aceptar todos los extremos del artículo.
LA SUPRESIÓN DEL SACRIFICIO PERPETUO fue para mí una revelación sorprendente, dada la presente situación eclesial, cuando leí, por primera vez, el comentario del Card. Billot, s.j ., a los versículos de Daniel, que hacen referencia a la supresión del Sacrificio perpetuo. Era citado en la obrita de Gabrielle RochonL’INFAME TRAHISON” (Montréal, 1980, págs. 22-25). Posteriormente, lo volví a leer en su contexto de la Obra completa del Card. Billot “LA PARUSÍA”, publicada en EINSICHT, en noviembre de 1987.
A partir de aquel momento quedó perfectamente claro, con un golpe de luz deslumbradora, aquel versículo de San Mateo (24,15):
“Cuando veáis puesta en el lugar santo la Abominación de la Desolación, la anunciada por el proteta Daniel (el que lea entienda)”. O el paralelo de San Marcos: ”Cuando veáis la Abominación desoladora, puesta donde no debiera estar (el que lea entienda)” (13,14).
Los comentarios que conozco las aplican a la destrucción de Jerusalén y a la profanación del templo.
Debido a la impresión que me causó el Comentario del Card. Billot, por encajar tan bien en las presentes circunstancias, intenté remontar la corriente de la Tradición, para ver lo que la misma nos dice sobre el tema, ya que el Card. Billot no aporta citas, ni hace alusión alguna a la Tradición.
Cristo nos dice que el que lea entienda; esto es, que debemos esforzarnos en penetrar su sentido. Con esto se nos avisa que, contra todas las apariencias, el sentido no debe ser tan somero, ni tan obvio, como el que nos ofrecen comunmente los comentaristas. Cristo nos remite al profeta Daniel. Se impone el deber de consultarlo. Cuando Cristo lo cita, es porque indudablemente nos dará la clave para su comprensión. Esto es lo que hace el Card. Billot, en su Comentario.
En efecto, Daniel pone en íntima conexión, en varios pasajes, la Supresión del Sacrficio perpetuo con la instalación de la Abominación de la Desolaclon. Vease, ademas de la cita introductoria, Dan. 9,27 y 12,11. Sólo en el cap. 8 se habla de la supresión del Sacrificio cotidiano, sin hacer mención expresa de la Abominación de la Desolación:
“Y creció hasta el mismo Jefe del Ejército y fue por él suprimido el Sacriticio cotidiano y derribado el lugar del Santuario” (Dan. 8,11).
Aquí tenemos los datos del profeta Daniel, al que CrIsto nos remite.
Los comentaristas que he leído, refieren esto exclusivamente a la persecución de Antioco y a la colocación de la estatua de Júpiter Olímpico en el Santuario, o a la profanación de Jerusalén por las tropas romanas, sin referirse a su significado profundo, pero los sucesos del Antiguo Testamento eran sólo “Umbra futurorum”, como nos dice San Pablo; o sea, imagen, figura o símbolo de una realidad mesiánica futura.
Según se puede deducir de los lugares del Antiguo Testamento, donde se habla de la Abominación de la Desolación (por ejemplo, I Mac. 1,47; 50, 57 y II Mac. c. 6), la Abominación de la Desolación no es otra cosa que la sustitución del verdadero culto de Dios por un culto falso, ofrecido a los ídolos, o la profanación del lugar sagrado. De ahí, la íntima relación entre la supresión del Sacrificio perpetuo y la Abominación de la Desolación.
Esto quiere decir que, al aplicar Cristo a una profecía suya, la profecía de Daniel, la supresión del Sacrificio perpetuo (o lo que es igual la supresión del Santo Sacrificio de la Misa) estaba ya evidentemente profetizada en el Antiguo Testamento; pues, el único Sacrificio Perpetuo, a partir del Sacrificio del Calvario, cuando quedó abolida la antigua alianza y establecida la nueva y eterna, es el SACRIFICIO DE LA MISA. No hay otro. Todo esto lo explica y aplica muy acertada y exactamente el Card. Billot, en su citada obra.
Conclusión. Abominación de la Desolación es igual a la supresión del verdadero culto de Dios, a la supresión del Sacrificio perpetuo. Es así que el único Sacrificio perpetuo, cuando Jerusalén fue tomada por las tropas romanas y fue destruido el templo, era el Sacrificio de la MISA, luego lo que se profetizó es que la MISA, la OBLATIO MUNDA, que le sería ofrecida a Dios, desde la salida del sol hasta el ocaso, habría de ser abolida. Esto es lo que sucedió con la promulgación del Novus Ordo Missae (N. O. M.).
Esto es lo que consta en la Sagrada Escritura. Pero es preciso bucear en la Tradición para ver como interpreta esta profecía.
Es una lástima que el Card. Billot no cite la Tradición. Gabrielle Rochon apostilla así a las conclusiones del Card. Billot: “Explicaciones enteramente de acuerdo con los Santos Padres de la Iglesia y toda la tradición apostólica de la Santa Iglesia Romana” (p. 22). Pero no aduce ningún testimonio de la misma. Yo estaba persuadido de que la exégesis del Card. Billot se tendría que basar en la Tradición pero, ¿en qué grado?
Procuré rellenar la laguna dejada por el Card. Billot. Era consciente de las dificultades que la empresa entrañaba para mí, por no ser especialista en la materia, por mis ocupaciones profesionales y por no tener cómodo acceso a las fuentes desde el medio en que se desenvuelve mi vida. Sin embargo, esta idea obsesiva me hacía no cejar en el empeño. El primer material testimonial al respecto, me llegó a través de la Revista EINSICHT. Era una cita de San Alfonso María de Ligorio, cuyo tenor es:
“Satanás suprimirá el Sacrificio de la Misa, y eso se llevará acabo a causa de la falta de fe de los hombres” (“Zerstorung der HI. Messe in N. 0. M.”, de Visser, Einsicht, febrero 1985).
Posteriormente, leí otro testimonio, citado por el abate Zins, de San Jerónimo:
“El Anticristo abolirá el ejercicio público del único verdadero Sacrificio del altar” (V. S. Jer. “in Danielem 12,11. SUB TUUM PRAESIDIUM, nº 3, 2º Trim. 1986, p. 34).
Esto era ya sumergirse en las fuentes de la Tradición, en la Patristica. Pero… tenían que existir más. La expectativa quedó satisfecha, al adquirir la obra del Padre Antonio Orbe, s.j., “La Teología de San Ireneo” (B. A. C., Madrid, 1988).
Por esta obra, me he podido enterar que San Ireneo, testigo casi de primera mano de la Tradición Apostólica, afirma que el Santo Sacrificio de la Nueva Alianza será desterrado por obra del Anticristo.
“Deinde et tempus tyrannidis ejus significat, in quo tempore fugabuntur sancti qui purum sacrificium offerunt Deo.” O sea: “Más tarde indica el tiempo de su tiranía, cuando serán perseguidos los santos que ofrecen a Dios el sacrificio puro” (1. V, 25,4).
Oigamos los comentarios del P. Orbe “En ese tiempo los santos serán perseguidos y desterrado el sacrificio puro a Dios“. “Está claro -dice- lo que Ireneo entiende por la persecución y fuga de los santos «qui purum sacrificium offerunt Deo». Cesará con el Anticristo el Sacrificio Puro, la Eucaristía dilatada por todo el mundo entre las gentes para glorificar el nombre del Dios Creador…. La Eucaristía será, según Daniel (9,27), eliminada durante los tres años y medio de tirania. Contra ella se cebará singularmente el odio del Anticristo por ser el sacrificio más fructuoso para el hombre…” (O.c. III, p. 45-48).
El mismo autor apoya su interpretación, citando a otros Padres. San Hipólito:
“Sobrevenido él, desaparecerá el sacrificio y la libación que, ahora, en todas partes es ofrecida a Dios por las gentes.” (“De Antichristo”, 64 initio; y, sobre todo, “In Danielem”, IV, 49,3). Citado el en la pág. 49.
Y del Pseudo-Hipólito dice que, en su obra “De consummatione mundi” (c. 34}, se hace eco, de manera ingenua, de la Eucaristía ausente en los días del Anticristo (p. 48).
Riquísima información que confirma la exactitud de la exégesis del Card. Billot. No obstante, seguí indagando, por si encontraba algo más y efectivamente, leyendo el Comentario “In Danielem” de Teodoreto de Ciro, encontré este elocuente e inequívoco testimonio de la Tradición:
“Abominationem autem desolationis vocat Antichristum, mutationem continuitatis ecclesiastici cultus, ordinem ab illius infamia et rabie dissipatum et ABOLITUM.” (Theodoretus de Cyro, “In Danielem”, Oratio X, circa finem.) “Llama Abominación de la Desolación al Anticristo, al cambio o alteración de la continuidad del culto eclesiástico, y al orden interrumpido y ABOLIDO por su perversidad y furor”.
Según lo interpreta Teodoreto se puede aplicar a la ruina de toda la estructura eclesial, llevada a cabo por Pablo VI, haciendo auténticas mutaciones en la Misa y en la Liturgia sacramental.
Vemos, pues, que la Tradición autoriza plenamente la exacta y clarividente exégesis del Card. Billot. “El culto de Dios -dice- dejará de ser celebrado, al menos públicamente… En una palabra: El Sacrificio de nuestros altares será proscrito, en esos terribles días; en todas partes será prohibido, salvo lo que se pueda hacer en la sombra subterránea de las catacumbas… O sea, algo similar a lo que les sucedía a los primeros cristianos en tiempo de persecuciones, o a lo que ha estado sucediendo tras el telón de acero, por ejemplo, en la Iglesia clandestina en Checoslovaquia.
Discrepo en cuanto al modo concreto como concibe el Card. Billot en que se llevaría a cabo la supresión del Sacrificio perpetuo. Está visto que las profecías, antes de su cumplimiento, son todas equívocas, según proclamó Pascal.
En cambio, hay testigos de la Tradición que sorprenden por hacer uso, para expresar el hecho de la desaparición del Sacrificio perpetuo, de un verbo de valor estrictamente jurídico: ABOLIR. Así San Jerónimo y Teodoreto. Ese es el verbo que ofrecen en su traducción española, Bover-Cantera y Ediciones Paulinas, en los versículos de Dan. 11,31 y 12,11; así como la Biblia de Jerusalén, en el versículo 11,31:
Abolirán el Sacrificio cotidiano…
He aquí, como se expresa la versión de los Setenta, en el versículo 31, del capítulo 11: “Kai metastésousin ton endelejismon”. El verbo I’methistemi” significa, entre otras cosas, cambiar, sustituir, mudar, transformar; los cuales, más que un simple abolir, derogar o abrogar, connotan algo más, se trata más bien de OBROGARE, en latín, que significa derogar o anular una ley, sustituyéndola por otra. Obrogare, según la definición de los juristas romanos, “est legis prioris infirmandae causa, legem aliam ferre“, o sea, consiste en promulgar una ley para anular otra anterior. Esto es, en realidad, lo que se ha conseguido con la promulgación del N. O. M.
De todos modos, una palabra clave, para entender el modo de llevarse a cabo la supresión del SACRIFICIO PERPETUO, es un verbo que tenga sentido jurídico, ya que abolir, derogar, abrogar u Obrogar , o sea suprimir legalmente, sólo lo puede hacer el Legislador. Otro procedimiento sería obrar contra Derecho y no dejaría de tener sus oponentes encarnizados que, pública o clandestinamente, se alzarían en contra de la intromisión injusta del tirano, como sucedió durante la dura época de las persecuciones primitivas y en todas las demás que ha habido a lo largo de la historia. De este modo no cesaría la celebración del Sacrificio Perpetuo; en tanto que la profecía de Daniel da por suprimido el Sacrificio Perpetuo.
Veamos. Resulta que la supresión del Santo Sacrificio Perpetuo -el Rito canonizado por un Concilio y un Papa, que lo fijó a perpetuidad bajo terribles anatemas- quedó oficialmente decretada el día en que se promulgó la CONSTITUCION APOSTOLICA “MISSALE ROMANUM” por Pablo VI, el día del Jueves Santo -justamente- 3 de abril de 1969.
Sí, así de una manera tan simple y tan poco estridente, logró Satanás que quedara suprimido “LEGALMENTE” el Santo Sacrificio Perpetuo. A esta supresión se plegaron, de momento, más del 90% de los sacerdotes. En la actualidad, no quedará ya ni siquiera el 1% que celebre el auténtico Sacrificio Perpetuo de la Nueva Alianza.
Para comprender la eficacia absoluta de esta abolición hay que fijarse en el caso de los 6.000 sacerdotes españoles -un 25 % aproximadamente de los sacerdotes de entonces- de la Hermandad Sacerdotal Española de San Antonio María Claret, que en carta, dirigida a BUGNINI, se negaban a celebrar seún el nuevo rito del N. O. M., con estas palabras: “Nosotros sacerdotes católicos no podemos celebrar una misa, de la cual M. Thurian de Taizé ha declarado que podía celebrarla sin dejar de ser protestante. LA HEREJIA NO PUEDE SER JAMÁS MATERIA DE OBEDIENCIA (subrayado mío). Pero esta actitud se quedó en agua de borrajas. Bastó que alguien les insinuara que se trataba de una ley proclamada por el Papa, y que si no celebraban según el nuevo ríto, desobedecerían al Santo Padre, para que la fortaleza de los santos quedara quebrantada (Dan. 12,7), para que toda su enérgica voluntad de oposición a la herejía se enervara y quedara deshecha cual terrón de azúcar en agua hirviente.
¡Qué fácil lo sabe hacer Satanás y cómo cumplió perfectamente la profecía de Daniel! Se alzaron los sacerdotes españoles contra Bugnini, pero se plegaron ante la ley del presunto legislador. Eficacia suma.
Aquí, en la destrucción de las estructuras multiseculares de la Iglesia, llevada a cabo por el Vaticano II y por los “papas”, a partir de Juan XXIII, manifestó el Anticristo su vigorosa potencia, realizando destrucciones prodigiosas, con toda prosperidad, exterminando a los fuertes y al pueblo de los Santos, verificando la aniquilación con en tal suavidad que no se advierte (Conf. Dan. 8, 25-26; Ap. 13,7).
Si bien la supresión o derogación del Sacrificio Perpetuo y de todo el Orden eclesiástico carece de legitimidad, sin embargo, tiene visos de legalidad y cubre todas las apariencias. Es la jugada maestra de Satanás, que no realiza por sí, dírectamente, como creía San Alfonso María de Ligorio, ni tampoco el Anticristo, como pensaba San Jerónimo. Satanás se valió para ello de la segunda Bestia, que con aspecto de cordero habla el lenguaje del Dragón (Ap. c. 13).
Repito que es la obra maestra de Satanás, astucia insuperable, capaz de engañar -si ello fuera posible- incluso a los mismos elegidos (Mat. 24,24).
Parece ser que Daniel y San Juan se quedaron cortos en la expresión de la trágica realidad que intentaban pintarnos y no por otro motivo, sino por las deficiencias del lenguaje humano. Por eso, tuvieron que echar mano de esas macabras visiones, con el fin de impresionar nuestra imaginación. Son imágenes espantosas, terroríficas, en su expresión lingüística; pero quedan sobrepujadas por la profunda realidad. La realidad es mucho más desgarradora; sólo que al ser de orden espirítual, la humanidad no se percata de la misma. Eso es lo malo; lo verdaderamente terrorífico, que tendría que provocar lamentos más desgarradores, que los que le inspiraron a Jeremías la ruina de
Jerusalén.
¿Es posible que esto no lo vea el 99% de la Humanidad? Por eso, pudo interrogarse, con razón, el divino Maestro:
“¿Cuando venga el Hijo del Hombre, acaso encontrará la Fe en la tierra?”
Subrayo el artículo, pues -no sé por qué- las versiones en lengua vulgar suprimen dicho artículo, que consta en el original griego. Se trata de la Fe objetiva, la cual quedaría como eclipsada (“La Iglesia quedará en tinieblas“, se nos anuncia en el mensaje de la Salette), aun en aquellos que subjetivamente no la hayan perdido, sin saber en muchos puntos a qué atenerse, llenos de confusión y turbación, como se puede observar en los diversos grupos “tradicionalistas“. Sucede como durante la Pasión de Cristo, en que se produjo la desbandada.
¿Qué explicación se podría dar a esta ceguera espiritual? Indudablemente, una de orden sobrenatural, de castigo por nuestros pecados, por falta de AMOR DE LA VERDAD, que nos podría salvar (Tes. II, 2, 10).
Esta ceguera, tiene, además, una base psicológica, en combinación con los misteriosos y adorables designios divinos, que sería interesante investigar.
Ya dijo Pascal que, en las cosas de Dios, hay luz suficiente para los que no desean sino ver; así como también la suficiente oscuridad para los que tienen la disposición contraria. De este modo, no se pierde el mérito de ver, ni la responsabilidad del rechazo.
Ese lado oscuro lo es mucho más, cuando se trata de profecías antes de cumplirse. “Las profecías son equívocas; sólo después de su cumplimiento desaparece la ambigüedad” (Pascal) .Pero sólo hasta cierto punto -añado yo-. El lado oscuro permanece, según el principio de Pascal, enunciado más arriba.
Pero, al intentar dilucidar esto, tengo que terminar aquí el presente artículo, ya que ello ofrece materia para otro.
Tomás Tello
_______________________________________________
  • Publicado en el nº 109 de la revista “ROMA“, pag. 47, con el título: “La abominación de la desolación“. (volver)
  • Nota de la Redacción: En el número 108 de ROMA se puede ver como Pablo VI el 21 de noviembre de 1964, aprobó documentos del Concilio (Lumen Gentium y Unitatis Redintegratio) que contradicen el dogma de fe que fuera de la Iglesia no hay salvación (Extra Ecclesiam nulla salus). Así mismo el mismo día “aprobó” otro documento (Orientalium Ecclesiarum) que permite dar los Sacramentos incluso la Sagrada Eucaristía a cismáticos y aun a herejes y recibirlos de ellos, contradiciendo la Tradición inveterada, al Concilio de Florencia en definición solemne, al Canon 731.2 del Derecho Canónico. (volver)
    fonte:http://firmesenlafe.com.ar/inicio/supresion-sacrificio.html

LOS ENEMIGOS DEL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA




El encarnizamiento con que el demonio ha tratado en todos los tiempos de atacar al Santo Sacrificio de la Misa es una prueba de cuán sagrado e importante debe ser, y al mismo tiempo, cuán terrible para él.


En el decurso de los diez primeros siglos de cristianismo, cuando la Iglesia de veía combatida por innumerables herejes, nadie hubo tan osado que llegara a atacar el Augusto Sacrificio. Necesitábase para ello un gran avance en la perversidad, una audacia verdaderamente infernal.


Ello no se verificó hasta el siglo once; pero debemos hacer notar que apenas hubo Berenguer de Tours proferido sus blasfemias, el mundo tembló de espanto y le gritó con indignación: “Eres piedra de escándalo de los fieles“, ya que más de cinco Concilios le habían anatematizado, hasta que, por un milagro de la misericordia divina, Berenguer abjuró de sus errores y habiendo hecho penitencia por ellos falleció confesando la verdadera doctrina (1088).


Pero la simiente por él sembrada no desapareció con él, sino fructificó por desgracia algunos años más tarde en los albigenses. Esta secta diabólica declaró ilícito el matrimonio, permitió la impureza, arguyó violentamente contra la Misa privada, que así llamábase vulgarmente la Misa rezada, y llegó a tan alto grado su encono que condenaron a terribles penas a los fieles que a ella asistían; penas que no llegaban ni en mucho a las horrorosas que imponía a los sacerdotes que tenían la audacia de celebrar los sagrados misterios.


A más de los albigenses, los enemigos más encarnizados que ha tenido la Misa han sido indudablemente los reformadores del siglo décimo sexto (XVI), ya que el propio Lutero confiesa el hecho de haber sido inspirado por Satán para abolir la Santa Misa, como acto de idolatría y que había obrado de tal suerte no ignorando que el diablo aborrecía todo lo bueno; más aún, que sus enseñanzas eran todas falsas.


Si la inteligencia de Lutero no hubiese sido ofuscada por completo por los espíritus infernales, habría a lo menos raciocinado de esta suerte: Satanás pretende que la Santa Misa es un acto de idolatría: si esto fuese así, ¿porqué quiere abolirla cuando en alabarla y fomentarla daría con el medio de insultar más despiadadamente al Altísimo?


Ahora bien; Satán ha privado del Santo Sacrificio de la Misa a todas las sectas luteranas, causándoles con ello el perjuicio más funesto y les ha imbuido de tal manera su propio odio contra este santo misterio que han llegado a proferir la terrible blasfemia de que “la Misa es una abominable idolatría”, como se lee en el catecismo de los calvinistas de Heidelberg.


¡Pobres insentatos! ¿Cómo pueden admitir, entonces que se haya salvado una sola alma desde Jesucristo? Todos los apóstoles y los sacerdotes, todos, han celebrado el Santo Sacrificio de la Misa: los mártires y los confesores han asistido a ella con ejemplar devoción; ¿acusarán acaso de idolatría a todo ese ejército de Cristo haciéndole, por consiguiente, digno del infierno? La razón natural se resiste a suponerlo.


¡Ah! Cuánto más consolador es escuchar a San Fulgencio cuando dice: “Creo sin la menor sombra de duda que el hijo unigénito de Dios hecho hombre por nosotros, se ha ofrecido sin cesar, en fe y en caridad, el sacrificio del pan y del vino“. Guardémonos bien de que no acontezca lo que a los herejes, a quinenes Satanás ha privado de la Santa Misa. No pudiendo arrebatárnosla enteramente se esfuerza en hacernos desconocer el valor sin fin del Santo Sacrificio para que no lo estimemos como es debido, haciéndonos negligentes a fin de que no podamos obtener los frutos abundantes de gracia que de la Misa debemos lucrar.

Pbtro.Martin Cochem O.F.M. (1625-1712)

INTERVISTA A MONS. BRUNERO GHERARDINI: LA CORRETTA INTERPRETAZIONE DEL CONCILIO VATICANO II


Mons. Brunero Gherardini è considerato uno degli ultimi rappresentanti della scuola romana di teologia, quella, per intenderci, cui appartennero i grandi teologi italiani del ’900 tra cui ci piace ricordare alcune figure come il card. Ottaviani e il card. Parente, mons. Piolanti e i padri Fabro, Spiazzi, Composta.
Docente emerito di Ecclesiologia ed Ecumenismo presso la Pontificia Università Lateranense, detta l’Università del Papa, mons. Gherardini ha un curriculum di pubblicazioni, anche in altre lingue, che non permette alcun breve excursus. È un teologo, un ecclesiologo e un mariologo di fama internazionale, ottimo conoscitore di Lutero e della Riforma, ma anche studioso appassionato della filosofia moderna, specie tedesca e francese.
Attualmente, fra i molti impegni, oltre ad essere canonico di san Pietro, dirige la prestigiosa rivista di teologia Divinitas, e ha l’onore di essere succeduto al Piolanti nella Postulazione della Causa del beato Pio IX.
L’ultimo lavoro di mons. Brunero Gherardini, pur affrontando un argomento molto delicato, sta ottenendo un grande successo: Concilio Ecumenico Vaticano II – Un discorso da fare (Casa Mariana Editrice, Frigento 2009), con Lettera Prefazione di mons. Mario Oliveri, vescovo di Imperia-Albenga e premessa di mons. Albert Malcolm Ranjith, arcivescovo segretario della Congregazione per il Culto Divino e la Disciplina dei Sacramenti. Ne abbiamo parlato con lui in questa intervista.
COME LE È VENUTA L’IDEA, MONSIGNORE, DI SCRIVERE QUESTO LIBRO?
Una premessa: ho sempre rifiutato interviste. Se faccio oggi un’eccezione, è perché son legato da stima profonda e amicizia con il prof. Roberto de Mattei, direttore di “Radici Cristiane” e perché desidero pubblicamente ringraziare il Signore per la grande accoglienza che sta riscuotendo il mio libro.
Mi domanda non quando ma come. Risposta semplice: via via che i documenti, uscendo dall’Aula conciliare, diventavano oggetto d’interpretazioni non univoche e il cosiddetto post-Concilio se ne impadroniva per darne interpretazioni spesso insostenibili sul piano teologico e su quello storico.
Tale ho sempre considerato, ancor prima che il Ratzinger d’allora ne parlasse, l’interpretazione di un Concilio di rottura, e quindi di una nuova Chiesa, o se si vuole della vera Chiesa, finalmente alla luce del sole, come se la Chiesa dei venti secoli precedenti fosse una non-Chiesa o l’anti-Chiesa.
IL COSIDDETTO “SPIRITO DEL CONCILIO” SEMBRA ESSERE IL GRANDE NEMICO DELL’ERMENEUTICA DELLA CONTINUITÀ TRA TRADIZIONE E RIFORME DI CUI È FAUTORE PAPA RATZINGER. MA QUESTO FAMOSO SPIRITO CONCILIARE, QUASI MITICO “UNGEIST”, NASCE DA UNA LETTURA IMPROPRIA DEI TESTI POI APPROVATI, COMPIUTA DA MINORANZE ERETIZZANTI, O DA LACUNE E AMBIGUITÀ PRESENTI NEI TESTI?
Come certamente anche lei sa, lo “spirito del Concilio” fu quello al quale, purtroppo in modo declamatorio, il Concilio stesso s’appellò più volte, sia richiamandosi ai precedenti Concili, sia determinando il valore dei propri documenti.
Contro questo “spirito” fu subito invocato un “contro spirito” da parte dei novatori per dare ai documenti conciliari un’interpretazione di rottura. La sua domanda vorrebbe anche sapere se questo Ungeist avesse radici nell’Aula conciliare: è noto che minoranze e maggioranze si fronteggiavano sulla base di una mal capita modernità, che alcuni fra i Padri conciliari, e loro teologi di sostegno, traducevano la dottrina di sempre in termini storicistici, sottoponendola all’immanentismo, all’esistenzialismo, al liberalismo. Da ciò le ambiguità, non moltissime ma gravi, di alcuni testi.
È POSSIBILE ED È LECITO, SECONDO LEI, CHIEDERE AL PAPA E ALLA SANTA SEDE LA REVISIONE, LA RETTIFICA O L’AGGIUSTAMENTO DEI TESTI CONCILIARI COME ESSI FIGURANO NEGLI ACTA (SOTTO FORMA DI NOTA PRAEVIA, PER ESEMPIO O SUL SENSO DI UNA PROPOSIZIONE COME NELL’AUCTOREM FIDEI DI PIO VI PER RENDERLI PIÙ CHIARAMENTE CONFORMI ALLA TRADIZIONE DOGMATICA DI CUI SI DICONO ESPRESSIONE?
Sia ben chiaro, una supplica (almeno fino a che non se ne dimostri l’irragionevolezza) è sempre possibile e lecita. La mia non chiede né revisioni, né rettifiche, ma precisazioni di senso sulla base di una discussione critica ampia e rigorosa, dominata dal riferimento costante alla forza vitale della Tradizione rettamente intesa.
La Nota praevia non è un “aggiustamento” ma l’indicazione del senso da dare al III capitolo della Lumen gentium; quanto alla Auctorem fidei, non so a quale proposizione si richiami: forse alla prima sulle “verità più importanti” o alla 67ª sulla Sacra Scrittura.
MAI COME IN QUESTI 40 ANNI POST-CONCILIARI SI È TANTO PARLATO DI PAROLA DI DIO, EPPURE MAI, FORSE, IN 20 SECOLI CRISTIANI, SI È ASSISTITO A UNA SUA MANOMISSIONE COSÌ GRAVE, UNIVERSALE E PERVASIVA.
IN CHE MODO SI POTREBBE OPERARE, ANCHE DAL BASSO, PER UNA RIAFFERMAZIONE DELLA DOGMATICA CATTOLICA INTEGRALE, CIOÈ NON ADATTATA ALLA MUTEVOLE CULTURA UMANA E LONTANA DAL PROTESTANTICO PRIMATO DELLA SCRITTURA?
Con il coraggio di riaffermare la dottrina di sempre, nel senso datole dalla fede “sub ductu Ecclesiae”.
NELLA FINALE “SUPPLICA AL SANTO PADRE” LEI, MONSIGNORE, PONE DEGLI INTERROGATIVI SERISSIMI SULLA DOGMATICITÀ DEL CONCILIO E SUL VALORE DEI SUOI ATTI. IL DIALOGO TRA LA SANTA SEDE E LA FRATERNITÀ SAN PIO X OPPURE I CONGRESSI E GLI STUDI SUL CONCILIO DA LEI PROPOSTI, IN CHE MODO POTREBBERO PORTARE AL CHIARIMENTO DOTTRINALE AUSPICATO, IN MODO CHE “L’AUTOEUTANASIA DEL CATTOLICESIMO” (DEL NOCE) VENGA A CONCLUDERSI?
I miei “interrogativi serissimi” sono un richiamo ai limiti dogmatici entro i quali il Vaticano II fu convocato e i Padri si mossero.
Se un richiamo del genere venisse oggi dal Supremo Pastore e Maestro della Chiesa universale avrebbe l’effetto di ricomporre immediatamente l’unità all’interno della stessa Chiesa.
Non appartengo alla Fraternità San Pio X ma auspico di cuore che possa anch’essa sentirsi a casa propria nella Chiesa, proprio sulla base di una comune e pacificamente recepita nozione dogmatica di Tradizione.
I congressi e gli studi che propongo, e che avrebbero un peso eccezionale se fossero promossi dalla Santa Sede, dovrebbero far piazza pulita dell’ermeneutica della rottura, sulla base della scienza e della fede di ieri, di oggi e di sempre.
Fonte: Radici Cristiane, 2 ottobre 2009

Mons. Brunero Gherardini.: Il Vaticano II. Alle radici di un equivoco

 

Il Vaticano II. Alle radici di un equivoco



Il Vaticano II. Alle radici di un equivocoRingrazio l'amico Piero Mainardi per averci fatto partecipi di questi brevi, ma significativi, testi tratti dal libro summenzionato di Mons. Brunero Gherardini.

‎"L'insistenza sull'ermeneutica riporta l'attenzione al linguaggio come strumento di comunicazione ... [questo problema] nacque dall'intento dei Padri conciliari d'adeguar il linguaggio evangelico e la dottrina della Chiesa alla mentalità dell'uomo contemporaneo, valorizzandone acquisizioni culturali ed aspirazioni largamente diffuse:' il desiderio di partecipazione, il senso della corresponsabilità, della solidarietà, della decisione personale, dell'interiorizzazione, della libertà religiosa, come pure della responsabilità dei laici, il ruolo della donna, l'attenzione verso i giovani, la ricerca universale della giustizia, della pace, dello sviluppo per tutti gli uomini' [cit. da H. Carrier, Il contributo del Concilio alla cultura, in Latourelle - a cura di - Vaticano II: bilancio e prospettive, venticinque anni dopo]- Con tale intento si pensava di attuare la sensibilità pastorale, che Giovanni XXIII aveva manifestato nel discorso d'apertura ... Da quel momento, cestinati per il loro linguaggio scolastico gli schemi predisposti dalla competente Commissione teologica che aveva potuto contare su un cardinal Ottaviani come presidente, sul padre Tromp come segretario, su 31 membri e 36 consultori - il meglio del mondo teologico d'allora - il Vaticano II prese subito quota sulle ali non della tradizione, ma della Nouvelle Théologie e dei suoi massimi esponenti ... precedentemente tacitati da Pio XII e dalla sua enciclica Humani generis ...

"... si pensò che la rinuncia al metodo e al linguaggio della Scolastica superasse il fissisimo della formula, il trionfalismo della verità posseduta, l'automatismo ed il rigorismo delle deduzioni in auge fino quel momento e si sperò che, grazie a tale rinuncia, d'andar incontro al mondo, alla sua cultura, alle sue attese su un piano di parità, comunicando per quanto possibile con lo stesso strumento, dialogando con la stessa metodologia. E nacque in tal modo mil tanto osannato linguaggio conciliare.
Che cosa sia, difficile dirlo. Le sue componenti non son poche, derivando le une dalla comunicazione biblico-patristica, le altre dal loro rapporto ... con la multiforme e pendula cultura del nostro tempo. Non si trattò d'un rapporto naturale: Sacra Scrittura e Padri della Chiesa non son legati al pensiero moderno e contemporaneo da nessuna parentela diretta. Il rapporto fu però stabilito perchè si voleva dimostrare quanto inutile e ingombrante fosse il linguaggio scolastico. Molto dipese da coloro che, o dall'interno coem 'periti', o dall'esterno come persuasori non sempre occulti e abilissimi agenti di pressione, riuscirono a far breccia nell'aula conciliare..."

" Una dimensione storica prese il sopravvento su quella speculativa e, soprattutto su quella Confessante. ... Cessò la teologia dall'alto come elaborazione di dati provenienti dalla Rivelazione e dal Magistero, ed emerse la teologia dal basso, dal 'posto ove noi viviamo' e dai problemi che son tutt'uno con questo posto e non con altri. Imperversò la categoria del 'mistero' di cui nessuno ignora l'importanza: ma il mistero, un poco alla volta tacitò la ragione. L'interesse per esso, invece di rispettarne la collocazione nella sfera del soprannaturale, gli aprì lo spazio riservato ai problemi temporali, alla loro attuale incidenza e contingenza storica ... Operando una mescolanza inaudita, nel mistero si lesse il coefficiente che avrebbe dovuto cambiare la qualità della vita e dei rapporti sociali, linguaggio compreso, e che, pertanto, esigeva un parallelo cambiamento del linguaggio teologico ...
Sì dichiarò guerra all' 'intellettualismo', accusandolo di falsificare Dio, il suo mondo e quello della Fede. In pari tempo si privilegiò la categoria dell'esperienza ... si proclamò ormai superata la fase del cristianesimo inculturato, per riconoscerlo implicito, ma vivo e vitale, in ogni anelito di giustizia, di bontà e di pace, qualunque fosse la sua matrice.
Quanto al cristianesimo della tradizione teologica, lo si prese con le pinze per analizzarlo in ogni suo particolare e liberarlo da qualunque dipendenza estranea. S'iniziò il suo ressourcement, la corsa alle origini, al fine di ritrovarvi il segreto di un cristianesimo vissuto semplice trasparente. S'intendeva con ciò disincagliare il discorso teologico dal suo incapsulamneto nella logica aristotelico-tomista ed agganciarlo all'esuberanza esperienziale del soggetto cristiano: il singolo e la comunità."

B. Gherardini, Il Vaticano II. Alle radici di un equivoco. pp.222-223-224-225
tratto da: http://tertiumnondatur.blogspot.it/2012/08/il-vaticano-ii-alle-radici-di-un.html

Patriarca de Lisboa: celibato não é “mera questão disciplinar”.

 

Por José Manuel Santos Ferreira – Na conclusão da homilia que proferiu na Missa de ordenação de dois novos sacerdotes, no dia 29 de Junho de 2014, Solenidade dos Apóstolos S. Pedro e S. Paulo, na Igreja de Santa Maria de Belém, D. Manuel Clemente, Patriarca de Lisboa, falou do celibato sacerdotal, deixando muito claro que o celibato não é uma “mera questão disciplinar”.
Aqui está o texto, na parte relativa ao celibato:
Caríssimos irmãos: A verdade da Igreja e da sua missão no mundo articula-se inevitavelmente aqui, quando a teologia se faz escatologia, acolhimento e anúncio do que Deus nos dá definitivamente em Cristo. E é importante verificar, caríssimos ordinandos, que não é por acaso que a frase litúrgica citada – «enquanto esperamos a vinda gloriosa de Jesus Cristo nosso Salvador» – será dita por vós em cada Missa que celebrardes, e precisamente como sacerdotes celibatários.
Detenhamo-nos um pouco neste último ponto, já que alguma opinião o desvaloriza ou dispensa. Deixai-me dizer até que, sendo verdade que, mesmo na Igreja Católica, há casos de ordenação sacerdotal de homens casados, o celibato não se reduz, como por vezes se ouve, a uma “mera questão disciplinar”. Muito pelo contrário, sendo realmente uma graça, ele assinala para a Igreja toda, na vida consagrada ou ligado ao ministério sacerdotal, aquela dimensão final em que Jesus Cristo, também ele celibatário, nos introduz já e culminará por fim.
O celibato e a virgindade consagrada alargam o horizonte e o coração, quer para a paternidade pastoral dos sacerdotes, quer para a universal maternidade da Igreja. Assim o disse, com muita clareza e aviso, o Papa Francisco, a 6 de Julho do ano passado, a um grupo de seminaristas, noviços e noviças, além doutros jovens em caminho vocacional: «Vós, seminaristas e freiras, consagrais o vosso amor a Jesus, um amor grande; o coração é para Jesus, e isto leva-nos a fazer o voto de castidade, o voto de celibato. Mas o voto de castidade e o voto de celibato não acaba no momento em que se emite, continua… Um caminho que amadurece, amadurece, amadurece até à paternidade pastoral, até à maternidade pastoral, e quando um sacerdote não é pai da sua comunidade, quando uma religiosa não é mãe de todos aqueles com os quais trabalha, torna-se triste. Eis o problema. Por isto vos digo: a raiz da tristeza na vida pastoral consiste precisamente na falta de paternidade e maternidade que vem de viver mal esta consagração que, ao contrário, nos deve conduzir à fecundidade. Não se pode imaginar um sacerdote ou uma religiosa que não sejam fecundos: isto não é católico! Não é católico! Esta é a beleza da consagração: a alegria, a alegria…» (L’Osservatore Romano, ed. port., 14 de Julho de 2013, p. 5).
Todas as realidades criaturais são boas e necessárias para crescermos na terra. Mas para crescermos da terra ao céu. A própria vida familiar é um valor primeiríssimo, que Jesus restaurou segundo o “princípio”, mas como pedagogia do fim: daquele fim em que já nem eles se casam nem elas são dadas em casamento, pois todos seremos igualmente irmãos na única família de Deus (cf. Mc 12, 25). Esquecer isto é esquecer quase tudo e tomar como fim o que é princípio e meio.
Por isso, Jesus não constituiu família humana, para abrir no mundo a família dos filhos de Deus. E assim mesmo o seguiu Paulo, que deu ao apostolado a mais expressiva das realizações. Consequentemente, foi-se afirmando a vida celibatária e virginal entre muitos cristãos e cristãs, monges e monjas, clérigos também e em número crescente, antes até das normas canónicas o preverem.
Esquecer este facto não é apenas ignorar a história. É atenuar o que não pode ser atenuado, como desafio escatológico, definitivo e completo da vocação cristã. Isso mesmo que o sensualismo dominante da subcultura contemporânea não aceita, mas que o cristianismo autêntico mantém e oferece, como dizia o Apóstolo das Gentes, «a coroa da justiça, que o Senhor, justo juiz, há-de dar a todos aqueles que tiverem esperado com amor a sua vinda»: um amor bastante, um amor final, para ser infindo.
 

quarta-feira, 6 de agosto de 2014

LMS Mass in Westminster Cathedral: photos

 

IMG_8948

Yesterday we had our AGM, followed by Mass in Westminster Cathedral.

IMG_8712

For the first time, I was able to take photos from some of the galleries. See, I have the power of bilocation. I pressed the button for both of the above photographs of the Consecration. One was remote-control, however.

IMG_8928

The celebrant was Fr Anthony Glaysher, a parish priest on the Isle of Wight who is the LMS Regional Chaplain for the South West. He also gave an excellent address to the AGM before Mass. The deacon was Fr Young of the Ordinariate, the subdeacon was Fr Patrick Hayward.

IMG_8929

IMG_8671

IMG_8746

IMG_8749

The only trouble with leaving one camera in the gallery was that I was more limited than I otherwise would have been in the lenses I could use from the ground. The above photo was taken with a zoom lenses from miles back in the nave. Westminster Cathedral does, of course, have a very long nave! The photo below was taken with a wide-angle lens.

IMG_8764

More photos.
 
SOURCE

MARY: At every level and in every situation I find these people of good will. This is my promise. I am ready to take all of them into the most sacred fire that burns in my Immaculate Heart.

12. Being Set Aside By the Church

 



Mary
Who can know the sorrows of my heart unless I speak openly and reveal what is hidden? I see the many difficulties of the Church. A Church that was strong and flourishing has now been set aside, and often is the object of ridicule. The young are no longer formed by its teachings and many of the older generation have abandoned its truths. The Church cries out in the marketplace but its voice is not heard. Its teachings have no impact upon the modern mind. How has all of this happened?
I must speak honestly. I have been set aside. The Church flourished when I was exalted. Many gave themselves to the priesthood and religious life when the Church rejoiced to be my child. Then, new waves of thought washed upon the shore. The new agenda erased the deeply ingrained devotions. My appearances, my visitations and my words no longer occupied the Catholic mind. How different would these decades have been if I had not been moved to the sidelines!
I must speak honestly. It is late. The weapons of war explode. Some roads of peace narrow and even end. The world’s resources turn to destruction not to life. At this point, no one can perceive the power of the coming darkness, nor how close it is at hand.
I will try again. I will send out greater invitations. I will use more messengers, in even higher places. They must be faithful to the message, “There is only one path to peace, the road that leads into the center of my Immaculate Heart”. There will be new movements, new beginnings, new fires. I have not abandoned my Church and I refuse to sit on the sidelines while Satan claims his victories.
Those who heed me, I will use. Those who believe they have a better plan will waste their time.
Comment: This is a very strong locution that sums up Our Lady’s feelings.

 

11. Special Surprising Lights

 



Mary
Usually, I pour out my gifts in great order, the small ones first and later the greater ones. Now, however, a greater need exists to which I must respond. I must take people who are not fully prepared and give them gifts far greater than usual. Like children in an emergency, who are pressed into action and asked to do works usually reserved to adults.
What a special time this will be! Many will wonder. People of good will who have just begun to live devoutly will be given great powers, usually reserved for the perfect. Those who are spiritual children will lead many to great faith. Others, who have just begun themselves to love my Immaculate Heart, will be foundation stones of strong communities.
New movements, filled with the greatest lights will arise. Fresh spiritual leadership will emerge. These are the fruits of the new lights that will suddenly begin to push back the world’s darkness. As always, these secrets lie in my Immaculate Heart.
Comment: In these days of extraordinary darkness, Our Lady must take surprising actions.