português (brasileiro)
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La 73a. Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud -el máximo órgano de las Naciones Unidas, responsable de la protección de la salud de los ciudadanos de los Estados miembros- celebrada hace unos días en Ginebra en forma de videoconferencia entre los Ministros de Salud de los países miembros, en plena pandemia del Covid-19, constituyó un verdadero y propiamente dicho enfrentamiento en materia de política internacional. De hecho, es cada vez más apremiante la necesidad de abrir una investigación internacional sobre los perfiles de responsabilidad política internacional respecto al régimen comunista del dictador Xi Jinping que gobierna a China con puño de hierro.
Las fundamentadas acusaciones de la administración Trump, que desde hace meses detecta graves violaciones, por parte del gobierno de Pequín, de los protocolos internacionales en caso de crisis sanitarias epidémicas y pandémicas, habían sido desestimadas en un primer momento con superficialidad o cínico oportunismo por varias esferas diplomáticas entre las cuales desafortunadamente, también la italiana, como temerarias maniobras de una nueva «guerra fría» entre las dos potencias económicas nacionales más grandes del planeta. Estas maniobras ahora dejan en evidencia los lados más dramáticos de la informal y agresiva política exterior adoptada por el gobierno de Beijing para conquistar los roles de hegemonía dentro de las organizaciones políticas internacionales. Una estrategia que se ha manifestado en toda su evidencia en el caso del papel asumido por la OMS en la primera fase de la gestión de primera línea de la guerra contra el Coronavirus. LEGGERE...