sábado, 9 de maio de 2009

La Misa Romana: Historia del rito. Capitulo 1º: Las oraciones preparatorias



Comienza hoy, tras el periodo vacacional, una larga serie de artículos en los que, a manera de síntesis teológica e histórica de la Liturgia Eucarística Romana, trataré de explicar todas y cada una de las partes esenciales de la Misa. Incluyo no sólo las particularidades del Misal Romano de 1969 que constituye hoy en día el modo ordinario de la celebración de la Misa si no también del Misal Romano de 1962 que tras la promulgación del Motu Proprio de Benedicto XVI “Summorum Pontificum”, es el texto litúrgico en vigor para la celebración de la Santa Misa en su modo extraordinario.


Espero satisfaga a cuantos, más allá de la curiosidad, buscáis un conocimiento más profundo y riguroso de la Liturgia católica.

Entre las oraciones privadas de preparación del celebrante, introducidas en el ordinario de la Misa por los francos, podemos distinguir tres grupos:

1º Preparación privada antes de la celebración ( algunos salmos como el 50, el 83,el 84 y 85 , el salmo 115 que se añadió en el siglo XI, y el 129 un siglo más tarde, más una hermosa oración de San Ambrosio dividida entre los siete días de la semana y llena de súplicas humildes.)

2º Fórmulas para revestirse los ornamentos (existía en la Edad Media una ilimitada variedad de fórmulas cortas para el momento de revestírselos: encontramos hermosísimas en los pontificales de Cambrai, Amiens y Moissac. Las que al final prevalecieron y que empezaron a editarse en los misales a partir de Trento hasta nuestros días se remontan a un periodo que va de los siglos IX a XI y proceden de esos tres pontificales francos mencionados.)

3º Oraciones camino del altar, que más tarde se convirtieron en la primera parte de las oraciones ante las gradas, hoy día eliminadas en el modo ordinario del Rito Romano pero mantenidas en el extraordinario.

De estos tres grupos quedaron como cosa privada los dos primeros, pasando el tercero a formar parte de la misa misma. Es por eso que empezaré a ocuparme de este último grupo.


Las oraciones ante las gradas

A partir del siglo X se introduce el salmo 42 con sus versículos, el Confiteor y la oración “Aufer a nobis” que precede al beso del altar. Todos estos elementos acabaron formando un núcleo compacto, en la conciencia de que el sacrificio debía empezar con una súplica de perdón por los pecados, súplica que adquirió la forma de una verdadera confesión. Ya en los primeros documentos litúrgicos (Didaché, cap XIV) hablan de una confesión de los pecados al principio de las reuniones eucarísticas. En las ceremonias estacionales, el pontífice, en ceremonia manifiestamente penitencial, al llegar al altar se postraba ante él. Cuando en época carolingia, se empezaron a llenar con apologías (oraciones silenciosas del celebrante) todos los intervalos y acciones exteriores que el celebrante según la antigua liturgia romana permanecía pasivamente en silencio, la apología que aquí se introdujo era de compunción y arrepentimiento y muy parecida al Confiteor actual.


A partir del siglo XI vemos en los misales la combinación de un verdadero acto penitencial unido al salmo 42 (Judica me). De estos dos elementos, el más importante fue sin duda el Confiteor. Signo de ello es que las liturgias monacales de cartujos, carmelitas y dominicos nunca asumieron el salmo 42 pero si el Confiteor. Si al fin la reforma de San Pío V impuso el salmo, fue por la antigua tradición del misal de la curia romana, y porque el salmo, una vez que su recitación se trasladó al presbiterio, resaltaba entre las demás oraciones preparatorias, dejándolo así más estrechamente unido al Confíteor. Su uso pasó a España ya en el siglo XI cuando el ordinario que se impuso para sustituir la liturgia mozárabe fue el misal de la curia romana, por eso al restaurarla el cardenal Cisneros en Toledo, penetró en la misa hispánica.


Al principio de las oraciones, como hoy en el inicio de la celebración eucarística en el Misal Romano de 1969 tras besar el altar, está la señal de la cruz acompañada de las palabras “In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti” tomadas del mandato de bautizar a todo el mundo. Esta fórmula nos recuerda el poder que nos ha sido concedido de participar en el sacrificio eucarístico. Hace pues, esta fórmula, de puente entre los dos sacramentos del bautismo y la eucaristía.


Introibo ad altare Dei (Me acercaré al altar de Dios…) y salmo 42: No nos debe extrañar que entre las diversas fórmulas que se podían rezar camino del altar o de pie ante él, como acabo cuajando, se impusiera el salmo 42. Si hay que escoger un salmo difícilmente podemos encontrar otro más apto. El salmo va trazando la evolución psicológica del que entra en la casa de Dios para orar o para ofrecer el sacrificio. El hombre pasa del modo de pensar del que sólo piensa en sí mismo y en sus necesidades a otro que, iluminado desde arriba, hace propósito de entrar en la casa de Dios a cumplir sus deberes religiosos. No es fácil, continuamente le llega el recuerdo de sus aflicciones, pero se sobrepone definitivamente para sólo atender al culto divino.


Y llega el Confíteor. Ya en el siglo XI la postura corporal con que se rezaba era la inclinación profunda con sus tres golpes de pecho al “mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa” primero por el celebrante seguida de la oración Misereatur (El Señor tenga misericordia de ti…) recitada por los fieles y muy especialmente por el acólito y después por los fieles y seguida del Misereatur y del Indulgentiam pronunciado por el sacerdote (Que el Señor nos conceda la indulgencia, la absolución y la remisión de nuestros pecados….) Posteriormente y antes de subir las tres gradas del altar se rezan unos versículos desde el siglo XII que nos preparan al beso u ósculo del altar: Deus tu conversus, Ostende y Domine exaudi (Oh Dios, vuélvete hacia nosotros, muéstranos Señor, tu misericordia).


Aufer a nobis: es una fórmula antigua, completamente en silencio que pide Al Señor que aleje nuestras iniquidades para que con pura mente podamos entrar en el santuario. Posteriormente al besar el ara del altar, con las reliquias de los mártires que allí están depositadas se reza la plegaria “Oramus te Domine, per merita sanctorum tuorum quórum reliquiae hic sunt et ómnibus sanctis ut indulgere digneris omnia peccata mea” (Te pedimos Señor por el merito de tus santos cuyas reliquias están aquí y de todos los santos, te dignes perdonar mis pecados).


Este beso del altar, que es el primer gesto con el que comienza el Novus Ordo de Pablo VI, es una alegoría del saludo a Cristo del celebrante, que representa al pueblo, pero también el beso del altar, al estar allí las reliquias de los mártires, es un símbolo de Cristo, que por medio de quien lo representa (el sacerdote), saluda a su Iglesia. Hasta el final del siglo XII no se conocen más ósculos al altar que al principio y al final de la misa y en un sitio dentro del canon. Pero a partir del siglo XIII aparecen cada vez que el sacerdote se vuelve hacia el pueblo. Esto es señal de que prevaleció una significación por encima de la otra, a saber, la renovación de la unión con Cristo (el altar) antes de saludar al pueblo. Sin entrar en una u otra, hay que recordar que el sentido primitivo del ósculo es el de venerar el lugar sagrado del sacrificio.


Al saludo del altar sigue, en las misas solemnes y cantadas, la incensación del altar, que la Iglesia adoptó cuando el significado pagano de adoración idolátrica dejó de ser peligroso y su simbolismo tan elocuente, de nubes de incienso que pausadamente se levantan de la tierra al cielo en signo de adoración, se impuso sobre los antiguos reparos. Además adquiere el incienso el simbolismo de la purificación y santificación. Ese significado se impone a partir del siglo X y se inciensan no sólo el altar, sino el evangeliario, los ministros y también el pueblo, ungiendo de homenaje y veneración los objetos sagrados y constituyéndose en portador de bendiciones para los hombres.


En el Novus Ordo del 69 aparece aquí el saludo al pueblo bajo diversas fórmulas con que se inicia la celebración, cuya base es el “Dominus vobiscum” (El Señor esté con vosotros) Es un saludo, lo mismo que el “Pax Vobis” (La Paz con vosotros) que dice en su lugar el Obispo y que encuentra su paralela desde el siglo IV en Oriente con el “Irina Pasin” (La Paz con vosotros): su fin es establecer contacto con la comunidad antes de establecer comunicación con ella, o para invitarles al acto penitencial o para anunciarles la Palabra de Dios o llegado el caso, invitarla a la oración.

En el modo extraordinario del rito romano (Misal de Juan XXIII 1962) ese saludo aparece por primera vez únicamente antes de la Colecta. (El primer “Dominus vobiscum” antes del “Aufer a nobis” tiene una significación muy distinta de la que tiene en el resto de la misa: la de pedir a los circunstantes que recen por él antes de subir al altar)

Próximo capítulo: Los Kyries.

Dom Gregori Maria

Fonte:http://www.germinansgerminabit.org

O Princípe jordano Ghazi Bin Talal louva a "coragem" de Bento XVI por liberalizar a Missa Tridentina


Il principe giordano Ghazi Bin Talal loda il "coraggio" del Papa a prendere decisioni controcorrente come la liberalizzazione della messa in latino. L'esponente della casa regnante hashemita ha accolto il Papa davanti alla moschea al-Hussein Bin Talal di Amman. Ill principe ha sottolineato che il pontificato di Ratzinger è stato "marcato dal coraggio morale di dar voce e tener fede alla propria coscienza, indipendentemente dalla moda del giorno". Più specificamente, Ghazi Bin Talal ha ricordato che Benedetto XVI ha scritto "storiche" encicliche papali sulla carità e la speranza, ha promosso il dialogo interreligioso ed "ha liberalizzato la tradizionale messa in latino per coloro che la seguono".
fonte:messa latina

PIO XII: Já que a sagrada liturgia é exercida sobretudo pelos sacerdotes em nome da Igreja, a sua organização, o seu regulamento e a sua forma ...





III. A liturgia é regulada pela hierarquia eclesiástica

35. Para melhor compreender, ainda, a sagrada liturgia é necessário considerar outro seu carácter importante.

A Igreja é uma sociedade; exige, por isso, uma autoridade e hierarquia próprias. Se todos os membros do corpo místico participam dos mesmos bens e tendem aos mesmos uns, nem todos gozam do mesmo poder e são habilitados a cumprir as mesmas ações. O divino Redentor estabeleceu, com efeito, o seu reino sob fundamentos da ordem sagrada, que é reflexo da hierarquia celeste. (36). Somente aos apóstolos e àqueles que, depois deles, receberam dos seus sucessores a imposição das mãos, é conferido o poder sacerdotal em virtude do qual, como representam diante do povo que lhes foi confiado a pessoa de Jesus Cristo, assim representam o povo diante de Deus. Esse sacerdócio não vem transmitido nem por herança, nem por descendência carnal, nem resulta da emanação da comunidade cristã ou de delegação popular.


Antes de representar o povo, perante Deus, o sacerdote representa o divino Redentor, e porque Jesus Cristo é a cabeça daquele corpo do qual os cristãos são membros, ele representa Deus junto do povo. O poder que lhe foi conferido não tem, pois, nada de humano em sua natureza; é sobrenatural e vem de Deus: "assim como o Pai me enviou, assim eu vos envio:..' ;(40) "quem vos ouve, a mim ouve..."; (41) "percorrendo todo o mundo, pregai o evangelho a toda criatura; quem crer e for batizado, será salvo".(42)

37. Por isso o sacerdócio externo e visível de Jesus Cristo se transmite na Igreja não de modo universal, genérico e indeterminado, mas é conferido a indivíduos eleitos, com a geração espiritual da ordem, um dos sete sacramentos, o qual não somente confere uma graça particular, própria deste estado e deste ofício, mas ainda um caráter indelével que configura os ministros sagrados a Jesus Cristo sacerdote, demonstrando-os capazes de cumprir aqueles atos legítimos de religião com os quais os homens são santificados e Deus é glorificado, segundo as exigências da economia sobrenatural.


38. Com efeito, como o lavacro do batismo distingue os cristãos e os separa dos outros que não foram lavados na água purificadora e não são membros de Cristo, assim o sacramento da ordem distingue os sacerdotes de todos os outros cristãos não consagrados, porque somente eles, por vocação sobrenatural, foram introduzidos no augusto ministério que os destina aos sagrados altares e os constituem instrumentos divinos por meio dos quais se participa da vida sobrenatural com o corpo místico de Jesus Cristo. Além disso, como já dissemos, somente estes são marcados com caráter indelével que os configura ao sacerdócio de Cristo e somente as suas mãos são consagradas "para que seja abençoado tudo o que abençoam e tudo o que consagram seja consagrado e santificado em nome de nosso Senhor Jesus Cristo".(43)


Aos sacerdotes, pois, deve recorrer quem quer que deseje viver em Cristo, a fim de receber deles o conforto, o alimento da vida espiritual, o remédio salutar que o curará e o fortificará para que possa felizmente ressurgir da perdição e do abismo dos vícios; deles, enfim, receberá a bênção que consagra a família e por eles o último suspiro da vida mortal será dirigido ao ingresso na beatitude eterna.

39. Já que a sagrada liturgia é exercida sobretudo pelos sacerdotes em nome da Igreja, a sua organização, o seu regulamento e a sua forma não podem depender senão da autoridade da Igreja. Esta é não somente uma conseqüência da natureza mesma do culto cristão, mas é ainda confirmada pelo testemunho da história.


40. Esse direito inconcusso da hierarquia eclesiástica é provado ainda pelo fato de ter a sagrada liturgia estreita ligação com aqueles princípios doutrinários que a Igreja propõe como fazendo parte de verdades certíssimas, e por isso deve conformar-se aos ditames da fé católica proclamados pela autoridade do supremo magistério para proteger a integridade da religião revelada por Deus.

41. A esse propósito, veneráveis irmãos, fazemos questão de pôr em sua justa luz uma coisa que pensamos não ignorais, isto é, o erro daqueles que pretenderam que a sagrada liturgia fosse como uma experimentação do dogma, de modo que, se uma destas verdades tivesse, através dos ritos da sagrada liturgia, trazido frutos de piedade e de santidade, a Igreja deveria aprová-la, e repudiá-la em caso contrário. Donde o princípio: "a lei da oração é lei da fé".


42. Não é, porém, assim que ensina e manda a Igreja. O culto que ela rende a Deus é, como de modo breve e claro diz santo Agostinho, uma contínua profissão de fé católica, e um exercício da esperança e da caridade: "a Deus se deve honrar com a fé, a esperança e a caridade".(44) Na sagrada liturgia fazemos explícita profissão de fé não somente com a celebração dos divinos mistérios, com o cumprimento do sacrifício e a administração dos sacramentos, mas ainda recitando e cantando o Símbolo da fé, que é como o distintivo e a téssera dos cristãos, com a leitura de outros documentos e das sagradas letras escritas por inspiração do Espírito Santo. Toda a liturgia tem, pois, um conteúdo de fé católica enquanto atesta publicamente a fé da Igreja.


43. Por esse motivo, sempre que se tratou de definir um dogma, os sumos pontífices e os concílios, abeberando-se das chamadas "fontes teológicas", não raramente tiraram argumentos também dessa sagrada disciplina, como fez, por exemplo, o nosso predecessor de imortal memória Pio IX quando definiu a imaculada conceição de Maria virgem. Do mesmo modo, a Igreja e os santos padres, quando se discutia uma verdade controversa ou posta em dúvida, não deixaram de pedir luz também aos ritos veneráveis transmitidos pela antiguidade. Assim se tornou conhecida e venerada a sentença: "A lei da oração estabeleça a lei da fé".(45)


A liturgia, portanto, não determina nem constitui em sentido absoluto e por virtude própria a fé católica, mas antes, sendo ainda uma profissão da verdade celeste, profissão dependente do supremo magistério da Igreja, pode fornecer argumentos e testemunhos de não pouco valor para esclarecer um ponto particular da doutrina cristã. Se queremos distinguir e determinar, de modo geral e absoluto, as relações que intercorrem entre fé e liturgia, podemos afirmar com razão que "a lei da fé deve estabelecer a lei da oração". O mesmo deve dizer-se ainda quando se trata das outras virtudes teológicas: "na... fé, na esperança e na caridade oramos sempre com desejo contínuo"(46).

"Anjos e demónios" de Dan Brown é um filme blasfemo contra Igreja católica que desaconjelhamos




Angeles y Demonios, la película basada en la novela del mismo nombre que saldrá a la luz el 15 de mayo de 2009

Joseph Dias, secretario general del Foro Secular Católico (CSF) explica los contenidos anticatólicos del libro y el film; y se une al boicot la Liga Católica (Catholic League – EEUU).

No compren el libro, no vayan al cine.

Nota del editor: La Liga Católica (EEUU) y el Foro Secular Católico (CSF – India) han unido sus fuerzas para prohibir el film anticatólico de Dan Brown “Ángeles y Demonios” que será lanzado en mayo. En el siguiente artículo, Joseph Dias, secretario general del CSF explica una por una las mentiras del libro de Brown que lleva el mismo nombre: Ángeles y Demonios. Particularmente iluminador es el testimonio del personal de la película que da a conocer el Padre Bernard O’Connor, un sacerdote canadiense y oficial de la Congregación para las Iglesias Orientales de la Santa Sede que estuvo en Roma el año pasado, cuando el director Ron Howard estaba filmando la cinta. O sea, quien sabe, de repente Dan Brown, Tom Hanks y Opie Taylor son los Illuminati…

Por Joseph Dias

Dan Brown, el autor del Código Da Vinci, parece haberse convertido en un experto en el arte del anticatolicismo y ahora lleva su agenda anticatólica un poco más allá con su novela “Ángeles y Demonios”. Además, el Co-productor, Brian Grazer, quiere que esta nueva cinta sea “menos reverente” que El Código Da Vinci, es decir más liberalmente anticatólica, que ya lo es, si es que uno mira solamente el libro.

Uno no podría objetar a los realizadores, si es que hubieran dejado de lado a figuras históricas y a la Iglesia Católica al hacer su cinta “de culto”. Sin embargo, esto no ha pasado y el film tiene que ver con una serie de personajes históricos y eventos, con mentiras sobre ellos y una satanización de la Iglesia Católica en toda la trama. Las mentiras en la película hacen complicado que uno separe lo que es ficción; y quienes no están familiarizados con la historia de la Iglesia Católica están condenados a irse, después de verla, con una mala opinión de ella.

LA HISTORIA

Tom Hanks como Robert Langdon

El protagonista en ambas obras, El Código Da Vinci y Ángeles y Demonios, es el especialista en simbología de Harvard, Robert Langdon (personaje interpretado por Tom Hanks). En Ángeles y Demonios (la película basada en la novela del mismo nombre que saldrá a la luz el 15 de mayo de 2009), Langdon es reclutado por la CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) para investigar lo que ha sucedido con unos de sus físicos: fue encontrado muerto con un misterioso símbolo grabado en el pecho. Este símbolo era el de una sociedad secreta que se creía extinta desde hace mucho, la Hermandad de los Illuminati.

Con el tiempo, Langdon se convence cada vez más de que los Illuminati han regresado. De acuerdo a Brown, la organización, que tenía a Galileo entre sus miembros, fue fundada para afirmar la supremacía de la ciencia sobre la irracionalidad de la religión, especialmente el catolicismo. Ahora busca la venganza, habiendo capturado la antimateria, una peligrosa sustancia descubierta por el científico que fue asesinado. La misión de Langdon es detener a los Illuminati antes de que destruyan al Vaticano con una bomba de tiempo generada a partir de la antimateria.

¿Por qué son anticatólicos el libro y la película?

* Un sacerdote y una religiosa se unen para inseminarse artificialmente: Se puede apreciar la representación de un joven sacerdote que antes de convertirse en Papa se enamora de una religiosa. Ambos desean un hijo, pero también quieren permanecer castos, por lo que recurren a la inseminación artificial.

* Distorsión de hechos concernientes a la vida real: El engaño de Brown está en que intercala personajes de la vida real como Copérnico y Galileo, así como organizaciones verdaderas, como los Illuminati; con asuntos reales como la ciencia y la religión; para llegar así a sus propias y elaboradas conclusiones, que no tienen ninguna raíz histórica ni se basan en hechos históricos; y terminan siendo simples y flagrantes mentiras.

* Falso retrato de la Iglesia Católica: Dan Brown sabe lo que la historia dice y sin embargo deliberadamente lo representa mal. Su distorsión adrede de la verdad está pensada para calumniar a la Iglesia Católica. Brown quiere mostrar que la Iglesia Católica ve a la ciencia como el enemigo y que no se detendrá ante nada para hacerlo a un lado.

* Mentiras sobre la CERN y la antimateria: Brown comienza con una página de “hechos” en la que menciona a la CERN. La describe como una entidad suiza que ha creado la antimateria, “la más poderosa fuente de energía conocida por el hombre”. Es tan poderosa que “un solo gramo de antimateria contiene la energía de una bomba nuclear de 20 kilotones, el tamaño de la bomba arrojada sobre Hiroshima”. Esto simplemente no es cierto.

* CERN clarifica el asunto con hechos: La CERN ha recibido muchas preguntas sobre lo que Brown alega, tanto así que tiene una sección especial en su sitio web para responderlas. Por ejemplo, la web precisa que “CERN no es un instituto suizo, sino una organización internacional”; está localizada en Suiza y parcialmente en Francia. La antimateria sí existe, y es creada rutinariamente en la CERN, pero “no existe la posibilidad de usar la antimateria como una ‘fuente’ de energía”.

Una pregunta común que le hacen a las autoridades de esta organización es: “¿Hacen la antimateria como se describe en el libro?” La respuesta es clara: “No”. Todo el mundo quiere saber qué tan peligrosa es la antimateria en realidad. La CERN precisa que ésta es “totalmente segura, dadas las diminutas cantidades en las que la hacemos. Sería muy peligroso si hiciéramos algunos gramos, pero esto nos tomaría miles de millones de años”.

* La Iglesia Católica usa cualquier medio para liderar la venganza: Más importante todavía, Brown dice en la siguiente página que “la Hermandad de los Illuminati es un hecho”. ¿Y qué buscan los Illuminati? En el libro se dice que “los Illuminati fueron cazados sin piedad por la Iglesia Católica”. En el trailer de la película, Tom Hanks, quien hace el papel de Langdon, dice de la sociedad secreta que “la Iglesia Católica ordenó una masacre brutal para silenciarlos para siempre. Ellos han vuelto por la revancha”. En las páginas 39-40 del libro, se dice que los Illuminati fueron fundados en el siglo XVI, la película afirma lo mismo. En la página 223 se dice que “la palabra de la Hermandad de Galileo comenzó a difundirse en la década de 1630 y que científicos de todo el mundo hacían una peregrinación secreta a Roma esperando poder unirse a los Illuminati….”.

El director de la película, Ron Howard, concuerda: “Los Illuminati se formaron en el siglo XVII. Eran artistas y científicos como Galileo y Bernini, cuyas ideas progresivamente fueron amenazando al Vaticano”. Brown, en su sitio web, reafirma esta idea central: “es un hecho histórico que los Illuminati querían vengarse del Vaticano en el siglo XVII. Los primeros Illuminati –los de la época de Galileo– fueron expulsados de Roma por el Vaticano y cazados sin misericordia”.

* Mentiras sobre los Illuminati: La verdad es que ningún miembro de los Illuminati fue cazado y mucho menos asesinado por parte de la Iglesia Católica. Saber exactamente quiénes fueron los Illuminati demuestra lo falsas que son las afirmaciones de Brown. Los Illuminati fueron fundados por un profesor de leyes llamado Adam Weishaupt, en Baviera, Alemania, el 1 de mayo de 1776. No duraron mucho: colapsó totalmente en 1787. Este no es un asunto en disputa, así que arrastrar a Galileo a esta fábula es bastante deshonesto. Él murió en 1642, casi 150 años antes de que los Illuminati fueran fundados. ¡Brown tiene que saber todo esto porque en su propio sitio web hay una sección sobre los Illuminati que correctamente precisa su fundación en 1776!

*Canonización y la Santa Comunión “prestadas” del paganismo: Ángeles y Demonios afirma que la tradición de la Iglesia de la canonización está tomada de un antiguo rito “para hacerse dios”. Pero los santos no son personas hechas dioses, y en ningún caso los orígenes paganos de la canonización podrían haberse explicado con precisión porque no son tales. No existe, además, absolutamente ninguna evidencia para la afirmación de Brown sobre el hecho que morir por los pecados de otros sea una idea cristiana robada al legendario rey azteca Quetzalcoatl. La Santa Comunión, según Brown, es un concepto que fue tomado de los aztecas. Pero el hecho concreto es que la Cristiandad precede a la civilización azteca por más de 1000 años.

* Más mentiras históricas sobre personajes reales: El libro considera que la CERN inventó Internet, lo que es a todas luces falso. Le da el crédito a dos reporteros de la BBC (de Inglaterra) que ganaron el Premio Pulitzer, pese a que este premio solo se entrega a estadounidenses. Afirma además que Winston Churchill fue un “católico incondicional”, cuando la verdad es que nunca fue católico. Presenta la idea de que la Iglesia Católica es muy rica, cuando en realidad su presupuesto anual de operación se podría comparar al de un quinto de la Universidad de Harvard (EEUU). El libro dice que Copérnico fue asesinado, cuando la historia precisa que murió de un ataque. El texto señala además que Galileo fue un pacifista, aunque no hay evidencias de que lo fuera. Brown toma una creencia: que los científicos cristianos consideran inadecuado el tratamiento médico para una persona joven y lo atribuye falsamente al catolicismo. Pinta además, falsamente, a los católicos como opuestos a la enseñanza de la evolución e identifica a una organización protestante, la Christian Coalition (Coalición Cristiana) como una entidad católica, cuando no lo es.

*El Papa Pío IX retratado como un desviado sexual: Brown quiere promover todo tipo de estereotipo negativo sobre la Iglesia Católica. Uno de los favoritos de todos los tiempos es la alegada fobia de la Iglesia ante la sexualidad. Por eso no debe sorprender que Brown presente al Papa Pío IX como un “maníaco eliminador de penes” que destruyó grandes obras de arte. “En 1857 –dice Brown en la página 159– el Papa Pío IX decidió que la representación masculina completa podría incitar a la lujuria dentro del Vaticano. Así que tomó un cincel y un martillo y destruyó todos los genitales de todas las estatuas masculinas dentro de la Ciudad del Vaticano”.

Pío IX, en vez de ir caminando por el Vaticano con su martillo en mano, golpeando las estatuas masculinas entre las piernas, en realidad apoyó pródigamente las artes y premió a los artistas por sus contribuciones. Es también conocido por haber renovado las pinturas en el Vaticano.

*El Papa Urbano VIII rechaza al escultor Bernini y la escultura de Santa Teresa (de Ávila): Brown guarda sus mejores armas para la supuesta mala reacción del Papa ante la obra maestra de escultura de (Gian Lorenzo) Bernini, “El éxtasis de Santa Teresa”. Según Brown, “el Papa Urbano VIII había rechazado ‘El éxtasis de Santa Teresa’ por ser una obra sexualmente explícita para el Vaticano. Así que la desterró a alguna oscura capilla en el otro lado de la ciudad”. En la misma página, la 442, se lee que “la escultura, como cualquier persona que la ha visto puede atestiguar, era cualquier cosa menos algo científico-pornográfico, pero ciertamente no científico”. En la siguiente página escribe que “la estatua representaba a Santa Teresa sobre su espalda en la agonía de un intenso orgasmo”.

Nuevamente, Brown simplemente crea “hechos” que calcen en su agenda. Para los principiantes en la escultura, Teresa no está sobre su espalda, sino que está sentada. En cuanto a Urbano VIII, no fue un adversario de Bernini, sino que fue su amigo y patrono. En una biografía de Arthur Lubow sobre este gran artista, se precisa que durante los 20 años de pontificado de Urbano VIII, Bernini fue tratado como si fuera de la realeza por el Papa. De hecho, Bernini fue el favorito de todos los Papas mientras vivió, y fue condecorado con la Cruz de la Orden de Cristo.

* Brown eleva a la ciencia al lugar de Dios: En la página 31, uno de los personajes de Brown se regocija al decir que “pronto se probará que todos los dioses son falsos. La ciencia dará la respuesta a casi todas las preguntas que el hombre pueda hacer”. Así que, ¿qué cosa queda? “Sólo quedan algunas preguntas”, escribe Brown, “y esas son las preguntas esotéricas”. ¡Como por ejemplo el verdadero sentido de la existencia! En la página 218, Brown se emociona tanto con la promesa de la ciencia que para expresarlo usa cursivas y exclama: “¡La Ciencia es Dios!“. En la página 474, se pone totalmente a tono: “La medicina, las comunicaciones electrónicas, los viajes especiales, la manipulación genética… estos son los milagros sobre los que les hablamos a nuestros hijos. Estos son los milagros que portamos como prueba de que la ciencia nos dará todas las respuestas”. Y luego se lanza por el oro: “Las antiguas historias sobre inmaculadas concepciones, zarzas ardientes y mares abiertos ya no son relevantes. Dios se ha vuelto obsoleto. La ciencia ha ganado la batalla”.

En esta perspectiva, ¿hay algo que la ciencia no pueda hacer? Evidentemente no. Aquí Brown presenta su postura más extrema (página 658): “¡La ciencia ha venido para salvarnos de la enfermedad, del hambre y del dolor! ¡He aquí la ciencia, el nuevo Dios de los milagros infinitos, omnipotente y benevolente! Ignoren las armas y el caos”. Le ha dado un elixir para los problemas personales: “¡Olviden la soledad fracturada y el peligro interminable. La Ciencia está aquí!”

*El hecho es que el catolicismo promovió la ciencia y la astronomía: la Ciencia no habría progresado si no hubiera sido así. “En los últimos 50 años”, afirma el profesor Thomas E. Woods, Jr., “virtualmente todos los historiadores de la ciencia… han llegado a la conclusión de que la Revolución Científica se debió a la Iglesia”. Para el sociólogo Rodney Stark la razón por la que la ciencia emergió en Europa y no en ningún otro lugar, fue el catolicismo. “Se sabe que en China, en el Islam, en la India, en la Grecia antigua y en Roma, todos tuvieron una muy desarrollada alquimia. Pero solamente en Europa esta alquimia se transformó en química. Por esa razón, muchas sociedades desarrollaron elaborados sistemas de astrología, pero solo en Europa esto llevó a la astronomía”.

El rol pionero de los católicos en la astronomía está fuera de discusión. J.L. Heilborn de la Universidad de California en Berkeley escribe que “La Iglesia Católica ayudó más que nadie financiera y socialmente al estudio de la astronomía por más de seis siglos, desde la recuperación de los estudios antiguos durante la última etapa de la Edad Media hasta la Ilustración”. Solamente los logros científicos de los jesuitas alcanzaron todos los rincones de la tierra.

¿Qué hizo al catolicismo tan amigo de la ciencia y por qué la ciencia se originó en Europa y no en otra parte? Stark sabe porqué: “Porque el Cristianismo representaba a Dios como un ser racional, sensible, fiable y omnipotente, y el universo como su propia creación personal. Se entendía entonces que el mundo natural tiene una estructura estable, racional, legal, que espera (en realidad que invita) a la comprensión humana”.

*La Iglesia y Galileo, muchas falsedades: Los mitos sobre Galileo son tantos que solo unos cuantos se dan el trabajo de consultar los hechos históricos para saber lo que en realidad sucedió. Brown explota esta ignorancia al máximo. Cuando afirma en la página 41 que los “datos de Galileo estaban fuera de discusión”, ni siquiera se acerca a la verdad. Por ejemplo, sabemos que las mareas se explican por las fuerzas gravitacionales de la luna. Pero la fijación de Galileo sobre la tierra girando alrededor del sol no le permitió comprender esto, él pensaba que las mareas debían comprenderse a partir del hecho de que la tierra giraba alrededor del sol. Y lo que es más importante, lo que metió a Galileo en problemas no fueron sus ideas sino su arrogancia: hizo afirmaciones que no podía sustentar científicamente.

Si Galileo fue castigado por sostener que la tierra gira alrededor del sol, ¿entonces por qué Copérnico no fue castigado? Después de todo, Copérnico tuvo esta idea antes de que Galileo diera con ella, y como Galileo, también era católico. La diferencia está en que Copérnico fue un científico honesto: estaba contento con afirmar sus ideas a modo de hipótesis. Galileo rechazó hacer lo mismo, incluso cuando no podía probarlas.

Si la Iglesia Católica quiso sacar a Galileo del mapa, ¿entonces cómo se explica que fuera alabado por su trabajo en Roma en 1611? ¿Por qué el Papa Pablo V lo acogió? ¿Por qué se hizo amigo del futuro Papa, Urbano VIII? Francamente, Galileo nunca se metió en problemas antes de que comenzara a insistir en que el sistema copernicano era positivamente cierto. Cuando estuvo de acuerdo con tratar esto como una hipótesis o como una proposición matemática, no sufrió ni una pizca.

En 1624, el Papa Urbano VIII le dio a Galileo medallas y otros regalos, y le rogó que siguiera realizando su trabajo. De acuerdo a Woods, “Urbano VIII le dijo al astrónomo que la Iglesia nunca había declarado que el sistema de Copérnico era herético, y que la Iglesia nunca haría eso”. Esto, por supuesto, no es lo que Brown quiere que creamos. Ocho años después, Galileo escribió su “Dialogo sobre los principales sistemas del mundo”, lo hizo a pedido del Papa. Pero esta vez Galileo señaló que la teoría copernicana era empíricamente cierta. Además, se presentó como teólogo, no solamente como matemático, y estuvo de acuerdo en hacerlo. La Iglesia no estaba complacida, y se sintió marcada por él. De igual modo, la comunidad científica no estaba impresionada. Su arrogancia era terrible para muchos fuera de la Iglesia así como dentro de ella.

Es fácil para nosotros decir que la Iglesia reaccionó exageradamente con Galileo. Esto es cierto. Pero es también importante notar que nunca fue torturado y no pasó un solo día en prisión. Fue confinado al arresto domiciliario en una modesta casa durante 9 años. Incluso pasó un tiempo en la casa del Arzobispo de Siena. No es exactamente la experiencia tipo gulag (campos de trabajos forzosos rusos en el tiempo de Stalin en donde murieron millones de personas) que nos han hecho creer. ¡Sería interesante saber como explicaría Brown el hecho que el primer líder de la Pontificia Academia para las Ciencias no fue otro que su “mártir” favorito Galileo Galilei!

Si la Iglesia Católica era tan anti-ciencia, ¿por qué el Papa Benedicto XIV otorgó el imprimatur (permiso eclesiástico oficial para la impresión de una obra católica. Con esta autorización se establece que no existe errores morales o doctrinales en la misma) a la primera edición de los trabajos completos de Galileo? Así lo hizo en 1741. Y si se necesita mayores pruebas para demostrar que lo abrasivo de Galileo tuvo algo que ver con la respuesta de la Iglesia, debe considerarse que científicos como el P. Roger Boscovich siguieron explorando las ideas copernicanas mientras Galileo fue encontrado “vehementemente sospechoso de herejía”. También debe notarse que a los católicos nunca se les prohibió leer a Galileo, incluso libros científicos de todo tipo circularon libremente durante y después de la censura a Galileo.

Las razones de Bill Donahue

Según Bill Donahue de la Liga Católica de Estados Unidos, “dentro de poco, el equipo formado por Dan Brown y Ron Howard habrán generado en la audiencia la creencia de que Galileo era miembro de una sociedad secreta, los Illuminati, y que ese grupo busca vengarse del Vaticano por la historia anti-ciencia de la Iglesia Católica. El hecho es que Galileo murió casi 150 años antes que los Illuminati fueran fundados el 1 de mayo de 1776. ¿Por qué mentir entonces? Porque su meta es mostrar a la Iglesia Católica como una enemiga de la ciencia, ¿y qué mejor forma que usar para esto a su mártir favorito, Galileo? La víctima perfecta, la mencionada persecución de Galileo, es citada así como prueba de la guerra de la Iglesia contra la razón”.

“Galileo nunca fue apresado o torturado. Su confinamiento fue un arresto domiciliario, aunque no garantizado, y estaba más en función de su arrogancia que de sus ideas: persistió en presentarlas (tomadas de Copérnico, un científico católico que nunca fue castigado) como científicamente precisas, algo de lo que incluso científicos de su tiempo se mofaban”.

* Testimonios anti Iglesia del personal que produjo la película: El Padre Bernard O’Connor, un sacerdote canadiense y oficial de la Congregación para las Iglesias Orientales de la Santa Sede, estaba en Roma el año pasado mientras el director Ron Howard filmaba la cinta. O’Connor se encontró dos veces con el personal de la misma y conversó de manera informal con unos 20 de ellos. Estaba vestido casualmente de modo que ninguno se dio cuenta de que era un sacerdote. Hablaron abiertamente, pensando que era solamente “un turista amistoso”. El Padre escribió un artículo sobre su experiencia en la revista mensual, Inside the Vatican (El Vaticano por dentro). Uno de los trabajadores que dijo ser uno de los “encargados” opinó así: “la miserable Iglesia está contra nosotros otra vez y nos está causando problemas”. Luego, hablando de su amigo Dan Brown, añadió “como muchos de nosotros, él con frecuencia dice que haría cualquier cosa para demoler esta detestable institución, la Iglesia Católica. Y triunfaremos. Ya verás”. Cuando el Padre O’Connor le pidió que precisara sus afirmaciones, el oficial de producción dijo “al final de esta generación no existirá más la Iglesia Católica, al menos no en Europa occidental. Y en realidad los medios merecen mucho del crédito por su desaparición”.

“Finalmente el público está entendiendo nuestro mensaje”, dijo luego. El mensaje está claramente definido: “la Iglesia Católica tiene que ser debilitada y eventualmente desaparecer de la faz de la tierra. Es la primera enemiga de la humanidad. Siempre lo ha sido”. Este mismo señor le da el crédito de esto a la “televisión, Hollywood, las industrias de la música y el video, junto con cada uno de los diarios que existen, pues todos dicen lo mismo”. Este sujeto también mencionó el rol que algunas universidades han jugado para minar el catolicismo.

¿Quiénes son los Illuminati y qué se dice que han hecho?

En realidad, los Illuminati fueron hombres de la Ilustración que creyeron poseer algún tipo de conocimiento especial que les permitiría reformar Alemania. Weishaupt, su fundador, les pedía a sus seguidores que dejaran a sus familias y amigos –a modo de culto– para que pudieran construir una sociedad revolucionaria. Antes de morir, renunció a todas las sociedades secretas y se reconcilió con la Iglesia Católica. Pero nada de esto se dice porque Brown quiere que creamos que los Illuminati todavía existen.

Pese a que los Illuminati murieron hace mucho tiempo (en 1787), la siguiente es una lista de algunas de las cosas que se dice han realizado. Los Illuminati habrían sido responsables del asesinato de los siguientes presidentes (de EEUU): Abraham Lincoln (1861-1865), William Henry Harrison (1841), Zachary Taylor (1849-1850), James Garfield (1881) y William McKinley (1897-1901). También fueron “probablemente” responsables del asesinato de Warren Harding (1921-1923) y “posiblemente” de Franklin Roosevelt (1933-1945). De cualquier modo, la muerte de la Princesa Diana también habría sido obra suya.

Ciertamente esta sociedad secreta “ha dejado su huella en la historia”. Aquí menciono algunos de los hechos históricos que serían su responsabilidad: la Revolución Francesa; la Revolución Rusa; alentar a Marx y a Engels para que escribieran el Manifiesto Comunista; un intento de derrocar a los Estados Unidos; persuadir al Papa para que disuelva a los jesuitas (a quienes algunos consideran como los fundadores de los Illuminati); manipular al Juez (John) Marshall (1801-1835), Presidente de la Corte Suprema de Estados Unidos para que entregue los “poderes implícitos” del gobierno federal; instigación de levantamientos en Europa en la década de 1840; manipulación de Lincoln para que adopte un impuesto gradual.

Se dice también que los Illuminati habrían fundado: la Reserva Federal (de EEUU), las Compensaciones de trabajadores, la 16º enmienda (adopción de un impuesto federal a los ingresos); la Liga de Naciones, el Partido Comunista; el Plan Marshall; las Naciones Unidas, el Consejo par las Relaciones Exteriores, la Comisión Trilateral y el Banco Mundial.

También habría jugado un papel importante al fomentar la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial (habrían alentado a Hitler a invadir Polonia), la Guerra Fría y el 11 de septiembre. Es responsable además de los ataques al cristianismo y por dividir a los judíos ortodoxos de los conservadores. El SIDA, el Ébola y el Síndrome de la Guerra del Golfo serían también creación de los Illuminati. Incluso serían responsables del Huracán Katrina y de la Cruz Roja (que se benefició del mismo).

Joseph Dias es el Secretario General del Foro Secular Católico (CSF). Con comentarios de Bill Donahue, Liga Católica (Catholic League – EEUU)

Publicado por Marcelino
Fonte:devoción católica

Cardeal Cañizares exige que o secretário Mons.Ranjht continue no Culto Divino


Hasta la semana pasada se daba por seguro el traslado de Mons. Malcom Ranjith, secretario de la Congregación del Culto Divino a la diócesis de Colombo, Shri Lanka, de donde es originario. El Arzobispo Ranjith fue uno de los primeros colaboradores llamados por el Papa Benedicto cuando ocupó el Solio Pontificio. Hoy, versiones periodísticas y rumores de Curia aseguran que este traslado se pospone sine die, por exigencia del Card. Antonio Cañizares Llovera, titular de la Sagrada Congregación, actualmente convaleciente de una tromboflebitis.

Mons. Ranjith ha sido una de las primeras espadas en la lucha por la reforma litúrgica que ha emprendido el Santo Padre. Ya bajo la presidencia del Card. Arinze, que pocas simpatías manifestaba hacia el rito tradicional, se dispusieron medidas correctivas de los abusos litúrgicos. Luego vino la corrección más significativa, la de la traducción de la fórmula de consagración del vino. “Por vosotros y por muchos”, en lugar del generalizado e incorrecto (con incorrección gravemente significativa en materia teológica) “por vosotros y por todos”.

Mons. Malcom Ranjith Patabendige Don, Secretario de Culto Divino

Después de “dos años de catequesis”, período asombrosamente generoso para una corrección tan grave como sencilla de aplicar, son muy pocos los que han adoptado la fórmula en vigor, que es obligatoria. Sigue fallando la potestad de gobierno, que se traba en el enjambre de conferencias y comisiones de toda índole antes de llegar al párroco y al fiel.

Sin duda, otro de los grandes éxitos de la Tradición bajo este pontificado ha sido el Motu Proprio Summorum Pontificum, en el que se declara la plena vigencia de la liturgia tradicional romana. Y Mons. Ranjith estuvo también en ello.

Mons. Ranjith, que estaba destinado por el Santo Padre a suceder al Card. Arinze, vio frustrado su ascenso porque en la Curia Romana tiene innumerables enemigos. Desde la Secretaría de Estado y otros ministerios vaticanos se viene haciendo presión para que Ranjith vuelva a salir de Roma (ya fue trasladado por idénticas razones a principios de los 2000), cuando secundaba Cresencio Zepe en la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (ex Propaganda Fide).

Un rasgo notable del carácter de Mons. Ranjith es la claridad con que expone la doctrina y su poca inclinación al lenguaje diplomático. Cuando habla, dice cosas claras e importantes, generalmente poco simpáticas para el poderoso sector progresista, en particular para los herederos espirituales de Mons. Bugnini, el inventor de la Misa Nueva.

Recordemos que un discípulo dilecto del otrora todopoderoso obispo, Mons. Marini (no Guido sino su predecesor), se tomó largas para dejar su cargo como Jefe de la Oficina Litúrgica del Santo Padre, que vale como decir, ceremoniero oficial. Esto de la desobediencia entre los bugninianos es costumbre. El mismo Marini, mientras Paulo VI enviaba el primer indulto para la Misa Tridentina a Inglaterra, acompañaba el envío pontificio con una carta personal ordenando al Cardenal Primado inglés, que no lo pusiera en práctica. (Ver El Indulto Agatha Christie). Es decir, como cabeza del Ministerio de Culto, Bugnini contraordenaba las decisiones del papa…

Volviendo al presente, digamos que Ranjith es un hombre de mente tradicional, un entendido en materia litúrgica y alguien que no se conforma con teorizar: aspira a poner en práctica las correcciones necesarias.

Todos sabemos lo acotado que está el poder efectivo del Santo Padre. También conocemos su prodigiosa habilidad para sortear trampas, su perseverancia y presencia de ánimo frente a la verdadera guerra que se ha desatado contra él, la cual por momentos arrecia de un modo pavoroso. Tal vez sea una intervención de la Divina Providencia esto de la enfermedad, lo cierto es que el Card. Cañizares, cuya lealtad al Papa es bien conocida, ha reclamado la permanencia de Ranjith, o bien su sustitución por un hombre de su misma línea teológica. De momento, los progres prefieren malo conocido…

Comunión a la bolognesa

Y casi en simultaneo con esta noticia, la de la revocación al menos temporal del traslado de Mons. Ranjith, otra golpea gratamente nuestra sorpresa: el Card. Arzobispo de Bolonia, sucesor del Card. Biffi, ha revocado el indulto que permitía comulgar en la mano en la catedral y dos iglesia más de su diócesis. Es decir, la comunión en estos lugares de la Diócesis de Bolonia es ahora obligatoria en la forma tradicional, es decir, en la lengua.

Esta disposición tiene connotaciones importantísimas. En primer lugar es, que sepamos, el primer caso en que se vuelve atrás allí donde se había impuesto el malhadado “indulto”. Poca gente sabe que esta forma de comulgar le ha sido impuesta a la gente invocando un documento en el que se la describía como inadecuada y antitradicional por el Papa Paulo VI. Lo cierto es que por vía de presiones, el modo más habitual de influir sobre los papas en las últimas décadas, en virtud de la famosa “colegialidad”, los holandeses consiguieron “legalizar” aquello que hacían sin permiso y contra toda la tradición romana. Y de allí al mundo, pasaron muy pocos años. Con el agravante de que fue el clero, principalmente los obispos, quienes la impusieron como si fuese un reclamo de los fieles.

Mons. Carlo Caffarra, Cardenal Arzobispo de Bolonia

En la Argentina solo Mons. Juan Rodolfo Laise se opuso tenazmente a su aplicación, y mientras estuvo a cargo de la Diócesis de San Luis nadie comulgó en la mano. Este cronista vio esta práctica “ad experimentum” en el monasterio benedictino de Los Toldos, Gral. Viamonte, hace más de 30 años. Siendo huésped de los monjes se lo presionó, junto con algunos compañeros que hacían una visita de varios días, a adoptar la práctica. Teniendo en cuenta la edad de los visitantes y la autoridad de los monjes, podría decire que fue un acto de violencia de la conciencia. Por gracia de Dios ninguno cedió, y los “experimentales” tuvieron la sorpresa de ver que no todos querían lo que en su magín aparecía como un reclamo de las bases. El operador principal de esta maniobra fue fray Mamerto Menapace, que hoy pasa por ser “conservador”. ¡Cuidado con los conservadores!

Así pues, el Cardenal Caffarra rompe el mito, ¡importantísimo! y afronta el ceño de la mar tonante, como dijo el poeta, porque ahora le lloverán palos a diestra y siniestra. Los pasos expectables de esta iniciativa serían una aceptación pacífica y su generalización a todas la diócesis italianas. Sin embargo, no parece razonable esperar un camino tan suave de regreso a las buenas costumbres litúrgicas. Lo que sí parece evidente es que el Papa aplicará su “reforma de la reforma” sobre un terreno antes tanteado y en lo posible desmalezado. Dios le de vida y virtud.
Fonte: panorama católico internacional

Bento XVI afirmou ser a “manipulação ideológica da religião, às vezes para fins políticos, o verdadeiro catalisador de tensões "


Bento XVI denuncia «manipulação ideológica da religião»
Papa falou na maior Mesquita da Jordânia entre chefes religiosos e corpo diplomático

Bento XVI denunciou este Sábado, na Mesquita al-Hussein bin-Talal, em Amã, a manipulação ideológica da religião para fins políticos, o que pode conduzir à violência.

O Papa falava perante os chefes religiosos muçulmanos, o corpo diplomático e com os reitores das universidades jordanas e rejeitou a posição dos que acreditam que a “religião é necessariamente uma causa de divisão no nosso mundo” e que afirmam que “quanto menor atenção for dada à religião, melhor”.

Reconhecendo a existência de tensões e divisões entre os membros de diferentes tradições religiosas”, Bento XVI afirmou ser a “manipulação ideológica da religião, às vezes para fins políticos, o verdadeiro catalisador de tensões e divisões, e até, a violência na sociedade”.

Esta situação, considerou, obriga os crentes a “serem coerentes com os seus princípios e convicções”.

“Muçulmanos e cristãos, precisamente por causa do peso de uma história marcada por mal-entendidos, devem agora esforçar-se, para, reconhecer a sua comum origem de Deus e lutar pela dignidade de cada pessoa humana”.

Bento XVI citou algumas iniciativas promovida pela Jordânia na promoção do diálogo inter-religioso, afirmando que o país constitui um exemplo “persuasivo para a região e para todo o mundo” da contribuição positiva e criativa que a religião pode e deve dar à sociedade civil.

O Papa quis reforçar a possibilidade de muçulmanos e cristãos “assumirem juntos a tarefa de abraçar o bem comum” mesmo que tenham de “pagar preços pessoais”.

Bento XVI deixou um apelo final para que “diplomatas e comunidade internacional, líderes políticos e religiosos locais” façam o possível para “garantir à antiga comunidade cristã o direito fundamental da coexistência pacífica com os próprios concidadãos”.

O Papa saudou ainda a presença do Patriarca de Bagdad, Emmanel II Delly, presente no encontro como representante da comunidade cristã iraquiana que vive na Jordânia.

sexta-feira, 8 de maio de 2009

A vueltas con el Maligno . Reflexiones sobre el diablo y los exorcismos a los diez años de la publicación del nuevo Ritual



Un cordial saludo a los lectores del Blog “Conversando sobre la fe” en el nuevo portal Infocatólica. Recupero para esta ocasión un artículo ya publicado pero que muchos me han pedido que vuelva a colocar. Ciertamente el tema es actual. S.S. Pablo VI dijo que el “humo de Satanás” había entrado en la Iglesia… Parece que este humo sulfuroso y nauseabundo también circula por Internet… San Miguel Arcángel nos proteja y evite que se infiltre el humo del Maligno en la nueva Web…

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Hace unos diez años, con ocasión de la publicación del nuevo ritual de exorcismos, escribí un artículo que ahora ofrezco con algunos retoques. Me parece que sigue siendo muy actual y puede aportar luz en un tema que muchos no tienen claro.

El testimonio de Jesús y de San Pablo.

Jesús, según testifican los Evangelios, realizó la liberación de muchos poseídos por el demonio en momentos decisivos de su ministerio. Los exorcismos que realizaba iluminan el misterio de su persona y misión (cf. p. e. Mt 8, 28-34; 12, 22-45). Sin poner nunca a Satanás en el centro de su mensaje, Jesús habla en momentos decisivos y con declaraciones importantes. El Señor comienza su ministerio siendo tentado por el Maligno en el desierto (cf. Mc 1, 12-13).


El Señor advierte constantemente a los suyos sobre la presencia y acción del Maligno, p. e., en el sermón de la montaña y en el paternóster (Cf. Mt 5, 37; 6,13). En sus parábolas Jesús atribuye a Satanás los obstáculos que encontraba en su predicación (cf. Mt 13, 19), como la mala semilla sembrada en el campo (Cf. Mt 13, 39). A Simón Pedro le anuncia que las “puertas del infierno” querrán prevalecer por encima de su Iglesia (cf. Mt 16, 19) y que Satanás miraría de cribarlo como el trigo (cf. Llc 22, 31). En el momento de dejar el cenáculo Cristo declara inminente la venida del “príncipe de este mundo” (Jn 14, 30) aunque Él sabe que este personaje ya ha sido juzgado y condenado (Jn 16, 11). Estos hechos, recuerda el documento de la CDF Fe cristiana y demonología, no son casuales ni pueden ser tratados como datos fabulosos que deben ser desmitificados.


Pablo ha recogido los elementos más importantes de la enseñanza sobre el Maligno y le combate espiritual. El Apóstol habla del drama redentor como de una lucha suprema de Cristo contra las potencias del Mal.
San Pablo no duda en afirmar que Dios ha anulado la condena que pesaba sobre los hombres y que Dios ha desposeído de poder a Principados y Potestades, haciendo un público espectáculo de los vencidos en el séquito triunfal de Jesucristo (Cf. Col 2,15).

San Pablo describe el efecto de lo obra redentora haciendo ver que aquellos que estaban muertos como consecuencia de las culpas y pecados y que vivían según “el Príncipe de las potencias de los aires, aquel Espíritu que opera en los hombres rebeldes” (Cf. Ef 2,2), han sido salvados por gracia y viven ahora de la vida de Cristo. Además, el Apóstol habla “de aquellos que se pierden, a los cuales el Dios de este mundo ha cegado la mente incrédula para que no vean la luz del glorioso evangelio de Jesucristo” (Cf. 2 Cor 4, 4).


Aquellos que han sido liberados del dominio de Satanás corren el riesgo de recaer, cediendo a las sugestiones del Maligno (1 Cor 7, 5). Por eso el Apóstol advierte de no ceder espacio al Diablo (Cf. Ef 4,27). La vida cristiana comporta una lucha constando contra el Demonio y hay que temer que se retorne a la seducción de la Serpiente antigua (Cf. 2 Cor 11, 3).
Esta lucha se hará intensa en las postrimerías de la historia cuando el Impío, que sostenido por Satanás obrará muchos prodigios, será derrotado en la segunda venida del Señor (Cf. 2 Tes 2, 7-10).


Pablo constata en su propia experiencia apostólica esta temible lucha que no combate únicamente personas humanas. EL Apóstol encontró tremendos obstáculos a la evangelización (también los encuentra la Iglesia hoy) y entendió de dónde provenían. Nos dejó un testimonio de su experiencia para que aprendamos también nosotros: “Revestíos con la armadura que Dios os da para poder hacer frente a los ataques astutos del diablo. Pues no nos toca de luchar contra realidades humanas, sino contra las potencias y las autoridades, contra los que dominan este mundo de tinieblas, contra los espíritus malignos que están a las regiones aéreas…” (Cf. Ef 6, 11-12).
¿Tendremos los cristianos de hoy la buen cordura de acoger estas palabras que el Espíritu Santo nos dirige por boca del Apóstol?


LA Iglesia recuerda: El Maligno existe y actúa.

El 22 de noviembre de 1998, el Prefecto de la Congregación para el Culto divino y de la disciplina de los sacramentos, firmaba el decreto de promulgación del nuevo ritual de exorcismos de la Iglesia Católica. El ritual fue públicamente presentado a primeros año. Los medio de comunicación, también los de nuestro país, se hicieran eco de esta noticia. En la mayoría de los casos los periodistas apuntaban una cierta ironía al tema con observaciones que reflejaban una idea de fondo: ¿Cómo es posible, aún hoy, hablar de manera seria del demonio?
La naturaleza y acción de los ángeles caídos no es un tema fácil y se presta fácilmente a desviaciones doctrinales o a supersticiones groseras. No es fácil hablar con acierto del demonio pero eso no significa que no exista ni que la Iglesia de nuestros tiempos pueda abandonar la lucha contra el Maligno.
La Iglesia ha reprobado siempre toda forma de superstición y la preocupación excesiva o enfermiza por Satanás y los demonios. Nunca ha sido este le tema central de la predicación. Pero eso no quiere decir que la consideración del demonio no tenga qué ver con el mensaje de la Buena Nueva del Señor resucitado y de la salvación que nos ha obtenido en su Misterio Pascual, cuando ha sido vencedor del Maligno, del pecado y de la muerte. Ya San Juan Crisóstomo advertía a los cristianos de Antioquía: “No es ningún placer para mí hablaros del diablo, pero la doctrina que este tema me sugiere será muy útil para vosotros”.

Como advierte el documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), Fe cristiana y demonología, sería un error funesto comportarse como si el Maligno no existiese y considerar que la redención ya ha producido todos sus efectos sin que sea necesario sostener la lucha de la cual nos habla el Nuevo Testamento y los maestros de la vida espiritual.


La demonología constituye un apartado de la teología que ha sido últimamente olvidado. Muchos estudiantes, seminaristas y futuros presbíteros, raramente han oído hablar del demonio en las aulas de las facultades teológicas y no es difícil encontrar aún sacerdotes y catequistas que cuando oyen hablar del tema esbozan una sonrisa tan llena de ingenuidad como de ignorancia.

En nuestro ambiente secularizado, lo más cómodo –pero no ciertamente lo más cristiano- es no hablar del demonio y esconder la cabeza bajo el ala. Y mientras tanto, como muchos observadores ponen en evidencia, el satanismo aumenta de manera alarmante en este mundo secularizado. Un dicho irónico pero acertado, afirma que la más gran victoria del demonio en nuestros días es haber logrado hacernos creer que no existe. Eso comporta no tenerlo presente y no preocuparse para luchar contra él, quedando de esta manera muy desarmados ante un temible enemigo del cual no somos conscientes. Esta actitud evasiva no concuerda con el testimonio bíblico y eclesiástico del que se aparta quien niega la existencia del diablo.
Ya hace casi dos mil años, el Príncipe de los Apóstoles y primer Papa, San Pedro, advertía con palabras claras a los cristianos de su tiempo de guardarse de las insidias del diablo. El texto es meditado cada semana en la lectura breve de las completas del martes:


“Sobrii estote et vigilate, quia adversarius vester diabolus tamquam leo rugiens circuit quaerens quem devoret; cui resistite fortes in fide” [Sed sobrios; velad. Vuestro adversario, el diablo, como un león que ruge, ronda buscando quien engullir; resistidle, firmes en la fe, sabiendo que los mismos sufrimientos los deben soportar todos vuestros hermanos que hay al mundo] (1 Pe 5, 8-9).
Dos milenios después, un sucesor de Pedro y Vicario de Jesucristo, el papa Pablo VI, volvía a advertir dramáticamente sobre esta terrible realidad:

“Delante de de la situación de la Iglesia de hoy, tenemos el sentimiento que, por algunas fisuras, el humo de Satanás ha entrado en el pueblo de Dios. Vemos la duda, la incertidumbre, la problemática, la inquietud, la insatisfacción, el enfrentamiento. Ya no se tiene confianza en la Iglesia, se confía en el primer profeta que acaba de llegar… sin tener en cuenta que nosotros ya poseemos la verdadera Vida y que Nosotros somos maestros… Se creía que después del Concilio el sol habría brillado sobre la historia de la Iglesia, pero en lugar de sol hemos tenido las nubes, la tempestad, las tinieblas, la búsqueda y la incertidumbre. Hemos promovido el ecumenismo y nos separamos cada día más unos de otros… ¿Cómo ha podido producirse todo eso? Una potencia adversa ha intervenido. Su nombre es el diablo: este ser misterioso al cual se refiere San Pedro en su carta (1 Pe 4, 8-9)… Nosotros creemos en la acción que Satanás ejerce hoy en el mundo…”.


La fe de la Iglesia afirma claramente la existencia del Maligno y su acción, aun reconociendo su carácter misterioso. El documento de la CDF del 26 de junio de 1975 acaba con unas palabras que siempre debemos tener bien presentes en este tema:
“La realidad demonológica, testificada concretamente por aquello que nombramos al Misterio del Mal, permanece aún hoy como un enigma que rodea la vida cristiana. Nosotros no sabemos mejor que los Apóstoles por qué lo permite el Señor ni cómo lo hace servir para sus designios”.

El mismo año 1972, concretamente en la audiencia general del 15 de noviembre, el Papa volvía a recordar a la Iglesia la misteriosa realidad del diablo:
“El pecado es efecto de la intervención en nosotros y en nuestro mundo de un agente oscuro y enemigo, el demonio. El Mal no es solamente una deficiencia. Es el hecho de un ser vivo, espiritual, pervertido y pervertidor. Realidad terrible, misteriosa y temible. Se apartan de la enseñanza de la Biblia y de la Iglesia aquellos que rehúsan reconocer su existencia o que hacen de Él un principio autónomo que no tiene, como toda criatura, su origen en Dios, o que lo explican como una pseudorrealidad, una invención del espíritu para personificar las causas desconocidas de nuestros malos”.


Se trata de una realidad misteriosa pero claramente testificada por las fuentes de la Revelación. La acción del Maligno y la lucha contra él por parte de la Iglesia tienen, a mi parecer, mucho a ver con la situación actual de la Iglesia. A propósito de esta última consideración quiero evocar el testimonio del famoso exorcista Gabriele Amorth sobre la supuesta visión diabólica del Papa León XIII y de las rogativas de exorcismo que mandó rezar a toda la Iglesia aquel Pontífice. Antes de la reforma litúrgico llevada a cabo después del concilio Vaticano II, el celebrante y los fieles se arrodillaban al acabar la Misa para rezar una oración a la Virgen María y otra a San Miguel Arcángel (rogativa, que por cierto, ha sido recuperada por el Nuevo Ritual de exorcismos y que los fieles pueden rezar libremente). La oración, así decía en su versión latina:

“Sancte Michaël Archangele, defende nos in proelio. Contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium. Imperet illi Deus, supplices deprecamur. Tuque, Prínceps militiae caelestis, Satanam, aliosque Spiritus Malignos quien ad perditionem animarum pervagantur in mundo, divina virtute in infernum detrude. Amen”.


Don G. Amorth se pregunta sobre el origen de esta rogativa y dice (siguiendo lo que escribió el P. Domenico Pechenino en Ephemerides Liturgicae):
“No acuerdo exactamente el año. Una mañana, el Santo Padre León XIII había celebrado la Santa Misa y como de costumbre, estaba asistiendo a otra en acción de gracias. De repente, vi que levantaba la cabeza de manera enérgica y miraba alguna cosa por encima del celebrante. Miraba fijamente, sin cerrar los ojos por nada, pero con un aspecto de terror y de maravilla, cambiado el color de su cara. Le pasaba alguna cosa grande y extraña.

Finalmente, como retornando en sí, con un ligero pero enérgico gesto, se levantó. Vemos que se encamina a su despacho privado. Los familiares le siguen con prisa y ansiedad. Le dicen “Santo Padre, ¿os encontráis bien? ¿Necesitáis alguna cosa?” y él responde “nada, nada”. Transcurrida media hora hace llamar el Secretario de la Congregación de Ritos y, dando un folio, manda que sea impreso y enviado a todos los obispos diocesanos del mundo. ¿Qué contenía? La rogativa que rezamos al acabar la Misa con el pueblo con la súplica a Maria y la encendida invocación al Príncipe de las milicias celestiales, implorando a Dios que confine a Satanás al infierno”.
La rogativa fue enviada a los obispos el año 1886. Refiriéndose a esta rogativa dice el Cardenal Nasalli Rocca:


“León XIII escribió personalmente esta oración. La frase [los demonios] que vagan por el mundo para perder las almas tiene una explicación histórica que nos fue referida en diversas ocasiones por su secretario particular, Mons. Rinaldo Angeli. León XIII experimentó verdaderamente la visión de los espíritus infernales que se concentraban sobre la Ciudad Eterna; de esta experiencia nació la oración que él quiso hacer rezar a toda la Iglesia. Él la rezaba con voz vibrante y potente: la oímos muchas veces en la Basílica Vaticana. Y no sólo eso, sino que escribió de puño y letra propios un exorcismo especial contenido en el Ritual Romano (edición de 1954, tit. XII, c. III, pp. 863ss.). El Papa recomendaba a los obispos y sacerdotes que rezasen a menudo este exorcismo en sus diócesis y parroquias. Él, por su parte, lo rezaba frecuentemente a lo largo del día”.
Sería muy conveniente restaurar estas oraciones como también traducir correctamente la última petición del Padrenuestro que decir “líbranos del Maligno” y no “líbranos del mal”. La traducción catalana, si cabe, aún es más desafortunada “ans deslliureu-nos de qualsevol mal”, como rezamos actualmente. “Cualquier mal” puede ser un malo de muelas, y no se trata de eso.
El diagnóstico de Pablo VI en el año 1972 nos parece aún hoy muy válido y acertado.


Hoy, sin embargo, providencialmente, la Iglesia toma una conciencia más viva de la necesidad de luchar con eficacia contra el enemigo común del género humano. El nuevo ritual de exorcismo y las rogativas por la liberación del mal que le acompañan pueden ser un paso adelante en esta lucha.
Hay que conocer el Maligno para poder luchar contra Él. Muchos pueden pensar que es una cosa pasada de moda insistir hoy en este tema. Nosotros pensamos con Pablo VI que éste es uno de los temas más urgentes para afrontar hoy. Parodiando una frase de San Agustín sobre el pecado original yo diría que esta realidad, la del diablo, es “nihil obscurius ad intelligendum, sed nihil necessarium ad loquendum”, nada más difícil para entender, nada más necesario de hablar…


En el discurso de la audiencia del 15 de noviembre de 1972, Pablo VI declaraba: “¿Cuáles son las necesidades más grandes de la Iglesia? Que no os maraville como simplista o incluso supersticiosa o irreal nuestra respuesta: Una de las más grandes necesidades de la Iglesia es la defensa contra este mal que llamamos demonio”.
Ciertamente, como observa Don G. Amorth, las palabras del Papa superan el restringido campo de los exorcismos, pero es también cierto que lo incluyen.
El nuevo ritual de exorcismos en su proemium y en los praenotanda resume y recuerda las principales convicciones de la fe de la Iglesia sobre la existencia y acción del Maligno y sobre la lucha que los cristianos debemos llevar a cabo.

El nuevo ritual de exorcismos. Estructura y contenidos.

Antes de exponer los diversos momentos del exorcismo y la manera de proceder según el nuevo ritual, es necesario que tengamos muy presente lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica:
“Cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra la influencia del Maligno y sustraído a su dominio, se trata de exorcismo. Jesús lo practicó y de Él tiene la Iglesia el poder y el encargo de exorcizar. En una forma simple, el exorcismo se practica en la celebración del bautismo. El exorcismo solemne, llamado “gran exorcismo”, únicamente puede ser practicado por un sacerdote y con el permiso del obispo. Hay que proceder con prudencia, observando estrictamente las reglas establecidas por la Iglesia. El exorcismo pretende expulsar los demonios o liberar de la influencia demoníaca, y eso por la autoridad espiritual que Jesús ha confiado en su Iglesia. Muy diferente es el caso de las enfermedades, sobre todo psíquicas, la atención de las cuales pertenece a la ciencia médica. Por lo tanto, antes de celebrar el exorcismo, es importante asegurarse que se trata de una presencia del Maligno, y no de ninguna enfermedad”.
El ritual de 1999 da los elementos básicos de discernimiento y las normas fundamentales a observar para proceder al exorcismo. El ritual especifica que el ministro ordinario es el obispo, el cual puede delegar a un presbítero idóneo y con la debida preparación por este ministerio (atque ad hoc munus specifice praeparato). Hay que ser prudente y no creer con demasiada facilidad que se trata de una presencia diabólica. También hay que evitar descartar por principio una posible acción del Maligno. Hay que acudir a médicos con sentido de las cosas espirituales y evitar todo aquello que pueda favorecer la superstición. Conviene proceder cuando se tiene certeza moral de la acción diabólica. El ritual indica algunos indicios: hablar o entender lenguas desconocidas, poseer fuerza extraordinaria, conocer y ver cosas ocultas y distantes, aversión a Dios y a las realidades sagradas… Hay que evitar el espectáculo y no aceptar en el exorcismo presencia alguna de los mass media.
Los varios momentos del ritual de exorcismo son los siguientes: El rito comienza con la aspersión del agua bendecida según la fórmula que propone el ritual. Sigue la rogativa letánica de liberación. Después se pueden recitar algunos salmos y rogativas. Se proclama el Evangelio, signo de la presencia de Jesucristo. Posteriormente se imponen las manos sobre la persona a liberar y también se puede realizar la “exsufflatio” (soplar en la cara). Seguidamente se recita el Símbolo de la fe o se renuevan las promesas bautismales. Sigue la oración dominical. Se procede entonces a la ostensión de la Santa Cruz. Se recitan las fórmulas del exorcismo: primero la deprecatoria en qué se ruega a Dios por la liberación de la persona y seguidamente la fórmula imperativa en la que se manda al demonio que salga. Todo este ritual se va repitiendo (en una o diversas celebraciones) hasta que se logra la liberación definitiva. Se cierra el ritual con un cántico de acción de gracias, una oración y una bendición.


El nuevo ritual pide dar mucha importancia a los signos y gestos que provienen de los exorcismos del catecumenado: el signo de la cruz, las imposiciones de manos, la “exsufflatio” y la aspersión con agua bendita.
Probablemente, y a Dios gracias, el exorcismo mayor en caso de verdadera posesión diabólica será una celebración poco frecuente. Con todo, conviene que en cada diócesis haya un sacerdote preparado para atender a los fieles y ayudarlos a discernir.

Los exorcistas experimentados dicen que los casos de posesión son rarísimos pero que abundan las obsesiones e infestaciones diabólicas. Una buena manera de contribuir en la pastoral ordinaria podría ser revaloritzar signos y rogativas que ya existen pero que a veces no se utilizan debidamente: los exorcismos bautismales con la unción del aceite de los catecúmenos, el signo sacramental del agua bendecida en la Iglesia, las bendiciones (de casas, animales, alimentos y otros objetos)… y una cosa mucho más importante aún es la praxis habitual del sacramento de la penitencia. Como muy bien indica el nuevo ritual, el cristiano consagrado en el bautismo para la lucha contra el Maligno, prosigue con éxito esta lucha por la “reiterada recepción del sacramento de la penitencia”.


Como causa de la debilitación de la fe, del resurgimiento de lo diabólico y de muchos otros males de nuestra iglesia hay sin duda el abandono escandaloso del sacramento de la penitencia.
La acción extraordinaria del Maligno no es abundante. Su camino ordinario es la tentación y la incitación al pecado y eso, si el cristiano no toma medidas, abre la puerta a muchas otras actuaciones del Diablo.

El nuevo ritual contiene también dos apéndices interesantes. En el primero recoge un especial exorcismo que puede ser empleado en circunstancias especiales cuando lo considere el obispo diocesano. Se trata de una lucha contra otras presencias y ataques del Maligno diferentes de la posesión propiamente dicha de las personas. Puede referirse a casos de infestación (sobre objetos, casas, animales…) o circunstancias particularmente difíciles de la vida de la Iglesia.


El segundo apéndice contiene una colección de súplicas y oraciones que los fieles, libre y privadamente, pueden utilizar en la lucha que sostienen contra los poderes de las tinieblas. Hace diez años se especificaba que con permiso de la Congregación se puede seguir utilizando el ritual anterior. Ahora, con el Motu Propio Summorum Pontificum esta decisión queda en manos del exorcista.
Para ahondar toda esta rica y compleja temática recomendamos al lector que acuda a bibliografía competente. Recomiendo la obra de René Laurentin, El demonio, ¿mito o realidad?

Dr. Joan Antoni Mateo García
Instituto de Teología Espiritual de Barcelona

Bento XVI :O amor incondicionado de Deus, que dá vida a cada ser humano, aponta para um significado e para um objectivo para cada vida humana



Esta tarde, durante a deslocação do aeroporto para a nunciatura apostólica , Bento XVI visitou os mais pobres dentre os pobres: os portadores de deficiências, no Centro Regina Pacis".
Depois de se ter congratulado com a “notável competência profissional, os cuidados cheios de compaixão e a decidida promoção do justo lugar na sociedade” que este Centro assegura aos que têm necessidade de assistência especial”, Bento XVI sublinhou que a visita a esta Casa constitui “o primeiro passo” desta sua “peregrinação” em que, como tantos peregrinos do passado, veio para “tocar e venerar os lugares santificados com a presença de Jesus e ali encontrar conforto”.


“Cada um de nós é um peregrino. Estamos todos projectados para a frente, resolutamente, no caminho de Deus. Naturalmente, tendemos todos a dirigir o olhar para trás, ao percurso da nossa vida – por vezes com pesar ou recriminações, muitas vezes com gratidão e apreço – mas olhamos também para a frente – por vezes com trepidação e ansiedade mas sempre com expectativa e esperança, sabendo que há também outras pessoas que nos encorajam ao longo do caminho”.

Recordando os sofrimentos e provações enfrentadas pelas pessoas deficientes, o Papa reconheceu que “por vezes é difícil encontrar uma razão para aquilo que aparece como mero obstáculo a superar”. Contudo, logo acrescentou o Papa, “a fé e a razão ajudam a entrever um horizonte para além de nós próprios, imaginando a vida tal como Deus a quer”.


“O amor incondicionado de Deus, que dá vida a cada ser humano, aponta para um significado e para um objectivo para cada vida humana. O Seu amor é um amor que salva. Como os Cristãos professam é através da Cruz, que Jesus de facto nos introduz na vida eterna, indicando-nos o caminho a seguir – o caminho da esperança que nos conduz, passo a passo, ao longo da estrada , de tal modo que nós próprios nos tornemos portadores de esperança e de caridade para os outros”.

Prosseguindo a sua alocução, Bento XVI reconheceu com simplicidade não trazer consigo dons especiais, mas simplesmente uma intenção, uma esperança:

“Venho simplesmente com uma intenção, uma esperança: rezar pelo precioso dom da unidade e da paz, muito especialmente para o Médio Oriente. Paz para os indivíduos, para pais e filhos, para as comunidades, paz para Jerusalém, para a Terra Santa, para a região, paz para toda a família humana – a paz duradoura que nasce da justiça, da integridade, da compaixão, a paz que brota da humildade, do perdão e do desejo profundo de viver em harmonia como uma única realidade.”


“A oração – sublinhou Bento XVI – é a esperança em acção”. “A vossa experiência do sofrimento, o vosso testemunho de compaixão, a vossa determinação em superar os obstáculos com que vos confrontais encorajam-me a acreditar que o sofrimento pode levar a uma mudança para melhor”:

“Nas nossa provações pessoais, e mantendo-nos ao lado dos outros nos seus sofrimentos, nós captamos a essência da nossa humanidade, tornamo-nos, por assim dizer, mais humanos. E vamos aprendendo pouco a pouco que, mesmo os corações endurecidos pelo cinismo ou pela injustiça ou pela relutância em perdoar nunca se encontram fora do raio de acção de Deus, podem sempre abrir-se a um novo modo de ser, a uma visão de paz”.


E o Papa concluiu pedindo a todos que rezem para que Deus converta os corações de cada um:

“Exorto-vos todos a rezardes em cada dia por todo o mundo. E hoje peço-vos que façais vossa uma intenção concreta: por favor, rezai por mim em cada dia da minha peregrinação: pela minha renovação espiritual no Senhor e para que os corações se convertam ao perdão e à solidariedade à maneira de Deus, de tal modo que a minha esperança – a nossa esperança – de paz e unidade no mundo produza abundantes frutos”.

Cardeal Ratzinger :acerca do Concílio Vaticano II


“A verdade é que o próprio Concílio não definiu nenhum dogma e conscientemente quis expressar-se em um nível muito mais modesto, meramente como Concílio pastoral; entretanto, muitos o interpretam como se ele fosse o super dogma que tira a importância de todos os demais Concílios". (Cardeal Joseph Ratzinger, Alocução aos Bispos do Chile, em 13 de Julho de 1988, in Comunhão Libertação, Cl, año IV, Nº 24, 1988, p. 56).

De fato observamos todos os dias e em todos os lugares um grupo separado de fiéis que faz o Concílio Vaticano II o dogma sobre todos os dogmas, o Concílio sobre todos os Concílios, o Magistério acima do próprio Magistério da Igreja Católica. Os promotores dessa corrente sem qualquer fundamento filosófico ou teológico promovem uma grandiosa ruptura com a Tradição Católica que é a própria Doutrina Apostólica.

Quem aqui ou acolá propaga o Vaticano II como uma "nova Igreja" ferem a Igreja por dentro, fraturando não sua estrutura externa, mas seus próprios alicerces que só não virão abaixo em razão das promessas de Cristo: Jamais prevalecerão! Os tempos que nos cercam, que estão cheios de veneno iluminista, nos impõem uma meritosa escolha: a Tradição ou a Ruptura, o senso comum da revolução modernista ou a imediata resposta tradicional como forma de contra-resposta ao erro que deseja obter os mesmos direitos de Cristo. Por isso, o verdadeiro católico é aquele que jamais irá retirar uma só vírgula do que é ensinado pelo catolicismo desde que ele foi apresentado ao mundo no verdadeiro e único Pentecostes.
Fonte:o ultrapapista Atanasiano

Estados Unidos: Novo livro sobre o Concílio Vaticano II e as suas consequências




Colección Eli, Eli, Lamma Sabacthani? se titula la obra de once tomos sobre el Concilio Vaticano II, del autor brasileño Atila Sinke Guimaraes. Este es el quinto tomo de dicha obra que ha sido publicado en los EE.UU y se titula Ecclesia (Iglesia).[2]

Sin duda, este es el más minucioso, lúcido y acabado trabajo que estudia el Concilio Vaticano II y sus consecuencias escrito hasta ahora en el mundo.
El Ccncilio Vaticano II dio origen a un nuevo concepto de Iglesia: La Iglesia como Misterio. ¿Cómo puede definirse este concepto de misterio? Existe una dificultad a todo intento de definir este “misterio” ya que este es, en sí mismo, un concepto aparentemente vaporoso e incierto, tan difícil de capturar como atrapar a un fantasma y encerrarlo en un cuarto bajo llave. Sin embargo, Guimaraes logra hacerlo.


En Ecclesia – que es el último tomo de este trabajo sobre el Concilio Vaticano II – el autor analiza exhaustivamente todos los posibles significados ortodoxos de la doctrina de la Iglesia sobre el concepto de Iglesia como “Misterio,” tanto en su constitución como en su misión. Una vez establecido como base el significado ortodoxo de este concepto, el autor fácilmente muestra que el concepto de “Misterio” del Concilio Vaticano II es algo muy diferente a lo que es bajo la doctrina tradicional. De hecho, este es un disfraz para lograr un objetivo revolucionario: la Iglesia Católica pasa a ser entonces un fermento para unir a todas las falsas religiones en una especie de Pan-Religión para, de esta manera, fomentar una República Universal.

Otros conceptos novedosos de la eclesiología de Concilio Vaticano II que son analizados en este libro son: Pueblo de Dios, Iglesia de los Pobres, Iglesia Pecadora, Iglesia Sirviente, Iglesia del Amor e Iglesia de la Tolerancia. Cada uno de estos nuevos títulos tiene como único objetivo destruir (los aspectos verdaderos de) la Iglesia Católica.

En este último volumen de la Colección – donde se demuestra muchas otras consecuencias desastrosas del Concilio Vaticano II – el autor llega a una simple y decisiva conclusión: un árbol que da tan malos frutos debe ser cortado. El Vaticano II es un Concilio nulo e inválido, que debe ser descartado por la Historia.
Ciertamente este es un libro muy recomendable para leer por todo católico que ama de corazón a la Iglesia y desea defender su fe como debe hacerlo todo soldado de Cristo.
A continuación presentamos la Introducción de Ecclesia, en donde el autor establece los objetivos y el Índice Temático de este Volumen de su obra.
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[2] Los otros cuatro tomos hasta ahora publicados en inglés son: In the Murky Waters of Vatican II (En las Aguas turbias del Vaticano II, tomo I); Animus Delendi I (Deseo de Destruir I, tomo IV); Animus Delendi II (Deseo de Destruir II, tomo V) y Inveniet Fidem? (¿Encontrará Fe?, tomo VI).

Introducción

¿Una Iglesia que es visible o invisible? ¿Jerárquica o comunitaria? ¿Sacra o pobre? ¿Santa o pecadora? ¿Una Reina o una sirvienta? ¿Una Iglesia de la fe o una Iglesia del amor? ¿Una Iglesia militante o una Iglesia tolerante?
Estas siete preguntas son, a nuestro juicio, las que resumen esencialmente el dilema levantado por el Vaticano II con respecto a la enseñanza perenne del Magisterio de la Iglesia acerca de la eclesiología católica.
Sería incomprensible que la presente Colección no dedicase un espacio a esta materia. Por lo tanto, a este asunto nos dedicaremos en este Volumen. Cada capítulo estudiará cada una de estas preguntas, presentando los matices de sus conceptos fundamentales, lo que el Vaticano II hizo en relación a cada uno de ellos, y los frutos que trajo como consecuencia.
Al tratar sobre la eclesiología del Vaticano II, tenemos la intención de concluir el análisis de sus frutos en lo que se refiere al dogma católico.


Índice temático

INTRODUCCION

CAPITULO I – ¿LA IGLESIA COMO MISTERIO O LA IGLESIA COMO SACRAMENTO?
1. El significado del Misterio en la doctrina católica.
A. El origen griego del Misterio.
B. La noción católica de Misterio.
C. El conocimiento de los Misterios.
a. Analogía entre los Misterios y el orden natural.
b. La analogía entre los Misterios y el fin último del hombre.
D. La enseñanza de los Papas sobre los Misterios.
2. La noción católica de Misterio aplicada a la Iglesia.
A. En cuanto a la esencia de la Iglesia.
B. En cuanto a la constitución de la Iglesia.
a. En relación al cuerpo de la Iglesia.
a.a. La Jerarquía y los fieles.
a.b. El Papa y la Jerarquía.
a.c. Jerarquía y Profetismo.
b. En relación al alma creada de la Iglesia.
c. En relación al alma increada de la Iglesia.
C. Conclusión sobre los Misterios en la Iglesia.
3. El concepto de Misterio del Vaticano II aplicado a la Iglesia.
A. La palabra Misterio usada en consonancia con la enseñanza de la Iglesia.
a. Relativo a los Misterios de Nuestro Señor Jesucristo.
b. Misterio relativo a la unión de Cristo con la Iglesia.
c. Relativo a los Misterios de la Iglesia.
d. Misterio relativos al culto y los sacramentos.
B. La palabra Misterio usada de manera imprecisa o engañosa.
a. El Misterio de la Iglesia.
b. El Misterio de Cristo.
c. El Misterio del hombre.
d. El Misterio de la Historia humana.
e. Otras imprecisiones o malas tendencias en relación al uso de la palabra Misterio.
C. La palabra Misterio usada en sentido opuesto a la doctrina católica.
D. El concepto de la Iglesia como sacramento de unidad.
a. Noción de Iglesia ad extra.
a.a. La Iglesia como sinónimo de la Iglesia católica.
a.b. La Iglesia como sinónimo de la “Iglesia de Cristo.”
a.c. La Iglesia como sinónimo de la “Iglesia de Dios.”
a.d. La Iglesia como sinónimo de “Pueblo mesiánico.”
b. Noción de Iglesia ad intra.
c. Noción de Unidad.
d. Noción de Sacramento.
e. La Iglesia como Sacramento de Unidad.
f. La Iglesia como Sacramento de salvación universal.
E. Conclusión sobre cómo el Vaticano II considera los Misterios.

CAPITULO II – LA IGLESIA COMO PUEBLO DE DIOS
1. La Sacramentalidad y el Pueblo de Dios.
2. El Pueblo de Dios desde una perspectiva histórico-doctrinaria.
3. El Pueblo de Dios y el poder para gobernar.
A. La Sacramentalidad y la constitución Jerárquico-monárquica en la Iglesia.
B. El Pueblo de Dios y la constitución jerárquico-monárquica en la Iglesia.
a. Adaptación a las falsas religiones y al mundo moderno.
b. El fundamento igualitario en la noción de Pueblo de Dios.
c. Oposición a la Iglesia jerárquica.
d. Confirmaciones oficiales.
4. El Pueblo de Dios y el poder para enseñar.
5. El Pueblo de Dios y el poder para santificar.
6. El Pueblo de Dios, las falsas religiones, la humanidad y la liberación.

CAPITULO III – LA IGLESIA POBRE Y LA IGLESIA DE LOS POBRES
1. La Iglesia de los Pobres y la desacralización de la Iglesia Católica.
2. La Iglesia de los Pobres y los bienes materiales de la Iglesia Católica.
3. La pobreza, el ideal supremo.
4. La Iglesia de los Pobres.
5. La “teología de la liberación” y la posición oficial de la Santa Sede.
A. Los límites del concepto de “teología de la liberación.”
B. Medidas recomendadas por la Iglesia de los pobres para promover la ‘liberación.’
6. El ideal de pobreza esparcido en la Iglesia conciliar.

CAPITULO IV – LA IGLESIA PECADORA
1. Distintas formas en que la Iglesia es acusada de pecadora.
A. Atribuciones generales de los pecados de la Iglesia.
B. El ‘pecado’ del poder.
C. El ‘pecado’ de distinguir entre el bien y el mal.
D. El ‘pecado’ de una enseñanza moral inmutable.
E. El ‘pecado’ de dividir a los cristianos.
F. El ‘pecado’ en relación a los males sociales.
2. Ecclesia semper reformanda
A. Una reforma más radical que la de Lutero.
B. El concepto de continua reforma.
C. La reforma continua causada por la unión con el mundo y el ecumenismo.
D. Una consecuencia: La contestación en la Iglesia.
3. La Iglesia peregrina.
A. La Iglesia peregrina en relación al futuro.
B. La Iglesia peregrina y escatología.
C. La Iglesia peregrina, el Espíritu y kenosis.

CAPITULO V – LA IGLESIA SIRVIENTE
1. Concepto de la Iglesia sirviente.
2. La Iglesia sirviente es una sierva del mundo.
3. La Iglesia es una sierva en relación con la unidad ecuménica.
4. El servicio utilizado para subvertir la estructura jerárquica-monárquica de la Iglesia
5. La Iglesia sirvienta, kenosis y auto-demolición.

CAPITULO VI – LA IGLESIA DEL AMOR

CAPITULO VII – LA IGLESIA DE LA TOLERANCIA
1. El carácter militante de la Iglesia según los santos, doctores y Papas.
2. La oposición progresista al carácter militante de la Iglesia.
3. Ataques contra las principales consecuencias de la militancia católicas.
A. La Guerra Santa.
B. La Inquisición.
4. Elementos que caracterizan a la Iglesia tolerante
5. La tolerancia en la enseñanza teológica.
6. Tolerancia y libertad religiosa.
7. La Iglesia tolerante y el nuevo concepto del trabajo misionero.
8. La Iglesia tolerante exige la renuncia de la Iglesia militante.

CONCLUSION
Fonte:la denuncia profetica