sábado, 23 de maio de 2009

La Misa en Latín - Algunas nociones básicas




1. ¿ Porqué se oficia la Misa en Latín ?

La Misa en latín con frecuencia se denomina “Misa Tridentina,” en referencia al hecho de que fue codificada por San Pío V poco después del Concilio de Trento (1545-1563), de donde proviene el término “Tridentino.” Contrario a lo que algunas personas piensan, San Pío V no creó una nueva Misa, sino unificó toda la Liturgia existente: Ordenando y estructurando la bajo un “Ordo,” de tal manera; que toda la Liturgia de la Iglesia permaneciera sin mutación con el correr de los Siglos. Su Bula “Quo Primum Tempore” no solamente declaró que había que mantener la Misa permanentemente inalterable, sino también prohibió la introducción de nuevas Liturgias en la Misa. La Misa en Latín puede de hecho llamarse Misa de los Apóstoles, porque data del tiempo de Nuestro Señor y de los Apóstoles. Los pormenores de las primeras Liturgias se asemejan a la Misa en Latín en sus detalles esenciales.

2. ¿ Originalmente en que Idioma se decía la Santa Misa en la Iglesia ?

La Misa se decía originalmente en Arameo o Hebreo, puesto que estas eran las lenguas que hablaban Cristo y los Apóstoles; las expresiones: “Amen, Alleluia, Hosanna y Sabbaoth” son palabras Arameas que se mantuvieron y aun permanecen actualmente en la Santa Misa en Latín. Cuando la Iglesia se extendió por todo el mundo gentil en el Siglo I; adoptó el Griego en su Liturgia porque este era el Idioma común del Imperio Romano. El uso del Griego continuó hasta el siglo II y parte del siglo III. El Kyrie eléison, y el Símbolo Litúrgico IHS (deriva de la palabra Jesús en Griego) son una prueba viva del uso de este Idioma en la Liturgia de la Iglesia; pues permanecen aun en la Santa Misa en Latín. Las Misas Romanas iniciales se encuentran en los escritos de San Justo “que datan del año 150 del Cristianismo” y también en los de San Hipólito del “año 215.” El Latín finalmente remplazó al griego como lengua oficial del Imperio.

3. ¿ Desde cuándo se usa el latín en la Iglesia ?

Hacia el año 250 de la fundación de la Iglesia, la Misa se decía en Latín en la mayor parte del mundo Romano. Incluyendo las ciudades del Norte de África y de Italia, como Milán. La Iglesia en el Imperio Occidental adoptó el latín en la Misa al rededor del año 380 del Cristianismo. El Canon de la Santa Misa en latín, como lo conocemos actualmente, ya estaba completo para el año 399 del Cristianismo. El Latín dejó de ser lengua vernácula hacia los Siglos VII y IX; sin embargo, la Misa siguió ofreciéndose en Latín porque mucha de su Liturgia ya había sido creada en esa lengua. Los Santos Padres de la Iglesia, por entonces, no vieron razón alguna para adoptar las nuevas lenguas vernáculas que estaban en desarrollo al rededor del mundo conocido. Este fue un medio providencial; por que el latín, aunque lengua muerta, sirvió como medio de comunicación en la Iglesia y a través de los Siglos. Sin duda era este el medio por el cual, Dios prometiera en el santo Evangelio, que estaría con nosotros hasta el fin de los tiempos; esto es parte del Plan de Dios para preservar a su Iglesia hasta el final.



4. ¿ Qué razones tuvo la Santa Iglesia para mandar que se oficiara la Misa en Latín ?

El único objetivo de San Pío V al mandar coodificar la Misa, no fue sino el de la Unidad de la Iglesia, la única de las razones de peso; por la que se asegura la Unidad en el Culto Católico y se evita la disparidad de Rito, el único medio era la Uniformidad en el Idioma, y así se preservaría no solo de Cisma sino también de los errores que pudieran ser introducidos. Mandó San Pío V fuese dicha, la Misa en lo que sería en adelante el Idioma Oficial de la Santa Iglesia: “El Latín.”


5. ¿ Cómo asegurar la perpetuidad de los Ritos Católicos, a través de tanta diversidad de Idiomas, Naciones, costumbres y que además esas mismas diferencias cambiarían a través del correr de los años?

Las razones son evidentes, había que asegurarse de que el Idioma que la Iglesia tomara como oficial, no fuera modificado a través de los tiempos y los lugares; pues la Historia nos demuestra que los vocablos de los Idiomas cambian de significado o se introducen modismos, por el habla Popular con el tiempo.


Hasta los reformistas protestantes reconocen la conexión entre las enseñanzas de la Iglesia y la Misa. Lutero creyó que eliminando la Misa, podría derrocar al papado. El y otros reformistas protestantes se dedicaron a erradicar la noción del sacrificio de sus liturgias “reformadas.” Eliminaron los altares y los crucifijos, y las lecturas de las Escrituras y los sermones remplazaron el concepto de la Real Presencia de Cristo en el Sagrado Sacramento. Esto se fue haciendo gradualmente, para que los católicos quienes, después de todo, iban a las mismas iglesias y con frecuencia tenían los mismos pastores, difícilmente se dieran cuenta de que poco a poco se iban convirtiendo en protestantes.

La repuesta Sabia de la Iglesia, a todas estas incógnitas Preocupantes, las soluciona adoptando una Lengua que en sí misma sea inalterable, inmutable en lo esencial de sus vocablos.


6. ¿ Qué lengua entre el Griego, Latín, Hebreo y el llamado Siriaco-Arameo resolvía éstas incógnitas ?

El Latín ofrecía esta garantía; es por eso que se mandó, se adoptase en toda la Liturgia de la Iglesia: “El Latín Lengua Muerta” a excepción de los Ritos Católicos que tuvieran más de 200 años de existencia. Son por estas razones y no por otras, por las que se dice la Misa en Latín (Lengua Muerta). Como no se habla actualmente como lengua vernácula de país alguno; las palabras en Latín no cambian de significado. Por ejemplo el Idioma Inglés será más fácil de entender, pero a causa del habla popular, los Coloquialismos, y la influencia de los Regionalismos, las palabras que usamos varían de significado de un sitio a otro y de un año a otro. Como lo dijo su Santidad Pío XII de feliz memoria: “El uso del Latín”es una señal hermosa y manifiesta de la Unidad, así como un antídoto efectivo contra cualquier corrupción en la Verdad Doctrinal” (Mediator Dei).


7. ¿ Qué podemos decir de las personas que objetan que hay dificultad actualmente para entender el latín por lo que les resulta aburrida la Misa ?

Es evidente, están olvidando que el acto de Adoración Supremo (Misa) no es una reunión social que sirva para alagar a los sentidos ni mucho menos un estímulo para favorecer el sentimentalismo; muy al contrario es la “Aceptación de la Soberanía infinita de Dios y de sus Perfecciones con la sumisión absoluta de la criatura para con su Señor y Creador. Nos encontramos por desgracia en una situación en donde los modismos y costumbres en los Idiomas se suceden una y otra vez sin interrupción; de tal manera que al cabo de solo 2 o 3 años ya no tienen el mismo significado tal o cual palabra, la prueba esta en que experimentamos cambios en la forma de hablar de las generaciones pasadas a las actuales y sin embargo lo aceptamos gustosos. Entonces, ¿ Porqué no aceptar un Idioma que además de ser Mandado por la Iglesia Católica es a la vez una garantía de seguridad que preserva a nuestra Fe Católica de todo contagio de error y de corrupción?. Para los que se quejan de no entender el latín no es sino una manera fácil de justificar su falta de piedad y de Fe y por este motivo culpan a un Idioma que facilita la Unidad de la Iglesia y que además a sido Inspirado por el Espíritu Santo y por eso se conforman con el progresismo religioso de los Templos actuales; condenado por la Santa Iglesia.


8. ¿ Cuál es la manera Católica de guiarnos cuando asistimos los domingos a las Misas en latín?

Existe una diversidad de Misales que traen el texto en Latín y adjunto la traducción en el Idioma de cada País; recordemos que el Culto de “Dulía que ofrecemos a los Santos” y el Culto de “Latría o de Adoración que es el que se tributa solo a Dios” lo hacemos conforme lo manda La Santa Iglesia y que éste solo hecho debe bastarnos para satisfacer nuestras exigencias de entender el Latín, pues aunque por el oído no lo entendamos sabemos que adoramos a Dios de la manera como quiere ser Adorado, del modo, forma y medida que el Espíritu Santo a proporcionado a su Iglesia. Sus Ministros lo entienden y nos trasmiten los sentimientos de la Iglesia en cada mínimo gesto litúrgico; y basta con que ellos nos expliquen con claridad cada parte del Culto Oficial de la Iglesia que es: “la Liturgia” y como consecuencia el Centro de ella “La Santa Misa.”


9. ¡Qué es lo que sucede actualmente! ¿Porqué razón, no se ofician más Misas Católicas, es decir, en el Idioma Oficial y con las disposiciones mandadas y ordenadas por la Iglesia?

La razón es que las Misas que se dicen apartir del 20 de Noviembre de 1960, mandadas por el hereje Pablo VI (Montini), no son ya Misas Católicas, puesto que se separan de una manera impresionante de la Misa Tridentina (Cardenal Ottaviani); el Novus Ordo Missae o nueva Misa; no es ni será jamás, Un Ordo Católico; muy al contrario no representa mas que un Misal arreglado y ordenado a merced de las aspiraciones protestantes: la Nueva Misa, no representa más que el sueño dorado del Pérfido Martín Lutero; pues su máxima favorita era: “¡Destruid la Misa y Habréis acabado con Papado!” Y en efecto se cortó el canal de la gracia (la Misa) que es el Centro de Toda la Liturgia; y se consiguió lo que aspiraban, protestantizar a la que ellos consideraban su enemigo máxima a la “Iglesia Católica”. La nueva Misa es en verdad una Asamblea protestante. Ella es el reflejo vivo de la secta protestante; y en honor a la verdad si Ud. ¡No lo cree!, lo insto a que lo compruebe con sus propios ojos, si puede Ud. encontrar alguna diferencia entre una asamblea protestante Y la Misa nueva; basta con presenciar personalmente las dos Asambleas; la protestante y la que dicen en los Templos modernos mal llamados Católicos.


10. ¿Cuáles fueron las consecuencias al querer imponer a todos los sacerdotes la nueva Misa ?

Aunque la Misa en Latín data del año 150 del Cristianismo, el advenimiento de la nueva Misa Protestante (Novus Ordo Missae) hecha oficial por el hereje Pablo VI el 22 de Marzo de 1970, causó la Apostasía de muchos Sacerdotes. Pero también la reacción de muchos otros que permanecieron fieles a las Enseñanzas de la Iglesia, los cuales conscientes de la importancia de la Unidad cuya nota, es la principal para conocer la Verdadera Religión; han continuado Oficiando la Santa Misa tal como fue coodificada por la Santa Iglesia poco después del Concilio de Trento, sin agregar ni disminuir nada de lo que allí establecieron; según aquello del conmmonitorio: “no traspases los límites que han establecido vuestros antepasados”. Los sacerdotes de la Congregación “María Reina Inmaculada” (CMRI) que comenzó en el año de 1967, siempre han ofrecido la Misa Católica (Tradicional en Latín) con las circunstancias que rodean actualmente a la Santa Iglesia, como es el: Declarar que la Sede Apostólica esta Vacante, por razón cierta y comprobada que los últimos Papas predecesores a Pío XII han caído consuetudinariamente en las heréticas y depravadas prácticas de Doctrinas condenadas por la Iglesia, separándose así del Cuerpo Místico de Cristo tales son los casos de Juan XXXIII, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II los cuales habiendo reformado; la Misa, Sacramentos, y aún la Liturgia en general, se han plegado a los errores Modernistas condenados por San Pío X. Pues es clara la Iglesia cuando la escuchamos decir por San Roberto Belarmino: ¿Puede un Papa caer en herejía? Y no duda al responder que, Sí, cuando atenta contra los Dogmas, y lo establecido a “perpetuidad” concerniente a ( Moral y Doctrina Católica ) que ya la Iglesia por medio de los Pontífices antecesores haya Decretado, quien pretenda hacer lo contrario, y reformese lo ya establecido quedará ipso facto fuero de la Santa Iglesia, esta es doctrina clara de la misma; es hereje quien niegue, reforme, agregando o disminuyendo lo que la Iglesia manda que crea, reciba y obedezca; cualquiera que haya sido su condición o Autoridad dentro de la Santa Iglesia llamese: Obispo, Arzobispo, Cardenal y en definitiva Papa.


11. ¡Acaso la Liturgia no puede acomodarse a las necesidades de los tiempos actuales! ¿Porqué la Misa en latín es tan importante para ustedes?

El Papa Pío XII declara expresamente que la Sagrada Liturgia está íntimamente vinculada a las verdades de la Fe Católica y por lo tanto debe conformarse a ella y reflejar esas verdades; no podemos so pretexto, de acomodar la Liturgia a las exigencias de los pueblos y de los tiempos modernos, comprometer una sola Verdad de Fe; es absolutamente importante conservar inalterable la Liturgia para que ella sirva actualmente salvaguardando la integridad de la Fe (Mediator Dei). Si la Liturgia en este sentido representa el depósito de la Fe Católica, resultaría herético y sacrílego, querer acomodar la Santa Misa a merced del capricho humano, atropellando con ello toda una tradición infalible.


12. Estimo que el latín es una lengua Anticuada ¿ Acaso no se opone al progresismo cultural de los pueblos ?

No podemos objetar el que una lengua como el latín haya pasado de uso en estos tiempos tan modernos o el que peligremos habernos quedado anclados en el Siglo XV; como afirman muchas personas de juicio ligero. Contrario a estos criterios equívocos, no solamente afirmamos que quedamos anclados en el Siglo XV sino en el año 33 de Nuestro Señor; por eso cuando se nos acusa de novedosos podemos reponderles: “no hay nada mas nuevo que permanecer en los Origenes”.( Sta. Teresa de Jesús) No es pues la Misa en latín, una manera selectiva o novedosa de oficiarla ni tampoco elitista o exclusivista, todo lo contrario, es la única manera católica, es decir, Universal de oficiarla, acomodada para que sea escuchada por toda persona bautizada del mundo sin importar la Nacionalidad que tuviera (Chino, Alemán, Norteamericano etc.). Esta fue la intención de la Iglesia al mandar coodificar la Misa en una lengua que a través de los tiempos y los lugares no sufriera cambios, pues pertenecemos a la Iglesia Católica que es Una: en el Bautismo, Una en los Sacramentos, Una en la Fe; como dice el Apóstol San Pablo. Por estas razones, la Iglesia siempre ha protegido cuidadosamente el Texto de la Misa, para evitar que se incorporen a la Liturgia errores doctrinales. La Misa tradicional en latín es entonces la expresión perfecta de las verdades inmanentes de la Iglesia Católica. Hasta los protestantes reformistas reconocen la conexión entre las enseñanzas de la Iglesia y la Misa. Lutero creyó que eliminando la Misa, podría derrocar el Papado. El y todos los demás protestantes se dedicaron a quitar la Noción de Sacrificio de sus Liturgias, “inventadas” por ellos: eliminaron los altares y los crucifijos, y las lecturas de las Escrituras y los sermones reemplazaron el concepto de la Real Presencia de Cristo en el Sagrado Sacramento. Esto se fué haciendo de un modo gradual y despacio para que los Católicos, quienes después de todo, observaban atónitos los cambios y novedades que se iban introduciendo en sus iglesias, ni siquiera advirtiesen que se iban convirtiendo en protestantes.


13. ¿ Cuál fue el origen de la nueva Misa conocida como: “NOVUS ORDO MISSAE”?

Desde principios de la década de los 60's muchos de estos primeros cambios se fueron gradualmente introduciendo en las iglesias Católicas. Fue entonces en ésta época cuando la Misa experimentó cambios por una comisión del Vaticano II asistida por seis protestantes. En la nueva Liturgia que arreglaron ellos no hay referencias a la Misa como un sacrificio, pues la definen como: “El memorial del Señor” y se identifica perfectamente con el servicio protestante. Al transformar toda la Liturgia alejándose impresionantemente de la Teología Católica, éstas reformas han demostrado a la sociedad que los nuevos cambios litúrgicos solo conducen a una total desorientación en los Católicos que dieron señales de indiferencia y de disminución de la Fe, otros pasaron por una torturante crisis de conciencia y finalmente miles apostataron; pues la nueva Misa no era ya la expresión de una Fe Católica sino la de una nueva religión ecuménica.

14. ¿ Acaso no debe la liturgia acomodarse a las necesidades de las culturas y de los pueblos para Evangelizarlos?

La Misa es el acto supremo de Adoración a Dios, quién está por sobre el tiempo, las lenguas y las culturas. La finalidad de la Misa es honrar a Dios y Adorarlo. Durante Siglos, un Católico podía asistir a la Misa en cualquier parte del mundo y siempre hallaba la misma forma Católica de seguirla y cumplir con el precepto. Si pudiésemos viajar a través del tiempo, encontraríamos la misma Verdad: una Misa ofrecida por un sacerdote Católico que viviera en Roma en el año 570 sería igual a una ofrecida por un sacerdote que viviera en Nagasaki en 1940, o la de un sacerdote del Monte San Miguel en el año 2002. Este hecho refleja claramente dos de las cuatro Notas de la Iglesia Católica; su Unidad y su Catolicidad en relación con el tiempo y el espacio.


15. ¿ Cuáles son los fines de la Santa Misa ?

Recordando nuestro Catecismo; los propósitos por los que se ofrece la Misa son:
1) Adorar a Dios como Señor y Creador
2) Darle gracias a Dios por todos los favores recibidos
3) Pedir a Dios que derrame sus bendiciones sobre todos los hombres
4) Satisfacer la Justicia de Dios por los pecados que se cometen.
La Misa es, aún más, la Adoración pública ofrecida por la Iglesia entera a Dios a través de Jesucristo, quién, como el Sumo Sacerdote Eterno se ofrece de nuevo a su Eterno Padre como lo hiciera en la Cruz. Él es el Cordero de Dios, la Víctima sin mancha cuyo sacrificio lava los pecados del mundo. La Misa, es entonces el cumplimiento de la profecía: “De Levante a Poniente, grande es mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se sacrifica y se ofrece al Nombre Mío una ofrenda pura” ( Mal. I,11).
fonte:congregación ObispoAloisHudal

INDULGENCIAS ESPECIALES DURANTE EL AÑO SACERDOTAL




Un decreto de la Penitenciaría Apostólica
explica las condiciones...¡aprovechémoslas!
Además, urge rezar por los sacerdotes:
Necesitamos sacerdotes santos y fieles,
necesitamos muchos pastores según el
corazón de Cristo. El maligno intenta socavar
las vocaciones y tentar en la fidelidad doctrinal
o en su moral personal, a las almas
consagradas. Indudablemente estamos ante
la presencia de una gran batalla metafísica.
En ella, nuestras oraciones son decisivas.
El demonio sabe que las caídas morales de los
sacerdotes hacen dudar a los débiles en la fe.
En lugar de comentar tanto o publicar esas caídas
de algunos, unámonos a esta Cruzada a favor del
sacerdocio católico. La oración logra todo.
Recordemos que el bien y la virtud son cualidades
silenciosas, mientras que el escándalo de algunos
corre como pólvora y hace titubear a muchos.
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CIUDAD DEL VATICANO, martes 12 de mayo de 2009.- Los sacerdotes y fieles que realicen unos determinados ejercicios de piedad durante el Año Sacerdotal recibirán la indulgencia plenaria.

Así informa un decreto hecho público hoy por la Oficina de Información de la Santa Sede, firmado por el cardenal James Francis Stafford y el obispo Gianfranco Girotti, O.F.M. penitenciario mayor y regente de la Penitenciaría Apostólica, respectivamente.
La Iglesia celebrará el Año sacerdotal del 19 de junio de 2009 al mismo día del año siguiente con motivo del 150 aniversario de la muerte de San Juan María Vianney, Cura de Ars.


El Año Sacerdotal empezará el 19 de junio, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, con la celebración, presidida por el Papa, de las Vísperas ante las reliquias de San Juan María Vianney, llevadas a Roma por el obispo de Belley-Ars.

Benedicto XVI concluirá el "sagrado periodo" un año después en la Plaza de San Pedro con sacerdotes de todo el mundo, que "renovarán la fidelidad a Cristo y el vínculo de fraternidad", según el texto.


El decreto explica detalladamente las modalidades para la obtención de las indulgencias.

En primer lugar, podrán obtener la indulgencia plenaria los sacerdotes que "arrepentidos de corazón", recen cualquier día las Laudes o Vísperas ante el Santísimo Sacramento expuesto a la adoración pública o en el sagrario y, siguiendo el ejemplo de San María Vianney, se ofrezcan para celebrar los sacramentos, sobre todo la Confesión, "con espíritu generoso y dispuesto".

El texto señala que los sacerdotes podrán beneficiarse de la indulgencia plenaria aplicable a otros sacerdotes difuntos como sufragio, si en conformidad con las disposiciones vigentes se confiesan, comulgan y rezan por las intenciones del Papa.

También recibirán indulgencia parcial, siempre aplicable a los hermanos en el sacerdocio difuntos, "cada vez que recen oraciones debidamente aprobadas para llevar una vida santa y cumplir los oficios que se les han confiado".

Por otra parte, todos los cristianos podrán beneficiarse de la indulgencia plenaria siempre que "arrepentidos de corazón" asistan a la Santa Misa y ofrezcan por los sacerdotes de la Iglesia oraciones a Jesucristo y cualquier obra buena.


Todo ello complementado con el sacramento de la confesión y la oración por las intenciones del Papa "los días en que se abre y se clausura el Año sacerdotal, el día del 150 aniversario de la muerte de San Juan María Vianney, los primeros jueves de mes o cualquier otro día establecido por los Ordinarios de los lugares para la utilidad de los fieles".

Los ancianos, los enfermos y todos aquellos que por motivos legítimos no puedan salir de casa, también podrán obtener la Indulgencia plenaria, si con ánimo alejado del pecado y el propósito de cumplir las tres condiciones necesarias tan pronto como les sea posible, "en los días indicados rezan por la santificación de los sacerdotes y ofrecen a Dios por medio de María, Reina de los Apóstoles, sus enfermedades y sufrimientos".

El decreto indica que se concederá la Indulgencia parcial a todos los fieles cada vez que recen cinco Padrenuestros, Ave Marías y Glorias, y otra oración debidamente aprobada "en honor del Sagrado Corazón de Jesús para que los sacerdotes se conserven en pureza y santidad de vida".

El texto señala que el santo Cura de Ars "aquí en la tierra fue un maravilloso modelo de verdadero pastor de la grey de Cristo".

También destaca que las indulgencias pueden ayudar a los sacerdotes, junto con la oración y las buenas obras, a obtener "la gracia de resplandecer con la fe, la esperanza, la caridad y las demás virtudes" y "mostrar con su conducta de vida, también con su aspecto exterior, que están plenamente dedicados al bien espiritual de la gente".


Señor: Danos sacerdotes.

Señor: Danos sacerdotes santos.

Señor: Danos muchos sacerdotes santos.

Señor: Danos muchos sacerdotes santos, según tu corazón.

Amén.
fonte:catolicidad

O fumo de satanás




El padre Gabriele Amorth es un respetado exorcista de Roma.

- PADRE AMORTH, POR FIN ESTÁ LISTA LA TRADUCCIÓN ITALIANA DEL NUEVO RITUAL PARA LOS EXORCISTAS.

PADRE AMORTH: Sí, está lista. El año pasado la CEI (Conferencia Episcopal Italiana) se negó a aprobarla porque había errores de traducción del latín al italiano. Y los exorcistas, que tenemos que utilizarla, aprovechamos para señalar, una vez más, que no estamos de acuerdo con muchos puntos del nuevo Ritual. El texto latino sigue siendo el mismo en esta traducción. Un Ritual tan esperado, al final, se ha transformado en una farsa. Un increíble obstáculo que podría impedirnos actuar contra el demonio.

- ES UNA ACUSACIÓN DURA. ¿A QUÉ SE REFIERE?

AMORTH: Le doy sólo dos ejemplos, ambos increíbles. En el punto 15 se habla de los maleficios y de cómo comportarse al enfrentarlos. El maleficio es un mal causado a una persona recurriendo al diablo. Se puede hacer de varias formas, como hechizos, maldiciones, mal de ojo, vudú, macumba. El Ritual romano antiguo explicaba cómo había que afrontar esto. El nuevo Ritual, en cambio, declara, categóricamente, que está totalmente prohibido hacer exorcismos en estos casos. Absurdo. Los maleficios son, por mucho, la causa más frecuente de posesiones y de males causados por el demonio, por lo menos el 90 por ciento de los casos.


Esto es como decirles a los exorcistas que dejen de llevar a cabo exorcismos. El punto 16 declara, solemnemente, que no se deben de hacer exorcismos si no se tiene la certeza de la presencia del diablo. Esto es una obra maestra de incompetencia: la certeza de que el diablo está presente en una persona, se tiene sólo haciendo el exorcismo. Más aún, los redactores del Ritual no se dieron cuenta de que, en ambos puntos, contradicen el Catecismo de la Iglesia Católica, que indica que hay que hacer exorcismos, tanto en el caso de posesiones diabólicas, como en los casos de males causados por el demonio. Y dice, además, que hay que hacerlo tanto, sobre las personas, como sobre las cosas. Y en las cosas nunca está presente el demonio, sólo su influencia. Las declaraciones contenidas en el nuevo Ritual son gravísimas y muy perjudiciales, fruto de la ignorancia e inexperiencia.


- ¿PERO NO LO HABÍAN PREPARADO EXPERTOS?

AMORTH: ¡En absoluto! En estos diez años, dos comisiones han trabajado en el Ritual: una compuesta por cardenales, que se ocupó de la Prenotanda, es decir, las disposiciones iniciales, y otra que se ocupó de las oraciones. Yo puedo afirmar, con certeza, que ninguno de los miembros de las dos comisiones ha hecho nunca un exorcismo, ni ha estado presente en exorcismos, ni tiene la menor idea de qué es un exorcismo. Este es el error, el pecado original, de este Ritual. Ninguno de los que colaboraron en él es un experto en exorcismos.

- ¿CÓMO ES POSIBLE?

AMORTH: No me lo pregunte a mí. Durante el Concilio Ecuménico Vaticano II, en todas las comisiones había un grupo de expertos que ayudaban a los obispos. Esta costumbre se ha mantenido después del Concilio, cada vez que se han modificado partes del Ritual. Pero no fue así en este caso. Y si había un tema en el que eran necesarios los expertos, era éste.


- ¿Y QUÉ ES LO QUE HA PASADO?

AMORTH: Pues que los exorcistas nunca fuimos consultados. Y, además, las comisiones han recibido con desdén las sugerencias que hemos dado. Todo este asunto es perverso. ¿Quiere que le cuente lo que pasó?

- POR SUPUESTO.

AMORTH: Como había pedido el Concilio Vaticano II, las diferentes partes del Ritual romano fueron, paulatinamente, revisadas y modificadas. Los exorcistas esperábamos que se tocara el título XII, es decir, el Ritual del Exorcismo. Pero, aparentemente, éste no se consideraba un tema relevante, dado que transcurrieron los años y no pasaba nada. Luego, de repente, el 4 de junio de 1990, se publicó el Ritual provisional, de prueba. Esto fue una verdadera sorpresa para nosotros, ya que no habíamos sido consultados antes. Y, sin embargo, habíamos preparado toda una serie de solicitudes, en vista de la revisión del Ritual. Entre otras cosas, pedíamos que las oraciones se modificaran, introduciendo invocaciones a la Virgen, las cuales no existían, y que se aumentaran el número de oraciones específicamente dirigidas al exorcismo en sí.


Pero no se dio la oportunidad de hacer ningún tipo de contribución. Sin embargo, no nos dimos por vencidos: después de todo, era por nosotros, que el texto se había redactado. Y ya que en la carta de presentación del entonces Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, el Cardenal Eduardo Martínez Somalo, les pedía a las conferencias episcopales que le hicieran llegar, durante los dos años siguientes: "consejos y sugerencias de los sacerdotes que lo habrían de utilizar", nos pusimos a trabajar. Reuní a dieciocho exorcistas, elegidos de entre los más expertos del planeta. Examinamos, con gran atención, el texto. Lo utilizamos.


Inmediatamente, elogiamos la primera parte, en la que se resumían los fundamentos evangélicos del exorcismo. Esta parte es el aspecto bíblico-teológico del tema, sobre el que no era aparente, incompetencia alguna. Es una nueva sección, que no se encontraba en el Ritual de 1614, compuesto bajo el pontificado de Pablo V: además, en aquella época, no
era necesario recordar estos principios, ya que todo el mundo los conocía y aceptaba. Hoy, en cambio, es indispensable.

Pero cuando pasamos a examinar la parte práctica, que exige un conocimiento especifico del tema, advertimos la total inexperiencia de los redactores. Hicimos numerosas observaciones, artículo por artículo, y se las hicimos llegar a todas las partes interesadas: Congregación para el Culto Divino, Congregación para la Doctrina de la Fe, y las conferencias episcopales. Una copia fue entregada directamente al Papa.

- ¿CÓMO FUERON RECIBIDAS SUS OBSERVACIONES?

AMORTH: Muy mal, y no consiguieron nada. Nos habíamos inspirado en la constitución dogmática Lumen gentium, en la que la Iglesia es descrita como el "Pueblo de Dios". En el número 28, se habla de la colaboración de los sacerdotes con los obispos, y en el número 37, se dice, con claridad, incluso refiriéndose a los laicos, que "debido al conocimiento, competencia y preeminencia que poseen, tienen la facultad, más aún, a veces el deber, de exponer su opinión acerca de los asuntos concernientes al bien de la Iglesia". Esto es exactamente lo que hicimos. Pero fuimos demasiado ingenuos, al pensar que las disposiciones del Vaticano II habían llegado a las Congregaciones Romanas. En cambio, chocamos con un muro de rechazo y de escarnio. El Secretario de la Congregación para el Culto Divino presentó un informe, a la Comisión de Cardenales, en la que decía que aquellos que lo habían contactado, eran obispos, y no los sacerdotes y exorcistas.


Y respecto a nuestro humilde intento de ofrecer ayuda como expertos, añadía, textualmente: "También se debe de notar el hecho de que un grupo de exorcistas y demonólogos, los cuales, posteriormente, crearon una Asociación internacional, estaban orquestando una campaña contra el rito". Una acusación indecente: ¡nosotros nunca hemos orquestado una campaña! El Ritual iba dirigido a nosotros, y, sin embargo, las comisiones no habían convocado a ninguna persona competente. Por esto, era más que lógico que tratáramos de dar nuestra opinión.

- ENTONCES, ¿QUIERE ESO DECIR QUE EL NUEVO RITUAL ES INUTILIZABLE EN SU LUCHA CONTRA EL DEMONIO?

AMORTH: Sí. Querían darnos un arma sin filo. Se han eliminado las oraciones eficaces, oraciones que tenían doce siglos de existencia fueron substituidas por nuevas oraciones ineficaces. Pero, por suerte, en el último momento, nos dieron un salvavidas.

- ¿CUÁL?

AMORTH: El nuevo Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, el Cardenal Jorge Medina, añadió una Notificación, al Ritual, en la que se especifica que los exorcistas no están obligados a usar este Ritual, y que, si así lo desean, pueden pedir la autorización de sus obispos, para seguir usando el antiguo Ritual. Los obispos, a su vea, deben pedir autorización a la Congregación, la cual, como escribe el Cardenal, "la concede gustosamente".


- ¿LA CONCEDE GUSTOSAMENTE?. ESA ES UNA CONCESIÓN MUY RARA.

AMORTH: ¿Quiere saber de donde proviene?. De un intento del Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y del propio Cardenal Medina, para introducir, en el Ritual, un artículo -entonces era el artículo 38- por el que se autorizaba a los exorcistas a usar el Ritual anterior. Indudablemente, era una maniobra extrema para defendernos de los grandes errores contenidos en el Ritual definitivo.
Pero el intento de los dos cardenales no tuvieron éxito. El Cardenal Medina, que había comprendido lo que estaba en riesgo, decidió darnos esta tabla de salvación, añadiendo una Notificación por separado.

- ¿CÓMO SON VISTOS USTEDES, LOS EXORCISTAS, DENTRO DE LA IGLESIA?

AMORTH: Somos muy mal tratados. Nuestros hermanos sacerdotes, a cargo de esta delicadísima tarea, son vistos como locos, como fanáticos. Por lo general, ni siquiera son tolerados por los mismos obispos que los nombraron.

- ¿CUÁL HA SIDO EL HECHO MÁS LLAMATIVO DE ESTA HOSTILIDAD?

AMORTH: Celebramos un convenio internacional de exorcistas, cerca de Roma, y pedimos que el Papa nos recibiera. Para no presionarlo, y evitar añadir otra audiencia a las muchas que ya tiene, simplemente, pedimos que se nos recibiera en audiencia pública, la del miércoles en la Plaza de San Pedro. Ni siquiera pedimos que nos nombrara en sus saludos personales. Hicimos la petición, en la manera en que lo ordenan los cánones, como recordará, perfectamente, Monseñor Paolo De Nicolo, de la Prefectura de la Casa Pontificia, quien recibió de buena gana nuestra petición. Sin embargo, el día antes de la audiencia, el propio Monseñor Nicolo nos dijo -con pena, esa es la verdad, por lo que estaba claro que la decisión no la había tomado él- que no asistiéramos a la audiencia, y que no habíamos sido admitidos. ¡Increíble: 150 exorcistas procedentes de los cinco continentes, sacerdotes nombrados por sus obispos de conformidad con las normas del derecho canónico, que exigen sacerdotes de oración, de ciencia y de buena reputación -es decir, de alguna forma, la flor y nata del clero, sacerdotes que piden participar en una audiencia pública del Papa y se les echa a patadas!. Monseñor Nicolo me dijo: "Le prometo que, inmediatamente, le enviaré una carta explicando la situación". Han pasado cinco años y, todavía, estoy esperando esa carta. Desde luego, no fue Juan Pablo II quien nos excluyó. Pero el hecho de que a 150 sacerdotes se les prohíba participar en una audiencia pública del Papa en la Plaza de San Pedro, explica la clase de obstáculos a los que se enfrentan los exorcistas, aún dentro de su propia Iglesia, y hasta que punto, son mal vistos por un gran número de autoridades eclesiásticas.


- USTED COMBATE, DIARIAMENTE, CON EL DEMONIO. ¿CUÁL ES EL MAYOR ÉXITO DE SATANÁS?

AMORTH: Que consigue hacer creer que no existe. Y casi lo ha conseguido. Incluso dentro de la Iglesia. Tenemos un clero y un episcopado que han dejado de creer en el demonio, en los exorcismos, en los males extraordinarios que puede causar el diablo, y ni siquiera en el poder, que nos ha dado Jesús, de expulsar a los demonios. Desde hace tres siglos, la Iglesia Latina -al contrario de la Ortodoxa y de varias denominaciones Protestantes- ha abandonado casi, completamente, el ministerio del exorcismo. Al no practicar los exorcismos, al no estudiarlos y no haberlos visto nunca, el clero ya no cree en ellos.
Pero, ni siquiera, cree en el diablo. Tenemos episcopados enteros que se muestran hostiles a los exorcismos. Hay países en los que no existe ni siquiera un solo exorcista, como Alemania, Suiza, España y Portugal. Una carencia aterradora.

- NO MENCIONÓ A FRANCIA. ¿ALLÍ LA SITUACIÓN ES DIFERENTE?

AMORTH: Hay un libro escrito por el más conocido exorcista francés, Isidoro Froc, titulado Los Exorcistas, quiénes son y qué hacen. Este libro, traducido, al italiano, a petición de la Conferencia Episcopal francesa. En ninguna parte del libro se dice que los exorcistas, en algunos casos, hacen exorcismos. El autor ha declarado, repetidamente,
a la televisión francesa que nunca ha hecho exorcismos y que nunca los hará. De un centenar de exorcistas franceses, sólo cinco creen en el demonio y hacen exorcismos. El resto mandan al psiquiatra a la gente que se dirige a ellos. Y los obispos son las primeras víctimas de esta situación de la Iglesia Católica, en la que la creencia en la existencia del demonio está en proceso de desaparecer.

Antes de que saliera este nuevo Ritual, el Episcopado alemán escribió una carta, al Cardenal Ratzinger, en la que afirmaba que no era necesario hacer un nuevo Ritual, porque los exorcismos ya no deben de ser practicados.


- ¿SON LOS OBISPOS QUIENES TIENEN QUE NOMBRAR A LOS EXORCISTAS?

AMORTH: Sí. Cuando un sacerdote es nombrado obispo, se encuentra con un artículo del Código de Derecho Canónico, que le autoriza, completamente, a nombrar exorcistas. Lo mínimo que se le puede pedir a un obispo es que haya asistido, por lo menos, a un exorcismo, dado que debe tomar una decisión tan importante. Por desgracia, esto no ocurre casi nunca. Pero si a un obispo recibe una petición seria de exorcismo -es decir, no hecha por alguien enajenado- y no actúa en consecuencia, comete pecado mortal. Será responsable de todos los terribles sufrimientos de esa persona, que a veces duran años o toda una vida, cuando podría haberlos evitado.

- ¿ESTÁ DICIENDO QUE LA MAYOR PARTE DE LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CATÓLICA ESTÁN EN PECADO MORTAL?

AMORTH: Cuando era niño, mi viejo párroco me enseñaba que hay ocho sacramentos: el octavo es la ignorancia. El octavo sacramento salva a más gente que los otro siete juntos. Para cometer pecado mortal, debe haber una causa seria, pero también, es necesario el pleno conocimiento y el consentimiento deliberado. Esta omisión de ayuda por parte de muchos obispos es una causa seria. Pero estos obispos son ignorantes: no hay, pues, pleno conocimiento, ni consentimiento deliberado.

- ¿PERO SI UNO NO CREE EN LA EXISTENCIA DE SATANÁS, LA FE SIGUE
INTACTA, ES DECIR, SIGUE SIENDO FE CATÓLICA?

AMORTH: No. Le voy a contar una historia. Cuando conocí al Padre Pellegrino Ernetti, un célebre exorcista, que ejerció durante cuarenta años en Venecia, le dije: "Si pudiera hablar con el Papa, le diría que encuentro demasiados obispos que no creen en el demonio". La tarde siguiente, el Padre Ernetti vino a decirme que aquella mañana le había recibido Juan Pablo II. "Su Santidad", le había dicho, "hay, aquí en Roma, un exorcista, el Padre Amorth, que si pudiera hablar con usted le diría que encuentra demasiados obispos que no creen en el demonio". El Papa le respondió brevemente: "Aquel que no cree en el demonio, no cree en el Evangelio". Esta es la respuesta que dio él y que yo repito.


- EXPLÍQUEME, POR FAVOR. ¿ESTO SIGNIFICA QUE HAY MUCHOS OBISPOS Y SACERDOTES QUE YA NO SON CATÓLICOS?

AMORTH: Digamos que no creen en una verdad evangélica. Así que, probablemente, los acusaría de estar propagando una herejía. Pero seamos claros: alguien es formalmente hereje, si se le acusa de cometer un error, y persiste en él. Pero, debido a la situación que existe en la Iglesia, hoy en día, nadie, jamás, acusaría a ningún obispo de no creer en el diablo, ni en las posesiones demoníacas, ni de no nombrar exorcistas porque no cree en estas cosas. Podría mencionar un gran número de obispos y cardenales, que en cuanto fueron nombrados para una diócesis, lo primero que hicieron fue quitarles a todos los exorcistas la facultad de ejercer. O bien, obispos que afirman, abiertamente: "Yo no creo en eso. Son cosas del pasado". ¿Por qué pasa esto?. Porque, por desgracia, ha habido una perniciosa influencia de ciertos estudiosos de la Biblia, y podría darle los nombres de mucha gente muy conocida. Nosotros que, diariamente, estamos en contacto con el mundo del más allá, sabemos que esta influencia ha afectado muchas reformas litúrgicas.

- ¿POR EJEMPLO?

AMORTH: El Concilio Vaticano II habla pedido que se revisaran algunos textos. Esta orden fue desobedecida, ya que había un deseo de rehacerlos completamente, sin pensar que se podían empeorar las cosas, en vez de mejorarlas. Muchos ritos se han empeorado por esa manía de querer deshacerse de todo lo pasado, para rehacerlo de nuevo, como si la
Iglesia, hasta el día de hoy, lo único que hubiera hecho es engañarnos y mentirnos, y como si sólo hasta ahora, tuviera grandes genios, super teólogos, super estudiosos de la Biblia, super liturgos, que saben darle a la Iglesia lo que es bueno. Esto es una mentira: el último Concilio, simplemente, pidió que se revisaran los textos, no que se destruyeran.


El Ritual Exorcista, por ejemplo, debía de ser revisado, no escrito nuevamente. En él, había oraciones que se han usado durante doce siglos. Antes de eliminar oraciones tan antiguas, que han resultado muy eficaces, había que pensarlo con cuidado. ¡Pero no!. Todos los exorcistas hemos utilizado las oraciones del Ritual de prueba, y nos hemos dado cuenta de que son absolutamente ineficaces. Pero también el rito del bautismo de los niños ha sido arruinado. Fue renovado, de tal forma, que el exorcismo contra Satanás, ha sido casi eliminado. El bautismo siempre tuvo enorme importancia para la Iglesia, hasta el punto que se le llamaba exorcismo menor. Paulo VI protestó, públicamente, contra ese nuevo rito.

Encontramos esta misma degeneración del rito, en el nuevo bendicionario. He leído, minuciosamente, las 1200 páginas del mismo. ¡Pues bien, se han eliminado, sistemáticamente, todas y cada una de las referencias al hecho que el Señor nos protege contra Satanás, y que los ángeles nos protegen de los ataques del demonio. Todas las oraciones para la bendición de las casas y las escuelas han sido eliminadas. Todo debe ser bendecido y protegido, pero, hoy, ya no hay ninguna protección contra el demonio. Ya no existe ninguna defensa, ni oraciones contra él. El propio Jesús nos enseñó una oración de liberación en el Padre Nuestro: "Líbranos del Maligno. Líbranos de la persona de Satanás". Esta oración fue traducida mal, y hoy la gente ora, diciendo: "Líbranos del Mal". Se habla de un mal general, cuyo origen, en el fondo, no se conoce. Sin embargo, el mal contra el que nuestro Señor Jesucristo nos enseño a luchar, es una persona concreta: Satanás.


- DESDE SU POSICIÓN PRIVILEGIADA PARA OBSERVAR LAS COSAS: ¿TIENE LA IMPRESIÓN DE QUE EL SATANISMO SE ESTÁ DIFUNDIENDO?

AMORTH: Sí, enormemente. Cuando disminuye la fe, aumenta la superstición. En el lenguaje bíblico, puedo decir que la gente está abandonando a Dios, y entregándose al ocultismo. La terrible desaparición de la fe en toda la Europa Católica, hace que la gente se ponga en manos de hechiceros y adivinos, y así, las sectas satánicas prosperan. Se hace fuerte propaganda del culto al demonio, a las masas, mediante el rock satánico, y personajes como Marilyn Manson. Los niños también están siendo atacados: hay revistas e historietas que enseñan la hechicería y el satanismo.

Las sesiones de espiritismo, en las que se evocan a los muertos para conseguir respuestas, están muy difundidas. Ahora se enseña a efectuar sesiones de espiritismo a través de computadoras, teléfonos, televisores, y video grabadoras, pero sobre todo, con la escritura automática. Ya ni siquiera se necesita un medium: es un espiritismo que cada quien puede hacer por sí mismo. De acuerdo con las encuestas, el 37 por ciento de los estudiantes han hecho, por lo menos una vez, el juego de las letras y el vaso, una verdadera sesión de espiritismo. En una escuela a la que me invitaron a hablar, los chicos me dijeron que jugaban este juego durante la clase de religión, ante los ojos complacidos del maestro.


- ¿Y ESTO FUNCIONA?

AMORTH: No existe diferencia entre magia blanca y magia negra. Cuando la magia funciona, siempre es obra del demonio. Todas las formas de ocultismo, como esta huida hacia las religiones de Oriente, con sus sugestiones esotéricas, son puertas abiertas para el demonio. Y el diablo entra. Inmediatamente.

En el caso de la monja que fue asesinada, en Chiavenna, y el caso de Erika y Omar, los dos adolescentes de Novi Ligure, que mataron a la mamá y al hermano pequeño de Erika, no dudé, en afirmar, que la intervención diabólica formó parte de esto, porque esos chicos practicaban el satanismo. La policía descubrió, que en ambos casos, los chicos seguían a Satanás, y tenían libros satánicos.


- ¿QUÉ HACE EL DEMONIO PARA SEDUCIR AL HOMBRE?

AMORTH: Su estrategia es siempre la misma. Ya se lo he dicho, y él lo reconoce. Hace creer que el infierno no existe, que el pecado no existe, y que él es solamente una experiencia más que hay que vivir. Concupiscencia, éxito y poder, son las tres grandes pasiones en las que Satanás se fía.

- ¿CUÁNTOS CASOS DE POSESIÓN DEMONÍACA HA ENCONTRADO?

AMORTH: No más de cien. Ya dejé de contarlos.

- ¿CIEN? ES UN NÚMERO MUY ALTO. EN SU LIBRO, USTED DICE QUE LOS CASOS DE POSESIÓN SON RAROS.

AMORTH: Y lo son, realmente. Muchos exorcistas han encontrado sólo casos de males diabólicos. Pero yo heredé la "clientela" de un conocido exorcista, el Padre Cándido, y, por consiguiente, los casos que aún no había resuelto. Además, los otros exorcistas me mandan a mí los casos más resistentes.


- ¿CUÁL HA SIDO EL CASO MÁS DIFÍCIL QUE HA TENIDO QUE AFRONTAR?

AMORTH: Es el que estoy tratando ahora, desde hace dos años. Es la misma chica que fue bendecida -no fue un exorcismo verdadero- por el Papa, en octubre, en el Vaticano, y que tanto dio que hablar en los periódicos. Ella es golpeada las veinticuatro horas del día, y es víctima de tormentos inimaginables. Ni los médicos, ni los psiquiatras, consiguen entender lo qué pasa. Ella está completamente lúcida, y es muy inteligente. Es un caso realmente triste.

- ¿CÓMO ES QUE UNO SE CONVIERTE EN VÍCTIMA DEL DEMONIO?

AMORTH: Uno puede ser objeto de los ataques del demonio, en cuatro casos. Bien porque esto es una bendición para la persona (como en el caso de muchos santos), bien por la persistencia irreversible, en el pecado, bien por una maldición que alguien hace invocando el nombre del demonio, o bien, cuando uno se dedica a practicar el ocultismo.


- DURANTE EL EXORCISMO DE LOS POSEÍDOS, ¿QUÉ TIPO DE FENÓMENOS OCURREN?

AMORTH: Recuerdo un campesino analfabeto que, durante el exorcismo, me hablaba sólo en inglés, por lo que yo necesitaba un intérprete. Hay quien demuestra una fuerza sobrehumana, quien se eleva, totalmente, del suelo, siendo imposible, aún para varias personas, mantenerlo sentado en la silla. Pero hablamos de presencia demoníaca, sólo por el contexto en que se desarrollan estos fenómenos.

- ¿ALGUNA VEZ LO HA LASTIMADO EL DEMONIO?

AMORTH: Cuando el Cardenal Poletti me pidió que me dedicara al exorcismo, me encomendé a la Virgen: "Envuélveme en Tu Manto, y yo estaré seguro". El demonio me ha amenazado, muchas veces, pero nunca me ha hecho daño.

- ¿NUNCA SIENTE MIEDO DEL DEMONIO?

AMORTH: ¿Yo miedo de ese animal? Es él quien tiene que tener miedo de mí: yo actúo en nombre del Señor del mundo, mientras que él, es sólo el simio de Dios.

- PADRE AMORTH, EL SATANISMO SE DIFUNDE CADA VEZ MÁS. EN REALIDAD, EL NUEVO RITUAL HACE DIFÍCIL LA PRÁCTICA DE LOS EXORCISMOS. A LOS EXORCISTAS SE LES IMPIDE QUE PARTICIPEN EN UNA AUDIENCIA CON EL PAPA EN LA PLAZA DE SAN PEDRO. DÍGAME, SINCERAMENTE: ¿QUÉ ES LO QUE ESTÁ PASANDO?

AMORTH: El humo de Satanás ha entrado a todas partes. ¡A todas partes! Quizá fuimos excluidos de la audiencia del Papa, porque tenían miedo de que tantos exorcistas consiguieran expulsar a las legiones de demonios que se han instalado en el Vaticano.

- ESTÁ BROMEANDO, ¿VERDAD?

AMORTH: Le podrá parecer una broma, pero yo creo que es verdad. No tengo ninguna duda de que el demonio tienta, sobre todo, a las autoridades de la Iglesia, así como a cualquier otra autoridad, en la política y la industria.


- ¿ESTÁ DICIENDO, ENTONCES, QUE EN ÉSTA, COMO EN TODAS LAS GUERRAS, SATANÁS QUIERE CONQUISTAR LOS ALTOS MANDOS, PARA TOMAR PRISIONEROS A LOS GENERALES DEL ADVERSARIO?

AMORTH: Es una estrategia victoriosa. Siempre se intenta ponerla en práctica. Sobre todo cuando las defensas del adversario son débiles. Satanás también lo intenta. Pero, gracias al Cielo, es el Espíritu Santo Quien dirige a la Iglesia: "Las puertas del infierno no prevalecerán". A pesar de las defecciones, y a pesar de las traiciones, que no deben causar asombro. El primer traidor fue uno de los apóstoles más cercanos a Jesús: Judas Iscariote.

Pero, a pesar de esto, la Iglesia sigue su camino. El Espíritu Santo la mantiene, y por lo tanto, los ataques de Satanás sólo pueden ser parcialmente exitosos. Naturalmente, el demonio puede ganar batallas, incluso batallas importantes. Pero nunca ganará la guerra.
Fonte:OPVS IVSTITIAE PAX

sexta-feira, 22 de maio de 2009

O Novus Ordo Missae terminou por produzir uma fase de desunião litúrgica entre os católicos









Considerações sobre a Reforma Litúrgica - Roberto de Mattei
Fratres in Unum.com
1
Apresentamos a intervenção do Professor Roberto de Mattei por ocasião do Congresso
Litúrgico realizado no mosteiro beneditino de Notre Dame em Fontgombault, França, 22-
24 de julho de 2001. Com tema principal “Cristo é o sujeito da liturgia, não a
comunidade”, o congresso reuniu bispos e autoridades eclesiásticas, tendo como seu
principal conferencista o então Prefeito da Congregação para a Doutrina da Fé, Cardeal
Joseph Ratzinger. Dentre os participantes do mundo “tradicionalista” podemos destacar
Dom Gérard Calvet, abade de Le Barroux; Mons. Camille Perl, da Comissão Ecclesia
Dei; e Padre Arnoud Devillers, então superior da Fraternidade São Pedro.
Roberto de Mattei, historiador italiano renomado, professor de História do Cristianismo
na Universidade Européia de Roma, é autor de várias obras, com destaque para sua
biografia do Beato Pio IX e seu último livro “La liturgia della chiesa nell’epoca della
secolarizzazione”. Também discursou no congresso realizado em Roma, sob patrocínio da
Comissão Ecclesia Dei, por ocasião do primeiro aniversário do motu proprio Summorum
Pontificum; na oportunidade, Prof. De Mattei teve seu artigo "Il rito romano antico e la
secolarizzazione" publicado no L’Osservatore Romano.


CONSIDERAÇÕES SOBRE A REFORMA LITÚRGICA
por Roberto de Mattei
Tradução de Marcelo de Souza e Silva
Fonte: Revue Item
Eminência,
Reverendíssimos Padres Abades,
Reverendos Padres,
Minha intervenção como vós bem podeis imaginar, não será a de um liturgista
nem de um teólogo, mas a de um homem de cultura, de um historiador, de um católico
leigo que tenta situar os problemas da Igreja no horizonte de seu próprio tempo.
Nesta perspectiva, eu me proponho a desenvolver certas considerações sobre as
raízes históricas e culturais da Reforma litúrgica pós-conciliar. Com efeito, eu estou
convencido de que quanto mais este quadro for esclarecido, mais a compreensão e a
solução de problemas complexos que temos diante de nós serão facilitadas.
Considerações sobre a Reforma Litúrgica - Roberto de Mattei
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Todo problema, e o da liturgia não é exceção, para ser tomado em sua essência,
deve ser efetivamente situado num contexto mais vasto. Aquele que quereria estudar a
arquitetura gótica, por exemplo, não poderia negligenciar sua relação com a Escolástica
medieval tão bem ilustrada por Erwin Panofski, assim como para se compreender a arte
figurativa dos séculos XIX e XX, seria necessário recorrer aos estudos de Hans Sedlmayr,
que dela retém a dimensão ideológica profunda. Assim, um discurso sobre a arte deve ir
além da arte, um julgamento técnico-estético não basta; assim também, um discurso sobre
a liturgia deve ir além da própria liturgia, tentando encontrar o sentido derradeiro dela
mesma. Porque a liturgia não é somente o conjunto de leis que regulamentam os ritos.


Estes ritos, em sua variedade, remetem à unidade de uma fé. Sem este conteúdo, o culto
cristão seria um ato exterior, vazio, desprovido de valor, uma ação não sagrada, mas
“mágica”, típica de certas concepções gnósticas ou panteístas do mundo. Neste sentido, foi
bem dito que: “o culto, compreendido em toda sua plenitude e profundidade, vai muito além da
ação litúrgica”.


Em suas fórmulas, em seus ritos, em seus símbolos, deve refletir o dogma. O
dogma, disse-se, é para a liturgia o que a alma é para o corpo, o pensamento para a
palavra. É, pois, necessário tornar íntima e profunda a relação entre a liturgia e a fé, que
foi tradicionalmente expressa na fórmula lex orandi, lex credendi. Neste axioma nós
podemos encontrar uma chave para a leitura da crise atual. O axioma lex orandi, lex
credendi, na teologia do século XIX ao início do século XX, os teólogos modernistas reinterpretaram
segundo as categorias de seu pensamento que, sob a influência das
ideologias então dominantes, nutriam-se de um evolucionismo de matriz simultaneamente
positivista e irracionalista. Georges Tyrell, em particular, considerado por Ernesto
Buonaiuti como a personagem “mais intimamente impregnado de fé e entusiasmo
pela causa modernista”, identificou a revelação com a experiência vital (religious
experience), que se realiza na consciência de cada um. Portanto, é a lex orandi que
deve ditar as normas da lex credendi e não o inverso, visto que “o credo está contido de
modo implícito na prece e deve ser extraído dela a todo custo; e que toda formulação deve
ser posta e explicada pela religião concreta que ela formula”.
Deve-se ainda escrever a história do modernismo após sua condenação; mas é
certo que várias dessas instâncias penetraram no interior do “Movimento Litúrgico”
Considerações sobre a Reforma Litúrgica - Roberto de Mattei


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a tal ponto que Pio XII se viu constrangido a intervir com sua importante encíclica
Mediator Dei de 20 de novembro de 1947, para retificar desvios. O Papa condenou em
particular “o erro daqueles que pretendiam que a Santa Liturgia fosse quase uma
experiência do dogma”, fundando-se sobre uma leitura errônea do adágio lex orandi, lex
credendi. “Não é assim – afirma Pio XII – que ensina e ordena a Igreja; (...) se nós
queremos distinguir de modo geral e absoluto as relações que existem entre a fé e a
liturgia, pode-se afirmar com razão que a lei da fé deve estabelecer a lei da prece”. Pio
XII reafirma, portanto, a objetividade da fé sobre a liturgia compreendida como
“experiência religiosa” subjetiva, em oposição àqueles que pareciam indicar na “práxis
litúrgica” a nova norma da fé católica.


Após a constituição Sacrossanctum Concilium de 4 de dezembro de 1963, a
Reforma litúrgica, empreendida por Paulo VI em aplicação aos decretos conciliares, à qual
sucedeu a constituição apostólica Missale Romanum de 3 de abril de 1969, pôs novamente
na ordem do dia a relação entre a lex orandi e a lex credendi. Os primeiros e mais influentes
críticos da Reforma litúrgica, foram os Cardeais Ottaviani e Bacci, apresentando a Paulo
VI um Breve Exame Crítico do Novus Ordo Missae, definiram o novo rito como “um
distanciamento impressionante da teologia católica da Santa Missa tal como ela foi
formulada na XXII sessão do Concílio Tridentino”. Cumpre lembrar que esta sessão
definira a Missa como Sacrifício verdadeiramente propiciatório no qual “o próprio Jesus
Cristo está contido e imolado de modo não sangrento”. As críticas dos Cardeais Ottaviani e
Bacci, e de outros autores que seguiram, sublinharam como a nova lex orandi de Paulo VI
não refletiam de modo adequado este ponto da lex credendi tradicional da Igreja. Abriu-se
então uma discussão, ainda não terminada, que levou a casos de consciência e a fraturas no
in

terior da Igreja.

O Novus Ordo Missae, nascido também para realizar uma forma de
reencontro litúrgico com os não-católicos, terminou por produzir o oposto: uma fase
de desunião litúrgica entre os católicos.
A tese de fundo cuja síntese eu tentarei expor é a seguinte: a relação lex credendilex
orandi, implícita na Reforma litúrgica, deve ser lida à luz da nova teologia que preparou
o Concílio Vaticano II e que, sobretudo, quis orientar os desenvolvimentos dele. A lex
credendi expressa pelo Novus Ordo Missae surge nesse sentido como uma revisão da fé
Considerações sobre a Reforma Litúrgica - Roberto de Mattei



4
católica pela “virada” antropológica e secularista da nova teologia; uma teologia que, urge
sublinhar, não se limita a repropor os temas modernistas, mas os toma por seus como o
marxismo, isto é, segundo um pensamento que se apresenta como uma “filosofia da
práxis” radical e definitivo. Isso significa que um julgamento global da Reforma, sobretudo
trinta anos após, não se pode limitar a uma análise teórica do Novo Rito promulgado por
Paulo VI, mas deve necessariamente se estender à “práxis litúrgica” que seguiu sua
instituição.
A Reforma litúrgica hoje não pode ser considerada estaticamente, nos documentos
que a fundaram, mas deve ser vista em seu aspecto dinâmico, tendo atenção para com a
multiplicidade de elementos que, ainda que não estivessem previstos pelo Novus Ordo, se
tenham tornado uma parte inteira daquilo que poderia ser definido como práxis litúrgica
contemporânea.


A secularização da liturgia da Missa, que é a ação sagrada por excelência,
foi sempre regulada por um rito, isto é, por seu ordo; de acordo com as palavras de Santo
Agostinho: “totum agendi ordinem, quem universa per orbem servat Ecclesia”. Com a
Reforma litúrgica, a essência do Sacramento que permanecia válida e guardava toda sua
eficácia, não mudou, mas se “fabricou”, de acordo com a expressão do Cardeal Ratzinger,
um rito ex novo. O rito, cuja definição clássica remonta a Servio (Mos institutus religiosis
caeremoniis consecratus), não é com efeito a ação sagrada, mas a norma que guia o
desenrolar desta ação. Ele pode ser definido como o conjunto das fórmulas e das normas
práticas que é necessário observar para o cumprimento de uma função litúrgica
determinada, mesmo se por vezes o termo tem um significado mais vasto e designa uma
família de ritos (romano, grego, ambrosiano). É justamente para isso que os sacramentos,
em sua essência, são imutáveis, os ritos podem variar de acordo com os povos e os tempos.


Em teoria, o Novus Ordo de Paulo VI estabeleceu um conjunto de normas e de
preces que regulavam a celebração do Santo Sacrifício da Missa em substituição do antigo
Rito romano; de fato, a práxis litúrgica revelou que nos encontrávamos diante de um novo
rito que pode tomar todas as formas, multiforme. No decurso da Reforma se introduziu
progressivamente toda uma série de novidades e de variantes, certo número dentre
elas não previstas nem pelo Concílio nem pela constituição Missale Romanum de
Paulo VI. O quid novum não saberia estar limitado à substituição do latim pelas línguas
vulgares. Ele consiste igualmente na vontade de conceber o altar como uma “mesa”, para
Considerações sobre a Reforma Litúrgica - Roberto de Mattei

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sublinhar o aspecto do banquete em lugar do sacrifício; na celebratio versus populum,
substituída à versus Deum, com, por conseqüência, o abandono da celebração voltada para
o Oriente, isto é, voltada para o Cristo simbolizado pelo sol nascente; na ausência de
silêncio e de recolhimento durante a cerimônia e na teatralidade da celebração
acompanhada freqüentemente por cantos que tendem a profanar uma Missa na qual
o sacerdote quase sempre tem o seu papel reduzido para “presidente da assembléia”;
na hipertrofia da liturgia da palavra em relação à liturgia eucarística; no “sinal” da paz que
toma o lugar das genuflexões do sacerdote e dos fiéis, como ação simbólica da passagem
da dimensão vertical para a horizontal da ação litúrgica; na santa comunhão recebida pelos
fiéis de pé e na mão; no acesso das mulheres ao altar; na concelebração tendendo à
“coletivização” do rito. Ele consiste, sobretudo e enfim, na mudança e na substituição das
preces do Ofertório e do Cânon. A eliminação em particular das palavras Mysterium Fidei
da fórmula eucarística, pode ser considerado, como observou o Cardeal Stickler, como o
símbolo da desmistificação e, portanto, da humanização do ponto central da Santa Missa.
O fio condutor dessas inovações pode ser expresso na tese segundo a qual se nós queremos
tornar a fé em Cristo acessível ao homem de hoje, nós devemos viver e apresentar essa fé
dentro do pensamento e mentalidade atuais. A liturgia tradicional, por sua incapacidade de
se adaptar à mentalidade contemporânea, distanciou o homem de Deus e se tornou assim
culpada da perda de Deus em nossa sociedade.
A Reforma se propunha a adaptar o Rito, sem prejudicar a essência do
Sacramento, para permitir à comunidade cristã essa “participação no sagrado” que não
podia ser realizada através da liturgia tradicional. Graças ao princípio da “participatio
actuosa”, a comunidade inteira tornara-se sujeito e portadora da ação litúrgica. “O termo,
aparentemente tão modesto, de ‘participação ativa’, plena e consciente, é índice de um
plano de fundo inesperado”, observou o Padre Angelus Häussling, sublinhando a relação
entre a “participatio actuosa” da Reforma litúrgica e aquela que, na escola de Karl Rahner,
foi chamada de “virada antropológica” (anthropologische Wende) da teologia. Não parece
ser exagero afirmar que a participatio actuosa da comunidade chega a ser o critério último
da Reforma litúrgica na perspectiva de uma secularização radical da liturgia. Tal
secularização comporta a extinção do sacrifício, ação sagrada por excelência, que será
substituída pela ação profana da comunidade que se auto-glorifica, ou, segundo as palavras
Considerações sobre a Reforma Litúrgica - Roberto de Mattei
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de Urs von Balthasar, visa a responder ao louvor da Graça de Deus com uma “contraglória”
puramente humana. Não é mais o sacerdote, in persona Christi, isto é, o próprio
Deus, que age, mas a comunidade dos fiéis, in persona hominis, para representar as
exigências deste mundo moderno que um discípulo de Rahner definiu “como santo e
santificado em seu profano, isto é, santo sob forma anônima”. A uma “Palavra divina,
sacral e plurissecular”, que tem por conseqüência “uma liturgia sacralizada e separada da
rotina”, opõe-se uma Palavra de Deus que “não é pura revelação, mas também ação: ela
realiza o que ela manifesta”; ela é a “auto-realização absoluta da Igreja”.
A distinção, proposta por Rahner, entre a “secularização”, que deveria ser
positivamente admitida enquanto fenômeno inevitável, e o “secularismo” anti-cristão, que
não seria nada além de uma forma equivocada da secularização, é claramente capciosa. De
fato, a palavra secularização, ainda que tenha uma quantidade de sentidos diferentes, é
comumente compreendida – assim como o secularismo – como um processo de
“mundanização” irreversível da realidade, que é progressivamente privada de todo aspecto
transcendente e metafísico. Com efeito, a secularização se apresenta não somente como
uma aceitação de fato de uma secularização sempre crescente do mundo atual, mas
também como idéia de um processo irreversível e, enquanto irreversível, verdadeiro. A
secularização é “verdadeira”, visto que a verdade é de todo modo imanente à história; o
sagrado é “falso” por sua ilusão de transcender a história e de afirmar uma distinção
qualitativa entre a fé e o mundo, entre transcendente e transcendental. A fé no poder da
história toma assim o lugar da fé na Providência e no poder de Deus. Esta filosofia da
história se funda sobre o mito, próprio do iluminismo, do mundo tornado “adulto” que
deve se libertar dos valores do passado, concernentes à infância da humanidade, para se
chegar a um nível de vida totalmente racional. Tal visão encontrou expressão rigorosa no
pensamento protestante, sobretudo na tese de Bonhoeffer sobre a “maturidade do mundo”
(Mündigkeit der Welt) que fala por si só, uma maturidade que se alcança com a eliminação
do sagrado na vida em todas as dimensões. Esta maturidade foi levada a sua última
coerência pelo marxismo gramsciano que representou o desenvolvimento conseqüente ao
século XX da filosofia das Luzes e o ponto de chegada do secularismo enquanto
imanentismo radical.
A teologia progressista, sobretudo após o Concílio, quis substituir a filosofia
tradicional pela filosofia “moderna”, subordinando-se inevitavelmente ao marxismo. Este
Considerações sobre a Reforma Litúrgica - Roberto de Mattei

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último representava o progressismo católico da primeira filosofia que conseguira
transportar seu critério de verdade na práxis e que, no sucesso dessa práxis, parecia
demonstrar a verdade de seu pensamento. Notou-se a afinidade entre a visão teológica de
Tyrell, fundada sobre o primado da lex orandi sobre a lex credendi, e o conceito de “autorealização”
da Igreja em sua pastoral e na liturgia de Karl Rahner. Entretanto, as instâncias
do primeiro modernismo foram desenvolvidas pela teologia progressista no cerne de um
horizonte de pensamento que não era mais simplesmente positivista, mas marxista, um
horizonte de pensamento que conclui um processo, julgado necessário, que enterra suas
raízes na Filosofia das Luzes e no Protestantismo e, mais longe ainda, no movimento
intelectual que provocou o fim da sociedade medieval. “A filosofia da práxis – segundo
Gramsci – é o coroamento de todo o movimento de reforma intelectual e moral; (...) ela
corresponde ao laço Reforma protestante + Revolução francesa”. A filosofia da práxis
gramsciana, transcrita teologicamente, conduz à necessidade de uma nova praxis orandi.
A Reforma litúrgica se mostra, pois, como o Verbo da nova teologia que se faz
carne, quer dizer, práxis, “auto-realizando” a Igreja pela nova liturgia secularizada. Nova
liturgia e pós-modernidade; assim que se o pôde observar, viu-se que o problema vai bem
mais além da própria liturgia: ele toca os conceitos do conjunto sobre as relações entre
Igreja e a civilização moderna; ele remete à necessidade de uma teologia da história.
Sobretudo, ele não pode ser resolvido de modo abstrato, mas deve levar em conta o que se
passou na Igreja no decurso dos últimos trinta anos.
Através

A nova
teologia buscou o encontro com o mundo moderno exatamente nas vésperas da queda
desse mundo. Com efeito, em 1989, com o “socialismo real” que fala por si só, todos os
mitos da modernidade e da irreversibilidade da história da história que representavam os
postulados do secularismo e da “virada antropológica”, entraram em colapso. O paradigma
da modernidade foi substituído hoje pelo do “caos”, ou da “complexidade”, cujo
fundamento é a negação do princípio de identidade-causalidade em todos os aspectos do
real.
Considerações sobre a Reforma Litúrgica - Roberto de Mattei


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Subordinando-se a esse projeto cultural, a nova teologia progressista propõe-se a
“desconstrução” de tudo o que ela “fabricara” no decorrer desses trinta últimos anos,
começando pela Reforma litúrgica que ela considera hoje construída de acordo com um
modelo abstrato e “burocrático”. Assim, ao esquema “monocultural moderno” do novo
Ordo Missae, opõe-se a “inculturação” pós-moderna da liturgia que é abandonada à
“criatividade” das igrejas locais. O distanciamento da liturgia romana é descrito por Anscar
J. Chupungo segundo as fases da “aculturação”, da “inculturação” e da “criatividade
litúrgica”, através de um processo dinâmico que do termo ad quo do Rito romano
tradicional possa fazer suceder como termo ad quem, aos “valores, rituais e tradições”
próprias às igrejas locais. No cerne desse horizonte de “tribalismo litúrgico”, poder-se-ia,
pois, também prever a criação de um “ghetto” tradicionalista reconhecido canonicamente e
considerado como “igreja local” daqueles que querem permanecer “inculturados” no
passado.
Entretanto, esse “multirritualismo” pós-moderno não tem nada a ver com a
pluralidade de ritos reconhecida tradicionalmente pela Igreja no interior de uma mesma
unidade de fé e de uma só lex credendi, da qual os diferentes ritos são expressão.


Hoje a
fragmentação dos ritos arrisca desembocar numa parcelização das visões teológicas e
eclesiológicas destinadas a entrar em conflito. O caos litúrgico se apresenta como um
reflexo da desordem institucionalizada que se quis introduzir na Igreja para transformar sua
Constituição divina. Como não partilhar essas palavras do Cardeal Ratzinger?: “O que
anteriormente nós sabíamos apenas teoricamente, tornou-se uma experiência concreta: a Igreja
subsiste e cai com a liturgia. Quando a adoração à Trindade divina desaparece, quando na
liturgia da Igreja a fé não se manifesta mais em sua plenitude, quando as palavras, os
pensamentos, as intenções do homem o sufocam, então a Fé terá perdido seu lugar de expressão
e sua morada. Portanto, é para isso que a celebração da santa Liturgia é o centro de toda a
renovação da Igreja”.
Propostas de solução. Em seguida a estas considerações, podemos deduzir
algumas conclusões práticas que eu me permito expor por espírito de amor à Igreja e à
Verdade.
Considerações sobre a Reforma Litúrgica - Roberto de Mattei


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1. Do ponto de vista dos católicos fiéis à Tradição, sacerdotes e leigos, a
solução de todo o problema, a curto prazo, deve ser buscada, a meu ver, no interior de duas
“invariáveis”: de um lado é necessário que os fiéis “tradicionais” reconheçam, não
somente em teoria, mas também em todas as suas conseqüências práticas, a plenitude
da jurisdição pertinente a autoridade eclesiástica legítima. Por outro lado, é óbvio que,
a autoridade eclesiástica não pode legitimamente exigir dos sacerdotes e fiéis que façam
positivamente o que quer que seja, que vá contra sua própria consciência. O Cardeal
Ratzinger escreveu páginas bem agudas sobre a inviolabilidade da consciência que tem seu
fundamento no direito de crer e viver como cristãos fiéis. “O direito fundamental do cristão
– escreveu ele – é o direito à fé íntegra”. Poderíamos acrescentar e a uma liturgia íntegra.
Não será difícil deduzir as conseqüências canônicas e morais destes princípios claros.



2. Olhando as coisas não do ponto de vista dos católicos fiéis à Tradição, mas
sub specie Ecclesiae, parece-me que a única via que a autoridade eclesiástica possa
razoavelmente percorrer a meio termo, seja aquela indicada pela fórmula “reforma da
Reforma litúrgica”. Esta via suscita em alguns “tradicionalistas” perplexidade e ceticismo,
pois que a “reforma da Reforma” não constituiria uma “restauração” verdadeira e íntegra
do rito tradicional. Mas é verdadeiro, como sustentam os próprios tradicionalistas, que a
Reforma litúrgica chegou a executar uma verdadeira “Revolução”, no mesmo momento em
que ela afirmava sua continuidade com a Tradição, como negar a uma reforma de espírito
contrário, a possibilidade de chegar, mesmo gradativamente, a um retorno à Tradição?


Por
outro lado, deveria ser claro que a “reforma da Reforma” não teria sentido se ela fosse
“oferecida”, ou melhor, imposta aos “tradicionalistas”, para lhes pedir que abandonassem
um ritual ao qual, por consciência, eles não querem renunciar; ela tem um sentido, ao
contrário, se ela fosse proposta à Igreja universal para retificar, ao menos em parte, os
d

esvios litúrgicos em curso.

A “reforma da Reforma” tem um sentido enquanto
“transição” no caminho para a Tradição e não enquanto pretexto para abandoná-la.
3. Estas medidas, ainda que necessárias, não podem resolver o problema de
fundo. Em uma fase que alguns poderiam considerar longa demais, mas que, na realidade,
é somente urgente, já que não admite atalhos, é necessário renovar com uma visão
teológica, eclesiológica e social, fundada sobre a dimensão do sagrado, isto é, sobre um
projeto de ressacralização da sociedade, diametralmente oposto ao projeto de secularização
e de descristianização, do qual nós sofremos as conseqüências dramáticas. Isso significa
Considerações sobre a Reforma Litúrgica - Roberto de Mattei
Fratres in Unum.com


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que não se pode imaginar uma reforma ou restauração litúrgica fazendo abstração de uma
reforma ou restauração no plano teológico, eclesiológico e cultural. A ação no plano da lex
orandi deverá ser paralela àquela executada no plano da lex credendi para a reconquista dos
princípios fundamentais da teologia católica, a começar por uma teologia exata do Santo
Sacrifício da Missa. Hoje o secularismo está em crise. Todavia, as novas formas de
sagrado, oriundas da religiosidade New Age ou do Islam que prosperam no Ocidente,
eliminam o Sacrifício de Jesus Cristo e, portanto, a idéia de que o homem pode ser
salvo somente pelo Amor gratuito de Deus, por Seu Sacrifício, e que a tal dom, o
homem deve responder abraçando ele também a Cruz redentora.


É necessário assim
se aproximar com amor do mistério sublime da Cruz e da idéia de sacrifício que dela
decorre. O sacrifício, cujo modelo é o mártir e cuja expressão é o combate cristão, é
antes de tudo a renúncia a um bem legítimo em nome de um bem mais elevado. O
sacrifício supõe uma mortificação da inteligência que deve se dobrar à Verdade,
sobre uma linha exatamente contrária àquela da auto-glorificação do pensamento
humano que caracterizou os últimos séculos. Mas como imaginar uma reconquista da
idéia de sacrifício que está no coração da visão católica da história e da sociedade sem que
esta idéia seja antes de tudo vencida? É necessário, parece-me, que a idéia de sacrifício
impregne a sociedade na forma, hoje extremamente abandonada, de espírito de sacrifício e
de penitência. Esta, e não outra, é a “experiência do sagrado” da qual nossa sociedade tem
uma necessidade urgente.


Ao princípio do hedonismo e da auto-celebração do “Eu”,
que constitui o cume do processo revolucionário plurissecular, que ataca a sociedade,
é necessário opor o princípio vencido do sacrifício.
Uma reconquista católica da sociedade é impossível sem espírito de penitência e
de sacrifício, e sem essa reconquista de princípios e de instituições cristãs, é difícil poder
imaginar um retorno à liturgia autêntico e a seu coração: a adoração devida do único e
verdadeiro Deus. O chamado à penitência, sobretudo um exemplo de penitência, podem
valer muito mais que numerosas teorias. É talvez para isso que em Fátima a Santíssima
Virgem indica o caminho da penitência como sendo o único pelo qual o mundo
contemporâneo se poderia salvar. O triplo chamado do Anjo à penitência, no Terceiro
segredo de Fátima, é um manifesto da doutrina e da vida que nos indica a via para toda a
restauração, mesmo a litúrgica.