sábado, 10 de dezembro de 2011

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12/04 - 12/11 (59)

Dom PRÓSPERO GUÉRANGER : PRÁCTICA DEL ADVIENTO

Si nuestra Madre, la Santa Iglesia, pasa el tiempo del Adviento ocupada en esta solemne preparación al advenimiento de Jesucristo; si como las vírgenes prudentes, permanece con la lámpara encendida para la llegada del Esposo; nosotros, que somos sus miembros e hijos, debemos participar de los sentimientos que la animan y hacer nuestra esta advertencia del Salvador: "Cíñase vuestra cintura como la de los peregrinos, brillen en vuestras manos antorchas encendidas, y vosotros sed semejantes a los criados que están a la espera de su amo" (San Lucas, 12, 35).
En efecto, la suerte de la Iglesia es también la nuestra; cada una de nuestras almas es objeto, por parte de Dios, de una misericordia y de una providencia semejantes a las que emplea con la misma Iglesia. Sí ella es el templo de Dios, es porque se compone, de piedras vivas; si es la Esposa, es porque está formada por todas las almas invitadas a la unión eterna con Él. Si es cierto que está escrito que el Salvador conquistó a la Iglesia con su Sangre (Hebreos, 20, 28), cada uno de nosotros hablando de sí mismo puede decir como San Pablo: Cristo me amó y se entregó por mí (Gálatas, 2, 20). Siendo pues idéntica nuestra suerte, debemos esforzarnos durante el Adviento en asimilar los sentimientos de preparación que vemos que embargan a la Iglesia.
En primer lugar, es un deber nuestro el unirnos a los Santos del Antiguo Testamento para pedir la venida del Mesías y pagar así la deuda que toda la humanidad tiene contraída con la misericordia divina. Para animarnos a cumplir con este deber, transportémonos con el pensamiento al curso de estos miles de años, representados por las cuatro semanas del Adviento y pensemos en aquellas tinieblas, en aquellos crímenes de toda clase en medio de los cuales se movía el mundo antiguo. Nuestro corazón debe sentir con la mayor viveza el agradecimiento que debe a Aquel qué salvó a su criatura de la muerte y que bajó hasta nosotros para ver más de cerca y compartir todas nuestras miserias, fuera del pecado. Debe clamar con acentos de angustia y confianza hacia Aquel que se dignó salvar la obra de sus manos, pero que quiere también que le hombre pida e implore su salvación. Que nuestros deseos y nuestra esperanza se dilaten con estas ardientes súplicas de los antiguos Profetas que la Iglesia pone en nuestros labios; abramos nuestros corazones hasta en sus últimos repliegues a los sentimientos que ellos expresan.
Cumplido este primer deber, pensaremos en el advenimiento que el Salvador quiere hacer en nuestro corazón. Advenimiento lleno de dulzura y de misterio y que es consecuencia del primero, puesto que el Buen Pastor no viene solamente a visitar a su rebaño en general, sino que extiende sus cuidados a cada una de sus ovejas, aún a la centésima que se había extraviado. Ahora bien, para captar todo este inefable misterio, es necesario tener presente que así como no podemos ser agradables a nuestro Padre Celestial sino en la medida que ve en nosotros a Jesucristo, su Hijo, este Divino Salvador tan bondadoso se digna venir a cada uno de nosotros para transformarnos en Él, si lo consentimos, de suerte que no vivamos ya nuestra vida sino la suya. Éste es el objetivo del Cristianismo: la divinización del hombre por Jesucristo. Tal es la tarea sublime impuesta a la Iglesia. Con San Pablo dice Ella a los fieles: "Vosotros sois mis hijitos, pues os doy un nuevo nacimiento para que Jesucristo se forme en vosotros" (Gálatas, 4. 19).
Pero lo mismo que al aparecer en este mundo, el Divino Salvador se mostró primeramente bajo la forma de un débil niño, antes de llegar a la plenitud de la edad perfecta necesaria para que nada faltase a su sacrificio, del mismo modo tratará de desarrollarse en nosotros. Ahora bien, es precisamente en la fiesta de Navidad cuando quiere nacer en las almas y cuando derrama sobre su Iglesia una gracia de Nacimiento, a la cual no todos son ciertamente fieles. Porque mirad la situación de las almas a la llegada de esta inefable fiesta. Las unas, el número más reducido, viven plenamente de la vida de Jesucristo que está en ellas y aspiran continuamente a crecer en esta vida. Las otras, en mayor número, están vivas ciertamente, por la presencia de Cristo, pero enfermas y endebles por no desear el aumento de esta vida divina; porque su amor se ha resfriado. Los demás hombres no gozan de esta vida, están muertos, porque Cristo dijo: "Yo soy la vida".
Durante los días del Adviento pasa llamando a la puerta de todas estas almas, bien sea de una manera sensible; o bien de una manera velada. Les pregunta si tienen sitio para Él, para que pueda nacer en ellas. Y aunque la posada que reclama sea suya, porque Él la construyó y la conserva, se queja de que "los suyos no lo quisieron recibir", al menos la mayoría de ellos.
"Por lo que toca a aquellos que lo recibieron, les dio poder para hacerse hijos de Dios y no hijos de la carne o de la sangre"
(San Juan, 1, 11-13.)
Preparaos, por tanto, vosotras, almas fieles; que lo guardáis dentro de vosotras como un preciado tesoro y que desde tiempo atrás no tenéis otra vida que su vida, otro corazón que su corazón, otras obras que sus obras, preparaos a verlo nacer en vosotras más hermoso, más radiante, más poderoso que hasta ahora lo habíais conocido. Tratad de descubrir en las frases de la santa liturgia estas palabras misteriosas que hablan a vuestro corazón y encantan al Esposo.
Ensanchad vuestras puertas para recibirlo nuevamente, vosotras que lo tenéis ya dentro pero sin conocerlo; que lo poseéis pero sin gozarlo. Ahora vuelve a venir con renovada ternura; ha olvidado vuestros desdenes, quiere renovarlo todo. Haced sitio al Divino Infante porque querrá crecer en vosotras. Se aproxima el momento.. Las palabras de la liturgia son también para vosotras; hablan de tinieblas que sólo Dios puede deshacer, de heridas que sólo su bondad puede curar, de enfermedades que únicamente pueden sanar por su virtud.
Y vosotros, cristianos, para quienes la Buena Nueva es como si no existiera, porque vuestros corazones están muertos por el pecado, bien se trate de una muerte que os aprisiona en sus cadenas desde hace mucho tiempo, o bien de heridas recientes: he aquí que se acerca el que es la vida. "¿Por qué habréis de preferir la muerte? Él no quiere la muerte del pecador sino que viva" (Ezeq. 28, 31-32). La gran fiesta de su Nacimiento será un día de universal misericordia para todos los que quieran recibirlo. Éstos volverán con Él a la vida; desaparecerá toda su vida anterior, "y la gracia sobreabundará allí donde la iniquidad ha abundado" (Romanos, 5, 20).
Y si la ternura y suavidad de este misterioso advenimiento no nos seduce, porque tu recargado corazón no es capaz todavía de experimentar confianza, porque después de haber sorbido la iniquidad como el agua, no sabes lo que es aspirar por amor a las caricias de un Padre cuyas llamadas has despreciado, entonces debes pensar en ese otro Adviento terrorífico que ha de seguir al que se realiza silenciosamente en las almas. Escucha los crujidos del universo ante la proximidad del Juez terrible. Contempla los cielos huyendo ante tu vista, desplegándose como un libro; aguanta, si puedes, su aspecto, su mirada deslumbrante: mira sin estremecerte la espada de dos filos que sale de su boca (Apocalipsis, 1, 16); escucha, por fin, esos gritos lastimeros: "Oh montes, caed sobre nosotros; oh rocas; cubridnos" (San Lucas, 23, 30). Estos gritos son. los que lanzarán en vano aquellas desgraciadas almas que no quisieron conocer el día de su visita. Por haber cerrado su corazón a Dios que lloró sobre ellas, bajarán a horas vivas al fuego eterno, cuyas llamas son tan ardientes que devoran los frutos de la tierra y los más ocultos fundamentos de las montañas. Allí es donde el gusano eterno roe un pesar que no muere nunca.
Aquellos que no se conmueven ante la noticia de la próxima venida del celestial Médico, del Pastor que generosamente da la vida por sus ovejas, mediten durante el Adviento en el tremendo pero innegable misterio de la Redención humana, inutilizada por la repulsa que de ella hace con frecuencia el hombre. Calculen sus fuerzas y si desprecian al Infante que va a nacer, consideren si serán capaces de luchar con el Dios fuerte el dia que venga, no a salvar, sino a juzgar.
Por lo demás, este temor no es sólo propio de los pecadores, es un sentimiento que debe experimentar todo cristiano. El temor, si va solo, hace esclavos; si lo acompaña el amor, dice bien del hijo culpable que busca el perdón de su irritado padre. Aún cuando el amor lo arroje fuera, a veces reaparece como un rayo pasajero, para conmover felizmente, el corazón del alma fiel hasta sus más íntimos fundamentos. Entonces siente revivir en sí el recuerdo de su miseria y de la gratuita misericordia del Esposo.
De todo esto se puede sacar en consecuencia que el Adviento es un tiempo dedicado principalmente a los ejercicios de la vía purgativa; esto está bien significado por aquella frase de San Juan Bautista que la Iglesia repite con tanta frecuencia durante este santo tiempo: "¡Preparad los caminos del Señor!" Que cada uno de nosotros trabaje, pues, seriamente en allanar el camino por donde ha de entrar Cristo en su alma. Los justos, siguiendo la doctrina del Apóstol, "olviden lo que han hecho en el pasado" y trabajen con nuevos ánimos. Apresúrense los pecadores a romper los lazos que los cautivan, las costumbres que los dominan; mortifiquen su carne, comenzando el duro trabajo de sujeción al espíritu. Oren sobre todo con la Iglesia. De esta manera, cuando venga el Señor, tendrán derecho a esperar que no pase de largo por su puerta sino que entre, puesto que ha dicho (Apocalipsis, 3, 20), dirigiéndose a todos: "He aquí que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abriere, entraré en su casa".
Dom PRÓSPERO GUÉRANGER (Tomado de "El año litúrgico")

Dom Guéranger, DE L'ASSISTANCE A LA SAINTE MESSE AU TEMPS DE L'AVENT

  Ils sentiront aussi que le grand Sacrifice qui perpétue sur la terre, jusqu'à la consommation des siècles, l'oblation réelle, quoique non sanglante, du Corps et du Sang de Jésus-Christ, a pour but spécial de préparer, et même d'opérer, dans les cœurs des fidèles, l'Avènement mystérieux du Dieu qui n'est venu délivrer nos âmes que pour en prendre possession.


L'ANNÉE LITURGIQUE

Dom Guéranger

CHAPITRE V. DE L'ASSISTANCE A LA SAINTE MESSE AU TEMPS  DE L'AVENT.


Ce chapitre n’est pas numérisé

Dans toutes les saisons de l'Année Chrétienne, mais surtout au saint temps de l'Avent, il n'est point d'œuvre plus agréable à Dieu, plus méritoire et plus propre à nourrir la véritable piété, que l'assistance au saint Sacrifice de la Messe. Les fidèles doivent donc faire tous leurs efforts pour se procurer ce précieux avantage aux jours mêmes où la sainte Eglise ne leur en fait pas une obligation.
En assistant au divin Sacrifice dont l'oblation a été l'objet de l'attente du genre humain durant quarante siècles, ils devront éprouver une vive reconnaissance, s'ils réfléchissent que Dieu les a fait naître en ce monde depuis ce grand et miséricordieux événement, et n'a pas marqué leur place parmi ces générations qui se sont éteintes avant même d'en avoir pu saluer l'aurore. Ils ne s'en joindront pas moins avec instance à la sainte Eglise, pour demander, au nom de toute la création, la venue du Rédempteur, acquittant ainsi avec plénitude la grande dette imposée à tous les hommes, tant à ceux qui ont vécu avant l'accomplissement du mystère de l'Incarnation, qu'à ceux qui ont le bonheur de le voir accompli.
Ils sentiront aussi que le grand Sacrifice qui perpétue sur la terre, jusqu'à la consommation des siècles, l'oblation réelle, quoique non sanglante, du Corps et du Sang de Jésus-Christ, a pour but spécial de préparer, et même d'opérer, dans les cœurs des fidèles, l'Avènement mystérieux du Dieu qui n'est venu délivrer nos âmes que pour en prendre possession.
Enfin, ils aimeront à profiter de la présence et de la conversation du Fils de Dieu, dans ce mystère caché où il sauve le monde, afin qu'au jour où il viendra le juger dans sa majesté terrible, il les reconnaisse comme ses amis et les sauve encore, à cette heure où il n'y aura plus de miséricorde, mais seulement la justice.
Nous allons essayer de réduire à la pratique ces sentiments dans une explication des mystères de la sainte Messe, nous efforçant d'initier les fidèles à ces divins secrets, non par une stérile et téméraire traduction des formules sacrées, mais au moyen d'Actes destinés à mettre les assistants en rapport suffisant avec les actions et les sentiments de l'Eglise et du Prêtre.
La première chose qui doit occuper les fidèles lorsqu'ils assistent à la sainte Messe dans l'Avent, est de savoir si cette Messe va être célébrée suivant le rite de l'Avent, ou si elle est en l'honneur de la Sainte Vierge, ou de quelque Saint, ou enfin pour les défunts. Pour cela, il leur suffira déconsidérer la couleur des ornements du Prêtre. Ils seront violets, si la Messe est de l'Avent ; d'une autre couleur, blanche ou rouge, si elle est de la Sainte Vierge ou d'un Saint ; enfin noire, si elle est pour les défunts. Si le Prêtre est revêtu de violet, les fidèles s'efforceront d'entrer dans l'esprit de pénitence que l'Eglise veut exprimer par cette couleur. Ils le feront également dans le cas où le Prêtre serait revêtu d'une autre couleur ; car, quelle que soit la solennité qu'on célèbre en Avent, le célébrant est toujours obligé de faire mémoire de l'Avent en trois endroits, et en usant des mêmes paroles de supplication et de componction qu'il aurait à prononcer dans une Messe propre de l'Avent. Il n'y a d'exception que pour les Messes des défunts.
Le Dimanche, si la Messe à laquelle on assiste est paroissiale, deux rites solennels, l'Aspersion de l'Eau bénite, et, en beaucoup d'églises, la Procession, devront d'abord intéresser la piété.
Pendant l'Aspersion, on demandera la pureté de cœur nécessaire pour prendre part au double Avènement de Jésus-Christ ; et en recevant sur soi-même cette eau sainte, dont l'aspersion nous prépare à assister dignement au grand Sacrifice dans lequel est épanché, non plus une eau figurative, mais le Sang même de l'Agneau, on pensera au Baptême d'eau par lequel saint Jean-Baptiste préparait les Juifs à cet autre Baptême qui devait être l'effet de la puissance et de la miséricorde du Médiateur.

Etc

dom Guéranger, ON HEARING MASS DURING THE TIME OF ADVENT

  With what gratitude ought they to assist at that divine sacrifice, for which the world had been longing for four thousand years! God has granted them to be born after the fulfilment of that stupendous and merciful oblation, and would not put them in the generations of men who died before they could partake of its reality and its riches!


ADVENT

I. THE HISTORY OF ADVENT
II. THE MYSTERY OF ADVENT
III. PRACTICE DURING ADVENT
IV. MORNING AND NIGHT PRAYERS FOR ADVENT
V. ON HEARING MASS DURING ADVENT
VI. ON HOLY COMMUNION DURING ADVENT
VII. ON THE OFFICE OF VESPERS DURING ADVENT
VIII. ON THE OFFICE OF COMPLINE DURING ADVENT

CHAPTER THE FIFTH
ON HEARING MASS DURING THE TIME OF ADVENT


There is no exercise which is more pleasing to God, or more meritorious, or which has greater influence in infusing solid piety into the soul, than the assisting at the holy sacrifice of the Mass. If this be true at all the various seasons of the Christian year, it is so, in a very special manner, during the holy time of Advent. The faithful, therefore, should make every effort in order to enjoy this precious blessing, even on those days when they are not obliged to it by the precept of the Church.
With what gratitude ought they to assist at that divine sacrifice, for which the world had been longing for four thousand years! God has granted them to be born after the fulfilment of that stupendous and merciful oblation, and would not put them in the generations of men who died before they could partake of its reality and its riches! This notwithstanding, they must earnestly unite with the Church in praying for the coming of the Redeemer, so to pay their share of that great debt which God has put upon all, whether living before or after the fulfilment of the mystery of the Incarnation. Let them think of this in assisting at the holy sacrifice.
Let them also remember that this great sacrifice, which perpetuates on this earth even to the end of time, though in an unbloody manner, the real oblation of the Body and Blood of Jesus Christ, has this for its express aim: to prepare the souls of the faithful for the mysterious coming of God, who redeemed our souls only that He might take possession of them. It not only prepares, it even effects this glorious advent.
Let them, in the third place, lovingly profit by the presence of, and intimacy with, Jesus, to which this hidden yet saving mystery admits them; that so, when He comes in that other way, whereby He will judge the world in terrible majesty, He may recognize them as His friends, and even then, when mercy shall give place to justice, again save them.
We shall now endeavour to embody these sentiments in our explanation of the mysteries of the holy Mass, and initiate the faithful into these divine secrets; not, indeed, by indiscreetly presuming to translate the sacred formulae, but by suggesting such acts, as will enable those who hear Mass to enter into the ceremonies and sentiments of the Church and of the priest.
The faithful, in assisting at Mass during Advent, should first know whether it is going to be said according to the Advent rite, or in honour of the blessed Virgin, or of a saint, or, finally, for the dead. The colour of the vestments worn by the priest will tell them all this. Purple is used, if the Mass be of Advent; white or red, if of our Lady or the saints; and black, if for the dead. If the priest be vested in purple, the faithful must excite within themselves the spirit of penance which the Church would signify by this colour. They should do the same, no matter what may be the colour of the vestments; for in every Mass during Advent, with the exception of Masses for the dead, the priest is obliged, even on the greatest feasts, to make a commemoration of Advent three separate times, and thus to make use of the same expressions of repentance and sorrow as he would in a Mass proper to the time of Advent.
On the Sundays, if the Mass at which they assist be the parochial, or, as it is often called, the public Mass, two solemn rites precede it, which are full of instruction and blessing: the Asperges, or sprinkling of the holy water, and the procession.
During the Asperges, let them ask for that purity of heart, which is necessary for having a share in the twofold coming of Jesus Christ; and in receiving the holy water, the sprinkling of which prepares us
assisting worthily at the great sacrifice, wherein is poured forth, not a figurative water, but the very Blood of the Lamb, they should think of that baptism of water, by means of which St. John the Baptist prepared the Jews for that other Baptism, which the power and mercy of the Redeemer were afterwards to give to mankind.

Dom Prosper Guéranger, PRATICA DELL'AVVENTO

  Infatti, i destini della Chiesa sono anche i nostri; ciascuna delle anime è, da parte di Dio, l'oggetto d'una misericordia e d'un'attenzione simili a quelle che egli usa nei riguardi della Chiesa stessa. Essa è il tempio di Dio perché composta di pietre vive; è la Sposa perché è formata da tutte le anime che sono chiamate all'eterna unione. Se è scritto che il Salvatore ha acquistato la Chiesa con il suo sangue (At 20,28), ognuno di noi può dire parlando di se stesso, come san Paolo: Cristo mi ha amato e si è sacrificato per me (Gal 2,20). Essendo dunque uguali i destini, dobbiamo sforzarci, durante l'Avvento, di entrare nei sentimenti di preparazione di cui abbiamo visto ripiena la Chiesa.

http://www.unavoce-ve.it/gueranger.jpg
Capitolo Terzo
PRATICA DELL'AVVENTO

Vigilanza.
Se la santa Chiesa, madre nostra, passa il tempo dell'Avvento in questa solenne preparazione alla triplice Venuta di Gesù Cristo; se, sull'esempio delle vergini savie, tiene la lampada accesa per l'arrivo dello Sposo, noi che siamo le sue membra e i suoi figli, dobbiamo partecipare ai sentimenti che la animano, e prendere per noi quell'avvertimento del Salvatore: "Siano i vostri lombi precinti come quelli dei viandanti; nelle vostre mani brillino fiaccole accese; e siate simili a servi che aspettano il loro padrone" (Lc 12,35). Infatti, i destini della Chiesa sono anche i nostri; ciascuna delle anime è, da parte di Dio, l'oggetto d'una misericordia e d'un'attenzione simili a quelle che egli usa nei riguardi della Chiesa stessa. Essa è il tempio di Dio perché composta di pietre vive; è la Sposa perché è formata da tutte le anime che sono chiamate all'eterna unione. Se è scritto che il Salvatore ha acquistato la Chiesa con il suo sangue (At 20,28), ognuno di noi può dire parlando di se stesso, come san Paolo: Cristo mi ha amato e si è sacrificato per me (Gal 2,20). Essendo dunque uguali i destini, dobbiamo sforzarci, durante l'Avvento, di entrare nei sentimenti di preparazione di cui abbiamo visto ripiena la Chiesa.

 da: dom Prosper Guéranger, L'anno liturgico. - I. Avvento - Natale - Quaresima - Passione, trad. it. P. Graziani, Alba, 1959, p. 31-35

Storia dell'Avvento | Mistica dell'Avvento | Pratica dell'Avvento | Prima Domenica di Avvento | Seconda Domenica di Avvento | Terza Domenica di Avvento | Quarta Domenica di Avvento | La Vigilia di Natale

Che cosa abbiamo perso?... What we have lost?...


video-cronaca dei vastissimi cambiamenti e delle terribili distruzioni che hanno avuto luogo nella bimillenaria Chiesa cattolica dalla fine del Concilio Vaticano II, dal 1965, sino ad oggi.
David Allen White, cattolico fedele alla tradizione, professore di inglese presso l'Accademia Navale degli Stati Uniti d'America, ci accompagna nella rivisitazione di documenti che mostrano tale sfacelo, compiuto in pochi anni all'interno della cattolicità.fonte

sexta-feira, 9 de dezembro de 2011

Mons. Brunero Gherardini: Chiesa - Tradizione - Magistero

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Il testo che segue, che ancora una volta chiarisce e sviluppa concetti fondanti del sensus fidei cattolico, è stato concordato da Mons. Gherardini d'intesa con Disputationes Theologicae ed è la risposta corretta al recente articolo di Mons. Ocáriz Braña sull'Osservatore Romano di cui abbiamo parlato qui. E' quello che avevo già preannunciato giorni fa. Lo riprendo perché ci dà il la per iniziare fin da ora - per poi proseguire con eventi e scritti ulteriori - a fare da contraltare alla grancassa mediatica ed oltre, con la quale i novatori già si apprestano ad accompagnare le celebrazione del mega-super-dogma Vaticano II.
Questo testo, nel frattempo, dà un contributo autorevole e quanto mai nutriente alle nostre recenti riflessioni, che possono così proseguire e svilupparsi ulteriormente.Leggere...

VEINTIDOS AÑOS DE "ECCLESIA DEI". UN BALANCE




por Giancarlo Rocca


El 2 de julio de 1988 venía instituida la comisión "Ecclesia Dei" con el homónimo motu proprio de Juan Pablo II. El objetivo inicial era el de facilitar el regreso a la plena comunión de la Iglesia de sacerdotes, seminaristas, religiosos, religiosas, grupos e individuos que, no compartiendo la reforma litúrgica del concilio Vaticano II, se unieron a la fraternidad sacerdotal San Pío X fundada por monseñor Marcel Lefebvre, pero sin compartir el gesto que éste realizara en 1988 de consagrar algunos obispos.

A continuación la "Ecclesia Dei" amplió las propias competencias, poniéndose al servicio de todos aquellos que, incluso sin vínculos con los grupos de monseñor Lefebvre, desean conservar la liturgia latina anterior en la celebración de los sacramentos, de manera especial de la eucaristía. En la práctica, a la "Ecclesia Dei" se le ha atribuido la tarea de conservar y preservar el valor de la liturgia latina de la Iglesia fijada en la reforma de 1962 por Juan XXIII.

El camino recorrido por la "Ecclesia Dei" en estos casi veintidós años ha sido notable.

En 1988, año de su fundación, concedió la aprobación pontificia a la fraternidad sacerdotal San Pedro y a la fraternidad san Vincenzo Ferreri.

La primera había sido fundada inmediatamente después del cisma de 1988 y había tenido como primer superior a don Joseph Bisig, ex asistente general de la fraternidad San Pío X con monseñor Lefebvre.

La segunda nación en 1979 por obra del padre Louis-Marie de Blignières, que había considerado la declaración conciliar "Dignitatis humanae" sobre la libertad religiosa contraria a la enseñanza tradicional de la Iglesia, y luego, después de un estudio más preciso, se había convencido que el Vaticano II no representaba una ruptura.

Siguieron luego otras aprobaciones pontificias de institutos:

– la abadía Santa Magdalena, fundada en 1970 por el padre Gerardo Calvet, un monje de la congregación benedictina sublacense (1989);

– la abadía Nuestra Señora de la Anunciación, con sede en Le Barroux, en Francia, fundada en 1979 como rama femenina de la abadía Santa Magdalena, fundada por el padre Calvet (1989);

– las madres de la Santa Cruz, con casa general en Tanzania, fundada en 1976 por sor María Stieren, de las benedictinas misioneras de Tutzing, y por el padre Cornelio Del Zotto, de los frailes menores (1991);

– los siervos de Jesús y María, fundados en 1988 por el sacerdote ex jesuita Andrea Hönisch y actualmente con sede en Austria (1994);

– las canónicas regulares de la Madre de Dios, fundadas en Francia en 1971 y vinculadas con los canónicos regulares de la Madre de Dios (2000);

– los misioneros de la Santa Cruz, con casa general en Tanzania, fundados en 1976, que constituyen el paralelo masculino de las madres de la Santa Cruz (2004);

– el instituto San Felipe Neri, fundado en el 2003 por don Gerald Goesche, con sede en Berlín, en Alemania (2004);

– el instituto del Buen Pastor, fundado en el mismo año en Francia por don Philippe Laguérie junto con algunos sacerdotes salidos de la fraternidad sacerdotal san Pío X (2006);

– el oasis de Jesús Sacerdote, fundado en 1965 por el padre Pedro Muñoz Iranzo y con sede en Argentona, en España (2007);

– el instituto Cristo Rey sumo sacerdote, fundado por monseñor Gilles Wach en 1988, con sede en Sieci, Florencia (2008);

– las adoradoras del Corazón real de Jesucristo sumo sacerdote, fundadas en el 2000, con sede en Sierci, Florencia, que constituyen la rama femenina del instituto Cristo Rey sumo sacerdote (2008).

Actualmente están en curso las aprobaciones de derecho diocesano de los hijos del Santísimo Redentor, fundados en 1988 y con sede en Escocia, y de la fraternidad de Cristo sacerdote y Santa María Reina, con sede en Toledo, en España.

Muchas otras son las fundaciones – monasterios individuales y conventos de religiosas – que celebran la liturgia según el rito de 1962 y es imposible hacer una lista de ellos. Pero aquí es necesario recordar el camino recorrido por la diócesis de Campos en Brasil, cuyo obispo, cercano a las posiciones de monseñor Lefebvre, en 1981 dimitió por haber alcanzado el límite de edad y a continuación entró a la sociedad sacerdotal de San Juan Bautista María Vianney. En el 2002 la sociedad regresó a la comunión de la Iglesia y ha sido constituida como administración apostólica personal – limitada al territorio de la diócesis de Campos – para los fieles ligados a la tradición tridentina. En esta nueva administración apostólica en el 2008 recibió la aprobación de derecho diocesano el instituto del Corazón Inmaculado de María, que había sido fundado en 1976.

Como se ve, son ya un discreto número de institutos que han obtenido la aprobación pontificia, con la posibilidad de seguir el rito tradicional en la Iglesia. Tomados individualmente, se trata de pequeños institutos, pero que en torno a los cuales gira un cierto número de fieles.

El grupo más numeroso parece ser el de la fraternidad sacerdotal de San Pedro, que cuenta con unas treinta casas en los Estados Unidos de América, unas veinte en Francia, y algunas otras en Austria, Alemania, Canadá, Suiza, Bélgica. En Roma en el 2008 se le ha confiado a la fraternidad una parroquia personal para los fieles que prefieren el rito de Pío V: como su centro ha sido designado la iglesia de la Santísima Trinidad de los Peregrinos. Los otros institutos son de entidad mucho menor, a excepción del instituto Cristo Rey sumo sacerdote, presente en unas cincuenta diócesis con cerca de 70 sacerdotes.

En todo caso, es difícil cuantificar el número de aquellos que en modo variado están sometidos a la "Ecclesia Dei". Se habla de cerca de 370 sacerdotes, 200 religiosas, un centenar de religiosos no sacerdotes, cerca de 300 seminaristas y algunos cientos de miles de fieles.

Como resulta de estos datos, la "Ecclesia Dei" a veces ha sido muy rápida en conceder la aprobación pontificia a institutos que deseaban regresar a la Iglesia. Y este modo de proceder se ve claramente si se compara con la praxis de la congregación para los Institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica, que espera varios años antes de conceder la aprobación pontificia a un instituto.

El modo con el que estas instituciones han sido aprobadas es también significativo y está claramente expresado en los documentos relativos.

Erigiendo a la administración apostólica personal San Juan María Vianney, en el 2002, la congregación para los obispos concedía la facultad de celebrar la eucaristía, los otros sacramentos y la liturgia de las horas según el rito codificado por Pío V y con las adaptaciones introducidas hasta 1963con el pontificado de Juan XXIII.

Aprobando en el 2008 al instituto Cristo Rey sumo sacerdote, la "Ecclesia Dei" lo presentaba como una sociedad de sacerdotes que se proponían celebrar "decore ac sanctitate cultus liturgici secundum formam extraordinariam Ritus Romani".

Y también en el 2008 la comisión concedía a la abadía trapista de Mariawald, en Alemania, un retorno completo a la liturgia en uso en el orden trapista hasta el 1963-1964.

El régimen diferente se presenta todavía más evidente si se tiene en cuenta que estos institutos enumerados en el Anuario Pontificio, dependen únicamente de la "Ecclesia Dei", aunque para su erección de derecho pontificio se requiere de parecer del prefecto de la congregación para los institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica.

Dos documentos de Benedicto XVI han precisado el campo de acción de la "Ecclesia Dei" y la vida de aquellos que se sienten ligados al antiguo rito de la Iglesia.

En el motu proprio "Summorum Pontificum", del 7 de julio del 2007, el Papa afirma que el misal de Pablo VI es expresión ordinaria de la oración de la Iglesia católica de rito latino, mientras que el editado por Juan XXIII es una expresión extraordinaria. Las dos son formas del único rito latino, es decir, no son consideradas más como una en sustitución de la otra. En consecuencia, el uso del misal romano en la edición de 1962 está liberalizado y regularizado según las disposiciones y normativas del "Summorum Pontificum". Todos los sacerdotes que lo desean pueden celebrar según el antiguo rito sin necesidad de algún permiso. Y también los institutos religiosos pueden celebrar siguiendo el misal romano anterior, con el consentimiento de sus superiores mayores si se trata de una celebración habitual o permanente. El efecto de estas medidas, ciertamente querido, es de no oponer el misal que se remonta a Pío V al de Pablo VI o viceversa – creando un elemento de fricción al respecto – sino de considerarlos dos formas del único rito.

El segundo documento es la carta apostólica motu proprio "Ecclesiae unitatem", del 2 de julio del 2009, con la que el pontífice ha relacionado estrechamente la "Ecclesia Dei" a la congregación para la doctrina de la fe. Esta actualización de su estructura tiene como finalidad adaptar la pontificia comisión a la nueva situación creada con la remisión de la ex comunión – ocurrida el 21 de enero del 2009 – a los cuatro obispos consagrados por monseñor Lefebvre. Ya que los problemas a la vista de la recomposición de la división de la fraternidad sacerdotal San Pío X son de naturaleza esencialmente doctrinal, Benedicto XVI ha decidido ampliar las competencias de la "Ecclesia Dei", subordinándola directamente a la congregación para la doctrina de la fe.

Fuente: L'Osservatore Romano
Visto em

Il vero volto dell'ermeneutica della continuità L'insegnamento tradizionale va meglio capito alla luce del Vaticano II di Belvecchio

l'autogol di Mons. Fernando Ocáriz

Il vero volto
dell'ermeneutica della continuità

L'insegnamento tradizionale va meglio capito
alla luce del Vaticano II
di Belvecchio




Nel corso degli ultimi due anni, quando venivano diffuse delle indiscrezioni sui colloqui dottrinali fra la Santa Sede e la Fraternità San Pio X, del tipo: “si tratta di un discorso tra sordi”, tanti benpensanti si sbracciavano dicendo che questi “lefebvriani” erano incontentabili. Adesso che Mons. Fellay, il 28 novembre scorso, ha fatto sapere che sul preambolo dottrinale chiederà chiarimenti a Roma e valuterà dalle risposte se c’è la possibilità di modificarlo per poterlo accettare, gli stessi pensano che si stia scherzando col fuoco.
Non si può non aderire alle offerte generose venute da Roma per volontà di Benedetto XVI – dicono costoro.

Ed ecco che giunge tempestivamente una prima risposta da Roma, per bocca di uno dei quattro teologi della Congregazione per la Dottrina della Fede che hanno partecipato ai famosi colloqui, il quale mette nero su bianco, su L’Osservatore Romano, che un vero cattolico, per capire meglio duemila anni di dottrina cattolica deve rivederla alla luce del Vaticano II.

Sembra una barzelletta, ma è esattamente quello che ha scritto Mons. Fernando Ocáriz, Vicario Generale dell’Opus Dei, in un articolo pubblicato sul giornale del Vaticano del 2 dicembre 2011: Sull’adesione al concilio Vaticano II.

In sostanza, Mons. Ocáriz sostiene che i Padri conciliari non poterono non essere assistiti dallo Spirito Santo, quindi i documenti del Vaticano II sono Magistero vero e autentico, e siccome il Magistero, per la luce dello Spirito Santo, non può che essere sempre lo stesso, da duemila anni ad oggi, le dottrine del Vaticano II sono in continuità con la Tradizione. Discorso chiuso!
La cosa è così lapalissiana che appare evidente che ogni altro ragionamento può solo essere o superfluo o in mala fede.leggere...

Solemnidad de la Inmaculada Concepción en la Fraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina .Monseñor Mario Oliveri, Obispo de Albenga-Imperia, ofició Santa Misa Solemne. Se trata de una celebración, Novus Ordo, ad Orientem y en la hermenéutica de continuidad tan querida por el Santo Padre .Solemn Mass of the Last Sunday after Pentecost, Abbaye Sainte-Madeleine du Barroux

 

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA EN LA FRATERNIDAD DE CRISTO SACERDOTE Y SANTA MARÍA REINA

A las 10 de la mañana se celebró en la Iglesia del Salvador de Toledo la Santa Misa Cantada en honor de la Inmaculada Concepción de María. En esta Iglesia se celebra a diario la Santa Misa conforme al uso extraordinario y el Oficio Coral por parte de la comunidad de Hermanos de la Fraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina.














Al finalizar la Santa Misa dos personas realizaron el acto de consagración a Jesucristo, Sabiduría encarnada, por manos de María. Esta consagración se conoce como Esclavitud mariana, cuya doctrina fue expuesta magistralmente por San Luis María Grignión de Montfort, y que en nuestros días fue propagada incansablemente por el Beato Juan Pablo II. La esclavitud mariana es una perfecta renovación de las promesas bautismales y un acto de amor, confianza y abandono en las manos maternales de María. AD JESUM PER MARIAM!




En esta misma Iglesia del Salvador se viene reuniendo semanalmente un grupo de personas que se preparan para hacer la consagración mariana estudiando y profundizando la doctrina expuesta por San Luis en el Tratado de la Verdadera Devoción.

¡SOY TODO TUYO REINA MÍA Y MADRE MÍA, Y CUANTO TENGO TUYO ES!

CELEBRACIÓN DEL PRIMER SÁBADO DE DICIEMBRE EN LA IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO

Respondiendo al pedido del Señor y de la Santísima Virgen a la Hermana Lucía, en la ciudad de Pontevedra el 10 de diciembre de 1925, venimos celebrando en la Iglesia del Salvador de Toledo los Primeros Sábados de mes en reparación de las blasfemias y ofensas ques e cometen contra el Inmaculado Corazón de María.
El acto consiste en la Exposición del Santísimo Sacramento, rezo y meditación del Santo Rosario, para finalizar con la procesión por el interior del templo y la renovación de la consagración al Corazón Inmaculado de María.





http://santa-maria-reina.blogspot.com/

Año Jubilar en Loano

Nuestros amigos de la Cofradía de los Disciplinantes Blancos de San Juan Bautista, de Loano, en Italia, iniciaron su año jubilar con motivo del 750º aniversario de su fundación, el domingo 27 de noviembre. Monseñor Mario Oliveri, Obispo de Albenga-Imperia, ofició Santa Misa Solemne. Se trata de una celebración, Novus Ordo, ad Orientem y en la hermenéutica de continuidad tan querida por el Santo Padre: un solo oficiante asistido de dos diáconos, ornamentos tradicionales incluída la dalmática pontifical, etcétera. Enhorabuena a nuestros amigos de Loano.




fonte

Solemn Mass of the Last Sunday after Pentecost, Abbaye Sainte-Madeleine du Barroux


One of our readers sends in the following lovely photographs which they took when visiting the Abbaye Sainte-Madeleine du Barroux. The photos show, we are told, Terce and the Mass of the Last Sunday after Pentecost.










quinta-feira, 8 de dezembro de 2011

Ato de Consagração à Imaculada Virgem Maria - São Maximiliano Maria Kolbe

http://www.kolbemission.org/flex/images/D.53c1408d60345d2a1233/kolbe01.jpg
Por São Maximiliano Maria Kolbe

Ó Imaculada,
Rainha do Céu e da Terra,
Refugio dos pecadores e Nossa Mãe amantíssima,
a quem Deus quis confiar toda a Ordem da misericórdia!
Eu (nome), indigno pecador,
me prostro aos vossos pés suplicando-vos com
insistência: Dignai aceitai-me por completo, como coisa e propriedade vossa;

Fazei o que quiserdes de mim,
De todas as faculdades da minha alma e do meu corpo,
De toda a minha vida, da minha morte da minha eternidade

Disponha de mim totalmente, como lhe agradar,
para que se cumpra o que está dito de vós:
"Ela esmagará a cabeça da serpente", e também:
"Só vós destruístes todas as heresias no mundo inteiro".
Que em vossas mãos Imaculadas e misericordiosíssimas
Eu seja um instrumento que vos serve a introduzir
e a aumentar o mais possível de vossa glória em tantas almas desgarradas e tíbias.

Assim se estenderá cada vez mais o Reino Bendito do santíssimo Coração de Jesus.
Pois onde entrais, conseguis a graça da conversão e santificação,
Já que é do Sacratíssimo Coração de Jesus, que
todas as graças chegam para nós por vossas mãos.

V.Dai-me a graça de vos louvar ó Virgem Santíssima.
R.Dai-me força contra vossos inimigos.
fonte 

Consagração à Virgem Imaculada

 http://4.bp.blogspot.com/_rCbZha-7Gik/TMYU-XD4VSI/AAAAAAAAADA/GlhM8zDUuGI/s1600/Imaculada.jpg
Virgem Imaculada! Minha Mãe Maria!
Eu renovo hoje e sempre,
a consagração de todo o meu ser,
para que disponhais de mim para o bem de todos.
Somente peço que eu possa,
minha Rainha e Mãe da Igreja,
cooperar fielmente com a vossa missão de construir
o Reino de vosso Filho Jesus no mundo.
Para isso, vos ofereço minhas orações, sacrifícios e ações.
Ó Maria concebida sem pecado,
rogai por nós que recorremos a vós
e por todos quantos não recorrem a vós,
especialmente pelos inimigos da Santa Igreja
e por todos quantos são a vós recomendados.

# Pope Benedict XVI marks Immaculate Conception in R... # Maria sostiene la speranza, in un momento difficil... # "Faisons resplendir la plénitude de la grâce dans ... # Está libre de toda sombra de muerte y totalmente l... # Päpstliche Marienandacht im Herzen Roms: „Kirche i... # Bento XVI, neste dia 8, junto à imagem da Senhora ... # El magisterio del actual Papa está realmente salva... # Pope Benedict's reflection on the Immaculate Conce... # A la “Madre de los redimidos” confió Benedicto XVI... # Fazer resplandecer na vida a "plenitude de graça q...

12/04 - 12/11 (47)

Pope Benedict XVI marks Immaculate Conception in Rome



 


The late afternoon Sun was brilliant in the cloudless blue sky over Rome Thursday afternoon, and the air was unseasonably warm when Pope Benedict XVI made his way through the streets of the city and to the packed quare just off the Spanish Steps, for one of the great traditional Roman appointments of the season: the homage to Mary on the Feast of the Immaculate Conception.

The Holy Father this year made a stop en route to receive the homage of the Merchants’ Association of via dei Condotti – the famous shopping street that runs to the base of the Steps.

After a brief reading from the Book of Revelation, Pope Benedict spoke to the gathered faithful about the meaning of the Church’s constant faith conviction, according to which the Mother of God was conceived without the stain of Original Sin.

“The only pitfall  ...»

Maria sostiene la speranza, in un momento difficile per il mondo: così il Papa a Piazza di Spagna per il tradizionale omaggio all’Immacolata


Pope Benedict XVI uses an incense burner during the Immaculate Conception celebration prayer in Spain's Square, downtown Rome December 8, 2011.

Maria è un inno alla vita e sostiene la nostra speranza, in un momento difficile per l’Italia e il mondo: così il Papa oggi pomeriggio a Piazza di Spagna, a Roma, per il tradizionale atto di venerazione all’Immacolata. Nel suo discorso, Benedetto XVI ha sottolineato come in ogni tempo, nel mondo, la Chiesa soffra le persecuzioni, ma risulti vincitrice grazie alla forza di Dio. Ad accogliere il Santo Padre in Piazza di Spagna, c’erano tra gli altri il cardinale vicario, Agostino Vallini, ed il sindaco di Roma, Gianni Alemanno. Il servizio di Isabella Piro:RealAudioMP3

Piazza di Spagna, “una delle piazze più belle di Roma” l’ha definita il Papa, è affollata di fedeli scaldati da un sole che sembra di primavera.  ...»

"Faisons resplendir la plénitude de la grâce dans nos vies"




Ce jeudi 8 décembre marquait la fête de l'Immaculée Conception. Benoit XVI, lors de l’Angélus Place Saint Pierre, a consacré sa catéchèse à Marie, et à la signification de sa vénération par les fidèles. Le Pape a rappelé aussi le sens de ce dogme de l’Immaculée Conception. Dans l'après-midi, c'est Place d'Espagne que Benoît XVI s'est rendu pour un hommage à la statue de la Vierge, en présence d'une foule immense. Olivier Tosseri RealAudioMP3

Dans son discours Place d’Espagne, Benoit XVI est parti du passage de l’Apocalypse, sur la femme vêtue de soleil et le dragon, pour parler de Marie et de l’Eglise.  ...»