terça-feira, 16 de novembro de 2021

Padre Anibal: el silencio misterioso de Dios que envuelve en su fuego todo nuestro ser.

1-Debemos guardar celosamente el silencio como espacio que hacemos a Dios en nuestras vidas, es decir, el silencio, pues, es...es ante todo pues, una motivación teológica y es un lugar teológico. Motivación teológica decimos ya que nos mueve, nos motiva, nos impulsa para nosotros, este...relacionarnos con Dios, estarnos en Dios, contemplar a Dios y escuchar a Dios.

2- El silencio, pues, es eso... uno quedarse para que Dios se quede con uno...uno quedarse retirado para que Dios se comunique.  La manera más virginal y más pura de Dios hablar al alma, pues, es en el espacio silente que el alma le hace.

3- Y que no consiste la vida espiritual en mucho hablar sino que consiste en mucho amar, en mucho intimar con Dios, en mucho madurar el corazón para que nosotros realmente seamos poseción de él. 

 4-Solamente las almas de temple son las almas que son silentes y capaces de crearse amplio espacio de silencio en su vida. El que no sabe callar cosa buena se pierde...se pierde precisamente lo más íntimo y lo más sabroso del encuentro de Dios, porque en definitiva la unión mística no es otra cosa sino la comunicación de Dios al alma que silenciosamente le escucha y se le da.

 

5-Madurar la conciencia para el silencio es madurar el espíritu de Dios. Esa frase, pues, condensa muchísimo...condensa muchísimo. O sea, porque si realmente la conciencia va tomando esa dimensión y esa capacidad de callar...de callar...de callar...esa conciencia va, a la misma vez, tomando la capacidad de amar, de sacrificar, de dar, de olvidar, de perdonar, de ofrecer a la Iglesia, pues, una vida juvenil y lozana.

6- Ojalá realmente nosotros podamos, pues, convertirnos en...en ese silencio donde todo es Dios y...es gozo...y alegría...y paz en él...es santo abandono.

7-Siempre se nos ha presentado, como veremos más adelante, en nuestra vida espiritual, a la Santísima Virgen como la Virgen del silencio, de la contemplación, de la quietud serena y calmada, o sea, que realmente, la Stma. Virgen, pues, es para nosotros como ese espacio amplio de silencio que Dios regaló a los hombres para ahí y desde ahí nosotros escucharle, amarle y gustarle.

8-Todos debemos colaborar a que el silencio sea vivo y contemplativoEl silencio tiene sentido cuando es el silencio que da lugar a la vivencia más íntima y más caliente de Dios...cuando es un silencio vivo,es decir, un silencio que es diálogo con él. Como dice San Juan de la Cruz, “...música callada y soledad sonora”, es decir, música callada, es decir, dentro hay un silencio pero, a la misma vez, hay una música...la música de Dios... “música callada y soledad sonora”, es decir, que estamos solos pero dentro hay sonido de Dios...vibración de Dios, presencia de Dios. 

9- Pues esa debe ser la aspiración de nuestro silencio, música callada y soledad sonora en un encuentro con Dios, en un encuentro que llene la vida, un encuentro que la transforme, que la cambie. La prueba de que nuestro silencio es virginal y, a la misma vez, es teológico y fecundo es si realmente en la vida diaria después de ese silencio hay más caridad, hay más amor, hay más entusiasmo, hay más alegría, hay más gozo, hay más deseo de oir “ música callada y soledad sonora” en ese encuentro que cambie la vida y que la transforme.

  10-Hay quien habla de los grados de silencio, ¿no?, pero yo les recomiendo, por lo menos, la práctica de tres grados, o sea,primero el grado exterior, es decir, nosotros ser capaces de callar situaciones, nosotros ser capaces de..de no ser gente chabachera ni habladera y cuando hablemos con la gente, pues...pues, siempre motivarlos espiritualmente...tenerles temas espirituales para que la gente se motive y se encienda.

11-También hay que darle gracia porque Dios eso lo quiere y se goza...que tengamos gracejo en el hablar, que tengamos nuestro gusto para envolver a la gente en alegría...gusto santo. Pero el silencio exterior se impone sobretodo a las cosas íntimas de las personas y...y cosas que hemos sabido,  

12-Ese silencio hacia las creaturas, es decir, no...no comentar cosas que no...que solamente podemos comentarlas y decirlas a Dios o al director espiritual...es ese grado de silencio exterior, es decir, como un toque virginal en la relación con los laicos, con los seglares y con todas las personas que nos encontramos...como un toque virginal, es decir, comunicamos esa alegría, ese gusto, ese gracejo, ese entusiasmo, pero...no vamos más allá. 

13-Luego está el...el silencio...el segundo grado, que viene siendo el silencio físico o material, es decir, ¡señores, acostumbrarnos a callar...acostumbrarnos a callar!, a cerrar la boca, a cerrar los labios, a no moverlos, a dejarlos quietos por espacio ya...un espacio amplio durante el día. 

14-Hay que aprender a callar, es una ley sicológica, la sicología humana se explica en la ley de la receptividad y la ley de la comunicabilidad, es decir, el hombre que dice y recibe y para poder recibir hay una libre pasividad y de quietud en el alma, en la sicología, si no, no se recibe, para escuchar a los demás tienes que callarte...tienes que callarte. Pues aprender a callar también

15-Después el tercer punto, es el silencio virginal, esa virginidad silente donde Dios se comunica al alma y la endiosa, la diviniza...le comunica, pues, su misma vida, su misma vibración, le da su ser...místicamente...le abraza, le quema, es el beso que Dios da al alma...es ese beso que le da al alma. 

16- Esa mirada que él da al corazón, al espíritu, al alma, esa mirada enamorada ...divina, llena de su luz, de su encanto, de su hermosura, “...y lléndolos mirando con solo su figura prendidos los dejó de su hermosura”, es decir, con solo mirarlo todo...todo lleno de su hermosura... “...los montes, los collados, los valles...”, todo ha sido tocado por él y por eso todo tiene su hermosura, su encanto, su belleza.

17- Pues así el alma en este tercer grado del silencio...el alma es tocada por él y esa alma se endiosa, se embellece, cambia...y se conoce cuando el alma ha sido tocada por él o cuando está siendo tocada solamente por los gustos o los vicios inmundos de los hombres. Lo más inmundo para el alma, pues, es mezclarse en los vicios y en los placeres de esta tierra...se enlodece. Y lo más bello para el alma es ser capaz de callar para que Dios le hable y la toque.

18-Por eso, este tercer grado que es el silencio que se llama el silencio místico, es decir, el silencio misterioso de Dios que envuelve en su fuego todo nuestro ser. Sinceramente quisiéramos que nosotros, pues, pudiéramos dar ese toque de vida a todas las personas que nos encontramos con ellas...a cada persona que encontramos, pues, darle como un toque de vida, un toque que le comunique la vida sobrenatural, que le comunique a Dios. 

19- Y...eso solamente lo podemos hacer si llegamos por gracia de Dios y no se niega que también por parte de nuestra ascesis, aunque ahí en ese plano, es pura gracia. Pero preparamos esa gracia...la preparamos con nuestra ascesis...con nuestra penitencia. Pues si llegamos, pues, a convertir nuestra vida, pues, en una imagen donde él puede hablar y gozar y...gustarnos...gustar de nuestro amor y de nuestra entrega.  

20-La gracia mística es, ante todo, la comunión del alma con él y la transformación del alma en una imagen viva y semejante a él. Por consiguiente, pues, solamente así el alma puede entonces, pues, comunicar esa vida de Dios que tanta falta hace a los hombres...tocar el corazón de los hombres y llegar a convertirlos para Dios. Fíjate que los santos...en los santos lo más importante ha sido la capacidad de tocar el corazón y acercarlo a Dios...más allá de los milagros, de los portentos, de los éxtasis, más allá de lo aparatoso y lo extraordinario, está el acercar el

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