sábado, 17 de março de 2012

Escrito por Padre Alfonso Gálvez : La Gran Apostasía

La Gran ApostasíaImprimirE-mail
Escrito por Padre Alfonso Gálvez
Viernes, 31 de Julio de 2009 05:32
Todo parece indicar que los males que sufre la Iglesia en la actualidad proceden del hecho de que se encuentra asustada ante el mundo moderno. Un mal que se deriva a su vez de otro más hondo: la crisis de fe, que ha producido también un enfriamiento de la caridad.
Es razonable pensar, a la vista de los hechos, que ha habido, por parte de la Iglesia, una sobrevaloración del mundo de la técnica, del poder de las ideologías y de la fuerza de los sistemas totalitarios. Paralelamente a eso, y como consecuencia, la Iglesia ha cometido la simpleza de infravalorar sus propios tesoros: una vez perdida la fe en el contenido sobrenatural de su Mensaje de salvación, se esfuerza ahora en ir a la zaga del Mundo mendigándole comprensión. Y no es que vayamos a despreciar la fuerza del Sistema; lejos de nosotros tal cosa. Podemos estar de acuerdo con lo que dice Revel[1] acerca de que la mentira se ha adueñado del mundo porque el Sistema la necesita para sobrevivir. Pero la Iglesia no tenía que haberse asustado ni dejado influir por los poderes que posee el Reino de la Mentira. Por el contrario, tenía el deber de haber seguido creyendo en sus propios valores sobrenaturales porque, en definitiva, el bien acabará prevaleciendo sobre el mal, y Ella lo sabe. Pero, como hemos dicho, el enfriamiento del amor conduce indefectiblemente a la mentira. No en el sentido de que la Iglesia se haya hecho mentirosa - no podría hacerlo -, sino en el de que muchos de sus hijos, o bien han consentido en alejarse de la verdad, o bien la han silenciado o disimulado por cobardía, permitiendo la propagación del error. Y aquí hay que incluir también (y sobre todo) a muchos Pastores, por más que haya que decirlo con tristeza.
Si ya es difícil comprender a los abiertamente mentirosos, quizá sea aún más duro hacerse cargo de los simplemente cobardes. Algunos de estos últimos, sin duda que con la mejor intención, han adoptado la actitud de abstenerse de denunciar el error, por temor, según dicen ellos mismos, de que las cosas empeoren más. Sostienen que es mucho más positivo y práctico dar doctrina, pues así es como la verdad se impondrá por sí misma. Tal vez sea eso cierto, aunque es para dudarlo. La mentira tiene tal fuerza de penetración, en el actual estado de la naturaleza humana, que es necesario denunciarla y atajarla. El buen pastor tiene el deber, no sólo de conducir a las ovejas a los buenos pastos, sino también de guardarlas del lobo. Al menos así parece pensarlo el Nuevo Testamento, y por eso está lleno de avisos a los Pastores para que guarden a sus ovejas y las mantengan alejadas del error (pueden leerse, por ejemplo, las Cartas Pastorales de San Pablo y el capítulo diez del Evangelio de San Juan). Con esta doctrina de la comprensión bondadosa las herejías hubieran tenido siempre carta blanca en la Iglesia: ni San Atanasio hubiera acabado con el arrianismo, ni San Agustín con el pelagianismo, ni San Ireneo la hubiera emprendido contra el gnosticismo, ni San Bernardo hubiera puesto al descubierto los errores de Abelardo, ni el Papa San Pío X hubiera cercenado al modernismo. Aunque, a fin de cuentas, todo esto no sea sino hablar por hablar, en cuanto que los modernos cristianos no están dispuestos ni siquiera a comentar el tema.
Hoy está prácticamente aclarado que El Tercer Secreto de Fátima fue manipulado, falsificado y ocultado en cuanto a su verdadero contenido. Pero en realidad se refería a la Gran Apostasía que habría de sufrir la Iglesia hacia los Últimos Tiempos. Pretender que la profecía aludía al atentado que sufrió el Papa Juan Pablo II (Un Obispo vestido de blanco), y revelado el hecho, además, veinte años después de haber sucedido, no solamente parece una broma pesada y de mal gusto, sino que es además un verdadero insulto a la inteligencia del ordinario Pueblo Cristiano.
Y sin embargo, se quiera reconocer o no, nos encontramos en un momento de apostasía generalizada en la Iglesia. Acerca de la cual hay dos cosas absolutamente evidentes:
La primera tiene que ver con el hecho de que, una vez llegado el momento, cuando ya se encuentre próxima la aparición del Hijo de la Perdición para cerrar la Historia, habrá en la Iglesia una apostasía, la cual además será espantosamente general.
Una gran apostasía, por lo tanto. Puesto que así lo dicen claramente los textos. Como por ejemplo San Pablo en la Segunda a los Tesalonicenses, capítulo dos verso tres. Hablando del momento de los últimos Tiempos dice el Apóstol que primero tiene que venir la apostasía. Y en cuanto a que será absolutamente general, lo dice expresamente el mismo Jesucristo: Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?[2]
La segunda se refiere a la presente situación, cuyos síntomas en general se parecen bastante a los descritos en la Escritura como que precederán inmediatamente al Final. La desertización de la Iglesia y la consiguiente paganización de los cristianos, además de la rebelión del Mundo y la persecución contra todo lo que suponga valores cristianos, son cosas que están ahí; se quieran o no se quieran ver. Y además, los hechos verdaderamente importantes y graves suelen tener causas profundas que los motivan, aunque a menudo no se quiera, o no se pueda, hablar de ellas.
Muchos sonreirán y nos acusarán de catastrofistas. La verdad es, sin embargo, que mientras los cristianos discutimos acerca de si llegarán o no llegarán esos momentos, o incluso si ni siquiera admitimos cualquier discusión sobre el tema, quizá podríamos preguntar a Instituciones como la del Grupo de Bilderberg (entiéndase Masonería)[3]. Probablemente nos dirían, pese al secreto en el que se envuelven, que es grande su satisfacción; en cuanto que, a la vista de lo ya conseguido, se encuentran a punto de lograr plenamente sus objetivos a escala mundial.
(Extractado del libro El Amigo Inoportuno, pags. 85 y ss.)


[1] Jean-François Revel, La connaisance inutile, Grasset, París, 1988.
[2] Lc 18:8.
[3] Daniel Estulin, The True Story of the Bilderberg Group, Trine Day LLC, Chicago, Illinois, 2005

Convidamos a todos a conhecer a Padre Alfonso Gál...

  • Convidamos a todos a conhecer a Padre Alfonso Gál...

  • Padre Alfonso Gálvez : El Drama del Catolicismo P...

  • Padre Alfonso Gálvez : The Drama of Post-Conciliar...

  • SSPX and the Holy See . Comunicado de la Santa Se...

  • Benedict XVI: Mary Invites Us to Pray for More Tha...

  • Benedict XVI: Mary Invites Us to Pray for More Tha...

  • Benedicto XVI: aprender de María a ser una comunid...

  • Papst: Von Maria beten lernen

  • Benedetto XVI : "Il posto privilegiato di Maria è...

  • catéchèse de Benoît XVI « A l'école de la prière d...

  • O lugar privilegiado de Maria é a Igreja

  • Ámame como eres

  • BISHOP SCHNEIDER AND THE LITURGY: MILESTONES FOR T...

  • Monseigneur Athanasius Schneider: La nouvelle évan...

  • Mons. Athanasius Schneider : As cinco chagas do co...

  • Cardeal Ratzinger ,O ESPÍRITO DA LITURGIA

  • La Messa di sempre " di Cristina Siccardi

  • card. Joseph Ratzinger : Per un "nuovo" movimento ...

  • TODAY IS THE FEAST OF Pope Saint Gregory the Great...

  • TODAY IS THE FEAST OF Pope Saint Gregory the Great...

  • Saint Grégoire le Grand

  • Hoje é Festa de São Gregório Magno

  • Pastoral Visit of Archbishop of Seattle to FSSP Co...

  • El Obispo de Oakland sobre la comunión de rodilla...

  • First Extraordinary Form Mass at Mount Saint Mary'...

  • The Extraordinary Form at Holy Rosary

  • Extraordinary Form of the Mass

  • Cristina Siccardi, Il sacro cristiano. La liturgia...

  • Benedetto XVI alla Recita dell'Angelus in Piazza S...
  • Convidamos a todos a conhecer a Padre Alfonso Gálvez Morillas

    1.                                    

    P. Alfonso
    Esta web contiene:


    Últimas modificaciones

    Homilía 11 de marzo de 2012 Imprimir E-mail
    Escrito por Padre Alfonso Gálvez
    Sábado, 10 de Marzo de 2012 05:54
    Español
    English
    padrevioleta
    padrevioleta
    Última actualización el Domingo, 11 de Marzo de 2012 19:36
    Homilía 11 de marzo de 2012 (para jóvenes) Imprimir E-mail
    Escrito por Padre Alfonso Gálvez
    Sábado, 10 de Marzo de 2012 05:52
    Español
    English
    padrevioleta
    padrevioleta
    Última actualización el Lunes, 12 de Marzo de 2012 06:59

    FONTE

  • sexta-feira, 16 de março de 2012

    Padre Alfonso Gálvez : El Drama del Catolicismo Postconciliar

    P. Alfonso 
    El Drama del Catolicismo Postconciliar (I)

    El Drama del Catolicismo Postconciliar (II)
         
         
    El Drama del Catolicismo Postconciliar (III)ImprimirE-mail
    Escrito por Padre Alfonso Gálvez
    Jueves, 08 de Marzo de 2012 04:55
    La práctica negación del pecado original por el Modernismo conduce al desconocimiento del sentido del pecado y de la necesidad de la justificación. Para la doctrina modernista, todo hombre que viene a este mundo nace ya justificado, gracias a la unión de Jesucristo con la naturaleza humana. De ahí el rechazo de la Muerte de Cristo como Sacrificio y la ocultación del carácter satisfactorio de la Misa. Así se explica que, mientras que se pregona a voz en grito la consigna del Cristo Resucitado, se le hace olvidar al mismo tiempo al cristiano corriente la realidad del Cristo Muerto en la Cruz por los pecados de los hombres..., y la necesidad que incumbe a cada uno de unirse a tal Muerte por medio del arrepentimiento, primero, y de un cambio radical de vida, después.
    Este punto de la cuestión es mucho más delicado e importante de lo que parece. El dogma de la Muerte de Cristo en la Cruz no es un mero tema de devoción para los católicos, sino un pilar fundamental de su existencia como cristianos. Según el Apóstol San Pablo, los bautizados recibieron el bautismo para unirse y participar en la Muerte de Jesucristo. Fueron bautizados, por lo tanto, precisamente para eso y no para otra cosa, por más que el Catolicismo postconciliar parezca haberlo olvidado por completo: Pues fuimos sepultados juntamente con Él mediante el bautismo para unirnos a su muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos para la gloria del Padre, así también nosotros caminemos en una vida nueva (Ro 6:4). De donde se desprende que al católico del postconcilio se le ofrecen dos alternativas entre las que habrá de elegir necesariamente: o bien la de acogerse a las doctrinas y prácticas de los Movimientos Neocatecumenales y doctrinas modernistas, o bien la de abrazar la Doctrina que la Iglesia ha predicado, a través de su Magisterio, durante veinte siglos. Y pues que no existe aquí término medio, he ahí la explicación de que multitud de católicos hayan dejado de serlo sin haberse enterado de lo sucedido, e incluso creyendo que viven ahora mejor la verdadera Fe.
    El presente trabajo no es un Estudio sobre el Modernismo, sino un breve escarceo que trata de aclarar, por medio de unos pocos ejemplos, algunos de los rasgos con los que la más moderna y quizá la más peligrosa herejía de todos los tiempos, gana diariamente multitud de seguidores entre los católicos. Por lo que habremos de limitarnos, ya para terminar, a aportar un último caso en el que puede observarse con claridad el uso de la ambigüedad filológica, incluso en documentos oficiales que afectan a puntos importantes de la Fe. El caso al que vamos a aludir se refiere a la Presencia Real de Jesucristo en la Eucaristía, que es el que da lugar al siguiente planteamiento del problema:
    En el documento Constitución Conciliar sobre la Liturgia Sacrosanctum Concilium (I, 7), se habla de los modos de presencia de Cristo en su Iglesia. Y según se dice en el texto, Cristo está siempre presente a su Iglesia sobre todo en la acción litúrgica. Está presente en el sacrificio de la Misa, sea en la persona del ministro, ofreciéndose ahora por ministerio de los sacerdotes el mismo que entonces se ofreció en la cruz, sea sobre todo (‘’maxime”) bajo las especies eucarísticas. Está presente con su virtud en los sacramentos, de modo que cuando alguien bautiza, es Cristo quien bautiza. Está presente en su palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es Él quien habla. Está presente, por último, cuando la Iglesia suplica y canta salmos, el mismo que prometió: “Donde estén dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.
    Como puede verse claramente, el texto coloca en paralelo, o al mismo nivel aparentemente, los diversos modos de presencia de Cristo en su Iglesia. Fácilmente puede comprenderse que tales modos se refieren a una presencia meramente virtual o moral (presente en su palabra, con su virtud en los sacramentos, cuando se lee la Sagrada Escritura...), al modo como suele decirse, por ejemplo, de una persona querida ya fallecida que sigue estando presente entre nosotros y según una forma de hablar que todo el mundo entiende. Aquí el problema se plantea, como hemos dicho antes, con respecto a la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía. Al colocarse tal modo de presencia en paralelo, incluida en la misma lista con los otros modos de estar presente reconocidos como virtuales, fácilmente se da paso a la confusión de creer que también la Presencia en la Eucaristía es meramente virtual. Es cierto que, con respecto a ella, parece hacerse una excepción mediante la palabra maxime (en el texto oficial latino, la cual significa sobre todo o principalmente). Sin embargo, si bien se examina la cuestión, todo queda tal como estaba. Pues una presencia virtual en grado maxime sigue siendo indudablemente presencia virtual; lo mismo que una inteligencia en grado maxime sigue siendo inteligencia, o un estado de imbecilidad en grado maxime anda lejos de haber dejado de ser imbecilidad. Se podrá discutir el problema todo lo que se quiera, como en realidad se ha hecho y se sigue haciendo. Pero con todo, lo que es innegable es que la ambigüedad está ahí, mientras que la confusión, para quien quiera aprovecharse de ella, está bien servida.

    El Drama del Catolicismo Postconciliar (y IV)ImprimirE-mail
    Escrito por Padre Alfonso Gálvez
    Viernes, 16 de Marzo de 2012 02:20
    Sin embargo, la multiplicación de los ejemplos ---cosa que rebasaría las intenciones y las posibilidades de este trabajo--- no nos conduciría, ni mucho menos, a percibir la principal diferencia entre el Modernismo y las restantes herejías que la Iglesia ha conocido a lo largo de su Historia.
    Las herejías de siempre, conocidas como clásicas, desde el momento en que negaban verdades de Fe, actuaban bajo el procedimiento de proclamar falsedades: sus proposiciones, al no ajustarse a la realidad, efectivamente se apartaban de la verdad. Con todo, ni Arrio, ni Pelagio, ni Nestorio, ni Molinos, ni cualquiera de los herejes conocidos, hubieran podido ser tachados de mentirosos; en cuanto que decían, sencilla y llanamente, lo que pensaban. Por supuesto que estaban equivocados, aunque es lo cierto que en ningún momento trataron de engañar a nadie (creían que defendían la verdad).
    El Modernismo actúa de manera diferente, bajo la capa del engaño y del disimulo aparentando la más pura ortodoxia, y de ahí su extrema peligrosidad. Las herejías clásicas no eran tan difíciles de destruir, en cuanto que solía bastar una condenación oficial de la Iglesia. El Modernismo es casi imposible de condenar, en cuanto que todo cuanto pregona parece ---así lo defiende él--- perfectamente ortodoxo. El uso de la ambigüedad y del lenguaje abierto a la posibilidad de diversas interpretaciones, lo hace prácticamente invulnerable. Pues siempre podrá asegurar que no ha dicho lo que ha dicho o que ha dicho lo que no ha dicho. Si además puede escudarse en el prestigio de quien lo proclama, bien sea por su reconocida ciencia o por la importancia de su cargo, el problema se complica cada vez más.
    De todos modos, lo que ciertamente puede asegurarse es que, mientras que las antiguas herejías aparecían a los ojos de todos como falsedades, el arma eficaz del Modernismo es el histrionismo, o el disfraz de la más pura ortodoxia. Utilizado de modo tan radical, sin embargo, que no vacilará en acusar de heterodoxia, o de infidelidad al Magisterio de la Iglesia, a quienes se le opongan.
    Es cierto que al menos tres Papas, inmediatamente anteriores al Concilio Vaticano II, condenaron clara y extensamente el Modernismo. Acerca de lo cual esta herejía ha trabajado inteligentemente a fin de convertir tales condenaciones en tarea inútil. Para lo que le ha bastado utilizar, con todo éxito por cierto, una de sus armas preferidas y más eficaces, cual es el historicismo. Aplicando tal filosofía a aquellas condenaciones que, según el Modernismo, fueron muy oportunas en su tiempo (puede apreciarse la ironía), es como se ha logrado que, efectivamente, sean consideradas como fruto de su tiempo y producto de una época que en la presente carecen de aplicación, por no tener ya sentido alguno. Y efectivamente, puesto que el historicismo evolucionista ha sido uno de los instrumentos manejados con más éxito por la más moderna y artera de todas las herejías.
    Según lo cual, la principal diferencia entre las herejías clásicas y el Modernismo es la que existe entre la realidad (bien que falsa, cual es la de las herejías) y la farsa, o el teatro. En aquéllas podía apreciarse fácilmente el error (que ellas no trataban de ocultar, convencidas como estaban de que defendían la verdad), mientras que el Modernismo, aun a sabiendas de que lo que pregona no coincide con lo que piensa, lo proclama, sin embargo, aunque cubriéndolo con el ropaje de la verdad, a fin de hacer pasar por blanco lo que en realidad es negro, y viceversa. En este sentido, o en cuanto que añade al error la voluntad consciente de engañar, es obligado atribuirle la especial malicia propia y peculiar del Príncipe de la Mentira. Y ya en este entorno, no es de extrañar que el Modernismo muestre una especial afición por el show, el espectáculo y por todo aquello que, a través de grandes concentraciones de público, facilite la manipulación de multitudes. Cuando falta la realidad de la verdad, se hace necesario sustituirla por los relucientes trajes y luminosos decorados que los actores utilizan en el complejo mundo de la farándula. Decía el Papa Pablo VI que el humo de Satanás se había infiltrado en la Iglesia: ¿Tal vez en la forma de actuación teatral que, en último término, es la peculiar del Modernismo? Después de todo, fue el gran Calderón quien ya dijo que el Mundo es un Teatro.

    Padre Alfonso Gálvez : The Drama of Post-Conciliar Catholicism

    The Drama of Post-Conciliar Catholicism (I) PrintE-mail
    Written by Padre Alfonso Gálvez
    Friday, 24 February 2012 20:36
    There are things that nobody –or at least almost nobody— talks about, but they are out there. The legend of the ostrich, which buries its head not to see the hunter, far from being a fable is a resounding fact in modern society. Such is the case of the tremendous crisis that modern Catholicism is experiencing; the worst in her history, according to the opinion of those who truly think. However, not only does nobody talk about it –except for a few people deemed crazy by the majority—, people are even led to believe that the Church is going through an epoch of splendor and growth. This is a further proof that Humanity today is ruled by the Prince of this World and Father of all liars –illuminating epithets attributed to Satan, which are not to be doubted because they come from the lips of Jesus Christ Himself. As to the Hierarchy of the Church, it barely alludes to the subject despite the desolation that reigns everywhere and which anyone with eyes, plus a minimum of good will, can see and easily confirm. This is how it has become possible that most Catholics are not aware that they have virtually ceased to be such, since they practice a Catholicism so far from the one lived in the Church for twenty centuries that someone could say that it is a different religion.
    Pope Paul VI already said that the smoke of Satan had entered the Church. And though he did not say what that smoke was about, today we are perfectly able to describe and explain it; although our voices, as the voice of the Precursor, are also destined to resonate in the desert.
    Well, the dense smoke about which Paul VI was talking is nothing other than the fact that Modernist doctrines have burst into the Church with the almost total absence of voices of alarm; which has led to their quick and effective dissemination with truly devastating consequences.
    Saint Pius X said that Modernism was the sum of all heresies, as posterity has proven. Truly speaking, Modernism is something whose extreme subtlety makes it particularly serious.
    Modernism is pursuing a different strategy to those used by all the heresies ever known in History. These heresies simply denied any or some of the dogmas of the Faith; unlike Modernism, which is careful not to deny anything absolutely (unless it is its last resort). Its modus operandi confines itself to skip over, say nothing, remain silent, bypassing or bracketing (challenging) the truths of the Faith to keep them wrapped in silence, first, and then to make them disappear. It is a clever and cunning tactic that is extremely effective, not to mention evil. In fact, in addition to the tactic of omission, the tactic of ambiguity or ambivalence should be added, which ultimately are the same thing, and which we will discuss later. It is ordinarily said that the experience of centuries has given the Devil wisdom. And rightly so, for the tactic now used by the Prince of Darkness is proving much more effective than all the others used by him throughout time.
    Let us examine very briefly, in a comparative way for further illustration, the doctrinal proclamations of some of the various heresies that the Church has known throughout her history.
    According to Arianism, for example, Jesus Christ is a created being. It denies, therefore, His divinity. With regard to Pelagianism, it denies the existence of original sin and the necessity of grace for salvation. Nestorianism, in turn, denies the unity of Persons in Jesus Christ; so that, according to this doctrine, there are two Persons in Christ, divine and human. The peculiarity of Donatism, however, is that it denies the validity of the sacraments given by those sacred ministers whose life is not beyond reproach. Etc.
    Modernism, however, does not deny anything, at least theoretically, unless denying is its last resort, as stated above. Nevertheless, practically and in fact, Modernism denies everything, but subtly enough to fool those who are not very discerning (often the majority of people); besides, to top it off, it attributes to itself the prerogative of the strictest orthodoxy as if it were in possession of the most authentic interpretation ever made of what Christianity is supposed to be. Since this editorial is not about making a careful study of this issue, we will only expound a few current cases to illustrate the problem.
    For example, many documents with modernist flavor –quite a few of them are even official documents in so far as they have been issued by persons who belong to the ecclesiastical Hierarchy— often state, in reference to the Trinity, that the Holy Spirit proceeds from the Father. This is true, although it must be noted that such writings are careful to omit that He also proceeds from the Son. Since this statement, taken by itself and literally, is true (but false if one considers that it silences half the truth), it often goes unnoticed and accepted as orthodox. The system used here, as can be seen, is the tactic of omission or silence, rather than simple disavowal, which is certainly much more dangerous in that it can provoke scandal or arouse the gullible. The purpose pursued with this method is easy to guess: they do not say that the Holy Spirit proceeds also from the Son with the real intention of denying the divinity of Jesus Christ (at bottom, as shown, this whole thing is a disguised Arianism). However, one has to admit the intelligence of this approach, as it always leaves an escape route, especially with a view to possible charges of heterodoxy.
      The Drama of Post-Conciliar Catholicism (II)
     The Drama of Post-Conciliar Catholicism (III)

    The Drama of Post-Conciliar Catholicism (and IV)

       
    http://www.alfonsogalvez.com/index.php/en/Table/Escritos-del-P.-Alfonso/          

      

    SSPX and the Holy See . Comunicado de la Santa Sede sobre la FSSPX . Bento XVI dá mais um tempo à FSSPX . Santa Sede ( VIS) Comunicato sulla Fraternità Sacerdotale San Pio X

    Listen to this article. Powered by Odiogo.com


    Vatican City, 16 March 2012 (VIS) - Given below is the text of a communique relating to the Society of St. Pius X, released this morning by the Holy See Press Office.

    "During the meeting of 14 September 2011 between Cardinal William Levada, prefect of the Congregation for the Doctrine of the Faith and president of the Pontifical Commission 'Ecclesia Dei', and Bishop Bernard Fellay, superior general of the Society of St. Pius X, the latter was presented with a Doctrinal Preamble, accompanied by a Preliminary Note, as a fundamental basis for achieving full reconciliation with the Apostolic See. This defined certain doctrinal principles and criteria for the interpretation Catholic doctrine, which are necessary to ensure faithfulness to the Church Magisterium and 'sentire cum Ecclesia' [means: thinking with the Church].
    "The response of the Society of St. Pius X to the aforesaid Doctrinal Preamble, which arrived in January 2012, was examined by the Congregation for the Doctrine of the Faith before being submitted to the Holy Father for his judgement. Pursuant to the decision made by Pope Benedict XVI, Bishop Fellay was, in a letter delivered today, informed of the evaluation of his response. The letter states that the position he expressed is not sufficient to overcome the doctrinal problems which lie at the foundation of the rift between the Holy See and the Society of St. Pius X.
    "At the end of today's meeting, moved by concern to avoid an ecclesial rupture of painful and incalculable consequences, the superior general of the Society of St. Pius X was invited to clarify his position in order to be able to heal the existing rift, as is the desire of Pope Benedict XVI".

    From the Website of the Holy See
    + + +

    Update:
    (Radio Vaticana):

    "Bp. Fellay is invited to clarify his position, in order to be able to heal the existing rift, as is the desire of Pope Benedict XVI, from now until April 15."


    [UPDATE - 1500 GMT]In an article on today's events, Salvatore Izzo reports the following for Italian news agency AGI:

    The Prefect of the Congregation for the Doctrine of the Faith, Cardinal William Joseph Levada, delivered [the content of the communiqué] to the Superior General of the Society, Bishop Bernard Fellay, in a conversation that lasted for over two hours ... . During today's meeting in the Palace of the Holy Office - in which the Secretary of the Congregation for the Doctrine of the Faith, Abp. Luis Francisco Ladaria, and the Secretary of the Ecclesia Dei Commission, Mgr. Guido Pozzo, also took part, while Bp. Fellay was joined by his assistant Fr. Nelly - a complete rupture was avoided by the Holy See, making it clear that Benedict XVI still expects a recomposition.
    From the blog: Rorate Caeli

    Comunicado de la Santa Sede sobre la FSSPX

    Ciudad del Vaticano, 16 de marzo de 2012 (VIS).-Publicamos a continuación el comunicado emitido esta mañana por la Oficina de Prensa de la Santa Sede relativo a la Fraternidad Sacerdotal San Pio X.

    “Durante el encuentro del 14 de septiembre de 2011 entre el cardenal William Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y presidente de la Pontificia Comisión 'Ecclesia Dei' y el obispo Bernard Fellay, Superior General de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, fue entregado a este último un 'Preámbulo doctrinal', acompañado de una 'Nota preliminar', como base fundamental para el logro de la reconciliación plena con la Sede Apostólica. Se enunciaban allí algunos principios doctrinales y criterios de interpretación de la doctrina católica necesarios para garantizar la fidelidad al Magisterio de la Iglesia y el 'sentire cum Ecclesia'.
    La respuesta de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X con respecto al 'Preámbulo doctrinal', mencionado más arriba, recibida en enero de 2012, fue sometida al examen de la Congregación para la Doctrina de la Fe y, sucesivamente, al juicio del Santo Padre. En cumplimiento de la decisión del Papa Benedicto XVI, en una carta entregada hoy se ha comunicado al obispo Fellay la evaluación de su respuesta. En la carta se observa que la posición por él expresada no es suficiente para superar los problemas doctrinales que subyacen a la fractura entre la Santa Sede y dicha Fraternidad.
    Al término del encuentro de hoy, guiado por la preocupación de evitar una ruptura eclesial de consecuencias dolorosas e incalculables, se ha invitado al Superior General de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X a aclarar su posición, a fin de que se recomponga la fractura existente, como desea el Papa Benedicto XVI”.

    VIS



    Bento XVI dá mais um tempo à FSSPX

    A esta altura todos já lemos o comunicado da Sala de Imprensa da Santa Sé relativo ao encontro entre o Cardeal William Levada, prefeito da Doutrina da Fé e presidente da Ecclesia Dei, e Dom Bernard Fellay, Superior Geral da FSSPX, ocorrido hoje em Roma.

    No curso do encontro o cardeal entregou a Dom Fellay uma carta “em obediência à decisão de Bento XVI”, na qual “se apresenta que a posição, expressa por ele [Dom Fellay], não é suficiente para superar os problemas doutrinais que estão na base da fratura entre a Santa Sé e a Fraternidade”.

    Já se esperava que a resposta da Fraternidade ao preâmbulo doutrinal não satisfaria à Santa Sé. Ocorre que, por desejo do Papa, renovou-se o convite a Dom Fellay para “esclarecer a sua posição a fim de poder chegar à recomposição da fratura existente”.

    Usam-se, no breve comunicado, duas expressões distintas: ruptura e fratura. Embora não sejam termos técnicos da teologia, parecem expressar a realidade atual (fratura - irregularidade canônica) e a que se deseja evitar (ruptura - cisma).

    O último parágrafo do comunicado deixa a situação em suspenso por mais algum tempo, desqualificando as vozes que se levantaram para dar por encerradas as tratativas com a Fraternidade. Ainda é cedo para os açodados, de ambos os lados.
    OBLATVS 

    Santa Sede ( VIS) Comunicato sulla Fraternità Sacerdotale San Pio X
    COMUNICATO SU FRATERNITÀ SACERDOTALE SAN PIO X
    Città del Vaticano, 16 marzo 2012 (VIS). Pubblichiamo di seguito il Comunicato diffuso questa mattina dalla Sala Stampa della Santa Sede relativo alla Fraternità Sacerdotale San Pio X.
    "Durante l’incontro del 14 settembre 2011 fra Sua Eminenza il Signor Cardinale William Levada, Prefetto della Congregazione per la Dottrina della Fede e Presidente della Pontificia Commissione Ecclesia Dei, e Sua Eccellenza Mons. Bernard Fellay, Superiore Generale della Fraternità Sacerdotale San Pio X, era stato consegnato a quest’ultimo un Preambolo Dottrinale, accompagnato da una Nota preliminare, quale base fondamentale per raggiungere la piena riconciliazione con la Sede Apostolica. In esso si enunciavano alcuni principi dottrinali e criteri di interpretazione della dottrina cattolica, necessari per garantire la fedeltà al Magistero della Chiesa e il 'sentire cum Ecclesia'”.
    "La risposta della Fraternità Sacerdotale San Pio X in merito al summenzionato Preambolo Dottrinale, pervenuta nel gennaio 2012, è stata sottoposta all’esame della Congregazione per la Dottrina della Fede e successivamente al giudizio del Santo Padre. In ottemperanza alla decisione di Papa Benedetto XVI, con una lettera consegnata in data odierna, si è comunicato a S.E. Mons. Fellay la valutazione della sua risposta. In essa si fa presente che la posizione, da lui espressa, non è sufficiente a superare i problemi dottrinali che sono alla base della frattura tra la Santa Sede e detta Fraternità".
    "Al termine dell’odierno incontro, guidato dalla preoccupazione di evitare una rottura ecclesiale dalle conseguenze dolorose e incalcolabili, si è rivolto l’invito al Superiore Generale della Fraternità Sacerdotale San Pio X di voler chiarificare la sua posizione al fine di poter giungere alla ricomposizione della frattura esistente, come auspicato da Papa Benedetto XVI".

    quinta-feira, 15 de março de 2012

    Benedict XVI: Mary Invites Us to Pray for More Than Ourselves



    "Because of her inner attitude of listening, Mary is able to interpret her own history, and to humbly acknowledge that it is the Lord who is acting," the Holy Father said in reference to the Annunciation.
    "In visiting her relative Elizabeth, she breaks forth into a prayer of praise and joy, and of celebration of the divine grace that filled her heart and her life, making her the Mother of the Lord (Luke 1:46-55)," he continued. "Praise, thanksgiving, joy: in the canticle of the Magnificat, Mary looks not only to what God has wrought in her, but also to what he has accomplished and continually accomplishes throughout history. In a famous commentary on the Magnificat, St. Ambrose summons us to have the same spirit of prayer. He writes: 'May the soul of Mary be in us to magnify the Lord; may the spirit of Mary be in us to exult in God.'"read...

    Benedicto XVI: aprender de María a ser una comunidad que ora


    Con María comienza la vida terrena de Jesús y con María comienzan también los primeros pasos de la Iglesia; en ambas ocasiones el clima es de escucha de Dios, de recogimiento. Hoy, por lo tanto, quisiera detenerme sobre esta presencia orante de la Virgen en el grupo de los discípulos, que serán la primera Iglesia naciente. María siguió con discreción todo el camino de su Hijo durante la vida pública, hasta el pie de la cruz, y ahora continúa siguiendo, con una oración silenciosa, el camino de la Iglesia. En la anunciación, en la casa de Nazaret, María recibe al ángel de Dios, y atenta a sus palabras, lo acoge y responde al designio divino, expresando su total disponibilidad: "He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra" (cf. Lc 1,38). María, por la misma actitud interior de escucha, es capaz de leer su propia historia, reconociendo con humildad que es el Señor el que actúa. En la visita a su pariente Isabel, prorrumpe en una oración de alabanza y de alegría, de celebración de la gracia divina que ha llenado su corazón y su vida, haciéndola la Madre del Señor (cf. Lc. 1,46-55). Alabanza, acción de gracias, alegría: en el cántico del Magnificat, María no ve solo lo que Dios ha hecho en ella, sino también a lo que hizo y hace continuamente en la historia. San Ambrosio, en un famoso comentario sobre el Magnificat, invita a tener el mismo espíritu en la oración y dice: "Que en cada uno esté el espíritu de María para alabar al Señor, y esté en cada uno el espíritu individual de María para exultar a Dios" (Expositio Evangelii secundum Lucam 2, 26: PL 15, 1561).leer...

    Papst: Von Maria beten lernen


    Betend hätten die Jünger gemeinsam mit Maria nach der Himmelfahrt Christi die verheißene Herabkunft des Hl. Geistes erwartet. So wie Jesus durch den Heiligen Geist empfangen und aus Maria geboren worden sei, so werde wiederum in die betende Gemeinschaft der Jünger mit Maria in der Mitte der Heilige Geist kommen und aus ihnen die Kirche schaffen. So begann Papst Benedikt XVI. bei der Generalaudienz einen neuen Zyklus seiner Katechesenreihe über das Gebet mit dem Gebet in der Apostelgeschichte und in den Paulusbriefen.
    In diesem Klima betender Erwartung der um Maria versammelten Jünger habe Lukas, der sein Evangelium mit Maria begonnen habe, Maria zum letzten Mal erwähnt. Maria stehe in zweifacher Hinsicht am Beginn: bei der Menschwerdung Jesu und somit am Beginn seines irdischen Lebens und am Beginn der Kirche durch die Herabkunft des Hl. Geistes auf die gemeinsam mit Maria betenden Jünger.
    „Ihre betende Gegenwart, mit der sie ihren Sohn begleitet hat bis unter das Kreuz, dauert in der Kirche fort“, so der Papst. Im Abendmahlssaal habe Maria mit den anderen um den Hl. Geist gebetet. Wie es ohne Pfingsten keine Kirche gebe, so gebe es ohne Maria kein Pfingsten.
    Zur Vertiefung dieser Gedanken zitierte der Heilige Vater den heiligen Chromatius von Aquileia mit den Worten: „Man könnte sie nicht Kirche nennen, wenn nicht Maria zugegen wäre, die Mutter des Herrn. Die Kirche ist dort, wo die Menschwerdung Christi aus der Jungfrau verkündet wird; und wo die Apostel verkünden, dort hört man das Evangelium (vgl. Sermo 30,1).“
    Die Mutter Jesu in der Kirche verehren heiße, von Maria zu lernen, betende Gemeinschaft zu sein. Dies bedeute, „nicht nur für sich selber und nicht nur in der Not zu beten, sondern in der Gemeinschaft, einmütig, beharrlich und treu zu beten und auch, wenn wir einfach Freude haben und danken dürfen.“ [jb]

    Benedetto XVI : "Il posto privilegiato di Maria è la Chiesa"




    Con Maria inizia la vita terrena di Gesù e con Maria iniziano anche i primi passi della Chiesa; in entrambi i momenti il clima è quello dell’ascolto di Dio, del raccoglimento. Oggi, pertanto, vorrei soffermarmi su questa presenza orante della Vergine nel gruppo dei discepoli che saranno la prima Chiesa nascente. Maria ha seguito con discrezione tutto il cammino di suo Figlio durante la vita pubblica fino ai piedi della croce, e ora continua a seguire, con una preghiera silenziosa, il cammino della Chiesa. Nell’Annunciazione, nella casa di Nazaret, Maria riceve l’Angelo di Dio, è attenta alle sue parole, le accoglie e risponde al progetto divino, manifestando la sua piena disponibilità: «Ecco la serva del Signore: avvenga per me secondo la tua volontà» (cfr Lc 1,38). Maria, proprio per l’atteggiamento interiore di ascolto, è capace di leggere la propria storia, riconoscendo con umiltà che è il Signore ad agire. In visita alla parente Elisabetta, Ella prorompe in uleggere...na preghiera di lode e di gioia, di celebrazione della grazia divina, che ha colmato il suo cuore e la sua vita, rendendola Madre del Signore (cfr Lc 1,46-55). Lode, ringraziamento, gioia: nel cantico del Magnificat, Maria non guarda solo a ciò che Dio ha operato in Lei, ma anche a ciò che ha compiuto e compie continuamente nella storia. Sant’Ambrogio, in un celebre commento al Magnificat, invita ad avere lo stesso spirito nella preghiera e scrive: «Sia in ciascuno l’anima di Maria per magnificare il Signore; sia in ciascuno lo spirito di Maria per esultare in Dio» (Expositio Evangelii secundum Lucam 2, 26: PL 15, 1561).

    catéchèse de Benoît XVI « A l'école de la prière de Marie »




    ROME, mercredi 14 mars 2012 (ZENIT.org) – « Marie nous enseigne la nécessité de la prière », explique Benoît XVI.
    Le pape a en effet tenu l’audience générale ce mercredi matin, 14 mars, Place Saint-Pierre, en présence quelque 20.000 visiteurs d’Italie et du monde entier.
    Benoît XVI a commencé une nouvelle série de catéchèses sur la prière dans les Actes des apôtres et les Lettres de saint Paul, centrant la méditation de ce jour sur la présence priante de Marie au milieu des apôtres.
    Catéchèse de Benoît XVI  :
    Chers frères et sœurs,
    Avec la catéchèse d’aujourd’hui, je voudrais commencer à parler de la prière dans les Actes des apôtres et dans les Lettres de saint Paul. Saint Luc nous a transmis, comme nous le savons, un des quatre évangiles, consacré à la vie terrestre de Jésus, mais il nous a aussi laissé ce que l’on a défini comme le premier livre sur l’histoire de l’Eglise, c’est-à-dire les Actes des apôtres. Dans ces deux livres, un des éléments récurrents est justement la prière, celle de Jésus et celle de Marie, celle des disciples, des femmes et de la communauté chrétienne. Le cheminement initial de l’Eglise est rythmé avant tout par l’action de l’Esprit Saint, qui transforme les apôtres en témoins du Ressuscité jusqu’à l’effusion de leur sang, et par la rapide diffusion de la Parole de Dieu vers l’Orient et l’Occident. Mais, avant que l’annonce de l’Evangile ne se répande, Luc rapporte l’épisode de l’ascension du Ressuscité (cf. Ac 1, 6-9). Le Seigneur transmet à ses disciples le programme de leur existence vouée à l’évangélisation et leur dit : « Vous allez recevoir une force, celle de l’Esprit-Saint qui descendra sur vous. lire...

    O lugar privilegiado de Maria é a Igreja



    A catequese de Bento XVI durante a Audiência Geral de ontem

      Apresentamos a catequese de Bento XVI realizada nesta quarta-feira, na Praça de São Pedro.
    ***
    Queridos irmãos e irmãs,
    Com a Catequese de hoje gostaria de começar a falar da oração nos Atos dos Apóstolos e nas Cartas de São Paulo. São Lucas nos concedeu, como sabemos, um dos quatro Evangelhos, dedicado à vida terrena de Jesus, mas nos deixou também aquele que foi definido como primeiro livro sobre a história da Igreja, isto é, os Atos dos Apóstolos.
    Em ambos este livros, um dos elementos recorrentes é justamente a oração, desde aquela de Jesus àquela de Maria, dos discípulos, das mulheres e da comunidade cristã. O caminho inicial da Igreja permaneceu, antes de tudo, é conduzido pela ação do Espírito Santo, que transforma os Apóstolos em testemunhas do Ressuscitado, até a efusão do sangue, e pela rápida difusão da Palavra de Deus no Oriente e no Ocidente.

    Todavia, antes que o anúncio do Evangelho se difunda, Lucas traz o episódio da Ascenção do Ressuscitado (cfr At 1,6-9). Aos discípulos, o Senhor entrega o programa de existência deles: a dedicação à evangelização. E diz: “Descerá sobre vós o Espírito Santo e vos dará força; e sereis minhas testemunhas em Jerusalém,em toda Judéia e Samaria e até os confins do mundo” (At 1,8).
    Em Jerusalém, os Apóstolos permaneceram em onze, por causa da traição de Judas Iscariotes, eles permaneceram em casa para rezar, e é justamente na oração que esperam o dom prometido por Cristo Ressuscitado: o Espírito Santo.
    Neste contexto de espera, entre a Ascenção e o Pentecostes, São Lucas menciona por fim, Maria, a Mãe de Jesus e seus familiares (v. 14). A Maria é dedicado o início de seu Evangelho, do anúncio do Anjo ao nascimento e a infância do Filho de Deus que se fez homem. Com Maria inicia a vida terrena de Jesus e com Maria iniciam-se também os primeiros passos da Igreja; em ambos os momento,s o clima é de escuta de Deus, de recolhimento.
    Hoje, portanto, queria dedicar-me a esta presença orante da Virgem no grupo dos discípulos que serão a primeira Igreja nascente. Maria seguiu com discrição todo o caminho de seu Filho durante a vida pública até os pés da cruz, e agora continua a seguir, com uma oração silenciosa, o caminho da Igreja.
    Na Anunciação, na casa de Nazaré, Maria recebe o Anjo de Deus, é atenta às suas palavras, as acolhe e responde ao projeto divino, manifestando sua plena disponibilidade: “Eis aqui a serva do Senhor: faça-se em mim segundo Sua vontade” (cfr Lc 1,38).
    Maria, por uma atitude interior de escuta, é capaz de ler a própria história, reconhecendo com humildade que é o Senhor a agir. Ao visitar a prima Isabel, ela exulta numa oração de louvor e alegria, de celebração pela graça divina, que encheu seu coração de vida, rendendo-a Mãe do Senhor (cfr Lc 1,46-55).
    Louvor, agradecimento e alegria: no canto do Magnificat, Maria não olha só aquilo que Deus operou nela, mas também aquilo que se cumpriu e se cumpre continuamente na história.

    Santo Ambrósio, em um célebre comentário sobre o Magnificat, convida a ver o mesmo espírito de oração e escreve: “Esteja em cada um a alma de Maria que engrandece o Senhor, esteja em todos o espírito de Maria que exulta em Deus” (Expositio Evangelii secundum Lucam 2, 26: PL 15, 1561).
    Mesmo no Cenáculo, em Jerusalém, no “quarto no piso superior, onde normalmente se reuniam”, os discípulos de Jesus (cfr At 1,13), em um clima de escuta e oração, ela estava presente, antes de abrirem-se as portas e começar a anunciar Cristo Senhor a todos os povos, ensinando a observar tudo aquilo que Ele havia ordenado (cfr Mt 28,19-20).
    As etapas do caminho de Maria, da casa de Nazaré àquela de Jerusalém, passando pela Cruz onde o Filho a confia ao apóstolo João, são marcadas pela capacidade de manter um perseverante clima de recolhimento, para meditar cada acontecimento no silêncio de seu coração, diante de Deus (cfr Lc 2,19-51) e na meditação diante de Deus também compreende a vontade de Deus e a capacidade de aceitá-la interiormente.
    A presença da Mãe de Deus com os Onze, depois da Ascenção, não é uma simples anotação histórica de uma coisa do passado, mas assume um significado de grande valor, porque com eles, ela partilha aquilo que para ela é mais precioso: a memória viva de Jesus, na oração; partilha a missão de Jesus, conserva a memória de Jesus e, assim, conserva sua presença.
    A última referência a Maria nos dois escritos de São Lucas é colocado no dia de sábado: o dia do descanso de Deus, depois da Criação, o dia do silêncio depois da Morte de Jesus e de espera de Sua Ressurreição. É sobre este episódio que se enraíza a tradição de Santa Maria no Sábado.
    Entre a Ascenção do Ressuscitado e o primeiro Pentecostes cristão, os Apóstolos e a Igreja se reúnem com Maria para esperar com ela pelo dom do Espírito Santo, sem o qual não se pode tornar testemunha. Ela que já o reconhece por ter gerado o Verbo encarnado, divide com toda Igreja este mesmo dom, para que no coração de cada crente “seja formado Cristo” (cfr Gal 4,19). Se não há Igreja sem Pentecostes, não há também Pentecostes sem a Mãe de Jesus, porque Ela viveu de modo único aquilo que a Igreja experimenta todos os dias sob a ação do Espírito Santo.

    São Cromácio de Aquiléia comenta assim sobre o registro dos Atos dos Apóstolos: “Na verdade, a Igreja foi congregada na  sala do andar superior com Maria, que era a Mãe de Jesus e com os Seus irmãos. Não se pode, portanto, falar de Igreja se aí não estiver presente Maria, a mãe do Senhor... Na Igreja de Cristo é pregada a Encarnação de Cristo na Virgem, e onde pregam os apóstolos, que são irmãos do Senhor, lá se escuta o Evangelho”(Sermo 30,1: SC 164, 135).
    O Concílio Vaticano II quis destacar, de modo particular, esta ligação que se manifesta visivelmente na oração de Maria junto aos apóstolos, no mesmo lugar, na espera pelo Espírito Santo. A Constituição dogmática Lumen gentium afirma: “Tendo sido do agrado de Deus não manifestar solenemente o mistério da salvação humana antes que viesse o Espírito prometido por Cristo, vemos que, antes do dia de Pentecostes, os Apóstolos «perseveravam unânimemente em oração, com as mulheres, Maria Mãe de Jesus e Seus irmãos» (Act. 1,14); e vemos também Maria implorando, com as suas orações, o dom daquele Espírito, que já sobre si descera na anunciação” (n. 59). “O lugar privilegiado de Maria é a Igreja, onde é “saudada como membro eminente e inteiramente singular... e modelo perfeitíssimo na fé e na caridade” (ibid., n. 53).
    Venerar a Mãe de Jesus na Igreja significa ainda aprender com ela a ser comunidade que reza: é esta uma das notas essenciais da primeira descrição da comunidade cristã delineada nos Atos dos Apóstolos (cfr 2,42).
    Normalmente a oração é ditada a partir de situações de dificuldade, problemas pessoais que levam a dirigir-se ao Senhor para ter luz, conforto e ajuda. Maria convida a abrir as dimensões da oração, a dirigir-se a Deus não somente na necessidade e não somente para si mesmo, mas de modo unânime, perseverante, fiel, com um “coração só e uma alma só” (cfr At 4,32).

    Queridos amigos, a vida humana atravessa diversas fases de passagem, normalmente difíceis e empenhativas, que pedem escolhas obrigatórias, renuncias e sacrifícios.A Mãe de Jesus foi colocada pelo Senhor em momentos decisivos da história da salvação e ela soube responder sempre com plena disponibilidade, fruto de uma ligação profunda com Deus amadurecida na oração assídua e intensa.

    Entre a Sexta-feira da Paixão e o Domingo da Ressurreição, a ela foi confiado o discípulo predileto e com ele toda a comunidade dos discípulos (cfr Jo 19,26).
    Entre a Ascenção e o Pentecostes, ela se encontra com e na Igreja em oração (cfr At 1,14). Mãe de Deus e Mãe da Igreja, Maria exercita esta sua maternidade até o fim da história. Confiamos a ela cada fase da passagem da nossa existência pessoal e eclesial, até nossa passagem final. Maria nos ensina a necessidade de orar e nos indica que só com a ligação constante, íntima, plena de amor com seu Filho podemos sair da “nossa casa”, de nós mesmos, com coragem, para conquistar os confins do mundo e anunciar em qualquer lugar o Senhor Jesus Salvador do mundo.Obrigado.
    (Tradução:CN notícias)