sábado, 27 de abril de 2013

MISA EN SANTA MARTA: EL CAMINO DE LA FE NO ES ALIENANTE

 
 
Ciudad del Vaticano, 26 abril 2013 (VIS).- El camino de la fe no es alienante , es una preparación para llegar a nuestro destino definitivo. Estas han sido las palabras del Papa durante la homilía de la misa celebrada esta mañana en la Casa de Santa Marta y a la que han asistido algunos empleados de la Tipografía Vaticana, de la Oficina de Trabajo de la Sede Apostólica (ULSA) y miembros del Cuerpo de Gendarmes.
Francisco ha comentado la frase que Jesús dice a sus discípulos en el evangelio de hoy: "No se turbe vuestro corazón". “Son palabras muy hermosas -ha dicho el Papa- En un momento de despedida, Jesús habla con el corazón en la mano. Sabe que sus discípulos están tristes y ... empieza a hablarles de aquel que será su destino definitivo, el cielo. Les dice “Tened fe en Dios y en mí... Como si fuera un ingeniero o un arquitecto les dice lo que va a hacer: “ Voy a prepararos un lugar, en la casa de mi Padre hay muchas moradas”. Y Jesús va a buscarnos un lugar”.
Preparar un lugar "es preparar nuestra capacidad de disfrutar de la oportunidad - nuestra oportunidad - para ver, sentir, entender la belleza de lo que está por venir, de esa patria hacia la cual caminamos ... Toda la vida cristiana es un trabajo de Jesús, del Espíritu Santo, para prepararnos un sitio, para preparar nuestros ojos para ver.. nuestros oídos para escuchar. Nuestra alma necesita estar preparada para contemplar el rostro maravilloso de Jesús. Y sobre todo, preparar nuestro corazón... para amar, y amar más”
En el camino de la vida - ha reiterado el Pontífice - el Señor prepara nuestros corazones “con las pruebas, con el consuelo, con las tribulaciones, con las cosas buenas... Todo el viaje de la vida es un camino de preparación. A veces el Señor tiene que hacerlo rápidamente, como hizo con el buen ladrón: tenía sólo unos pocos minutos para prepararlo y lo hizo. Pero en la vida normal es de otra forma ¿no?: Es ir preparándose ...para llegar a esa patria, que es la nuestra”.
Pero alguno dice “que todos estos pensamientos son una alienación... que la vida es ésta, lo concreto, y más allá no se sabe lo que hay.. Jesús nos dice que no es así: "Tened fe en mí también”, dice . Lo que te digo es la verdad: yo no hago trampas, no te engaño ".
"Prepararse para el cielo -ha acabado el Obispo de Roma- es comenzar a saludarlo desde lejos. Esto no es alienante: esta es la verdad; es dejar que Jesús prepare nuestro corazón para una belleza tan grande. Es el camino de la belleza, es el camino de regreso a la patria... ¡Que Dios nos conceda esperanza, valor y humildad para dejar que el Señor nos prepare un lugar!”

MESSA A SANTA MARTA: IL CAMMINO DI FEDE NON È ALIENAZIONE


 
Città del Vaticano, 26 aprile 2013 (VIS). "La fede non è alienazione ma cammino di verità per prepararsi a vedere il volto meraviglioso di Dio". Queste le parole del Papa durante l'omelia della Messa celebrata questa mattina nella Domus Sanctae Marthae. Alla Messa hanno assistito alcuni dipendenti della Tipografia Vaticana, della Gendarmeria e dell’Ulsa, l’Ufficio del Lavoro della Sede Apostolica.
Papa Francesco ha commentato la frase che Gesù dice ai discepoli nel Vangelo di oggi: “Non sia turbato il vostro cuore”. “Queste parole di Gesù sono proprio parole bellissime - ha detto il Papa - In un momento di congedo, Gesù parla ai suoi discepoli, ma proprio dal cuore. Lui sa che i suoi discepoli sono tristi (...). E comincia a parlare di che? Del cielo, della patria definitiva. 'Abbiate fede anche in me': io rimango fedele, è come se dicesse quello, no? ... Con la figura dell'ingegnere, dell'architetto dice loro quello che andrà a fare: 'Vado a prepararvi un posto, nella casa del Padre mio vi sono molte dimore'. E Gesù va a prepararci un posto".
"Cosa significa ‘preparare il posto’? - si chiede il Papa - 'Preparare il posto’ è preparare la nostra possibilità di godere, la possibilità - la nostra possibilità - di vedere, di sentire, di capire la bellezza di quello che ci aspetta, di quella patria verso la quale noi camminiamo. E tutta la vita cristiana è un lavoro di Gesù, dello Spirito Santo per prepararci un posto, prepararci gli occhi per poter vedere… (...) Gli occhi nostri, gli occhi della nostra anima hanno bisogno, hanno necessità di essere preparati per guardare quel volto meraviglioso di Gesù. (...) E principalmente preparare il cuore: preparare il cuore per amare, amare di più”.
"Nel cammino della vita - ha sottolineato il Papa - il Signore prepara il nostro cuore 'con le prove, con le consolazioni, con le tribolazioni, con le cose buone' (...) Tutto il cammino della vita è un cammino di preparazione. Alcune volte il Signore deve farlo in fretta, come ha fatto con il buon ladrone: aveva soltanto pochi minuti per prepararlo e l’ha fatto. Ma la normalità della vita è andare così, no?: lasciarsi preparare il cuore, gli occhi, l’udito per arrivare a questa patria. Perché quella è la nostra patria".
"'Ma, Padre, io sono andato da un filosofo e mi ha detto che tutti questi pensieri sono una alienazione, (...) che la vita è questa, il concreto, e di là non si sa cosa sia…’. Alcuni la pensano così… ma Gesù ci dice che non è così e ci dice: ‘Abbiate fede anche in me’. Questo che io ti dico è la verità: io non ti truffo, io non ti inganno”.
“Prepararsi al cielo - ha detto infine il Papa - è incominciare a salutarlo da lontano. Questa non è alienazione: questa è la verità, questo è lasciare che Gesù prepari il nostro cuore, i nostri occhi per quella bellezza tanto grande. È il cammino della bellezza (...) il cammino del ritorno alla patria. Che il Signore ci dia 'questa speranza forte', il coraggio e anche l’umiltà di lasciare che il Signore prepari la dimora, 'la dimora definitiva, nel nostro cuore, nei nostri occhi e nel nostro udito'. Così sia”.

SE ALISTA EL REGRESO DE BENEDICTO XVI AL VATICANO

 



Tras la “mudanza”, por primera vez en la historia convivirán dos Papas en El Vaticano, uno emérito y el otro reinante.

Todo está listo para el regreso de Benedicto XVI al Vaticano la próxima semana, luego de permanecer poco más de dos meses en la residencia de Castel Gandolfo, tras la entrada en vigor de su renuncia al pontificado.
Joseph Ratzinger se trasladó a las villas pontificias la tarde del pasado 28 de febrero, pocas horas antes de convertirse en Papa emérito y del inicio del periodo de sede vacante que concluyó con la elección del argentino Jorge Mario Bergoglio como nuevo pontífice.
El mismo Benedicto XVI eligió su residencia antes de su retiro, en la cual estará “escondido del mundo”, como anunció en uno de sus últimos discursos públicos.
Se trata de un edificio construido a inicios del siglo XX, ubicado en la parte posterior del territorio vaticano y con vista a la Basílica de San Pedro.
Según anticipó el portavoz vaticano Federico Lombardi, con Benedicto XVI vivirán las cuatro mujeres consagradas de la comunidad “memores domini” que lo ayudaban con sus labores domésticas y su secretario personal Georg Gaenswein, también prefecto de la Casa Pontificia.
En el monasterio también habrá lugar para recibir al hermano del Papa emérito, Georg Ratzinger, y para un diácono alemán que se ha añadido a la pequeña “familia pontificia” y que ayuda al pontífice cuando Gaenswein se encuentra en el Palacio Apostólico.

Tras la “mudanza”, por primera vez en la historia convivirán dos Papas en El Vaticano, uno emérito y el otro reinante.

De hecho, el Papa Francisco residirá a escasos centenares de metros, en la residencia de Santa Marta, donde “se encuentra muy a gusto”, según confirmó Lombardi.
Visto aqui: EcceChristianus

El obispo auxiliar de Melbourne asiste a una Santa Misa Tridentina de Réquiem. Santa Misa Tridentina en Mataró, Barcelona (España). Vigilia Pascual y Santa Misa Tridentina del Domingo de Pascua (18): Blackfen (Reino Unido). Triduo Sacro en la Forma Extraordinaria en Detroit (EE.UU.) . El Arzobispo de Louisville (EE.UU.)


quinta-feira, 25 de abril de 2013

POPE FRANCIS AT GENERAL AUDIENCE: KEY AT FINAL JUDGEMENT WILL BE LOVE

atican City, 24 April 2013 (VIS) – Pope Francis dedicated the catechesis of his Wednesday general audience to three Gospel texts that help us to enter into the mystery of one of the truths professed in the Creed: that Jesus “will come again in glory to judge the living and the dead”. The three texts are: the parable of the ten virgins; the parable of the talents; and the final judgement. They all form part of Jesus' teaching on the end of time in the Gospel of St. Matthew.

Before the more than 75,000 persons filling St. Peter's Square, the Holy Father spoke of the “'immediate time' between Jesus' first and final comings, which is precisely the time in which we are living. The parable of the ten virgins is located within this context.”They are awaiting the Bridegroom but fall asleep because he is late in arriving. Five of them, who are wise, keep oil aside and can light their lamps when the Bridegroom arrives unexpectedly. The other, foolish ones, do not have it and, while they look for it, the nuptial celebrations have already begun and the door to enter into the banquet is closed to them.

The Bridegroom is the Lord and the time of awaiting his arrival is the time that He gives us, with mercy and patience, before his final coming. It is a time of vigilance, a time in which we must keep the lamps of faith, hope, and love lit. [It is a time] to keep our hearts open to the good, to beauty, and to truth; a time to live according to God because we do not know either the day or the hour of Christ's return. What is asked of us is to be prepared for the encounter, which means knowing how to read the signs of his presence, to keep our faith alive with prayer and the Sacraments, and to be vigilant so as not to fall asleep, not to forget God. The life of Christians who are sleeping is a sad life, not a happy life. Christians must be happy, [feeling] the joy of Jesus.”

The second parable, of the talents, “makes us reflect on the relationship between how we use the gifts we have received from God and his return when he will ask us how we have used them. … This tells us that our awaiting the Lord's return is a time of action …time to make the most of God's gifts, nor for ourselves, but for him, for the Church, for others. [It is] the time in which to always seek to make good grow in the world. Particularly in this time of crisis, today, it is important not to be locked up in ourselves, removing our talents, our spiritual and material riches, everything that the Lord has given us, but to open ourselves, to be compassionate, to be attentive to others.”

In the square today there are many young persons. Is this true? Are there many youth? Where are they? To you, who are at the beginning of life's path, I ask: have you thought of the talents that God has given you? Have you thought of how to put them at the service of others? Don't take your talents away! Bet on great ideals, those ideals that enlarge our hearts, those ideals of service that make your talents fruitful. We were not given life so that we might hold it back, jealously, for ourselves, but it was given to us so that we might offer it. Dear young persons, you have great souls! Don't be afraid to dream of great things!”

The Holy Father then spoke of the story of the final judgement that tells of the second coming of the Lord when He will judge all human beings, living and dead. At his right hand will be those who have acted in accordance with God's will, helping the hungry, the thirsty, the foreigner, the naked, the ill, the imprisoned—I said 'foreigner'. I am thinking of all the foreigners who are here in the Diocese of Rome. What are we doing for them?“ the Pope asked.

In the story, at the Lord's left hand are those who did not assist their neighbour. “This tells us that we will be judged by God on charity, on how we have love our brothers and sisters, especially the weakest and most needy of them. Of course, we always have to keep in mind that we are judged, we are saved by grace, by an act of God's gratuitous love that always precedes us. Alone we can do nothing. Faith is foremost a gift that we have received. But, to bear fruit, God's grace always requires our openness to him, our free and concrete response. Christ comes to bring us the mercy of the God who saves. We have been asked to entrust ourselves to him, to make our good lives—made of deeds inspired by faith and love—match the gift of his love.”

Looking to the final judgement must never frighten us,” the pontiff concluded. “Rather, it urges us to live the present better. With mercy and patience, God offers us this time so that we might learn every day to recognize him in the poor and the small, might strive for the good, and might be vigilant in prayer and love. The Lord, at the end of our existence and of history, may then recognize us as good and faithful servants.”

Pape François a tenu sa catéchèse au mystère du retour de Jésus "dans la gloire pour juger les vivants et les morts".

JUGEMENT DERNIER ET AMOUR

Cité du Vatican, 24 avril 2013 (VIS). Ce matin Place St.Pierre, le Pape François a tenu l'audience générale devant 75.000 personnes, consacrant sa catéchèse au mystère du retour de Jésus "dans la gloire pour juger les vivants et les morts". Il a évoqué le temps intermédiaire que nous vivons entre la première venue du Christ et son retour glorieux, en parlant des trois épisodes évangéliques relatifs aux dix vierges en attente d'un époux, à la parabole des talents et au jugement dernier. L'époux attendu est "le Seigneur et son attente correspond au temps qu'il nous accorde, avec patience et miséricorde, avant son retour. C'est l'immédiat, un temps de vigilance où il faut garder allumée la lampe de la foi, de l'espérance et de la charité, où il faut rester ouverts au bien, au beau et au vrai, pour vivre selon Dieu. Si nous ignorons l'heure et la date du retour de Jésus-Christ, il nous est demandé d'être prêts à sa rencontre, de reconnaître les signes de sa présence, de maintenir la foi par la prière et les sacrements, de ne pas nous endormir en oubliant Dieu. Les chrétiens endormis ont une vie triste, alors que le chrétien est appelé à la joie de Jésus".

La parabole des talents "permet de réfléchir à la manière dont nous employons les dons de Dieu en rapport au retour de Jésus, lorsqu'il nous demandera compte de leur usage... Ainsi l'attente de son retour est elle un temps d'action, pendant lequel il faut faire fructifier ces dons non pour nous mais pour lui, l'Eglise et les autres afin de faire grandir le bien dans ce monde. Avec l'actuelle crise il est important de ne pas se replier sur soi en cachant nos talents, d'être solidaires et attentifs à autrui. C'est ensevelir toute notre richesse, spirituelle, intellectuelle et matérielle sans souci des besoins de l'autre. Aux nombreux jeunes présents ici, qui sont dans la première phase de l'existence, je demande s'ils pensent aux talents reçus de Dieu et à la manière de les mettre au service des autres? N'enterrez pas vos talents et visez aux idéaux qui ouvrent les coeurs et rendent féconds les talents reçus. La vie n'est pas offerte pour être jalousement gardée mais pour être généreusement donné. N'ayez pas peur de réaliser de grandes choses!".

Pour finir le Pape François a parlé de la seconde venue du Seigneur et du Jugement dernier. L'image de Matthieu montrant le berger séparant les chèvres des brebis montre que "nous serons jugés par Dieu sur la charité et l'amour envers les frères, en particulier les plus faibles et nécessiteux. Certes, nous sommes justifiés et sauvés par la grâce, par un acte d'amour gratuit antérieur puisqu'il nous précède. Seuls nous ne pouvons rien et la foi est avant tout un don. Mais pour porter du fruit la grâce a besoin de notre disponibilité, d'une réponse libre et complète. Le Christ est venu nous apporter la miséricorde divine qui sauve, tandis qu'il nous est demandé de lui faire confiance, de répondre à cet amour par une vie toute animée par la foi et l'amour. N'ayons pas peur du Jugement dernier. Que cette perspective nous engage plutôt à mieux vivre le présent, ce temps immédiat que Dieu nous offre avec patience et miséricorde, qui nous permet de le reconnaître dans les pauvres et les petits. Agissons pour le bien et soyons vigilants dans la prière et dans l'amour, afin qu'à l'issue de notre existence terrestre et de l'histoire il puisse nous reconnaître comme de bons et fidèles serviteurs".

UDIENZA GENERALE: IL GIUDIZIO FINALE CI SPINGA AD AZIONI ANIMATE DALLA FEDE E DALL'AMORE




 

Città del Vaticano, 24 aprile 2013 (VIS). Il Santo Padre Francesco ha dedicato la catechesi dell'Udienza Generale del mercoledì a tre testi evangelici che aiutano ad entrare nel mistero di una delle verità che si professano nel Credo: Gesù "di nuovo verrà nella gloria per giudicare i vivi e i morti". I tre testi sono quello delle dieci vergini, quello dei talenti e quello del giudizio finale. Tutti e tre fanno parte del discorso di Gesù sulla fine dei tempi, nel Vangelo di San Matteo.

Davanti alle 75.000 persone che gremivano Piazza San Pietro, il Santo Padre ha parlato del "tempo immediato", tra la prima venuta di Cristo e l'ultima, che è proprio il tempo che stiamo vivendo. In questo contesto si colloca la parabola delle dieci vergini che aspettano lo Sposo, ma questi tarda ed esse si addormentano. "All’annuncio improvviso che lo Sposo sta arrivando, tutte si preparano ad accoglierlo, ma mentre cinque di esse, sagge, hanno olio per alimentare le proprie lampade, le altre, stolte, restano con le lampade spente perché non ne hanno; e mentre lo cercano giunge lo Sposo e le vergini stolte trovano chiusa la porta che introduce alla festa nuziale. Bussano con insistenza, ma ormai è troppo tardi, lo Sposo risponde: non vi conosco. Lo Sposo è il Signore, e il tempo di attesa del suo arrivo è il tempo che Egli ci dona, a tutti noi, con misericordia e pazienza, prima della sua venuta finale; è un tempo di vigilanza; tempo in cui dobbiamo tenere accese le lampade della fede, della speranza e della carità, in cui tenere aperto il cuore al bene, alla bellezza e alla verità; tempo da vivere secondo Dio, poiché non conosciamo né il giorno, né l’ora del ritorno di Cristo. Quello che ci è chiesto è di essere preparati all’incontro- preparati ad un incontro, ad un bell'incontro, l'incontro con Gesù-, che significa saper vedere i segni della sua presenza, tenere viva la nostra fede, con la preghiera, con i Sacramenti, essere vigilanti per non addormentarci, per non dimenticarci di Dio. La vita dei cristiani addormentati è una vita triste, non è una vita felice. Il cristiano dev'essere felice, la gioia di Gesù. Non addormentarci!".

"La seconda parabola, quella dei talenti, ci fa riflettere sul rapporto tra come impieghiamo i doni ricevuti da Dio e il suo ritorno, in cui ci chiederà come li abbiamo utilizzati (...) Un cristiano che si chiude in se stesso, che nasconde tutto quello che il Signore gli ha dato è un cristiano... non è cristiano! Èun cristiano che non ringrazia Dio per tutto quello che gli ha donato! Questo ci dice che l’attesa del ritorno del Signore è il tempo dell’azione - noi siamo nel tempo dell'azione - il tempo in cui mettere a frutto i doni di Dio non per noi stessi, ma per Lui, per la Chiesa, per gli altri, il tempo in cui cercare sempre di far crescere il bene nel mondo. E in particolare in questo tempo di crisi, oggi, è importante non chiudersi in se stessi, sotterrando il proprio talento, le proprie ricchezze spirituali, intellettuali, materiali, tutto quello che il Signore ci ha dato, ma aprirsi, essere solidali, essere attenti all’altro. Nella piazza, ho visto che ci sono molti giovani: è vero, questo? Ci sono molti giovani? Dove sono? A voi, che siete all’inizio del cammino della vita, chiedo: Avete pensato ai talenti che Dio vi ha dato? Avete pensato a come potete metterli a servizio degli altri? Non sotterrate i talenti! Scommettete su ideali grandi, quegli ideali che allargano il cuore, quegli ideali di servizio che renderanno fecondi i vostri talenti. La vita non ci è data perché la conserviamo gelosamente per noi stessi, ma ci è data perché la doniamo. Cari giovani, abbiate un animo grande! Non abbiate paura di sognare cose grandi!".

"Infine, una parola sul brano del giudizio finale, in cui viene descritta la seconda venuta del Signore, quando Egli giudicherà tutti gli esseri umani, vivi e morti. L’immagine utilizzata dall’evangelista è quella del pastore che separa le pecore dalle capre. Alla destra sono posti coloro che hanno agito secondo la volontà di Dio, soccorrendo il prossimo affamato, assetato, straniero, nudo, malato, carcerato, -ho detto 'straniero': penso a tanti stranieri che sono qui nella diocesi di Roma: cosa facciamo per loro? - si è domandato il Papa -mentre alla sinistra vanno coloro che non hanno soccorso il prossimo. Questo ci dice che noi saremo giudicati da Dio sulla carità, su come lo avremo amato nei nostri fratelli, specialmente i più deboli e bisognosi. Certo, dobbiamo sempre tenere ben presente che noi siamo giustificati, siamo salvati per grazia, per un atto di amore gratuito di Dio che sempre ci precede; da soli non possiamo fare nulla. La fede è anzitutto un dono che noi abbiamo ricevuto. Ma per portare frutti, la grazia di Dio richiede sempre la nostra apertura a Lui, la nostra risposta libera e concreta. Cristo viene a portarci la misericordia di Dio che salva. A noi è chiesto di affidarci a Lui, di corrispondere al dono del suo amore con una vita buona, fatta di azioni animate dalla fede e dall'amore".

"Cari fratelli e sorelle, guardare al giudizio finale non ci faccia mai paura - ha concluso il Pontefice - ci spinga piuttosto a vivere meglio il presente. Dio ci offre con misericordia e pazienza questo tempo affinché impariamo ogni giorno a riconoscerlo nei poveri e nei piccoli, ci adoperiamo per il bene e siamo vigilanti nella preghiera e nell’amore. Il Signore, al termine della nostra esistenza e della storia, possa riconoscerci come servi buoni e fedeli". Vis

Papa Francisco: encontrar Jesus fora da Igreja não é possível.



Cidade do Vaticano, 23 abr 2013 (Ecclesia)

– O Papa presidiu hoje no Vaticano à missa evocativa de São Jorge, nome próprio de Francisco, tendo afirmado que “encontrar Jesus fora da Igreja não é possível”, revela a Rádio Vaticano.

Na celebração que decorreu na Capela Paulina com a participação de dezenas de cardeais, Francisco recordou que o Papa Paulo VI (1897-1978) dizia ser “uma dicotomia absurda querer viver com Jesus sem a Igreja, seguir Jesus fora da Igreja, amar Jesus sem a Igreja”.
“A identidade cristã é uma pertença à Igreja, à Igreja mãe”, acrescentou.

A Igreja está entre as “perseguições do mundo” e a “consolação” de Deus, afirmou Francisco na homilia da eucaristia evocatória do mártir que o rito católico, sírio e bizantino assinalam a 23 de abril.

“No momento em que começa a perseguição, começa a atividade missionária da Igreja”, sublinhou Francisco, referindo-se à tradição associada a São Jorge, que terá sido morto cerca do ano 303 ao testemunhar a fé, aquando das persecuções aos cristãos ordenados pelo imperador romano Diocleciano.

O Papa frisou que esta expansão da mensagem cristã se deveu à ação do “Espírito Santo”, mesmo perante a desconfiança de alguns dos responsáveis pela comunidade de crentes.
“Pensemos hoje na missionariedade da Igreja, nos que saíram de si próprios, nos que tiveram a coragem de anunciar Jesus aos gregos - coisa quase escandalosa naquele tempo -, nesta mãe Igreja que cresce, cresce, com novos filhos aos quais dá a identidade de fé. Não se pode acreditar em Jesus sem a Igreja, di-lo o próprio Jesus”, prosseguiu.

Ao começar a homilia, Francisco dirigiu uma saudação aos membros do Colégio Cardinalício presentes: “Obrigado porque me sinto bem acolhido por vós. Obrigado. Sinto-me bem convosco”.

O decano (presidente) deste colégio, D. Angelo Sodano, apresentou uma mensagem de felicitações no início da celebração, pedindo o dom da “fortaleza” e lembrando os que sofrem “por causa da sua fé”.

No fim da missa Francisco deteve-se por instantes, em oração, diante de um ícone da Virgem Maria.

Jorge Mario Bergoglio nasceu a 17 de dezembro de 1936 em Buenos Aires, tornou-se arcebispo da capital argentina em 1998, foi criado cardeal em 2001 e eleito Papa a 13 de março de 2013.

São Jorge, cavaleiro que abandonou o exército romano quando da sua conversão ao cristianismo, era venerado desde o século IV na Palestina, onde havia uma igreja levantada em sua honra, e o seu culto propagou-se pelo Oriente e Ocidente, tornando-se patrono de vários países, cidades e instituições civis e eclesiais, como os Escuteiros.

Sepultado em Lod, próximo de Telavive, em Israel, o mártir São Jorge é habitualmente representado na iconografia cristã montado a cavalo, lutando contra um dragão que simboliza as forças do mal.

Cf

AUDIENCIA GENERAL DE S.S. FRANCISCO: CREO EN JESUCRISTO QUE VENDRÁ A JUZGAR A VIVOS Y MUERTOS . EXTRACTOS DE LA HOMILÍA DEL SANTO PADRE EN LA CELEBRACIÓN DE SU SANTO

AUDIENCIA GENERAL DE S.S. FRANCISCO: CREO EN JESUCRISTO QUE VENDRÁ A JUZGAR A VIVOS Y MUERTOS

¡Hermanos y hermanas, buenos días!
En el Credo profesamos que Jesús "de nuevo vendrá con gloria para juzgar a los vivos y a los muertos". La historia humana comienza con la creación del hombre y la mujer a imagen y semejanza de Dios y concluye con el juicio final de Cristo. A menudo nos olvidamos de estos dos polos de la historia, y sobre todo la fe en el regreso de Cristo y en el juicio final a veces no está tan clara y sólida en el corazón de los cristianos. Jesús durante su vida pública, a menudo ha reflexionado sobre la realidad de su venida final.
La parábola de la diez vírgenes
Sobre todo recordamos que, con la Ascensión, el Hijo de Dios ha llevado al Padre nuestra humanidad que Él asumió y quiere atraernos a todos hacia sí mismo, llamar a todo el mundo para ser recibido en los brazos abiertos de Dios, para que, al final de la historia, toda la realidad sea entregada al Padre. Hay, sin embargo, este "tiempo intermedio” entre la primera venida de Cristo y la última, que es precisamente el momento que estamos viviendo. En este contexto se coloca la parábola de las diez vírgenes (cf. Mt 25,1-13). Se trata de diez muchachas que esperan la llegada del Esposo, pero tarda y ellas se duermen. Ante el repentino anuncio de que el Esposo está llegando, todas se preparan para recibirlo, pero mientras cinco de ellas, prudentes, tienen el aceite para alimentar sus lámparas, las otras, necias, se quedan con las lámparas apagadas, porque no lo tienen, y mientras buscan al Esposo que llega, las vírgenes necias encuentran cerrada la puerta que conduce a la fiesta de bodas. Llaman con insistencia, pero es demasiado tarde, el esposo responde: no os conozco. El Esposo es el Señor, y el tiempo de espera de su llegada es el tiempo que Él se nos da, con misericordia y paciencia, antes de su llegada final, tiempo de la vigilancia; tiempo en que tenemos que mantener encendidas las lámparas de la fe, de la esperanza y de la caridad, donde mantener abierto nuestro corazón a la bondad, a la belleza y a la verdad; tiempo que hay que vivir de acuerdo a Dios, porque no conocemos ni el día, ni la hora del regreso de Cristo. Lo que se nos pide es estar preparados para el encuentro: preparados a un encuentro, a un hermoso encuentro, el encuentro con Jesús, que significa ser capaz de ver los signos de su presencia, mantener viva nuestra fe, con la oración, con los Sacramentos, estar atentos para no caer dormidos, para no olvidarnos de Dios. La vida de los cristianos dormidos es una vida triste, ¿eh?, no es una vida feliz. El cristiano debe ser feliz, la alegría de Jesús... ¡No se duerman!
Parábola de los talentos
La segunda parábola, la de los talentos, nos hacen reflexionar sobre la relación entre la forma en que usamos los dones recibidos de Dios y su regreso, cuando nos pedirá cómo los hemos utilizado (cf. Mt 25,14-30). Conocemos bien la historia: antes de salir de viaje, el dueño da a cada siervo algunos talentos para que sean bien utilizados durante su ausencia. Al primero le entrega cinco, dos al segundo y uno al tercero. Durante su ausencia, los dos primeros siervos multiplicar sus talentos - se trata de monedas antiguas, ¿verdad? -, Mientras que el tercero prefiere enterrar su propio talento y entregarlo intacto a su dueño. A su regreso, el dueño juzgar su trabajo: alaba a los dos primeros, mientras que el tercero viene expulsado fuera de la casa, porque ha mantenido oculto por temor el talento, cerrándose sobre sí mismo. Un cristiano que se encierra dentro de sí mismo, que oculta todo lo que el Señor le ha dado... es un cristiano...¡no es un cristiano! ¡Es un cristiano que no agradece a Dios todo lo que le ha dado!
Tiempo de espera, tiempo de acción
Esto nos dice que la espera del retorno del Señor es el tiempo de la acción. Nosotros somos el tiempo de la acción, tiempo para sacar provecho de los dones de Dios, no para nosotros mismos, sino para Él, para la Iglesia, para los otros, tiempo para tratar siempre de hacer crecer el bien en el mundo. Y sobre todo hoy, en este tiempo de crisis, es importante no encerrarse en sí mismos, enterrando el propio talento, las propias riquezas espirituales, intelectuales, materiales, todo lo que el Señor nos ha dado, sino abrirse, ser solidarios, tener cuidado de los demás. En la plaza, he visto que hay muchos jóvenes. ¿Es verdad esto? ¿Hay muchos jóvenes? ¿Dónde están? A ustedes, que están en el comienzo del camino de la vida, pregunto: ¿Han pensado en los talentos que Dios les ha dado? ¿Han pensado en cómo se pueden poner al servicio de los demás? ¡No entierren los talentos! Apuesten por grandes ideales, los ideales que agrandan el corazón, aquellos ideales de servicio que harán fructíferos sus talentos. La vida no se nos ha dado para que la conservemos celosamente para nosotros mismos, sino que se nos ha dado, para que la donemos. ¡Queridos jóvenes, tengan un corazón grande! ¡No tengan miedo de soñar cosas grandes!
Parábola del Juicio Final
Por último, una palabra sobre el parágrafo del juicio final, donde viene descrita la segunda venida del Señor, cuando Él juzgará a todos los seres humanos, vivos y muertos (cf. Mt 25,31-46). La imagen utilizada por el evangelista es la del pastor que separa las ovejas de las cabras. A la derecha se sitúan los que han actuado de acuerdo a la voluntad de Dios, que han ayudado al hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, el enfermo, el encarcelado, el extranjero. Pienso en los muchos extranjeros que hay aquí en la diócesis de Roma. ¿Qué hacemos con ellos? Mientras que a la izquierda están los que no han socorrido al prójimo. Esto nos indica que seremos juzgados por Dios en la caridad, en cómo lo hemos amado en los hermanos, especialmente los más vulnerables y necesitados. Por supuesto, siempre hay que tener en cuenta que somos justificados, que somos salvados por la gracia, por un acto de amor gratuito de Dios que siempre nos precede. Solos no podemos hacer nada. La fe es ante todo un don que hemos recibido, pero para dar fruto, la gracia de Dios siempre requiere de nuestra apertura a Él, de nuestra respuesta libre y concreta. Cristo viene para traernos la misericordia de Dios que salva. Se nos pide que confiemos en Él, de responder al don de su amor con una vida buena, hecha de acciones animadas por la fe y el amor.
Queridos hermanos y hermanas, no tengamos nunca miedo de mirar el juicio final; que ello nos empuje en cambio a vivir mejor el presente. Dios nos ofrece con misericordia y paciencia este tiempo para que aprendamos cada día a reconocerlo en los pobres y en los pequeños, para que nos comprometamos con el bien y estemos vigilantes en la oración y en el amor. Que el Señor, al final de nuestra existencia y de la historia, pueda reconocernos como siervos buenos y fieles. Gracias.

EXTRA ECCLESIAM NULLA SALUS, NAM JESUS CHRISTUS NOSTRA SALUS. EXTRACTOS DE LA HOMILÍA DEL SANTO PADRE EN LA CELEBRACIÓN DE SU SANTO
Procesión de entrada de la misa celebrada en la Capilla Paulina con los Cardenales residentes en Roma con motivo de la onomástico del Papa. El Santo Padre utiliza la férula de Benedicto XVI.
Momento de la homilía del Santo Padre.
Entrega de una tarta al Santo Padre.

"Y Él vio, y vio que las cosas iban bien. Y así la Iglesia es Madre, Madre de más hijos, de muchos más hijos. Se convierte en Madre, Madre, Madre cada vez más. Madre que nos da la fe, la Madre que nos da una identidad. Pero la identidad cristiana no es una tarjeta de identidad: la identidad cristiana es la pertenencia a la Iglesia, porque todos ellos pertenecían a la Iglesia, a la Iglesia Madre. Porque, encontrar a Jesús fuera de la Iglesia no es posible. El gran Papa Pablo VI dijo: "Es una dicotomía absurda, querer vivir con Jesús sin la Iglesia, seguir a Jesús fuera de la Iglesia, amar a Jesús sin la Iglesia". Y la Iglesia Madre que nos da Jesús nos da la identidad que no es sólo un sello: es una pertenencia. Identidad significa pertenencia. ¡Pertenecer a la Iglesia, esto es hermoso!"
"Cuando llegó y vio la gracia de Dios, se alegró": Éste es el gozo del evangelizador. Y como decía Pablo VI, "es la alegría dulce y reconfortante de la evangelización." Y esta alegría empieza con una persecución, con una gran tristeza, y termina con alegría. Y así, la Iglesia sigue adelante, dice un santo - no me acuerdo ahora quien - "entre las persecuciones del mundo y los consuelos del Señor”.
“Así es la vida de la Iglesia. Si queremos ir un poco por el camino mundano, de la negociación con el mundo, como hacían los Macabeos, -ha dicho el Papa- nunca tendremos el consuelo del Señor”. Si buscamos solo el consuelo, será un consuelo superficial, no el del Señor, que es un consuelo humano.
La Iglesia siempre va entre la Cruz y la Resurrección, entre las persecuciones y los consuelos del Señor. Y éste es el camino: quien va por este camino no se equivoca. Pensemos hoy en la actividad misionera de la Iglesia: ellos salieron de sí mismo para evangelizar. Incluso aquellos que tuvieron el coraje de proclamar a Jesús a los griegos, una cosa casi escandalosa en aquel momento. Pensemos en esta Madre Iglesia que crece, crece con nuevos hijos a los que se da la identidad de la fe, porque no se puede creer en Jesús sin la Iglesia.
Extractos de la homilía en el día de San Jorge, 23 de abril de 2013

El Concilio del Papa Juan. Juan Michael Davies.

El Concilio del Papa Juan - Michael davies

El Concilio del Papa Juan. Juan Michael Davies.

Michael Davies desarrolla en éste libro, con claridad, y la objetividad de un “scholar” y basado en la impecable evidencia de los hechos, su tesis sobre la responsabilidad del último Concilio en la actual “autodestrucción” y desintegración de la Iglesia Católica.
Las fuentes citadas –católico liberales y protestantes en su mayoría– ofrecen un inequívoco consenso que avala su posición respecto a muchos hechos claves.
Por su seriedad y su extraordinaria documentación de primera agua, “El Concilio del Papa Juan”, con cuatro ediciones en Inglaterra y otras tantas en los Estados Unidos, es ya una obra indispensable en toda la bibliografía de base sobre el Concilio Vaticano II.
En sus diversos artículos y obras sobre la Iglesia luego del Concilio Vaticano II, se encuentra publicado otras dos obras de documentación sobre la “Revolución litúrgica”: “El ordo divino de Cranmer” y “La Nueva Misa del Papa Pablo”.
 

quarta-feira, 24 de abril de 2013

THE CHURCH SINCE VATICAN II and Works Related to the Holy Eucharist by BY Michael Davies

THE CHURCH SINCE VATICAN II , BY Michael Davies
FROM SELF-CRITICISM TO SELF-DESTRUCTION:
A QUOTE FROM CARDINAL RATZINGER

The text of this pamphlet was delivered as a lecture in Belfast and Dublin in October 1984. No attempt has been made to adapt the Format to the printed word. Two months later L'Osservatore Romano, the official journal of the Holy See, carried a report of an interview given by Cardinal Joseph Ratzinger, Prefect of the Congregation for the Doctrine of the Faith, which endorses the conclusion of Mr. Davies concerning the effects of Vatican Il in a very dramatic manner. We quote:

FROM SELF-CRIIICISM TO SELF-DESTRUCTION

"Certainly, the results [of Vatican II] seem cruelly opposed to the expectations of everyone, beginning with those of Pope John XXIII and then of Paul VI: expected was a new Catholic unity and instead we have been exposed to dissension which---to use the words of Paul VI---seems to have gone from self-criticism to self-destruction. Expected was a new enthusiasm, and many wound up discouraged and bored. Expected was a great step forward, and instead we find ourselves faced with a progressive process of decadence which has developed for the most part precisely under the sign of a calling back to the Council, and has therefore contributed to discrediting for many. The net result therefore seems negative. I am repeating here what I said ten years after the conclusion of the work: it is incontrovertible that this period has definitely been unfavorable for th Catholic Church."

Joseph Cardinal Ratzinger,
L'Osservatore Romano (English edition),
24 December 1984



THE ANGELUS PRESS
1985
Published on the web with permission of the author.

Contents:

FROM SELF-CRITICISM TO SELF-DESTRUCTION: A QUOTE FROM CARDINAL RATZINGER
INTRODUCTION
DEFINITION OF THE CATHOLIC CHURCH
DECLINE AND RENEWAL
CITIZENS OF HEAVEN
THE DIVINIZATION OF MAN
RATIONALISM
PROTESTANTISM
MODERNISM
A SAINT INTERVENES
THE ENCYCLICAL HUMANI GENERIS
MARXISM
DEMOCRACY
OCCULT FORCES
THE EVE OF THE COUNCIL
THE SECOND VATICAN COUNCIL
POPE PAUL VI PROTESTS
THE COUNCIL AS AN EVENT
BISHOP ADRIAN'S TESTIMONY
THE SPIRIT OF VATICAN II
FANTASY VERSUS FACT
THE CRANKS TAKE OVER
NINETEEN EIGHTY-FOUR
THE DEIFICATION OF MAN
THE SATANIC CONNECTION
INEVITABILITY?
CATHOLIC RESISTANCE
THE CONSERVATIVE OPTION
THIS SCHISMATIC IMPASSE
THE CATHOLIC WAY
BACK COVER STATEMENT


source


Michael Davies Works Related to the Holy Eucharist:

THE BARBARIANS HAVE TAKEN OVER
COMMUNION IN THE HANDS AND SIMILAR FRAUDS
CRANMER'S GODLY ORDER: THE DESTRUCTION OF CATHOLICISMTHROUGH LITURGICAL CHANGE
A SHORT HISTORY OF THE ROMAN MASS
THE ORDER OF MELCHISEDECH: A DEFENCE OF THE CATHOLIC PRIESTHOOD
THE LITURGICAL REVOLUTION
THE CATHOLIC SANCTUARY AND THE SECOND VATICAN COUNCIL
LITURGICAL SHIPWRECK
EXCERPTS FROM LITURGICAL TIME-BOMBS IN VATICAN II
IT IS THE MASS THAT MATTERS
A PRIVILEGE OF THE ORDAINED

Michael Davies Works: Tradition and History
THE GOLDFISH BOWL
POPE LEO XIII ON TRUE LIBERTY---An Article
ST. JOHN FISHER, BISHOP AND MARTYR---Book Excerpts

Michael Davies Works: Christ

THE REIGN OF CHRIST THE KING

 

segunda-feira, 22 de abril de 2013

CARTA APOSTÓLICA EN FORMA DE MOTU PROPRIO DE BENEDICTO XVI. CARTA DO SANTO PADRE BENTO XVI AOS BISPOS QUE ACOMPANHA O "MOTU PROPRIO" SUMMORUM PONTIFICUM SOBRE O USO DA LITURGIA ROMANA ANTERIOR À REFORMA REALIZADA EM 1970

MOTU PROPRIO SUMMORUM PONTIFICUM

CARTA APOSTÓLICA EN FORMA DE MOTU PROPRIO DE BENEDICTO XVI

"Los sumos pontífices hasta nuestros días se preocuparon constantemente porque la Iglesia de Cristo ofreciese a la Divina Majestad un culto digno de "alabanza y gloria de Su nombre" y "del bien de toda su Santa Iglesia".

"Desde tiempo inmemorable, como también para el futuro, es necesario mantener el principio según el cual, "cada Iglesia particular debe concordar con la Iglesia universal, no solo en cuanto a la doctrina de la fe y a los signos sacramentales, sino también respecto a los usos universalmente aceptados de la ininterrumpida tradición apostólica, que deben observarse no solo para evitar errores, sino también para transmitir la integridad de la fe, para que la ley de la oración de la Iglesia corresponda a su ley de fe". (1)
Dado en San Pedro, el 7 de Julio 2007.http://stjosaphat.files.wordpress.com/2009/01/dscf1286_0029_029.jpg?w=500&h=375"Entre los pontífices que tuvieron esa preocupación resalta el nombre de San Gregorio Magno, que hizo todo lo posible para que a los nuevos pueblos de Europa se transmitiera tanto la fe católica como los tesoros del culto y de la cultura acumulados por los romanos en los siglos precedentes. Ordenó que fuera definida y conservada la forma de la sagrada Liturgia, relativa tanto al Sacrificio de la Misa como al Oficio Divino, en el modo en que se celebraba en la Urbe. Promovió con la máxima atención la difusión de los monjes y monjas que, actuando según la regla de San Benito, siempre junto al anuncio del Evangelio ejemplificaron con su vida la saludable máxima de la Regla: "Nada se anticipe a la obra de Dios" (cap.43). De esa forma la Sagrada Liturgia, celebrada según el uso romano, enriqueció no solamente la fe y la piedad, sino también la cultura de muchas poblaciones. Consta efectivamente que la liturgia latina de la Iglesia en sus varias formas, en todos los siglos de la era cristiana, ha impulsado en la vida espiritual a numerosos santos y ha reforzado a tantos pueblos en la virtud de la religión y ha fecundado su piedad".
Dado en San Pedro, el 7 de Julio 2007.http://1.bp.blogspot.com/_V8H9voRV2Eg/ScVpQqlnRoI/AAAAAAAAGE8/dpbVtxUWkwA/s400/Tridentine_Mass.jpg"Muchos otros pontífices romanos, en el transcurso de los siglos, mostraron particular solicitud porque la sacra Liturgia manifestase de la forma más eficaz esta tarea: entre ellos destaca San Pío V, que sostenido de gran celo pastoral, tras la exhortación de Concilio de Trento, renovó todo el culto de la Iglesia, revisó la edición de los libros litúrgicos enmendados y "renovados según la norma de los Padres" y los dio en uso a la Iglesia Latina" .

"Entre los libros litúrgicos del Rito romano resalta el Misal Romano, que se desarrolló en la ciudad de Roma, y que, poco a poco, con el transcurso de los siglos, tomó formas que tienen gran semejanza con las vigentes en tiempos más recientes".

"Fue éste el objetivo que persiguieron los Pontífices Romanos en el curso de los siguientes siglos, asegurando la actualización o definiendo los ritos y libros litúrgicos, y después, al inicio de este siglo, emprendiendo una reforma general"(2). Así actuaron nuestros predecesores Clemente VIII, Urbano VIII, san Pío X (3), Benedicto XV, Pío XII y el beato Juan XXIII.

"En tiempos recientes, el Concilio Vaticano II expresó el deseo de que la debida y respetuosa reverencia respecto al culto divino, se renovase de nuevo y se adaptase a las necesidades de nuestra época. Movido de este deseo, nuestro predecesor, el Sumo Pontífice Pablo VI, aprobó en 1970 para la Iglesia latina los libros litúrgicos reformados, y en parte, renovados. Éstos, traducidos a las diversas lenguas del mundo, fueron acogidos de buen grado por los obispos, sacerdotes y fieles. Juan Pablo II revisó la tercera edición típica del Misal Romano. Así los Pontífices Romanos han actuado "para que esta especie de edificio litúrgico (...) apareciese nuevamente esplendoroso por dignidad y armonía" .
mass1web"En algunas regiones, sin embargo, no pocos fieles adhirieron y siguen adhiriendo con mucho amor y afecto a las anteriores formas litúrgicas, que habían embebido tan profundamente su cultura y su espíritu, que el Sumo Pontífice Juan Pablo II, movido por la preocupación pastoral respecto a estos fieles, en el año 1984, con el indulto especial "Quattuor abhinc annos", emitido por la Congregación para el Culto Divino, concedió la facultad de usar el Misal Romano editado por el beato Juan XXIII en el año 1962; más tarde, en el año 1988, con la Carta Apostólica "Ecclesia Dei", dada en forma de Motu proprio, Juan Pablo II exhortó a los obispos a utilizar amplia y generosamente esta facultad a favor de todos los fieles que lo solicitasen".
"Después de la consideración por parte de nuestro predecesor Juan Pablo II de las insistentes peticiones de estos fieles, después de haber escuchado a los Padres Cardenales en el consistorio del 22 de marzo de 2006, tras haber reflexionado profundamente sobre cada uno de los aspectos de la cuestión, invocado al Espíritu Santo y contando con la ayuda de Dios, con las presentes Cartas Apostólicas establecemos lo siguiente:

Art. 1.- El Misal Romano promulgado por Pablo VI es la expresión ordinaria de la "Lex orandi" ("Ley de la oración"), de la Iglesia católica de rito latino. No obstante el Misal Romano promulgado por San Pío V y nuevamente por el beato Juan XXIII debe considerarse como expresión extraordinaria de la misma "Lex orandi" y gozar del respeto debido por su uso venerable y antiguo. Estas dos expresiones de la "Lex orandi" de la Iglesia no llevarán
de forma alguna a una división de la "Lex credendi" ("Ley de la fe") de la Iglesia; son, de hecho, dos usos del único rito romano.http://www.holyrosaryindy.org/files/galleries/latin-mass-2007/images/Mass%2016.jpg
Por eso es lícito celebrar el Sacrificio de la Misa según la edición típica del Misal Romano promulgado por el beato Juan XXIII en 1962, que no se ha abrogado nunca, como forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia. Las condiciones para el uso de este misal establecidas en los documentos anteriores "Quattuor abhinc annis" y "Ecclesia Dei", se sustituirán como se establece a continuación:

Art. 2.- En las Misas celebradas sin el pueblo, todo sacerdote católico de rito latino, tanto secular como religioso, puede utilizar sea el Misal Romano editado por el beato Papa Juan XXIII en 1962 que el Misal Romano promulgado por el Papa Pablo VI en 1970, en cualquier día, exceptuado el Triduo Sacro. Para dicha celebración siguiendo uno u otro misal, el sacerdote no necesita ningún permiso, ni de la Sede Apostólica ni de su Ordinario.
Photobucket - Video and Image HostingArt. 3.- Las comunidades de los institutos de vida consagrada y de las Sociedades de vida apostólica, de derecho tanto pontificio como diocesano, que deseen celebrar la Santa Misa según la edición del Misal Romano promulgado en 1962 en la celebración conventual o "comunitaria" en sus oratorios propios, pueden hacerlo. Si una sola comunidad o un entero Instituto o Sociedad quiere llevar a cabo dichas celebraciones a menudo o habitualmente o permanentemente, la decisión compete a los Superiores mayores según las normas del derecho y según las reglas y los estatutos particulares.

Art 4.- A la celebración de la Santa Misa, a la que se refiere el artículo 2, también pueden ser admitidos -observadas las normas del derecho- los fieles que lo pidan voluntariamente.

Art.5. §1.- En las parroquias, donde haya un grupo estable de fieles adherentes a la precedente tradición litúrgica, el párroco acogerá de buen grado su petición de celebrar la Santa Misa según el rito del Misal Romano editado en 1962. Debe procurar que el bien de estos fieles se armonice con la atención pastoral ordinaria de la parroquia, bajo la guía del obispo como establece el can. 392 evitando la discordia y favoreciendo la unidad de toda la Iglesia.
§ 2.-La celebración según el Misal del beato Juan XXIII puede tener lugar en día ferial; los domingos y las festividades puede haber también una celebración de ese tipo.
§ 3.- El párroco permita también a los fieles y sacerdotes que lo soliciten la celebración en esta forma extraordinaria en circunstancias particulares, como matrimonios, exequias o celebraciones ocasionales, como por ejemplo las peregrinaciones.
§ 4.- Los sacerdotes que utilicen el Misal del beato Juan XXIII deben ser idóneos y no tener ningún impedimento jurídico.
§ 5.- En las iglesias que no son parroquiales ni conventuales, es competencia del Rector conceder la licencia más arriba citada.
de forma alguna a una división de la "Lex credendi" ("Ley de la fe") de la Iglesia; son, de hecho, dos usos del único rito romano.
http://4.bp.blogspot.com/_lpquRQWmnE4/S-tsoIeiS7I/AAAAAAAAANw/M9wkVrrhinE/s1600/n5605547_33585760_868.jpgArt.6. En las misas celebradas con el pueblo según el Misal del Beato Juan XXIII, las lecturas pueden ser proclamadas también en la lengua vernácula, usando ediciones reconocidas por la Sede Apostólica.

Art.7. Si un grupo de fieles laicos, como los citados en el art. 5, §1, no ha obtenido satisfacción a sus peticiones por parte del párroco, informe al obispo diocesano. Se invita vivamente al obispo a satisfacer su deseo. Si no puede proveer a esta celebración, el asunto se remita a la Pontificia Comisión "Ecclesia Dei".

Art. 8. El obispo, que desea responder a estas peticiones de los fieles laicos, pero que por diferentes causas no puede hacerlo, puede indicarlo a la Comisión "Ecclesia Dei" para que le aconseje y le ayude.

Art. 9. §1. El párroco, tras haber considerado todo atentamente, puede conceder la licencia para usar el ritual precedente en la administración de los sacramentos del Bautismo, del Matrimonio, de la Penitencia y de la Unción de Enfermos, si lo requiere el bien de las almas.
§2. A los ordinarios se concede la facultad de celebrar el sacramento de la Confirmación usando el precedente Pontifical Romano, siempre que lo requiera el bien de las almas.
§3. A los clérigos constituidos "in sacris" es lícito usar el Breviario Romano promulgado por el Beato Juan XXIII en 1962.

Art. 10. El ordinario del lugar, si lo considera oportuno, puede erigir una parroquia personal según la norma del canon 518 para las celebraciones con la forma antigua del rito romano, o nombrar un capellán, observadas las normas del derecho.

Art. 11. La Pontificia Comisión "Ecclesia Dei", erigida por Juan Pablo II en 1988, sigue ejercitando su misión. Esta Comisión debe tener la forma, y cumplir las tareas y las normas que el Romano Pontífice quiera atribuirle.

Art. 12. La misma Comisión, además de las facultades de las que ya goza, ejercitará la autoridad de la Santa Sede vigilando sobre la observancia y aplicación de estas disposiciones.

Todo cuanto hemos establecido con estas Cartas Apostólicas en forma de Motu Proprio, ordenamos que se considere "establecido y decretado" y que se observe desde el 14 de septiembre de este año, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, pese a lo que pueda haber en contrario.

Dado en Roma, en San Pedro, el 7 de julio de 2007, tercer año de mi Pontificado.


NOTAS

(1) Ordinamento generale del Messale Romano 3ª ed. 2002, n.937
(2) JUAN PABLO II, Lett. ap. Vicesimus quintus annus, 4 dicembre 1988, 3: AAS 81 (1989), 899
(3) Ibid. JUAN PABLO II, Lett. ap. Vicesimus quintus annus, 4 dicembre 1988, 3: AAS 81 (1989), 899
(4) S. PIO X, Lett. ap. Motu propio data, Abhinc duos annos, 23 ottobre 1913: AAS 5 (1913), 449-450; cfr JUAN PABLO II lett. ap. Vicesimus quintus annus, n. 3: AAS 81 (1989), 899
(5) Cfr IOANNES PAULUS II, Lett. ap. Motu proprio data Ecclesia Dei, 2 luglio 1988, 6: AAS 80 (1988), 1498

CARTA DO SANTO PADRE BENTO XVI AOS BISPOS QUE ACOMPANHA O "MOTU PROPRIO" SUMMORUM PONTIFICUM SOBRE O USO DA LITURGIA ROMANA ANTERIOR À REFORMA REALIZADA EM 1970



CARTA DO SANTO PADRE
BENTO XVI
AOS BISPOS QUE ACOMPANHA O "MOTU PROPRIO"
SUMMORUM PONTIFICUM
SOBRE O USO DA LITURGIA ROMANA
ANTERIOR À REFORMA REALIZADA EM 1970

Amados Irmãos no Episcopado,

Com grande confiança e esperança, coloco nas vossas mãos de Pastores o texto duma nova Carta Apostólica «Motu Proprio data» sobre o uso da liturgia romana anterior à reforma realizada em 1970. O documento é fruto de longas reflexões, múltiplas consultas e de oração.

Notícias e juízos elaborados sem suficiente informação criaram não pouca confusão. Há reacções muito divergentes entre si que vão de uma entusiasta aceitação até uma férrea oposição a respeito de um projecto cujo conteúdo na realidade não era conhecido.

Contrapunham-se de forma mais directa a este documento dois temores, dos quais me quero ocupar um pouco mais detalhadamente nesta carta.

Em primeiro lugar, há o temor de que seja aqui afectada a autoridade do Concílio Vaticano II e que uma das suas decisões essenciais – a reforma litúrgica – seja posta em dúvida. Tal receio não tem fundamento. A este respeito, é preciso antes de mais afirmar que o Missal publicado por Paulo VI, e reeditado em duas sucessivas edições por João Paulo II, obviamente é e permanece a Forma normal – a Forma ordinária – da Liturgia Eucarística.

A última versão do Missale Romanum, anterior ao Concílio, que foi publicada sob a autoridade do Papa João XXIII em 1962 e utilizada durante o Concílio, poderá, por sua vez, ser usada como Forma extraordinária da Celebração Litúrgica. Não é apropriado falar destas duas versões do Missal Romano como se fossem «dois ritos». Trata-se, antes, de um duplo uso do único e mesmo Rito.


Quanto ao uso do Missal de 1962, como Forma extraordinária da Liturgia da Missa, quero chamar a atenção para o facto de que este Missal nunca foi juridicamente ab-rogado e, consequentemente, em princípio sempre continuou permitido. Na altura da introdução do novo Missal, não pareceu necessário emanar normas próprias para um possível uso do Missal anterior. Supôs-se, provavelmente, que se trataria de poucos casos individuais que seriam resolvidos um a um na sua situação concreta.

Bem depressa, porém, se constatou que não poucos continuavam fortemente ligados a este uso do Rito Romano que, desde a infância, se lhes tornara familiar. Isto aconteceu sobretudo em países onde o movimento litúrgico tinha dado a muitas pessoas uma formação litúrgica notável e uma profunda e íntima familiaridade com a Forma anterior da Celebração Litúrgica.

Todos sabemos que, no movimento guiado pelo Arcebispo Lefebvre, a fidelidade ao Missal antigo apareceu como um sinal distintivo externo; mas as razões da divisão, que então nascia, encontravam-se a maior profundidade. Muitas pessoas, que aceitavam claramente o carácter vinculante do Concílio Vaticano II e que eram fiéis ao Papa e aos Bispos, desejavam contudo reaver também a forma, que lhes era cara, da sagrada Liturgia; isto sucedeu antes de mais porque, em muitos lugares, se celebrava não se atendo de maneira fiel às prescrições do novo Missal, antes consideravam-se como que autorizados ou até obrigados à criatividade, o que levou frequentemente a deformações da Liturgia no limite do suportável.

Falo por experiência, porque também eu vivi aquele período com todas as suas expectativas e confusões. E vi como foram profundamente feridas, pelas deformações arbitrárias da Liturgia, pessoas que estavam totalmente radicadas na fé da Igreja.


Por isso, o Papa João Paulo II viu-se obrigado a estabelecer, através do Motu Proprio «Ecclesia Dei» de 2 de Julho de 1988, um quadro normativo para o uso do Missal de 1962, que no entanto não contém prescrições detalhadas, mas fazia apelo, de forma mais geral, à generosidade dos Bispos para com as «justas aspirações» dos fiéis que requeriam este uso do Rito Romano. Naquela altura, o Papa queria assim ajudar sobretudo a Fraternidade São Pio X a encontrar de novo a plena unidade com o Sucessor de Pedro, procurando curar uma ferida que se ia fazendo sentir sempre mais dolorosamente.

Até agora, infelizmente, esta reconciliação não se conseguiu; todavia várias comunidades utilizaram com gratidão as possibilidades deste Motu Proprio. Continuava aberta, porém, a difícil questão do uso do Missal de 1962 fora destes grupos, para os quais faltavam precisas normas jurídicas, antes de mais porque, nestes casos, frequentemente os Bispos temiam que a autoridade do Concílio fosse posta em dúvida. Logo a seguir ao Concílio Vaticano II podia-se supor que o pedido do uso do Missal de 1962 se limitasse à geração mais idosa que tinha crescido com ele, mas entretanto vê-se claramente que também pessoas jovens descobrem esta forma litúrgica, sentem-se atraídas por ela e nela encontram uma forma, que lhes resulta particularmente apropriada, de encontro com o Mistério da Santíssima Eucaristia.

Surgiu assim a necessidade duma regulamentação jurídica mais clara, que, no tempo do Motu Proprio de 1988, não era previsível; estas Normas pretendem também libertar os Bispos do dever de avaliar sempre de novo como hão-de responder às diversas situações.


Cheguei assim à razão positiva que me motivou para actualizar através deste Motu Proprio o de 1988. Trata-se de chegar a uma reconciliação interna no seio da Igreja.

Olhando para o passado, para as divisões que no decurso dos séculos dilaceraram o Corpo de Cristo, tem-se continuamente a impressão de que, em momentos críticos quando a divisão estava a nascer, não fora feito o suficiente por parte dos responsáveis da Igreja para manter ou reconquistar a reconciliação e a unidade; fica-se com a impressão de que as omissões na Igreja tenham a sua parte de culpa no facto de tais divisões se terem podido consolidar.

Esta sensação do passado impõe-nos hoje uma obrigação: realizar todos os esforços para que todos aqueles que nutrem verdadeiramente o desejo da unidade tenham possibilidades de permanecer nesta unidade ou de encontrá-la de novo. Vem-me à mente uma frase da segunda carta aos Coríntios, quando Paulo escreve: «Falámo-vos com toda a liberdade, ó Coríntios. O nosso coração abriu-se plenamente. Há nele muito lugar para vós, enquanto no vosso não há lugar para nós (…): pagai-nos na mesma moeda, abri também vós largamente o vosso coração» (2 Cor 6, 11-13).

É certo que Paulo fala noutro contexto, mas o seu convite pode e deve tocar-nos também a nós, precisamente neste tema. Abramos generosamente o nosso coração e deixemos entrar tudo aquilo a que a própria fé dá espaço.


Não existe qualquer contradição entre uma edição e outra do Missale Romanum. Na história da Liturgia, há crescimento e progresso, mas nenhuma ruptura. Aquilo que para as gerações anteriores era sagrado, permanece sagrado e grande também para nós, e não pode ser de improviso totalmente proibido ou mesmo prejudicial. Faz-nos bem a todos conservar as riquezas que foram crescendo na fé e na oração da Igreja, dando-lhes o justo lugar.

Obviamente, para viver a plena comunhão, também os sacerdotes das Comunidades aderentes ao uso antigo não podem, em linha de princípio, excluir a celebração segundo os novos livros. De facto, não seria coerente com o reconhecimento do valor e da santidade do novo rito a exclusão total do mesmo.

Em conclusão, amados Irmãos, tenho a peito sublinhar que as novas normas não diminuem de modo algum a vossa autoridade e responsabilidade sobre a liturgia nem sobre a pastoral dos vossos fiéis. Com efeito, cada Bispo é o moderador da liturgia na própria diocese (cf. Sacrosanctum Concilium, n.º 22: «Sacræ Liturgiæ moderatio ab Ecclesiæ auctoritate unice pendet quæ quidem est apud Apostolicam Sedem et, ad normam iuris, apud Episcopum»).

Por conseguinte, nada se tira à autoridade do Bispo, cuja tarefa, em todo o caso, continuará a ser a de vigiar para que tudo se desenrole em paz e serenidade. Se por hipótese surgisse qualquer problema que o pároco não pudesse resolver, sempre poderia o Ordinário local intervir, mas em plena harmonia com quanto estabelecido pelas novas normas do Motu Proprio.

Além disso, convido-vos, amados Irmãos, a elaborar para a Santa Sé um relatório sobre as vossas experiências, três anos depois da entrada em vigor deste Motu Proprio. Se verdadeiramente tiverem surgido sérias dificuldades, poder-se-á procurar meios para lhes dar remédio.

Amados Irmãos, com ânimo grato e confiante, entrego ao vosso coração de Pastores estas páginas e as normas do Motu Proprio. Tenhamos sempre presente as palavras dirigidas pelo Apóstolo Paulo aos anciãos de Éfeso: «Tomai cuidado convosco e com todo o rebanho, do qual o Espírito Santo vos constituiu vigilantes para apascentardes a Igreja de Deus, que Ele adquiriu com o sangue do seu próprio Filho» (Act 20, 28).

Confio à poderosa intercessão de Maria, Mãe da Igreja, estas novas normas e de coração concedo a minha Bênção Apostólica a vós, amados Irmãos, aos párocos das vossas dioceses, e a todos os sacerdotes, vossos colaboradores, como também a todos os vossos fiéis.

Dado em Roma, junto de São Pedro, no dia 7 de Julho de 2007.

BENEDICTUS PP. XVI