Elementos del culto: el recogimiento (I)
Entre los "ingredientes" de la liturgia, los elementos que conforman el culto cristiano, hay uno que ayuda realmente a la participación en la Santa Misa y en la liturgia en general: es el recogimiento.
La dispersión, la distracción y el movimiento, entorpecen al alma siempre y crean un ambiente confuso en torno a la liturgia; por el contrario, el recogimiento es la condición necesaria para participar realmente en la liturgia con aquella participación plena e interior que deseamos, a tenor de la Constitución Sacrosanctum Concilium.
Guardini expuso una consideración amplia sobre el recogimiento que nos puede iluminar y acompañar para una renovada participación en la liturgia y para marcar un punto de inflexión en la pastoral litúrgica, alejándose del secularismo y del activismo reinantes hoy.
“En la vida espiritual, cuando se habla del silencio la mayoría de las veces se lo asocia inmediatamente con el recogimiento. En verdad, el silencio supera al bullicio y al palabrerío, en tanto que el recogimiento es la victoria sobre la disipación y la intranquilidad. El silencio constituye en el hombre la serenidad que lo habilita a hablar, el recogimiento representa la unidad viviente de una existencia, a la que s ele habla de las cosas del mundo que lo rodean y que es atraída por la diversidad de acontecimientos, unidad llena de fuerzas, que incita a la acción y a la creación. El recogimiento es tan importante como el silencio. Cuando los consideramos atentamente, nos damos cuenta de que uno no puede existir sin el otro.