
Hijos, esta generación se dirige a un abismo y se auto-destruye, porque no hay sinceridad y conversión. Muy pocos escuchan a nuestros profetas y, otros, pocos más, son los que, les creen, creen en la palabra que se les ha sido dada paran advertir, anunciar, edificar y denunciar.
Hijos, consagrensen diariamente a nuestros Sacratísimos Corazones, serán vuestra protección en esta Era de Maldad. Oren, oren, y no se cansen de orar, de elevar súplicas y plegarias, a Dios Padre para que tenga misericordia del mundo. Hijos, Mi protección paternal estará con todas las almas sencillas y obedientes que buscan con sinceridad al Señor. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.