
Por eso, hijos míos, refúgiense cada día en el Inmaculado Corazón de la
Madre de Dios, porque Ella es el Refugio seguro contra las asechanzas del
enemigo y los peligros del alma. Hijos míos, aprendan de la Madre para
que vivan unidos a la Divina Voluntad diciendo en cada momento: "hágase en
mi".
La confusión y la oscuridad contaminan muchas
almas, ustedes en cambio déjense
guiar por la Luz del Espíritu Santo, que está en María, y con María
formará en cada uno de ustedes a Jesús en sus corazones.
Este
llamado es a la conversión, a la completa unión con Jesús por medio de María. Les amo y les bendigo, en el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.