sábado, 14 de fevereiro de 2009

MONS. FELLAY FALA SOBRE O VATICANO II



El levantamiento de las excomuniones no equivale por cierto a una reintegración. Pero esta decisión de Benedicto XVI abre la puerta a "debates doctrinales" sobre el Vaticano II entre Roma y la Fraternidad San Pío X. Para demarcar el largo camino que podría desembocar en una plena comunión, Mons. Fellay, superior del FSSPX, debate con Gérard Leclerc, de Francia Católica, y Samuel Pruvot, de Familia Cristiana.

¿Usted mencionó "el malestar y el sufrimiento" de la Fraternidad San Pío X… ¿No es suicida permanecer lejos de la Iglesia de Roma?

Mons. Fellay: La posición de FSSPX presenta un peligro objetivo en el nivel sociológico, sobre un plano puramente humano. Es el peligro de permanecer ensimismado. Hemos sido atacados tanto, que automáticamente tenemos reacciones defensivas. Tratamos de protegernos y ahí hay un riesgo de ensimismados. Somos muy conscientes de esto y tratamos de hacer todo para impedir una actitud de ruptura. Debemos tener cuidado. Tratamos de tomar algunas medidas para neutralizar el peligro. ¡Es por eso que permanentemente hablamos de Roma y de la Iglesia (¡aunque sea en forma negativa!) Nunca olvidamos a la Iglesia, hacemos rezar por ella. Recordamos que no somos únicos. Rezamos por el papa, recordamos que es el vicario de Cristo. Esto apunta a un plano mucho más profundo de pertenencia a la Iglesia, nunca quisimos apartarnos de esta línea. Somos íntegramente católicos, estamos ligados firmemente a la Iglesia, y siempre lo hemos estado.

Samuel Pruvot: Un desacuerdo que se ha extendido a lo largo de décadas creando una situación crítica. Hay muchos bautizados por ustedes que no conocieron la plena unidad con Roma. Es indiscutiblemente peligroso.
¿Cuál es la forma y el calendario de los debates que usted empieza con Roma?

Mgr Fellay: Esto va a arrancar rápido, ciertamente... ¡Supongo que vamos a presentar nuestras objeciones, ya que somos nosotros (la FSSPX ndlr) quienes planteamos el problema! Respecto al resto, no puedo ir más lejos, no puedo decir nada, ¡porque no sé nada!

¿Acepta el Concilio con "reservas " o lo niega en bloque?

Mgr Fellay: Hay que distinguir la letra y el espíritu. Hay un espíritu peligroso que recorre todo el Concilio, y en este sentido lo negamos. Pero cuando se habla de la letra, no se trata de rechazarlo en bloque todo tal cual es. Mons. Lefebvre mismo aceptó el Concilio "a la luz de la Tradición". ¿Qué es lo que quiere decir esto? En 1982-1983, él fue a dar explicaciones a Roma, ante el cardenal Ratzinger –este rechazó su formulación. Mons Lefebvre decía: "Lo que es conforme a la enseñanza perenne, lo aceptamos: lo que es ambiguo, lo recibimos según esta enseñanza perenne; lo que es opuesto lo rechazamos".
En su discurso del 22 de diciembre de 2005 a la Curia, Benedicto XVI habla de las "hermenéuticas" del Concilio. Él condena la idea de una ruptura basada en "el espíritu del concilio". ¿Cuántos son hoy los partidarios de la hermenéutica de la ruptura? ¿Muy pocos acaso? Aquellos que quieren esta ruptura con el pasado ¿han sido alejados la Iglesia? Así como lo ha dicho muy justamente Benedicto XVI, la Iglesia no puede separarse de su pasado. ¡Es imposible! No podemos construir el vigésimo piso de un edificio sin tener los 19 pisos de abajo!

Gérard Leclerc: ¡La distinción entre el espíritu y la letra del Concilio puede ser especiosa, porque por un lado, alguien como el padre de Lubac ha podido denunciar la perversión del clima que reinaba alrededor del Concilio, y por otro el espíritu verdadero del Concilio ilumina la letra y debe ser atribuido al mismo Espíritu Santo! En cuanto a la continuidad orgánica de la Tradición, esto supone forzosamente desarrollos. Aquello de lo que ya hablaba el cardenal Newman. Mi temor hoy sería que la Fraternidad San Pío X se niegue a contemplarlos. Bloqueando la Tradición hay peligro de salirse de ella.

Mgr Fellay: Hay puntos, que el papa presenta como en concordancia con la Tradición y que, a nuestros ojos, no lo están.

¿Es posible hacer la selección en las afirmaciones del Concilio?

Mgr Fellay: No es una cuestión de todo o nada. Me parece que muchos problemas que nosotros nos planteamos tienen que ser resueltos por medio de distinciones y por no rechazos o aceptaciones absolutas. No somos unívocos. Cuando hablamos del Concilio, sabemos que se inscribe en un conjunto de circunstancias, en un contexto, en un movimiento. Me apoyo en una nota de la secretaría del Concilio de noviembre de 1964. Este texto comprende dos partes. La primera dice: "la Iglesia no obliga a adherir en cuestiones de fe y de costumbres sino a aquellas que ella presenta como tales". Y esta nota precisa que este Concilio se considera "pastoral". El Concilio se distingue de los otros. No podemos abordarlo de manera dogmática y decir AMEN, a todo. Este paso es sencillamente falso. Hay diferentes dominios, temas y grados de autoridad..

¿Después de Motu proprio, la cuestión de la liturgia está en orden? ¿Considera que el rito romano en su forma ordinaria (Paulo VI) es válido?

Mgr Fellay: La cuestión de la validez no plantea problema en sí. Basta que la forma sea respetada. La nueva misa es válida. El problema se plantea a posteriori. Comprobamos a veces que en el comportamiento o las palabras, los sacerdotes y los fieles no tienen siempre fe en la presencia eucarística. Esto podría significar la existencia de una intención contraria a la de la Iglesia.
La liturgia es todo un conjunto que acompaña lo esencial de la misa. Es todo un conjunto de gestos, de palabras que acompañan y deben alimentar la fe. Aquí tenemos objeciones mayores como, por ejemplo, el ofertorio: compare los dos misales y comprenderá nuestras objeciones.

Gérard Leclerc: Yo tendría también un problema para asistir a una misa donde el sacerdote no compartiera la fe de la Iglesia. La cuestión pudo plantearse en ciertos momentos. Paulo VI publicó una encíclica sobre la Eucaristía que fue recusada por un cierto número de personas en su tiempo. Fue algo muy grave.
Sobre los ritos la discusión sería larga. Habría que ver de nuevo cómo se hizo la reforma litúrgica. No es por nada que el cardenal Ratzinger pide una reforma de la reforma. Pero hay que también considerar las riquezas del nuevo rito. Éstas provienen de la tradición eclesial más auténtica.

Mgr Fellay: Para Benedicto XVI, la reforma litúrgica es una de las primeras causas de la crisis de la Iglesia. Es algo fuerte. ¡Esto dice mucho, y no soy yo que lo dice!

Usted critica la noción de libertad religiosa. ¿Por qué?
El Concilio hizo propio uno de los principios fundamentales del Estado Moderno, a saber la neutralidad para con las religiones. Para nosotros el Estado debe reconocer la verdadera religión. Benedicto XVI considera, a propósito de la libertad religiosa, que "la Iglesia redescubrió su patrimonio". ¡Es una expresión qué me hace sobresaltar! ¡Si la Iglesia redescubrió la libertad religiosa, ¿cuándo la perdió?!
¿Acaso ella podía perderla? Durante cerca de 1500 años la Iglesia tuvo muy otra posición.

Gérard Leclerc: Hay un problema histórico. La Iglesia conoció situaciones muy diferentes. Situación de clandestinidad bajo el Imperio Romano, la libertad religiosa consentida bajo Constantino, y luego con Teodosio el Imperio se hizo cristiano. Hay una larga época de Cristiandad Medieval, luego una ruptura de la modernidad. La Iglesia, a lo largo de la historia, vió situaciones diferentes y reaccionó con arreglo a estas situaciones. No reaccionamos del mismo modo en un Estado oficialmente cristiano que cuando estamos bajo un régimen laicista. No hay que ser anacrónico. La noción de libertad religiosa está asociada con la libertad radical del acto de fe y con la incompetencia religiosa del poder público. ¡En China hoy, la Iglesia reclama la libertad de conciencia!

Mgr Fellay: ¡Estamos perfectamente de acuerdo! Todo el mundo comprende que en un Estado que abarca varias religiones, este Estado debe legislar para el bien común. El bien más grande es la paz entre los ciudadanos. Es lo que la Iglesia llama la "tolerancia cristiana". Pero se trata de otro principio.

¿Acepta el camino ecuménico iniciado por el Vaticano II?

Mgr Fellay: Hay una distinción que que realizar sobre el ecumenismo. El deseo de unidad, es decir, de que los que dejaron la Iglesia vuelven a ella se puede encontrar en las Letanías de los Santos. Es nuestra posición. Rezamos y deseamos con todo nuestro corazón que todos sean uno, según la palabra de Nuestro Señor. Sin embargo, el concepto recordado por la Iglesia, según el cual sólo ella es la maestra de la Verdad y posee toda la Verdad revelada, resuelve el problema. ¡Si la finalidad del ecumenismo es verdaderamente esta, no nos oponemos, téngalo por seguro!
Lo que no corresponde es otra cosa. En 1949, una nota del Santo oficio, (el primer texto oficial de la Iglesia que habla del ecumenismo), advertía contra un conjunto de peligros. Hoy estamos metidos dentro de ellos. Estos peligros son el relativismo, llegar a una connivencia con todo el mundo y renunciar a la conversión. En un texto reciente de Roma que se refiere a la mejor comprensión de la misión de la Iglesia, se habla del gran respeto a las tradiciones de los cristianos no católicos. El único momento en que se habla de conversión es en nombre de la libertad religiosa del sujeto. No existe ya más la voluntad de la Iglesia de convertir. ¡Entonces aquí, seguro, no estamos de acuerdo, esto es muy grave!

Gérard Leclerc: Roma es muy consciente de ciertas desviaciones del ecumenismo. La prueba es la publicación de "Dominus Jesus " del cardenal Ratzinger. Por otra parte, el papa advierte también contra la dictadura del relativismo. Dicho esto, el modo en que el Vaticano II abordó la cuestión cambia nuestra mirada sobre las otras confesiones. En la medida en que ellas supieron cultivar ciertos elementos importantes, son depositarias de riquezas que debemos redescubrir. Así, la ortodoxia que es en mucho testigo de la fe de los Padres, cultivó más que la Iglesia de occidente ciertas perspectivas. Es por esto que Juan Pablo II declaraba que "la Iglesia debía respirar con sus dos pulmones". Somos reenviados así a la continuidad de la Iglesia indivisa.

Mons Fellay: ¿Que es lo que se pretende? ¿Una unidad real o una suerte de connivencia, una suerte de confederación? Según lo que dice la Iglesia, hay sólo una solución: es la unidad. Hay sólo una Iglesia y no pueden haber varias. Esta unidad debe estar fundada sobre la Verdad. Que haya un gran número de riquezas, de valores, de verdad, en todas las religiones, esto va de suyo. Pero el bien proviene de la integridad total, mientras que el mal proviene del defecto. Como dice la epístola: "El que peca contra un mandamiento peca contra todos". El fin es alcanzar la salvación. Para ser salvo hay que tener toda la fe, todo el conjunto. Lo que falta a los ortodoxos es aceptar la primacía del papa. En todo el resto estamos de acuerdo. Hay muchas riquezas que pueden servir de punto de partida, es posible, pero no podemos quedarnos ahí.

A propósito del judaísmo, ¿acepta la fórmula nacida del Concilio que presenta a los Judíos " como nuestros hermanos mayores "?

Mgr Fellay: La expresión puede ser tomada de dos maneras, es ambigua. La primera es correcta, la otra incorrecta. Tenemos en la Sagrada Escritura el Nuevo Testamento y el Antiguo Testamento. Todo lo que el Dios le transmitió al pueblo elegido se encuentra en la primera Alianza. Pero ésta ha sido reemplazada por la Nueva, la Buena Nueva que es el Evangelio. Nosotros los católicos tenemos todo. El Antiguo y el Nuevo Testamento. Los judíos son fieles al Antiguo Testamento en cuanto a la letra, pero algo nuevo ocurrió y el judaísmo se detuvo allí. Hubo algo esencial: la llegada del Mesías. Los judíos son nuestros hermanos mayores en la medida en que tenemos algo en común. Pero eso no basta para que ellos alcancen la salvación.

Gérard Leclerc: Con la Nostra Aetate, el Concilio quiso tranquilizar nuestras relaciones con el judaísmo recuperando la enseñanza de san Pablo en la epístola a los Romanos, lo que volvió a poner el judaísmo en una perspectiva "escatológica". Esto tiene un sentido preciso: nuestras relaciones con nuestros hermanos mayores son hic y nunc inscritas en la historia de la salvación. Es verdad que este reexamen ha sido acondicionado ampliamente por el drama espantoso de la guerra. Había habido indiscutiblemente un antijudaísmo cristiano, fuente de persecuciones múltiples. La Iglesia quiso hacer su examen de conciencia. Pero la mejor respuesta residía en un ahondamiento doctrinal. Se trató primero de reencontrar la coherencia de ambos Testamentos. El Nuevo es totalmente solidario con el Antiguo. Finalmente, hubo voluntad de cambio de relaciones con el judaísmo. Nos acordamos de la visita de Juan Pablo II a la sinagoga de Roma y de su paso por el Muro de los Lamentos en Jerusalén.
Usted desea que Roma rehabilite la memoria de Monseñor Lefebvre. ¿Qué tiene que decir sobre esto?

Mons. Fellay: Mons. Lefebvre señaló un problema a la Iglesia y es a causa de esto que ha sido condenado. No se ha querido ver ese problema. ¡Él decía: "Atención, hay una crisis en la Iglesia! ¡Es absolutamente necesario ver las causas!" La dificultad permanece casi completa hoy porque la Iglesia quiere atribuir estos problemas al ambiente del mundo. Y esto es verdad sólo en parte.

Gérard Leclerc: Desgraciadamente, Mons. Lefebvre se embarcó en un camino de división de la Iglesia. Recuerdo, sin embargo, lo que me ha dicho el cardenal Thiandoum, sucesor de Mons. Lefebvre en Dakar. El había sido formado por Mons. Lefebvre. No olvidemos que es el mismo Mons. Lefebvre que inicia las conferencias épiscopales del oeste africano. Thiandoum no era el único que reconocía su deuda. Recuerdo lo que me ha dicho el padre Albert Chapelle, quien era un gran jesuita, consejero del cardenal Lustiger en los momentos difíciles: "Mons. Lefebvre fue un muy grande obispo misionero”. Hasta el cardenal Lustiger tuvo apreciaciones fraternales, a pesar de sus serios desacuerdos. Creo que altas autoridades en la Iglesia siempre reconocieron a Mons. Lefebvre su voluntad de servir. Habría que considerar las cosas con más justicia. Dicho esto, no podemos sino lamentar la polémica que tocó a la persona de los papas. En ella se ponía en riesgo realizar una desfiguración del mensaje de la Iglesia, abriendo una herida que todavía está sangrando.
¿La aproximación con Roma es únicamente doctrinal? ¿No implica una afectuosa proximidad espiritual?
La vida moral y espiritual se sigue de una doctrina clara. ¡No somos voluntaristas! Lo afectivo se sigue del conocimiento. Si se logra devolver claridad a muchos de estos puntos llegaremos a una renovación para todos, que será provechosa para todo el mundo. Hay que rezar para que estas discusiones sean un bien para toda la Iglesia. No se trata de saber si alguien ganó o si alguien perdió. Somos sólo pobres seres humanos, un día nuestras vidas se acabarán. Responderemos ante del Buen Dios de lo que hicimos. Lo esencial para mí es que nuestro Señor sea amado, alabado y adorado. Es el fin del ser humano y de la vida cristiana.
¿Espera ver con sus ojos la comunión plena?

Mons. Fellay: Nos hemos considerado siempre plenamente miembros de la Iglesia. En cuanto al resto, ¡espero hacer mi trabajo! Es el Buen Dios quien decide. El éxito de una obra no es humano, es el bien sobrenatural que viene del Buen Dios. Yo soy sólo un instrumento. El éxito vendrá cuando el Buen Dios quiera. Creo firmemente que las puertas del infierno no prevalecerán sobre la Iglesia. Sé que la Iglesia continuará y es por esto que sigo adelante a pesar de todas las penas que recibo. ¡Es a esta Iglesia a la que yo amo, a pesar de que me golpee!

Gérard Leclerc: Creo que hay un clima que cambiar, y no solamente en el debate teológico. Me doy cuenta de esto, aunque más no sea por las polémicas en las cuales he visto obligado a participar estos últimos días. Hay que reencontrar la serenidad, no diabolizar al otro, particularmente con quejas falsas. Esto puede hacerse sólo en la docilidad al Espíritu Santo.

¿Espera algo de católicos franceses?

Mons. Fellay: ¡Espero mucho! Que ellos crezcan en el amor del Buen Dios y en su servicio. La comunión de los santos hace que todo acto bueno ofrecido en la Iglesia aproveche a todos los demás. Cada uno que se santifica en la Iglesia eleva a todo el cuerpo místico. Espero que todos nosotros vivamos mejor esta comunión de los santos y todo lo demás se seguirá por sí mismo. Es algo grande. La vocación universal a la santidad, justamente una de las cosas importantes que recuerda el Concilio.

Fuente: Familia Cristiana de Francia. Parte 1. Parte 2.
Traducción: Panorama Católico Internacional

BENTO XVI " A VIDA É UM TESOURO PRECIOSO A DEFENDER E CUIDAR"



“A vida é um mistério que requer de todos e de cada um responsabilidade, amor, paciência, caridade”: Bento XVI na celebração do Dia Mundial do Doente

(11/2/2009) “A vida do homem não é um bem disponível, mas sim um precioso tesouro a defender e cuidar com a maior atenção possível”: sublinhou Bento XVI, esta tarde no final da celebração eucarística da Basílica de São Pedro, com os doentes ali reunidos nesta Jornada Mundial. O Papa começou por referir como é “sempre emocionante reviver nesta circunstância… aquele típico clima de oração e de espiritualidade mariana que caracteriza o Santuário de Lourdes”.

“Esta Jornada convida-nos a fazer sentir aos doentes, com mais intensidade, a proximidade espiritual da Igreja” – observou. “Este dia oferece-nos também a oportunidade de reflectir sobre a experiência da doença, da dor e, mais em geral, sobre o sentido da vida, a realizar plenamente mesmo quando se sofre”.
Evocando o tema deste ano da Jornada do Doente, Bento XVI lembrou as crianças, “as mais indefesas e débeis das criaturas”.


“É verdade! Se já ficamos sem palavras perante um adulto que sofre, que dizer quando o mal atinge um pequenino inocente? Como advertir mesmo nessas situações tão difíceis o amor misericordioso de Deus, que nunca abandona os seus filhos na provação?”


O Papa reconheceu que, no plano humano, estas interrogações “inquietadoras” não encontram respostas apropriadas, pois “o sofrimento, a doença e a morte permanecem, no seu significado, insondáveis para a nossa mente”. É aqui que “vem em nossa ajuda a luz da fé”.


“A Palavra de Deus revela-nos que também estes males são misteriosamente abraçados pelo desígnio divino da salvação; a fé ajuda-nos a considerar a vida bela e digna de ser vivida em plenitude, mesmo quando é atingida pelo mal”.


Deus não nos abandona a nós próprios, a braços com a doença e a morte – consequências da entrada do mal no mundo:


O Evangelho mostra Jesus que expulsa os espíritos e cura os que estão doentes, indicando o caminho da conversão e da fé como condições para obter a cura do corpo e do espírito.”


Com sua paixão e morte, Jesus assumiu e transformou profundamente a nossa debilidade. Como escreveu João Paulo II, “sofrer significa tornar-nos particularmente… abertos à acção das forças salvíficas de Deus, oferecidas à humanidade”.


“Damos cada vez mais conta de que a vida do homem não é um bem disponível, mas um precioso tesouro a defender e a cuidar com toda a atenção possível, do momento do seu início até ao seu último e natural fim.
A vida é um mistério que de si mesmo requer responsabilidade, amor, paciência, caridade, da parte de todos e de cada um. Mais ainda, é preciso rodear de desvelo e respeito quem se encontra doente e no sofrimento”.


O que nem sempre é fácil – admitiu o Papa, Mas nós sabemos onde ir buscar coragem e paciência para enfrentar as vicissitudes da existência, em particular as doenças e todo o tipo de sofrimento.


“Para nós, cristãos, é em Cristo que se encontra a resposta ao enigma do sofrimento e da morte. A participação na Santa Missa… imerge-nos no mistério da sua morte e ressurreição… É na escola do Cristo eucarístico que nos é dado aprender e amar sempre a vida e aceitar a nossa aparente impotência perante a doença e a morte”.


E Bento XVI concluiu com uma referência à escolha, da parte de João Paulo II, desta data de 11 de Fevereiro, memória de Nossa Senhora de Lourdes, para a celebração da Jornada Mundial do Doente. Em Lourdes – recordou o Papa – Maria “veio recordar-nos que nesta terra estamos só de passagem e que a verdadeira e definitiva morada do homem é o Céu”.


“Que a luz que vem do Alto nos ajude a compreender e a dar valor e sentido também à experiência de sofrer e de morrer. Peçamos a Nossa Senhora que lance o seu olhar materno sobre cada doente e sua família, para os ajudar a levar com Cristo o peso da cruz. A Maria, Mãe da humanidade, confiemos os pobres, os que sofrem, os doentes do mundo inteiro, com um pensamento especial às crianças que sofrem”.


« Retorno ao índice

MONS. NICOLA BUX :SÃO REALMENTE CATÓLICOS OS QUE SE REVOLTAM CONTRA O MAGISTÉRIO E O PAPA?




“¿Las críticas al Papa de Hans Kung y de algunos periódicos? Son mezquinas e infundadas. Mire, sobre este tema concuerdo, tanto en el título como en el contenido, con lo que ha escrito L’Osservatore romano”. Lo afirma Monseñor Nicola Bux, consultado por teléfono en Bari. Bux, reconocido teólogo y mente pensante, pondera y calibra las palabras y dice:

El Concilio Vaticano II, que pasó a la historia como evento pastoral, predicó la misericordia, la tolerancia, el perdón, el diálogo. Pienso, sin embargo, que estas indicaciones deberían aplicarse a 360 grados. Pero hoy ocurre lo contrario: aquellos que se escandalizan y se rasgan las vestiduras por presuntas violaciones del espíritu conciliar, atacan al Papa con argumentos y tonos encendidos que riñen precisamente con el Concilio. Me recuerdo a mí mismo, antes que a usted, que en aquel Concilio se habló de la medicina de la misericordia…

¿Qué significa?

Que el Papa, al levantar las excomuniones, ha utilizado con sabiduría precisamente la eficaz medicina de la misericordia como un buen médico. Hoy lo fulminan por haberse comportado según los dictados del Concilio… ¿no le parece raro?

También critican a los lefebvristas y a Monseñor Williamson aún cuando la Fraternidad, con espíritu de humildad, ha pedido perdón…

Así es. Considero que los lefebvristas son católicos en todos los sentidos y nadie puede negarlo; que Monseñor Lefebvre fue uno de los padres conciliares y que incluso firmó los documentos. Dicho esto, me pregunto: ¿son realmente católicos, al ciento por ciento, todos aquellos que, aún declarándose como tales y sin haber dado pasos formalmente cismáticos, se rebelan contra el Magisterio de la Iglesia y la autoridad del Papa? A mí me parece curioso que nos olvidemos de esta realidad y que se use el Concilio Vaticano II como un arma inapropiada contra alguien. En aquella asamblea y de aquella asamblea se dice que fundaba la nueva eclesiología, un cambio de época, y así sucesivamente. Y bien, lo repito, los hechos demuestran que las buenas y rectas intenciones hoy se han convertido en argumento para atacar y no para perdonar…

A veces se tiene la idea de que se busca un ecumenismo rengo. Es decir, el diálogo puede realizarse con ciertos sectores de la izquierda pero está prohibido cuando se dirige a la derecha…

En cierto sentido, es verdad: se tiene la sensación de que hay dos pesos y dos medidas. Lo vuelto a repetir: quien hoy insulta, ofende o censura de manera exagerada al Papa Benedicto XVI por el levantamiento de las excomuniones a los cuatro obispos lefebvristas, deja de lado precisamente al Magisterio de la Iglesia y al Concilio Vaticano II. Cristo es perdón, amor, piedad, misericordia. Ahora bien, ¿qué ha hecho el Pontífice? Un gesto de misericordia, una mano tendida, exactamente lo que Cristo y la Iglesia predican… y por esta razón ha quedado sometido a críticas feroces.

El problema se ha desencadenado por las lamentables declaraciones del Obispo Williamson sobre el tema del holocausto…

Entrevista a Monseñor Nicola Bux realizada por el periodista Bruno Volpe, para pontifex.roma
Indudablemente aquellas frases son, por lo menos, cuestionables… pero no forman parte de su Magisterio pastoral. En otras palabras, no las ha pronunciado como Obispo y mucho menos la Iglesia las ha hecho propias sino que, al contrario, ha tomado distancia de ellas. En sustancia, son valoraciones personales de Monseñor Williamson que yo no aprecio pero que, por otro lado, no se relacionan con la Iglesia. Añado que cada uno es libre de hacer sus afirmaciones, asumiendo luego las consecuencias. Pero yo no puedo, por eso, culpar a todos los tradicionalistas.

Es cierto que el Obispo Williamson ha dicho cosas inapropiadas. Pero nosotros miramos siempre la paja en el ojo ajeno y nunca la viga que tenemos en el nuestro. Si tuviéramos que hacer la clasificación de tantas opiniones ilógicas y extravagantes de laicos, religiosos, obispos y cardenales ocuparíamos mucho de nuestro tiempo. Por lo tanto, es justo bajar los tonos de la polémica y valorar la actitud del Papa sólo como un acto de perdón y misericordia: exactamente lo que dicen el Vaticano II, al que tanto se invoca, y la Iglesia

Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

sexta-feira, 13 de fevereiro de 2009

ASSINA O TEU APOIO AO SANTO PADRE


ASSINA O TEU APOIO AO SANTO PADRE
Queremos juntar-nos à campanha de apoio ao Vigário de Cristo lançada pelos fiéis católicos que querem expressar-lhe o seu agradecimento por buscar a unidade da Igreja com o perdão das excomunhões. As assinaturas serão entregues na Santa Sé. Este é o site para assinar:

http://www.soutienabenoitxvi.org/index.php?lang=pt

Não podemos permanecer indiferentes enquanto Bento XVI é crucificado por ser o pastor de todos.

Até este momento já se conseguiram : Assinaturas : 41.920
Número de crianças : 77.167

No dia 21 de janeiro de 2009, vossa Santidade decidiu por fim à excomunhão que pesava sobre os bispos da Fraternidade Sacerdotal São Pio X. Por este gesto corajoso, V.S. agiu como Pastor do rebanho que vos foi confiado por Deus. V.S.a catolicidade de uma obra da Igreja.

Homens e mulheres engajados na vida de nossas cidades, pais e mães de família ou solteiros, depois de tempos agitados onde a Barca parece invadida pela água por todos os lados, nós desejamos com Vossa Santidade levantar a Igreja de amanhã sobre a Tradição. Este projeto passa necessariamente pela transmissão da Fé às gerações futuras pelo amor à liturgia católica e pela defesa da vida humana.

Por meio desta carta, nós desejamos antes de tudo de expressar-vos nossa viva gratidão. Se este gesto histórico pode vos atrair a desaprovação de alguns setores da imprensa hostil que recorrem a amalgamas, ele suscita em nós uma alegria imensa e nos enche de esperança. Nós rezamos por vossa intenção, seguindo o pedido que VS formulou no início de vosso pontificado: “Rezai por mim, para que eu não fuja, por medo, diante dos lobos”[1]

Nós queremos, pondo nossa assinatura nesta carta, informar-vos de nossa idade e do número de nossos filhos para expressar que convosco, nós queremos construir a Cristandade para as gerações que virão, e que será, nós o esperamos de todo coração, livre de todo complexo e proclamará diante de todo o mundo o Credo.
É, pois num espírito de respeito filial que nós apresentamos nosso apoio e nossas orações quotidianas pelo vosso pontificado para a Igreja de Deus saia favorecida.



[1] Bento XVI, 24 de abril de 2006

A INTOLERÂNCIA DOS "TOLERANTES"

Valores não significam nada

Um motu tradicional da nova educação, apoiada nos pilares da Revolução Francesa, é a “tolerância” aos diversos tipos de opinião e pensamento.
Os professores do mundo todo se empenham para inculturar na cabeça dos seus alunos que eles precisam aprender a respeitar a opinião alheia, não fazendo da discordância um motivo de guerra ou de conflitos tumultuados.

Contudo, quando se trata da Igreja a tolerância é substituída por um misto de fúria histérica e ódio purulento.
Na Itália estão planejando uma marcha contra o Vaticano e, logicamente, contra o Papa Bento XVI que reunirá especialmente os “estudantes” e os professores, seus mestres de tolerância e virtude.

Não é a primeira vez que a máquina intolerante do ensino e da docência se coloca contra a voz do Papa. Quem não se lembra do lamentável episódio da universidade La Sapienza? O Papa deveria proferir uma aula magna e, devido aos ensurdecedores protestos dos professores ateus, recuou. Que docente, em sã consciência, se privaria de uma aula com uma das maiores mentes da filosofia e teologia do século XX(I)? A “Sã consciência” parece passar bem longe dos grandes centros universitários da Europa.

Novamente os instigadores da La Sapienza voltam as ruas para pedir o fim das intervenções do Vaticano na vida pública italiana e na vida intima dos “cidadãos”. Munidos de cartazes horrendos, com estampas e figuras violentas, gritarão palavras de ordem, contrariando o princípio basilar da sua ideologia: a tolerância!
A marcha, prevista para o dia 14 próximo, será o ápice da irracionalidade dos professores e da insignificância, para eles, de certos valores morais.

A intervenção explícita do Vaticano no caso de Eluana Englaro e o respaldo dado pelo Premiê italiano ao ensinamento da Igreja, tentando a todo custo impedir o assassinato de uma pessoa, enfureceram os docentes moralmente relativos. A marcha só deixará essa fúria clara e visível.

A marcha protesta principalmente contra o Tratado de Latrão e a criação do estado do Vaticano, afirmando que Ratzinger é um “revisionista do papado de Pio XI e XII, colaboradores do fascismo”. Irracionalmente, o manifesto culpará o Vaticano por perpetuar um pensamento machista, fascista, nazista e averiguará a culpa da Santa Sé na atual crise “neoliberal”. Vejam quanta idiotice, para dizer o mínimo! E é patrocinada por organizações de estudantes e professores universitários!

Estava demorando para alguém culpar o Vaticano pela crise global, econômica e financeira. Que respeito alguém pode esperar ser digno quando lança acusações que, por si só, são imensamente contraditórias.
O manifesto também critica as escolas católicas que “estão destruindo” a escola pública italiana, que certamente é comandada por pessoas de mente atordoada como a deles. Por não conseguirem fazer melhor que os colégios confessionais católicos, querem nivelar por baixo a educação italiana, fazendo com que todos os jovens recebam um conteúdo intolerante e hipócrita.

É uma manifestação tão estúpida e ridícula que não se pensaria existir na Europa. Pensaríamos que seria coisa dos partidários de Chavez ou Morales, mas é obra de europeu!
Fonte:Igreja Una e Santa

CONFERÊNCIA EPISCOPAL ESPANHOLA ENVIA CARTA DE APOIO AO PAPA BENTO XVI


Nestas fotos recentes vemos o cardeal Bertone em visita à Conferência Episcopal Espanhola


La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha enviado ayer una carta de apoyo al Papa Benedicto XVI. En ella expresa sus sentimientos de comunión y afecto ante las voces que han puesto en duda su amor por el pueblo judío.
El comunicado emitido hoy por la CEE, dando cuenta de la mencionada carta, señala textualmente:

La Conferencia Episcopal Española (CEE), por medio de su Comité Ejecutivo reunido hoy jueves en Madrid, ha enviado al Papa Benedicto XVI una carta de apoyo en la que le expresa “sus sentimientos de estrecha comunión y de sincero afecto” en unos momentos en los que se han levantado voces poniendo en duda su amor por el pueblo judío y, más en concreto, su firme rechazo de toda forma de antisemitismo.

“Conocemos bien el interés –señala la carta- con el que Vuestra Santidad, desde hace muchos años y, en particular, en el ejercicio del ministerio petrino, ha procurado el diálogo con los hermanos del Pueblo de la Primera Alianza y se ha esforzado por que su historia y su presente sean justamente conocidos y valorados en la Iglesia. Pocos, como Vuestra Santidad, han comprendido que, como enseña el Concilio Vaticano II, se trata de un pueblo amadísimo para Dios”.

Los obispos españoles lamentan que precisamente la benevolencia y la generosidad manifestada por el Papa, tratando de hacer todo lo posible para preservar y fomentar la unidad de la Iglesia, “hayan sido malinterpretadas e incluso tomadas como excusa para levantar testimonios falsos y predisponer negativamente a la opinión pública”.

Los prelados concluyen la carta asegurándole al Santo Padre la oración de los obispos españoles y del pueblo católico por sus intenciones, y rogando al
Señor que le conforte e ilumine en el gobierno de su Iglesia, “que necesita y agradece vuestro ministerio al servicio de la verdad del Evangelio y de la unidad en la caridad”.

PAPA BENTO XVI MOSTRA COMO PROGREDIR NA VIDA ESPIRITUAL


Propõe a «Escada do Paraíso» de João Clímaco como exemplo

CIDADE DO VATICANO, quarta-feira, 11 de fevereiro de 2009 (ZENIT.org).- O crescimento da própria vida na virtude não é algo que pertencia aos monges do deserto ou a quem queria levar uma vida de heroísmo, mas é um caminho para todos os batizados, afirma Bento XVI.

Diante dos cerca de 8 mil peregrinos reunidos na Sala Paulo VI para a audiência geral, o Papa retomou seu ensinamento sobre os Padres da Igreja, que havia deixado no ano passado para começar o ciclo de 20 catequeses sobre São Paulo.

Nesta ocasião, falou sobre João Clímaco, monge ermitão do século VI, autor da «Escada do Paraíso», um dos escritos espirituais mais importantes da história cristã.

João Clímaco foi um monge que viveu no Sinai como ermitão e como cenobita, em uma época em que o Império Romano havia se desmoronado diante do impulso das invasões bárbaras, e a única instituição que subsistiu foi a Igreja.

«A Escada, obra escrita por um monge eremita que viveu há 1400 anos, pode dizer-nos algo hoje? O itinerário existencial de um homem que viveu sempre na montanha do Sinai em um tempo tão distante, pode ser de aCtualidade para nós?», perguntou o Papa.

Ainda que a resposta parecesse ser negativa em um primeiro momento, o pontífice convidou os presentes a perceberem que «aquela vida monástica é só um grande símbolo da vida baPtismal, da vida do cristão».

O bispo de Roma disse que este método de vida espiritual proposto na Escada culmina «com as virtudes fundamentais, iniciais, mais simples: a fé, a esperança e a caridade».

«Não são virtudes acessíveis só aos heróis morais, mas dom de Deus a todos os baPtizados: nelas também cresce nossa vida», acrescentou.

A fé, por exemplo, «implica em que eu renuncie à arrogância, ao meu pensamento, à pretensão de julgar por mim mesmo, sem confiar-me a outros. Este caminho para a humildade, para a infância espiritual, é necessário: é necessário superar a atitude de arrogância».

Por outro lado, «só a esperança nos torna capazes de viver a caridade, a esperança na qual transcendemos as coisas de cada dia, não esperamos o êxito em nossos dias terrenos, mas esperamos finalmente a revelação do próprio Deus».

«Só nesta extensão de nossa alma, nesta auto transcendência, nossa vida se engrandece e podemos suportar os cansaços e desilusões de cada dia, podemos ser bons com os demais sem esperar recompensa. Só se Deus existe, esta grande esperança à qual tendo, posso cada dia dar os pequenos passos de minha vida e assim aprender a caridade», explicou.

«Escada»

O pontífice explicou aos fiéis em que consiste a «Escada» de João Clímaco, que este monge escreveu depois de 40 anos de vida eremita aos pés do monte Sinai.

Neste tratado de vida espiritual, João «descreve o caminho do monge desde a renúncia ao mundo ate a perfeição do amor. É um caminho que – segundo este livro – acontece através de 30 escadas, cada uma das quais está unida à seguinte».

Esta «ascensão» se divide em três fases: «a primeira mostra a ruptura com o mundo com o fim de voltar ao estado de infância evangélica»; a segunda «o combate espiritual contra as paixões»; e a terceira, «a perfeição cristã».

A primeira fase, explica Bento XVI, supõe «a volta à verdadeira infância em sentido espiritual, o chegar a ser como crianças. João comenta: «um bom fundamento é formado por três bases e três colunas: inocência, jejum e castidade. Todos os recém-nascidos em Cristo devem começar por estas coisas, tomando o exemplo dos recém-nascidos fisicamente». O afastamento voluntário das pessoas e lugares queridos permite à alma entrar em comunhão mais profunda com Deus. Esta renúncia desemboca na obediência, que é o caminho da humildade, através das humilhações – que não faltarão nunca – por parte dos irmãos».

A segunda, o combate contra as paixões, não deve ver-se como algo negativo, pois «é importante tomar consciência de que as paixões não são más em si mesmas, mas o são pelo mau uso que a liberdade do homem faz delas».

«Se forem purificadas, as paixões abrem ao homem o caminho para Deus com energias unificadas pela ascética e pela graça e, ‘se receberam do Criador uma ordem e um princípio..., o limite da virtude não tem fim’», afirma o Papa, citando João Clímaco.

Com relação à última fase, o sucessor de Pedro destaca os três princípios, «simplicidade, humildade e discernimento», dos quais «João, em linha com os Padres do deserto, considera mais importante este último, ou seja, a capacidade de discernir».

Refere-se também à oração, que pode ser corpórea, ou a «oração do coração», «a invocação do nome de Jesus, uma invocação contínua como a respiração». O fim da escada é a «trindade das virtudes»: a fé, a esperança e a caridade.

Esta caridade, comparada com o amor humano, está intimamente unida à esperança. «A ausência da esperança anula a caridade: a ela estão vinculadas nossas fadigas, por ela nos sustentamos em nossos problemas e graças a ela estamos rodeados pela misericórdia de Deus», conclui o Papa.

quarta-feira, 11 de fevereiro de 2009

PAPA BENTO XVI EXPRESSA DESEJO DE VISITAR PORTUGAL NUM FUTURO PRÓXIMO

Papa expressa desejo de visitar Portugal

Núncio apostólico foi recebido pelo pontífice

LISBOA, quarta-feira, 11 de fevereiro de 2009 (ZENIT.org).- O núncio apostólico em Portugal, Dom Rino Passigato, afirmou que Bento XVI expressou a ele o desejo de visitar o país.

«Espero poder ir a Portugal num futuro próximo», afirmou o Papa ao núncio, durante a audiência que lhe concedeu há cerca de um mês, antes de Dom Rino Passigato embarcar para Portugal para assumir a nunciatura.

«Há um desejo firme, um propósito mesmo do Santo Padre», enfatizou Dom Passigato, numa entrevista concedida ao Programa Ecclesia, segundo refere Agência Ecclesia, da Conferência Episcopal Portuguesa.

Dom Rino Passigato chega a Portugal num momento em que as relações Igreja-Estado estão fortemente marcadas pelo processo de regulamentação da Concordata.

Segundo o representante vaticano, «todas as pessoas que trabalham, da parte do governo e da parte da Igreja, estão comprometidas e querem avançar bem e chegar a uma solução», isso para que se traduzam em leis e decretos-lei os termos da Concordata.

«Os católicos em Portugal representam, de um ponto de vista sociológico, 80, 85% da população. É uma realidade, que tem de ser expressa em todas as circunstâncias, em todas as situações: nas escolas, nos hospitais, nas cadeias, no exército, etc... É uma realidade», disse.

Sobre a fé em Portugal, o núncio afirmou: «temos uma promessa, de Nossa Senhora, em Fátima, que assegura que o seu coração vai triunfar e que Portugal ficará católico, crente, cristão».

«Os cristãos em Portugal, se mantiverem firme o amor a Nossa Senhora, creio que vão manter também viva a sua fé, que nos leva diretamente a Jesus.»

«Maria não quer uma devoção a ela mesma, para ser o fim dessa devoção. Ela é a Mãe do Salvador e nos conduz a Jesus, o único salvador do homem», disse.

Dom Rino Passigato, italiano de 64 anos, foi nomeado núncio apostólico em Portugal no dia 8 de novembro passado.

APOIO AO SANTO PADRE BENTO XVI


ASSINA O TEU APOIO AO SANTO PADRE
Queremos juntar-nos à campanha de apoio ao Vigário de Cristo lançada pelos fiéis católicos que querem expressar-lhe o seu agradecimento por buscar a unidade da Igreja com o perdão das excomunhões. As assinaturas serão entregues na Santa Sé. Este é o site para assinar:

http://www.soutienabenoitxvi.org/index.php?lang=pt

Não podemos permanecer indiferentes enquanto Bento XVI é crucificado por ser o pastor de todos.

Até este momento já se conseguiram : Assinaturas : 39149
Número de crianças : 71627

No dia 21 de janeiro de 2009, vossa Santidade decidiu por fim à excomunhão que pesava sobre os bispos da Fraternidade Sacerdotal São Pio X. Por este gesto corajoso, V.S. agiu como Pastor do rebanho que vos foi confiado por Deus. V.S.a catolicidade de uma obra da Igreja.

Homens e mulheres engajados na vida de nossas cidades, pais e mães de família ou solteiros, depois de tempos agitados onde a Barca parece invadida pela água por todos os lados, nós desejamos com Vossa Santidade levantar a Igreja de amanhã sobre a Tradição. Este projeto passa necessariamente pela transmissão da Fé às gerações futuras pelo amor à liturgia católica e pela defesa da vida humana.

Por meio desta carta, nós desejamos antes de tudo de expressar-vos nossa viva gratidão. Se este gesto histórico pode vos atrair a desaprovação de alguns setores da imprensa hostil que recorrem a amalgamas, ele suscita em nós uma alegria imensa e nos enche de esperança. Nós rezamos por vossa intenção, seguindo o pedido que VS formulou no início de vosso pontificado: “Rezai por mim, para que eu não fuja, por medo, diante dos lobos”[1]

Nós queremos, pondo nossa assinatura nesta carta, informar-vos de nossa idade e do número de nossos filhos para expressar que convosco, nós queremos construir a Cristandade para as gerações que virão, e que será, nós o esperamos de todo coração, livre de todo complexo e proclamará diante de todo o mundo o Credo.
É, pois num espírito de respeito filial que nós apresentamos nosso apoio e nossas orações quotidianas pelo vosso pontificado para a Igreja de Deus saia favorecida.



[1] Bento XVI, 24 de abril de 2006

terça-feira, 10 de fevereiro de 2009

O SANTO SACRIFÍCIO DA MISSA


Damos as boas vindas a Una Voce Cadiz que hoje nasceu com o fim de fazer conhecer a Liturgia Gregoriana e da qual extraímos o presente artigo como convite a todos os nossos amigos a visitarem o referido site.

El Santo Sacrificio de la Misa
- La Misa es el Sacrificio de la Nueva Ley, instituido por Nuestro Señor Jesucristo, en el cual ofrecemos a Dios el Cuerpo y Sangre del mismo Jesucristo, bajo las apariencias o especies de pan y vino.

- Las ceremonias de la Misa son sagradas y venerandas. Las esenciales son las de la Consagración y vienen del mismo Divino Fundador. Las otras han sido sucesivamente ordenadas por la Iglesia a través de los siglos, con mucho detenimiento y con extremada prudencia, para inculcar a los fieles la dignidad y supremacía de la Misa sobre todos los otros actos del culto católico.

- Tres son los oferentes o ministros de la santa Misa: a) Jesucristo, Sacerdote Sumo y eterno, oferente principal y Víctima a un tiempo; b) el Sacerdote, oferente secundario, instituido por el mismo Jesucristo, y que en nombre de Él y de su Iglesia la ofrece como mediador entre Dios y el pueblo fiel; c) los fieles, oferentes impropiamente y sólo en el sentido de que son miembros del Cuerpo místico, o la Iglesia cuya cabeza es Cristo Víctima y Oferente; también lo son en el sentido de asistir al sacrificio o de dar el estipendio para su celebración.

- El Sacrificio de la Misa y el de la Cruz son un mismo e idéntico Sacrificio, pues la Víctima es la misma y es el mismo Oferente. Hay la sola diferencia que en la Cruz hubo derramamiento de sangre, y en la Misa se reproduce de una manera real pero mística, y se nos aplican los méritos de aquél.

- Cuatro fines tiene la Misa, y son los siguientes:

* Latréutico, el principal, que es adorar a Dios y darle culto debido como Señor y Creador nuestro.
* Propiciatorio, o aplacarle para que no nos castigue.
* Eucarístico, o darle gracias por sus beneficios.
* Impetratorio, o pedir gracias y favores.

Estos cuatro fines se contienen en esta cuarteta:

Con la Misa a Dios honramos (latréutico)
y aplacamos su rigor; (propiciatorio)
con ella gracias le damos (eucarístico)
y pedimos su favor. (impetratorio)

Fonte:Una Voce Cadiz

MONS. WILLIAMSON DÁ ENTREVISTA AO JORNAL SPIEGEL



Mons Williamson

*
Entrevista que Monseñor Richard Williamson ha concedido, con el permiso de sus superiores, al periódico alemán Spiegel, de la cual ya están haciéndose eco muchos medios internacionales.

***

El Vaticano le ha pedido retirar su negación del Holocausto y lo ha amenazado con no permitirle reanudar sus actividades como obispo. ¿Cómo reaccionará?

A lo largo de mi vida, siempre he buscado la verdad. Por este motivo, me he convertido al catolicismo y me hice sacerdote. Ahora solo puedo decir algo, la verdad de la que estoy convencido. Ya que hay muchas personas honestas e inteligentes que lo ven de distinta manera, yo debo examinar nuevamente las pruebas históricas. Dije lo mismo en mi entrevista con la televisión sueca: se trata de pruebas históricas, no de emociones. Y si yo encuentro estas pruebas, me corregiré. Pero esto llevará tiempo.

*

¿Cómo puede un católico instruido negar el Holocausto?

Me he ocupado del tema en los años ’80. Leí, entonces, una variedad de artículos sobre la materia. En la entrevista he citado el informe Leuchter, que me parecía atendible. Ahora me dicen que ha sido refutado científicamente. Ahora pienso investigarlo.

*

¿Podría ir personalmente a Auschwitz?

No, no viajaré a Auschwitz. He ordenado el libro de Jean-Claude Pressac. Se llama “Auschwitz: Technique and Operation of the Gas Chambers”. Una impresión me está siendo enviada y voy a leerlo y estudiarlo.

*

La Sociedad de San Pío X le ha fijado un ultimátum para fin de febrero. ¿Es posible una ruptura con ellos?

En el antiguo testamento, el profeta Jonás dice a los marineros, cuando el barco está en peligro: “Tómenme y arrójenme al mar, y el mar se les calmará; porque yo sé que es a causa de mí que ha sobrevenido esta gran tempestad”.

La Sociedad tiene una misión religiosa, que está sufriendo por mi causa. Yo examinaré ahora las pruebas históricas. Si no me parecen convincentes, haré todo lo que esté a mi alcance para asegurar que no haya más daños a la Iglesia y a la Sociedad.

*

¿Qué significa para usted el levantamiento de las excomuniones?

Nosotros solo queremos ser católicos, nada más. No hemos desarrollado nuestras propias enseñanzas sino que nos hemos limitado a preservar aquello que la Iglesia siempre ha enseñado y practicado. Y en los años ’60 y ’70, cuando todo se ha cambiado en nombre del Concilio, fue de pronto un escándalo. Como resultado, fuimos forzados a los márgenes de la Iglesia, y ahora que las Iglesias vacías y un clero envejecido dejan claro que estos cambios fueron un fracaso, estamos retornando al centro. Para nosotros, los conservadores, esto es así: si esperamos lo suficiente, queda probado que estamos en lo correcto.

*

El Concilio Vaticano II cuenta como uno de los más grandes logros de la Iglesia Católica. ¿Por qué no lo reconocen completamente?

Es absolutamente poco claro lo que se supone que reconozcamos. Un documento importante se llama “Gaudium et Spes”, o Gozo y Esperanza. En él los que lo han escrito hablan con gran entusiasmo acerca de la capacidad que tiene el turismo masivo para unir a la gente.

Pero difícilmente pueda uno esperar que una sociedad conservadora adopte los viajes organizados. Habla de miedos y de penurias. Y luego se menciona una Guerra nuclear entre las superpotencias. Verá, mucho de esto ya está anticuado. Estos documentos del Concilio son siempre ambiguos. Debido a que nadie supo exactamente lo que se suponía que esto significaba, todos comenzaron a hacer según lo que deseaban, poco después del Concilio. Esto ha resultado en este caos teológico que tenemos hoy. ¿Qué se supone que reconozcamos, la ambigüedad o el caos?

*

¿Es realmente consciente de que está dividiendo a la Iglesia con sus visiones extremas?

Sólo la violación de los dogmas, es decir, de los principios infalibles, destruye la fe. El Concilio Vaticano II declaró que no proclamaría ningún nuevo dogma. Hoy, los obispos liberales actúan como si existiese un tipo de super-dogma que todo lo abarca, y lo usan como justificación para una dictadura del relativismo. Esto contradice los textos del Concilio.

*

Su posición acerca del judaísmo es consistentemente antisemita.

San Pablo lo puso de esta forma: Los judíos son amados en consideración a nuestro Padre, pero son nuestros enemigos en consideración al Evangelio.

*

¿Intenta seriamente usar la tradición católica y la Biblia para justificar su antisemitismo?

El antisemitismo significa hoy muchas cosas, por ejemplo, cuando uno critica las acciones israelíes en la Franja de Gaza. La Iglesia siempre ha entendido la definición de antisemitismo como el rechazo a los judíos por sus raíces judías. Esto es condenado por la Iglesia. Incidentalmente, esto es evidente en una religión cuyos fundadores y todos los individuos importantes en su temprana historia eran judíos. Pero también era claro, debido al gran número de cristianos judíos en la temprana cristiandad, que todos los hombres necesitan a Cristo para su salvación – todos los hombres, incluyendo a los judíos.

*

El Papa viajará pronto a Israel, donde planea visitar el Memorial del Holocausto. ¿También se opone a esto?

Hacer una peregrinación a Tierra Santa es un gran gozo para los cristianos. Le deseo al Santo Padre todo lo mejor en su viaje. Lo que me preocupa acerca de Yad Vashem es que el Papa Pío XII es atacado allí, aunque ninguno salvó a más judíos que él durante el período nazi. Por ejemplo, el hizo confeccionar certificados bautismales para los judíos perseguidos para protegerlos contra el arresto. Estos hechos fueron distorsionados para significar exactamente lo opuesto. Por otra parte, espero que el Papa también tendrá el ojo y el corazón puestos en las mujeres y los niños que fueron heridos en la Franja de Gaza, y que hablará en apoyo de la población cristiana de Belén, que está ahora entre paredes.

*

Sus declaraciones han causado gran herida e indignación en el mundo judío. ¿Por qué no pide perdón?

Si me doy cuenta de que he cometido un error, pediré perdón. Pido a todo ser humano que me crea cuando digo que no dije deliberadamente nada falso. Estaba convencido de que mis comentarios eran acertados, basado en mi investigación en los ‘80. Ahora debo revisar todo nuevamente, y mirar la evidencia.

*

¿Reconoce al menos los derechos humanos universales?

Cuando los derechos humanos fueron declarados en Francia, cientos de miles fueron asesinados en toda Francia. Donde los derechos humanos son considerados un orden objetivo para que el estado implemente, hay constantemente políticas anti-cristianas. Cuando se trata de preservar la libertad de conciencia individual frente al estado democrático, entonces los derechos humanos juegan una función importante. El individuo necesita estos derechos contra un país que se comporta como un Leviatán. Pero el concepto cristiano de estado es diferente, de manera que las teorías cristianas de los derechos humanos enfatizan que la libertad no es un fin en sí misma. El punto no es libertad de algo, sino libertad para algo. Para el bien.

*

Sus declaraciones y el levantamiento de su excomunión han provocado protestas en todo el mundo. ¿Puede comprender esto?

Una simple entrevista en la televisión sueca ha dominado las noticias durante semanas en Alemania. Si, eso sí me sorprende. ¿Sucede así con todas las violaciones de la ley en Alemania? Difícilmente. No, soy sólo un instrumento aquí, de manera que pueda tomarse acción contra la SSPX y contra el Papa. Aparentemente, el catolicismo de izquierda de Alemania aún no ha perdonado que Ratzinger se haya convertido en Papa.

***

Texto original: Spiegel

Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

Hoje, recordamos o testemunho daquela que foi irmã gémea de São Bento, pai do monarquismo cristão. Ambos nasceram em 480, em Núrsia, região de Umbria, Itália.

Santa Escolástica começou a seguir Jesus muito cedo. Mulher de oração, ela sempre foi acompanhando o irmão por meio de intercessão. Depois, ao falecer seus pais, ela deu tudo aos pobres. Junto com uma criada, que era amiga de confiança e seguidora também de Cristo, foi ter com São Bento, que saiu da clausura para acolhê-la. Com alguns monges eles dialogaram e ela expressou o desejo de seguir Cristo através das regras beneditinas.

São Bento discerniu pela vocação ao ponto de passar a regra para sua irmã e ela tornou-se a fundadora do ramo feminino: as beneditinas. Não demorou muito, muitas jovens começaram a seguir Cristo nos passos de São Bento e de Santa Escolástica.

Uma vez por ano, eles se encontravam dentro da propriedade do mosteiro. Certa vez, num último encontro, a santa, com sua intimidade com Deus, teve a revelação de que a sua partida estava próxima. Então, depois do diálogo e da partilha com seu irmão, ela pediu mais tempo para conversar sobre as realidades do céu e a vida dos bem-aventurados. Mas São Bento, que não sabia do que se tratava, por causa da regra disse não. Ela, então, inclinou a cabeça, fez uma oração silenciosa e o tempo, que estava tão bom, tornou-se uma tempestade. Eles ficaram presos no local e tiveram mais tempo.

A reacção de São Bento foi de perguntar o que ela havia feito e desejar que Deus a perdoasse por aquilo. Santa Escolástica, na simplicidade e na alegria, disse-lhe: “Eu pedi para conversar, você não aceitou. Então, pedi para o Senhor e Ele me atendeu”.

Passados três dias, São Bento teve a visão de uma pomba que subia aos céus. Era o símbolo da partida de sua irmã. Não demorou muito, ele também faleceu.

Santa Escolástica, rogai por nós!

DON FERNANDO RIFAN: A FALTA DE ESPIRITUALIDADE LEVA A ABUSOS LTÚRGICOS



El obispo de una comunidad brasileña que celebra la misa antigua (forma litúrgica extraordinaria del Rito Romano, denominada tridentina o de San Pío V) considera que los abusos en la liturgia se deben a la «falta de una seria espiritualidad».

«La Santa Misa atrae por sí, por su sacralidad y su misterio», afirma monseñor Fernando Arêas Rifan, administrador apostólico de la Administración Apostólica Personal San Juan María Vianney.

En esta entrevista concedida a Zenit, el obispo habla, entre otras cosas, de la belleza y de la riqueza de la Misa antigua, cuya facultad de celebrar ha sido extendida por Benedicto XVI a toda la Iglesia con el motu proprio «Summorum Pontificum» del 7 de julio de 2007.

La Administración Apostólica Personal de San Juan María Vianney es una circunscripción eclesiástica equiparada por el derecho a las diócesis e inmediatamente sujeta a la Santa Sede, según el canon 368 y el decreto «Animarum Bonum».

Su fundador fue el obispo Licínio Rangel, quien fue consagrado por tres obispos ordenados ilícitamente por el obispo fallecido Marcel Lefebvre, fundador de la Fraternidad de San Pío X. El carácter cismático de la ordenación rompió la comunión plena con Roma.

Su regreso al seno de la Iglesia católica tuvo lugar el 18 de enero de 2002, en una ceremonia solemne presidida por el representante de Juan Pablo II, el cardenal Darío Castrillón Hoyos, prefecto de la Congregación vaticana para el Clero.



--En su Administración Apostólica se celebra la misa antigua del Rito Romano (precedente a la reforma de 1970). ¿Cuáles son las características de este tipo de misa?

--Monseñor Fernando Rifan: Hay varios motivos de este amor, de la preferencia y de la conservación de la forma extraordinaria de la Liturgia Romana. El entonces cardenal Joseph Ratzinger, nuestro actual Papa, hablando a los obispos chilenos en Santiago, el 13 de julio de 1988 los sintetizó de este modo: «Aunque hay numerosos motivos que pueden haber llevado a un gran número de fieles a encontrar refugio en la liturgia tradicional, el más importante es que allí encuentran preservada la dignidad de lo sagrado».

De hecho, por su riqueza, belleza, elevación, nobleza y solemnidad de las ceremonias, por su sentido de lo sagrado y reverencial, por su sentido de misterio, por su mayor precisión y por el rigor -ofreciendo así más seguridad y protección contra los abusos, sin dejar espacio a ambigüedades, a la libertad, creatividad, adaptaciones, reducciones y manipulaciones (como lamentaba el Papa Juan Pablo II en la encíclica «Ecclesia de Eucharistia»)-- y siendo para nosotros la mejor expresión litúrgica de los dogmas eucarísticos y sólido alimento espiritual, es una de las riquezas de la liturgia católica, con la que expresamos nuestro amor y nuestra comunión con la santa Iglesia. Y la Santa Sede reconoce esta adhesión nuestra como perfectamente legítima.

--¿La misa antigua podría ser más promovida en la vida de la Iglesia, aunque en forma extraordinaria, como señala y permite el motu proprio «Summorum Pontificum»? ¿Qué beneficios aportaría?

--Monseñor Fernando Rifan: Este era ya el deseo del Santo Padre Juan Pablo II, cuando afirmó en su motu proprio «Ecclesia Dei adflicta» del 2 de julio de 1988: « A todos esos fieles católicos que se sienten vinculados a algunas precedentes formas litúrgicas y disciplinares de la tradición latina, deseo también manifestar mi voluntad - a la que pido que se asocie la voluntad de los obispos y de todos los que desarrollan el ministerio pastoral en la Iglesia - de facilitar su vuelta a la comunión eclesial a través de las medidas necesarias para garantizar el respeto de sus justas aspiraciones... Además, se habrá de respetar en todas partes, la sensibilidad de todos aquellos que se sienten unidos a la tradición litúrgica latina, por medio de una amplia y generosa aplicación de las normas emanadas hace algún tiempo por la Sede Apostólica, para el uso del Misal Romano según la edición típica de 1962».

Este deseo ha sido ahora reforzado y ampliado al mundo entero por el Papa Benedicto XVI con el motu proprio «Summorum Pontificum».

Los beneficios de la reintroducción y de la difusión de la Iglesia de esta forma extraordinaria del Rito Romano han sido ya mencionados por el Papa actual en su motu proprio, cuando dice que en la celebración de la Misa según el Misal de Pablo VI se podrá manifestar, de manera más intensa, esa sacralidad que atrae a muchos hacia la tradición antigua. Es exactamente lo que ha subrayado el cardenal George de Chicago: «...el mismo Santo Padre, hace tiempo, llamó nuestra atención sobre la belleza y la profundidad del Misal de San Pío V... La liturgia de 1962 es un rito autorizado de la Iglesia católica y una fuente valiosa de comprensión litúrgica para todos los otros ritos.. Esta liturgia pertenece a la Iglesia entera como un vehículo del espíritu que se debe irradiar también en la celebración de la tercera edición típica del Misal Romano actual» (cardenal Francis George, arzobispo de Chicago, Estados Unidos, en el prólogo a las Actas del Coloquio 2002, «La liturgia y lo sacro», del CIEL, Centro Internacional de Estudios Litúrgicos).

Cuando participé, en agosto de 2007, en el Congreso de Oxford, reunido para enseñar la celebración de la Misa en la forma extraordinaria a los más de 60 sacerdotes diocesanos del Reino Unido allí presentes, el arzobispo de Birminghan, monseñor Vincent Nichols, dijo en la misa solemne de apertura a los sacerdotes participantes que, tras haber aprendido la misa en la forma antigua, aunque en sus parroquias celebraran la misa en el rito actual de Pablo VI, la celebrarían de todos modos mucho mejor. Creo que es un beneficio auspiciado por el Papa en el motu proprio «Summorum Pontificum».

--¿Qué indicaciones da usted para evitar la escasa atención y respecto por la liturgia?

--Monseñor Fernando Rifan: Hablando de los abusos posteriores a la reforma litúrgica, el entonces cardenal Joseph Ratzinger lamentaba que la liturgia degeneraba en un show, en el que se busca hacer la religión interesante con la ayuda de elementos de moda, con éxitos momentáneos en el grupo de los «fabricantes» litúrgicos (introducción al libro La Réforme Liturgique, de monseñor Klaus Gamber, página 6 y 8).

El cardenal Edouard Gagnon era de la misma opinión: «No se puede ignorar que la reforma (litúrgica) ha dado origen a muchos abusos y ha conducido en cierta medida a la desaparición del respeto por lo sagrado. Este hecho debe ser lamentablemente admitido y excusa a un buen número de aquellas personas que se han alejado de nuestra Iglesia y de su antigua comunidad parroquial» (...) («Integrismo y conservadurismo» - Entrevista al cardenal Cardinale Gagnon, «Offerten Zitung - Römisches «, nov. dic. 1993, p. 35).

Creo que el punto central de los abusos fue señalado por el mismo cardenal Ratzinger: la puerta dejada abierta a una falsa creatividad de los celebrantes (entrevista en L'homme Nouveau, nº 7, octubre 2001).

Detrás de esto está la falta de una seria espiritualidad, según la cual para atraer al pueblo se deben inventar novedades. La santa misa atrae por sí misma, por su sacralidad y su misterio. En el fondo, se trata de la disminución de la fe en los misterios eucarísticos a la que se trata de suplir con novedades y creatividad. Cuando el celebrante quiere convertirse en protagonista de la acción litúrgica, empiezan los abusos. Se olvida que el centro de la misa es Jesucristo.

El actual secretario de la Congregación para el Culto Divino, monseñor Albert Malcolm Ranjith, lamenta: «La santa misa es un sacrificio, don, misterio, independientemente del sacerdote que la celebra. Es importante, diría fundamental, que el sacerdote se retire: el protagonista de la misa es Cristo. No comprendo, por tanto, las celebraciones eucarísticas transformadas en espectáculos con bailes, cantos o aplausos, como lamentablemente sucede muchas veces con el Novus Ordo».

La solución a los abusos está en las normas dadas por el Magisterio, sobre todo en el documento «Redemptionis Sacramentum», del 25 de marzo de 2004, que pide que «todos procuren, según sus medios, que el santísimo sacramento de la Eucaristía sea defendido de toda irreverencia y deformación, y todos los abusos sean completamente corregidos. Esto, por lo tanto, es una tarea gravísima para todos y cada uno, y, excluida toda acepción de personas, todos están obligados a cumplir esta labor» (n. 183).

Pero, como dice monseñor Ranjith, «existen muchos documentos (contra estos abusos) que lamentablemente han quedado como letra muerta, olvidados en bibliotecas llenas de polvo, o peor aún, tirados a la papelera».

Por Alexandre Ribeiro, traducción del italiano por Nieves San Martín

FILÓSOFO ALEMÃO ROBERT SPAEMANN APOIA O PAPA BENTO XVI




Spaemann lamenta los juicios sobre Benedicto XVI y su Magisterio

El filósofo alemán Robert Spaemann ha calificado la repercusión mediática del levantamiento de la excomunión a los lefevbrianos de “histeria colectiva” y ha afirmado que "es absurdo" dudar de la postura del Papa sobre los conflictos que suceden en el mundo hebreo o de su radical condena hacia el antisemitismo.

Benedicto XVI, un Papa que propone la Doctrina de la Iglesia

En una entrevista publicada en el diario Avvenire, Spaemann, uno de los más importantes filósofos alemanes contemporáneos y profesor emérito de Filosofía en la Universidad Ludwig-Maximilians de Mónaco, reconoció "sentirse mal" por los "increíbles juicios sobre la figura de Benedicto XVI y sobre su Magisterio" y afirmó que “es absurdo” dudar de la postura del Papa sobre los conflictos que suceden en el mundo hebreo o de su radical condena hacia el antisemitismo.

Según explicó, los motivos de tanta “histeria” son dos. El primero se debe a que los medios alemanes ha tratado a Benedicto XVI de “oscuro dogmático” y el Papa no ha entrado en “ese juego”, por lo que muchos periodistas han ido acumulando “mucha frustración”. El segundo, a que “hay una gran oposición a una reconciliación de la Iglesia con el mundo tradicional”. Así, destacó que la entrevista del obispo lefebvriano Williamson ha sido vista como una ocasión formidable para tratar de ahondar en este proceso.

Spaemann aseguró que en la prensa alemana no se han explicado los términos exactos del levantamiento de la excomunión y que muchas cosas se han omitido. Así, recordó que el Papa, por ejemplo, ha levantado la excomunión latae sententiae también a los obispos chinos ordenados de manera ilícita –los llamados de la iglesia patriótica- y que, en algunos casos, han continuado ejerciendo. “Ahí nadie protestó”, advirtió.

A su juicio, el levantamiento se debe a que Benedicto XVI quiso ser padre y pastor frente a lo que definió de “gran dolor”. Estos cuatro obispos pueden ahora de nuevo confesarse, obtener la absolución de sus propios pecados, tomar la comunión y morir con los Sacramentos. Y non han sido reconfirmados como los obispos chinos.

Para Spaemann, más que una falta de comprensión hacia el Pontificado de Benedicto XVI, “se trata de la dificultad de aceptar un Pontificado que huye de las cosas falsas. Un Papa que, simplemente, propone la Doctrina de la Iglesia y lo hace sin aquella dureza que muchos se esperaban pero con gran dulzura y calma”.

APOIO AO SANTO PADRE BENTO XVI



ASSINA O TEU APOIO AO SANTO PADRE
Queremos juntar-nos à campanha de apoio ao Vigário de Cristo lançada pelos fiéis católicos que querem expressar-lhe o seu agradecimento por buscar a unidade da Igreja com o perdão das excomunhões. As assinaturas serão entregues na Santa Sé. Este é o site para assinar:

http://www.soutienabenoitxvi.org/index.php?lang=sp

Não podemos permanecer indiferentes enquanto Bento XVI é crucificado por ser o pastor de todos.

até hoje,10 de Fevereiro já se recolheram 36.018 assinaturas

segunda-feira, 9 de fevereiro de 2009

INSTITUIÇÃO DA SAGRADA EUCARISTIA SEGUNDO AS VISÕES DA BEATA ANA CATARINA EMMERICH



Instituição da Sagrada Eucaristia

Por ordem do Senhor, o mordomo pusera novamente a mesa e colocara-a um pouco mais alto e no meio, coberto de um tapete, sobre o qual estendera uma toalha vermelha e em cima desta, outra branca, bordada a crivo. Por baixo da mesa pôs um jarro de água e outro de vinho.

Pedro e João, indo à parte da sala onde era o forno do Cordeiro pascal, buscaram o cálice que haviam trazido da casa de Seráfia. Transportaram-no solenemente, dentro do invólucro; eu tinha a impressão de que carregavam um Tabernáculo. Colocaram-no sobre a mesa, diante de Jesus. Havia também um prato oval, com três pães ázimos, brancos e delgados, marcados com sulcos regulares; eram por estes divididos em três partes, no sentido da largura e no duplo de partes da largura, no sentido comprimento. Os pães estavam cobertos. Jesus já lhes fizera ligeiras incisões, durante o ceia pascal, para parti-los mais facilmente e pusera por baixo da toalha a metade do pão partido no banquete pascal. Estavam também sobre a mesa um cântaro de água e outro de vinho, como também três vasos, um com óleo grosso, outro com azeite, o terceiro vazio e mais uma espátula.

Desde os antigos tempos reinava o costume de partir o pão e beber do mesmo cálice no fim do banquete; era sinal de fraternidade e amor, usado por ocasião de boa vinda e despedida. Creio que há alguma coisa a este respeito também na Escritura Sagrada. Jesus, porém, elevou esse uso à dignidade do Santíssimo Sacramento. Até então tinha sido somente um rito simbólico e figurativo. Pela traição de Judas foi levado ao tribunal também a acusação de ter Jesus juntado alguma coisa nova às cerimônias da Páscoa; Nicodemos, porém, provou com trechos da Escritura Sagrada, que esse uso de despedida era muito antigo.

O lugar de Jesus era entre Pedro e João. As portas estavam fechadas; tudo se fez com solenidade misteriosa. Depois de se haver tirado do cálice o invólucro e levado à parte separada da sala, rezou Jesus, falando num tom solene. Vi que lhes explicava todas as santas cerimônias da última ceia; era como se um sacerdote ensinasse aos outros a santa Missa.

Em seguida tirou da bandeja em que estavam os vasos, um tabuleiro corrediço, tomou o pano de linho que cobria o cálice e estendeu-o sobre o tabuleiro. Depois o vi tirar do cálice uma patena redonda e pô-la sobre o tabuleiro coberto. Tirou então os pães que estavam ao lado, num prato coberto com um pano de linho e colocou-os na patena, diante de si. Os pães, que tinham a forma de um quadrilátero oblongo, excediam dos dois lados a patena, cuja borda, porém, permanecia visível na largura.

Em seguida puxou para si o cálice, tirou dele um copinho, colocando também os seis copos pequenos à direita e esquerda do cálice. Depois benzeu o pão àzimo e, creio, também os óleos, que estavam ao lado, levantou a patena, em que estavam os pães àzimos, com ambas as mãos, olhou para o céu, rezou e ofereceu-o a Deus, pôs a patena no tabuleiro e cobriu-a. Depois tomou o cálice, mandou Pedro derramar vinho e João derramar água, que antes benzera e juntou ainda um pouco de água, que colheu com a colherzinha. Benzeu o cálice, levantou-o, ofereceu-o, rezando e colocou-o no tabuleiro.

Mandou a Pedro e João derramarem-Lhe água sobre as mãos, por cima do prato em que anteriormente foram postos o pães àzimos e, tirando a colherzinha do pé do cálice, apanhou um pouco de água que lhe correra sobre as mãos e espargiu-a sobre as mãos dos dois Apóstolos. Depois passou o prato em redor da mesa e todos lavaram nele as mãos. Não me lembro bem se foi essa a ordem exata das cerimônias; mas tudo isso, que me lembrou muito o santo Sacrifício da Missa, comoveu-me profundamente.

Durante esse santo ato tornou-se Jesus cada vez mais afetuoso; disse-lhes que agora queria dar-lhes tudo que tinha: sua própria pessoa. Era com se derramasse sobre eles todo o seu amor e vi-O tornar-se transparente; parecia uma sombra luminosa.

Orando com esse amor, partiu o pão nas partes marcadas, as quais amontoou sobre a patena, em forma de pirâmide. Do primeiro bocado quebrou um pedacinho com a ponta dos dedos e deixou-o cair no cálice.

No momento em que o fez, tive a impressão de que a SS. Virgem recebeu o Santo Sacramento espiritualmente, apesar de não estar ali presente. Não sei agora como o vi; mas pensei vê-la entrar pela porta, sem tocar no chão aproximar-se de Jesus, do lado desocupado da mesa e receber o santo Sacramento em frente d’Ele; depois não a vi mais. Jesus dissera-lhe de manhã, em Betânia, que celebraria a Páscoa junto com ela, marcando-lhe a hora em que, recolhida em oração, devia recebê-la espiritualmente.

O Senhor rezou ainda e ensinou; todas as palavras lhe saíram da boca como fogo e luz e entraram nos Apóstolos, com excepção de Judas. Depois tomou a patena com os bocados de pão (não sei, mas se a tinha posto sobre o cálice) e disse: “Tomai e comei, isto é o meu corpo, que será entregue por vós”. Nisso estendeu a mão direita como para benzer e, enquanto assim fazia, saiu dEle um esplendor, suas palavras eram luminosas e também o era o pão que se precipitou na boca dos Apóstolos, como um corpo resplandecente; era como se Ele mesmo entrasse neles. Vi-os todos penetrados de luz; só Judas vi escuro.

O Senhor deu o Sacramento primeiro a Pedro, depois a João; em seguida fez sinal a Judas para aproximar-se; foi o terceiro, a quem deu o SS. Sacramento. Mas a palavra do Cristo parecia recuar da boca do traidor. Fiquei tão horrorizada, que não posso exprimir o que senti nesse momento. Jesus, porém, disse-lhe: “Fazei já o que queres fazer” e continuou a dar o Santo Sacramento aos Apóstolos, que se aproximaram dois a dois, segurando alternadamente, em frente um do outro, um pequeno pano engomado, bordado nos lados, o qual cobria o cálice.

Jesus levantou o cálice pelas duas argolas até a altura do rosto e pronunciou as palavras da consagração sobre ele. Nesse ato ficou transfigurado e como transparente, parecendo passar tudo o que lhes deu. Fez Pedro e João beberem do cálice, que segurava nas mãos, colocando-o depois na mesa; João passou com a colherzinha o SS. Sangue do cálice para os copinhos, que Pedro ofereceu aos Apóstolos, os quais beberam dois a dois de um copo. Creio, mas não tenho absoluta certeza, que Judas também participou do cálice; não voltou, porém, ao seu lugar, mas saiu imediatamente do Cenáculo.

Como Jesus lhe tivesse feito um sinal, pensaram os outros que o tivesse encarregado de algum negócio. Retirou-se sem ter rezado e feito a ação de graças, por onde se vê como é mau retirar-se sem ação de graças, depois de tomar o pão quotidiano ou o Pão Eterno. Durante toda a refeição, eu tinha visto ao pé de Judas a figura de um pequeno monstro vermelho e hediondo, cujo pé era como um osso descarnado e que ás vezes lhe subia até o coração. Quando saiu de casa, vi três demônios cercarem-no; um entrou-lhe na boca, outro empurrou-o para frente e o terceiro correu-lhe à frente. Era noite e eles pareciam alumiá-lo; Judas corria como um louco.

O Senhor deitou o resto do Santíssimo Sangue, que ainda ficara no fundo do cálice, no copinho que antes estivera dentro do cálice; pondo depois os dedos por cima do cálice, mandou Pedro e João derramarem água e vinho sobre eles. Feito isso, fê-los beber ambos do cálice e o resto vazou-os nos outros copinhos, distribuindo-os pelos outros Apóstolos. Em seguida Jesus enxugou o cálice, meteu nele o pequeno copo, contendo o resto do Santíssimo Sangue, colocou em cima a patena, com os restantes pães ázimos consagrados pôs a tampa e cobriu o cálice de novo com o pano, colocando-o depois sobre a bandeja, entre os seis copinhos. Vi os Apóstolos comungarem dos restos do Santíssimo Sacramento, depois da ressurreição de Jesus.

Não me lembro de ter visto o Senhor comer as espécies consagradas, a não ser que eu não reparasse. Dando o Santíssimo Sacramento, deu-se de modo que parecia sair de si mesmo e derramar-se nos Apóstolos, numa efusão de amor misericordioso. Não sei como posso exprimi-lo.

Também não vi Melquisedec, quando ofereceu pão e vinho, come-lo e bebê-lo. Soube também porque os sacerdotes o consomem, apesar de Jesus não o ter feito.

Dizendo isso, Catharina Emmerich virou de repente a cabeça, como para escutar; recebeu uma explicação sobre esse ponto, da qual pôde comunicar somente o seguinte; “se, porém, os sacerdotes não o recebessem, já se teria perdido há muito; por isso é que se conserva”.

Todas as cerimónias, durante a instituição do SS. Sacramento, foram feitas por Jesus com muita calma e solenidade, para ao mesmo tempo ensinar e instruir os Apóstolos, os quais vi depois tomarem notas de certas coisas, nos pequenos rolos que tinham consigo. Todos os movimentos de Jesus, para a direita e para a esquerda, eram solenes, como sempre que estava rezando. Tudo mostrava em geral o santo Sacrifício da Missa. Durante a cerimónia e em outras ocasiões, vi também os Apóstolos se inclinarem uns diante dos outros ao aproximarem-se, como ainda fazem os sacerdotes de hoje.

BEATA ANA CATARINA EMMERICH


9 de fevereiro

Ana Catarina Emmerich

Ana Catarina Emmerich nasceu em 08 de setembro de 1774, na aldeia de Flamske, perto de Coesfeld, atual Alemanha. Os pais, Bernardo Emmerich e Ana Hillers, camponeses pobres e piedosos cristãos, a batizaram no mesmo dia, como os outros nove filhos. Desde a infância Ana ajudava nos afazeres domésticos e do campo. Freqüentou pouco a escola, mas se notava seus bons conhecimentos da religião e que Deus lhe dera dons especiais.

Até os quinze anos de idade, trabalhou como pastora, na casa de um parente. Nesse período ouviu o chamado de Deus para a vida consagrada, mas encontrou a oposição do pai. Então aprendeu a costurar e foi trabalhar em Coesfeld, para concluir sua formação. Freqüentava a igreja, participava da Missa e, mesmo sozinha, fazia a oração da Via Sacra. No tempo livre procurava um convento que a aceitasse. Apesar das várias tentativas, Ana Catarina não conseguiu ingressar em nenhum. Alegavam a pouca escolaridade e não saber ao menos tocar órgão. Por isso, abandonou a costura e foi morar com a família do piedoso organista Soentgen.

Entretanto, em 1802, o organista conseguiu seu ingresso junto com o de sua filha Clara Soentgen, no Convento das Agostinianas, em Duelmen. Por causa de sua origem humilde, no início Ana Catarina foi pouco considerada pelas co-irmãs. No ano seguinte ingessou na ordem, sendo agraciada com uma visão. Dedicou com fervor à observância das regras da ordem e assumiu os afazeres mais pesados do Convento. Esse período foi uma verdadeira escola da Cruz, porque ninguém lhe compreendia o estado d'alma, duvidando de suas visões contemplativas. À tudo isso se somou o sofrimento de várias e sucessivas enfermidades, que a deixou acamada em sua cela de 1806 a 1811.

Nesse ano, o Convento das Agostinianas de Duelmen, como todos os demais foi suspenso pelas leis francesas de Napoleão Bonaparte. As religiosas se dispersaram, mas Ana Catarina, pobre e doente, permaneceu ali mais algum tempo. Em 1812 foi trabalhar como criada do sacerdote João Marinho Lambert, um refugiado da diocese de Amiens, naquela cidade. Mas logo voltou a ficar doente sem poder se levantar do leito. Com autorização do padre Lambert, Ana Catarina trouxe sua irmã mais nova, Gertrudes, a qual sob sua direção passou a cuidar da casa.

A partir de 1813, Ana Catarina recebeu os estigmas de Cristo, cujas dores já vinha sofrendo a muito mais tempo. O fato de ter as chagas não podia ficar escondido. O vigário mandou chamar um jovem médico, chamado Dr. Francisco Wesener, que de tão impressionado se dedicou ao seu tratamento, nos próximos onze anos, registrando num diário tudo o que presenciou daquela excepcional mística cristã.

Anna Catarina distinguia com facilidade os objetos sagrados de profanos. Reconhecia e determinava com exatidão as relíquias dos Santos, tocando-as e, assim, via a vida, as obras e os sofrimentos de cada um deles. Ela viu no êxtase toda a vida e Paixão de Jesus Cristo e de sua Santíssima Mãe. Assim como, viu os trabalhos dos Apóstolos, a propagação da Santa Igreja, muitos fatos do Velho Testamento e também eventos futuros.

Muitas personalidades do movimento de renovação da Igreja, no inicio do século XIX, foram se encontrar com essa mística católica alemã. O mais significativo foi com o renomado escritor Clemente Brentano, em 1818, que todos os dias durante cinco anos a visitou, para anotar as suas visões que mais tarde publicou.

No final de dezembro de 1823, Ana Catarina ficou cada vez mais débil. Como fez em todos esses anos passados, ela uniu seu sofrimento ao sofrimento de Jesus e ofereceu para redenção das pessoas. Morreu, no dia 09 de fevereiro de 1824 e foi sepultada no cemitério de Duelmen, num funeral que contou com a presença de muitas autoridades.
O Papa João Paulo II, no ano 2004, declarou Bem-aventurada, a mística agostiniana Ana Catarina Emmerick.

TRADICIONALISMO ou PROGRESSISMO ? FALSAS ALTERNATIVAS (De: Dietrich Von Hildebrand



Quem lê a luminosa Encíclica Ecclesiam Suam, do Papa Paulo VI, ou a magnífica Constituição Dogmática da Igreja, dos Padres Conciliares, só pode ficar convencido da grandeza do Concílio Vaticano II.
Porém, quando se volta a tantas publicações contemporâneas, algumas delas da autoria de teólogos famosos, outras de teólogos de menor renome, outras ainda de leigos que nos oferecem as suas diletantes elucubrações teológicas, chega-se a ficar profundamente entristecido, e até mesmo refém de graves apreensões.

Será realmente difícil conceber maior contraste do que o existente entre os Documentos oficiais do Vaticano II, e as declarações oficiais insípidas, de vários teólogos e leigos, que têm brotado por toda parte, como verdadeira praga.
De um lado, achamos o verdadeiro Espírito de Cristo, a voz autêntica da Igreja, deparando-nos com textos que, no fundo e na forma, respiram gloriosa atmosfera sobrenatural.

De outro lado, encontramos deprimente secularização, completa perda do 'sensus supernaturalis', um charco de confusões.
A distorção da autêntica natureza do Concílio, produzida por essa epidemia de diletantismo teológico, tem a sua mais forte expressão nas falsas alternativas, as quais nos ordenam a todos escolher: ou aceitar a secularização da Cristandade, ou negar a autoridade do Concílio.

Essas alternativas drásticas e dissidentes são, com bastante frequência, rotuladas de respostas “progressistas” e respostas “tradicionalistas”.
São termos que se aplicam facilmente a muitos domínios naturais, mas podem ser extremamente enganadores quando aplicados à Igreja.

É da própria natureza da Fé cristã e católica aderir à Revelação Divina imutável, reconhecendo que na Igreja há algo que paira acima dos altos e baixos das culturas e do ritmo da História.
A Revelação Divina e o Corpo Místico de Cristo diferem completamente de todas as entidades naturais.
Ser 'conservador' ou ser 'tradicionalista', é neste caso um elemento essencial da resposta que é devida a esse fenómeno original, a Igreja.

Mesmo um homem que não seja, de modo nenhum, conservador por temperamento, mas progressista em muitos outros aspectos, deve ser conservador na sua relação com o Magistério infalível da Igreja, se pretende ser Católico verdadeiro.
É possível ser, ao mesmo tempo, progressista e católico; mas não se pode ser progressista a respeito da Fé católica.

A ideia de “católico progressista”, neste sentido, é uma contradição "in adjecto".
Infelizmente, há muitos que, hoje em dia, já não entendem tal contradição, pelo que orgulhosamente se proclamam “católicos progressistas”.

Com os rótulos de “tradicionalismo” e “progressismo”, realmente colocam os fiéis na situação de ter de escolher entre a oposição a qualquer renovação, oposição até mesmo em relação à eliminação de certas coisas que se introduziram furtivamente na Igreja, por abuso ou fragilidade humana, como por exemplo:
O legalismo, o abstraccionismo, a pressão externa em problemas de consciência, graves abusos de autoridade nos conventos, assim como mudanças rebeldes na Fé católica, o que obviamente só pode representar o seu abandono.

Mas essas alternativas são falsas; porquanto existe realmente uma terceira opção, que acolhe bem as decisões oficiais do Concílio Vaticano e, ao mesmo tempo, rejeita enfaticamente as interpretações secularizantes que lhes são propostas pelos chamados teólogos e leigos 'progressistas'.
Esta terceira opção baseia-se, de facto, na inabalável Fé em Cristo e no Magistério infalível da Sua Santa Igreja.

Aceita como certo que não há lugar para alterações na Doutrina revelada por Cristo e divinamente interpretada e ensinada pela Igreja.
Não admite nenhuma possibilidade de mudança, excepto o “desenvolvimento” na formulação explícita do que já se achava presente na Fé dos Apóstolos, ou do que necessariamente daí decorre, como diz o Cardeal Newman.

Sustenta a atitude de que a Moralidade Cristã da Santidade, a Moralidade revelada na Sagrada Humanidade de Cristo e nos Seus Mandamentos, exemplificada em todos os Santos, permanece a mesma para sempre.
Sustenta que o objectivo da nossa existência é sermos transformados em Cristo, tornando-nos, por Ele e n´Ele, criaturas novas, segundo as palavras de S. Paulo: “É esta a Vontade de Deus, a vossa santificação”.

Esta posição assevera a diferença radical entre o Reino de Deus e o "saeculum".
Leva em conta a luta entre o Espírito de Cristo e o espírito de Satanás, através de todos os séculos passados e futuros, até ao fim do mundo.

Crê que as palavras de Cristo -- “Se fôsseis do mundo, o mundo vos amaria como seus; mas, como não sois do mundo, porque do mundo vos escolhi, o mundo vos odeia” -- são tão válidas como em qualquer época anterior.
É esta, pura e simplesmente, a posição católica, sem mais nenhuma interpretação, nem excepções.

Alegra-se com toda a mudança que amplia o "instaurare omnia in Christus", e leva a Luz de Cristo aos sectores da vida que positivamente foram adicionados.
É de facto um encorajamento específico, sobretudo dirigido aos católicos, no sentido de confrontar e identificar tudo com o Espírito e a Verdade de Cristo, no tempo e fora do tempo, apesar do espírito mundano da nossa época ou de qualquer época passada.

Esta renovação aprecia, com especial reverência, aqueles grandes dons dos séculos cristãos que nos precederam, que reflectem a sagrada atmosfera da Igreja, como por exemplo, o Canto Gregoriano e os admiráveis Hinos da Liturgia latina.
Sustenta que isso jamais deve deixar de desempenhar grande papel na nossa Liturgia, e que em nossos dias, como no passado, constitui relevante missão apostólica.

Acredita que as Confissões de Santo Agostinho, os escritos de S. Francisco de Assis, as obras místicas de Santa Teresa d´Ávila, assim como tantas outras de análogo esplendor, encerram mensagem vital para todos os períodos da História.
Representa uma atitude de profunda e filial devoção ao Santo Padre e de reverente amor à Igreja, em todos os seus aspectos, como sendo o autêntico "sentire cum Ecclesia".

Deve ficar bem claro que esta terceira resposta, perante a crise actual da Igreja, não é timidamente comprometedora, mas consistente e sem rodeios.
Não é saudosista, nem antecipa um futuro meramente terreno, pois está focalizada para a Eternidade.

Assim, está apta a viver plenamente no presente, pois somente experimentamos em plenitude um presente efectivo quando conseguimos libertar-nos da tensão do passado e do futuro, quando já não somos prisioneiros do frenético impulso para o momento a seguir.

À luz da Eternidade, cada momento da vida, individual ou comunitária, recebe o seu completo significado e objectivo.
Portanto, devemos fazer justiça à nossa era, mas somente considerando-a à luz do destino eterno do homem, à luz de Cristo.

A resposta, que acabamos de descrever, envolve sérios cuidados e apreensões, devido à actual invasão da vida da Igreja pelo secularismo, considerando a crise actual como a mais séria de toda a História da Igreja.
Se bem que este ideal cristão viva na firme esperança de que a Igreja sempre triunfará, pois o Senhor prometeu:
“E as portas do Inferno não prevalecerão contra ela”.

(HILDEBRAND, Dietrich Von
- in "Cavalo de Tróia na Cidade de Deus"
- Ed. Agir. 1970, capítulo I, p. 19-22)
FONTE : NOVA EVANGELIZAÇÃO CATÓLICA