Y SI DIOS VISTE ASÍ A LAS FLORES DEL CAMPO…
EXPERIENCIA DE DIOS EN LOS ACONTECIMIENTOS DE LA VIDA DE LAS PERSONAS.
1.-INTRODUCCIÓN.
Juan de Ávila al presentar ejemplos de fenómenos en los que Dios podía ser vivenciado, no recurría a hechos que en alguna medida se podrían considerar milagrosos, sino que como él mismo advertía tenía en la mente hechos corrientes y al alcance de la mayor parte de las personas; parecería como si el Dios de Juan de Ávila fuese alguien tan cercano como el Dios bíblico que bajaba a dialogar con el hombre al que había creado pudiendo encontrarse con Él en cualquier acontecimiento de la propia existencia.
Bajo esta consideración subyace una idea de la divinidad que es propia de cualquier religión, la idea de que Dios se ocupa de todo lo que ocurre tanto en la naturaleza como en la historia humana; y esto no sólo a un nivel global sino en un nivel particular; aplicado esto a la vida humana equivale a decir que Dios se ocupa de todas y cada una de las personas, en el caso de la religión cristiana, a través de su providencia.
Contra esta idea de un Dios providente está esa otra que podríamos calificar de Deísta, por la que se admite la existencia de Dios y hasta su acción creadora de la naturaleza y el hombre pero se niega que Dios intervenga de alguna manera en esa realidad que él ha creado. La idea es antigua, ya Aristóteles presentaba a Dios como la causa primera y el motor primero de todo lo existente pero negaba cualquier intervención divina fuera de esa función. El pensamiento ilustrado francés subrayó también una idea similar, los modernos deístas renuevan estas concepciones acerca de Dios.
Para el teísmo filosófico carece de racionalidad, o si la tiene es menguada, aceptar la existencia de Dios y su acción creadora y negar que ese Dios origen y principio de todo se olvide por completo de lo que ha creado dejando que la criatura se desenvuelva por sí sola de acuerdo con la naturaleza que Dios le ha dado, tal Dios no sería Dios, sino un remedo de la divinidad. Si Dios existe ¿ quién le puede poner puertas a Dios? ¿ y quién puede desligar a la criatura de su creador, si la misma esencia de creatura implica la permanente dependencia de su creador en su misma entidad ? Porque Dios no es un relojero, ni un productor, ni un motor, ni una causa, Dios es el Creador que sin nada previo a él ha dado origen a todo lo real, y todo lo real es una participación creada de la única realidad. No hay ser, ni seres fuera del Ser.
El problema central de la teología es la existencia de Dios, si Dios existe todo es posible, y si todo es posible, cualquier cosa es creíble, con tal de que tenga racionalidad.
En el caso que nos ocupa para san Juan de Ávila la presencia de Dios en el mundo y la posibilidad de su conocimiento, no sólo por la fe, y por la razón sino por la experiencia es una consecuencia de la mera existencia de Dios. Si Dios existe es inconcebible que ese Dios en el que existimos, nos movemos y somos , se haya ausentado de tal forma de lo real que se imposible contactar con él.

JESÚS EN EL HUERTO DE LOS OLIVOS. GUAGUIN
2.-LA PROVIDENCIA DIVINA Y EL AMOR DE DIOS.
Escuchemos sus palabras:
“ Hase de enseñar al pueblo que tiene un Dios de quien ha de recibir todo bien y remedio de sus necesidades…(1)
porque ninguna cosa viene por casualidad
más todo bajo la providencia de Dios”(2)
A este respecto quizá no sea inútil señalar cómo la fe individual de gran número de creyentes, está más unida a sucesos concretos de su propia vida, que a las razones y pruebas en las que basan las religiones sus creencias. De igual modo las dudas y decepciones religiosas tienen mucho que ver con los acontecimientos y frustraciones de cada persona en particular.
El maestro Ávila habla de la posibilidad de experimentar la providencia divina en estos acontecimientos que configuran cada existencia; afirmar esto no es otra cosa que decir que los acontecimientos están sujetos a un designio y propósito divino que puede ser descubierto y constatado.
Por lo mismo no tiene inconveniente en invitar a las personas a que se interioricen y busquen lo que Dios les quiere decir por medio de las cosas que les ocurren:
“ Bienaventurado aquel a quien Dios dio sentimiento de
su bondad en todas las cosas y que de todas usa de viva fe.
trabájese vuestra señoría de entender a Dios cuyas obras son palabras,
porque es acepto a su señor el siervo que le entiende.” (3)
Una idea que repite Juan de Avila es que el amor de Dios al hombre es un amor personalizado, esta idea está en contra de una concepción del amor genérico de Dios a la humanidad: decir que Dios ama a todos los hombres equivale a decir que Dios no ama a nadie.
La persona humana es un individuo, es decir un sujeto único e irrepetible que tiene su origen en Dios, esta característica del ser humano, pide un amor personalizado, tanto más si tal amor proviene de Dios. Dios ama a cada una de las personas con un amor adecuado a cada persona, por eso la providencia divina no es una providencia genérica, sino que Dios va haciendo con cada persona un camino de salvación que se le puede hacer patente en los acontecimientos de su vida diaria.
The Journey
3.-LOS SIGNOS DE LA PRESENCIA DIVINA.
¿ Qué es lo que permite al sujeto tomar conciencia de que “ la mano de Dios” está en los acontecimientos?
Juan de Ávila no se plantea directamente esta pregunta, hay sin embargo en sus escritos muchas enseñanzas que valdrían como respuesta a una pregunta de tal naturaleza. Voy a intentar describirlas de modo que aparezca su valor de signos de la presencia de la divinidad.
Unas veces es el descubrimiento del entramado de los acontecimientos considerados como ilógicos y sin sentido, de pronto se iluminan haciéndose inteligibles para el sujeto, de manera que donde pensaba que había pérdida termina por descubrir que hay ganancia:
Dios sea bendito en todo, sus juicios adorados,
que por donde a nosotros nos parece pérdida, por allí, con su alto saber nos gana,
y esto para darnos a entender nuestro poca saber e insuficiencia
y para que de corazón nos ofrezcamos llenos de fe en sus manos…” (4
El signo que se indica consiste en que sólo la presencia de la providencia divina puede hacer positivo lo que en sí mismo era tenido por nosotros como negativo.
“ Gracias, Señor, a ti para siempre,
que de males tan perjudiciales sueles sacar bienes mayores…
y aún de pecados que has hecho, como dice san Agustín, (5)
se te tornan en bien.” (6)
En ocasiones es la irrupción de una ayuda dotada de ciertas cualidades, por las que la persona sale de una situación peligrosa, de la que era incapaz de librarse por ella misma. Esto es fácilmente comprobable, según el santo, en la victoria de tentaciones y tribulaciones:
“…Sé, que en el extremo de la tribulación,
cuando ya no hay fuerza en quien padece,
ni sabiduría en quien rige la nao…
viene el esforzado y piadoso David
y saca la oveja libre y salva de la boca del león,
y soy testigo de mayores tribulaciones que yo pudiera creer,
si no las viere y de la maravillosa y piadosa providencia de Dios,
que no desampara en las tribulaciones” (6)
Hay ocasiones en las que se comprueba cómo el fluir de los acontecimientos, en su desarrollo natural, son la mejor solución a los problemas de la existencia, como si ellos proveyeran mejor que los propios planes de las personas, cumpliéndose el dicho paulino de “ que a los que Dios ama todas las cosas se convierten en bien”(7)
La comprobación de que las cosas ocurren de acuerdo con lo pedido en la oración es para el maestro Ávila otro signo de la providencia divina:
Oíd, dice en un sermón, quizás os ha acaecido alguna vez esto
teníais alguna necesidad, pedís al Señor con fe;
mirad en esta experiencia, que si Dios os dio a entender que pidiereis,
aunque se tarde, daros ha y responderos ha.
sentiréis algunas veces que cuando se tardan,
un no sé que…no sé como es esto…;
cuando con fe demandamos, nos dan a entender que nos oirán,
y que no tardarán lo que pedimos:
Sentís algunas veces que no tuvo efecto vuestra petición.
Mirad bien esto. Si el Señor te dio don de oración
darte ha lo que pidiereis, porque aunque lo dilate, no se olvida”(8)
El texto es un modelo de recurso a la experiencia. Es como la descripción de los pasos de una experiencia compleja, hecha además con gran espontaneidad y sencillez:

AL QUE LLAMA SE LE ABRE
Experiencia de la necesidad.
Moción a pedir.
Vivencia de que va a ser escuchado.
Posible confusión por una hipotética tardan
Comprobación de que ha sido escuchado.
Juan de Ávila habla en varios lugares de sus escritos de esto que ha llamado “ don de oración” señalando cómo es una gracia de la que se puede tener experiencia:
Esta es una gracia dada gratuitamente y don muy especial,
y esto que llamamos “ oración con eficacia…”
Que el que no tiene de este don experiencia en sí,
no debe admitir cargo de almas, porque ha de tener experimentado
que le da Dios orejas para sus necesidades
y las de sus súbditos” (9)
La comprobación de la presencia de Dios en estos signos, tiene casi siempre repercusiones en el sujeto que las comprueba, en los sentimientos, actitudes y creencias.
Aparecen también aquí, la reverencia, admiración, agradecimiento, amor, entrega, temor…, sentimientos típicos de la actitud y de la experiencia religiosa.
“… todas las cosas, Señor,
dan voces de que te quieran bien a ti,
porque todas ellas son testigos de quien eres tú,
y de las dádivas que nos das.” (10)
NOTAS.
(1) Plat. 3ª; (2) Carta 51;(3) Carta 14; (4) Carta, 41; (5) san Agustín, de Comp et gratia.M.L. 44,930) (6) A. Filia 3198 ss; (7) Ibidem 2435; Cf. Rom. 8,28 (8) Sermón 10,91.(9) Plat. 3ª (10) Plat. 16..

FONTE