terça-feira, 2 de junho de 2015

Papa Francisco: “Continue o bom trabalho na liturgia iniciado pelo Papa Bento XVI”.

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Papa Francisco: “Continue o bom trabalho na liturgia iniciado pelo Papa Bento XVI”.

Por Rorate-Caeli | Tradução: FratresInUnum.com: Ontem teve início a tão aguardada Conferência Sacra Liturgia EUA, em Nova York. Seus trabalhos podem ser acompanhados na página oficial do Facebook para o evento.
Essa página também postou a Mensagem do Cardeal Robert Sarah para a Conferência (link), na qual ele argumenta fortemente a favor da importância da sanidade litúrgica para que haja qualquer renovação na Igreja:
Porque a Sagrada Liturgia é verdadeiramente a fonte a partir da qual emana todo a força da Igreja, como insiste o Concílio Vaticano II (cf. Sacrosanctum Concilium, 10), devemos fazer tudo o que pudermos para trazer a Sagrada Liturgia de volta ao coração da relação entre Deus e o homem, reconhecendo a primazia de Deus Todo-Poderoso neste fórum único e privilegiado, em que nós, na esfera pessoal e eclesial, encontramos Deus no trabalho em nosso mundo. Não se pode encontrar Deus, meus irmãos e irmãs, sem tremer, sem assombro, sem profundo respeito e santo temor. É por isso que temos de classificar o que o Cardeal Ratzinger chamou de “a maneira certa de celebrar a Liturgia, interna e externamente”, primeiro entre as nossas preocupações (Cardeal Joseph Ratzinger, O Espírito da Liturgia, Ignatius Press, San Francisco 2000, p. 9).
O Cardeal Sarah prossegue com uma importante revelação:
Quando o Santo Padre Papa Francisco me pediu que aceitasse o ministério de Prefeito da Congregação para o Culto Divino e Disciplina dos Sacramentos, eu perguntei: “Sua Santidade, como o senhor quer que eu exerça esse ministério? O que o senhor quer que eu faça como Prefeito desta Congregação? ” A resposta do Santo Padre foi clara: “Eu quero que o senhor continue implementando a reforma litúrgica do Concílio Vaticano II”, ele disse, “e quero que o senhor continue o bom trabalho na liturgia iniciado pelo Papa Bento XVI.”
Meus amigos, eu quero que vocês me ajudem nesta tarefa. Peço-lhes que continuem trabalhando para alcançar os objetivos litúrgicos do Concílio Vaticano II (cf. Sacrosanctum Concilium, I) e trabalhem para continuar a renovação litúrgica promovida pelo Papa Bento XVI, especialmente, através da Exortação Pós-sinodal Sacramentum caritatis, de 22 Fevereiro 2007, e do Motu Proprio Summorum Pontificum, de 7 de Julho de 2007. Peço-lhes que sejam sábios, como o dono da casa no Evangelho de São Mateus, que sabe quando tirar para fora do seu tesouro coisas novas e velhas (cf. Mtt: 13: 52), de modo que a Sagrada Liturgia como ela é celebrada e vivida hoje em dia não perca nada das riquezas estimadas da tradição litúrgica da Igreja, enquanto permanece sempre aberta para o desenvolvimento legítimo (cf. Sacrosanctum Concilium, 23).
No final de sua mensagem, o Cardeal Sarah manifesta a esperança de que ele possa estar presente na próxima reunião Sacra Liturgia, a ser realizada em julho 2016, em Londres. Ele também pede orações para que possa exercer fielmente o serviço para o qual foi chamado.

His Eminence Raymond Leo Cardinal Burke, Patronus of the Sovereign Military Order of Malta, was present for Vespers in our church for the Order. St Philip's Day with HE Cardinal Burke


Vespers for the Order of Malta

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Last Wednesday, His Eminence Raymond Leo Cardinal Burke, Patronus of the Sovereign Military Order of Malta, was present for Vespers in our church for the Order.
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His Eminence had earlier in the day met members of the Companions of the Order of Malta, who do wonderful work in Oxford with their homeless Shower Project, soup runs, visiting the sick and elderly and other corporal works of mercy. Cardinal Burke was greatly impressed by the Companions and warmly encouraged them in the twofold ministry of the Order of Malta: the care of the poor and the defence of the Faith.
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The Vespers was that of the Octave of Pentecost, and the four coped cantors were an Oratorian, a Jesuit, a Benedictine and a Dominican - which sounds like the beginning of a joke about going into a bar, but here is a manifestation of the rich variety of Catholic life in this city.
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After Vespers, the Cardinal gave Benediction of the Blessed Sacrament, before going on to deliver a lecture at the University Chaplaincy on "The Legacy of Pope Benedict XVI".
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Photographs courtesy of the Oxford Companions of the Order of Malta.
We were honoured to welcome His Eminence Cardinal Burke to our Church to celebrate a Solemn Pontifical Mass for the feast of Our Holy Father St Philip, in the 5th centenary of his birth.
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We were joined by many friends and visitors, including the Rt Rev. Hugh Allan O.Praem., Prior of the Norbertine community in Chelmsford, and many local clergy and Knights of Malta.
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In his sermon, the Cardinal encouraged each one of us to take St Philip as an example of how to transform the world in Christ. His full sermon can be read here.
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The Archbishop very kindly leant us Bishop Ullathorne's crozier for the Cardinal to use.
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On Wednesday, Fr Daniel took the Cardinal on a tour of Oxford. Here he is pictured next to the bust of Blessed John Henry Newman in Trinity College.
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http://www.oxfordoratory.org.uk/

domingo, 31 de maio de 2015

Solemnidad Santísima Trinidad - Fiesta Mayo 31 De 2015


Solemnidad Santísima Trinidad - Fiesta Mayo 31 De 2015

sábado, 30 de mayo de 2015|

EL DOGMA
DE LA
SANTÍSIMA TRINIDAD

253 La Trinidad es una. No confesamos tres dioses sino un solo Dios en tres personas: "la Trinidad consubstancial" (Concilio de Constantinopla II, año 553: DS 421). Las personas divinas no se reparten la única divinidad, sino que cada una de ellas es enteramente Dios: "El Padre es lo mismo que es el Hijo, el Hijo lo mismo que es el Padre, el Padre y el Hijo lo mismo que el Espíritu Santo, es decir, un solo Dios por naturaleza" (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 530). "Cada una de las tres personas es esta realidad, es decir, la substancia, la esencia o la naturaleza divina" (Concilio de Letrán IV, año 1215: DS 804).

254 Las Personas divinas son realmente distintas entre sí. "Dios es único pero no solitario" (Fides Damasi: DS 71). "Padre", "Hijo", Espíritu Santo" no son simplemente nombres que designan modalidades del ser divino, pues son realmente distintos entre sí: "El que es el Hijo no es el Padre, y el que es el Padre no es el Hijo, ni el Espíritu Santo el que es el Padre o el Hijo" (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 530). Son distintos entre sí por sus relaciones de origen: "El Padre es quien engendra, el Hijo quien es engendrado, y el Espíritu Santo es quien procede" (Concilio de Letrán IV, año 1215: DS 804). La Unidad divina es Trina.

255 Las Personas divinas son relativas unas a otras. La distinción real de las Personas entre sí, porque no divide la unidad divina, reside únicamente en las relaciones que las refieren unas a otras: "En los nombres relativos de las personas, el Padre es referido al Hijo, el Hijo lo es al Padre, el Espíritu Santo lo es a los dos; sin embargo, cuando se habla de estas tres Personas considerando las relaciones se cree en una sola naturaleza o substancia" (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 528). En efecto, "en Dios todo es uno, excepto lo que comporta relaciones opuestas" (Concilio de Florencia, año 1442: DS 1330). "A causa de esta unidad, el Padre está todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo; el Hijo está todo en el Padre, todo en el Espíritu Santo; el Espíritu Santo está todo en el Padre, todo en el Hijo" (Concilio de Florencia, año 1442: DS 1331).


Resumen

261 El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Sólo Dios puede dárnoslo a conocer revelándose como Padre, Hijo y Espíritu Santo.

262 La Encarnación del Hijo de Dios revela que Dios es el Padre eterno, y que el Hijo es "de la misma naturaleza que el Padre", es decir, que es en Él y con Él el mismo y único Dios.

263 La misión del Espíritu Santo, enviado por el Padre en nombre del Hijo (cf. Jn 14,26) y por el Hijo "de junto al Padre" (Jn 15,26), revela que él es con ellos el mismo Dios único. "Con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria".

264 "El Espíritu Santo procede principalmente del Padre, y por concesión del Padre, sin intervalo de tiempo procede de los dos como de un principio común" (S. Agustín, De Trinitate, 15,26,47).

265 Por la gracia del bautismo "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt 28, 19) somos llamados a participar en la vida de la Bienaventurada Trinidad, aquí abajo en la oscuridad de la fe y, después de la muerte, en la luz eterna (cf. Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios 9).

266 "La fe católica es ésta: que veneremos un Dios en la Trinidad y la Trinidad en la unidad, no confundiendo las Personas, ni separando las substancias; una es la persona del Padre, otra la del Hijo, otra la del Espíritu Santo; pero del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo una es la divinidad, igual la gloria, coeterna la majestad" (Símbolo "Quicumque": DS, 75).

267 Las Personas divinas, inseparables en su ser, son también inseparables en su obrar. Pero en la única operación divina cada una manifiesta lo que le es propio en la Trinidad, sobre todo en las misiones divinas de la Encarnación del Hijo y del don del Espíritu Santo.



Historia de la Fiesta


Comenzó a celebrarse esta fiesta hacia el año 1000, tal vez un poco antes. Parece ser que fueron los monjes los que asignaron el Domingo después de Pentecostés para su celebración. Las iglesias diocesanas comenzaron a seguir el ejemplo de los benedictinos y los cistercienses, y en los dos siglos siguientes, la celebración se extendió por toda Europa. Roma, siempre tan conservadora en cuestión de liturgia, tardó en admitir la nueva fiesta. Por fin, en 1334, el Papa Juan XXII la introdujo como fiesta de la Iglesia universal.

El Domingo de la Santísima Trinidad es de institución relativamente tardía, pero fue precedido por siglos de devoción al misterio que celebra. Tal devoción arranca del mismo Nuevo Testamento; pero lo que le dio especial impulso fue la lucha de la Iglesia contra las herejías de los siglos IV y V. 


Significado de la Fiesta

El objeto de la fiesta no es una realidad abstracta. Lo que adoramos es el Dios vivo, el Dios en que vivimos, nos movemos y existimos. Las personas divinas de la Trinidad no son extrañas. Por el bautismo participamos en la vida de Dios; entramos en relación personal con el Dios uno y trino. La gracia bautismal nos incorpora a Cristo, nos llena con su Espíritu, nos hace hijos de Dios. En una meditación sobre la Trinidad, Santo Tomás de Aquino afirma que por la gracia no sólo el Hijo, sino también el Padre y el Espíritu Santo vienen a morar en la mente y el corazón. El Padre viene fortaleciéndonos con su poder; el Hijo, iluminándonos con su sabiduría, el Espíritu Santo, con su bondad llena de amor nuestros corazones.


Símbolo
Niceno-Constantinopolitano



Creo en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible y lo invisible.


Creo en un solo Señor,
Jesucristo, Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios,
Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero;
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por Quien todo fue hecho;
que por nosotros los hombres
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.


Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.


Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un sólo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.


El Misterio



El misterio de la Santísima Trinidad
consiste en que Dios es uno solo
y en Él hay tres Personas:
Padre, Hijo y Espíritu Santo

El misterio de la Santísima Trinidad nos ha sido revelado por la Persona, palabras y acciones de Jesucristo. Después de haber hablado por los Profetas, Dios envió a su Hijo, Jesucristo, quien nos dio la Buena Nueva de la salvación. Éste es el mensaje del Nuevo Testamento. Con sus palabras y acciones, y especialmente en su sagrada Persona, Jesús nos dio a conocer las más profundas verdades acerca de Dios. La Trinidad es el misterio más profundo.

Jesús nos ha revelado los secretos del Reino de los Cielos. La suprema de sus enseñanzas es el secreto de Dios mismo. Nos ha hablado de la vida de Dios. Nos enseñó que Dios, siendo uno solo, hay en Él tres Personas iguales.

Nos dijo sus nombres:

"Padre, Hijo y Espíritu Santo"

Jesucristo se presentó a Sí mismo como el eterno y divino Hijo de Dios. Afirmó que es el Hijo, el Unigénito del Padre, igual al Padre.

Jesús nos reveló más plenamente al Padre. Siempre hablaba de su Padre llamándole por este nombre. Nos enseñó a amar a nuestro Padre celestial porque nos ama. Él quiere ayudarnos en todas las necesidades de alma y cuerpo. Quiere llevar a sus hijos a su hogar del Cielo.

Jesús reveló la tercera Persona divina, el Espíritu Santo. El Padre y el Hijo, después de la Resurrección, lo enviaron a la Iglesia. Jesús había prometido enviar la tercera Persona, Dios igual que Él mismo y el Padre.

Jesús, el Divino Maestro, habló a sus discípulos acerca del verdadero Dios y los llamó a ser hijos de Dios por el don del Espíritu.

Honramos a la Santísima Trinidad siempre que tomamos conciencia de que Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo están presentes en nuestra alma. Le honramos así mismo cuando tratamos de entender con la ayuda de la fe, que por el Bautismo estamos llamados a íntima unión de amor con las tres divinas Personas.


Misión de la Santísima Trinidad
  1. En la Creación: Dios Padre está como principio de todo lo que existe.
  2. En la Encarnación: Dios se encarna, por amor a nosotros, en Jesús, para liberarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna.
  3. En Pentecostés: El Padre y El Hijo se hacen presentes en la vida del hombre en la Persona del Espíritu Santo, cuya misión es santificarnos, iluminándonos y ayudándonos con sus dones a alcanzar la vida eterna.
¿Qué hacemos al persignarnos?

"En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" Es costumbre de los católicos repetir frecuentemente estas palabras, al principio y al fin de nuestras acciones. Cada vez que hacemos la Señal de la Cruz sobre nuestro cuerpo, recordamos el misterio de la Santísima Trinidad:
  1. En el nombre del Padre: Ponemos la mano sobre la frente, señalando el cerebro que controla todo nuestro cuerpo, recordando en forma simbólica que Dios es la fuente de nuestra vida.
  2. ... y del Hijo: Colocamos la mano en el pecho, donde está el corazón, que simboliza al amor. Recordamos con ello que por amor a los hombres, Jesucristo se encarnó, murió y resucitó para librarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna.
  3. ... y del Espíritu Santo: Colocamos la mano en el hombro izquierdo y luego en el derecho, recordando que el Espíritu Santo nos ayuda a cargar con el peso de nuestra vida, el que nos ilumina y nos da la gracia para vivir de acuerdo con los mandatos de Jesucristo.

Oración de Adoración
a la
Santísima Trinidad



Adoración al Padre Eterno
Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria



Oración


Os adoro, oh Padre eterno, con toda la corte celestial, por mi Dios y Señor, y os doy infinitas gracias en nombre de la Santísima Virgen, vuestra Hija muy amada, por todos los dones y privilegios con que la adornasteis, especialmente por aquel poder con que la enaltecisteis en su gloriosa Asunción a los cielos.

Adoración al eterno Hijo
Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria


Oración

Os adoro, oh eterno Hijo, con toda la corte celestial por mi Dios, Señor y Redentor, y os rindo gracias infinitas en nombre de la Santísima Virgen, vuestra muy amada Madre, por todos los dones y privilegios con que la adornasteis, especialmente por aquella suma sabiduría con que la ilustrasteis en su gloriosa Asunción al cielo.

Adoración al Espíritu Santo
Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria



Oración

Os adoro, Espíritu Santo paráclito, por mi Dios y Señor, y os doy infinitas gracias con toda la corte celestial en nombre de la Santísima Virgen, vuestra amantísima Esposa por todos los dones y privilegios con que la adornasteis, especialmente por aquella perfectísima y divina caridad con que inflamasteis su santísimo y purísimo corazón en el acto de su gloriosísima Asunción al cielo; y humildemente os suplico en nombre de vuestra inmaculada Esposa, me otorguéis la gracia de perdonarme todos los gravísimos pecados que he cometido desde el primer instante en que pude pecar, hasta el presente, de los cuales me duelo infinitamente, con propósito de morir antes que volver más a ofender a vuestra divina Majestad; y por los altísimos méritos y eficacísima protección de vuestra amantísima Esposa os suplico me concedáis a mí y a N. el preciosísimo don de vuestra gracia y divino amor, otorgándome aquellas luces y particulares auxilios con los cuales vuestra eterna Providencia ha predeterminado salvarme, y conducirme a sí.
Texto Tomado del Catecismo de la Iglesia Católica – La Profesión de la Fe – La Revelación de Dios como Trinidad – La Santa Sede – Vaticano