sábado, 23 de abril de 2016

Hijos Míos, despierten del letargo espiritual, abran sus ojos a la realidad. Viven en plena Batalla;Hijos Míos, son Mis soldados, son el Ejército de Mi Inmaculado Corazón. Escuchen la voz de vuestra Madre que les indica el camino a seguir a Jesús. Él está en el Sagrario esperándolos, adórenlo siempre.

Our Lady of Fatima 



Queridos hijos, están viviendo en el tiempo de la Batalla Espiritualy lo que está en riesgo son las almas, las almas de los pobres pecadores, por las cuales Mi Inmaculado Corazón sufre mucho. Muy pocos escuchan Mis palabras, muy pocos las creen. Hijitos, oren, reparen, pidan perdón en nombre de esas almas, entréguense por ellas.

Hijitos, en esta Lucha Espiritual deben entregar como una ofrenda de amor todos sus sufrimientos, todos sus problemas, todas sus tribulaciones, son necesarias e importantes para salvar almasNo se aquejen, queridos hijos, sufran en silencioEl sufrimiento del silencio tiene mucho valorHijitos Míos, ofrézcanse. Esta Batalla es dura, se hará más intensa porque la Bestia avanza. Los siervos de Mi Adversario son ágiles, son astutos. Ustedes, queridos hijos, conviértanse en palomas mensajeras, anuncien que Mi Hijo Regresa.

Hijos Míos, despierten del letargo espiritual, abran sus ojos a la realidad. Viven en plena Batalla; viven en plena Tercera Guerra Mundial. Hijos Míos, son Mis soldados, son el Ejército de Mi Inmaculado Corazón. Escuchen la voz de vuestra Madre que les indica el camino a seguir a Jesús. Él está en el Sagrario esperándolos, adórenlo siempre. Aférrense a mi Santo Rosario, no lo quiten de vuestra mano, de vuestros labios, de vuestro corazón.

Hijos Míos, Yo les protejo y les guío. Hagan lo que Mi Hijo Jesús les diga, lo que Mi Hijo Jesús les ha enseñado en el Santo Evangelio. Y ofrézcanse hijos, ofrézcanse sin miedo, ofrézcanse como hostias vivas.


Yo les amo y les bendigo. Las rosas que pongan bajo Mis pies tienen el don de la sanación, de la protección, de la liberación. En cada rosa que bendigo está Mi Amor Maternal así como en el Santo Rosario, cadena de salvación. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

San José...El incienso de la oración y de la alabanza hace grandes maravillas en los hijos de Dios. Por eso, alaben sin cesar el Nombre del Señor.

Resultado de imagem para s.josé  en fatima

Póstrense cada día en adoración a Jesús. Reconozcan en ese Niño al Dios hecho hombre. Pidan a la Madre y Reina María que les enseñe a adorar a Jesús.

Hijos, la adoración es importante para los Apóstoles de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María. El incienso de la oración y de la alabanza hace grandes maravillas en los hijos de DiosPor eso, alaben sin cesar el Nombre del Señor. Pidan al Espíritu Santo el oro de la caridad, el oro del perdón, el oro de la fe, para que puedan vivir como los hijos que Dios quiere.

Vivan la mirra del sacrificio, de la penitencia. Todo lo que están sufriendo en el momento presente, cualquier sufrimiento por muy pequeño que sea, ofrézcanlo al Padre, como una oración, y no desconfíen de su infinito amor. Porque Él siempre les espera, siempre les escucha, siempre interviene a la hora providente. Confíen en su amor.


Soy el Ángel de la Paz. Vengo a tu alma por intercesión del Inmaculado Corazón de María, la Reina de Fátima

¨Te muestro un camino de reparación.¨

Soy el Ángel de la Paz. Vengo a tu alma por intercesión del Inmaculado Corazón de María, la Reina de Fátima
.

Mi querido hermanito, os muestro un camino sencillo, silencioso, humilde; pero, grande, infinito, insondable es el camino de la reparación.

Hermano, estás llamado para caminar con Jesús consolándole hasta el Calvario. Has sido escogido por el Espíritu Santo para que seas el reparador y portavoz de su Amadísima Esposa, Aquella a Quién  la Santísima Trinidad con Su Luz a vestido del Sol. María te ha llamado a ser Su embajador.

Hermano, este camino de reparación es de sacrificio y de oración al mismo tiempo. Es un camino hacia la santidad. Empieza a recorrer este camino cargando tu cruz diariamente, renunciando siempre al ego humano, ofreciendo tus sufrimientos voluntarios o involuntarios a Jesús, y sufriendo y padeciendo en silencio, con paciencia. Así con esta vida oculta y santa sufre por Jesús. Con tus sufrimientos alivia los sufrimientos de su Sagrado Corazón; con tus lágrimas seca y consuela las lágrimas de la Dulce Mama. Hermanito, los Dos Corazones están contigo. Adora y repara, alaba, consuela a Jesús en el Tabernáculo. Enséñale a tu corazón a repetir siempre las santas oraciones que os enseñé en Fátima.


Se feliz porque Jesús es feliz por Su pequeño mártir. Te doy la bendición y junto a Mí tu Ángel Custodio. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida. 

sexta-feira, 22 de abril de 2016

La Santísima Madre: Querido hijo el motivo de nuestras revelaciones es para pedirles consuelo, reparación y expiación en honor a Nuestros Corazones Unidos.

Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María
15 de Julio del 2013
“Madre del Corazón Doloroso e Inmaculado”
Vidente... me encontraba en mi habitación ordenando algunas cosas, inmediatamente comencé a orar, pues sentía una presencia en mi corazón, empecé a sentir a medida que oraba la presencia de la Santísima Madre, entonces aun en oración, con mis ojos del alma, veo a la Madre Bendita en medio de la habitación.
La Santísima Madre dice: este cuarto es mi casita, de aquí saldrá mi Gloria y Amor, aquí vivo contigo y mi amado Hijo Jesús.
Nuestro amor se hará uno y Nuestros Corazones Unidos estarán contigo.
Yo soy María Madre de Gracia, Madre del Corazón Doloroso e Inmaculado, la que te ama.
en las dos últimas semanas del mes Octubre Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Santísima Madre han entregado sus Llamados de Amor sobre la inmoralidad en la que se ha sumergido el mundo.


Llamado de Amor y Conversión del Sagrado Corazón de Jesús
“Les llamo y les invito”
Yo les llamo y les invito. Acérquense a Mí, dejando a un lado todo placer y pecado, acérquense a Mí, mi mensaje es especialmente para aquellos que se dedican a la impureza, que la promueven en el mundo, en los hogares, en las familias, en las escuelas.
Queridas almas que aun andan erradas, quiero decirles que todo esto destruye a los niños y jóvenes, Hogares y familias, matrimonios.
Pídanme perdón porque Yo les amo y tengo sed de vuestro amor. No tengan miedo porque muy amados son de mi Sagrado Corazón.

Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María.
“Almas que divagan sin amor”
Amadísimos hijos, muy amados de mi Doloroso e Inmaculado Corazón, hoy les llamo a la oración. Oren, oren, oren.
Yo sufro mis queridos hijos por el aborto, el pecado del homosexualismo, feminismo, divorcio, impurezas de todo tipo y en todas partes.
Oren, oren, oren, por estas almas, nadie se acuerda de ellas, Yo amo estas almas que divagan sin amor.
Estas almas también tienen que ser de DIOS, oren mucho, para que acabe el reinado y dominio del pecado y triunfe por siempre mi Corazón Doloroso e Inmaculado. Amén.

Llamado de Amor y Conversión del Sagrado Corazón de Jesús
17 de Noviembre del 2013
“Petición del Sagrado Corazón de Jesús”
Jesús me dice: hijo necesito almas que se entreguen y se junten a mi Cruz, necesito almas dispuestas a escuchar y obedecer; necesito almas que se entreguen a Mí.
A ti te he escogido ¿quieres entregarte a Mi?
Vidente: Jesús yo soy indigno y así frágil y pecador desde el primer momento.
Jesús dice: Yo te hare digno, y así frágil y pecador Yo te he escogido, no dudes en entregarme a Mí, no temas, contigo estaré hasta el final para que después te entregues a Mí, completamente en la eternidad.
Mira mi Sagrado Corazón está enamorado de ti.
Vidente: Jesús ayúdame a enamorarme de verdad de Ti.
Jesús: Esposo seré Yo para tu alma y tú en mi Sagrado Corazón el más pequeño
Vidente: tómame Señor.
Llamado de Amor y Conversión del Sagrado Corazón de Jesús
19 de Noviembre del 2013
“Mis rayos de misericordia”
Mis rayos, son los rayos de Misericordia, Agua y Sangre, derramada por ustedes, en estos rayos fluyen el Amor y la Misericordia del Padre, y este Amor en el Corazón Doloroso e Inmaculado de mi Madre, es la Llama del Amor Santo que purifica a sus hijos.


Llamado de Amor y Conversión del Sagrado Corazón de Jesús.
19 de Noviembre del 2013
“Sean libres”
Sean libres, vivan libres, no tengan miedo, Yo soy quien los hace dignos, ustedes no son dignos, Yo los hago dignos, dejen al mundo y sus placeres.
Sean libres no sean esclavos del pecado, ofrezcan sus vidas en continua oración, alabanza y sacrifico en el Divino Amor.
Sean libres, no tenga miedo, vivan en paz, en armonía, ámense y sean libres.
Mi Madre les ama. Mi Madre les ama. Mi Madre les ama.

Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María.
“Alegraos hijos míos”
Hijos míos alégrense, oren, canten y alaben, Yo les traigo la buena nueva, de que mi Hijo ya está llegando, levanten con alegría la cruz gloriosa en sus corazones y repitan sin cesar.  BIENVENIDO SEAS MIO...SEÑOR JESUS CON MARIA NUESTRA MADRE.


Llamado de Amor y del Corazón Doloroso e Inmaculado de María
“El dolor que me causan mis hijos al rechazar mis manifestaciónes”
Querido hijo estoy triste por el rechazo de mis hijos, no se comprenden mis manifestaciones, invocad a DIOS Espíritu Santo, para que Él abra vuestro espíritu.
En mis manifestaciones les muestro mi amor y cercanía.
Tu hijo expía y repara por tanto rechazo y el dolor que me han causado.

Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María
28 de Noviembre del 2013
“La sencillez de María”
Hijito, Yo soy María, la mujer sencilla de Nazaret, la mujer pobre de Nazaret (san Lucas 1, 26-28), que atendía con amor a San José y educaba con paciencia a Jesús en el pequeño taller.
Imítame hijo, se sencillo y busca a la mujer sencilla de Nazaret, ella te llevara a Jesús.
Vidente: preguntando a nuestra Santa Madre porque me escogía para colmarme de tantas gracias. La Santa Madre en locución interior me dice:
La Santísima Madre: Querido hijo el motivo de nuestras revelaciones es para pedirles consuelo, reparación y expiación en honor a Nuestros Corazones Unidos.
No ofendan más  a DIOS que ya está muy ofendido
La Santísima Madre: Querido hijo quiero que cada familia sea un santuario familiar, un lugar especial para compartir el amor de DIOS, tengan sobre un altar la Santa Biblia, el Santo Rosario, imágenes sagradas, agua bendita, crucifijos, para que mediten la pasión de mi Hijo, también tengan velas benditas que mi Corazón Doloroso e Inmaculado reine en cada corazón.
Deseo hogares y familias santas.

Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María
1 de Diciembre del 2013
“La oración de Nuestra Madre Bendita”
Querido hijo, mi Manuelito, DIOS está contigo, quiero enseñarte que Yo vuestra Mamá del Cielo, siempre les enseño a orar y eso es lo que busco en mis manifestaciones y apariciones enseñarles a orar.

www.sagradoscorazonesunidos.blogspot.com

quinta-feira, 21 de abril de 2016

Card. Robert Sarah...«Non lasciamoci impressionare da certi membri del clero... che, per ragioni pastorali, pretendono di cambiare l’insegnamento di Gesù e la dottrina plurisecolare dei sacramenti della Chiesa».



Questa significativa esortazione si trova nell’omelia che il Card. Robert Sarah, Prefetto della Congregazione per il Culto Divino e la Disciplina dei Sacramenti, ha tenuto lo scorso 10 aprile, ad Argenteuil, in Francia, dove si era recato in occasione dell’ostensione della Sacra Tunica. Ne proponiamo il testo integrale in italiano, elaborato in base alla traduzione proposta dal sito Inter Multiciples Una Vox.



Cari fratelli e sorelle,

il vostro vescovo, Mons. Lalanne, ha voluto che la Sacra Tunica di Cristo fosse esposta in occasione dell’Anno Giubilare della Misericordia, decretato dal Santo Padre Francesco, ed anche per il cinquantesimo anniversario della vostra diocesi, quella di Pontoise, e per il centocinquantesimo anniversario di questa Basilica. Come sapete, nel racconto della Passione del Signore, San Giovanni attira la nostra attenzione sulla Tunica di Gesù (19, 23-24). Egli afferma che le Sacre Scritture, e cioè le parole del Salmo 22 (18) che egli stesso cita: «Si son divise tra loro le mie vesti e sulla mia tunica hanno gettato la sorte», si sono compiute il Venerdì Santo sul Calvario. I soldati romani presero le vesti di Gesù; ne fecero quattro parti, una per ciascun soldato. Presero anche la Tunica; era una Tunica senza cuciture, tessuta tutta d’un pezzo da cima a fondo. Perciò dissero tra loro: «non stracciamola, ma tiriamo a sorte a chi tocca». L’episodio della divisione tra i soldati romani delle vesti e della Tunica senza cuciture è stato considerato dai Padri – in particolare, Sant’Agostino e San Giovanni Crisostomo – come un’espressione dell’unità della Chiesa. Per Sant’Agostino, le vesti, di cui i soldati fecero quattro parti, figurano l’universalità della Chiesa che si estende ai quattro angoli del mondo e che si trova ugualmente presente in ciascuna delle sue parti. Così, come dice la costituzione dogmatica del concilio Vaticano II, Lumen Gentium «le Chiese particolari» - e la diocesi di Pontoise è una di esse - «sono formate ad immagine della Chiesa universale, ed è in esse e a partire da esse che esiste la Chiesa cattolica una e unica» (n. 23). Ma la Chiesa è cattolica fin dal primo istante della sua esistenza: essa abbraccia tutte le lingue. Come si può vedere, la Chiesa universale precede le Chiese particolari, l’unità precede le parti. La Chiesa universale non è una fusione di secondo grado delle Chiese locali. È la Chiesa universale, cattolica, che genera le Chiese particolari, e queste Chiese possono rimanere tali solo in comunione con la cattolicità. D’altronde, la cattolicità esige la molteplicità delle lingue, la messa in comunione e l’armonia delle ricchezze dell’umanità nell’amore del Crocifisso. La cattolicità, dunque, non è solo qualcosa di esteriore, ma deve diventare una delle caratteristiche della fede personale: noi dobbiamo credere con la Chiesa di tutti i tempi, di tutti i continenti, di tutte le culture, di tutte le lingue. È per questo che la Tunica senza cuciture tirata a sorte, aggiunge Sant’Agostino, raffigura l’unità di tutte le parti della Chiesa, e cioè delle Chiese particolari unite tra loro dal legame della carità.



Requiem per la chiesa del "sociale": vocazioni sacerdotali in netto calo ovunque. Correre subito ai ripari!


Requiem per la chiesa del "sociale": vocazioni sacerdotali in netto calo ovunque. Correre subito ai ripari!

Non è certo possibile delineare in poche righe il quadro dei primissimi risultati della “svolta sociale” imposta da tre anni alla Santa Chiesa Cattolica: deserto nelle chiese "ospedali da campo
- sempre più vuote di Sacerdoti, Religiosi e Fedeli,
- sempre più spesso private della Presenza Eucaristica, 
- sempre più spesso ridotte a edifici inutilioggetto del “ripensare gli spazi” in attesa di “cambio d’uso” o della "soluzione finale", la distruzione, come avviene soprattutto nel Nord Europa.
Rovina nelle coscienze dei singoli "periferie esistenziali", religiosi e laici. 
Chi ha la cura delle anime, ha  modo di constatare come è sempre più trascurato il Sacramento della Penitenza, provvidenziale e necessaria via di salvezza e sorgente di forza per affrontare quel diuturno combattimento che non è solo « colluctatio adversus carnem et sanguinem, sed adversus principes et potestates, adversus mundi rectores tenebrarum harum ».
Desolazione nelle Famiglie e nelle Comunità "profughi della fede" a causa di un crescente diffondersi di dottrine erronee e di apostasia... 
Sono queste alcune tristissime realtà sulle quali siamo tutti chiamati a meditare seriamente dopo la pubblicazione dei dati raccolti nell’Annuarium Statisticum, che raccoglie le statistiche ufficiali della 

Llamado de Amor y Conversión del Casto y Amante Corazón de San José



20 Abril 2016

Mis lirios de amor y de pureza son entregados a las almas que se consagran al Inmaculado Corazón de la Madre que sufre por Sus hijos. 

Estos lirios de pureza sirven también como luz para aquellos hijos de la Sagrada Familia de Nazaret; luz que ilumina el camino para que no se extravíen y tropiecen. 

Estos lirios de amor y de pureza son también virtudes que el Espíritu Santo hará florecer en cada uno de los corazones que cumplan con el Mandato de Jesús y acepten a María como Madre y se consagren a su Doloroso e Inmaculado Corazón. 

Estos lirios de amor y de pureza darán serenidad, consuelo, paciencia, paz en el corazón, para los tiempos que la humanidad está viviendo y los eventos que aún vendrán; porque el mundo está desordenado por el pecado y el Señor en su Infinita Misericordia purificará su Creación. 

Oren por vuestros hermanos que están sufriendo en muchas partes del mundo. Oren por aquellas almas que no encuentran paz y han perdido la esperanza al ver tanto dolor en sus propias naciones. Oren por vuestro pueblo. Oren por los gobernantes. Oren por los pastores de la Iglesia. 

Queridos hijos, Herodes salió en busca de los pequeños seguidores de Jesús y Yo los protegeré y les llevaré al refugio seguro del Inmaculado Corazón de María. Escuchen estos últimos Llamados de Amor y de Conversión y vívanlos. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

quarta-feira, 20 de abril de 2016

Pistas sobre o Terceiro Segredo, segundo Pe. Malachi Martin que o leu


Fátima:“O acontecimento definidor para a Igreja no terceiro milénio.” O Terceiro Segredo: “Uma proposição ‘ou-ou’, e estamos agora a viver no segundo ‘ou.’” O castigo anunciado: “O seu pior pesadelo, multiplicado exponencialmente.” São as palavras de Malachi Martin – que leu o Terceiro Segredo de Fátima
Pe. Malachi B. Martin, ex-assistente do Cardeal Bea e que leu o Terceiro Segredo de Fátima
Suzanne Pearson — FatimaOrg: Durante os quatro anos antes da sua morte, ocorrida em 1999, foi meu privilégio conhecer o Padre Malachi Martin. Tendo ouvido as suas entrevistas e lido alguns dos seus livros, comecei por lhe pedir a sua opinião sobre as mudanças desconcertantes no Santo Sacrifício da Missa. Acabou por se oferecer para me guiar espiritualmente. Eu tive então uma interação substancial com ele nos quatro anos seguintes, e durante esse tempo ele falou muitas vezes sobre Fátima.
Ele acreditava que Fátima era o acontecimento mais importante do Século XX, e que cumprir o seu mandato era a tarefa mais urgente que a Igreja e o mundo enfrentavam. Ao ouvir as suas entrevistas, já tinha notado que, quando falava sobre Fátima, falava com autoridade, como os contemporâneos de Nosso Senhor tinham dito sobre os Seus ensinamentos. E assim, durante a nossa primeira conversa telefônica, disse-lhe: “Fico com a impressão de que conhece o Segredo de Fátima!” E o Padre Malachi respondeu: “Conheço.”
Quando nos encontramos na semana seguinte, aludindo ao seu ceticismo sobre o movimento carismático, perguntei-lhe, meio a brincar: “O Espírito Santo revelou-lhe o Terceiro Segredo?” “Oh, não,” respondeu.
“Mostraram-me uma cópia do Terceiro Segredo na altura em que o Papa João XXIII o abriu e pediu a opinião de um grupo de Cardeais em 1960. Um desses Cardeais era o Cardeal Augustin Bea, de quem eu era assistente.”LER...

Papa Emérito Bento XVI quebra o silêncio: fala de “crise profunda” que a Igreja enfrenta pós-Vaticano II

pope_ben

Com sua natureza humilde e sábia, o Papa Emérito Bento XVI comenta verdades sobre a crise pós-Concíliar que os católicos modernos insistem em não enxergar
Maike Hickson — LifeSiteNews.com |- Em 16 de março, falando publicamente em uma ocasião rara, o Papa Bento XVI concedeu uma entrevista ao “Avvenire”, o jornal da Conferência Episcopal Italiana, na qual falou de “uma crise profunda de dois lados” que a Igreja está enfrentando na esteira do Concílio Vaticano II. O relatório já atingiu a Alemanha por cortesia do Vaticanista Giuseppe Nardi, do website de notícias católicas Katholisches.info.
Papa Bento nos lembra a convicção católica anteriormente indispensável da possibilidade da perda da salvação eterna, ou que as pessoas vão para o inferno:
Os missionários do século 16 estavam convencidos de que a pessoa não batizada está perdida para sempre. Após o Concílio [Vaticano II], essa convicção foi definitivamente abandonada. O resultado foi uma crise profunda de dois lados. Sem esta atenção para com a salvação, a fé perde a sua fundação.
Ele também fala de uma “profunda evolução do Dogma” em relação ao Dogma de que não há salvação fora da Igreja. Esta mudança pretendida do dogma levou, aos olhos do papa, a uma perda do zelo missionário na Igreja – “qualquer motivação para um futuro compromisso missionário foi removido”.
Papa Bento faz a pergunta penetrante que surgiu após esta mudança palpável de atitude da Igreja: “Por que você deveria tentar convencer as pessoas a aceitar a fé cristã, quando elas podem ser salvas mesmo sem ela”.
Quanto as outras consequências desta nova atitude na Igreja, os próprios católicos, aos olhos de Bento XVI, são menos ligados à sua fé: Se há aqueles que podem salvar as suas almas com outros meios, “por que o cristão deveria estar vinculado à necessidade da fé cristã e da sua moralidade?”, perguntou o papa. E concluiu: “Mas se Fé e Salvação não são mais interdependentes, até mesmo a fé se torna menos motivadora”.
Papa Bento também refuta tanto a ideia do “cristão anônimo” desenvolvida por Karl Rahner, quanto a ideia indiferentista de que todas as religiões são igualmente valiosas e úteis para alcançar a vida eterna.
“Ainda menos aceitável é a solução proposta pelas teorias pluralistas da religião, para as quais todas as religiões, cada uma à sua maneira, seriam caminhos da salvação e, nesse sentido, devem ser considerados equivalentes nos seus efeitos”, disse ele. Neste contexto, ele também aborda as ideias exploratórias do já falecido cardeal jesuíta, Henri de Lubac, sobre putativas “substituições do vicário” de Cristo que devem ser agora novamente refletidas “mais profundamente”.
No que respeita à relação do homem com a tecnologia e o amor, o Papa Bento nos lembra da importância do afeto humano, dizendo que o homem ainda anseia em seu coração “que o Bom Samaritano venha em seu auxílio”.
Ele continua: “Na dureza do mundo da tecnologia – em que os sentimentos não contam mais – a esperança de um amor salvífico cresce, um amor dado livremente e generosamente”.
Bento também lembra a sua audiência que: “A Igreja não é ‘self-made’, ela foi criada por Deus e é continuamente formada por Ele. Ela encontra expressão nos sacramentos, sobretudo no do Batismo: entro na Igreja não por um ato burocrático, mas com a ajuda deste Sacramento”. Bento também insiste que, sempre, “precisamos de graça e perdão”.

A verdade sobre a Comunhão na mão "Por respeito para com este Sacramento, nada Lhe toca, a não ser o que é Consagrado..." S. Tomás de Aquino


A verdade sobre a Comunhão na mão

"Por respeito para com este Sacramento, nada Lhe toca, a não ser o que é Consagrado..." S. Tomás de Aquino

por John Vennari

Através dos séculos, de pais para filhos, foram os nossos pais que nos ensinaram a Fé e nos falaram do Santíssimo Sacramento. Disseram-nos que a Divina Eucaristia é verdadeiramente o Corpo, Sangue, Alma e Divindade de Nosso Senhor Jesus Cristo. Os Padres do Concílio de Trento definiram o Santíssimo Sacramento com precisão e cuidado. S. Tomás de Aquino ensinou-nos que, por respeito para com este Sacramento, tocar n’Ele e ministrá-Lo compete apenas ao Sacerdote. Em casa, os nossos pais, como católicos que eram, e também as Irmãs que ensinavam na escola disseram-nos que era um sacrilégio uma pessoa, sem ser o sacerdote, tocar na Sagrada Hóstia.
Através dos séculos, Papas, bispos e sacerdotes disseram-nos a mesma coisa, não tanto por palavras, mas sobretudo pelo exemplo — e especialmente através da celebração da Antiga Missa em latim, em que o mais profundo respeito pelo Santíssimo Sacramento, o autêntico Corpo de Cristo, estava em cada gesto do Sacerdote. Os nossos pais disseram-nos estas coisas não com a ideia de transmitir uma tradição, venerável mas sem fundamento; ensinaram-nos estas coisas através de palavras e exemplos para nos mostrarem a fidelidade à Fé Católica e o respeito pelo Santíssimo Sacramento. Os nossos pais disseram-nos isto porque é a verdade.
Pelo contrário, a entrada em vigor da Comunhão na mão e de leigos como Ministros da Eucaristia mostra um desprezo arrogante por aquilo que os nossos pais nos ensinaram. E embora estas práticas tivessem sido introduzidas com o pretexto de serem um desenvolvimento litúrgico "autêntico" e ordenado pelo Concílio Vaticano II, a verdade é que a Comunhão na mão não é uma autêntica evolução litúrgica, não foi ordenada pelo Vaticano II, e não só aparece como um desafio como revela um completo desprezo por séculos de doutrina e prática católicas até hoje.
A Comunhão na mão estabeleceu-se sob um falso ecumenismo; permitiram que se espalhasse por fraqueza da autoridade; foi aprovada como medida de compromisso e por um falso sentido de tolerância – e levou a uma profunda irreverência e indiferença para com o Santíssimo Sacramento. Esse abuso litúrgico – que se tornou o mais comum possível – é a vergonha dos nossos tempos.

O Vaticano II não a menciona em parte alguma

Nos dezasseis documentos do Concílio Vaticano II não há qualquer referência à Comunhão na mão, que também não foi mencionada durante os debates conciliares.
Antes do Concílio Vaticano II, não há registos históricos de bispos, padres ou leigos terem pedido a prática da Comunhão na mão. Pelo contrário, qualquer pessoa que viveu a Igreja de antes do Vaticano II se há-de lembrar distintamente de ter aprendido que era sacrílego tocar na Hóstia Consagrada quem não fosse Sacerdote.
Confirma-o o ensinamento de S. Tomás de Aquino, na sua grande Summa Theologica. Nas suas palavras:
"A distribuição do Corpo de Cristo pertence ao sacerdote por três razões.
"Primeira, porque consagra na pessoa de Cristo. E assim como Cristo consagrou o Seu Corpo na (Última) Ceia e O deu também a partilhar aos outros, do mesmo modo tal como a consagração do Corpo de Cristo pertence ao sacerdote, assim também a Sua distribuição lhe pertence.
"Segunda, porque o sacerdote foi nomeado intermediário entre Deus e o povo. Portanto, assim como lhe compete oferecer a Deus as oferendas do povo, assim também lhe compete entregar ao povo as oferendas consagradas.
"Terceira, porque, por respeito para com este Sacramento, nada Lhe toca a não ser o que é consagrado; eis porque o corporal e o cálice são consagrados, e da mesma maneira as mãos do sacerdote, para que toquem este Sacramento. E assim, não é licito que qualquer outra pessoa Lhe toque, excepto em caso de necessidade, por exemplo, se caísse ao chão ou em qualquer outro caso de urgência." (ST, III, Q.82, Art. 13)
S. Tomás, príncipe dos Teólogos da Igreja Católica e um gigante comparado com todos os outros, cuja Summa Theologica foi colocada no altar ao lado das Escrituras durante o Concílio de Trento e cuja doutrina S. Pio X considerava ser o remédio para o Modernismo... é este S. Tomás que ensina claramente que compete ao sacerdote, e só a ele, tocar e ministrar a Sagrada Hóstia, e que "só o que é consagrado" (as mãos do sacerdote) "devem tocar o Consagrado" (a Hóstia Sagrada).
photo
‘Note-se a reverência e o Amor por Jesus Cristo no Santíssimo Sacramento, e o costume antigo de colocar uma toalha de linho, branca e pura, por sobre as mãos dos comungantes’.LER...

O modernismo e a patrística segundo o cardeal Billot


Padre João Batista de A. Prado Ferraz Costa
Os modernistas, principalmente os neo-modernistas condenados por Pio XII em 1950 na encíclica Humani Generis (os quais, apesar disso, conseguiram dominar o Vaticano II), gostam de dizer que suas novidades teológicas se inspiram nos ensinamentos dos padres da Igreja, aqueles grandes escritores dos primeiros séculos da era cristã (em gera bispos) que se distinguiram por defender a doutrina da Igreja contra os ataques dos pagãos e dos hereges, ainda que de uma forma simples, sem grande precisão teológica, sem o rigor definições claras e exatidão dos conceitos que será mais tarde um dos atributos notáveis do apogeu da escolástica.LER...

terça-feira, 19 de abril de 2016

«Recuerde que Dios la ama inmensamente». Estas palabras son para mí como una fulguración, fuego sobre el fuego. Como si Dios mismo me las dijese.

El abismo dentro de mí1 ¡La Trinidad dentro de mí! ¡El abismo dentro de mí! ¡La inmensidad dentro de mí! ¡La vorágine de amor dentro de mí! ¡El Padre, que Jesús nos ha anunciado, dentro de mí! ¡El Verbo! ¡El Espíritu Santo, que quiero poseer siempre para servir a la Obra, dentro de mí! No pido nada mejor. Quiero vivir en este abismo, perderme en ese sol, convivir con la Vida Eterna. ¿Entonces? Podar la vida exterior y vivir aquella interior. Tanto en cuanto corto las comunicaciones con el exterior, tanto más hablo con la Trinidad dentro de mí. Chiara Lubich
  El descubrimiento de Dios Amor. Para poder tratar este argumento –puesto que se trata de mi descubrimiento de Dios Amor- tendré que relataros algo de mi persona. Espero que sea de vuestro agrado. Como sabéis, cuando el Señor, en su divina sabiduría, ve necesario lanzar un llamamiento a la tierra, manifestar una voluntad suya, elige a una persona y le confía una tarea en beneficio de la humanidad. Normalmente escoge a una persona débil, pequeña, porque así se ve mejor de donde procede esa llamada. Y en este caso me escogió a mí. El don de luz (llamado «carisma») que después manda, no resulta útil tan solo para la persona elegida, sino para todos. Expongo, pues, algo de mi experiencia. Puesto que el Señor forma estos instrumentos suyos desde tierna edad, tengo que contaros algunos episodios que atañen a mi infancia y juventud. Habré tenido seis, siete años, cuando me llevaban, junto con otras compañeritas, a una iglesia de unas buenas religiosas para adorar a Jesús, que nosotros, los cristianos, creemos realmente presente en la SS. Eucaristía, bajo la forma de pan. Se le expone, para la adoración de los fieles, en un recipiente sagrado que se llama ostensorio. Arrodillada ante Él, sentía a menudo dentro de mí el deseo de mirarlo atenta y fijamente por largo rato diciéndole y repitiéndole: «Dame tu Luz, dame tu calor», como si la Luz y el Amor de Dios pudiesen entrar, a través de mis ojos, en mi corazón. Recuerdo que miraba con tal intensidad, que la Hostia blanca que le contenía se volvía negra y las...partes oscuras del ostensorio...blancas .Por tanto, desde pequeña, ya Alguien me había sugerido dentro que Dios es Luz, que Él es amor. De jovencita, cuando a los 18 años acabé la escuela superior, quería seguir estudiando en la universidad, sobre todo porque me dominaba un deseo: conocer a Dios. Por tal razón deseaba inscribirme en un ateneo cristiano, pero las precarias condiciones económicas de mi familia no me lo permitieron. Recuerdo que lloré desconsoladamente con mi madre. Pero en un momento dado, me pareció percibir en el fondo del corazón una frase que me serenó completamente: «Seré yo tu Maestro». Más adelante, cuando el Espíritu de Dios empezó a iluminarme con un preciso carisma suyo, comprendí aquella frase. Dios mismo iba a ser quien me explicara quien es Él. Pero vayamos a otro ulterior episodio. A la edad de 19 años fui a Loreto, ciudad del centro de Italia, mi patria, para participar en un curso para estudiantes. En aquella ciudad hay una gran iglesia que parece una fortaleza. En ella se encuentra la casa que acogió a la familia de Jesús y que fue trasladada allí, en su momento, desde Palestina. En aquel lugar sagrado me invadió nuevamente una honda emoción. Era como si algo divino me aplastase. Me imaginaba a las tres personas de aquella extraordinaria familia, unida por el amor más grande y ferviente, en aquel lugar tan pequeño: María, la madre de Jesús, José, el padre (considerado tal) de Jesús; y entre ellos a Jesús mismo, niño. Y advertía dulcemente la invitación a iniciar una nueva forma de vida, inspirada justamente en la extraordinaria convivencia de ellos tres. Además, ¿no será ese el pródromo de la vocación a trabajar para que la humanidad sea una familia?, ¿casi un preludio de la fraternidad universal que ve a todos los hombres como una familia? Cuatro años más tarde, mientras hacía un acto de amor a mi madre -era una mañana gélida de invierno y me había ofrecido a ir (lejos) a comprar la leche, en lugar de mis hermanas-, sucedió algo un tanto singular: me pareció, casi, que el cielo se abriese y Dios me dijese: «Entrégate por completo a mí». Era la llamada explícita de Dios, a la cual respondí enseguida con todo el amor de mi joven corazón. Hablé de ello con el confesor quien me permitió darme a Dios para siempre. No podré describir nunca lo que sucedió en mi corazón ese día: ¡Había desposado a Dios! ¡Podía esperar (de él) lo más maravilloso! Resultado de imagem para Lubich, ChiaraResultado de imagem para Lubich, Chiara tanto, ya había conocido a algunas jóvenes a las cuales revelaba esas primeras ideas sobre lo que estaba por nacer, y también ellas hacían mi misma elección. Pero el Amor, mi amor se puso a prueba. Había estallado el periodo de la segunda guerra mundial que todo lo destruía y casi todas las personas huían de las ciudades. Un día de mayo, un bombardeo sobre Trento dejó mi casa inhabitable, por lo cual con mi familia tuve que protegerme en un bosque de las afueras de la ciudad. De aquella noche pasada a la intemperie, recuerdo dos cosas: estrellas y lágrimas. Estrellas, porque a lo largo de la noche las vi pasar todas por encima de mi cabeza; lágrimas, porque comprendía que no me podía alejar de la ciudad con mi familia en busca de refugio. Estaba consciente de que algo estaba naciendo y yo no podía abandonar a mis compañeras. En un momento dado me pareció que Dios, para hacerme entender su voluntad, me recordaba palabras que había estudiado en el colegio, como estas: «Todo lo vence el amor»1 . ¿El amor por Dios debía vencer incluso el separarme de mi familia? 1 Virgilio, Ecloghe, X, 69  Por la mañana lo hice con la bendición de mi padre. Y mientras mi familia se dirigía hacia la montaña, yo volví a la ciudad destruida. Busqué a mis compañeras entre las casas y las calles reducidas a escombros. Gracias a Dios estaban todas vivas. Nos hospedó un pequeño apartamento. Con la guerra y sus consecuencias, desaparecían aquellas cosas o personas que formaban casi el ideal de nuestra vida, de nosotras jóvenes. La lección que Dios nos proporcionaba a través de esas circunstancias, era clara: en el mundo todo pasa, todo es vanidad de vanidades. Contemporáneamente se abría paso en mi corazón una pregunta: ¿habrá un ideal que ninguna bomba pueda destruir y por el cual comprometernos de lleno? Sí -fue la respuesta-, existe. Es Dios, Dios que es Amor. Dice lo mismo este pasaje hindú: « ”El Señor es amor por naturaleza; (...) él reside en el amor, su suprema realidad (...)”. Los ignorantes piensan que el amor y Dios sean dos cosas diferentes; ellos no saben que el amor es Dios.»2 Y Dios Amor se volvió la razón de nuestra existencia. Dios: ¿hay acaso otro ideal que pueda ser más grande? Pero otro hecho sucesivo vino a subrayar esta -casi- revelación. Un sacerdote que estaba de paso, toca un día a la puerta de la clase donde yo enseñaba; me ruega que salga pues quiere decirme algo. Me pide que ofrezca a Dios una hora de mi jornada como una oración por sus intenciones. Considerando yo que el sacerdote es un hombre de Dios, le respondo: «¿Y por qué no todo el día?». Impactado por esta generosidad juvenil, me da la bendición y me dice: «Recuerde que Dios la ama inmensamente». Estas palabras son para mí como una fulguración, fuego sobre el fuego. Como si Dios mismo me las dijese. Y me convencí: ¿Dios me ama inmensamente? ¡Sí, Dios me ama inmensamente! Lo repito, además que a mí misma, también a mis compañeras: ¡Dios nos ama inmensamente! ¡Dios te ama inmensamente! ¡Dios os mama inmensamente! A partir de aquel momento, hemos descubierto el amor de Dios presente en todas partes: en los acontecimientos gozosos y reconfortantes, pero también en las situaciones tristes, problemáticas, difíciles, como en las indiferentes. Estábamos convencidas de que su amor envolvía a las personas, el mundo, el universo. Habiendo descubierto a Dios como ideal, nos preguntamos como ponerlo en práctica. Y pronto lo entendimos: teníamos que responder a su amor amándolo también nosotras. Pero ¿con qué amor? En el cristianismo se cree que para poder amar, el Espíritu Santo siembra en los corazones de los fieles un amor llamado «caridad», que es una participación del mismo amor de Dios. Con la «caridad se ama a Dios y al prójimo». Pero esta caridad ¿de qué modo nos lleva a amar a Dios y al prójimo? No obstante que en nuestro corazón haya una sola caridad, es muy diversa la forma de manifestarse hacia Dios y hacia el prójimo. A Dios puedo decirle lo que no puedo decirle al prójimo. Por ejemplo: «Te adoro». De él puedo esperarlo todo, puedo abandonarme en él, puedo creer ciegamente en él; puedo agradecerle por haberme creado2 Tirumular (místico del X secolo d.C.), en M. Dhavamonyecesita puedo pedirle el perdón de mis pecados y obtenerlo; puedo esperar que me dé el paraíso, etc.Dios, además, no necesita pan, instrucción..., para sentirse amado. Quiere nuestro corazón, nuestra mente, nuestras fuerzas, todo nuestro ser. Con Dios se establece, pues, en nuestra vida espiritual, una relación de caridad que podríamos decir pura, y que en los santos ha culminado a menudo en la profunda unión con Dios, en la vida mística. En cambio, la caridad hacia el prójimo tiene necesidad de manifestarse concretamente, esta es una característica suya. Por ejemplo, dar de comer a los hambrientos, dar de beber a los sedientos; vestir a los desnudos; hospedar a los peregrinos; visitar a los enfermos, a los encarcelados; sepultar a los muertos. O también enseñar a los ignorantes, aconsejar a los dudosos; consolar a los afligidos; perdonar las ofensas; soportar con paciencia a las personas molestas. Además, es importantísimo ver qué características tiene esta caridad hacia el prójimo, cuales son sus exigencias. La primera, sin duda, es la universalidad: la caridad demanda y promueve el amar a todos. No se fija si el prójimo es simpático o antipático, guapo o feo, paisano o extranjero, de tu religión o de otra diferente, amigo o enemigo; si pertenece a tu Movimiento o a otro... La cariad va dirigida a todos. Porque así ama Dios Padre, que manda el sol y la lluvia sobre buenos y malos, sobre los justos y los injustos (cf. Mt 5, 45). Y este amor hacia todos es, además, muy fecundo. La experiencia de muchos es que bastaría vivir tan solo este aspecto de la caridad, para suscitar a nuestro alrededor un cambio total de la sociedad en la que se vive, porque «el amor –dice Gandhi- es la fuerza más potente que el mundo posee y al mismo tiempo la más humilde que se pueda imaginar»3 Una segunda exigencia del amor cristiano es que tomemos en primera persona la iniciativa, que seamos los primeros en amar. También en ello se manifiesta su originalidad. Normalmente se ama porque se es amado. ¿Quién piensa en ser el primero en amar a todos los demás? Sin embargo en esto radica la caridad. Exige que se ame como Dios. Pongo un ejemplo que tenemos en el cristianismo: cuando hombres y mujeres todavía eran pecadores, por tanto para nada dignos de ser amados, el Padre envió a su Hijo Jesús a dar la vida por ellos. Por consiguiente, amó primero. Esta caridad además –y este es su tercer aspecto– no debe consistir sólo en un sentimiento o en simples palabras. Exige que se llegue a los hechos. Esto es posible si nos hacemos todo a todos. Es decir, alegres con los que están alegres; preocupados, ansiosos, hambrientos, pobres con quien lo es; y sintiendo en nosotros lo que sienten los demás, ser consecuentes. La cuarta exigencia de la caridad es, según el cristianismo, ver en todos los prójimos a bien o el mal). Pero en un texto hindú encontré un modo semejante de concebir el amor: «No es por amor al esposo por lo que se le quiere; es por amor al Atman (esto es, el divino en nosotros, nuestro yo verdadero) por lo que se quiere al marido. No es ciertamente por amor a la esposa por lo que se la quiere; es por amor al Atman por lo que se quiere a la esposa. No es ciertamente por amor a los hijos, por lo que se les quiere; es por amor al Atman por lo que se les quiere. (…) En realidad es al Atman a quien hay que ver (…), en él hay que pensar»4 . La última exigencia es ésta: que el amor se vuelva recíproco. Y una de las cualidades de amor, que subraya san Pablo para poder tener la caridad recíproca, es soportar. 3 Mahatma Gandhi, Antiche come le montagne, Milán 1963, p. 129. 4 Brihadaranyaka Upanishad (texto sagrado), en M. Dhavamony, op. cit., p. 57.  Si la hemos practicado, hemos visto que soportar es un amor que se doblega con tal de no romper, porque es mejor el menos perfecto pero en unidad con los demás, que el más perfecto en desunión con los demás. El amor recíproco conlleva, además, una cierta comunión de bienes materiales y espirituales. Los primeros cristianos llegaban a sentirse simples administradores de sus bienes. La caridad, con sus exigencias, es también una ley para todos. Incluso los niños la pueden vivir. Los de nuestro Movimiento han hecho de ella la norma de su vida. Cada uno se ha fabricado un dado de papel rígido que lleva escrito en cada cara una exigencia de la caridad. Cada mañana tiran el dado y a lo largo del día viven lo que aparece. Pero también es una ley para quien está más avanzado no sólo en la edad, sino en el camino de perfección. Con el amor que hasta aquí hemos descrito se puede trabajar realmente en favor de la fraternidad universal. «¿Fraternidad universal? ¡Es una utopía!», podría objetar alguno. Pero no es así. Ésta no es solamente una idea nuestra. Decía, por ejemplo, el Mahatma Gandhi hablando de sí mismo: «Mi misión no es simplemente la fraternidad de la humanidad india. (…) Sino que, a través de la libertad de India, espero actuar y desarrollar la misión de la fraternidad de los hombres»5 . Sin embargo, el que ha traído la fraternidad como don esencial para la humanidad, ha sido Jesús que ha rezado así antes de morir: «Padre, que todos sean uno». Él, al revelarnos que Dios es Padre y por tanto los hombres son todos hermanos, introduce la idea de la humanidad como familia, la idea de la «familia humana». Con ello derriba los muros que separan a los «iguales» de los «diferentes», a los amigos de los enemigos. Y libera a cada hombre de los vínculos que lo aprisionan; de las miles de formas de subordinación y de esclavitud; de cada relación injusta, realizando así una auténtica mutación existencial, cultural y política. Hoy el mundo tiende a la unidad y por consiguiente a la fraternidad universal. La unidad es un signo de los tiempos: muchos factores religiosos, como el fenómeno del ecumenismo entre las varias iglesias cristianas; o factores sociales y políticos, lo están demostrando. Un ejemplo de ello son la naciones europeas que se están uniendo; igualmente otras en América del Sur y en África. No sólo eso, sino que el mundo tiende a una unidad universal, a una unidad global. Y ello no obstante los actuales enormes peligros para la humanidad, como el terrorismo. Los medios de comunicación hacen presentes, a unos y a otros, personas y pueblos materialmente lejísimos. Además, la globalización económica y financiera ha entrelazado todos nuestros intereses. Aún más, existen problemas que tocan a la humanidad en su conjunto. Baste pensar en la cuestión ambiental y, en especial, en la ecología humana, en el desarrollo y la alimentación, en las problemáticas relacionadas con el patrimonio genético de los diversos grupos humanos. Vivimos en un mundo que realmente se ha vuelto una aldea: compleja y nueva, pero una aldea. La humanidad vive hoy como si de un pequeño grupo se tratase. Y si es así, podría vivir verdaderamente en fraternidad. Pero ¿en qué modo hacerla florecer? Lo sabemos: con el amor. Y existe una razón. Porque el amor permite el diálogo con todos, especialmente hoy, cuando en muchos lugares del mundo, debido a las oleadas migratorias, es obligatorio abrirlo con todos: musulmanes, judíos, budistas, hindúes, sikhs, cristianos, presentes un poco por doquier. 5 Mahatma Gandhi, Antichi come le montagne, cit., p. 162. Centro Chiara Lubich Movimiento de los Focolares www.centrochiaralubich.org 6 Ese diálogo que permite vivir en paz, como una familia. Diálogo posible por la llamada “regla de oro”, que tienen en común las principales religiones de la tierra, y que reza así: «No hagas a los demás lo que no quisieras que te hiciesen a ti». Regla de oro que al fin y al cabo pide que se ame a cada prójimo de tal modo que, si nosotros, siendo cristianos, amamos; y otros, siendo hindúes, musulmanes, judíos, budistas, aman, entonces se da el amor recíproco del cual florece la fraternidad. Este diálogo, por ejemplo en nuestro Movimiento, ya ha dado como fruto una fraternidad plena y sentida, y no sólo entre fieles de numerosas Iglesias cristianas, sino también con un Movimiento budista moderno de Tokio, que cuenta con seis millones de miembros. También con otro Movimiento musulmán afro-americano de dos millones de miembros, el cual, por ese intercambio de dones que propicia el diálogo, nos ha abierto cuarenta mezquitas en Estados Unidos donde podemos compartir nuestras experiencias de vida, que tanto anhelan; mientras que nosotros les abrimos amistosamente nuestras Ciudadelas. Diálogo que desarrollamos también con nuestros hermanos que no profesan una fe religiosa y que sin embargo llevan grabado también ellos, en el ADN de su alma, el impulso a amar. Y tal vez sean la mayoría. Actuando así podemos dar, también, nuestra aportación al gran ideal de un mundo unido, que ve a la humanidad como un solo cuerpo, como una sola cosa. Juan Pablo II, hablando a nuestros jóvenes, decía: «(Vosotros) queréis indagar el camino que hay que recorrer para alcanzar un “mundo unido”, conscientes de que dicho “ideal” se va haciendo “historia”. Realmente ésta parece ser la perspectiva que emerge de múltiples signos de nuestro tiempo: la perspectiva de un mundo unido. Es la gran tarea de los hombre de hoy (...) A todos se nos pide que eduquemos nuestra conciencia a los sentimientos de respetuosa convivencia, de concordia, de fraternidad, puesto que sin ellos no es posible conducir un verdadero camino de unidad y de paz»6 . El Papa dijo esto antes del 11 de septiembre de 2001. Ahora su idea se refuerza sin duda por el grave peligro del terrorismo, que exige una unidad no sólo entre los hombres y mujeres de nuestro planeta, sino entre los pueblos como tales y los grandes que los gobiernan. Que el Señor nos vea a todos comprometidos en la edificación de la fraternidad universal. Pero para que ello sea posible, empecemos a vivir enseguida el arte de amar, amando a todos, amando primero, amando concretamente por amor a Dios, y amándonos mutuamente. 6 Juan Pablo II, Con el Movimiento de los Focolares en el Palacio de los Deportes, 31 de marzo de 1990, en «La Traccia», 3