quinta-feira, 1 de junho de 2017

Las impresionantes profecías dadas por la Virgen a sor Mariana Torres (+ 1635) sobre el siglo XX [2012-07-29]



La Virgen María que se aparece en Medjugorje, Salta, Jacareí y en tantos lugares con distintos nombres, es la misma María -que con variaciones de lenguaje-, nos trasmite el mismo mensaje a todos los hombres, se hallen donde sea. A veces pareciera que su mensaje se refiere sólo a la localidad en la que aparece, pero si se considera su mensaje en oración, se podrá descubrir que habla a cada uno en cada rincón del planeta; algo similar a lo que sucede con las Escrituras.
Con esta advertencia es que podemos abordar los extraordinarios mensajes que Nuestra Señora del Buen Suceso le dio a sor Mariana de Jesús Torres a fines del siglo XVI y principios del XVII en Ecuador, diciéndole directamente que tales revelaciones se referían a sucesos que ocurrirían en el siglo XX.
Quien siga adelante leyendo este artículo podrá darse cuenta de la extraordinaria exactitud en las profecías hechas 3 o 4 siglos antes sobre nuestra época.

NUESTRA SEÑORA DEL BUEN SUCESO, QUITO, ECUADOR

El Convento de la Inmaculada Concepción fue el primer convento de religiosas en la ciudad de Quito, Ecuador. La nobleza católica de la ciudad de Quito pidió al rey Felipe II este favor, para que las mujeres de la colonia pudieran disfrutar de los beneficios de la vida religiosa. Cinco hermanas profesas de la Orden fueron enviadas desde España, como Madres Fundadoras del nuevo Convento. Estuvieron acompañados por una niña de 13 años de edad, Mariana de Jesús Torres, la sobrina de la madre superiora. Ella se convertiría en la más conocida de las Madres Fundadoras, pero permaneció casi desconocida fuera del Ecuador hasta el siglo XX. El convento se fundó oficialmente el 13 de enero de 1577.
La  joven aprendiz hizo un rápido avance en la vida espiritual y disfrutó de muchos favores del cielo. Ella también practicaba la penitencia severa y fue elegida por Dios para sufrir como alma víctima. Muchos de sus sufrimientos fueron ocasionadas por sus hermanas de religión, que eran poco estrictas, y que se rebelaban contra la forma austera de vida insistida por la Beata Beatriz de Silva y las madres fundadoras españolas, y requerido por la Santa Regla de la Comunidad. Finalmente, la Madre Mariana fue elegida para ser abadesa en lugar de su tía enferma, que murió poco después.

PRIMERA APARICIÓN DE NUESTRA SEÑORA DEL BUEN SUCESO

Muy temprano en la mañana del 2 de febrero de 1594, la Madre Mariana estaba rezando en el coro alto del Convento, suplicando fervientemente a Jesús y María por el alivio de las muchas pruebas severas del convento y la prevención de los muchos pecados. Durante su larga oración, oyó una voz dulce llamarla por su nombre. Mirando rápidamente, vio a la Santísima Virgen María con el Niño Jesús en su brazo izquierdo. Cuando le preguntó quién era ella, Nuestra Señora respondió:
“Yo soy María del Buen Suceso, la Reina del Cielo y la Tierra… Como su madre, llevo (al Niño Jesús) aquí, en mi brazo izquierdo, de modo que juntos podamos frenar la mano de la Justicia Divina, que está siempre dispuesta a castigar a este infortunado y criminal mundo.”
“En la diestra, llevo el báculo que ves, por el deseo de gobernar este convento como abadesa y madre… Satanás comenzará a tratar de destruir esta obra de Dios … Pero no tendrá éxito, porque soy la Reina de las Victorias y la Madre del Buen Suceso, y es bajo esta invocación que deseo ser conocida en todo tiempo…”
La Santísima Virgen María coloca al Niño Jesús en los brazos de la Madre Mariana, dándole un fuerte deseo de sufrir como alma víctima.

NUESTRA SEÑORA PIDE QUE SEA HECHA UNA ESTATUA

Nuestra Señora se apareció muchas veces más a la Madre Mariana. Durante la aparición del 16 de enero de 1599, Nuestra Señora mandó a la Madre Mariana fabricar una estatua que la representara a ella como se apareció a la religiosa. Luego le ordenó que midiera su altura con la cuerda de su hábito religioso. Nuestra Señora prometió:
Cuando las tribulaciones del espíritu y los sufrimientos del cuerpo les opriman y parezca que se ahogan en un mar sin fondo, miren a mi Santa Imagen, que será para ustedes una estrella de los náufragos. Que siempre estará ahí, dispuesta a escuchar sus lamentos y calmar su llanto. Dígales que siempre deben recurrir a su madre con fe y amor…”

LAS ADVERTENCIAS SOBRE EL SIGLO XX

Temprano en la mañana del 21 de enero de 1610, la Madre Mariana se vio favorecido por la aparición de los Arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael. Entonces apareció la Virgen y relató muchas predicciones:
“Te hago saber que a partir del final del siglo XIX y poco después de mediados del siglo XX, en lo que hoy es la Colonia y luego será la República del Ecuador, las pasiones estallarán y habrá una corrupción total de las costumbres (morales), ya que Satanás reinará casi por completo por medio de las sectas masónicas.”
“Ellos se centrarán principalmente en los niños con el fin de mantener la corrupción. ¡Ay de los niños de esos tiempos! Va a ser difícil recibir el Sacramento del Bautismo, y también el de la Confirmación… A menudo, durante esta época, los enemigos de Jesucristo, instigados por el diablo, robarán hostias consagradas de las iglesias, para que puedan profanar las especies eucarísticas…
En cuanto al Sacramento del Matrimonio… va a ser atacado y profanado profundamente… El espíritu católico rápidamente decaerá; la preciosa luz de la fe poco a poco se extinguirá… Sumado a esto estarán los efectos de la educación laica, que serán una de las razones de la escasez de vocaciones sacerdotales y religiosas.
“El sacramento del Orden, serán ridiculizado, oprimido y despreciado… El diablo tratará de perseguir a los ministros del Señor en todo lo posible, el hará el trabajo con cruel y sutil astucia, para desviarlos del espíritu de su vocación y corromper a muchos de ellos. Estos sacerdotes depravados, que escandalizarán al pueblo cristiano, traerán el odio de los malos católicos y de los enemigos de la Iglesia Católica Romana y la caída de todos los sacerdotes de la Iglesia Apostólica…”
“Además, en estos tiempos infelices, habrá un lujo desenfrenado, que atrapará al resto en el pecado y conquistará innumerables almas frívolas, que se perderán. La inocencia casi ya no se encontrará en los niños, ni la modestia en las mujeres. En este supremo momento de necesidad de la Iglesia, el que debe hablar se callará”.

LAS APARICIONES SE DARÁN A CONOCER EN EL SIGLO XX

Temprano en la mañana del 2 de febrero de 1610, Nuestra Señora se apareció nuevamente a la Madre Mariana y repitió su demanda de tener una estatua. Luego añadió:
“Dile al Obispo que es mi voluntad y la voluntad de mi Hijo Santísimo que su nombre se oculte a toda costa… porque no es apropiado para cualquier persona en el momento presente conocer los detalles o el origen de cómo esta estatua vino a realizarse. Este conocimiento sólo vendrá para el público en general en el siglo XX.”
“En esa época la Iglesia se encontrará atacada por hordas terribles de la secta masónica, y esta pobre tierra ecuatoriana estará agonizando a causa de la corrupción de las costumbres, el lujo desenfrenado, la prensa impía, y la educación secular. Los vicios de la impureza, la blasfemia, y el sacrilegio dominarán en este depravado tiempo de desolación, y quien debe hablar estará en silencio…”

LA ESTATUA ES TERMINADA POR LOS ÁNGELES

El escultor de la estatua de Nuestra Señora del Buen Suceso es llamado para esta tarea por la misma Virgen. Sin embargo, el trabajo se previó que fuera completado por los Ángeles. La Madre Mariana fue testigo de este prodigio temprano en la mañana del 16 de enero de 1611. Ella vio en una visión a la Santísima Trinidad, la Santísima Virgen María, los nueve coros de ángeles, y en particular a los Arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael, junto con el seráfico San Francisco. Estos últimos cuatro se acercaron a la estatua y acabaron la obra que el escultor había tenido la intención de terminar ese mismo día. Entonces vio a la Virgen entrar y animar la estatua. Todos estos hechos fueron atestiguado por la Madre Mariana al obispo, antes de que él solemnemente consagrara e instalara la estatua. El escultor, también declaró que no había terminado la estatua, y que debía ser el trabajo de Ángeles.

CINCO PROFECÍAS PARA NUESTROS TIEMPOS

La más importante de las apariciones de Nuestra Señora del Buen Suceso tuvo lugar cerca del final de vida de la Madre Mariana. La mañana del 2 de febrero de 1634, la Fiesta de la Purificación de la Santísima Virgen María, la Madre Mariana encontraba orando ante el Santísimo Sacramento, suplicándole poder estar unida a Él y ser devorada en ese amor que pertenece a la Virgen. También le recordó proteger y preservar a sus hijas de su convento amado.
Cuando terminó la oración, vio la luz del santuario extinguida por sí misma, dejando al altar completamente a oscuras. Nuestra Señora se le apareció para decirle que el Señor había oído sus clamores y pondría fin a su exilio terrenal en menos de un año. “Prepara tu alma para que, cada vez mas purificada, puedas entrar en la plenitud a la alegría del Señor ¡Oh! ¡si los mortales, y, en particular, las almas religiosas, pudieran saber lo que es el Cielo y lo que es poseer a Dios! ¡De qué manera diferente vivirían! ¡Ni ellos mismos escatimarían sacrificios con el fin de poseerlo!”
La Santísima Virgen María explicó a continuación los cinco sentidos de la luz del Tabernáculo que se había extinguido ante los ojos de la madre de Mariana.
I. ”El significado primero es que al final del siglo XIX y en el siglo XX, varias herejías se propagarán en esta tierra, entonces habrá una república libre. A medida que estas herejías se extiendan y dominen, la preciosa luz de la Fe se extinguirá en las almas por la casi total corrupción de las costumbres (moral). Durante este período, habrá grandes calamidades físicas y morales, tanto públicas como privadas.
“El pequeño número de almas que se oculten, conservarán el tesoro de la fe ylas virtudes sufrirán un martirio indeciblemente cruel y prolongado. Muchas de ellas sucumbirán a la muerte por la violencia de sus sufrimientos, y los que se sacrifiquen por la Iglesia y el país se contarán como mártires.
“Los hombres libres de la esclavitud de esas herejías, aquellos a quienes el amor misericordioso de Mi Hijo Santísimo destinará para la restauración,tendrán una gran fuerza de voluntad, constancia, valor y mucha confianza en Dios. Para probar esta fe y la confianza de los justos, habrá ocasiones en las que todo parecerá estar perdido y paralizado. Esto, entonces, será el feliz comienzo de la restauración completa.”
Estas almas escogidas, que restablecerán la salud de la Iglesia, son descritas en detalle como los apóstoles de los últimos tiempos, por San Luis María de Montfort en su Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María.
II. ”El segundo significado,” Nuestra Señora dijo, “es que mi convento, siendo muy reducido en tamaño, se sumergirá en un océano insondable de amargura indescriptible, y parecerá estar ahogándose en las aguas de diversas tribulaciones.” Muchas vocaciones auténticas perecerán, continuó. La injusticia entrará incluso en este convento, “disfrazada bajo el nombre de la caridad falsa, causando estragos en las almas.” Y las almas fieles, llorando e implorando en secreto que estos terribles tiempos se acorten, sufrirán un martirio lento y continuo.
III. ”La tercera razón de que se dé la extinción de la lámpara se debe alespíritu de impureza que satura la atmósfera de aquellos tiempos. Al igual que un océano sucio, correrá a través de las calles, plazas y lugares públicos, con una libertad asombrosa.”
“No habrá casi ningún alma virgen en el mundo”, la Virgen dijo. La delicada flor de la virginidad se vería amenazada por la completa aniquilación. Sin embargo,prometió que siempre habría algunas almas buenas en los claustros donde puedan echar raíces, crecer y vivir como un escudo para desviar la ira divina. ”Sin virginidad”, Ella dijo”, sería necesario que el fuego del cielo cayera sobre estas tierras para purificarlos.”
IV. La cuarta razón para que la lámpara se apague es que las sectas masónicas, después de haber infiltrado a todas las clases sociales, sutilmente introducirán su enseñanza en los ambientes domésticos con el fin de corromper a los niños, y el diablo se gloriará en el comedor con la exquisita delicadeza de los corazones de los niños.
“En estos tiempos desafortunados”, Nuestra Señora predijo, “el mal asaltará la inocencia infantil. De esta manera, las vocaciones al sacerdocio se perderán, lo que será una verdadera calamidad.”
Una vez más Nuestra Señora prometió que durante este tiempo todavía habría comunidades religiosas que sostengan a la Iglesia y sagrados ministros del altar -almas ocultas y bellas, que trabajarán con valentía y celo desinteresado por la salvación de las almas. ”Contra ellos”, advirtió, “los impíos desencadenarán una guerra cruel, dejando caer sobre ellos vituperios, calumnias y vejaciones con el fin de impedir el cumplimiento de su ministerio. Pero, al igual que columnas firmes, se mantendrán firmes y lo enfrentarán todo con el espíritu de humildad y sacrificio con el que ellos están investidos, en virtud de los méritos infinitos de mi Santísimo Hijo, quién les amará en las fibras más íntimas de su Corazón Santísimo y tierno.”
Durante este tiempo, la Virgen predijo, “el clero secular estará muy lejos de su ideal, porque los sacerdotes se volverán descuidados en sus deberes sagrados. Perdiendo la brújula divina, apartarán del camino trazado por Dios para el ministerio sacerdotal y buscarán el bienestar y la riqueza, que se esforzarán por obtener indebidamente.”
“La Iglesia sufrirá  en esta ocasión -la noche oscura de la falta de un Prelado y Padre que vele por ellos con amor paternal, dulzura, fortaleza, discernimiento y prudencia. Muchos perderán su espíritu, poniendo sus almas en gran peligro”.
Nuestra Señora continuó explicando la cuarta razón para la extinción de la luz del Tabernáculo: “Por lo tanto, recen con insistencia sin cansarse y lloren con lágrimas amargas en el secreto de su corazón. Imploren a nuestro Padre Celestial, por el amor del Corazón Eucarístico de Mi Hijo Santísimo y de su Preciosa Sangre derramada con tanta generosidad… El podría tener piedad de sus ministros, poniendo fin a aquellos tiempos ominosos, y enviando a la Iglesia el Prelado que restaure el espíritu de sus sacerdotes.
“Mi Hijo Santísimo y yo amaremos a este hijo predilecto con un amor de predilección, y le haremos el regalo de una capacidad poco común, humildad de corazón, docilidad a la inspiración divina, fortaleza para defender los derechos de la Iglesia, y un corazón compasivo, para que, como otro Cristo, él ayude a los grandes y pequeños, sin despreciar a las almas más desafortunadas que pidan por la luz y consejo en sus dudas y dificultades. En sus manos se colocarán la balanza del Santuario, para que todo sea pesado con la debida medida, y Dios sea glorificado.”
Nuestra Señora continuó: “La tibieza de todas las almas consagradas a Dios en el estado sacerdotal y religiosa retrasará la llegada de este Prelado y Padre. Esto, entonces, será la causa de la maldición del diablo que tomará de posesión de esta tierra, donde alcanzará sus victorias por medio de un extranjero y sin fe, tan numerosas que, como una nube negra, se oscurecerán los cielos puros de la entonces República consagrada al Sagrado Corazón de mi Divino Hijo.”
“Con esta gente, todos los vicios van a entrar, lo que atraerá a su vez todo tipo de castigo, tales como plagas, hambrunas, luchas internas y conflictos con otras naciones, y la apostasía, la causa de la perdición de tantas almas tan queridas por Jesucristo y por mí.”
“Con el fin de disipar esta nube negra que impide a la Iglesia de disfrutar el día claro de la libertad, habrá una guerra formidable y espantosa, que verá el derramamiento de sangre de compatriotas y extranjeros, de sacerdotes, seglares y religiosos. Esta noche será la más horrible, ya que, humanamente hablando, el mal parecerá triunfar.”
“Esta, pues, marcará la llegada de mi hora, cuando yo, de una manera maravillosa destronaré a los soberbios y maldeciré a Satanás, pisoteándolo bajo mis pies y atándolo en el abismo infernal. Así, la Iglesia y el país estarán finalmente libres de su cruel tiranía.”
V. La quinta razón de que la lámpara se haya extinguido es debido a la laxitud y la negligencia de aquellos que poseen una gran riqueza, que estarán con indiferencia y verán a la Iglesia siendo oprimida, la virtud siendo perseguida, y el triunfo del diablo, sin emplear sus riquezas piadosamente para la destrucción de este mal y la restauración de la fe. Y también es debido a la indiferencia de la gente al permitir que el nombre de Dios se extinga progresivamente y la adhesión al espíritu del mal, entregándose libremente a los vicios y las pasiones.
“¡Ay! ¡Mi hija predilecta! Si se te hubiera dado para vivir en esa época tenebrosa, morirías de pena al ver todo lo que les he revelado a vosotros, que tendrá lugar. ¡Pero Mi Hijo Santísimo y yo tenemos un amor tan grande por esta tierra, nuestra herencia, que deseamos, incluso ahora la aplicación de tus sacrificios y oraciones para acortar la duración de tal terrible catástrofe!”
Abrumada por la magnitud de los males que veía y las incontables almas que serían condenados en estos tiempos, la Madre Mariana cayó inconsciente. Allí, las hermanas la encontraron como si estuviera muerta, aplicándole golpes en su corazón. Todos los esfuerzos del médico para devolverle la conciencia fueron inútiles. De hecho, dijo, humanamente hablando, su vida debe haber terminado por el shock que había recibido.
Las hermanas la rodearon, suplicando al cielo para que les dejara su gran tesoro, la última de las madres fundadoras, “el pilar de la observancia, la columna de la casa”. Dos días más tarde, la Madre Mariana abrió los ojos, animó a sus hermanas a continuar siguiendo la Regla, y las consoló diciendo que ella se quedaría con ellos por un poco más de tiempo.

ÚLTIMA APARICIÓN DE NUESTRA SEÑORA DEL BUEN SUCESO

En los últimos diez meses de su vida, nunca la Madre Mariana recuperó el vigor de su salud y se vio obligada a menudo a guardar cama. En la enfermedad, así como en salud, ella edificó la Comunidad con su ejemplo. En medio de sus dolores intensos, siempre mantuvo una sonrisa en sus labios, una admirable serenidad y un espíritu imperturbable, propio de un alma cuya vida se había desarrollado a la sombra de la Cruz.
Tarde en la noche del 8 de diciembre de 1634, la Fiesta de la Inmaculada Concepción, Nuestra Señora se le apareció por última vez a la Madre Mariana. Ella estuvo acompañada de nuevo por los Arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael. Después de muchas revelaciones de Nuestra Señora concluyó:
En el siglo XX, esta devoción (a Nuestra Señora del Buen Suceso) hará prodigios en lo espiritual, así como en la esfera temporal, porque es la Voluntad de Dios reservar esta advocación y el conocimiento de tu vida para ese siglo, cuando la corrupción de las costumbres será casi general y la preciosa luz de la fe casi se haya extinguido…”
La Madre Mariana de Jesús Torres murió de una muerte santa a las 3:00 pm el 16 de enero 1635, tal como lo había predicho.
Una y otra vez durante los últimos cuatrocientos años, las profecías de Nuestra Señora del Buen Suceso se han cumplido.
Los siglos XIX y XX demostraron que la exactitud de las profecías fue sorprendente. Es evidente que el significado del mensaje de Nuestra Señora, y la devoción a Nuestra Señora del Buen Suceso, ahora es aún más importante en el siglo XXI. Como vemos, el mundo está sumido en el error, la herejía y la sensualidad, por no hablar de los vicios de todo tipo. El llamado de Nuestra Señora a la oración, la reparación y la penitencia se vuelve aún más urgente. ¿Cómo no podemos oír la súplica de Nuestra Señora y esforzarnos todos los días para consolar su corazón tierno e Inm
aculado y el Sagrado Corazón de su Divino Hijo?

LA ALIANZA DE AMOR, EXPLICADA POR EL PADRE KENTENICH


Este ciclo de conferencias fue dictado por el P. José Kentenich en 1948, en el Santuario de Nueva Helvecia, Uruguay. Las mismas constituyen una unidad ya que precedieron a modo de triduo preparatorio la alianza de amor que un grupo de peregrinos -feligreses de la parroquia de Sma. Trinidad- selló con la Madre y Reina tres veces Admirable de Schoenstatt. Se agradece a las Hermanas de María, Argentina, el permiso de publicar acá estos textos por primera vez en Internet.

La santidad

Un regalo del Espíritu Santo

Ustedes conocerán el refrán: “Cuanto más cerca de Roma, tanto más tibio es un cristiano”. A nosotros, que estamos lejos de Roma, no se nos puede aplicar esta frase tal cual. Sin embargo, hay una similar que podría ser la exacta en nuestro caso: “Cuanto más cerca de una iglesia, tanto menos fervoroso se es”; cuanto más cerca de un Santuario, tanto menos santo…
Desde 1943 tenemos aquí un Santuario consagrado a la Mater ter Admirabilis. No sé si desde que lo tenemos la vida de cada uno, la de todos, ha crecido en santidad o si por el contrario, vale para nosotros la expresión: “cuanto más cerca de un Santuario, tanto más superficial se es”. Si fuese verdaderamente así, entonces no mereceríamos tener este Santuario en medio de nosotros.

La santidad de la vida diaria: Una gracia original del Santuario de Schoenstatt

Existe una marcada diferencia entre otros lugares de gracias y el nuestro pues en la mayoría de los Santuarios la Sma. Virgen se ha aparecido para regalar con prodigalidad sus dones; en cambio donde se establece la Mater ter Admirabilis reparte sus gracias en la medida en que recibe dones. Ella espera de nosotros un serio esfuerzo por alcanzar la santidad, es decir, desea -y está dispuesta a regalarnos la gracia para ello- que llevemos una vida profundamente religiosa. Si al escuchar esto nuestra alma se intranquiliza, probablemente sea porque poseemos un concepto equivocado de lo que significa santidad. ¿No será que creemos que una vida santa es cosa solamente de hermanas y de sacerdotes?
Somos santos cuando cumplimos fielmente con nuestro deber diario…leer...
31 de mayo de 2017
*Llamado de Amor y Conversión del Casto y Amante Corazón de San José*

Mi Castísimo Corazón, *Servidor de la Señora de todos los pueblos*, invita, a cada uno de ustedes, al *recogimiento interior, a la oración, a la contemplación, al silencio*. Hijos, porque sólo a través del silencio profundizarán en la oración, y sólo por medio de la oración podrán entender cuál es el camino que Dios está trazando, a través de Nuestros Sagrados Corazones.
Recuerden, hijos, que el ruido, que *el ruido de la mente, de los labios y del entorno, perturba, apaga, la silenciosa Voz de Dios*. En Nazaret, con Jesús y María, conocí el valor del silencio; porque el silencio marca el tiempo de la oración. Y cuando ustedes oren en silencio, aprenderán a vivir cada Mensaje, comprenderán *la importancia y la urgencia de cada Palabra* que trasmiten Nuestros Sagrados Corazones.
Están viviendo, hijos, *un tiempo de definición ¡URGENTÍSIMO!*, en el que se debe amar, amar completamente a Dios, o se debe ser totalmente frío. *¡PERO YA NO HAY TIEMPO! para ninguna tibieza*, porque el Cielo, a través de Nuestros Sagrados Corazones, *está reuniendo de todos los pueblos, a los apóstoles de los últimos tiempos*.
Hijos Míos, sólo a través de la oración y del ayuno, a través de la fe y del amor, santificarán sus vidas. Santifiquen sus vidas y déjense, permítanse a ustedes mismos, *¡ser amados de Dios!* Porque ustedes deciden si quieren sentir *la Caricia del Amor de Dios*, o no la quieren recibir. Dios quiere que todos se "sientan amados por Él".
Les doy la Bendición, como *Patriarca y el Protector de todos los pueblos, de toda la Iglesia*. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
El 31 de mayo de 1959, ocurría la última aparición de Nuestra Madre y Señora de todos los Pueblos en Amsterdam, reconocidas como sobrenaturales por la Iglesia desde el año 2002. En estas apariciones la Virgen pidió que la Iglesia, por el estudio de los teólogos, definiera el último y más grande Dogma: el de María Corredentora, Mediadora y Abogada. Y aseguró que cuando el dogma... sea proclamado, entonces la Señora de todos los Pueblos dará la verdadera paz al mundo. Asimismo, bajo esta advocación de Nuestra Señora de Todos los Pueblos, la Virgen se apareció en Akita (Japón) en 1973 y una réplica de esta imagen suya tuvo 101 lacrimaciones entre 1975 y 1981. Estos hechos también han sido aprobados por la Iglesia en 1984 como de origen sobrenatural.
La petición de la declaración de este Dogma es algo en profunda consonancia con la fe cristiana expresada por el pueblo en oraciones como la Salve en que pedimos: ¡Ea pues, Señora, Abogada nuestra! Y también a través de millones de firmas enviadas al Vaticano pidiendo la proclamación de este Dogma. La teología católica entiende el término Corredentora, de larga tradición en la Iglesia, a partir del concepto metafísico de analogía de participación, que los protestantes desconocen. Todo lo que María nos da proviene de Cristo (1Tim 2,5). Sin embargo Ella es también Corredentora porque fue una ayuda única y singular para la obra de redención y participó en ésta (Lc 1,38). *Pidamos en el día de hoy (tb 31 de mayo) por la proclamación de este quinto dogma.*

quarta-feira, 31 de maio de 2017

Soy Myriam de Nazaret, la madre de Jesús y de toda la humanidad.

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PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN A los puros de corazón 
Soy Myriam de Nazaret, la madre de Jesús y de toda la humanidad. Me manifesté al mundo para dar al mundo la esperanza, para ayudarlo en la fe, ¡para dar la fe! Y otra vez me manifiesto, con estas palabras, que dicto al alma de una criatura. Os relato mi vida pequeña y grande: episodios, recuerdos, sentimientos. Mi vida por la vida de Jesús, mi vida intensa en sentimientos, con momentos de felicidad, pero siempre a la sombra de la Cruz. Bajo la Cruz estaba toda la humanidad y Jesús os miraba a todos vosotros... Y fui elegida para ser Su Madre y vuestra Madre. Ahora os voy a narrar cosas pequeñas, cosas triviales, ¡cosas simples y profundas! ¡Mi vida! La vida terrenal: ¡días meses, años! Y el dolor que forma parte de cada vida, el regalo incomprensible y misterioso que Dios hace a los hombres. En el Reino comprenderéis también el dolor. 

En el Reino seréis felices con nosotros. Ahora escuchadme, os hablo con amor, para que podáis conocer mejor mi vida, la vida terrenal de Jesús: "Immi, ¡esta casa volará!" La casa de Nazaret, la casa de Loreto. Si Dios creó el Universo también puede hacer volar su pequeña casa. ¡Dios de Dios! Jesús vivió en aquella casa de Nazaret. "Immi, ven a ver,: ¡florecieron las rosas!" Os haré entrar en la pequeña casa cuando leáis estas páginas. Estaréis con nosotros junto al fuego, hablando con nosotros en las noches tranquilas, mirando al cielo, sentados en el pequeño jardín, saboreando pan de miel... "Entrad, sois bienvenidos, sentaos con nosotros. ¡Esta casa también es vuestra!" Entraréis en nuestra casa, ¡entraremos en vuestros corazones! Regresaré con vosotros en el tiempo, vosotros vendréis a nuestro tiempo, cercano y lejano, de Jesús. Y vendréis con nosotros al mercado y recogeréis aceitunas con Jesús. ¡Pasad, sois bienvenidos! Y creeréis en estas palabras, os lo digo Yo: Myriam, la Madre de Jesús y de la humanidad.

 23 de octubre de 1982.    
- A una mamá. Hija, de quien conozco el dolor parecido al Mío, me envía Jesús, Mi Hijo, me envía con Miguel, Arcángel de los Arcángeles, me manda aquel muchacho que en las "Tres fuentes" venía a menudo a traerme un cirio y sus oraciones1 . Yo sabía lo que había en su mente y en su corazón, por eso Yo también he rezado, para que fuese puesto a salvo en la Gloria cuanto antes. Sólo ahora te puedo hablar de esto, sólo ahora comienzas a comprender. Antes te hubieras rebelado ¡y humana hubiera sido tu rebelión! He venido a ti, Yo, la Mamá de todas las mamás y de todos los hijos. ¡Quién puede comprenderte más que Yo! Todos nosotros, desde lo alto, cuidamos de vosotros, rezamos por vosotros y os hacemos sugerencias, a menudo inútiles, a veces escuchadas. Vivimos con vosotros, junto a vosotros y listos para ayudaros, y lo que hacemos es siempre para vuestro bien. Yo, Mamá de cada uno de vosotros, amo a todos. Siento dolor por la tierra que tiembla. No soy escuchada, sino por pocos, y lucho Yo también contra el mal con plegarias y súplicas. Conozco la aflicción de la tierra, conozco a los espíritus que se perderán. ¡No hay casi ya tiempo! Vosotros podéis hacer algo aún, pero la gente es mucha y el mundo es grande. ¿Cómo salvarlo del mal? ¡Con acción y oración! LEER...

SUBLIME UNIÃO DE ALMAS ENTRE A SANTÍSSIMA VIRGEM E JESUS MENINO

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SUBLIME UNIÃO DE ALMAS ENTRE A SANTÍSSIMA VIRGEM E JESUS MENINO
A primeira impressão que me causa essa imagem é a de um extraordinário relacionamento de alma entre Nossa Senhora e o Menino Jesus: um destes momentos de familiaridade entre mãe e filho em que Ela brinca com o Filho. 
Se esse relacionamento nunca admitisse um sorriso, não haveria verdadeiro convívio entre mãe e filho.
Por que razão? — Porque o menino tem qualquer coisa de débil que pede um sorriso. Do contrário, estabelecer-se-ia uma barreira entre os dois, tornando impossível um dos modos mais elevados de comunicação espiritual.
Uma certa brincadeira entre Mãe e Filho converge neste ponto: a alma d’Ele sente-se misericordiosa e benignamente atendida naquilo que possui de mais débil; e a alma d’Ela manifesta-se mais delicada, afável e flexível em relação a Ele. É um dos mais belos aspectos do estado de alma materno.
Quando se considera Nossa Senhora brincando com o Deus do Credo, Aquele que Ela sabe ser a Segunda Pessoa da Santíssima Trindade, que assumiu a natureza humana, podemos compreender o auge de veneração presente nesse convívio e o quanto esse sorriso é autêntico e não disfarçado.
Isso revela, a par da grandeza infinita, uma sublimidade, afabilidade e bondade que nos deixam desconcertados.
O sorriso nas relações entre mãe-filho apresenta-se muitas vezes de modo prosaico. Mas nesta imagem, pelo contrário, é nobilíssimo. Mãe e Filho não perdem nada de sua dignidade.
Outro aspecto a ser ressaltado nessa escultura — que, a meu ver, é muito superior às estátuas gregas clássicas: Ela enquanto rainha, envergando uma coroa e tendo um príncipe nas mãos.
Uma obra-prima de castidade, porque desse relacionamento só almas castas são capazes. Uma alma não muito casta não é capaz desse sorriso e o relacionamento transforma-se em vulgaridade.
Observem como Nossa Senhora, ao mesmo tempo em que olha para o Menino-Deus, medita a respeito d’Ele. Porque compete mais a Ela admirá-Lo do que Ele em relação à sua Mãe. Qualquer pessoa se ajoelharia diante desta cena!
Excertos de conferência proferida pelo Prof. Plinio Corrêa de Oliveira em 26 de novembro de 1967. Sem revisão do autor.
Excertos de conferência proferida pelo Prof. Plinio Corrêa de Oliveira em 26 de novembro de 1967. Sem revisão do autor.
 
Revista Catolicismo

terça-feira, 30 de maio de 2017

O SEGREDO DO ROSÁRIO

O Segredo do Rosário

El secreto para alcanzar la más elevada santidad y vida mística

FONTE



En el relato de las Bodas de Caná, en el Evangelio según San Juan (2, 1-12), está contenido misteriosamente el secreto para alcanzar la más elevada santidad y vida mística, que es la verdadera devoción a la Santísima Virgen María rezándole el rosario todos los días. Iremos explicando este misterio comentando los versículos del pasaje evangélico:
«Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos.» (vv 1-2)
Primero viene María, para que venga Jesús del modo más pleno. Donde mejor hallamos a Jesús, es con María, junto a María, es en María. Por eso el texto sagrado primero menciona a María en las bodas, y luego al Dios-Hombre, a quien es Todo. Ella es pequeña, a su lado no es nada, Él es el Infinito. Y así y todo, en el Evangelio se la menciona primero a Ella en esta fiesta, antes que al Señor, porque para que venga Jesús a nosotros del modo más perfecto y junto a todos los santos («sus discípulos»), debemos invitar primero a María. Aquí comienza a vislumbrarse el misterio de María: porque Dios, que quiso hacerse el Emanuel, el Dios-con-nosotros, y quiso hacerlo sólo viniendo a través de María, no quiere que vayamos a Él sino a través de María, invitándola primero a Ella a nuestras bodas místicas con Él, para que venga Él de la manera más hermosa. Rezando con fidelidad el rosario cada día a la Virgen, la estamos invitando a nuestras bodas con el Cordero, y si perseveramos, Ella misma preparará nuestro desposorio místico con su Hijo, el más ardiente deseo de María: que su Hijo Divino reciba cada vez más y más almas, por su mediación maternal, como sus esposas místicas.
Y esto lo afirmo con contundencia: no hay otra vía para alcanzar el más alto grado de santidad, el matrimonio espiritual con Cristo, que no sea siendo verdadero devoto de su Madre Santísima rezando el rosario diario. ¿Alguna duda? Vayamos al testimonio de los santos, que antes de dejar de rezar el rosario un solo día, preferirían morir, porque por la sabiduría de Dios han comprendido que en esta oración está cifrada su santificación y eterna salvación.
«Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: “No tienen vino”.» (v.3)
Aquí comienza la intercesión omnipotente de María. Ella, como nuestra Madre, nos conoce enteramente. Sabe nuestra necesidad: queremos ser santos, ¡pero no lo somos! El vino es signo de la alegría por la sobrebundancia y plenitud de la gracia divina, de la santidad, del amor de Dios. María nos mira y ve que no tenemos vino, que no somos santos, que nuestro amor es pobre. Esa es la única preocupación de María: hacernos santos como Ella lo es, y así formar perfectas esposas místicas para el Santo de los Santos, su Señor y Salvador, su propio Hijo, para amarlo como Ella lo ama. Por eso las primeras palabras de la Virgen en la fiesta de nuestra unión con Jesús, dan cuenta de nuestra indigencia. Si no la tuviéramos a María, si no fuéramos devotos de Ella, si no recurriéramos a su mediación, ¿quién abogaría por nosotros? ¿Quién tendría la claridad para ver nuestra verdadera necesidad? ¿Quién lo haría con la premura de Ella? Nadie, y mucho menos nosotros mismos. Rezando el rosario cada día a María, abandonándonos en sus brazos como niñitos pequeños, como el niñito Jesús, Ella inmediatamente clamará a su Hijo: «¡No tienen vino!»
«Jesús le respondió: “Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía”.» (v. 4)
Pareciera que Jesús la detiene. Claro, a los ojos que no ven en profundidad la intención del Salvador. Pero aquí sucede todo lo contrario de un freno, de un obstáculo. Aquí, justamente, ¡todo lo contrario!, Jesús nos muestra el poder maravilloso, la omnipotencia suplicante, la eficacia arrasadora de la oración intercesora de María. Porque aún no era la hora de la manifestación de Jesús mediante el milagro que Ella pedía, pero...
«Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que él les diga». (v.5)
María inmediatamente vio en profundidad, como decíamos, la intención de Jesús. Jesús no quiso frenarla, ¡todo lo contrario!, le reveló el poder de su mediación maternal. Por eso la Virgen no le respondió nada a Jesús, entendió la grandeza de su vocación como Madre de todos, por lo que sin demora se dirigió a los sirvientes, se dirige a nosotros, exhortándonos a obedecer en todo a su Hijo, para hacernos sus esposas místicas. Y nosotros sabemos que conocemos todo lo que Jesús nos dice, escuchando su voz santa en cada rosario diario, porque contemplando la belleza de su rostro en cada decena, oímos su palabra, oímos lo que nos dice, lo que quiere, lo oímos a Él.
He aquí el secreto para alcanzar la santidad: siendo sus verdaderos devotos, María acelerará y asegurará que lleguemos a la unión mística con Dios cuando aún no es la hora, cuando quizá jamás llegara a ser la hora, pero llegará a serlo, y muy pronto, tan pronto que quedaremos eternamente pasmados, porque María, si se lo permitimos rezándole el rosario cada día, se lo suplicará a Jesús, como lo hizo aquella vez en Caná.
El texto sigue con una gran doctrina mística:
«Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: “Llenen de agua estas tinajas”. Y las llenaron hasta el borde. “Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete”. Así lo hicieron. El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y les dijo: “Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento”. » (vv 6-10)
Tras la exhortación de la Virgen, comienza el Verbo Encarnado a decirnos qué hacer. Comienza el Hijo a indicarnos cómo proceder. Comienzan los signos que mediante las realidades sensibles significan las espirituales, la obra de la gracia divina. En estos versículos está contenida la necesidad de la vida ascética para alcanzar la vida mística. Es decir, que antes de alcanzar la unión mística con Dios, debemos esforzarnos y ejercitarnos para alcanzar la virtud, progresar en ella y perfeccionarla, mediante la oración, la meditación, la mortificación y la negación de nosotros mismos. Esto último está simbolizado en el agua, que es signo de purificación. Y una vez que alcanzamos la virtud perfecta por gracia de Dios, el contenido ascético de nuestro interior, de nosotros que somos recipientes de la vida de Dios, es transformado en vino, que es símbolo de la alegría de la unión esponsalicia con Cristo, es transformado en contenido místico, y somos conducidos a la subida contemplación que nos lleva la Virgen siendo verdaderos devotos de Ella, esforzándonos en perseverar meditando su rosario cada día hasta el día en que comienza a tornarlo en dulce fruición de Dios.
Y quienes nos rodeen, no entenderán lo que ha sucedido en nosotros por nuestra unión con María; dirán, como el encargado, que es extraño que sirvamos el mejor vino para lo último, queriendo significar que nadie comprenderá la obra sublime que habrá hecho en nosotros María, que todo se lo debemos a Ella, que todo se lo debemos a su rosario diario. Con su juicio humano, no entenderán a María, la necesidad de la verdadera devoción a Ella.
Y he aquí un gran misterio: María guarda lo mejor para lo último. Los más grandes santos, formados por Ella, formados por su rosario diario, están reservados para el fin de los tiempos, para preparar la Venida definitiva de su Hijo.
«Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él. Después de esto, descendió a Cafarnaúm con su madre, sus hermanos y sus discípulos, y permanecieron allí unos pocos días.» (vv. 11-12)
Dejemos a Jesús manifestar su gloria en nosotros permitiéndole que nos lleve al desposorio místico con Él. Obedeciendo a María, Ella nos presentará como dignas esposas a su Hijo. Rezando el rosario cada día, María pedirá el vino de la santidad a Jesús por nosotros, y maravillosamente acelerará y asegurará el proceso de nuestra transformación interior para llevarnos hasta la unión mística con su Hijo.
Este artículo que nos fue mandado por el autor aparece también en el blog Corona del Cielo
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