domingo, 21 de novembro de 2010

Venerable Pío XII : La Jerarquía eclesiástica ha empleado siempre este su derecho en materia litúrgica, instruyendo y ordenando el culto divino y enriqueciéndole con esplendor y decoro siempre renovados para gloria de Dios y bien de los hombres. Tampoco ha dudado, por otra parte, salvo la sustancia del Sacrificio Eucarístico y de los Sacramentos, en cambiar lo que no creía apropiado y añadir lo que mejor parecía contribuir al honor de Jesucristo y de la Santísima Trinidad y a la instrucción y saludable estímulo del pueblo cristiano.




"Mediator Dei"
Sobre la Sagrada Liturgia
20 de noviembre de 1947


C) NO HAY REPUGNANCIA
IV. Progreso y desarrollo de la Liturgia
A) OBJETO
66. La Jerarquía eclesiástica ha empleado siempre este su derecho en materia litúrgica, instruyendo y ordenando el culto divino y enriqueciéndole con esplendor y decoro siempre renovados para gloria de Dios y bien de los hombres. Tampoco ha dudado, por otra parte, salvo la sustancia del Sacrificio Eucarístico y de los Sacramentos, en cambiar lo que no creía apropiado y añadir lo que mejor parecía contribuir al honor de Jesucristo y de la Santísima Trinidad y a la instrucción y saludable estímulo del pueblo cristiano.
67. La Sagrada Liturgia, en efecto, consta de elementos humanos y de elementos divinos: estos últimos, habiendo sido instituidos por el Divino Redentor, evidentemente no pueden ser alterados por los hombres; pero aquellos, en cambio, pueden sufrir varias modificaciones, aprobadas por la Sagrada Jerarquía, asistida del Espíritu Santo, según las exigencias de los tiempos, de las circunstancias y de las almas. De aquí nace la, estupenda variedad de los ritos orientales y occidentales, de aquí el desarrollo progresivo de particulares costumbres religiosas y prácticas de piedad, de las que apenas se tenía un leve conocimiento en tiempos anteriores; a esto se debe que con cierta frecuencia sean nuevamente empleadas y renovadas piadosas instituciones, borradas por el tiempo. Todo esto testimonia la vida de la Inmaculada Esposa de Jesucristo durante tantos siglos; expresa el lenguaje empleado por ella para manifestar a su Divino Esposo su fe y amor inagotables y los de los pueblos a ella encomendados; demuestra su sabia pedagogía para estimular y acrecentar de día en día en los creyentes el «sentido de Cristo».
B) CAUSAS
68. No pocas, en verdad, son las causas por las que se despliega y desenvuelve el progreso de la Sagrada Liturgia durante la larga y gloriosa historia de la Iglesia.
Así, por ejemplo, una más cierta y amplia exposición de la doctrina católica sobre la Encarnación del Verbo Divino, sobre el Sacramento y Sacrificio Eucarístico, sobre la Virgen María Madre de Dios, ha contribuido a la adopción de nuevos ritos, por medio de los cuales la luz más espléndidamente refulgente del magisterio eclesiástico se refleja mejor y con más claridad en las acciones litúrgicas para llegar más fácilmente a la inteligencia y al corazón del pueblo cristiano.
69. El ulterior desarrollo de la disciplina eclesiástica en la administración de los Sacramentos, por ejemplo, del Sacramento de la Penitencia; la institución y después la desaparición del catecumenado, la comunión eucarística bajo una sola especie en la Iglesia latina, han contribuido no poco a la modificación de los antiguos ritos y a la adopción gradual de otros nuevos y más adecuados para las nuevas disposiciones.
70. A esta evolución y a estos cambios contribuyeron notablemente las iniciativas y las prácticas piadosas no estrictamente litúrgicas, que, nacidas en épocas posteriores por admirable providencia de Dios, tanto se difundieron por el pueblo: como por ejemplo, el culto más extenso y fervoroso del Redentor, del Sacratísimo Corazón de Jesús, de la Virgen Madre de Dios y de su castísimo Esposo.
71. Entre las circunstancias exteriores tuvieron su parte las públicas peregrinaciones a los sepulcros de los Mártires, por devoción; las observancias de ayunos especiales instituidos con el mismo fin; las procesiones estacionales de penitencia que se celebraban en esta Ciudad Madre, y en las que no rara vez intervenía el Sumo Pontífice.
72. Es también fácilmente comprensible la forma en que el progreso de las bellas artes, en especial la arquitectura, la pintura y la música ha influido sobre la determinación y la varia conformación de los elementos exteriores de la Sagrada Liturgia. (Ver: Criterios y normas prácticas para el Arte Sagrado)
73. De este mismo derecho se ha servido la Iglesia para defender la santidad del culto divino contra los abusos temerarios e imprudentes de individuos particulares y de iglesias determinadas. Y así, como esos abusos y costumbres crecían más y más en el siglo XVI, y las tentativas de los particulares ponían en situación estrecha la integridad de la fe y de la piedad, saliendo gananciosos dos herejes y propagándose sus errores y herejías, Nuestro Predecesor, de inmortal memoria, Sixto V, para defender como legítimos los ritos de la Iglesia y apartar de ellos cuantas impurezas se introdujesen, instituyó en el año 1588 una Sagrada Congregación para la vigilancia de los ritos; a esta Congregación pertenece ahora también como oficio propio ordenar con sumo cuidado todo lo que pertenece a la Sagrada Liturgia.