LA SANTA MISA DE SIEMPRE
El Canon de la Misa que permanece hasta el día de hoy en la verdadera Iglesia Católica es la misma que celebraban los santos Padres de la Iglesia, los Mártires, los Doctores, los Cruzados, los Misioneros, por ese motivo se le llama LA MISA DE SIEMPRE.
Es la Santa Misa que celebraban los Sumos Pontífices de la Iglesia, quienes velaron siempre por su integridad y pureza, especialmente tras las añadiduras que se fueron introduciendo a lo largo de siglos y países, ya fuera con la intención de “enjoyarla” o por mala fe.
Por lo anterior, fue necesario RESTAURAR LA SANTA MISA A SU RITO PRÍSTINO (ORIGINAL O PRIMERO) DE LOS PRIMEROS PADRES; tarea santamente asumida por los Papas Pablo IV y San Pío V, con la ayuda de eminentísimos sabios católicos del Concilio de Trento, quienes tras una gran labor de investigación histórica, verificación y revisión teológica, LA PRESENTARON PURIFICADA DE TODO ERROR Y ALTERACIÓN SUFRIDA CON EL TIEMPO.
Este rito, definido por San Pío V como el PRÍSTINO (PRIMERO U ORIGINAL DE LA MISA) fue proclamado solemnemente en la Bula Quo Primum Tempore, CODIFICADO A PERETUIDAD, como el RITO DEL MISAL ROMANO que debería ser celebrado en todo el orbe, sin cambios en su parte esencial o Canon, hasta la consumación de los siglos.
¿Qué es la Santa Misa?
Como enseña la Iglesia en el Concilio de Trento: “LA SANTA MISA ESENCIALMENTE ES LA MUERTE DEL CALVARIO”.
Durante la Misa, el Sacrificio del Calvario es traído milagrosamente a cada altar en forma REAL aunque INCRUENTA (sin derramamiento de Sangre) .
En cada Misa la muerte es real, porque la muerte en el Calvario fue REAL, y se hace presente místicamente, por milagro, en cada Misa.
Para no confiarnos a nuestro sólo entender, nos remitimos al Curso Superior de Religión del Pbro. J. Rafael Faría, cuya primera edición data de 1942:
LA MISA ES UN VERDADERO SARIFICIO
Encierra los elementos de todo sacrificio.- encontramos en la Misa los elementos esenciales al sacrificio:
a) Ofrenda de una cosa sensible: a saber el Cuerpo y la Sangre de Cristo hechos sensibles, bajo las especies sacramentales (pan y vino).
b) Ministro legítimo: el principal es Jesucristo; sólo Él puede decir: “éste es Mi Cuerpo, ésta es Mi Sangre”. El sacerdote es el ministro secundario que hace visiblemente sus veces.
c) Inmolación. Cristo se inmola en la Misa MÍSTICAMENTE, en cuanto se presenta con carácter de víctima.
d) En honor de Dios. Porque la Misa es un acto de latría para rendir al Altísimo homenaje de adoración.
LA MISA Y EL SARIFICIO DE LA CRUZ
La Misa no es una simple representación sino que es LA RENOVACIÓN DEL SACRIFICIO DE LA CRUZ. El Concilio de Trento enseña que el Sacrificio de la Misa es esencialmente el mismo que el Sacrificio de la Cruz.
El Pbro. J. Rafael Faría en su Curso Superior de Religión da respuesta al estado del Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor de las especies consagradas con las siguientes palabras:
“SE PRESENTA EN ESTADO DE MUERTE”