La oración desde el corazón
Hijito, Mi Sagrado Corazón es una Fuente
Insondable de Gracias. Todas las oraciones que salen del corazón de las
creaturas Yo las recibo, las acojo, y las guardo. Una oración hecha con el corazón trae Mi Misericordia
Divina. Una oración desde corazón atrae Mi Amor Redentor. Cuando una oración
del corazón es elevada hacia Mí, Yo la recibo por las Manos de la Santísima
Madre. Su Corazón Doloroso e Inmaculado es ese Cofre que guarda todas las
súplicas de Mi pueblo y de la Iglesia. Por eso, Mi Madre es también Medianera
de Todas las Gracias, Medianera del Redentor, Corredentora del Único Mediador.
Mi Amada Madre desea que oren desde el
corazón, pero en Divina Voluntad. Nunca, hijo Mío, la oración debe exigir la
voluntad humana. Una oración bien hecha, y desde el corazón, se rinde a la
Divina Voluntad. Al recibir las oraciones, a través de Mi Santa Mama, Yo cubro
con Mi Preciosa Sangre esas oraciones y plegarias, para presentarlas a Mi
Eterno Padre, Él al ver Mi Sangre derramada se apiada de sus creaturas.
Hijo, cuando un alma ore que no lo haga si
primero no ha pedido a Mi Espíritu Santo que ore con ella y por ella, para que
la Trinidad Santísima y la Santa Mama del Cielo actuemos desde la Divina
Voluntad en favor de las almas. Hijos, oren desde el corazón. Hijos, oren en el
Espíritu Santo.
Hijos, oren y vivan en la Divina Voluntad. Te
amo y te bendigo custodio reparador de Mi Sagrado Corazón. En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado
concebida.