Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María 2 Mayo 2016 Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado se abre a las súplicas y a los sufrimientos de Mis hijos en todo el mundo. El mundo está lleno de dolor, de tristeza, falta de fe, y la falta de esperanza dominan los corazones. Queridos Apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones, sean luz en este tiempo; que los hombres vean en ustedes la confianza y la serenidad en el Sagrado Corazón de Jesús. Queridos hijos, en estos tiempos, muchos están atribulados, confundidos, con mucha falta de fe, de confianza, de amor. Les pido que oren por el mundo, que oren por todos los pueblos que están en su tribulación, que oren por su propia nación. Hijos Míos, en este tiempo, lo importante es orar, reparar, y consolar al Sagrado Corazón de Mi Hijo. Oren, hijos Míos, esa es vuestra misión: Orad por la Iglesia, que está sufriendo; orad por vuestros hermanos, que están sumidos en calamidades, tinieblas, y tribulaciones; orad por vosotros mismos, para que sean fieles, para que comprendan Mi Mensaje, para que amen de verdad a Jesús. Hijos Míos, oren, desde Mi Corazón Inmaculado; ofrézcanse, también, por la humanidad. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
- E senti o espírito inundado por um mistério de luz que é Deus e N´Ele vi e ouvi -A ponta da lança como chama que se desprende, toca o eixo da terra, – Ela estremece: montanhas, cidades, vilas e aldeias com os seus moradores são sepultados. - O mar, os rios e as nuvens saem dos seus limites, transbordam, inundam e arrastam consigo num redemoinho, moradias e gente em número que não se pode contar , é a purificação do mundo pelo pecado em que se mergulha. - O ódio, a ambição provocam a guerra destruidora! - Depois senti no palpitar acelerado do coração e no meu espírito o eco duma voz suave que dizia: – No tempo, uma só Fé, um só Batismo, uma só Igreja, Santa, Católica, Apostólica: - Na eternidade, o Céu! (escreve a irmã Lúcia a 3 de janeiro de 1944, em "O Meu Caminho," I, p. 158 – 160 – Carmelo de Coimbra)