CARDENAL RAYMOND BURKE, PREFECTO DE LA SIGNATURA APOSTÓLICA
El Cardenal Burke ha concedido sendas entrevistas a la agencia Catholic News Service y a la revista Famille Chretiènne con motivo del quinto aniversario de la promulgación del Motu Proprio Summorum Pontificum. Cinco años después de la promulgación el Cardenal afirma que "es evidente que quedan lugares donde se resiste a lo que el Papa ha pedido", una situación que el purpurado califica de "triste y dañina para la Iglesia".
Monseñor Burke afirma que la finalidad principal del Motu Proprio es"preservar las riquezas de fe y oración que ha transmitido la Iglesia y otorgarles su lugar apropiado". El mismo Benedicto XVI señalaba en el motu proprio: "Lo que las generaciones pasadas consideraban sagrado es sagrado también para nosotros, y no puede prohibirse de golpe totalmente o incluso considerarse perjudicial".
Según el cardenal la reforma litúrgica postconciliar fue "demasiado radical" y fue "más allá de lo que habían planteado los padres conciliares, o incluso quizá en una no completa coherencia con ello": "En mi opinión, el cambio fue excesivo. No puedes coger una realidad viva, el culto a Dios tal y como Dios ha querido que se le rinda culto, y acabar con ella sin violentar y en algunos casos dañar la fe del pueblo".
Continúa testimoniando como "En mis propias celebraciones públicas me encuentro con que muchas personas que jamás habían asistido a ellas se sienten atraídas por su belleza". Y como la forma extraordinaria del rito romano "transmite de forma particularmente clara que es Cristo mismo quien actúa, renovando el sacrificio del Calvario".
Se refiere también el Cardenal Prefecto de la Signatura, el más alto Tribunal de la Iglesia, al papel que la Penitenciaría Apostólica tiene respecto de la implementación del Motu Proprio en toda la Iglesia: "Todo recurso sobre la aplicación del Motu Proprio debe dirigirse en primer lugar a la Pontificia Comisión Ecclesia Dei. Si una de las partes no está satisfecha con la decisión, llega a nosotros. Pero nuestro juicio será limitado, porque trataremos la cuestión en un marco estrictamente jurídico. Estudiaremos si se ha violado el derecho canónico, ya sea en el proceso, en la decisión, o en el contenido mismo de la decisión".
Monseñor Burke percibe "un interés y un aprecio cada vez mayor por la forma extraordinaria del rito romano en los fieles en general y en los jóvenes católicos en particular", y confía en que llegue pronto la instrucción que establecerá en la práctica todos los detalles concretos de su aplicación, a la luz de las dificultades aparecidas en estos cinco años.
Finalmente, ofrece su testimonio personal: "En cuanto me atañe personalmente, la aplicación del Motu Proprio me ha permitido agrandar y profundizar en el conocimiento y amor a la santa liturgia, expresión elevadísima de la fe y de la vida de la Iglesia. Soy testigo personal de los buenos frutos de esta nueva disciplina".
*Fuente: Religión en libertad