15 de mayo de 2017
*Llamado de Amor y de Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María*
Mis queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado es la Luz que los conducirá al Corazón de Jesús. Yo, como Madre de Jesús , porto la Luz de su Evangelio y con Mi Presencia Maternal quiero iluminarles su camino, para que puedan encontrarse verdaderamente con el Amor de Dios. La Luz que envuelve Mi Corazón es la Luz de la Santísima Trinidad; pidan esta Luz Trinitaria con todo el corazón, para que puedan conocer lo que agrada y lo que ofende a Jesús y a los hermanos; porque el Amor de Dios se mide también en la caridad con el prójimo. Pequeñitos, invoquen la Luz del Espíritu Santo, para que ilumine sus caminos, para que santifique sus obras, para que les de sabiduría, para que les otorgue prudencia en el pensar, en el hablar, en el actuar; porque la conversión también se da en el testimonio con obras. Hijitos Míos, como *Madre de la Luz* quiero conducirlos a la Luz Eterna. ¡Abran el corazón! ¡Obedezcan Mis Mensajes! ¡Hagan vida Mis Mensajes! Les ruego a todos Mis hijos que escuchen Mi Consejo de Madre, así tendrán paz en ustedes, en su familia, en el mundo; si obedecen lo que les pido habrá paz. Les doy Mi Bendición: en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
- E senti o espírito inundado por um mistério de luz que é Deus e N´Ele vi e ouvi -A ponta da lança como chama que se desprende, toca o eixo da terra, – Ela estremece: montanhas, cidades, vilas e aldeias com os seus moradores são sepultados. - O mar, os rios e as nuvens saem dos seus limites, transbordam, inundam e arrastam consigo num redemoinho, moradias e gente em número que não se pode contar , é a purificação do mundo pelo pecado em que se mergulha. - O ódio, a ambição provocam a guerra destruidora! - Depois senti no palpitar acelerado do coração e no meu espírito o eco duma voz suave que dizia: – No tempo, uma só Fé, um só Batismo, uma só Igreja, Santa, Católica, Apostólica: - Na eternidade, o Céu! (escreve a irmã Lúcia a 3 de janeiro de 1944, em "O Meu Caminho," I, p. 158 – 160 – Carmelo de Coimbra)