Ofrecemos la traducción de una parte del discurso de D. José Policarpo, Cardenal-Patriarca de Lisboa, Presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa, en la sesión de apertura de la reunión Plenaria que está teniendo lugar en Fátima. Refiriéndose a la elección del Papa Francisco dice el Prelado:
Fue, en el dinamismo del Cónclave, una auténtica sorpresa del Espíritu Santo y está sorprendiendo mismo a aquellos que lo han elegido. De su aún corto pontificado resaltan algunas líneas de fuerza que, inevitablemente, nos interpelan en nuestro ministerio pastoral:
* El Obispo de Roma, que es Sucesor de Pedro, es un Pastor. Su poder no se comprende a la luz de los poderes de este mundo. Las multitudes necesitan ser amadas, atraídas por el amor del Buen Pastor. En ese amor, cargado de alegría y de ternura –luego en el inicio habló- nos da importancia de la ternura en nuestra relación pastoral –da un lugar privilegiado a los pobres, a los marginados, a todos los que sufren. Fue muy claro al afirmar que el modelo de Iglesia que lo atrae es una Iglesia pobre, al servicio de los pobres.
* Tuvo la osadía de traducir esa visión suya de Iglesia en los símbolos exteriores de la grandeza del ministerio Petrino: la simplicidad en el vestir, la renuncia a las joyas preciosas, escoger vivir en un sitio donde la convivencia, en Iglesia, sea fundamental.
* La predilección por los jóvenes.
*Una afirmación clara de la actualidad del espíritu conciliar, relativizando tensiones y corrientes, actualizando la esperanza de Juan XXIII en una primavera de la Iglesia, que ha de florecer a partir de las semillas del Concilio.
Este Papa es una señal de esperanza. No dejar morir la esperanza es ya su mensaje explícito. ¿Eso significa reformas inevitables en la vida de la Iglesia? Ciertamente. Toda la gente habla de la reforma de la Curia; él todavía no ha hablado. Pero ya ha dado a percibir la línea que seguirá:
* Se trata de conducir ese gran servicio del ministerio del Papa a su verdad y a su funcionalidad. Corregir algo que también sentimos en nuestras Diócesis que es dar prioridad a la vitalidad pastoral, no dejando que la burocracia administrativa tome el primer lugar. En el caso de la Curia Romana su reforma debe ser realizada revalorizando la doctrina del Concilio Vaticano II sobre la colegialidad de los Obispos y la justa autonomía de las iglesias particulares. Esta reforma no puede ser hecha a partir de errores o escándalos, concentrados en un tan hablado informe. Los errores son para corregir, las personas para convertirse. La Iglesia será siempre el lugar de la conversión y del perdón. Y él mismo ya nos recordó dos aspectos centrales: Dios perdona amando; solamente no se abre al perdón quien rehúsa el amor. Y Dios perdona siempre; somos nosotros los que nos cansamos de pedirle perdón.
Estemos abiertos a las exigencias de la sorpresa. También en nuestras estructuras diocesanas hay mucho que cambiar, a la luz de esa prioridad pastoral de la Iglesia.
El Papa Francisco me pidió dos veces que consagrase su nuevo ministerio a Nuestra Señora de Fátima. Es un mandato que puedo cumplir en el silencio de la oración. Pero sería bello que toda la Conferencia episcopal se asociase a la realización de este pedido. María ha de guiarnos en todos nuestros trabajos y también en la forma de dar cumplimiento a este deseo del Papa Francisco.
Fátima, 8 de abril de 2013
Publicado porFraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina